“La energía, factor económico esencial de nuestra sociedad” fue el título con el que se aglutinaron más casi dos decenas de ponencias en el Congreso celebrado en Sevilla los días 14 y 15 de noviembre de 2013. Fueron organizadas por el Colegio de Ingenieros de Minas del Sur de España y contó con la asistencia de unos doscientos congresistas.
Decir que las jornadas fueron un éxito equivale a despachar con un “me gustó” la impresión causada por la película que se acaba de ver, sin extenderse en detalles.
Siendo la energía -en particular, la destinada a la producción de electricidad, que es la que centraliza la mayor parte de los debates- un elemento crucial para el desarrollo, me gustaría aprovechar las interesantes intervenciones que tuvieron su lugar en este Congreso, para resaltar, con mi peculiar lápiz rojo, los que considero elementos fundamentales de la cuestión para España.
En el acto de apertura, el ministro de Industria, Turismo y Energía, José Manuel Soria, nos ofreció un resumen de la posición de su Ministerio sobre la cuestión, que, aunque ya está avanzada la legislatura, se corresponde con una declaración programática. Algunos intervinientes posteriores se refirieron a ella.
Soria empezó su intervención expresando su visión sobre el futuro panorama energético mundial, en el que “en ocho o nueve años, USA será exportador neto de hidrocarburos”, con un “incremento en la demanda -en el horizonte 2012-2022- liderada casi en exclusiva por los países emergentes”, lo que “cambiará la geopolítica en el mundo”.
Lamentó José Manuel Soria que “la situación europea, sin decisiones claras, sea diferente”. En su opinión, “cada país debe legislar en esta materia”, correspondiendo al Estado definir la legislación básica, “siendo las Comunidades Autónomas las que deben autorizar, restringir o prohibir, dentro de ese marco básico”.
Esta afirmación del ministro resultó decepcionante para la mayor parte de los técnicos presentes en el Congreso, que apoyan la necesidad de explorar (como paso previo ineludible a la posibilidad de explotarlas) las reservas de gas de esquisto, propuesta que está siendo obstaculizada desde varias Autonomías, que se declaran “comunidades libres de fracking”, despreciando la atribución de responsabilidades exclusivas y no delegables de los Estados miembros de la Unión Europea para la explotación de los recursos propios.
A este respecto, en una Nota preparada por el Colegio de Ingenieros de Minas del Noroeste, con la asesoría de mi colega y amigo Vicente Luque Cabal, y que se envió al Ministerio, se recordaba la competencia del Estado en la cuestión, haciendo referencia, entre otros elementos jurídicos, a que, según recordó el Tribunal Constitucional, el artículo 128.1 de la Constitución, establece que «toda la riqueza del país en sus distintas formas y fuese cual fuese su titularidad está subordinada al interés general», siendo la protección del medio ambiente y los recursos minerales, elementos indiscutiblemente vinculados a ese objetivo común, indelegable, del que no puede pretender ser garante un grupo concreto, y ni siquiera una Comunidad regional.
José Manuel Soria, sin embargo, advirtió que “sería un lujo prohibir las prospecciones en hidrocarburos, que no puede permitirse un país que tiene más de un 99% de dependencia exterior en ellos”.
(continuará)