La humildad no es característica que pueda encontrarse en el terreno donde pacen los políticos, a quienes una deformación del ego -exacerbada por el creciente desapego de la realidad, que ocultan con fantasías- hace creer, salvo excepciones que sus propios colegas se encargan de sepultar en el ostracismo y el descrédito, que son imprescindibles.
Ejemplos de esta patología pueden encontrarse en todas partes. Parece, además, que el mal sería transmisible genéticamente, y hasta hay sospecha de que resulte contagioso por vías corporales (principalmente, la sexual): familias enteras, parejas y amantes, forman parte de una genealogía de encumbrados por méritos propios. En España tenemos aceptables representantes de esta ralea mirífica y, de entre todos ellos, voy a detenerme hoy en un personaje excepcional, que fue Presidente de Gobierno en una de las épocas de bonanza que disfrutamos entre vacas flacas (1996-2004): José María Aznar, autor, entre otras piezas literarias de valor, del libro “España puede salir de la crisis” (Planeta, 2009).
Es un libro que puede parecer antiguo -han pasado siete años desde su publicación, hasta la fecha en que esto escribo- pero, como corresponde a un autor con acrisolada experiencia de gestión pública, sus ideas son plenamente vigentes para poner de manifiesto lo que piensan él y un cierto sector de la población. Me parece, por tanto, digno de figurar como libro de cabecera imprescindible, ejemplo meritorio de una hipótesis sustancial: el mercado lo puede todo, es un abrepuertas de crisis multiuso, y si se le da pábulo, no pueden esperarse sino gozos.
Cierto que, también, es una excelente demostración, de esta paradoja: incluso quienes han estado dirigiendo un país intermedio durante varios años, siguen sin tener idea de cómo funciona el mundo. O, por lo menos, sin confesar públicamente lo que saben de cómo funciona.
En sus 218 páginas se recoge una limitada serie de lugares comunes y obviedades de excepcional calibre, perfectamente inútiles para cumplir con el objetivo que se habría propuesto el autor, según el título del volumen. Ya en los primeros capítulos, con lenguaje sencillo y directo, se defiende taxativamente que “los frívolos escarceos proteccionistas y populistas son peligrosos, porque amenazan socavar las claves del éxito sin precedentes que ha vivido la economía mundial en los últimos cincuenta años”. No parece difícil encontrar aplicaciones del esquema libertario: tómese “el ejemplo de China, India y otros países asiáticos muy poblados” (sic) que “han sido capaces de sacar de la pobreza rápida a muchos de sus habitantes gracias a la apertura comercial y financiera”.
Unas cuantas páginas más adelante, el prestigiado pensador económico pontifica que “el principal problema español es que muchos productos españoles ya no pueden colocarse, a los precios actuales, no ya en el resto del mundo, sino en los propios mercados españoles. ” Es decir, con otras palabras, rebatiendo con certera pincelada el propósito que atribuye a la competencia ideológica, el socialismo -o lo que hubiera sido- del gobierno de Zapatero: “el problema económico español no está en la construcción ni en el consumo de las familias, sino que se llama falta de competitividad”·
Las conclusiones del trabajo académico de Aznar son, por tanto, reducción de impuestos (especialmente, de Sociedades), libertad de contratación, austeridad en las inversiones públicas, “más España”, reforma de la Universidad, “honradez”,…para mejorar la competitividad y tener amplio acceso a los mercados exteriores.
He defendido durante años que no se debe confundir generación de negocio exterior -ya sea como construcción de infraestructuras o como exportación de tecnología- lamentablente, genera escaso empleo nacional y, además, de alta cualificación, por lo que no soluciona el problema del paro.
Pero, sin volver sobre lo andado, valga aquí que tengo otro libro a la vista, algo más moderno, escrito por la Dra. en Economía por Oxford, Dambisa Moyo (Galaxia Gutemberg, 2013) “El ganador se queda con todo”. Su último párrafo (280 páginas de letra bastante apretada) dice así: “(…) nos encontramos en un momento único del planeta, con el extraordinario desafío de gestionar y navegar por los vientos de la escasez de productos básicos a los que se enfrenta el mundo en las dos próximas décadas. En la actualdiad, estamos mal preparados para lidiar con esta eventualidad; pero los retos a los que nos enfrentamos van más allá de nuestros niveles de vida y alcanzar a la supervivencia del planeta tal como lo conocemos. Esta lucha es cuestión de vida o muerte”.
Claro que Dambisa Moyo, nacida en Lusaka, pretende ofrecer una visión global de lo que pasa y, en ese contexto imaginativo, analiza las actuaciones de dos colosos: China y Estados Unidos. No parece que a quienes están dirigiendo la economía mundial les preocupe “el problema económico español”.
A mi me preocupa, en todo caso, la escasa capacidad que estamos demostrando, y no solo por parte de los políticos, sino también de los economistas, para analizar, con profundidad y necesaria, lo que deberíamos hacer para crear empleo y distribuir mejor las rentas del trabajo. Escribiendo con menos obviedades y dedicando más tiempo a desarrollar propuestas concretas.
P.S. La foto es de un pájaro de alero, de los muchos que anidan en el tejado de nuestras casas de campo. Vecinos oportunistas, generalmente tímidos, raramente osados. Dicen los expertos que los gorriones están en extinción, acogotados por las cornejas, las urracas y los insecticidas. No me parece. Echo de menos otras especies de la fauna avícola: petirrojos, reyezuelos listados, malvises,…
buenos días,
me gustan tus fotos de pájaros.
saludos,