Al socaire

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Quincuagésima Segunda (y última) Crónica desde Gaigé

31 enero, 2023 By amarias 2 comentarios

Cumplo con esta  Crónica el propósito que me animó, hace un año, a escribir semanalmente acerca de lo que me parecía más relevante de cuanto sucedía en Gaigé.

Gaigé, el País de los Despropósitos, el Paraíso para quienes disfruten del Cambio Permanente, no es, en sentido estricto, un país imaginario. El lector atento, en especial, si vive en España o le interesa mucho cuanto sucede en este país real, encontrará múltiples concomitancias. Los nombres son reales, las circunstancias y los hechos, también.

¿Qué es, pues, lo que separa a Gaigé de España, más allá del ejercicio literario, de la creación de un alter ego para el país europeo que, hasta no hace mucho, era reconocido como ejemplo de transición de pacífica y pactada desde una dictadura increíblemente longeva hacia una democracia homologable con las más avanzadas y señeras europeas? ¿Qué pasó para que un monarca respetado dentro y fuera de las fronteras propias, fuese expuesto ante la opinión pública como un rijoso villano? ¿Qué fuerzas ocultas han lanzado el buque de las autonomías contra los arrecifes de la independencia y el separatismo?

No voy a lanzar preguntas sin respuesta (al menos, razonable) en este último episodio de la modesta serie de 52 comentarios en la que, semana tras semana, utilizando el periscopio de mi capacidad de observación desde la sentina del buque, he creído poder desentrañar lo que nos está pasando, para deshacer de manera inmisericorde el misterio que oi, por primera vez, expresar a Garrigues Walker (Antonio), en una de sus amenas charlas-conferencia: “Lo que nos pasa es que no sabemos lo que nos pasa”. ¡Claro que lo sabemos!

Nos pasa en el Gobierno, en la Universidad, en la Educación básica, en la Sanidad, en la Investigación, en las empresas…Gaigé ha desarrollado una indomable, férrea, capacidad de autodestrucción. No quiere manual de instrucciones, menosprecia las normas, desprecia la inteligencia. Sobresalir en Gaigé es prácticamente imposible sin aceptar el valor superior del nepotismo, el contubernio, la mentira.

Por eso, en este último episodio, no voy a conceder tanto valor como otorgué en los anteriores a lo más destacable de la semana. La vida sigue en Gaigé y nada cambiará su idiosincrasia, el perfil colectivo  viscoso, complaciente en la discrepancia, feliz en la crispación.

Podría creerse que la esperpéntica coalición de Gobierno se romperá por la insostenible defensa política de la ley del sí es si, que hacen a su antojo los ministros de Unidas Podemos, con Montero (Irene) a la cabeza, cuya aplicación, contraria a los deseos del torpe legislador, y por la que se han rebajado las penas a más de 300 delincuentes sexuales, se atribuye al desconocimiento y sesgo ideológico de los jueces. No pasará.

Podría creerse que alguien, en defensa de la institución monárquica, a la que tan duramente ha socavado, imponga su autoridad sobre el rey de antes, Juan  Carlos, para que deje de acumular más inmundicia sobre su figura y retorne a España, para morir en paz, ya que no en gloria. ¿Se revisarán, con espíritu crítico y constructivo, el mosaico infumable de planes de estudio a los que ha conducido la autonomía universitaria y la diversidad en las prestaciones en las competencias alegremente transferidas a las regiones? No pasará.

Podría parecer sensato, si es que el partido que se esfuerza en representar la derecha civilizada desea llevar a Núñez Feijóo a la presidencia de Gobierno, aclare sus discrepancias con el otro partido que le disputa los sentimientos conservadores y convenga un acuerdo de no agresión con Abascal (Santiago) y los suyos. No pasará.

Podría parecer imprescindible, dada la ignorancia supina acerca de cuáles son las reglas básicas de la macroeconomía, de que alardean algunos ministros de Gaigé, que dejen de insultar a Roig (Juan), Ortega (Amancio), Pérez (Florentino), Gómez Pallete (José María) y a todos cuantos sostienen la economía real del país y que, cuando prometen ayudar a los nuevos empresarios y a las pymes, actúen con verdad y coherencia. No pasará.

Seguirá habiendo, por el contrario, movimientos destructivos en Gaigé, el País de los Despropósitos.

Un rector -Villaverde- con la ideología como vil pasaporte y un desconocimiento cerril de lo que significa la técnica y, en concreto, ser ingeniero para este país con escasos recursos y reacio a sacarles su máximo valor, convertirá en eje de su campaña la decisión de llevar la Escuela de minas, energía y materiales de Oviedo (con prestigio ganado a pulso en exitosos 60 años) a Mieres, ignorando que los ingenieros de minas tenemos la formación de los ingenieros industriales con capacidades adicionales en la explotación racional de los recursos de la Tierra ¿Se creará una Escuela Politécnica en Asturias? No pasará.

Las carencias en investigación y desarrollo, a pesar de la difusión esporádica de logros puntuales por parte de algunos equipos, cuyo trabajo tiene las características de esfuerzo personal y titánico, con escasez de medios y personal, son muy graves. La dedicación pública del PIB al plan de la Ciencia no llega al 0,7 %, muy lejos de la media europea y del 3% en Estados Unidos. En valores cuantitativos, el salto es inmenso. La fuga de investigadores sigue siendo de varios miles al año. ¿Se producirá la tan anunciada  inflexión? ¿Seguiremos dependiendo de las farmacéuticas en la investigación contra el cáncer? No pasará.

Las discrepancias respecto a la necesidad de cumplir los compromisos con la OTAN en la inversión en Defensa son tan serias que afectan, incluso a la coherencia exigible a un gobierno colegiado. ¿Se sabrá, con claridad, cuál es el estado de los carros de guerra Leopard, que la ministra de Defensa, Robles (Margarita) afirmó, hace meses, rotundamente, que eran chatarra? (contradiciendo la versión de los profesionales de Defensa, que indican que se pueden poner en uso pleno en un mes y que las piezas que se les retiraron en su momento lo fueron para protegerlas de la obsolescencia y el óxido). No pasará.

Esta Crónica es, solo, pues, un punto y seguido. La continuación la escribirán, eso sí, otros.

FIN de LAS CRONICAS DESDE EL GAIGE

 

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Quincuagésima primera Crónica desde el País de Gaigé

23 enero, 2023 By amarias 1 comentario

La cercanía a las elecciones regionales y municipales de mayo y, sobre todo, la incertidumbre respecto a su resultado, están promoviendo el adelanto de la  campaña por parte de los partidos con opciones a formar parte de los respectivos gobiernos de los más de 8.000 núcleos que dilucidarán sus preferencias para los próximos cuatro años en Gaigé, el País de los Despropósitos. La tensión pre-electoral es particularmente alta, por su relevancia, en las Comunidades Autónomas que renovarán cargos y en los grandes municipios.

Como no estamos ante un panorama bipolarizado, los líderes de los partidos que hace años representaban las mayorías de orientación conservadora o socialista, PP y PSOE, se enfrentan actualmente al problema importante de resolver, a priori, el dilema de las alianzas que formarán la coalición o determinarán los apoyos que les impulsarán hacia el gobierno. La situación está confusa, por motivos diferentes, a ambos lados del espectro ideológico, si se admite tal separación conceptual, hoy ampliamente superada.

En la izquierda, el liderazgo de Sánchez (Pedro) no es cuestionable. Tratado como mentiroso crónico por sus opositores, ha sabido poner en primera línea logros importantes de su gestión: incrementos del salario mínimo, aumento de las pensiones y del número de afiliados  la Seguridad Social y la práctica recuperación económica. El papel real de los apoyos conseguidos gracias a los fondos provenientes de la Unión Europea y del aumento del endeudamiento en relación con el PIB tiene puntos oscuros que nadie consigue dilucidar con credibilidad, dado lo opaco y contradictorio de las cifras que se manejan.

Unidas Podemos se rompe, falto de una voz única y un director carismático. Iglesias jr. (Pablo) ha perdido su perfil mediático y sus sucesoras en el atril rivalizan sin ingenio ni prudencia. Montero (Irene) desde su Ministerio de Igualdad, convertido en manantial de despropósitos, lanza leyes ideologizadas y torpemente estructuradas en lo jurídico y anatematiza a jueces, tirios y troyanos.

La sensata observación de Carmona (Manuela), advirtiendo que una ley errada debe retirarse o corregirse sin apuntar a sesgos ideológicos interpretativos de los que tienen que aplicarla, ha provocado varios exabruptos contra la ex juez, tildándola de haber traicionado a quienes la auparon a la alcaldía de Madrid. Echenique (Pablo), portavoz con claros hándicaps síquicos -un odio bolivariano contra cualquier argumento de contrario-, está anclado en el uso de un Ideario a modo de Catecismo, impropio de un país desarrollado y de una mente sensata.

Núñez Feijóo (Alberto) sube peldaño a peldaño su monte de Arafat, que a veces asemeja más ser su Gólgota o Calvario. Le ridiculizan por no hablar  inglés y referirse a Manuela como Carmela. Seguro que habla bien francés y sabe quién es Blas de Otero, si es que eso importa. Aunque su problema ante el propósito de ser el próximo Presidente del gobierno de Gaigé lo tiene con la formación con la que comparte muchos aspectos de doctrina: Vox, h cuyo líder Abascal (Santiago) carece de los mismos frenos dialécticos. Imagino que la incorporación al frente de Alvarez de Toledo (Cayetana) para reforzar la línea de retaguardia en la que ya pelean Ayuso (Isabel), Gamarra (Cuca) o González-Pons (Esteban) dará más enjundia a los mítines.

Varios miles de defensores del constitucionalismo (interpretados por el actual Gobierno de Gaigé como desleal oposición) acudieron a la plaza de Cibeles y alrededores para pedir la dimisión de Sánchez por no respetar la Norma suprema votada en el 78 y pactar con republicanos e independentistas. Hubo muchas banderas españolas y buen rollito, con un comportamiento colectivo sensato.  Alguien vio banderas con el águila imperial. La guerra de cifras respecto a los asistentes no llegó a llenar de sangre el rio, pero hay quien dice que fueron casi un millón y otros que solo treinta mil. Muchos, desde luego. Feijóo faltó, sin que su explicación apareciera como convincente. Estaban los que quiere que le voten, ¿no?

Pocos ministros del gobierno de Gaigé aguantan el desgaste, salvándose del contagio de la falta de aptitud y las torpes actitudes de las ministras comunistas-podemitas. Sobresale Ribera (Teresa), que puede apuntarse el mérito de haber conseguido frenar los precios de la energía y lanzar el proyecto del hidrogeno ducto que, ahora se sabe, llegará a Alemania. Lo anunciaron así Macron (Enmanuel) y Scholz (Olaf), en una declaración conjunta que tuvo lugar inmediatamente después que la reunión entre Sánchez y Macron en Barcelona, en la que se firmaron otros acuerdos, pero se silenció éste.

Por cierto, en Barcelona, Aragonés (Pere) se escabulló para no estar presente junto a los presidentes Sánchez y Macron cuando se interpretaban los himnos nacionales. Cada día que pasa, se le ve de menor tamaño político y, los que conocen bien lo que pasa en Cataluña, opinan que su liderazgo se tambalea a la par que la economía del pequeño no-nato país.

El fantasma de Pegassus sigue revoloteando por los cielos de Gaigé y Marruecos. Los diputados socialistas en la Cámara Europea no votaron a favor de censurar, por su falta de democracia, el régimen de Mohamed VI. Los populares se ausentaron del lugar. Gaigé, siempre  Gaigé.

Zelenski (Volodomir) exige tanques (léase carros de combate) a sus apoyos europeos y advierte que las palabras de ánimo, por sí solas, no le servirán para ganar la guerra. Es  más, si el apoyo de los Leopard europeos y sus superiores tecnologicos norteamericanos se garantizara ya, el invierno servirá para derrotar a Putin (Vladimir) antes que consiga recomponer su ejército.

Borrel (Josep), al tiempo que se felicita por la autonomía energética conseguida por la UE frente a Rusia -supongo posee información privilegiada- exhibe fortaleza.

En USA, la afición de sus Presidentes por llevarse a  casa papeles confidenciales, para leerlos con calma en el retrete y preparar sus memorias, compromete la reelección de Biden (Joe) y presagia un encuentro en los tribunales con Trump (Donald) para convencer al electorado del contrario sobre quién las cuenta más gordas.

 

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Cuentos para Preadolescentes (6)

22 enero, 2023 By amarias Deja un comentario

Todos conocéis bien el Cuento del mozo del martillo, porque os lo he contado varias veces, como ejemplo de lo cuidadoso que hay que ser a la hora de seleccionar las normas para conceder un premio, para evitar tener que otorgárselo  a quien no tiene mérito alguno, pero cumple las condiciones mejor que nadie.

Puede que esa sea una de las razones principales por la que muchos incompetentes han llegado a puestos de mucha importancia. No han quedado claras o la forma de selección de los más capaces o se han escogido las condiciones que deben satisfacerse de tal forma que solo uno de los posibles candidatos las cumple. Se puede decir que la decisión estaba tomada de antemano.

Así pasa en no pocos concursos públicos de méritos, o en adjudicaciones de contratos o para elegir a alguien para detentar un puesto muy relevante. Hasta no hace mucho tiempo, algunos de los cargos más importantes del Estado se otorgaban por el apellido,  se heredaban de padres a hijos, generación tras generación.

El Cuento que voy a contar no va exactamente en esa dirección, pero sucedió realmente y eso lo hace más divertido.

El mérito del culpable

Había una vez, en un pueblo no muy remoto, una familia muy pobre que, además, como suele suceder, era numerosa. Malvivían como podían, aprovechando las menores oportunidades para ir tirando.

Las temporadas mejores eran el verano y el otoño. Había frutas y hortalizas más que suficientes, que eran abandonadas al cierre de los mercados o podían ser recogidas, sin problemas, del suelo o de aquellas fincas cuyos dueños eran más tolerantes. El padre podía trabajar ocasionalmente de jornalero en las operaciones de siega o ayudando para realizar chapuzas a los vecinos.

En el pequeño huerto que era propiedad de la familia, se recogían algunos nabos, cebollas  y patatas que ayudaban a formar, con bastante agua y mucha buena voluntad, un puchero del que todos recibían su porción a diario.

Tenían una vaca que proporcionaba leche para sacar adelante los más pequeños y que, aunque algo coja y harto huesuda, aún servía para traer al mundo un ternero cada año y medio, más o menos.

A final del otoño, recogían del bosque castañas y ramas y en el invierno calentaban el cuerpo y el estómago con esos elementos que les proporcionaba gratis, la naturaleza.

La joya más preciada de esa precaria situación la constituía un cerdo al que nutrían, mal que bien, con los mondos de las patatas, los desperdicios del campo y cuanto entendían, por experiencias pasadas, que podría servir para engorde del agradecido animal.

Cada tarde, alguno de los niños mayores, por turno, sacaba el animal a pasear por los bordes de los caminos, atado con una cuerda. Por San Martín, como corresponde, el marraco, ya talludito, era sacrificado. Con su cuerpo se fabricaban los chorizos, morcillas, costillares y jamones que darían más sustancia al caldo y juego con el que combinar, en días extraordinarios, tubérculos y hortalizas.

Sucedió que, en un desgraciado día, Roberta, la niña que estaba entonces al cargo del paseo del animal, cuando aún no era apenas más que un recién destetado lechón, se hizo un lío con la soga que lo tenía sujeto y el cerdito se ahorcó con ella.

Hubo en la casa el disgusto que os podéis imaginar. Después de los lamentos, las recriminaciones y los gritos, se impuso el pragmatismo y asaron el lechón.

Todos se sentaron en torno a la mesa, mirando con avidez el tostado cuerpo el animalillo, mientras la madre procedía a separar un trozo para cada uno.

Apenas había iniciado la operación de disección, se oyó, rompiendo el silencio, la voz, alta y clara de Roberta:

-Para mí más, que fui la que lo maté.

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Cuentos para preadolescentes (5)

21 enero, 2023 By amarias Deja un comentario

Una fábula sobre las vecindades y sus riesgos.

Las águilas perdiceras y sus vecinos, los carboneros comunes

Ya sabéis que del comportamiento de los animales se puede aprender mucho. En realidad, de todo lo que nos rodea. Cada planta, cada animal, tiene una historia detrás, que habla de su evolución y sus adaptaciones para subsistir. Incluso los minerales y las rocas pueden transmitirnos enseñanzas muy valiosas, aunque desarrollar esto lo dejaremos para otro momento.

Acaeció que en una de las encinas más altas de la dehesa, anidó una pareja de águilas perdiceras que, como su nombre común indica, se alimentan sobre todo de perdices. Eran comienzos de la primavera, y la hembra estaba incubando dos huevos con los que confiaba cumplir con su obligación natural de prolongar la especie.

Un carbonero común -pajarillo que habréis visto multitud de veces, con plumas de un bonito color azul verdoso en  cabeza y alas, contrastado con el color amarillo del pecho en el que parece llevan una corbata-, que andaba buscando un buen lugar para instalar su propio nido, se fijó en el de las águilas, y se acercó para preguntar:

-Qué nido más hermoso y más bien construido tienes, compañera. ¿Te importaría si hago yo el mío junto al tuyo? Esta rama en la que está parece muy resistente y no te digo nada de las vistas que se pueden disfrutar desde esta atalaya.

-Haz como quieras -le contestó el águila-. Espero que no molestes mucho con tus cánticos. Mis pollos están a punto de salir del huevo y quiero que crezcan sanos y sin molestias.

El carbonero lo comentó con su pareja y, como eran jóvenes y sin experiencia, a ambos les pareció una oportunidad estupenda, tener tan fuertes y poderosos vecinos.

Así que se instalaron en la misma rama de la encina, entendiendo que su nido quedaba perfectamente camuflado detrás del de las águilas. Se sentian, además,  bien protegidos de cualquier acechanza o peligro, pues el gran nido del que eran vecinos actuaba de elemento disuasorio. Los linces, los ratones de campo, los zorros y  hurones, entre otros animales que eran un peligro para los carboneros, ni siquiera osaban acercarse a la encina.

Pasó algo de tiempo, y los dos pollos del águila perdicera salieron de sus huevos y estaban creciendo muy bien. Sus padres, con un trabajo y dedicación encomiable, traían perdices y codornices al nido regularmente, que sus cría desollaban y engullían ávidamente.

La pareja de pájaros carboneros crió siete avecillas que, gracias al denodado quehacer de sus padres, se desarrollaban también rápidamente. Se alimentaban de moscas y mosquitos y algunos coleópteros y ya empezaban a saborear los granos de trigo y avena que les aportaban al nido.

Los papás carboneros no desaprovechaban ocasión de presumir de sus vecinos y de las buenas vistas que, desde su nido, tenían de la dehesa.

-Son muy simpáticos y amables -argumentaban a los amigos que vivían ocultos entre las zarzas y los matojos-. Desde nuestro nido en lo alto, no se nos escapa nada de lo que pasa abajo.

-No sé, no sé -replicaban algunos, revoloteando rápidos tras las mariposillas y polillas, que se apresuraban luego a llevar a sus nidos en la espesura de los matorrales.

Cuando los volantones de perdicera estaban ya suficientemente grandes para abandonar el nido en un par de días más, sucedió que los humanos propietarios del campo, que era una reserva de caza, organizaron una gran batida. Los disparos de las escopetas sonaron desde el alba hasta después del atardecer, haciendo un ruido ensordecedor y continuo.

Era imposible dormir con tanto estruendo. Quizá lo peor fue que liquidaron casi todas, por no decir, todas, las perdices y codornices del campo.

Las águilas perdiceras, en consecuencia, no tenían nada que dar de comer a sus crecidos pollos, que tampoco estaban plenamente fuertes para volar por sí solos.

Así  que tuvieron una conversación muy seria con sus vecinos, los carboneros.

-Sabéis que nos hemos comportado hasta ahora como buenos vecinos -argumentó el macho de las perdiceras-. No tenemos tampoco queja de vosotros. Pero estos días son de grave crisis para nosotros. Por mucho que volamos de aquí para allá, no encontramos una sola perdiz ni codorniz con la que alimentar a nuestros hijos, a los que falta solo un último empujón de carne para que vuelen por sí solos y así vayan a otros campos alejados, donde encuentren con qué alimentarse por su cuenta.

Los carboneros vieron los nubarrones que se cernían sobre ellos.

-¿Habéis probado darles ratones, hurones o conejos? Hay muchos en este terreno-dijo la hembra carbonera. Al mismo tiempo, ordenó a su prole que dejara de piar por unos momentos.

-Lo hicimos, pero no les gustan. -fue la respuesta de una de las águilas al pertinente comentario-Están tan acostumbrados a las perdices que solo les apetecen aves. Y, la verdad, como nosotros mismos estamos débiles porque llevamos unos días sin comer, nos es muy difícil cazar a jilgueros, pardillos o trigueros, que son tan ágiles.

Y, convencidas de que no había por qué emplear más palabras para justificarse, con un violento movimiento de sus garras y picos, las águilas perdiceras cogieron las siete crías de carbonero y a sus padres y se los entregaron sin remilgos a sus hijos, para que comieran.

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Cuentos para preadolescentes (4)

20 enero, 2023 By amarias Deja un comentario

De momento, mantengo con mi nieta el  ritmo de escribir un Cuento cada día (de madrugada). Ella, agradecida porque la distraigo en el trayecto desde casa al Colegio, me dice que “le encantan”. Y esas escuetas palabras suenan a gloria en mis oídos.

Desmontando la Torre de Babel

En el reino de Cantoprimo, vivian felices. Al fin, tenían un proyecto común y solidario. La historia de ese país era muy compleja y, por ello, interesante. Si nos remontáramos a unos cuantos siglos atrás -tampoco muchos, porque los acontecimientos que forman parte del progreso de los pueblos, son relativamente recientes- los eruditos podrían sacar la conclusión de que, cuando sus habitantes estaban unidos, todos avanzaban. Unos más y otros menos, pero avanzaban todos. Si, por cualquier razón aparecían discrepancias, reales o inventadas, podían incluso enzarzarse en controversias interminables e, incluso, habían llegado a meterse en guerras terribles. No faltaban vecinos que les animasen a pelear, seguros de que así sacarían -ellos- provecho propio.

Seguro que sabéis el relato de la Torre de Babel, que es uno de los más curiosos de la Biblia. Los descendientes de Noé querían construir una torre muy alta que llegase hasta el cielo. Estaban en ello, y ya habían avanzado unos cuantos pisos (hay un cuadro muy bonito de un pintor holandés, Brühgel el Viejo que trata de recoger esa escena), Yahveh, que es como se llama a Dios en el Antiguo Testamento, se enfadó de la soberbia de aquellos a quienes había salvado del diluvio y lanzó un maleficio, o algo parecido, por el que empezaron a hablar lenguas diferentes y no se entendieron más, por lo que tuvieron que abandonar su proyecto y separarse.

Podéis pensar que este asunto de la Torre de Babel es un cuento, y no os faltará razón. La Biblia tiene bastantes cuentos o historias sacadas de la fantasía, lo cual no quiere en absoluto significar que sean inútiles. Al contario: se pueden sacar de ellas consecuencias muy interesantes. Son metáforas, parábolas, fábulas.

En Cantoprimo tenían una lengua común, que hablaban todos sus habitantes y, además,  compartían con millones de personas de otros países. En algunas regiones de Cantoprimo había unos pocos habitantes que hablaban incluso dos lenguas: una, la común, que dominaban y otra, especial para el territorio que, sobre todo por tradición familiar, se transmitía de generación en generación.

Aparecieron de pronto varios estudiosos sin mucho que hacer, algunos de ellos, con ganas de pasar a la posteridad como historiadores y decidieron que esa lengua especial del territorio, que hablaban muy pocos, había que convertirla en obligatoria en las escuelas, porque era el mejor reflejo cultural, una huella clara, de que sus antepasados habían sido sojuzgados y esclavizados por quienes habían impuesto una lengua común. Era una idea descabellada, pero encontró el apoyo de bastante gente y, sobre todo, de quienes aspiraban a tener el poder.

Así que se obligó a que todos los niños estudiasen y hablasen en esa lengua que estaba a punto de ser olvidada para siempre, salvo por los estudiosos de la evolución de las lenguas, como pasa con el latín, el griego y el sánscrito, por ejemplo. Si querías conseguir un empleo en la administración regional, además, deberías hablar perfectamente esa lengua, a la que como le faltaban muchas palabras, se le añadieron varios miles, inventadas, que se recopilaron en una gramática.

Al cabo de unas pocas decenas de años, en esa región particular de Cantoprimo, muy pocos en ella hablaban la lengua que habían tenido en común con el resto del territorio. Estaban contentos, de momento. La lengua actuaba de muralla, como una defensa para que ninguna persona de fuera de la región ocupara puestos de trabajo en ella, si no aprendía a la perfección ese idioma, parcialmente inventado.

Pretendían los dirigentes de esa región,  conducidos por un extraño espejismo, convertirse en un país independiente. Y estaban a punto de conseguirlo. Después de todo, argumentaban, había países aún más pequeños y con menos habitantes que eran reconocidos como uno más, en el concierto internacional.

Pero sucedió algo terrible. El impulso de la región decayó de pronto. Faltos del apoyo del Estado central, no tenían el mismo crédito que antes, no recibían los mismos importes de subvenciones. Sus productos pasaron a ser más caros y no competitivos. Además, cuando tenían que negociar algún contrato con otros países, incluso con empresas de otras regiones de Cantoprimo, debían hacerlo a través de intérpretes, lo que resultaba muy caro. Aún peor: sus profesionales, que tenían merecida fama anterior, la perdieron. Los mejores profesores de Cantoprimo renunciaban a trasladarse a esa región marginal, para no empeorar sus currícula.

Era la fábula de la Torre de Babel, solo que construida al revés. Los propios habitantes de la región habían decidido separarse de los demás. En un mundo en donde es importante la solidaridad, el entendimiento entre los pueblos y, también, en un escenario muy competitivo en el que, cuanto más fuerte el músculo, mejor, aquella región había decidido cortar amarras con el buque más grande.

Este es un cuento abierto. No tengo claro cómo terminará. Pero sí cómo desearía que terminara.

 

 

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Hacia una Ucrania devastada

24 noviembre, 2022 By amarias Deja un comentario

La guerra en Ucrania va camino de alcanzar su primer año y para algunos, si se puede emplear este término tratándose de un conflicto armado en el que la desproporción de los beligerantes es tan brutal, de cronificarse.

Una vez que la resistencia inesperada de Ucrania, gracias al apoyo de Estados Unidos y la OTAN, convenció a Putin de que no se trataría de un paseo militar y que el país entero caería rendido ante el Kremlin, la estrategia de Rusia tomó una deriva que los futuros manuales de la guerra (si es que hay tiempo, capacidad y ganas para redactar conclusiones) despedazarán para encontrarle sentido.

En el momento actual, parece claro que Putin pretende dejar a Ucrania convertida en un esqueleto, con graves daños en las comunicaciones, la producción de elementos y energía y económicamente irrecuperable, sin una ayuda exterior cuantiosa.

Como he oído de un excelente conocedor de la situación, Rusia puede sentirse humillada, pero en absoluto vencida. Tiene capacidad nuclear, recursos militares y de toda indole y población de sobra para doblegar el pulso a Ucrania, manteniendo la presión hasta que la ayuda militar y económica de la OTAN y de los paises europeos se demuestre como estéril.

La encrucijada en la que se encuentran los dos bloques: Rusia-China y Estados Unidos-Europa tiene un planteamiento sencillo y brutal: o se consigue que Rusia negocie una posición de retirada de Ucrania que pueda satisfacer al Kremlin y no significar una derrota para Zelenski y los bravos suicidas que lo secundan, o llegará un momento en que we provoque la escalada nuclear, con consecuencias previsibles.

Ha sido épico, hermoso, digno de ser tomado como ejemplo de coraje  y valentía el esfuerzo del Ejército ucraniano y conmovedor haber podido apreciar, en secuencia diaria, la capacidad de sufrimiento y acomodación a la progresiva miseria de la población civil. Hemos podido vislumbrar, o quizá analizar mejor, que el conflicto tenía las características de una guerra civil, con componentes religiosos, étnicos, históricos.

Y ahora, ¿qué? Mientras dure el apoyo exterior y se siga acogiendo refugiados por millones, la Ucrania dirigida por Zelenski no va rendirse. Una moderna Numancia se está escribiendo. Mientras el conflicto se mantenga artificialmente restringido al territorio ucraniano, Rusia tendrá fácil (aunque costoso) destruir Ucrania sin descanso. No necesitará poner muchos efectivos sobre el terreno. Los justos.

La guerra de destrucción se ordenará desde el aire. Con drones y misiles sobre las instalaciones de agua, las centrales eléctricas y de distribución. los hospitales y supermercados.

Holodomor redivivo. No sé cómo va a terminar esta guerra, pero me temo que estamos aún en su comienzo.

Publicado en: Actualidad, Guerra en Ucrania, Internacional, Sin categoría Etiquetado como: guerra, Rusia, Ucrania

La suerte de la fea

9 noviembre, 2022 By amarias Deja un comentario

La extracción de rocas y recursos minerales ha proporcionado, y proporciona en todo el mundo, empleo y riqueza. Si nos detenemos en lo más cercano a las explotaciones, la historia de la minería ha dejado un reguero de bienestar, del que se han beneficiado los mineros y las comarcas en donde se ubicaron las canteras y las excavaciones subterráneas.

El trabajo del minero ha estado rodeado de un halo de misterio, secreta devoción y hálito de catástrofes. Profanar los secretos de la tierra lleva a veces el castigo de Gea, que se manifiesta en derrumbes, corrimientos y desgracias humanas y pérdidas materiales. Algunos empresarios mineros han podido ganar mucho dinero y muchos han sufrido en sus carnes la marca indeleble de la ruina económica.

Escribo hoy de los ingenieros de minas y de la minería en general, tratando de huir de cualquier sentimentalismo. La explotación de los recursos mineros exige conocimientos técnicos muy precisos, cada vez más avanzados en términos de seguridad, robótica, geología, mecánica de rocas, explosivos, maquinaria y materiales de alta resistencia, logística, derecho,…

Los ingenieros de minas somos hoy más necesarios que nunca, porque la extracción de los recursos minerales se ha hecho muy compleja. Se trabaja con leyes de concentración de metales más bajas, procedimientos a veces muy delicados (por seguridad, legislación, financiación, técnicas) y con volúmenes de arranque, transporte y tratamiento elevados.

Se ha puesto mucho énfasis en que la minería está en el origen de casi todo lo que asociamos al bienestar. Los materiales de construcción, metales tan comunes como el hierro, el cobre, el estaño o el cinc surgen de la tierra, de donde es preciso extraerlos y, después someterlos a tratamientos a veces muy complejos. Automóviles, cremas limpiadoras, camas para gatos, tornillos o cristales, aerogeneradores, abonos, microchips, ordenadores, …no podrían ser fabricados si los minerales de los que están compuestos no hubieran sido extraídos antes de la tierra. Por los mineros.

En el salón de actos de la Escuela de Minas de Madrid (hoy, Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Minas y Energía), el visitante curioso puede leer, en uno de sus laterales, una frase que todos los ingenieros de minas hemos aprendido de memoria: “Apenas conozco carrera en que la probidad, la lealtad, la buena fe, sean de tanta necesidad como en la del minero”. Su autor fue Casiano del Prado, eminente ingeniero de minas, que dedicó gran parte de su vida, en el siglo XIX, a la investigación de la geología de la naturaleza.

España se plantea hoy ante la cruda realidad de la competencia tecnológica, la necesidad de crear y mejorar su autonomía estratégica. Planteada inicialmente en el ámbito de Defensa, se llegó a la conclusión de que tenemos una grave dependencia en materias primas, y no solamente en energía. Garantizar el suministro de materia primas es clave para contribuir a la soberanía e independencia industrial española.

La asunción de la necesidad de paliar esa situación, obliga a analizar la mejora del aprovechamiento de los recursos minerales domésticos, con el objetivo de incrementar nuestra competitividad, crear empleo de calidad, reducir el transporte de materias y, desde luego, generar riqueza al poner en valor el subsuelo.

(seguirá)

Lecturas en este mismo blog:

Tengo un mapa para ti – Al socaire (angelmanuelarias.com)

Aznalcóllar, from lost to the lawsuit – Al socaire (angelmanuelarias.com)

Explorando el Horizonte 2030 – Al socaire (angelmanuelarias.com)

Superar la crisis económica – Al socaire (angelmanuelarias.com)

Esto no es un Cuento de Otoño: El riesgo de Castor visto por los ingenieros – Al socaire (angelmanuelarias.com)

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Vigésimo octava Crónica desde el País de Gaigé

22 agosto, 2022 By amarias Deja un comentario

Con medio país de Gaigé de vacaciones o con las persianas bajas, el mecanismo de generación de actividad y riqueza se mantiene, ya sea por inercia o por esa fórmula inventada por un genio sin nombre conocido llamada teletrabajo.

No sería justo dejar de reconocer que hay profesiones que en pleno agosto se sostienen, e incluso aumentan su trabajo: restauradores, camareros, bancarios, gestores de electricidad y gasolineras y, como grupo especial con el que no habíamos contado…bomberos.

Gaigé sigue ardiendo y esta semana hemos sufrido con el incendio en Bejís (Castellón), que ha arrasado más de 20.000 hectáreas  y ha causado, al menos diez heridos, viajeros en un tren de cercanías que hacía un trayecto que fue afectado por las llamas. Algunos pasajeros entraron en pánico y salieron del vagón en que estaban, pretendiendo salvarse corriendo campo a través; fue una mala idea y tuvieron que volver al cobijo del vehículo, que, gracias al arrojo de la maquinista, que cambió su sitio para accionar la locomotora de cola, y retroceder por la vía para escapar de las llamas.

El presidente de Gobierno se prodiga visitando pueblos afectados por los incendios, y prometiendo ayudas que -según algunos afectados- no llegan o son insuficientes. Sus vacaciones en Lanzarote se han visto así notablemente recortadas y, debido a la complejidad del momento, el nuevo “curso político” (como le dicen) ha comenzado. El PSOE ve ya muy grandes las orejas del lobo (con cara del inocente Núñez Feijóo), pero los problemas a resolver en el día son muy importantes y el Gobierno de Gaigé es consciente de que en las dos estaciones del año que quedan por venir se puede enderezar la candidatura de Sánchez (Pedro).

De momento, como medida de urgencia, las instrucciones emanadas de la cúpula socialista son sencillas: hay que repetir el mantra de que Feijóo no tiene experiencia de gestión, no sabe inglés no colabora y carece de visión de Estado. Sigue la tendencia marcada por su antecesor defenestrado, Casado (Pablo) de realizar una oposición obstructiva; además, si tiene alguna idea, proviene de la lideresa madrileña, Ayuso (Isabel), que le está pisando los talones.

Aparentemente, el partido llamado a ganar las elecciones de 2023 según las actuales encuestas, mantiene un tono menor, rehuyendo el enfrentamiento directo con los ministros más locuaces, fieles cumplidores de las instrucciones de los spindoctor. Preparando motores, con todo, Feijóo, en una entrevista concedida a Europa Press, ha puesto algunos puntos sobre sus íes, aunque le salieran un poco torcidos.

Por ejemplo, al expresar su posición de reintroducir el delito de referéndum ilegal, caído del panel del Derecho sancionador de Gaigé, cuando coincidieron los destrozos causados por el maremoto independentista catalán y el afán del gobierno de Sánchez (Pedro) de contentar a sus flamantes socios de coalición con esencias y agendas de diálogo. Quedó entonces con el culo al aire (expresión poco o nada usada en escritos serios, lo que no es el caso) a Rajoy (Mariano), que se había mostrado duro con los separatistas, creyendo que tenía soporte uniforme del parlamento a su espalda. Se equivocó la paloma.

El flamante presidente de la derecha integradora ha dejado caer, cuando le preguntaron su opinión sobre si creía que -los ya no presuntos, confirmados, delincuentes- Chaves (Manuel) y Griñán (José Antonio) deberían cumplir su condena, que “no le gustaba que ninguna persona tuviera que pasar por la cárcel”. Esta obviedad fue interpretada por la secta mediática afín como que era partidario de indultarlos, acción que, desde luego, el Gobierno de Gaigé prepara porque (según la versión alternativa de los hechos a los que juzgó el poder judicial) “no han cometido ningún delito, ya que no se beneficiaron ellos mismos” (sic, declaraciones de Sánchez y otros ministros).

Son en realidad, 15 los ex altos cargos andaluces, los que esperan ser indultados por sus diversas actuaciones y responsabilidades en el fraude de 680 millones de euros, repartidos sin control y a despecho de las advertencias de los funcionarios actuarios. Griñán y otros cinco altos cargos esperan con ansiedad el indulto, pues han recibido penas de cárcel. Naturalmente, los expertos en husmear en hemerotecas o con buena memoria han aireado que en el caso Filesa (por ejemplo), que enmerdó al gobierno socialista en su momento, también hubo indultos, sobreseimientos y más indulgentes condenas.

La falta de unidad de los magistrados de la Sala del Supremo al analizar el caso de los EREs (3 a favor y 2 en contra de condenarlos) alimenta sus propios fuegos, al menos mediáticamente: independencia de la Justicia, sesgada interpretación de las Leyes, privilegios especiales, falta de respeto a los antecedentes… Como abogado, yo me debo guardar mi opinión, y así hago.

Leo hoy que Putin (Vladimir) se debate entre reconocer su derrota en Ucrania o emplear misiles nucleares. Cruzo los dedos para que venza la primera opción en su cerebro de sátrapa ambicioso, porque me gustaría seguir escribiendo estas crónicas, al menos, hasta terminar el año. Gaigé ha sacado pecho en la cuestión de la energía y está dispuesta a echar una mano a Alemania para que su invierno no sea todo lo crudo que amenaza ser.

La falsa unidad europea quedó así, una vez más, en entredicho. Francia, orgullosa de su autonomía energética gracias a las centrales nucleares de las que la Alemania de Merkel (Angela) abominó y Gaigé tiene anatematizadas, niega su parte en la financiación del gasoducto (se llamaría MidCat) que conectaría la península ibérica con las tuberías alemanas, a las que no llegará el gas ruso. La Comisión Europea, tomándose una autoridad discutible, exhibe sus Fondos de Recuperación y afirma que los financiará con ellos.

En mi opinión, la cuestión de la suficiencia energética está abierta. Una nueva herida aparece en el tema de los recursos hídricos, menguados por la sequía y por los incendios. Se oyen voces y gritos de afectados (empresas que cierran, familias que no pueden pagar facturas de servicios básicos, ganaderos y agricultores que trabajan en déficit y amenazan con dejar de producir,…) pero los que debían tomar decisiones rápidas y, sobre todo, previsoras, no se atreven, no saben, no contestan.

No es un problema de Gobierno, es una lacra que arrastra Gaigé como parte de su esencia, siempre dividida entre rojos y azules, filocomunistas de salón y neoliberales sin experiencia, aprovechados y sufridores… Y tampoco somos tan originales. En Estados Unidos, Biden (Joe) encuentra la horma de su zapato en Trump (Donald). Y así en Gran Bretaña, en Francia, en Italia, en Chile, México, Colombia, Egipto, Afganistán…

 

 

 

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Ucrania como pretexto

30 julio, 2022 By amarias Deja un comentario

Llevo varias semanas sin escribir sobre la guerra en Ucrania y a duras penas me contengo, porque cada día alguna información ensombrece el panorama. La confrontación se dilata en el tiempo, repite esquemas, aumentan los muertos, los heridos, los desplazados, los desaparecidos. La destrucción de vías de comunicación, edificios y fábricas empuja con cadencia de apariencia inexorable hacia la hambruna y la ruina al pueblo invadido.

No solo Ucrania, y tampoco Rusia, sufren los efectos de una guerra que nunca debió empezar, como se va poniendo cada vez más claro de manifiesto. Pudo haber sometimiento temprano por parte del invadido. Pudo el invasor haber calibrado con mayor exactitud los efectos en carne propia de su acción deplorable. Pudieron los Estados que apoyan a Ucrania analizar mejor los daños propios al sancionar a Rusia. Puede China intervenir como pacificador para resolver el conflicto de manera negociada y rápida.

Me temo, sin embargo, que todo eso que el observador inocente juzga como medidas que hubieron debido adoptarse, han sido perfectamente analizadas y calibrados sus efectos. Estamos ante un conflicto consentido, alimentado a sabiendas o soportado con resignación por los actores. Y tengo claro quiénes son los verdaderos beneficiarios de esta guerra, porque solo hace falta analizar someramente quién está detrás del envío de armas, víveres y pertrechos a los combatientes, y quiénes están pagando las consecuencias y quiénes sacarán provecho de la reconstrucción y de los réditos por los préstamos para acometerla.

Esta guerra fue evitable. Como casi todas las que conocemos del pasado, y especialmente cuando han involucrado a varios agentes, pudo no ser o no tan cruenta. Podía haber tenido lugar el sometimiento temprano del invadido para evitar mayores daños; la Historia nos ilustra de sometimientos que han traído prosperidad y mejores conocimientos al pueblo atacado.

Entiendo que la guerra está enquistada. Siguen produciéndose ataques de parte y parte, se suceden las muertes de civiles y las destrucciones de edificios, batallas y escaramuzas por zonas de territorio, barrios de ciudades y fábricas de valor estratégico. La información de que se dispone del conflicto es interesada de parte, seguramente falaz o falseada.

El conflicto ha adquirido la dimensión de un pulso económico y estratégico que trasciende del campo de confrontación principal. Europa está siendo crecientemente castigada con medidas de restricción de entrega de gas por parte de Rusia, agudizada por una estrambótica gestión de las fuentes alternativas. Se podría pensar, además, que los daños que se dicen dispuestos a infligir al invasor de Ucrania están siendo dosificados, medidos: se envían armas de relativa potencia destructiva, se amenaza más de lo que se actúa.

En esta situación de desconcierto, cada vez más teatralizada, me ha extrañado en particular la sesión de fotografías del matrimonio (Olena y Vlodomir) Zelenski que publica la revista Vogue. Su autora es Annie Leibovitz y, más allá de la primera impresión que produce el que el Presidente de Ucrania y su esposa permitan que se les fotografíe en pleno conflicto, si se lee la entrevista y analizan las fotografías se advierte que los rostros de la pareja reflejan decisión, temor, cansancio, angustia y determinación. Son el testimonio de una injusticia histórica, de una grave dejación de la diplomacia internacional.

Porque no quiero verlos muertos, con pie de foto de condolencias. Quiero Ucrania libre, europea, nuestra.

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Vigésimo Quinta Crónica desde el País de Gaigé

24 julio, 2022 By amarias Deja un comentario

Gaigé, el País de los Despropósitos, arde. Sobrecoge ver los bosques, las casas y naves, los pastos y los eriales, siendo pasto de las llamas. Los Bomberos, profesionales y voluntarios, se esfuerzan, más allá de lo humano, en poner límites al avance voraz del elemento que todo lo destruye.  La Unión Militar de Emergencias se afana de acá para allá, siendo solicitada en tantos lugares a la vez que pareciera que su estructura fuera capaz de estirarse y ensancharse como si fuera un chicle, a voluntad de las urgencias.

Hemos recordado que el 95% de los incendios son provocados, bien por criminal voluntad destructiva o por negligencia (una colilla mal apagada, una chispa surgida de un tractor que no deberá estar trabajando allí, cristales y botellas abandonados en el bosque…). Más de 2,3 millones de Hectáreas han ardido en Gaigé en los últimos 20 años. En 2022 y, a esta fecha (24 de julio), se han superado con fatídica holgura las 200.000 Ha. Nombres donde respira la naturaleza con fuerza y pasión, como Sierra de la Culebra, Monfragüe, Los Peñascales, Sierra de Mijas, amenazados de extinción en sus entrañas. Hombres y mujeres agotados en su lucha contra el fuego; unos, tratando de salvar sus propiedades. Pero vencer o controlar al fuego exige formación y profesionalidad. Siento un escalofrío cuando oigo decir a un Jefe de Bomberos, agotado, impotente: Este fuego es incontrolable por ahora. Hay que dejarlo hacer.

Se repiten los diagnósticos a posteriori, se extraen de los cajones de lo obvio los consejos y prácticas que debieron haberse seguido, ahora tan a destiempo: limpiar los bosques, alejar las viviendas del riesgo de incendio, instruir a los descuidados, perseguir a los pirómanos, formar y contratar a más bomberos y con mejores equipos.

Hay dos culpables superiores de los incendios, según el relato oficial desde la cúpula de los Gobiernos de Gaigé: el cambio climático y la dejación de funciones administrativas. Las temperaturas llevan semanas por encima de los 40 grados centígrados y el campo, seco, es una yesca. Bien mirado, por encima de cualquier excusa, siempre está el hombre, la piromanía que nos llevó a incrementar el agujero de ozono y la concentración de CO2, la avidez por conquistar terrenos para el disfrute sin límites, el egoísmo impreso en los cerebros chiquitos con la máxima soez de “quien venga detrás, que arree”.

Ha habido cambios en la gestión de Gaigé, porque tanto el Partido mayoritario en el gobierno de coalición como sus socios, ven las orejas del lobo del Partido Popular, encarnado en Núñez Feijóo, aún tierno, aunque su talante tranquilo y el deseo de cambio alimenta las expectativas de cambio ante las elecciones generales de 2023. La riosellana Lastra (Adriana), el azote verbal de la oposición, la escudera de Sánchez (Pedro) ha sido sustituida en la portavocía del Congreso y como Vicesecretaría del PSOE, a petición propia, para dar a luz en noviembre. No ha sido el cambio más sonoro: Delgado (Dolores) se retira también como Fiscal General, por motivos de salud: dolor de espalda (y sería sencillo y cruel argumentar que el peso de la púrpura que le enjaretó el Presidente, su jefe, ha lisiado su ánimo). Suben a la palestra otros nombres, algunos ya laureados con anterioridad por el dedo mágico del dictador: Montero (María Jesús), Alegría (Pilar), López (Patxi).

Se avecina un invierno caliente, es decir, frío. La Rusia de Putin le ha tomado el gusto a la prolongación indefinida de la guerra en Ucrania, porque ha descubierto que eso debilita a Europa, que ha calculado mal su capacidad directa de resistencia. Falta gas, y la apelación a la solidaridad europea despertará las antiguas grietas, nunca bien soldadas, del egoísmo nacionalista. La hambruna causada por la desaparición del grano y los fertilizantes que proveía el granero del mundo, hoy pasto de una guerra de atrición (copio a Torreblanca, -José Ignacio-) en su columna de hoy (EM), crecerá. Malos tiempos para la lírica y para mirarse el ombligo. Las voluntades para atajar el avance del cambio climático, la globalización y la ayuda al desarrollo, tendrán que esperar. Oportunidades para los negacionistas con pedigree (oigo algunos argumentos y siento vergüenza ajena).

Suben los tipos de interés, y se encarece el dinero para los que tienen necesidad de créditos, que somos muchos. El impuesto a los beneficios extraordinarios de la Banca y las Eléctricas que prometió el Presidente de Gaigé, apropiándose de las ideas del izquierdismo trasnochado  de Díaz (Yolada) -en búsqueda de autor y votantes- anuncian un cisma en la necesaria colaboración entre Gobierno y empresa, para que funcione el entramado liberal de la economía.

Vamos firmes, en el camino de ser más pobres. Los optimistas tienen su oportunidad para hacernos ver las cosas de color rosa. Será, por lo menos, divertido.

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