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Descalabrando el centro

12 marzo, 2021 By amarias Dejar un comentario

La sorprendente decisión de la presidente de la Comunidad Autónoma de Madrid, Díaz Ayuso, de disolver el Parlamento regional y convocar elecciones para el próximo 4 de mayo de 2021, ha significado un duro golpe para el hipotético partido de Centro, los maltrechos restos del otrora poderoso y esperanzador Ciudadanos. Las declaraciones de Ignacio Aguado, vicepresidente de la Comunidad, cogido a traspiés de esta convocatoria, soltando por su boca duras palabras contra Isabel de Madrid, pone de manifiesto que la campaña y votaciones de mayo se harán a cara de perro, esto es, a navaja trapera, entre estas facciones de la derecha.

Conviene repasar, para la historia corta de los políticomanejos y raquíticodescalabros  españoles, lo que trascendió de  lo sucedido en los entresijos de las cloacas de la gestión política de nuestro país. El hipocentro  del terremoto se localizó en Murcia, con una moción de censura contra el presidente de esta comunidad (el muy ponderado, en talante y acción, Fernando López Miras), siguiendo un pacto contra natura (a destiempo) ente el PSOE y Ciudadanos. En una rápida reacción, Isabel Díaz Ayuso, que sospechó -según ella reconoció- que se preparaba la misma operación para descabalgarla, se adelanta en cuestión de minutos para anunciar la convocatoria de elecciones. (1)

De todo este asunto, lo que se saca en limpio entre los tachones, es que Ciudadanos ha cavado más hondo la fosa de su desaparición, suicidándose, al aceptar el abrazo del oso del sanchismo. Desde el injustificado y no explicado jamás, disparo en el pie de Albert Ribera en las elecciones que anunciaron que no sería posible acuerdo entre el PSOE de Sánchez y su partido, henos asistido a la pérdida sistemática de fuelle en el partido de centro. Lo que no resultaba imaginable es que Inés Arrimadas, zumbándole la cabeza por los sucesivos descalabros electorales, creyera que podía obtener algo útil abrazándose al PSOE de Sánchez, acuchillándose a sus aliados naturales.

La situación que se alumbra para la derecha española es muy delicada, y parece obra de un maquiavélico muñidor en su contra. Doy por seguro que Ayuso, que goza de creciente mayoría entre los madrileños (siempre proclives a sostener al que recibe las bofetadas, si las estima injustas), ganará las elecciones regionales. Tengo la bola de cristal  dañada en un lado, por lo que no puede prever si esa mayoría será suficiente para no tener que contar con el apoyo de Vox, que no se le brindará ni debe ser aceptado.

Lo más grave, en mi opinión, será la desaparición del centro político.  La fuga de cerebros y apoyos desde Ciudadanos hasta la decepción y los partidos ideológicamente limítrofes es imparable. Arrimadas ha perdido el rumbo y se ha quemado a lo bonzo. En el PP, la ascensión a los cielos regionales de Ayuso pone en peligro el liderazgo de Casado, aunque también supone retrasar la reconstrucción de una fortaleza para el partido de la derecha que pueda ser alternativa a la coalición de conveniencia entre PSOE, Podemos y los independentistas.

Por partes: que gane Ayuso con suficiente mayoría, que Gabilondo (Angel) se retire en buena hora a la Defensoría del Pueblo, que Arrimadas ceda su lugar en el centro a un nuevo partido y a nuevos líderes, que Casado se crea su posición y se apoye en los que más saben de política real para consolidar el PP (o ahueque), que Sánchez deje de jugar al desconcierto, apoye sin tapujos a la Monarquía de Felipe VI como lo más decente que nos queda y se desprenda de la costra de Podemos, que la izquierda verdadera recupere su fuerza representativa de los que menos tienen y no como expresión del folclore mediático y, en fin, que alguien organice, con cabeza y autoridad, la grave cuestión de las vacunas.

Porque nos estamos ahogando en la inmundicia y, para encima, seguimos maltratados por el coronavirus, aunque nos salen las vacunas hasta de debajo de las piedras. Sin embargo, aún no se ha vacunado ni a un miserable 5 por ciento – qué va, estamos en el 3%-  de la sufrida población española.

—

(1) Ultima hora del 12 de marzo de 2021. La moción de censura contra Lopez Miras no ha prosperado, porque 3 diputados de Ciudadanos han votado en contra, es decir, a favor de su continuidad, rompiendo la disciplina de voto. Sin duda, un disparo más sobre el velamen de la balsa que pilota Inés Arrimadas, en su travesía por el Amazonas, en una aventura que parece trazada como trasunto de la película de Herzog “Aguirre o la cólera de Dios” .

 

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Actos sociales

20 septiembre, 2020 By amarias 1 comentario

El recrudecimiento de los casos de contagio por la pandemia vírica y el duro reconocimiento clínico de que seguimos ignorando  muchas cosas de cómo tratar a los  infectados y casi todo de cómo evitar contagiarnos, ha vuelto a poner el énfasis en la necesidad de enclaustrarse. Suprimir los actos sociales, reducir las salidas a la calle, procurar no utilizar el transporte público. Y hacer lo que se haga siempre con mascarilla, esa tela de variadas hechuras y misteriosas composiciones -desde la tela de colorines a juego con el calzado al triple refuerzo vital made in China, como el pangolín que nos aguó la verbena-.

Los actos sociales, como todo el mundo sabe, son la base del comportamiento humano, lo que nos hace distintos a la mayoría de los animales que, en las categorías superiores, solo suelen reunirse por parejas y en el acto de la procreación. Nosotros, la especie del sapiens, con el paso del tiempo le hemos añadido mucha más gracia y bastantes calamidades.

Disfrutamos con la mayoría de los actos sociales (excluyo las guerras, aberración de los mismos, pero muy utilizada a lo largo de la Historia). Nos gustan las fiestas, compartir aficiones, e incluso señalamos con ellos momentos importantes de la vida: el nacimiento, la pubertad, el tomar pareja, el tener hijos, los cumpleaños, la muerte.

Este “puto virus” -como se conoce entre nosotros- impide la celebración de actos sociales fundamentales. Y los actos sociales no son exhibiciones del ego particular (muy raras veces, si), sino la demostración, ante el resto de la tribu, que hemos tomado una decisión importante o superado una etapa vita. Puede que algún lector piense en la asistencia a un encuentro de fútbol o a una sesión de ópera (por ejemplo) como acto social, aunque yo me quiero referir aquí a los actos sociales en los que somos protagonistas o acompañantes afectivos de éstos.

Una boda  no es acto social, aunque tenga efectos legales, sin la celebración del banquete ad hoc, sin compartir el momento con la familia -la propia y la añadida- y los amigos. Puedes casarte por la Iglesia, o por el rito que de validez jurídica al enlace, pero entiendo buen que muchas parejas pospongan el anuncio de su compromiso hasta que nos veamos libres del huésped venido del Oriente.

Sufro al advertir cuántos infantes -mi querida nieta Carlota, entre ellos- han tenido que celebrar una Primera Comunión (el atávico rito al reconocimiento de la entrada en la “edad de la razón”) sin el fausto de la asamblea familiar. Yo guardo un magnífico recuerdo de mi Primera Comunión -compartida la celebración posterior en la cafetería Arrieta, de Oviedo, con mi primo Javier Pérez Montoto-, con el salón del local lleno de familiares de ambas familias, unidas por vínculos colaterales.

Pues bien: resulta que los que mandan, ya que no tienen mejores argumentos para atajar el virus, prohíben los actos sociales y nos confinan hasta que alcance su cénit la “curva de contagios” (el punto de saturación en mecánica de fluidos). Lo entiendo, claro, en justificación de la “buena causa”, ya que no soy negacionista, nihilista ni estúpido y amo mi vida y, mucho más que la mía, la de quienes quiero.

Pero lo que no puedo entender es que se autoprohíban los pactos sociales. Sí, he escrito los pactos sociales, la forma inteligente, avanzada, democrática, de vivir en sociedad. Acordar, pactar, llegar a puntos de encuentro en beneficio de la inmensa mayoría, la paz social, el bien común, el sostenimiento de la democracia…esas cosas.

Tenemos unos partidos políticos que, para desgracia  de este momento que han convertido en histórico por su mala maña, son incapaces de pactar. Quieren tanto su parcela de poder, se aman tanto a sí mismos, se creen tan imprescindibles, que no quieren pactar. Se han unido, es cierto, en momentos precisos, con gentes de parecida calaña, en pactos internos para alcanzar su cuota de poder, pero no quieren pactar con los demás. Caca, culo, pis.

Y, por ello, por su cerrazón, por su incomprensible inquina hacia el que entienden que puede quitarles sillón y poder, lo cercan, lo insultan, lo desprecian y ,,,a cuantos defienden o apoyan a aquel con el que no quieren pactar, los consideran enemigos, indocumentados, fachas, rojos de mierda, descerebrados, pijos, comunistas de salón, … Y esa lacra se ha convertido en contagiosa. Es la otra epidemia, el virus más letal.

La situación económica provocada por el virus, la inmensa crisis en la que estamos y el tsunami que asoma debía animar, aunque los virus se consideren seres inanimados, a fuertes y novedosos pactos sociales.

No creo que vote nunca a Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid por la gracia de los pactos, pero simpatizo ahora con ella y con su equipo. Me han desviado a ello tipos que dicen estar en la acera de enfrente. Cuando leo o escucho las opiniones de los Abalos, Sánchez, Iglesias, que se han focalizado en tirar dardos contra su gestión de la pandemia, echándole las culpas, me recuerdan a todos los que andan por ahí tirando piedras contra lo que tiene más talla que ellos mismos o presiente que su crecimiento los convertirá en enemigos peligrosos. Esconden al tirar piedras a obras ajenas, que están afectados de la misma o parecida incapacidad.

No recojo aquí nada de los independentistas catalanes, de los terroristas vascos y de otros personajes del actual escenario político para no ensuciar aún más esta pagina.

Pactad, malditos.

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Mucho por hacer

31 agosto, 2020 By amarias Dejar un comentario

José Miguel Mas-Hesse, investigador principal del equipo Consolider-GTC Estallidos-CSIC, es un magnífico divulgador. He escuchado algunas de sus conferencias, todas de gran interés y efectividad. La que me causó más impacto, por lo contundente de la visión que ofrece es la que pronunció, hace ya algunos meses, en la U.P. Carmen de Michelena de Tres Cantos, que, bajo el título: “De la formación del Universo al origen de la vida” está recogida en internet en el enlace:   https://www.youtube.com/watch?v=-xn0cfgcNm0

Recomiendo escuchar esa hora de brillante erudición del Dr. Mas, a todos cuantos tienen preguntas sobre la naturaleza de nuestro Gran Entorno. No obtendrá todas las respuestas, pero se habrá enterado en tan corto espacio de tiempo de las principales conclusiones a las que ha llegado la astrofísica. Hay que advertir, claro, para los no acostumbrados al lenguaje científico, que esas conclusiones podrían ser revisadas o matizadas si varían las bases experimentales y los fundamentos de los cálculos que han conducido a ellas. Pero, hoy por hoy, son nuestra verdad.

Ese m0mento en que “el tiempo y el espacio desaparecen” sucedió hace 13.800 millones de años, según se ha podido deducir, en cálculo retrospectivo, a partir de la velocidad de expansión del Universo, dato que puede ser observado y medido con gran exactitud.  También se sabe que el sistema solar tiene una antigüedad de 5.000 millones de años y que su futuro a muy largo plazo está regido por la gran probabilidad de ser absorbido por la galaxia Andrómeda, a la que se encamina, lo que sucederá dentro de otros cuantos miles de millones de años.

Se ha llegado a predecir, con los datos y observaciones más recientes, las opciones más probables de evolución del Universo:  a) su colapso (en el caso de que la fuerza gravitatoria venza a la llamada materia oscura), o b) la expansión indefinida de las galaxias (si la energía oscura gana el pulso, aunque no será suficiente para romper las galaxias).

Si enfocamos el periscopio cósmico hacia dentro de nuestro organismo, la complejidad de nuestro cuerpo parece una réplica a escala diminuta de lo cosmológico. Casi una caricatura micro-liliputiense. Tenemos más células en él que estrellas hay  en la galaxia (40 billones). Sorprendente resulta conocer que albergamos más de 100 billones de microorganismos, si bien esta población de la que somos el soporte físico, solo representa un 2 por ciento de nuestro peso corporal.

Nuestra peculiaridad no proviene del campo físico, sino del metafísico. Somos el único organismo conocido capaz de la consciencia, esto es, de tomar conocimiento de que existe, o -dicho con palabras menos agradables-, de saber que está condenado a morir, consecuencia de nuestra condición de “ser finito” en un tiempo y un espacio minúsculos.

La brillante conferencia de José Miguel Más, me sirve para poner de manifiesto el poso de obligada reflexión que produce tomar consciencia concreta de nuestra ínfima categoría cósmica. Contemplar el firmamento en una “noche estrellada” resulta siempre muy evocador y poético, aunque es inevitable concluir que la existencia de una realidad inabarcable empequeñece, hasta hacerlas banales, nuestras preocupaciones, nuestras vidas, nuestros logros y afanes. Solo conocemos de qué está formado el 4,9% del Universo. El resto, es aún oscuro, no sabemos nada de él.

¿Será ese porcentaje similar a lo que conocemos de nosotros mismos? Pienso que sí. Aunque hemos avanzado mucho en el análisis de lo que sucede, aparecen continuos retos y el camino a recorrer parece estar recomponiéndose a medida que avanzamos. Con todo, aquí estamos, en un esfuerzo personal, pero sobre todo colectivo, empeñados en dirigir la potencia de nuestra capacidad de discernir, para adentrarnos en lo desconocido.

La consciencia de nuestra finitud nos confirma que no podremos dominarlo, porque el cosmos tendrá existencia mucho más allá de la nuestra como Humanidad. No importa. La satisfacción vendrá por el lado del conocimiento. Saber por qué. Debemos conformarnos con eso.

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Más Sonetos desde la Crisis

23 marzo, 2020 By amarias Dejar un comentario

He puesto en orden los Sonetos que ya tengo publicados en este blog. Ayer, en que tenía algo más de tiempo, he revisado algunos de los que había desechado cuando publiqué Sonetos desde el Hospital. No son precisamente optimistas, y lo lamento. Prometo que en los próximos días me dedicaré a escribir en positivo, porque también se trata de animarme yo mismo.

Pero, como sabéis los que escribís poesía y aquellos a quienes gusta leer poesía, el verso es muy pegajoso a los sentimientos reales.

Allá van, y numerados. Leedlos, si os apetece, lentamente. Mejor en voz alta, conservando los versos y las rimas y tratando de encontrar el ritmo interno.

7

Me levanto del fango, pienso airado
que la caída me produjo rencor ciego
y atiendo sin dudar a cualquier ruego
sin confiar por ello ser lisonjeado.

Pongo en cada detalle gran cuidado
y espero con tensión si acaso luego
arroja el tiempo la creación al fuego
o vierta la ilusión en campo helado.

Sin poder darlo todo por perdido
planto cara y razón a quien acaba
entregando ilusión al mal, aún viva.

¡Cuánto becerro de oro conducido
al altar de adoración donde estaba
la ocasión de gozar, tal vez cautiva!

8

Siempre vendrá la muerte muy temprana
aunque no llegue en plena juventud
y abrirá con un golpe la ventana
trayendo la oscuridad a humana luz.

Nacimos en tiempos de miedo y avestruz
sin barruntar que en esperanza vana
se disolverían fe, deseos y virtud.
Pusimos nuestro esfuerzo en el mañana

sin preocuparnos la gloria ni la cruz.
Fue la vida, contra los vientos, sana,
aguantando en pie el traicionero alud

que si impidió lucir edad anciana,
nos servirá de adorno en la quietud,
limpios de culpa al paso de la aduana.

 

9

He encontrado en un mar de conjeturas
una verdad renuente a su belleza
que oculta por discreción en la maleza
era objeto de chanzas y locuras.

Puso a prueba un mendaz su fortaleza
ofreciendo serle guía por oscuras
conclusiones de improbable certeza
que prometían pingües rentas futuras.

“Espero pasar el tiempo en este sitio
replicó, asomando la cabeza.
que es para brillar única conditio

y no atribuyas miedo ni pereza
a mi renuncia a entrar en un litigio
si no a mi peculiar naturaleza.”

 

10

“Retirado en la paz de este desierto”
Francisco de Quevedo

Recogiendo espejismos del desierto
donde instalar la tienda y estar juntos
fui apartando cuerpos de difuntos
dudando al caminar si estaré muerto.

Encontrando al soñar mares abiertos
puse a remojo todos mis asuntos
ordenados a pares contrapuntos
y lamenté, amor, no estar despiertos

pues a falta de verdad el mal se ausenta
porque pierde su fuerza vengadora,
reducido al nivel de pie de imprenta.

Cuando aliviado de cargas, por la hora,
me bajé del soñar sin darme cuenta.
Allí esperabas tú con la mejora.

(Con las mismas rimas que el  Soneto de Quevedo)

23.03.20 @angelmanuelarias “Sonetos desde la crisis”


La foto es la de un carbonero común, agarrado a la bombilla del porche de la casa de enfrente, en Madrid. Está buscando moscas y mosquitos que quedaron pegados a la bombilla.

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Nos preparamos contra un enemigo (Soneto)

22 marzo, 2020 By amarias 1 comentario

Nos preparamos contra un enemigo
y centramos en armas nuestro esfuerzo
la clave siendo contra ti o contigo.
Pero un virus precisa otro refuerzo.

Qué equivocados estamos, amigo.
Y en la vía emprendida me retuerzo
que, sin asegurar lo que consigo,
de portavoz con este verso ejerzo.

Nuestra desgracia como tú maldigo
preguntándonos por la resistencia
del mal que junto a ti vencer persigo.

Cuido de provocar interferencia
en la confusión: me importa un higo
cuanto no valoremos en conciencia.

(22 de marzo de 2020 @angelmanuelarias, Sonetos desde la crisis)

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Aparentando tranquilidad

19 marzo, 2020 By amarias Dejar un comentario

Recluidos forzosos en nuestras casas, ahítos de información intranquilizadora, vagamos de habitación en habitación sin rumbo. Qué hacer, qué no hacer. La necesidad de salir a la tienda de ultramarinos para adquirir algunos víveres nos incorpora nuevas angustias. ¿Cómo prepararse? ¿Bastarán los guantes de cocina? ¿Habrá que tirarlos luego, limpiarlos con lejía, eliminar las bolsas en las que transportamos la comida?

Y luego están las angustias mayores. Qué sucederá con nuestros mayores, padres, tíos, amigos y familiares de amigos que superan los setenta y que están solos en sus casas, o en residencias de mayores o atendidos por [email protected] de ahogar que se encuentran secuestrados con ellos.

Qué está pasando en los Hospitales, en los Centros de Salud, en todos los servicios asistenciales. ¿Habrá unidades de cuidados intensivos para todos, respiradores, analgésicos? ¿Tienen batas, mascarillas y guantes suficientes todo el personal sanitario?

¿Cómo irá la investigación que permitirá combatir con calidad este virus silente y letal, que se nos coló desde la lejana China, que ahora, superado por los habitantes de ese siempre misterioso y gigantesco país, nos obsequian con su experiencia y material clínico, del que tanto nos falta?

Abro una Biblia al azar y en Los Salmos, leo sin prestar al principio atención: “Ansias de huir a la soledad. (…) El corazón tiembla en mi pecho, y me acometen mortales angustias. El temor y el terror me invaden, y me envuelve el espanto. Y exclamo: “¡Oh, si tuviera yo alas como la paloma, para volar en busca de reposo! Me iría bien lejos a morar en el desierto. Me escaparía al instante del torbellino y de la tempestad”

Hay palabras, escritas por otros y hace mucho tiempo, que nos hablan en tiempo presente de lo que nos preocupa, obsesiona y atormenta.  Buscamos consuelo, proximidad, afecto.  En tiempos modernos, desde este aislamiento forzoso, con el temor de que la espada del ángel exterminador no seleccione a nosotros, tratamos de protegernos siguiendo señales, admitiendo ritos y nuevos carismas, abrazados a cualquier esperanza.

Está claro que tenemos que encontrar confianza. Ante la multitud de falsas esperanzas, de consejos vanos, de palabras que atormentan sin motivo por despreciables individuos que gozan generando terror, abracémonos a lo que nos da fuerza: la solidaridad de los seres humanos para vencer cualquier dificultad, superar la desgracia.

Pero no podemos olvidar, jamás, que hoy más que nunca dependemos de dos categorías muy especiales de seres humanos: a) el personal sanitario, esos profesionales vocacionales que nos cuidan, que sufren con nuestra enfermedad y dolor, que se exponen para salvarnos y caen a veces en el verdadero campo de batalla, en su lucha en primera línea contra el enemigo vírico y la patología contagiosa; y b) los investigadores, los científicos de todo tipo que, en el silencio de sus laboratorios y centros de trabajo, están buscando afanosamente una solución que nos libere.

Es correcta, en mi opinión, la actitud del Gobierno, aunque adoptada con tardanza, de obligar a la reclusión y vigilarla incluso con las fuerzas del orden y el personal militar (que, por supuesto, también está en su profesión ayudar si alguien lo necesita); y tampoco puedo olvidarme de todo ese conjunto de personas expuestas a riesgos especiales para mantener, al menos, viva, la cadena de suministro alimentario y la producción básica, con atención particular a lo sanitario.

Necesitamos ganar tiempo para que la propagación del virus se limite espacialmente y para evitar que nuestros Hospitales no se colapsen con los terribles picos de contagiados graves, obligados a cuidados intensivos. Quiero creer que pasado bastante tiempo, con o sin vacuna, cuando todos o casi todos hayamos sido contagiados y la inmensa mayoría hayáis/hayamos sobrevivido, nos arrimaremos a las plazas de cada pueblo, al centro de cada lugar, por pequeño que sea. para lanzar un grito de victoria.  Un inmenso grito que llegue a todas las esquinas del cosmos, y anuncio de una nueva solidaridad de la que nunca deberíamos separarnos.

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Esta situación nos pone a prueba (Soneto)

19 marzo, 2020 By amarias Dejar un comentario

Esta situación nos pone a prueba
la solidaridad que presta aliento
a ofrecer cobijo a otros cuando llueva
y a abrir nuestra casa contra el viento.

Como viejo de edad estoy atento
a aplaudir sin reserva a quien se atreva
a dejar habitual comportamiento
y sacar del coleto virtud nueva.

Tendremos ocasiones de  contento,
si este ser humano que en natura lleva
aparentar ser el príncipe del cuento,

ante un grave problema, cuando  eleva
las culpas al gobierno en un momento
no se refugia con miedos en su cueva.

18 marzo 2020

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Abogados contra jueces. El rostro pálido de la Justicia

30 diciembre, 2019 By amarias Dejar un comentario

Diego López Garrido, en un artículo publicado hace días en El País, (el 27 de diciembre de 2019, bajo el título “La justicia europea ejerce su autoridad”) interpretaba desde la perspectiva de sus implicaciones para el derecho español, la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, con sede en Luxemburgo, por la que se declara conspicuamente que los parlamentarios europeos adquieren tal condición desde el mismo momento en que son proclamados los resultados electorales.

Desde esa importante Sentencia, del 19 de diciembre de 2019, los electos gozarán de la inmunidad protectora inherente a este cargo representativo, y contarán con los honorarios y prebendas asociadas a él. Debería, en consecuencia, revisarse la obligación de acatar públicamente la Constitución para cualquier representante español en las instituciones, que no surge de la Norma Suprema. López Garrido se pregunta. “¿qué se gana con ese trámite?” y se responde: “En las últimas legislaturas sólo ha servido para permitir que se realicen desde la tribuna del Congreso y del Senado las declaraciones más variopintas, arbitrarias y oportunistas (…”).

Hasta ese día de diciembre de 2019, las cosas no eran así, y los candidatos electos deberían jurar, previamente, la Constitución del Estado que representarán en Bruselas. El recluso preventivo Oriol Junqueras no fue autorizado el 13 de junio, cuando fue proclamado electo, a recoger su acta de parlamentario por el Tribunal Supremo, viendo vulnerado su derecho y, por ello, “quizá” (escribe López Garrido) el Estado debería compensarle.

El asunto tiene bemoles, sin duda, pues conduce a una situación esquizofrénica: para consolidar la representación en los Parlamentos nacionales, los electos deben jurar o prometer la Constitución (hasta que no se revise la regla, al menos), utilizando esas exóticas expresiones que el Tribunal Constitucional viene admitiendo sin problemas, para evitar meterse en líos. El efecto (al menos, aparente) implica el acatamiento al sistema legal y jurídico propios, y cuando se producía la vulneración de la Norma, no solo el infractor era sospechoso de haber incurrido en delito penal, sino sufría el inmediato reproche de la ciudadanía que aún cree que debe respetarse el buen orden para garantizar la paz social.

Pero resulta ahora, como dictamina sin posibilidad de réplica el Tribunal de Justicia Europeo, respondiendo, eso sí a una consulta del Presidente de nuestro Supremo, el superjuez Marchena, que para ser diputado europeo puedes pasarte por el forro ese requisito. Parece pues, que, como no tienen que realizar ningún acto ni cumplir con otro requisito más que conseguir ser elegidos, el Parlamento puede convertirse en un reducto seguro para delincuentes, prófugos, revolucionarios de pacotilla, o desclasados de toda calaña.

Los Tribunales abren así la puerta a un abanico de opciones alarmantes. Desde la permisividad de nuestra débil democracia (por lo permisiva e incapaz para atajar los abusos de la libertad que defiende), se pueden presentar partidos a las elecciones propias y europeas con programas manifiesta y ostentosamente inconstitucionales, en sus Estados. La Unión Europea se convierte así en foro y altavoz para difusión de la destrucción de la unidad y la solidaridad, que son objetivos básicos para una entidad de cooperación internacional.

Visto desde la perspectiva de la abogacía y el derecho de defensa, la Sentencia del Tribunal Europeo, aunque respuesta a un escrito del Presidente del Tribunal Supremo español, se ha presentado como un éxito de los abogados que defienden a Puigdemont, Junqueras y Cia, Utilizando el que el Pisuerga pasa por Valladolid, se apresuraron a cantar, no ya victoria, sino que piden la inmediata excarcelación de los penados, juzgados por sedición, malversación y otros delitos. La cara feliz de los prófugos Puigdemont y Forcadé, exhibiendo su carné provisional de eurodiputados, daña la vista de los demócratas y de toda persona sensible a la superioridad de la Justicia, como bien básico de nuestro ordenamiento colectivo.

No será excarcelado Junqueras, sin embargo, si se atiende al hecho de que ha sido ya juzgado y condenado por Sentencia firme. Pero habrá que estar muy atentos a lo que sucede con el ex president Puigdemont y su cohorte de secuaces, que aún no han sido juzgados y que, para serlo, deben contar ahora con una resolución al trámite del suplicatorio para poder conducirlos a los Tribunales españoles.

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Falsa alocución de Navidad de Felipe VI

24 diciembre, 2019 By amarias Dejar un comentario

La Casa Real, de la discreta manera que es intrínseca a tan delicada institución, ha pedido a varias autoridades civiles y militares sugerencias para el discurso o alocución navideña de S.M. El Rey, correspondiente a este malhadado año de 2019.

Una vez más, no me han llamado para recoger mis apreciaciones. Pero, dada la especial situación en que nos encontramos y, como prueba de mi disposición a servir a la Constitución, al legítimo Jefe de Estado y a la alegría que se corresponde con estas Fiestas entrañables, tanto para tirios como para troyanos, para creyentes como agnósticos, monárquicos como republicanos, he redactado el siguiente texto, que someto a la general apreciación :

“Ciudadanos y ciudadanas:

Como vengo haciendo desde hace ya seis años, por tradición que implantó, en su momento,  el anterior Jefe de Estado, Francisco Franco, me dirijo a vosotros para que tengáis algo que comentar durante la cena familiar.

Estoy firmemente convencido de que este será el último año que me dirija a vosotros como Rey por Navidad. Aunque la mayoría parece que creéis que vivo al margen de lo que sucede en España, leo regularmente las encuestas y, por eso, no tengo dudas de que muchos españoles piensan que a la Monarquía se le ha pasado el arroz. Sinceramente, no me siento capaz de ser Jefe de Estado de un gobierno formado por republicanos e independentistas.

Si alguien quiere defender la Constitución de 1978, por la que vuestros padres y abuelos decidieron dar el carpetazo a la guerra civil, no creo que deba serlo yo. Cualquier intervención en ese sentido, recordándoos el deber de respetarla, en los diferentes textos que el Gobierno correspondiente me hizo leer, ha sido interpretada como que estaba interfiriendo en la vida política. Así que estoy mejor callado, hablándoos de que os améis los unos a los otros como si fuera Jesucristo, dicho sea con perdón, pues no quería ofender a nadie, ya que hace tiempo que el Estado ha pasado a ser aconfesional, es decir, en la interpretación más común, agnóstico. ¡Cómo envidio expresiones como “In God we trust” o “God save the Queen”, que son orgullo de países más avanzados que el nuestro!

Creo haber sido un Rey bastante discreto, a pesar de mi altura física de miras, que me ha hecho estar siempre dispuesto, en un país en el que pocos superan el metro ochenta de estatura. Aguanté con estoicismo los abucheos y los achuchones, según a dónde me llevaban. Tengo un cuñado en la cárcel por un delito que, en verdad, al día de hoy aún no se cuál ha sido. No me hablo con la mitad de mi familia. Mis hijas saben varios idiomas, alguno de ellos tan inútil como el catalán, el euskera o el gallego, pero la princesa de Asturias es absolutamente improbable que algún dúa pueda ser reina y, desde luego, yo no se lo deseo.

Aguantaré, pues, el tipo hasta que votéis esa nueva Constitución en la que lo más importante que muchos quieren modificar, como si os fuera en ello la vida, es el Título II. Porque sé bien que “la mayoría” – es decir, los que se manifiestan- deseáis cambiar es la forma del Estado, y convertir a España en una República federal. Como todo lo que asume este país que conozco bien, porque no en vano he tenido los mejores profesores de Historia, la decisión servirá para poco tiempo, porque surgirán descontentos de inmediato: unos querrán volver a la Monarquía, aunque no sea con los Borbones, otros preferirán la anarquía como fórmula de máxima libertad.

No me fío de la combinación entre socialistas, comunistas e independentistas. Ahora me sonríen y dicen que no hay problemas en que un Rey sea jefe de Estado de un gobierno republicano, comunista e independentista, ya que soy solo una figura decorativa, pero se que acabarán pidiendo mi cabeza, rompiéndome como un jarrón de porcelana puesto sobre la mesa camilla.

Cuidado, como advertencia a navegantes, aunque me vaya. Mis asesores políticos más cercanos, que son los mismos que aconsejan al Partido Socialista, me indican que el que España sea federal -monarquía o república, qué mas da-  solo servirá durante algunos escasos años para tranquilizar a Cataluña y Euskadi, y que pronto, todas las competencias del Estado central habrán sido distribuidas entre los seis o siete estados o macro-regiones, que propondrán, por tanto, su independencia total. Será, pues, un carajal, si se me permite la expresión: “a hell”, para que lo entiendan los catalanes.

¿Os habéis olvidado de vuestro principal problema? Os lo recuerdo: es el paro. No el cambio climático, por el que poco podéis hacer, siendo España (con o sin Catalunya) un país pequeño…bueno…mediano; las personas sabias con las que consulté me informan de que de poco servirá convertir al país en un ejemplo para el mundo, cuando para reducir a los niveles de descarbonización hay que invertir en una proporción inasumible para España, aumentar la dependencia tecnológica del exterior y dejar sin uso y sin completar su amortización instalaciones muy costosas.

En este caso, es mejor que lo hagan otros primero, que los Estados grandes y más contaminantes tomen sus decisiones y esperar a ver qué pasa, dedicando los esfuerzos propios a paliar las consecuencias del incremento de la temperatura media de la Tierra, que afectarán gravemente, en nuestro territorio, a las poblaciones costeras y provocarán aún mayores aumentos de inundaciones, incendios y pérdidas materiales y humanas que las que sufrimos este año.

He preguntado a mi padre, el Rey Juan Carlos, sobre sus ideas para aumentar la actividad y el empleo. Mi padre cree que es importante seguir siendo amigo de los árabes. A él le fue bien y tiene muy buenas relaciones con la familia saudí. España tiene buenas empresas de construcción, magníficos futbolistas, y se podrían construir muchos estadios en Arabia saudí. También hay posibilidades grandes, me dice, en la venta de armamento, municiones y equipos todoterreno y auxiliares. No deberíamos olvidar que Estados Unidos, China y Rusia se están preparando para la tercera guerra mundial. ¿Tenemos dudas de qué lado debemos estar? Es importante garantizar que ninguna de las potencias se atrevan a utilizar España como campo de pruebas para sus equipos bélicos y lo razonable es ayudar a desplazar el foco de tensión, cuanto más lejos, mejor.

No quiero cansaros en esta noche especial. Agradezco la formación que me ha dado el país permitiéndome aprender idiomas, y mantener muy buenas relaciones con mucha gente. He vencido hace tiempo mi timidez y me muevo bien en situaciones difíciles, sabiendo mantener el tipo sin pestañear. Creo que puedo ser un buen comercial de una empresa multinacional, o sea, que no creo que tenga problemas para sacar adelante mi familia. La reina Letizia está también muy preparada, y eso ayuda. Supongo que no tendré problema con las puertas giratorias. Por cierto, estoy volviendo a ver El último emperador, de Bertolucci, y siempre se encuentran ideas.

(Atención: leer solo en la versión para amigos: Permitidme algo de publicidad bien intencionada. Si queréis leer unos poemas interesantes y, además, ayudar a la investigación contra el cáncer, adquirid el libro Sonetos desde el Hospital. Cuesta solo diez euros y la mitad se destinan a la AECC. Lo escribió mi amigo Angel Manuel Arias, al que no conozco personalmente, pero he oído hablar de él y me gusta su peculiar sentido del humor.)

He comentado con la reina sobre la necesidad de cambiar la orientación en la educación de mis hijas. Me desaconsejan que hagan alguna ingeniería, porque no tiene muchas salidas y está mal pagada para el esfuerzo que suponen los estudios, y no parece ilusionarles la medicina. Letizia opina que sería mejor que iniciaran en el esoterismo, tal vez la magia o la canción protesta. Admito sugerencias al buzón casareal.org, que funcionará aún durante dos semanas más. Después, publicaré la forma de contactar con nosotros, cuando deje de ser vuestro Rey, en el blog que pienso crear y que se llamará “Toogoodtobeking”, nombre que ya tengo registrado.

Lo dicho, Feliz Navidad. Que el niño Jesús os traiga paz, españoles. Yo hice lo posible”


Compra el libro “Sonetos desde el hospital”

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Dana

15 septiembre, 2019 By amarias Dejar un comentario

Algunas palabras técnicas, que son desconocidas para la mayoría no especializada, se cuelan de pronto, con intensidad, en el lenguaje común, incluso con sus valoraciones eruditas. Es el caso, pongo por ejemplos, de la fractura hidráulica (“fracking”), el índice de referencia de prestamos hipotecarios (“IRPH”), los fibromas y carcinomas (y sus diagnósticos diferenciales), o la “eutanasia pasiva”, la “prisión permanente revisable o la “renta mínima universal”.

Estas últimas semanas, hemos oído hablar mucho de la DANA (depresión aislada en niveles altos), término del argot meteorológico que ha venido a sustituir con fuerza al popularmente asimilado concepto de “gota fría”. En regiones del Mediterráneo español, especialmente en Alicante, Albacete, Murcia, Granada y Valencia, se han sufrido las consecuencias del fenómeno con inmensas pérdidas materiales. Orihuela y su entorno han sido gravemente castigadas.

El fenómeno atmosférico ha supuesto, como cúmulo de desgracia, la pérdida de seis vidas humanas; personas que se encontraron atrapadas en su camino habitual, por rieras rebosadas o aguas fluviales crecidas que, en pocos minutos, anegaron carreteras, derribaron muros, desbordaron alcantarillados y penetraron en las casas aledañas a cauces y calles convertidas en anómalas salidas para el agua torrencial.

La intención inmediata de espectadores y sufridores del fenómeno de achacar al cambio climático los desastres provocados por la dana, ha sido desmentida por historiadores, meteorólogos y climatólogos. Este fenómeno natural no se debe a la elevación de temperatura media del planeta, ni es la primera vez que se presenta en nuestras latitudes. Es más: se produce todos los años, como consecuencia del choque de aire frío polar con el frente cálido y húmedo del Mediterráneo. Varía solo su intensidad como resultado combinado de múltiples circunstancias, y sus efectos pueden aparecer menos dramáticos si no afectan directamente a grandes poblaciones o -como es el lamentable caso actual- se cobran vidas y generan pérdidas graves a particulares.

No quiero sacar punta al lápiz rojo de la desventura, pero la situación sufrida me hace recalar, una vez más, en el problema fundamental de nuestra manera colectiva de abordar la prevención. Prácticamente, ninguna. Estamos poco inclinados a disponer de medios de cobertura, nos acogemos al rito de alertar, incluso con exageración,cuando el peligro es inmediato. Pasamos de actuar para paliar o evitar sus efectos cuando el riesgo es solo una posibilidad. Ya llegará el momento de preocuparse, parece decirnos la voz interior. Y, empeñados en ignorar los equilibrios ante el precipicio, preferimos dedicar nuestro tiempo a disfrutar del presente o, si el cabecilla de turno nos anima, nos entregamos a elucubraciones con poco sentido práctico, adoptando no pocas veces medidas y decisiones fuera de nuestras posibilidades.

No importa ahora discutir sobre el cambio climático, su verdad o sus consecuencias previsibles. El tema que el dana ha vuelto a poner sobre la mesa es inmediato, crucial. Debemos adoptar con urgencia medidas correctoras, preventivas y no solo paliativas, para proteger a las poblaciones en riesgo y a sus bienes de los peligros reales que ya conocemos, porque se han manifestado con anterioridad y tienen caracteres cíclicos o repetitivos.

Pregunto, pues: ¿Por qué se siguen consintiendo, autorizando y, en todo caso, utilizando sin pudor ni castigo las rieras y cauces secos como lugares de aparcamiento? ¿Por qué se construyen y mantienen casas -legales e ilegales- junto a arroyos, márgenes de ríos y zonas costeras y deltas, sin respetar terrenos demaniales, prohibiciones, y pasando por alto la atención a la más elemental prudencia? ¿No hay nadie responsable de limpiar regularmente imbornales y atender a sistemas de alcantarillado o a la recogida de aguas separativa, con la construcción de diques de choque para atender a lluvias torrenciales? ¿Se han calculado bien y se revisan regularmente los estados de acequias, presas, azudes, imbornales, taludes, puentes y sotopuentes, así como lugares de escorrentía? ¿Por qué no se atiende sistemáticamente a la limpieza de orillas de ríos, arroyos y viejos cauces, convertidos muchos de ellos en basureros impúdicos? ¿No es importante atender al desbroce y cortes de maleza de carreteras y vías, eliminando árboles y cualesquiera elementos que puedan significar obstáculos al tránsito?

No estoy hablando del comportamiento frente a la catástrofe. La capacidad de nuestro pueblo para volcarse ante la desgracia no tiene parangón. Se nos despierta, colectiva e individualmente, el ánimo solidario para ayudar a cualquiera que se vea afectado por una fatalidad, en especial si es una catástrofe colectiva. Merece todo aplauso.

Pero como planificadores, y como ejecutores de medidas preventivas, no estamos a esa altura. Desde la calma entre tempestades, nos entretenemos en discutir y proponer teorías fantasiosas sin estudio suficiente, gastamos dineros en acciones desproporcionadas, sin relación con nuestra capacidad económica o técnica, y optamos por ser campeones de las medidas restrictivas y adalides de las inversiones desmesuradas en lugar de preocuparnos por los problemas que demandan atención para que el lobo de la realidad no nos vuelva a morder con su despiadada dentadura.

Busco culpables de la falta de planificación no en el pueblo llano, poco apto para adoptar decisiones colectivas, sino en quienes nos dirigen y han dirigido. Si atiendo a la increíble disputa por sillones, que no por programas, con la que nos han martirizado los representantes que hemos elegido para gobernarnos en el futuro inmediato, me temo que la falta de planificación nos seguirá acompañando. Lástima.


Una abeja (apis mellifica) libando de la flor del limonero puede ser, en este momento, el símbolo de la calidad que hay que proteger y defender del ataque que está sufriendo. La terrible vespa velutina (avispa asiática) se propaga con descontrol por las regiones del norte de España, matando sin piedad a nuestras productoras de miel, causando estragos en sus colmenas. Esta imagen me sirve para recordar que tenemos la obligación de defender lo que nos es propio.

No me parece que en la lucha contra la avispa asiática se esté en el camino de vencer a ese feroz enemigo de la abeja autóctona. Porque el mal no apareció este año ni en nuestro territorio. Los primeros ejemplares se encontraron en Burdeos hace ya una decena de años y son varios desde que se conoce aquí la presencia de este depredador de la cabaña melífera. He leído que se está estudiando la acción del avispón autóctono como enemigo de la avispa asiática, y que se especula sobre la potenciación de la cría de cualquier ave insectívora (desde el halcón y aguilucho abejeros hasta el carbonero común).

Quizá quienes están analizando el problema con seriedad e inmediatez conocen los experimentos realizados en Francia con la mosca conops vesicularis, que anida en el abdomen de la avispa asiática y se alimenta de ella, o del  gusano pheromermis vesparum, que tiene un comportamiento similar. Aquí se están ensayando líquidos dulquérrimos, barreras de alambre y se ataca a los nidos detectados con fungicidas. Está muy bien. ¿Ha pensado alguien en la opción de hacer que las avispas asiáticas captadas vivas se conviertan en portadoras a sus nidos de algún veneno específico, que actúe sobre sus congéneres, en lugar de matarlas una a una?

Supongo que sí.

Archivado en:Actualidad, Ambiente, Asturias, Sociedad Etiquetado con:avispa asiática, avispón, dana, depresión, elecciones, gusano, inundaciones, niveles altos, Orihuela, prevención

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