Al socaire

Blog personal de Angel Arias. La mayor parte de los contenidos son [email protected], aunque los dibujos, poemas y relatos tienen el [email protected] del autor

  • Inicio
  • Sobre mí

Copyright © 2023

Usted está aquí: Inicio / Archivo de Sanidad

La importancia de ser paciente

10 mayo, 2021 By amarias 2 comentarios

Utilizo el doble sentido de la palabra “paciente” (como sustantivo y como adjetivo) y empiezo recordando el título de la conocida obrita de Óscar Wilde que en España se tituló “La importancia de llamarse Ernesto” y que, en el original inglés rezaba “The Importante to be ernest”, esto es, “la importancia de ser sincero”.

Se que existe un Día de la Seguridad del Paciente (en septiembre) pero no me consta que exista, sencillamente, un Día del Paciente. De todo tipo de pacientes (clínicos), pero, sobre todo, del paciente oncológico. Nadie como él sufre la incertidumbre, la carga emotiva, el dolor de los padecimientos a veces difusos, la tensión ante el diagnóstico y la esperanza (a veces, vana) de que la enfermedad se cronifique.

Es importante ser paciente, siempre (para evitar decisiones precipitadas) pero si alguien tiene mayor necesidad de ser paciente es el paciente (clínico).

En pocas materias la incertidumbre se cierne sobre una situación humana vital, con tanta intensidad. El buen paciente debe confiar ciegamente en la ciencia médica y acatar las decisiones que toman sobre su cuerpo personas desconocidas de bata blanca y que pueden afectar, incluso definitivamente, a su vida, a la perdida de un órgano o una función. Lo hace y debe hacerlo en la esperanza de que esas actuaciones de las que carece del menor criterio muchas veces, tengan éxito: es decir, le curen.

Abogo porque se instaure, ya, El Día del Paciente.

Publicado en: Actualidad, Medicina, Sanidad Etiquetado como: cáncer, dia del paciente, enfermo, hospital, paciente, paciente oncologico, sanidad

Ante el Día Mundial contra el Cáncer

3 febrero, 2021 By amarias Deja un comentario

Desde hace varios años, vengo dedicando varios comentarios al tema oncológico, cada 4 de febrero, con ocasión del Día Mundial contra el Cáncer- (por ejemplo, en el Mensaje del 4 de febrero de 2017 )- a los enfermos de esta enfermedad, cuya investigación recibe muy escasa atención relativa en España y en el mundo.

Mi relación con la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) es intensa. Como los lectores de este blog saben y mis amigos y conocidos me han apoyado masivamente en la idea, doné los beneficios de la publicación de mi libro de poemas “Sonetos desde el Hospital” (@angelmanuelarias, 2019) a la misma. Entre las asociaciones que se cuidan de prestar ayuda a los pacientes de tumores y facilitar relación y soluciones entre facultativos y enfermos, destaco también por proximidad y afectos, a SOGUG, a cuyos encuentros 50/50 acudo con regularidad.

La AECC ha realizado hoy, 3 de febrero de 2021, un Encuentro digital con socios, cuyo contenido resumo, por su excepcional interés. Se trataba de presentar cómo afecta a los pacientes de cáncer la epidemia de la COVID. El Presidente de la Asociación, Ramón Reyes, químico de profesión, junto a María Jesús Amador y otros de sus miembros relevantes, se encargaron de hacer la presentación de los elementos clave del tema, contestando a preguntas seleccionadas. Casi 300 personas se mantuvieron, de forma prácticamente permanente, en la conexión virtual.

Reyes subrayó que el cáncer es la pandemia silenciosa. La Covid ha significado momentos muy difíciles para los enfermos oncológicos, porque ha puesto “patas arriba nuestras vidas, pero ha sido mucho más duro para los pacientes con cáncer”. Ha afectado a todas las vertientes de sus vidas: la “propia de los pacientes, la asistencial, la sicológica, aumentando la vulnerabilidad de un colectivo al que la enfermedad ya lo había hecho muy vulnerable”.

En el plano sanitario, la pandemia, ha causado la paralización de los programas de cribado, con lo que no se han detectado en fase temprana algunos cánceres que hubieran tenido mejor pronóstico (el 80% del cáncer de colon es curable si se detecta a tiempo). Aumentó la ansiedad y la depresión de los pacientes con tumores: ya en la primera fase de la pandemia  el 34% de los enfermos oncológicos reconocieron tener problemas depresivos. Presumiblemente, ha subido con cada ola de de contagios.

La pandemia ha creado “un enorme miedo a enfermar de Covid”, por encima de 20 puntos porcentuales en relación con el resto de la colectividad. A ello se une el miedo a perder un ser querido que esté actuando como cuidador, o a no poder recuperar la vida anterior. Ha agravado la situación económica de muchos: entre 25.000 y 30.000 pacientes han entrado en situación de pobreza absoluta.

La investigación se paralizó por completo en la primera hora y se ralentizó a partir de entonces. Casi la cuarta parte de los proyectos de investigación oncológica (400 en total), aún no se han recuperado.

La AECC aprovechó la ocasión para sacar pecho. El presidente de la AECC subrayó que la asociación ha seguido atendiendo durante el confinamiento, manteniendo prácticamente el nivel de actividad, a pesar de las necesidades de trabajo virtual; 45.000 personas fueron atendidas por vía digital y se respondió a 33.000 llamadas telefónicas.  Desde luego, no se ha podido seguir con la actividad presencial. Se ha levantado un fondo de tres millones de euros para ayudar a familias que entraron en problemas económicos.

Reyes fue claro: El cáncer se quedó en segundo plano y “no nos podemos permitirlo. Va a ser una bomba de relojería a medio y largo plazo”. En consonancia con esa preocupación justa, el día 4 (mañana, cuando esto escribo) se va a anunciar un Acuerdo contra el cáncer que unirá a todas las instituciones relacionados con el cáncer, para que esto no vuelva a ocurrir. Un acuerdo que pretende que nadie se quede sin diagnosticar (activando los programas de cribado), y apoyar a los pacientes para superar la depresión y la ansiedad. Porque casi el 96% de las CCAA no mantienen esa actividad de apoyo sicológico entre sus servicios.

Es imprescindible minimizar el impacto económico de este colectivo, doblemente vulnerable. Es urgente romper ese vínculo, y reconocer que la batalla contra el cáncer no se puede abordar individualmente. Por ello, unirse al Acuerdo contra el cáncer y difundir su necesidad, abogando porque todos tengamos las mismas opciones de sobrevivir, fue el consejo reiterado por el Presidente de la AECC.

Entre las cuestiones suscitadas en el encuentro, selecciono las siguientes:

La investigación del cáncer sufrió menoscabo, pero no porque se utilizaran fondos previstos para ella para la Covid. Los dineros dedicados al cáncer son ridículos. En diez años han sido de solo 1.500 millones, es decir “el coste de construir seis kilómetros de ave”. La cuestión es lamentable porque, como es sabido, la investigación es “la única forma de aumentar la supervivencia de los pacientes oncológicos”. El día 8 de febrero -anunció Reyes- el Ministerio de Ciencia e Investigación presentará u pacto por la Ciencia y la Innovación, en el que el Gobierno se compromete a aumentar el nivel actual de 1,29% dedicado a investigación, acercándolo a los niveles de la UE que, como se sabe, son del 2,1 % en media (muy lejos, con todo, de Alemania, que es del 3%.

¿Son más vulnerables a la Covid los pacientes oncológicos? La respuesta fue clara: en algunos casos, sí, pero el riesgo no es igual para todos. Aquellos que tienen tumores avanzados, hematológicos, linfomas o cáncer de pulmón, tienen -al parece- más riesgos.  Los que tienen tumores sólidos, aumentarían el riesgo al primer año de infección, que disminuiría progresivamente en los cinco años de su aparición, para asemejarse al general.

“El efecto de la pandemia tendrá efectos sobre la desigualdad de las autonomías para afrontar el tratamiento de los pacientes de cáncer. “Todos somos iguales para el cáncer, pero no frente al cáncer”. Habrá regiones donde la economía será más golpeada. Por ejemplo, las que dependen fundamentalmente del turismo, donde las familias padecerán condiciones económicas peores, que afectarán a la atención primaria, a los retrasos en los diagnósticos de los pacientes.  Los retrasos en los diagnósticos por la pandemia tendrán  otro efecto: cuando el paciente llegue a los departamentos de oncología, se encontrará en situación más grave que de haber sido diagnosticado antes.

Sobre los efectos de la vacuna sobre los pacientes oncológicos, no hay aún datos, ya que no participaron hasta ahora como colectivos más vulnerables. Están siendo vacunados los sanitarios que los atienden.

La AECC ha estado siguiendo muy de cerca, se expuso en la vídeo conferencia, los efectos de la Covid sobre la atención hospitalaria a los pacientes diagnosticados. Los que se encontraban en revisión, pasaron a recibir atención telemática. El descenso en tratamientos no fue muy importante, a costa, eso sí, de los pacientes que hubieran ingresado nuevos. Se individualizaron las decisiones, y se retrasó la cirugía, prefiriendo empezar con la radioterapia, o hacer el tratamiento más concentrado, porque se valoró que el riesgo de contagio en la intervención quirúrgica era muy importante.

Finalmente, se solicitó el apoyo de los socios, el aumento del voluntariado (hay actualmente del orden de 30.000 voluntarios y medio millón de socios en la AECC). Reyes encontró una referencia química: “En una solución saturada, hace falta un cristal que desencadene la reacción de cristalización.” Hacen falta más cristales.

Nota,- Aunque si el lector, interesado en obtener más información sobre el cáncer por los Comentarios publicados en este mismo blog, puede optar por introducir la palabra “cáncer” en el cajetín de búsqueda previsto a la izquierda y recibirá de inmediato las decenas de entradas en las que utilicé ese término, he creído que puede ser útil recoger aquí algunos de los enlaces más relevantes:

Entendiendo mejor el Cáncer de vejiga – Al socaire (angelmanuelarias.com)

Cáncer: Sesiones clínicas fuera del hospital – Al socaire (angelmanuelarias.com)

Convivir con el cáncer: Instrucciones de uso – Al socaire (angelmanuelarias.com)

Guía para enfermos de cáncer – Al socaire (angelmanuelarias.com)

Transición patológica – Al socaire (angelmanuelarias.com)

Publicado en: Medicina, Sanidad Etiquetado como: AECC, afectación pacientes, cáncer, efecto Covid, oncología, retraso, Reyes, SOGUG, Sontos desde el Hospital, tratamiento, vacuna

Son todos muy jóvenes (Poema)

31 diciembre, 2020 By amarias 4 comentarios

32

I

Son todos muy jóvenes.
Hermosos con sus batas blancas y verdes
y el andar decidido hacia los lugares secretos
planificando dónde pasar el verano,
como si la preocupación
no pudiera con ellos, avanzando
entre las filas de cuerpos decrépitos,
sembrando un alud de conspicuas sonrisas
que pretende conjurar los peores
temores y auspicios.

Son los oncólogos del Hospital,
la pléyade de ilustrados arcángeles,
borrachos de internet y experiencias,
que tienen por sagrada misión
levantar esperanzas, combatir al demonio,
con un acopio de conjuros, tijeras y fármacos,
avanzando entre muertos,
prolongando expectativas de vida perdurable,
hasta la gloria final
que envuelve de tinieblas
el destino insondable de lo humano.

II

Después de acordar instrucciones, revisar protocolos,
ahondar en fardos de expedientes y escudriñar los análisis,
se van con seguridad impostada y autoridad manifiesta
a las salas de operación y consultas,
a inyectar los contrastes, a persuadir con verdades,
con mentiras piadosas, con silencios de hierro,
que todo está bajo control,
que lo que pasa
era lo previsto
en el consentimiento informado
que ambos firmamos en blanco.

23.12.20

(“La advenidad debería haberme hecho fuerte” @angelmanuelarias, 2020)

Publicado en: Poesía, Sanidad Etiquetado como: angel manuel arias, la advenidad, oncólogos, poemas

De paros y reparos (2)

2 abril, 2020 By amarias Deja un comentario

A última hora del día 29 de marzo de 2020 el Gobierno dio publicidad a dos Decretos por los que, prácticamente se suspendía toda actividad empresarial y comercial (salvo servicios mínimos tasados) hasta el 9 de abril, si bien ordena a los empleadores que sigan abonando las nóminas a sus trabajadores, indicando que esas horas deberán ser recuperadas cuando termine el confinamiento por el coronavirus. No hace, sin embargo, ninguna referencia a bonificaciones fiscales (al menos, no relevantes). Los Decretos tuvieron un complementario en el que se precisaba -para algunos comentaristas, se contribuía a la desorientación causada por los anteriores- el alcance de la suspensión de actividades, ampliando el espectro de industrias básicas que podrán seguir activas.

Por su parte, la Ministra responsable de Hacienda recordó en varias entrevistas telefónicas que el Estado necesita ingresos y que, por tanto, los impuestos deben abonarse, porque “no puede pretenderse que el Estado cargue con todo el peso de la economía”.

Las medidas de paralización empresarial tienen un objetivo definido, expresado por el Gobierno: conseguir que la paralización de la actividad empresarial permita contener el avance de la pandemia en España, “según las directrices científicas” -así se viene expresando la referencia, ahora mítica, a un misterioso grupo de personas capaces de entender en el maremágnum de confusión al respecto, sacando consecuencias aplicables a nuestro sufrido país. Por supuesto, el desorientado sufridor en casa, puede preguntarse, sin respuesta, porqué las directrices científicas de países tan relevantes como Reino Unido, Estados Unidos o Rusia (por citar solo algunos) desaconsejan -o desaconsejaban, que los palos de ciego provienen de muy variados ámbitos- paralizar la economía, e incluso han dudado, -o todavía dudan-, en tomar medidas de restricción a la circulación.

La intoxicación crece día a día. Una falsa noticia ilustraba (esto es, desorientaba) sobre una llamada de atención que nunca se produjo, hace cinco años, sobre los experimentos en murciélagos de los epidemiólogos de Wuhan con el coronavirus. Desde un pequeño país, la República Checa, se jactan de estar controlando la difusión del coronavirus porque todos, absolutamente todos, los ciudadanos llevan mascarilla, incluso realizadas por sus medios caseros. Desde luego, nadie puede creer que un país de 1.700 millones de personas (China, pero me vale India) haya contenido el avance del virus con solo medidas restrictivas a la circulación de personas en la provincia de Hebei (que tiene más habitantes que España). Las cifras de infectados y fallecidos que proporcionó y sigue proporcionando el gobierno chino son, ya que no podemos decir directamente que son falsas, increíbles.

Querido lector, me importa en este momento menos la difusión de las diferentes maneras de expresar nuestro desconocimiento. Que se trata de un virus muy agresivo, con difusión muy fácil, que afecta mortalmente a una parte de la población -preferentemente, a ancianos de más de 80 años (más si están recluidos en residencias), y a personal sanitario (cuando están dedicados al tratamiento de los infectados). Muchos se infectan (aunque no tantos como cabría suponer si aceptamos una gran facilidad de contagio) y la mayoría no tienen síntomas. Los que son derivados a los Hospitales, porque su estado es grave, han colapsado o situado al borde del colapso el sistema sanitario, y la gran mayoría se curan.

Me importa ahora más la necesaria recuperación de la economía, porque no me apetecería salvarme del coronavirus pero fallecer de inanición o víctima de una revuelta social.  Se avecina una crisis económica sin precedentes, en las que, como consecuencia directa de las medidas adoptadas para atajar el avance de la pandemia, habrá un bloque que saldrá del mismo con ventaja sustancial. Me refiero a China y a los países de la órbita comunista (o, si se prefiere, de economía centralizada). Este escenario imaginable solo en la teoría de lo que sería el resultado de una guerra vírica en la que el país atacante tuviera el control de la vacuna por el virus que se ha encargado de difundir, es el que vamos a vivir.

Es momento especial, en el que, sin paliativos, es imprescindible una amplia concertación social y económica. No deben ser admitidas discrepancias. El Gobierno actual, cuya actuación ante la crisis pandémica habrá de ser juzgada pronto (y tengo muchas indulgencias para quienes, sin preparación ni formación previa, han afrontado a pecho descubierto el mayor atentado a la estabilidad y solvencia de nuestro sistema sanitario), debe ceder paso a acuerdos de concertación. Discrepo con las posturas de beligerancia política. No caben en este momento, ni tampoco las posiciones de cerrazón y maximalismo de los equipos en el gobierno. No me importa que quieran hacerlo bien. No pueden y tampoco saben salir del embrollo económico-social, porque les supera. Supera, en verdad, a cualquier opción política.

(seguirá)

 

Publicado en: Actualidad, Economía, Empresa, Sanidad Etiquetado como: China, coronavirus, crisis económica, decretos, paralización actividad

Si fue un pangolín la especie china (Sonetos)

27 marzo, 2020 By amarias Deja un comentario

14

Si fue un pangolín la especie china
que está en la razón de este contagio,
que saquen lo oriental de la cocina
y pongan a esa creación un epitafio.

Concentro mi atención en el presagio
que me lleva a pensar que quien opina
mezclando especulaciones con su plagio
se hace acreedor a darme mala espina.

Y si oigo propagar a cualquier zafio
-dispuesto a complacerse con la ruina-
tonterías pretendiendo hacer adagio,

a remojo las pongo, que no atina
quien solo piensa en restos del naufragio.
y no en mejorar cuanto se avecina.

26 de marzo 2020 (@angelmanuelarias)

15

A Luis de Góngora, con las rimas de su Soneto
“A la que España, toda humilde estrado”

No quisiera subir a algún estrado
y tratar de explicar sin luz apenas
que llevo ojos de lágrimas y arenas
y prefería no haberme levantado.

Porque como oyente, hubiera estado
al abrigo de cantos de sirenas
tomando a voluntad de mis antenas
cómo ser para luego recordado.

Nos falta material, y sobra gloria.
¡y los duros teutones de Baviera
opinan que podrán salir sin daños

aconsejando a los demás, espera!.
Quisiera haber perdido la memoria
para no soportar más desengaños.

(27 de marzo de 2020, Sonetos desde la crisis, @angelmanuelarias

Publicado en: Actualidad, Poesía, Sanidad Etiquetado como: angel manuel arias, coronavirus, pangolín, sonetos desde la crisis

Nos preparamos contra un enemigo (Soneto)

22 marzo, 2020 By amarias 1 comentario

Nos preparamos contra un enemigo
y centramos en armas nuestro esfuerzo
la clave siendo contra ti o contigo.
Pero un virus precisa otro refuerzo.

Qué equivocados estamos, amigo.
Y en la vía emprendida me retuerzo
que, sin asegurar lo que consigo,
de portavoz con este verso ejerzo.

Nuestra desgracia como tú maldigo
preguntándonos por la resistencia
del mal que junto a ti vencer persigo.

Cuido de provocar interferencia
en la confusión: me importa un higo
cuanto no valoremos en conciencia.

(22 de marzo de 2020 @angelmanuelarias, Sonetos desde la crisis)

Publicado en: Actualidad, Sanidad, Sociedad Etiquetado como: armamento, coronavirus, crisis, sonetos, vencer

Un virus nos fuerza a ser conjunto (Soneto)

20 marzo, 2020 By amarias Deja un comentario

Un virus nos fuerza a ser conjunto
consciente que para éxito completo
no sirve estar en contra, ni, barrunto,
pedir seguridad donde me meto.

A la unidad de todos yo me apunto
y contra interferencias pongo el peto
que al ser caso tan grave, en este asunto,
más vale que el lego opine escueto.

Me ciño, pues, del tema a lo concreto,
porque estoy convencido solo gana
quien en vez de poner a todo el veto

abandona sin tregua porfía vana
y asume que hoy incumbe que a este reto
venzamos para que vuelva ya el mañana.

19 de marzo de 2020 (Sonetos desde la crisis, @angelmanuelarias)

Publicado en: Actualidad, Poesía, Sanidad Etiquetado como: angel manuel arias, apoyo, coronavirus, crisis, soneto, superación, unidad

Aparentando tranquilidad

19 marzo, 2020 By amarias Deja un comentario

Recluidos forzosos en nuestras casas, ahítos de información intranquilizadora, vagamos de habitación en habitación sin rumbo. Qué hacer, qué no hacer. La necesidad de salir a la tienda de ultramarinos para adquirir algunos víveres nos incorpora nuevas angustias. ¿Cómo prepararse? ¿Bastarán los guantes de cocina? ¿Habrá que tirarlos luego, limpiarlos con lejía, eliminar las bolsas en las que transportamos la comida?

Y luego están las angustias mayores. Qué sucederá con nuestros mayores, padres, tíos, amigos y familiares de amigos que superan los setenta y que están solos en sus casas, o en residencias de mayores o atendidos por [email protected] de ahogar que se encuentran secuestrados con ellos.

Qué está pasando en los Hospitales, en los Centros de Salud, en todos los servicios asistenciales. ¿Habrá unidades de cuidados intensivos para todos, respiradores, analgésicos? ¿Tienen batas, mascarillas y guantes suficientes todo el personal sanitario?

¿Cómo irá la investigación que permitirá combatir con calidad este virus silente y letal, que se nos coló desde la lejana China, que ahora, superado por los habitantes de ese siempre misterioso y gigantesco país, nos obsequian con su experiencia y material clínico, del que tanto nos falta?

Abro una Biblia al azar y en Los Salmos, leo sin prestar al principio atención: “Ansias de huir a la soledad. (…) El corazón tiembla en mi pecho, y me acometen mortales angustias. El temor y el terror me invaden, y me envuelve el espanto. Y exclamo: “¡Oh, si tuviera yo alas como la paloma, para volar en busca de reposo! Me iría bien lejos a morar en el desierto. Me escaparía al instante del torbellino y de la tempestad”

Hay palabras, escritas por otros y hace mucho tiempo, que nos hablan en tiempo presente de lo que nos preocupa, obsesiona y atormenta.  Buscamos consuelo, proximidad, afecto.  En tiempos modernos, desde este aislamiento forzoso, con el temor de que la espada del ángel exterminador no seleccione a nosotros, tratamos de protegernos siguiendo señales, admitiendo ritos y nuevos carismas, abrazados a cualquier esperanza.

Está claro que tenemos que encontrar confianza. Ante la multitud de falsas esperanzas, de consejos vanos, de palabras que atormentan sin motivo por despreciables individuos que gozan generando terror, abracémonos a lo que nos da fuerza: la solidaridad de los seres humanos para vencer cualquier dificultad, superar la desgracia.

Pero no podemos olvidar, jamás, que hoy más que nunca dependemos de dos categorías muy especiales de seres humanos: a) el personal sanitario, esos profesionales vocacionales que nos cuidan, que sufren con nuestra enfermedad y dolor, que se exponen para salvarnos y caen a veces en el verdadero campo de batalla, en su lucha en primera línea contra el enemigo vírico y la patología contagiosa; y b) los investigadores, los científicos de todo tipo que, en el silencio de sus laboratorios y centros de trabajo, están buscando afanosamente una solución que nos libere.

Es correcta, en mi opinión, la actitud del Gobierno, aunque adoptada con tardanza, de obligar a la reclusión y vigilarla incluso con las fuerzas del orden y el personal militar (que, por supuesto, también está en su profesión ayudar si alguien lo necesita); y tampoco puedo olvidarme de todo ese conjunto de personas expuestas a riesgos especiales para mantener, al menos, viva, la cadena de suministro alimentario y la producción básica, con atención particular a lo sanitario.

Necesitamos ganar tiempo para que la propagación del virus se limite espacialmente y para evitar que nuestros Hospitales no se colapsen con los terribles picos de contagiados graves, obligados a cuidados intensivos. Quiero creer que pasado bastante tiempo, con o sin vacuna, cuando todos o casi todos hayamos sido contagiados y la inmensa mayoría hayáis/hayamos sobrevivido, nos arrimaremos a las plazas de cada pueblo, al centro de cada lugar, por pequeño que sea. para lanzar un grito de victoria.  Un inmenso grito que llegue a todas las esquinas del cosmos, y anuncio de una nueva solidaridad de la que nunca deberíamos separarnos.

Publicado en: Actualidad, Sanidad, Sociedad Etiquetado como: afectados, Biblia, cadena alimentaria, coronavirus, meddas, Militares, personal sanitario, políticos, Salmos

Oportunidad, ¿para quién?

14 marzo, 2020 By amarias Deja un comentario

Se nos ha dicho repetidas veces que, para los chinos, según la interpretación del grafismo con la que se expresa, crisis es sinónimo de oportunidad. No se mucho de este complejo lenguaje cuya expresión escrita es aún más compleja que la oral, pero  he podido comprender que para los chinos, como  para todo ser vivo inteligente, en la realidad como en su escritura, crisis significa lo que debemos suponer: situación anómala, con circunstancias y riesgos que obligan a tomar decisiones excepcionales y que, todo a su escala, pone a prueba las eficiencias y virtudes de liderazgo de quienes deben sacar del atolladero a otros y, a nivel general,  la preparación, capacidad y resistencia de quienes tienen que soportarla hasta que se consiga su superación.

La pandemia del Covi-19 (es inevitable recordarse de aquel muñeco simpático creado por Mariscal como mascota a los Juegos Olímpicos de Barcelona de 1992, el Cobi) está poniendo a prueba lo más sustancial de nuestras reglas de colaboración y resistencia ante la adversidad. A nivel global y, sobre todo, en las etapas intermedias hasta llegar a considerar los efectos específicos en el nivel familiar e individual.

Los misterios que envuelve la forma de propagación y contagio del coronavirus 2019, han generado una nueva realidad que nos ha cogido desprevenidos. Estábamos admitiendo que deberíamos prepararnos para un aumento de la temperatura media de la Tierra, y los responsables de los países más contaminantes en la emisión de gases con el llamado efecto invernadero, se venían poniendo de perfil, alegando incredulidad, necesidad de crear empleo y riqueza o ser capaces de adoptar otras medidas más eficaces que las propuestas a nivel colectivo.

Habíamos soportado, durante años, el aumento de la desgracia ajena, llámense guerras tribales, movimientos de ocupación o xenofobia; teníamos experiencia en volver la cabeza hacia otro lado cuando miles de desgraciados se ahogaban cada año en su intento desesperado de huir de la hambruna y la falta de futuro para arañar algunos restos de nuestro estado de bienestar, cada vez más decadente.

En fin, como representantes y autodenominados herederos del depósito cultural, liberal y ético de la Humanidad, los europeos habíamos creído ser capaces de enseñar al resto del mundo lo que era necesario hacer para construir un mundo globalizado y solidario.

Pues el coronavirus nos ha puesto patas arriba la escala de preferencias y dificultades. Seguro que la crisis sanitaria durará solamente un par de semanas, máximo algunos meses. Claro que la superaremos (o la superarán): después de todo, las medidas a adoptar no son tan difíciles: dejar pasar el tiempo, mientras permanecemos en casa, lavándonos a menudo las manos y el rostro y deseando que los síntomas del enano infiltrado no nos afecten.

Pero la crisis grande, esa que afecta a economía, reparto laboral, distribución de oportunidades y riqueza, mejor explotación de recursos naturales, óptimo aprovechamiento de los recursos intelectuales, etc. esa crisis se quedará mucho más tiempo con nosotros.

Y sigo sin estar confiado en que podamos superarla con solvencia, sin que nos deje heridas aún más profundas y graves que las que nos acompañan como signo de identidad desgraciada del hombre y su mundo. Que estas semanas de forzosa meditación hagan resurgir la llama de la solidaridad, y el verdadero valor de la existencia compartida.


Ilustro este Comentario con otro de los dibujos que figuran en mi libro de Sonetos desde el Hospital, titulado: “Salida de un vagón de metro”.

Publicado en: Actualidad, Economía, Sanidad Etiquetado como: beneficios, coronavirus, crisis, economía, globalización, solidaridad, superación, viajeros

Terapias contra virus

11 marzo, 2020 By amarias Deja un comentario

Bueno, pues ya la tenemos aquí. Me refiero a la discusión acerca de si las medidas adoptadas por el Gobierno central y por las Comunidades más afectadas (por ahora) en España han sido tardías, y si resultan timoratas, correctas o, sencillamente, imitación de otras cuyos efectos reales aún son desconocidos.

Como tengo el gimnasio cerrado, me dirigí a buen paso hacia la Biblioteca Municipal en donde me tocaba devolver varios libros y películas, y me la encontré cerrada, con un cartelito en la puerta en la que se me anuncia que la situación se mantendrá hasta el 26 de marzo. Vaya, había creído que si las instrucciones oficiales son las de estar confinados en casa durante, al menos, dos semanas, se nos facilitaría la impaciente espera con la evasión que proporciona la lectura.

Tenía que pedir cita en el Instituto de la Seguridad Social -para saber, de una vez, cómo puedo variar mi situación de jubilado activo-, pero la web de esta sacrosanta institución sigue colapsada, y no proporciona citas. Deseando aprovechar mejor la mañana, antes de encerrarme en mi despacho, me encaminé -porque se trata de evitar el transporte público, según recomiendan los expertos sanitarios- hasta la oficina de Correos, en donde entregué algunos ejemplares de mi libro Sonetos desde el Hospital. La funcionaria, que manejaba los paquetes y dineros sin protección, se me quejó dulcemente (es una mujer encantadora) de que no se les había suministrado mascarillas ni guantes, y que, además, el número de usuarios había crecido ostensiblemente.

En Mercadona y en el comercio de cercanías en donde me introduje, por curiosidad, para conocer de primera mano el ambiente, constaté que no había colas. También que faltaban algunos productos en las estanterías (no muchos, debo reconocer). Mi amigo el pescadero me informó de que ayer la gente arrasó llevándose todo tipo de vituallas, y que las colas que se formaron eran tales que algunos clientes, nerviosos por la espera, había abandonado sus carritos de la compra repletos, y salido sin comprar. En las zonas de frutería y legumbres, algunas personas seguían cerciorándose, sin guantes, de la madurez y estado de hortalizas y manzanas.

No había papel higiénico, por el momento. Una señora me explicó que la “mieditis había generado colitis”.

En fin: anulada mi Conferencia en el Instituto de Ingeniería de España, y reducida mi actividad exterior (reuniones y Consejos, anulados), tengo más tiempo libre. Me dedicaré a completar mi libro “Cómo convivir con un cáncer: Instrucciones de uso”, con nuevas ideas.

Pero como quiero aportar algo de claridad respecto a cómo entendérselas con el coronavirus, por si sirve de algo, recojo algunos datos: Si el lector quiere enterarse de cómo progresa esta endemia, puede dirigirse a esta web, que proporciona datos actualizados: https://thewuhanvirus.com/119209

A la hora de escribir este Comentario (14h 31 del día 11de marzo), el número de infectados en todo el mundo era de 121.249 con 4.378 fallecidos y 66.908 recuperados, en un total de 119 países. Los países con mayor virulencia de afectación, son Italia, con 10.149 pacientes con virus (y un incremento diario de 10,7%), irán, con 9.000 pacientes y España, con 2.067 infectados, de los que 421 lo han sido en el día de ayer (lo que supone un incremento del 25,6%).

En los gráficos de evolución, China parece haber contenido la propagación, pues la curva de incremento de casos permanece horizontal, en tanto que en el resto de países (incluído España), la curva tiene un aspecto rampante, exponencial.

Las medidas preventivas que, por el momento, se están aconsejando (y, en algún caso, ordenando), son: evitar las aglomeraciones, los transportes públicos, en caso de dudas respecto a los síntomas, no acudir a urgencias sino llamar a un teléfono -que ayer estaba colapsado, por exceso de llamadas entrantes-, y -o más importante. lavarse las manos con frecuencia. También, en lo posible, acudir al teletrabajo y no dedicarse a comprar vituallas ni medicamentos, porque el Gobierno garantiza que no se producirán fallos en la cadena de suministro, y, por otra parte, la toma de medicamentos no sirve contra los virus y puede debilitar el organismo.

En la farmacia a donde acudí, no había mascarillas “porque la gente había arrasado con ellas”.

Espero. La buena noticia es que, en la evolución del virus a escala mundial, se observa que se está separando la curva de evolución y peligrosidad, claramente, del SAR, al que se parecía tanto. En China, después de todo, han muerto 3.200 personas (cito de memoria), lo que es una cifra desproporcionadamente baja respecto a los infectados y, sobre todo, si se relaciona con las tremendas medidas de aislamiento, con su brutal repercusión económica, que se han tomado en ese país-continente.

Sigo sin poder contestar a algunos preguntas clave: ¿Cómo se propaga, en verdad, el coronavirus? ¿Por qué no estamos todos infectados, si el período de incubación es de quince días, y dado que no se adoptaron medidas con anterioridad? ¿Cuál es, sin rodeos, la verdadera población de riesgo? ¿Los ancianos? ¿Los que tienen patologías previas? Y, en fin: De verdad, los microbiólogos y virólogos creen que con solo lavarse las manos de vez en cuando se está combatiendo a un “virus letal”?

Alguien nos está tomando el pelo.

Publicado en: Actualidad, Política, Sanidad Etiquetado como: cifras, coronavirus, españa, evolución, mortandad

  • 1
  • 2
  • Página siguiente »

Entradas recientes

  • Quincuagésima primera Crónica desde el País de Gaigé
  • Cuentos para Preadolescentes (6)
  • Cuentos para preadolescentes (5)
  • Cuentos para preadolescentes (4)
  • Cuentos para Preadolescentes (3)
  • Quincuagésima Crónica desde el País de Gaigé
  • Cuentos para preadolescentes (2)
  • Cuentos para preadolescentes
  • Cuadragésima Nona Crónica desde el País de Gaigé
  • Muerte de un Papa
  • Cuadragésima Séptima Crónica desde el País de Gaigé
  • 2022: Momento de un Balance
  • Cuadragésima Sexta Crónica desde el País de Gaigé
  • El Mensaje de Navidad de Felipe VI que no pudo ser
  • Cuadragésima quinta Crónica desde el País de Gaigé

Categorías

  • Actualidad
  • Administraciones públcias
  • Administraciones públicas
  • Ambiente
  • Arte
  • Asturias
  • Aves
  • Cáncer
  • Cartas filípicas
  • Cataluña
  • China
  • Cuentos y otras creaciones literarias
  • Cultura
  • Defensa
  • Deporte
  • Derecho
  • Dibujos y pinturas
  • Diccionario desvergonzado
  • Economía
  • Educación
  • Ejército
  • Empleo
  • Empresa
  • Energía
  • España
  • Europa
  • Filosofía
  • Fisica
  • Geología
  • Guerra en Ucrania
  • Industria
  • Ingeniería
  • Internacional
  • Investigación
  • Linkweak
  • Literatura
  • Madrid
  • Medicina
  • mineria
  • Monarquía
  • Mujer
  • País de Gaigé
  • Personal
  • Poesía
  • Política
  • Religión
  • Restauración
  • Rusia
  • Sanidad
  • Seguridad
  • Sin categoría
  • Sindicatos
  • Sociedad
  • Tecnologías
  • Transporte
  • Turismo
  • Ucrania
  • Uncategorized
  • Universidad
  • Urbanismo
  • Venezuela

Archivos

  • enero 2023 (11)
  • diciembre 2022 (6)
  • noviembre 2022 (8)
  • octubre 2022 (8)
  • septiembre 2022 (6)
  • agosto 2022 (7)
  • julio 2022 (10)
  • junio 2022 (14)
  • mayo 2022 (10)
  • abril 2022 (15)
  • marzo 2022 (27)
  • febrero 2022 (15)
  • enero 2022 (7)
  • diciembre 2021 (13)
  • noviembre 2021 (12)
  • octubre 2021 (5)
  • septiembre 2021 (4)
  • agosto 2021 (6)
  • julio 2021 (7)
  • junio 2021 (6)
  • mayo 2021 (13)
  • abril 2021 (8)
  • marzo 2021 (11)
  • febrero 2021 (6)
  • enero 2021 (6)
  • diciembre 2020 (17)
  • noviembre 2020 (9)
  • octubre 2020 (5)
  • septiembre 2020 (5)
  • agosto 2020 (6)
  • julio 2020 (8)
  • junio 2020 (15)
  • mayo 2020 (26)
  • abril 2020 (35)
  • marzo 2020 (31)
  • febrero 2020 (9)
  • enero 2020 (3)
  • diciembre 2019 (11)
  • noviembre 2019 (8)
  • octubre 2019 (7)
  • septiembre 2019 (8)
  • agosto 2019 (4)
  • julio 2019 (9)
  • junio 2019 (6)
  • mayo 2019 (9)
  • abril 2019 (8)
  • marzo 2019 (11)
  • febrero 2019 (8)
  • enero 2019 (7)
  • diciembre 2018 (8)
  • noviembre 2018 (6)
  • octubre 2018 (5)
  • septiembre 2018 (2)
  • agosto 2018 (3)
  • julio 2018 (5)
  • junio 2018 (9)
  • mayo 2018 (4)
  • abril 2018 (2)
  • marzo 2018 (8)
  • febrero 2018 (5)
  • enero 2018 (10)
  • diciembre 2017 (14)
  • noviembre 2017 (4)
  • octubre 2017 (12)
  • septiembre 2017 (10)
  • agosto 2017 (5)
  • julio 2017 (7)
  • junio 2017 (8)
  • mayo 2017 (11)
  • abril 2017 (3)
  • marzo 2017 (12)
  • febrero 2017 (13)
  • enero 2017 (12)
  • diciembre 2016 (14)
  • noviembre 2016 (8)
  • octubre 2016 (11)
  • septiembre 2016 (3)
  • agosto 2016 (5)
  • julio 2016 (5)
  • junio 2016 (10)
  • mayo 2016 (7)
  • abril 2016 (13)
  • marzo 2016 (25)
  • febrero 2016 (13)
  • enero 2016 (12)
  • diciembre 2015 (15)
  • noviembre 2015 (5)
  • octubre 2015 (5)
  • septiembre 2015 (12)
  • agosto 2015 (1)
  • julio 2015 (6)
  • junio 2015 (9)
  • mayo 2015 (16)
  • abril 2015 (14)
  • marzo 2015 (16)
  • febrero 2015 (10)
  • enero 2015 (16)
  • diciembre 2014 (24)
  • noviembre 2014 (6)
  • octubre 2014 (14)
  • septiembre 2014 (15)
  • agosto 2014 (7)
  • julio 2014 (28)
  • junio 2014 (23)
  • mayo 2014 (27)
  • abril 2014 (28)
  • marzo 2014 (21)
  • febrero 2014 (20)
  • enero 2014 (22)
  • diciembre 2013 (20)
  • noviembre 2013 (24)
  • octubre 2013 (29)
  • septiembre 2013 (28)
  • agosto 2013 (3)
  • julio 2013 (36)
  • junio 2013 (35)
  • mayo 2013 (28)
  • abril 2013 (32)
  • marzo 2013 (30)
  • febrero 2013 (28)
  • enero 2013 (35)
  • diciembre 2012 (3)
enero 2023
L M X J V S D
 1
2345678
9101112131415
16171819202122
23242526272829
3031  
« Dic