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Archivo de julio 2021

En el Museo del Prado/hay mucho que ver (Poema)

30 julio, 2021 By amarias Deja un comentario

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En el Museo del Prado
hay mucho que ver.
Aprendo siempre del Bosco
Brueghel, Rubens, Velázquez o Goya,
pero hay encuentros con Jan Sanders, Parmigianino o Sánchez Coello
-entre tantos otros- difíciles de olvidar.

Reconozco, con todo, que donde me entusiasmo
es analizando las actitudes de los visitantes.
Grupos de eruditos de ocasión
que oyen sin prestar atención las explicaciones
de un guía que adapta sus conocimientos
a la curiosidad que detecta.
Hay solitarios con tiempo por delante
que escudriñan los detalles más íntimos de un cuadro
como si pudieran descubrir la fuerza de la mano que lo creó.
Otros pasan a caballo por las instalaciones
confiados en que al final de la loca carrera
alguien les otorgará un bono o el certificado de existencia.

(28 de julio de 2021, @angelmanuelarias)

Nota: La imagen corresponde a uno de los dos magníficos cuadros de Lucas Cranach El Viejo (muy similares en la composición, uno “in honour of the Duke of the Castle of Torgan”  y el otro “of Charles V”. Lo que me llamó la atención es, que, en la esquina inferior se ilustra del aprendizaje con la ballesta de un grupo de mujeres, bien custodiadas por un fornido monitor. Contrasta esa representación con el adoctrinamiento de un joven hijo de nobles y, desde luego, con la representación de la cacería, en la que decenas de venados son conducidos por guiadores y sus perros hasta un lago en donde son asaeteados a placer por los invitados varones.

Publicado en: Arte, Personal, Poesía Etiquetado como: angel manuel arias, cacería en honor de Carlos V, Castle of Torguen, Lucas Cranach, Museo del Prado, poema

Incidencias acumuladas

21 julio, 2021 By amarias 2 comentarios

La Covid no se fue y su molesta presencia viene a acumular varias enojosas incógnitas. No sabemos cómo y dónde se ha generado el virus cuya propagación puso patas arriba la economía mundial y sembró pánico y sensación de guerra real contra un enemigo desconocido. Llevados de un sitio a otro, como manada de ovejas empujada por un cánido a golpes de silbato del pastor, admitimos lo que se nos dijo en primer lugar que las mascarillas no servían para nada, para luego pasar a venerarlas como una panacea universal, a pesar de la evidencia de que esos trapos sucios con los que la mayoría ocultaban sus rostros no podían servir para mucho.

Hemos estado confinados por orden de la autoridad política, que asumió y asume funciones de garante judicial, y ya no sabemos bien si es más peligroso estar reunidos con la familia en un espacio abierto o uno cerrado, si debemos contar un grupo de cuatro, seis o diez como peligroso por su proclividad al contagio, o si el virus se propaga por el aire, se agazapa en los objetos metálicos o se nos pega como una lapa cuando damos un abrazo al amigo al que no vemos desde hace dos años.

Ahora tenemos la impresión de que las vacunas no sirven del todo, que no nos defienden suficientemente, que será necesario poner dosis de recuerdo y que no alcanzaremos la inmunidad de rebaño, porque esa cifra mágica se desplaza como el horizonte cuando nos acercamos a ella.

En la quinta ola de esta pandemia que no va a marcharse de nuestro lado, con la variante delta que resulta ser mucho más rápida en su virulencia y con manifiesta apetencia por los más jóvenes, aunque sin desdeñar a los ancianos de la tribu, estén vacunados o no, escuchamos a diario la relación de incidencias acumuladas, oxímoron que nos pone al tanto de la capacidad del virus para hacernos daño.

Son demasiadas incidencias acumuladas:

-no hemos alcanzado la inmunidad de rebaño,
-se escapa la nueva normalidad,
-hay constancia de efectos secundarios permanentes entre los que padecieron la Covid,
-sabemos de forma inequívoca que muchas muertes pudieron ser evitables,
-volvemos a rozar el colapso hospitalario,
-la situación desvela permanentemente la ineficacia gubernamental y la ausencia de coordinación entre administraciones,
-estamos hartos de la palabrería de los especialistas explicando lo que no saben,
-nos aturde el ruido mediático que caldea nuestras mentes sin piedad, alineándose con tirios o troyanos según la publicidad,
-seguimos atrapados por un paro galopante y conscientes del retraso interminable en la recuperación económica mientras la deuda pública alcanza los 1,4 billones de euros,
-sospechamos que serán muchos los años perdidos para el turismo y algunos no dejamos de repetir que los ingresos del turismo son hambre para mañana,
-nos preguntamos si las ayudas europeas llegarán en los plazos que necesitamos, con controles que podamos solventar y, en fin, en las cantidades precisas para que la economía no se hunda sin remedio, mientras nos aclaramos de cuándo y cómo debemos devolverlas.

 

Publicado en: Actualidad Etiquetado como: colapso hospitalario, covid, economía, incidencias acumuladas, inmunidad de rebaño, quinta ola

Cuba, ese problema

19 julio, 2021 By amarias Deja un comentario

España no sabe qué hacer con Cuba, con el pueblo cubano, con los dirigentes cubanos. No es un problema de ahora. Viene desde hace siglos y, desde luego, desde que en una operación bélica descoordinada y errónea, en 1898, perdió la colonia, la joya de la Corona, en manos de Estados Unidos, que supo aprovechar que la metrópoli estaba con la guardia baja.

La Historia de Cuba en el siglo XX es el itinerario de un despropósito, en el que los intereses norteamericanos como les convino, los dos recursos naturales de la isla: el azúcar y el tabaco, imponiendo precios, topes de producción y destino. Dirigentes corruptos, población poco instruida, oportunidades fallidas (Cuba declaró la guerra a Japón, bloqueó envíos a la España franquista, se hundió sin prisa en una miseria más profunda), marcaron un camino infalible hasta la revolución, que se consolidó en una gestión comunista a la cubana, en la enemistad permanente contra Estados Unidos, que no podía asimilar que aquella tierra tan cercana a la suya tuviera ínfulas de independencia y no siguiera el ejemplo de Puerto Rico.

Por supuesto, Cuba no es una democracia. La revolución castrista ha dado crecimiento a un grupo de dirigentes que se han enriquecido acumulando privilegios, medios y beneficios. La mayoría de la población, ignorante e inculta, falta de información de lo que podría ser, se ha visto polarizada hacia un enemigo concreto, un diablo cómodo: todo el mal que pasa proviene de los yanquies, del cerco asfixiante norteamericano.

No solo. La Unión Europea, mal orientada por los gobiernos españoles, no sabe cómo ayudar a Cuba a romper con el cerco agobiante norteamericano. Sin una política concreta de ayudas, con declaraciones que van del amor y abrazo del oso a las promesas baldías, el tiempo transcurre mientras Cuba se hunde más y más.

Cuba está en una situación de emergencia económica y sanitaria. No necesita palabras, sino ayuda concreta. Es verdad que existen otros países más necesitados, gobiernos más dictatoriales y corruptos, pueblos aún más desquiciados en su estado de necesidad y falta de soluciones. Pero tenemos a Cuba en nuestro mapa de responsabilidades prioritario. La conocemos bien. Nos conocen bien.

Por supuesto, Cuba no es una democracia. Y qué ¿a quién preocupa éso, cuando más de la mitad de los países del mundo no lo son -cuando incluso en nuestro país hay una colección, reducida pero vociferante, de imbéciles que difunden donde les parece que España no es una democracia “plena”?

Por favor, que el primer viaje del recién nombrado ministro de Exteriores sea para ir a Cuba, y se haga acompañar de un avión cargado con medicinas y alimentos y, sobre todo, con el borrador de un acuerdo de cooperación entre los dos países que defina claramente una vía de apoyo y soluciones. Pocas palabras. Ninguna, desde luego, de descalificación. ¿Para qué servirían?

Publicado en: Sin categoría Etiquetado como: cooperación, Cuba

El análisis genómico como clave para tratar el cáncer

12 julio, 2021 By amarias Deja un comentario

No se si entre los lectores de este blog son mayoría los que, especialmente en las cuestiones que afectan a las enfermedades graves -el cáncer, por ejemplo- prefieren confiar en que los oncólogos y especialistas que les atienden en su patología, sin intentar conocer cuáles son -aunque fuera de manera sucinta- los fundamentos del tratamiento que están recibiendo.

Mi curiosidad me lleva, como un imán, a tratar de entender qué es lo que sucede en mi organismo, en especial, en relación con los tumores que padezco. Voy, por lo demás, bien servido. Esta actitud me lleva a buscar entre los avances científicos -acelerados, potentes, muy activos, numerosos- aquellos que sitúen mi patología en los niveles del conocimiento actual y sus tratamientos óptimos.

Como ya hice notar en otras ocasiones, dependemos en España, en gran medida, de las farmacéuticas: ellas son las que invierten en investigación oncológica, que orientan a la obtención de beneficios. Existen en nuestro país algunos centros de investigación genómica que permiten aventurar interesantes resultados futuros, además de generar la capacidad actual para interrelacionarse con investigadores de los centros punteros, servir de contacto cualificado con las farmacéuticas y tratar de formar equipos propios. La experiencia clínica de nuestros oncólogos es fundamental para entender mejor las consecuencias de los procesos terapéuticos en cada paciente y dudo que en el exterior nos ganen en empatía con el paciente y capacidad de aprendizaje.

Hace unos días recibí información sobre el análisis genómico de la biopsia de mi tumor vesical, uno de los dos que padezco. La muestra biológica puso en evidencia que tengo pérdida de la enzima PTEN (fosfatidilinositol.3,4,5-trisfosfato 3- fosfatasa) que actúa como catalizador en la reacción de hidrólisis del grupo fosfato del carbono 3 del trisfosfato, en la que se libera fosfato y se trasforma en bisfosfato. La pérdida o mutación de esta enzima es un indicador tumoral, que está presente en el 20% de las muestras tomadas en la prostatectomía radical y en el 50% de los tumores resistentes a la castración (el mío).

La pérdida de PTEN y, por tanto, de su funcionalidad, lleva a la activación del proceso PI3K-AKT, pues el gen es regulador principal del mismo, en cuestiones clave como el crecimiento celular, el metabolismo, la motilidad, la supervivencia y la apoptosis (la muerte celular programada. La activación aberrante del proceso PI3K/AKT promueve la supervivencia y proliferación de las células tumorales en muchos cánceres humanos.

El papel de este proceso es clave en los cánceres de próstata, en particular, en asociación con la detección del receptor de andrógenos. (AR). El receptor de andrógenos es un factor de transcripción nuclear, multipresente, que en ausencia de ligante permanece en el citosol ligado a las proteínas de choque térmico. Muchos ligantes actúan con el , aunque los ligantes nativos son los andrógenos y la testosterona. El AR es necesario para la proliferación, supervivencia e invasión en los procesos cáncer de próstata, aunque se desconoce aún el mecanismo en que se pierde el equilibrio entre la proliferación y la muerte celular en las células tumorales.

Las PI3K son una familia de kinasas que regulan las actividades anabólicas y catabólicas de la célula a través de la fosforilación de los grupos hidroxilo.  La activación del proceso PI3K está presente en el 30% de los cánceres primarios de próstata y en el 60% de los cánceres de próstata resistentes a la castración. El reconocimiento de este papel ha conducido al desarrollo de inhibidores específicos, como la abiraterona/prednisona y el ipatasertib, en algún caso en combinación con docetaxel. Lamentablemente, en pocos meses, los pacientes desarrollan invariablemente resistencia al tratamiento.

La investigación, pues, prosigue para vencer estas dificultades, con nuevos fármacos y en la selección de tratamientos que sean específicos a las características genómicas concretas de cada paciente.

Publicado en: Actualidad, Cáncer, Medicina Etiquetado como: abiraterona, análisis genómico, apoptosis, cáncer, docetaxel, enzima, investigación, ipatasertib, PI3K, PTEN, receptor de andrógenos

Explorando el Horizonte 2030

10 julio, 2021 By amarias Deja un comentario

Incorporo como Comentario a este Blog, el último Editorial que escribí para la revista ENTIBA, publicación del Colegio de Ingenieros de Minas del Norte de España, y de la que formo parte de su Consejo Editorial

“Cuando parece a punto de darse por superada –al menos, en los países desarrollados- la urgencia sanitaria causada por la crisis pandémica, es momento de tomar en serio el papel insustituible de la Ciencia, la Investigación y la Tecnología como pilares del modelo de bienestar y su desarrollo. La observación parece trivial, al albergar un argumento cuyo contenido nadie discute, que se podría considerar  plenamente asumido y compartido.

Pero la idea mantiene intacta su signo revolucionario. Asumir su potenciación como una necesidad ineludible, implica la puesta en entredicho de varios lugares comunes. 1) Niega la validez de apelar al voluntarismo o a la falta de planificación como factores con los que corregir el rumbo natural de los acontecimientos, que están poderosamente dirigidos por el segundo principio de la Termodinámica, es decir, por la tendencia al desorden. 2) Destruye la tentación de mantener confianza ciega en el impulso espontáneo de la imaginación colectiva como clave para mejorar el futuro. El mundo hace tiempo que no “va de lui même”, no avanza solo, como pretendían los fisiócratas del XVIII. 3) Incluso, cuestiona la petición de principio por la que se pudiera creer que la técnica, sin orientación ni directrices, acudirá a rellenar las carencias cuando se le ofrezcan incentivos y señuelos, como si fuera un atleta sin necesidad de preparación, siempre dispuesto para la carrera.

La sociedad ha vivido una conmoción de la que no se recuperará de inmediato, porque han quedado afectados y, en ciertos sectores, destruidos, principales sectores económicos. La solicitación recibida por el sistema de salud ha sido brutal, tensando la disponibilidad de los equipos para atención médica y la preparación y capacidad de resolución del personal  facultativo hasta límites no imaginados. La desorbitada cifra de infectados ha llevado al umbral del colapso la oferta sanitaria, y causado millares de muertos y enfermos crónicos, obligando a adoptar decisiones de urgencia bajo un régimen de presión emocional insoportable. Se han puesto de manifiesto las debilidades de la oferta de atención primaria y asistencial para abordar con solvencia absoluta una situación tan insólita, pero también ha permitido detectar las fortalezas y la capacidad de improvisación inteligente de los equipos facultativos, a todos los niveles formativos.

Junto con esas conclusiones de un análisis aún provisional y tensado por la emoción, sería erróneo pasar por alto que la descentralización de las competencias sanitarias hacia las autonomías ha perjudicado la dedicación eficaz de medios y la adopción solvente de decisiones rápidas, con discusiones estériles y dañinas, provocadas por la diversidad política más que por la controversia entre criterios científicos y experimentales.

Entender con alivio que la  crisis pandémica está razonablemente superada, y asistir con suficiencia a la recuperación vertiginosa de nuestra fuente fundamental de ingresos, el turismo, nos podría inducir a correr el riesgo de confiar, por analogía, que, con pequeñas intervenciones en otros sectores se conseguirá alcanzar en corto plazo las posiciones anteriores a la crisis sanitaria.

No será sencillo. Por la estructura de nuestra economía, con una base desproporcionada en empresas de pequeño tamaño y escasa aplicación tecnológica, la crisis sacó del mercado definitivamente un número  elevado de pymes y autónomos. Muchos agentes fundamentales por su participación en la formación del sistema económico y social que sustenta la estabilidad de los flujos de producción, distribución y consumo, han resultado dañados en número y calidad, viendo perdida su viabilidad, y generando bolsas de paro, con la necesidad para una parte de la población afectada por la pérdida de ingresos, de recurrir a la solicitud de prestaciones asistenciales.

La economía debe generar nuevas oportunidades y se ha de estar preparado para resolver demandas de empleo con cualificaciones desconocidas o poco comunes. La tendencia y fuerza real de la recuperación es una incógnita. Muchas empresas han agotado su liquidez y la digitalización, que supone contar con formaciones duales (en el sentido de conocimiento sectorial específico y en tecnologías de informática y comunicaciones), tensa el mercado de trabajo al demandar conocimientos de los que la población carece aún y en disciplinas que tienen poca difusión. Falta impulso empresarial. No pocos emprendedores han perdido sus ahorros, cuando no su patrimonio y no tienen ánimos de probar fortuna en otros campos. Hacen falta emprendedores cualificados, con capacidad de gestión en las nuevas tecnologías y con información sobre las necesidades inmediatas, es decir, oportunidades de inversión solvente.

Desde los sectores más afectados por la paralización pandémica, especialmente de los cercanos a los extremos de la cadena de producción y consumo, se reclaman ayudas inmediatas y a fondo perdido. Es, en cierto modo, una distorsión, un fondo de ruido que afecta a la adopción de decisiones. No puede dejarse a un lado que, además de los estragos sociales y económicos causados por la paralización forzada de actividad, se han producido graves daños ecológicos, dado el carácter de externalidad del medio ambiente, con manifestaciones ocultas o de difícil evaluación. La urgencia para cubrir necesidades vitales perentorias llevó a ignorar normativas legales o cuidados ambientales.

Al valorar la situación actual, se  podría, en fase de optimismo creativo, entender como magnífica opción que a España se le ofrecen oportunidades de construir un nuevo tejido industrial y de servicios sobre las tierras quemadas o agostadas en la postpandemia. No parece factible levantar de inmediato una nueva estructura socioeconómica sobre el campo de necesidades inmediatas. Por eso, será imprescindible valorar nuestras peculiaridades, en especial en relación con los países más avanzados de la Unión Europea, a cuyo carácter tractor habrá que acercarse y atender a forzar la reactivación impulsando principalmente esos sectores.

Como idea general, será preciso separar las actuaciones inmediatas, cuyos efectos no admiten dilatación, de aquellas de las que se obtendrán frutos a mayor plazo. Aunque hay medidas que deben tomarse de manera centralizada, como la rápida formación de expertos digitales, hay que confiar en que las decisiones empresariales e individuales asuman la necesidad de incorporar la digitalización a los procesos. También será factor de activación, el desarrollo de modelos de gestión y producción digitalizados, o, sin ánimo exhaustivo, el tratamiento de los riesgos y oportunidades relacionados con la protección climática.

Los planes de los países europeos para tratar de solventar los efectos de la crisis pandémica a medio y largo plazo, presentan una fuerte similitud, hasta el punto de que parecen copia unos de otros. Eso no descalifica su validez, sino que pone el énfasis en que lo importante no es trazar grandes líneas sino acomodar su realización a las posibilidades concretas de cada país.

Es seguro que, de la necesidad y la activación de algunas líneas de concentración de recursos intelectuales y físicos, surgirán innovaciones en muchos campos. Habrá que seleccionar, con análisis serenos, aquellas ramas con mayores oportunidades de crecimiento, y, sin dudar, protegerlas con medidas, agilizando los procesos regulatorios y burocráticos.

Los menores salarios medios y la menor relación en la aportación al pib per cápita ofrecen ventajas comparativas para España. Aunque es común expresar que tenemos bajos índices de productividad, apuntando a la falta de eficiencia o cualificación de la mano de obra, las diferencias con los países más productivos son más bien achacables a deficiencias de gestión y a la falta de equipamiento del mejor nivel. Disponemos –si bien en franca y lamentable recesión- de una elevada  capacidad formativa oficial, con algunos centros de excelencia reconocidos.

Aunque no somos un país con recursos propios singulares (a salvo del patrimonio histórico y los valores paisajísticos que potencian nuestra oferta turística y de ocio), tenemos materias primas de alto valor y creciente demanda, que sería preciso explorar.

Ante todo, para impulsar los ejes en los que apoyar el desarrollo inmediato con perspectiva de rápidos rendimientos, se han de corregir las deficiencias en Formación, Investigación, Creación científica y Desarrollo tecnológico.  El historial de Planes fallidos en Educación y Ciencia, la heterogénea cualificación del personal docente y científico –con media de edad muy alta, falta de definición de la carrera profesional, insuficiente financiación para dotación de equipos y material, así como deficiente orientación metodológica y escaso estímulo a la eficacia- debería forzar un análisis externo corrector de las carencias y que condujera a la potenciación inmediata de sus fortalezas, incorporando medios humanos y materiales allí donde sea necesario.  No es tarea sencilla, pues el sistema se ha poblado de vicios, conformismo y nepotismo, en coexistencia dramática con excelentes profesionales.

Algunas actuaciones son fáciles de enumerar, pero exigen una coordinación e impulso de gran alcance. Junto al impulso  a la investigación e innovación, deben incorporarse medidas para la incorporación y formación posterior de empleados, el desarrollo de facultades para adaptarse a las tendencias a la movilidad laboral, el impulso a mentalidades digitales en el trabajo individual y de equipo, tanto en los procesos de producción como en los servicios, la utilización personal de las nuevas tecnologías, la potenciación de habilidades soft (como la capacidad de comunicación verbal y escrita en la lengua propia y en otras extranjeras), la generación de una mentalidad flexible para atender al carácter disruptivo del nuevo mercado laboral, o la incorporación de la sensibilidad de protección ambiental como directriz general de actuación.

La correspondencia con los proyectos de nivel europeo, para aprovechar la capacidad de arrastre de los líderes tecnológicos, no debiera ser la única orientación, pues nos convertiría definitivamente en un país subordinado. Tradicionalmente, hemos visto en Alemania una referencia a imitar, y un aliado interesado, al que nos hemos asociado casi siempre de buen grado. Es evidente que, si se asegura el encaje sólido en estructuras más eficaces y de mayor envergadura, se favorecerá la búsqueda de la estabilidad del modelo de bienestar y calidad de vida que se pretende consolidar para el futuro, garantizando en teoría su viabilidad económica, ecológica y social, al vincularla a una fortaleza superior. Al margen de esta idea general, será conveniente actuar con cautela e inteligencia en la selección de prioridades.

Como país intermedio, España no puede pretender ser el paladín tecnológico en líneas de trabajo en donde ya confluyen intereses económicos extranjeros, alimentados por potentes empresas multinacionales con centros de decisión sobre los que no tenemos influencia. Arriesgaríamos, como sucedió otras veces, ser su banco de pruebas experimental.

Los Fondos Europeos del NextGeneration, con transferencias próximas a los 70.000 millones de euros entre 2021 y 2023, al aplazar las consecuencias inmediatas de la crisis, han de verse como un alivio momentáneo.

La obsesión por liderar la descarbonización puede pasarnos una alta factura. La Unión Europea ha aumentado la autolimitación de la  reducción de las emisiones de CO2 equivalente a un 55% en 2030, arrastrando a una fuerte subida el precio de la tonelada de CO2 que va camino de superar los 60 euros,  al reducirse el mercado de derechos de emisión que las empresas  que más contaminan deben comprar para seguir produciendo energía en sus instalaciones.

La voluntad de acelerar al máximo la descarbonización de la producción energética y el decidido sesgo ecologista de las decisiones estratégicas no debieran generar confusión respecto a la naturaleza económica del desarrollo. Las medidas restrictivas exigen ser compensadas con nuevos ingresos. La explotación ordenada de los recursos mineros del territorio  debiera forma parte de la planificación.

El sector reclama una estrategia para la minería y apoya la creación de una alianza estratégica europea de materias primas, que incluya la recuperación de residuos de algunos metales, como el cobalto y el wolframio. Confedem ha identificado trece minerales esenciales para la transición energética de los que España dispone de reservas: aluminio, cobalto, cobre, grafito, litio, estaño, manganeso, níquel, oro, plata, tierras raras, vanadio y wolframio, y así se lo ha comunicado al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, para su consideración en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030.

Aunque España carece de empresas líderes en el sector minero, dispone de la zona más mineralizada de la Unión Europea. Gracias al cinturón de pirita ibérica, somos una potencia en la producción de cobre, de amplia utilización en la fabricación de vehículos y en el desarrollo de la energía eólica, con recursos cercanos a los 2,3 millones de toneladas. El wolframio, usado en baterías y acumuladores, tiene reservas similares. Los cátodos de las baterías de iones de litio han convertido al cobalto, subproducto en la explotación de los minerales de cobre y níquel, en elemento crítico. Actualmente, el cobalto es extraído en la República Democrática del Congo y procesado en China, con riesgos que no resultan asumibles para los productores de baterías que buscan acercar sus instalaciones de producción a los centros de mayor consumo. Los sistemas para almacenamiento de la energía intermitente de origen renovable han aumentado, por su parte, las perspectivas de un incremento en la demanda de vanadio.

En general, el buen conocimiento de los depósitos de muchos minerales (estaño, oro y plata) o los indicios suficientes para considerar otros del mayor interés (litio, cobalto, níquel), y la actualización de los datos disponibles (en el caso del grafito y del vanadio), ofrece saludables perspectivas en relación con las técnicas más modernas de valoración, extracción y uso de los materiales geológicos.

La identificación de yacimientos de alto valor estratégico viene tropezando, sin embargo, con la empalizada ideológica, de base temperamental, construida desde las presiones ecologistas y la obsesión por la defensa ambiental y la intangibilidad del territorio, que han conducido a exagerar la afectación minera, creando una opinión publica distorsionada, que desconfía de la técnica y del cumplimiento de la  obligación legal de controlar y reparar los eventuales daños. Se está paralizando la investigación y explotación de recursos mineros que podrían ser fuente de riqueza y empleo. Esta situación afecta, entre otros,  en la actualidad al yacimiento de tierras raras de Ciudad Real (Torre de Juan Abad) y al de Valdeflores (Extremadurra), con alto potencial en litio.

Los minerales estratégicos no solo son necesarios para la generación de equipamiento y materiales vinculados con la producción energética. Son también imprescindibles en la fabricación de impresores de alta definición, en la robótica, la aeronáutica, y, en general, todas las tecnologías digitales. Si no se obtienen en Europa, habrá que importarlos, creando así dependencias muy limitantes. Alemania ha firmado acuerdos con Chile y otros países que le permitirán garantizar el abastecimiento para su producción tecnológica.

El horizonte 2030 se moverá, obviamente, a medida que nos aproximemos a él. Por eso, debemos dotar de la máxima capacidad de adaptación a nuestra estructura formativa y económica, conscientes de que los hallazgos de la investigación científica, a los que estamos obligados a contribuir con eficacia, ofrecerán nuevas oportunidades y cambiarán la manera de abordar otras. Sirva como ejemplo puntual que la Sociedad Max Planck está investigando la sustitución del silicio en los paneles solares para mejorar su absorbencia, incorporando una película de perovskita.

Con seguridad, gran parte de lo que hoy nos aparece muy claro, se desdibujará al acercarnos a los objetivos, apareciendo otros retos. La Ciencia, la Investigación y la Tecnología seguirán estando en la base. Los ingenieros de minas estaremos siempre dispuestos a asumir un papel relevante. Son muchos los ámbitos en los que podemos colaborar. Queremos seguir sintiéndonos orgullosos del papel que, como profesionales, podemos representar para contribuir a despejar incógnitas de los brumosos horizontes que envuelven el futuro.

@Angel Manuel Arias para ENTIBA (junio de 2021)

 

Publicado en: Actualidad, Economía, Ingeniería, Investigación Etiquetado como: Alemania, angel manuel arias, ciencia, Colegio de Ingenieros de Minas del Noroeste, descarbonizacion, energía, ENTIBA, Horizonte 2030, ingenieros de minas, inversiones, investigación, minerales estratégicos, minería, Next Generation, planes de recuperación, postpandemia, tecnología, Unión europea

Hay un brote de pasión que razón ciega

9 julio, 2021 By amarias Deja un comentario

Escribí el Soneto hoy, pero la intención viene ya de antiguo. Meses, sin duda. Es cierto que mis últimos Comentarios tienden a hablar de política y que, ahora que proliferan los especialistas en algo, yo no lo soy en nada, y menos en esta materia.

Solo que, como ciudadano, siempre me interesó aprender de la gestión que los responsables de su Administración hacen de la “cosa pública” y que, de ese análisis, he forjado un espíritu crítico que no creo que haga mal a nadie.

Después de todo, me atrae el futuro como reto colectivo y aunque tengo mis días contados en él, me preocupa el que estamos forjando para nuestros descendientes.

Este Soneto puede tener varias interpretaciones. La que me gustaría que el lector generara es la de que debemos recuperar el diálogo, abandonar el elogio sin posibilidad de crítica al que manda (a la espera de quién sabe qué) y, en fin, asumir como verdad que la discrepancia enriquece.

Hay muchas cosas, sin duda, que el actual Gobierno de Sánchez está haciendo bien. Es su trabajo. Pero resplandecen como bolas de fuego las que carecen de virtud. El gobierno de coalición se desmorona (por el lado independentista como por el del populismo de izquierdas). Varios Ministros han demostrado sobradamente su falta de capacidad, incluso intelectual. El presidente de Gobierno está superado por el exceso de trabajo y ego. La falta de apoyo a la Monarquía constitucional es tan evidente que produce enojo.

No estoy a favor, ni es tiempo, de un cambio de gobierno, sino de sus formas y métodos. Y a la oposición, aunque también a la ciudadanía silenciosa, le pediría opciones, alternativas concretas y no gritos. Hay mucha gente sabia, bien preparada, trabajadora, eficiente en el país. Necesitan que se les conozca, porque eso nos animará a todos. Désele publicidad, por favor

Soneto contra el sectarismo

Hay un brote de pasión que razón ciega
y cualquier argumento desbarata.
Sin entrar al fondo con desprecio anega
la contraria opinión, necia o sensata.

Al que se opone, el fanático restriega
catecismo y simplezas; sin oír, mata
alternativas cuya vida niega
y solo crispación en vez desata.

Si el uno recibe de secuaz el nombre,
sirve a la virtud de aquel que brega
por avanzar sin dogmas. Gloria al hombre

que a la crítica sagaz fiel se entrega,
sin que el grito le amedrente o asombre,
que, del sectario, ni a indignarle llega.

9 de julio de 2021

Publicado en: Actualidad Etiquetado como: apoyo incondicional, investigación, Pedro Sánchez, política, séquito, soneto

La vida es… como el Fútbol

6 julio, 2021 By amarias 2 comentarios

Para aquellos muy jóvenes o francamente desmemoriados, recuerdo que el titular de mi comentario guarda forzada similitud con una frase antológica del entonces torero Jesulín de Ubrique, matador de éxito antes de que cayera en las fauces de la devoradora mediática.  Cuando un entrevistador quiso saber qué opinaba de la vida, Jesulín contestó, sin inmutarse: “La vida es…como el toro”.

La frase hizo época, es decir, tuvo vida mediática por mucho tiempo. Como el voraz Cronos todo lo fagocita, no puedo adivinar si, dadas las vicisitudes posteriores del sobrevivir del simpático gaditano, éste seguirá entendiendo que la metáfora es correcta para definir su propia vida. Me apropio del gancho expresivo de la frase para actualizarla según mi conveniencia y el correr de la actualidad que hoy nos ocupa para especular que, en este momento, “la vida es…como el fútbol”.

Cuando esto escribo, estamos en medio del enésimo campeonato de fútbol internacional, en este caso, competición entre países de la Unión Europea. El equipo de España juega hoy, 6 de julio de 2021, contra el de Italia, después de un periplo lleno de incertidumbres y momentos llenos de emoción. No tuvo la selección española, hasta ahora, una trayectoria brillante, con gol en propia puerta, empates sin chicha ni limonada y hasta un decidir por penalties, resuelto en el último momento, es decir, cuando todo parecía perdido, convirtiendo en héroes por unos días, tanto al portero del equipo que defiende honores patrios, que detuvo dos penas máximas del contrario como al delantero propio que marcó el último disparo de balón de su tanda.

Más de ocho millones de espectadores vieron estos partidos de media y doy por seguro que la inmensa mayoría han pasado por todas las emociones posibles en la hora y media (máximo, dos horas) que duran estos encuentros.

La vida es como el fútbol, y la política tanto más, porque, cuando esta competición se acabe -si perdemos hoy, será el final para nuestra participación-, tendremos héroes por unos días, páginas en los periódicos, incluso fuera de las páginas de deportes y análisis serios y sesudísimos sobre lo que se hizo o podría haberse hecho.

La vida es fútbol porque ese juego de pelota, que nada sirve para representar patrias, fobias no filias, recibirá más atención que la grave situación política y económica que atraviesa España, como una lanza. ¿Habrá comentarios, discusión productiva, propuestas útiles, críticas con sentido? No no hace falta. La inmensa mayoría practican/practicamos el “wait and see”, esto es, siéntate a ver el partido, disfrútalo, que, hagas lo que hagas -aplaudir, llorar, gritar, vociferar, animar, discutir, el equipo en el campo hará lo que pueda.

Si gana, si Sánchez acierta, estupendo. Si pierde, si la situación se hace aún más espesa… no hay problema. Esperaremos al próximo campeonato.

Porque la vida, y especialmente la política, es como el fútbol. Así piensa la mayoría del personal. Uno se sienta, el vaso de cerveza y las aceitunas al alcance de la mano, y a disfrutar del partido.

Solo que, aunque no lo creamos, en el terreno de juego de la vida, los peones somos nosotros. No somos jugadores, quiá, somos los recogepelotas.

 

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