Al socaire

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Archivo de julio 2022

Ucrania como pretexto

30 julio, 2022 By amarias Deja un comentario

Llevo varias semanas sin escribir sobre la guerra en Ucrania y a duras penas me contengo, porque cada día alguna información ensombrece el panorama. La confrontación se dilata en el tiempo, repite esquemas, aumentan los muertos, los heridos, los desplazados, los desaparecidos. La destrucción de vías de comunicación, edificios y fábricas empuja con cadencia de apariencia inexorable hacia la hambruna y la ruina al pueblo invadido.

No solo Ucrania, y tampoco Rusia, sufren los efectos de una guerra que nunca debió empezar, como se va poniendo cada vez más claro de manifiesto. Pudo haber sometimiento temprano por parte del invadido. Pudo el invasor haber calibrado con mayor exactitud los efectos en carne propia de su acción deplorable. Pudieron los Estados que apoyan a Ucrania analizar mejor los daños propios al sancionar a Rusia. Puede China intervenir como pacificador para resolver el conflicto de manera negociada y rápida.

Me temo, sin embargo, que todo eso que el observador inocente juzga como medidas que hubieron debido adoptarse, han sido perfectamente analizadas y calibrados sus efectos. Estamos ante un conflicto consentido, alimentado a sabiendas o soportado con resignación por los actores. Y tengo claro quiénes son los verdaderos beneficiarios de esta guerra, porque solo hace falta analizar someramente quién está detrás del envío de armas, víveres y pertrechos a los combatientes, y quiénes están pagando las consecuencias y quiénes sacarán provecho de la reconstrucción y de los réditos por los préstamos para acometerla.

Esta guerra fue evitable. Como casi todas las que conocemos del pasado, y especialmente cuando han involucrado a varios agentes, pudo no ser o no tan cruenta. Podía haber tenido lugar el sometimiento temprano del invadido para evitar mayores daños; la Historia nos ilustra de sometimientos que han traído prosperidad y mejores conocimientos al pueblo atacado.

Entiendo que la guerra está enquistada. Siguen produciéndose ataques de parte y parte, se suceden las muertes de civiles y las destrucciones de edificios, batallas y escaramuzas por zonas de territorio, barrios de ciudades y fábricas de valor estratégico. La información de que se dispone del conflicto es interesada de parte, seguramente falaz o falseada.

El conflicto ha adquirido la dimensión de un pulso económico y estratégico que trasciende del campo de confrontación principal. Europa está siendo crecientemente castigada con medidas de restricción de entrega de gas por parte de Rusia, agudizada por una estrambótica gestión de las fuentes alternativas. Se podría pensar, además, que los daños que se dicen dispuestos a infligir al invasor de Ucrania están siendo dosificados, medidos: se envían armas de relativa potencia destructiva, se amenaza más de lo que se actúa.

En esta situación de desconcierto, cada vez más teatralizada, me ha extrañado en particular la sesión de fotografías del matrimonio (Olena y Vlodomir) Zelenski que publica la revista Vogue. Su autora es Annie Leibovitz y, más allá de la primera impresión que produce el que el Presidente de Ucrania y su esposa permitan que se les fotografíe en pleno conflicto, si se lee la entrevista y analizan las fotografías se advierte que los rostros de la pareja reflejan decisión, temor, cansancio, angustia y determinación. Son el testimonio de una injusticia histórica, de una grave dejación de la diplomacia internacional.

Porque no quiero verlos muertos, con pie de foto de condolencias. Quiero Ucrania libre, europea, nuestra.

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Justicia a la medida

27 julio, 2022 By amarias Deja un comentario

El Tribunal Supremo ha emitido su Sentencia en el recurso presentado por las defensas de Manuel Chaves y José Antonio Griñán, que fueron sucesivos presidentes de la Junta de Andalucía, en momentos en los que el Partido Socialista Obrero Español era dueño y señor de esa región.

Quien la vio y quién la ve. Andalucia era considerada durante décadas el “caladero” de votos de los herederos, legatarios e intérpretes de las ideas de Pablo Iglesias, José Barreiro y Largo Caballero (por citar solo algunos de los inspiradores más relevantes que ayudaron a pergeñar el ideario socialista, adulterado sin problemas por nuevos líderes y necesarias componendas para supervivencia).

Hoy, en manos de los populares, de la derecha quasifascista, de los amigos del capital y de los señores del puro…

Estos penosos seudoargumentos, -izquierda incompetente y despilfarradora, derecha en contubernio  con los poderes económicos- que habían sido felizmente arrumbados en la época feliz de la democracia postfranquista, se recuperan ahora por los que no han vivido la transición, han estudiado poco y saben menos y están dispuestos a hacernos vivir su peculiar camino hacia la Arcadia feliz, descalificando con rabia todo lo que parezca venir de contrario.

Muy eruditos economistas y técnicos de buen pedigree, dudan (con toda razón, en mi opinión) si será mejor gobernar bajando impuestos -razonablemente- o poniéndoselo más difícil a los ricos y, sobre todo, a las grandes empresas. Tengo, como se dice vulgarmente (y pido perdón por el lenguaje soez) el culo pelado de haber visto cómo actúan en tiempo real, los amantes declarados del liberalismo y los enamorados decididos de la gestión pública de las empresas y servicios fundamentales, y no abrigo más que dudas de cómo poner en pie una idea u otra, sin entrar en múltiples matices y aplicar severas medias tintas. Lo más importante: la dificultad está en encontrar gestores capaces, bien formados, y honestos. Si militan en un partido, habría que mirarlos con lupa, porque suelen ser independientes, no confesionales.

Vuelvo al proceso de quienes mandaron en Andalucía en nombre del PSOE, y muy aplaudidos, por cierto, hasta que la juez Mercedes Alaya dio por investigar, desde el Juzgado de Instrucción nº 6 de Sevilla, “e caso de los ERE”. Si bien el tenor del pronunciamiento no ha sido conocido en sus detalles, sí ha transcendido que no ha habido unanimidad en el refuerzo de la Sentencia del Tribunal Superior de Andalucía, que era la que se sometía a revisión.

Ha habido votos particulares y solo cuatro de los siete magistrados del Alto Tribunal han entendido que se debía ratificar la condena a los dos principales encausados a las altas penas por los delitos de prevaricación y malversación de dineros públicos. El peor parado en ese veredicto ha resultado José Antonio Griñán, porque era Consejero de Hacienda cuando se cometieron los hechos delictivos y, por ello, facilitador obligado de la componenda y, en consecuencia, es condenado a seis años de prisión.

El asunto se ha convertido en elemento sustancial del actual debate político, por muchas razones. Desde la oposición, el Partido Popular -con la portavocía de aspecto suave ejercida ahora por Núñez Feijóo, ejerciente del galleguismo estereotipado-, dice no querer hacer bandera con los daños causados por tal Sentencia, aunque no deja de esgrimir que la Justicia ha deshecho, al fin, de manera legal, el chiringuito de favores que los sociatas habían montado en Andalucía. Por la vía del resultado fehaciente de las elecciones, ya había quedado sancionado socialmente el reproche al encaramar a Moreno Bonilla a la Presidencia de la Junta con la mayoría más clara que se vio en esa democracia imperfecta que defiende el texto constitucional más eficiente y versátil que vio nuestra piel de toro.

El nuevo portavoz socialista, Patxi López, bien curtido en defender posiciones en momentos difíciles, recuerda -siguiendo el argumentario de la Ministro portavoz, Isabel Rodriguez García- que el único Partido condenado como tal por la Justicia (caso Gürtel) ha sido el Popular. Porque el PSOE, como institución política, está libre de culpa y, por otra parte, los ex Presidentes andaluces, a los que cabe manifestar (según la posición de este Partido) con pleno apoyo por su honestidad, ya que no se han llevado a sus bolsillos ni un euro de los setecientos millones que fueron malversados o utilizados con el sesgo oscuro que ven los Tribunales. Además, los reos y ajusticiados ya no son miembros del Partido socialista y las responsabilidades políticas si las hubiera, ya han sido depuradas hace años. Me gustaría saber quiénes y de qué condición fueron los beneficiarios del reparto de subvenciones, a quiénes se les facilitó la agilización de los créditos y, en fin, si no se tuvo en cuenta más que el estado de necesidad y la urgencia debida, y no la presunta afiliación de los favorecidos.

A mí, como ciudadano y como abogado, me interesa resaltar, en este caso y en otros que los media se han encargado de difundir y exprimir, la ausencia de unanimidad en la mayoría de las Sentencias (ya que no en todas) que hemos conocido en detalle, afectando a personajes relevantes de los sectores políticos. No la hubo en las sentencias que afectaron al Rey de antes, Don  Juan Carlos, ni en el desmesurado para e torpemente defendido Urdangarín, ni en los alevosos casos del Procés (y especialmente en la valoración de los hechos, si sedición, reunión de amigos o intento de separatismo y golpe de Estado desde las instituciones). No hay unanimidad en casi ninguna Sentencia importante (por su materia o por la naturaleza de los justiciados y, cómo no, de sus letrados) de los Tribunales pluripersonales.

La Justicia es lenta, su aplicación sujeta a interpretaciones jurídicas y todos los letrados en ejercicio sabemos lo importante que es, no solo preparar bien tu caso, sino encontrarte con un buen juez, de los que se toman interés en profundizar en los argumentos  y razones de cada parte y no se dejan obnubilar por el prestigio de un bufete de esos de renombre (los llaman bufetes boutique). Pero -¡horror!- tenemos que creer que no está sujeta a cavilaciones y mangoneos políticos, y ya no solo desde la Fiscalía General del Estado (que el actual Presidente del Gobierno ha dejado claro que dependía de sus designios), sino debido a la composición ideológica de los Tribunales que tienen que dirimir en últimas instancias, ya sea el Constitucional, el Consejo Superior del Poder Judicial, el Tribunal Supremo y, aunque nos falten muchos datos, los Tribunales de Menor pelo (Tribunales Superiores regionales, Audiencias Provinciales, etc.)

La verdad, al ciudadano de a pie se le ha puesto muy difícil creer en la independencia de la Justicia, en la separación de poderes, en la solvencia y honestidad de los jueces. Como en toda profesión, defiendo que la inmensa mayoría son fieles al ideario de una Justicia igual para todos y lejos de mi intención acudir a la frase desafortunada del alcalde Pacheco -el de “la Justicia es un cachondeo”-, pero nada me impide defender que necesitamos la plena profesionalización de la carrera judicial, libre de influencias políticas, de nepotismos y amiguismos y, por qué no, totalmente transparente en la valoración de Sentencias, juzgadores y Juzgados.

 

Publicado en: Actualidad, Política Etiquetado como: Andalucía, caso Gürtel, Chaves, Esperanza Aguirre, Griñán, Isabel Rodriguez García, juzgados, Núñez Feijóo, Patxi López, rey juan carlos, sentencia, urdangarín

Vigésimo Quinta Crónica desde el País de Gaigé

24 julio, 2022 By amarias Deja un comentario

Gaigé, el País de los Despropósitos, arde. Sobrecoge ver los bosques, las casas y naves, los pastos y los eriales, siendo pasto de las llamas. Los Bomberos, profesionales y voluntarios, se esfuerzan, más allá de lo humano, en poner límites al avance voraz del elemento que todo lo destruye.  La Unión Militar de Emergencias se afana de acá para allá, siendo solicitada en tantos lugares a la vez que pareciera que su estructura fuera capaz de estirarse y ensancharse como si fuera un chicle, a voluntad de las urgencias.

Hemos recordado que el 95% de los incendios son provocados, bien por criminal voluntad destructiva o por negligencia (una colilla mal apagada, una chispa surgida de un tractor que no deberá estar trabajando allí, cristales y botellas abandonados en el bosque…). Más de 2,3 millones de Hectáreas han ardido en Gaigé en los últimos 20 años. En 2022 y, a esta fecha (24 de julio), se han superado con fatídica holgura las 200.000 Ha. Nombres donde respira la naturaleza con fuerza y pasión, como Sierra de la Culebra, Monfragüe, Los Peñascales, Sierra de Mijas, amenazados de extinción en sus entrañas. Hombres y mujeres agotados en su lucha contra el fuego; unos, tratando de salvar sus propiedades. Pero vencer o controlar al fuego exige formación y profesionalidad. Siento un escalofrío cuando oigo decir a un Jefe de Bomberos, agotado, impotente: Este fuego es incontrolable por ahora. Hay que dejarlo hacer.

Se repiten los diagnósticos a posteriori, se extraen de los cajones de lo obvio los consejos y prácticas que debieron haberse seguido, ahora tan a destiempo: limpiar los bosques, alejar las viviendas del riesgo de incendio, instruir a los descuidados, perseguir a los pirómanos, formar y contratar a más bomberos y con mejores equipos.

Hay dos culpables superiores de los incendios, según el relato oficial desde la cúpula de los Gobiernos de Gaigé: el cambio climático y la dejación de funciones administrativas. Las temperaturas llevan semanas por encima de los 40 grados centígrados y el campo, seco, es una yesca. Bien mirado, por encima de cualquier excusa, siempre está el hombre, la piromanía que nos llevó a incrementar el agujero de ozono y la concentración de CO2, la avidez por conquistar terrenos para el disfrute sin límites, el egoísmo impreso en los cerebros chiquitos con la máxima soez de “quien venga detrás, que arree”.

Ha habido cambios en la gestión de Gaigé, porque tanto el Partido mayoritario en el gobierno de coalición como sus socios, ven las orejas del lobo del Partido Popular, encarnado en Núñez Feijóo, aún tierno, aunque su talante tranquilo y el deseo de cambio alimenta las expectativas de cambio ante las elecciones generales de 2023. La riosellana Lastra (Adriana), el azote verbal de la oposición, la escudera de Sánchez (Pedro) ha sido sustituida en la portavocía del Congreso y como Vicesecretaría del PSOE, a petición propia, para dar a luz en noviembre. No ha sido el cambio más sonoro: Delgado (Dolores) se retira también como Fiscal General, por motivos de salud: dolor de espalda (y sería sencillo y cruel argumentar que el peso de la púrpura que le enjaretó el Presidente, su jefe, ha lisiado su ánimo). Suben a la palestra otros nombres, algunos ya laureados con anterioridad por el dedo mágico del dictador: Montero (María Jesús), Alegría (Pilar), López (Patxi).

Se avecina un invierno caliente, es decir, frío. La Rusia de Putin le ha tomado el gusto a la prolongación indefinida de la guerra en Ucrania, porque ha descubierto que eso debilita a Europa, que ha calculado mal su capacidad directa de resistencia. Falta gas, y la apelación a la solidaridad europea despertará las antiguas grietas, nunca bien soldadas, del egoísmo nacionalista. La hambruna causada por la desaparición del grano y los fertilizantes que proveía el granero del mundo, hoy pasto de una guerra de atrición (copio a Torreblanca, -José Ignacio-) en su columna de hoy (EM), crecerá. Malos tiempos para la lírica y para mirarse el ombligo. Las voluntades para atajar el avance del cambio climático, la globalización y la ayuda al desarrollo, tendrán que esperar. Oportunidades para los negacionistas con pedigree (oigo algunos argumentos y siento vergüenza ajena).

Suben los tipos de interés, y se encarece el dinero para los que tienen necesidad de créditos, que somos muchos. El impuesto a los beneficios extraordinarios de la Banca y las Eléctricas que prometió el Presidente de Gaigé, apropiándose de las ideas del izquierdismo trasnochado  de Díaz (Yolada) -en búsqueda de autor y votantes- anuncian un cisma en la necesaria colaboración entre Gobierno y empresa, para que funcione el entramado liberal de la economía.

Vamos firmes, en el camino de ser más pobres. Los optimistas tienen su oportunidad para hacernos ver las cosas de color rosa. Será, por lo menos, divertido.

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Vigésimo Cuarta Crónica desde el País de Gaigé

18 julio, 2022 By amarias Deja un comentario

Disminuida la tensión del Debate en el que el presidente de Gaigé, Sánchez (Pedro) presentó los resultados de su gestión (mejor dicho: adelantó algunas medidas para consolidar el resto de la legislatura) y la oposición y, en especial, la diputada Gamarra (Cuca) por el Partido Popular criticó aquellos para ofrecer sus propuestas alternativas (mejor dicho: presentó su argumentación para denunciar que el grupo terrorista ETA se sentaba, transmutado en Bildu, en el Parlamento), el país vuelve a la situación de letargo.

Una situación aletargada que está, sin embargo, llena de peligros y sobresaltos. Por una parte, el calor tórrido se apodera de Gaigé: en casi todos los registros las temperaturas vienen subiendo durante los últimos días por encima de los cuarenta grados durante el día y no bajan de veintisiete durante la noche. En estas condiciones, claro, no hay quien pueda tener un buen descanso y los ánimos están más encrespados de lo habitual.

Hay en el territorio de Gaigé más de treinta incendios activos, algunos muy dolorosos, por lo que significan de pérdida de riqueza forestal, paisajística y de fauna de alto valor. En la comarca del Jerte, en Monfragüe, en la Sierra de Mijas, en la montaña salmantina…y en tantos puntos sobre la geografía que jalonan como tachuelas de desesperación el mapa del país, se han producido, como consecuencia del calor, tantos focos de fuego y destrucción que es imposible mirar el mapa sin que el ánimo se encoja, presa del dolor.

Son culpables las altas temperaturas, pero no solo. Como otras veces, surgen sospechas de que, algunos hayan sido provocados, de forma intencionada o por descuido injustificable. Han caído rayos, en zonas aisladas forestales, como resultado de tormentas secas, de esas que resuenan en el cielo azul como un castigo divino. Y hay que pensar en el culpable mayor, que es la desidia: la falta de cuidado y limpieza de bosques y campos, tantos de ellos abandonados, porque el bosque no es rentable para su propietario y se deja al albur de la naturaleza desplegada; hay viviendas que, en la busca del bello paisaje a contemplar desde el salón, se han arrimado tanto a la naturaleza salvaje que sus propietarios olvidan que esa proximidad implica cuidados para controlar el riesgo de que los árboles se incendien por  causas fortuitas o porque la envidia insana del que no tiene hace más fácil el manejo de la cerilla que desea pasar desapercibida.

Extremadura es la región más afectada por los incendios, pues interesan a algunas de sus zonas más apreciadas por los aficionados al turismo de naturaleza y al ejercicio de noble deporte de la fotografía y al menos idílico desahogo cinegético. Si han sufrido muchos, hay que poner en primer lugar, a los lugareños que ha visto mermadas las áreas dedicadas a cultivos de gran valor en el mercado, como puercos de raza, venados, cerezas, ciruelas, peras, verduras y hortalizas.

El jefe de Gobierno de Gaigé cursó hoy un viaje a la zona, para apreciar de primera mano, desde el centro de mando y coordinación de los incendios cacereños, el alcance del siniestro. Buscando la zanahoria, inaugurará también un tramo del tren de alta velocidad, que servirá para conectar Badajoz, Cáceres y Plasencia con el resto del mundo, cuando se termine. Hoy por hoy, como subrayan los cronistas que andan buscando las vueltas, pasa por ser el tren de alta velocidad más lento del mundo, incapaz de superar los noventa kilómetros-hora. Es buena noticia el impulso a la futura fábrica de baterías de litio de Navalmoral de la Mata, hoy aún entre papeles, y que los responsables del proyecto Expacio explicarán al jefe del Ejecutivo y a la Ministra de Industria, la casi transparente Maroto (Reyes).

Dimitió la beligerante furia poseída por el rayo, el azote de micrófonos y peperos, la beligerante asturiana Lastra (Adriana), dicen que por cansancio y desengaño al ser apartada como portavoz del PSOE en el congreso; otros insinúan que, mejor, para sacar adelante su embarazo sin impedimentos. Enhorabuena.

Se cuenta en los mentideros de Gaigé que la relación de Sánchez y Yolanda Díaz se ha enfriado, por recelos mutuos, llevando el mismo camino que tuvieron las buenas migas con el anterior vicepresidente, Iglesias júnior (Pablo), convertido éste en cantamañanas, emulando a la otra familia Iglesias, aunque con menos arranque multitudinario y menor proyección mediática. Como también se dice que Yolanda y Pablo no tienen sintonía, la izquierda del PSOE no acaba de arreglar su identidad.

Aparecieron declaraciones de la Ministra de  Ciencia e Innovación, la alcaldesa Morant (Diana), contenta, cómo no, de haberse conocido, festejando la propuesta de nueva Ley de la Ciencia, que reitera el compromiso de dedicar desde los Presupuestos del Estado 1,3 por ciento al impulso de esta carencia crónica, una de las bien detectadas y nunca solucionadas. Se espera que retornen investigadores que han tenido que buscarse la vida por el mundo y en eso, me acuerdo de Barbacid (Mariano), el insigne bioquímico y las terribles dificultades para encontrarle acomodo digno, y de tantos otros con menor imagen y currículum, pero que serían cerebros excepcionales para animar nuestro desierto intelectual y creativo.

Por cierto, Barbacid se ha convertido en ariete filosófico y documentado rompecoyones de las normalmente estériles, aunque bien aireadas, actuaciones de los Ministerios que debieran afectar positivamente a la investigación, la tecnología y el desarrollo científico.

En el campo de la energía, caballo desbocado, además de enterarnos que Rusia es sustituto de Argelia com suministrador de gas, que la nuclear no es verde a pesar de lo que digan en Bruselas (y de lo que la necesitamos) y que se avecina un invierno crudo, la teoría oficial es que la culpa de todo, en este campo, la tiene Putin (Vladimir).

Queda institucionalizados los dos argumentos que se esgrimen oficialmente en Gaigé contra nuestra situación de deterioro: el cambio climático como causante de la inflación, los incendios y la subida del precio de la energía y Putin, como causante de todo lo demás y de la subida del precio de la energía.

Mientras, Feijóo (Alberto Núñez) agota el impulso que lo trajo hasta aquí, con discursos de buen rollito, aunque faltos de chicha y limoná. En la Moncloa empiezan a recobrar la confianza de que en Gaigé los descontentos volverán a la apatía.

Publicado en: Actualidad, País de Gaigé

La guerra que entró en el patio trasero de nuestra energía

16 julio, 2022 By amarias Deja un comentario

He recibido ayer, 15 de julio de 2022, el último número de la revista ENTIBA, editada por el Colegio de Ingenieros de Minas del Noroeste, y de la que soy orgulloso fundador y miembro de su Consejo Editorial. Para ella escribí el Editorial, como vengo haciendo para los más de cien números que se han publicado. Aunque lo envié a imprenta hace ya más de cuatro meses, sigue siendo de actualidad y, una vez que alcanza difusión por la revista, me siento libre de publicarlo aquí.

El violento ataque de la Rusia de Vladimir Putin a Ucrania ha conmovido los cimientos del derecho internacional, obligando a la revisión de las relaciones económicas que la globalización había hecho transcurrir por una fase optimista de bonanza.

Con la guerra ha reaparecido bruscamente la polaridad entre dos maneras muy diferentes de entender la regulación de la convivencia, -democracia o dictadura del Estado-. Ha saltado por los aires la apacible teoría de que los conflictos geopolíticos en Occidente podrían ser civilizadamente resueltos por cauces diplomáticos y que, como un gran marco protector, la fluidez de los intercambios económicos y tecnológicos garantizaba la paz y el entendimiento entre los pueblos, independientemente de la organización de sus Estados.

China y Rusia han aparcado sus diferencias, fortaleciendo sus relaciones. La primera, consolida rápidamente su poder en Asia, mientras el gobierno de Moscú dirige su mirada expansiva hacia Europa, dentro del sueño de recuperación de la Gran Rusia que alimenta la ambición del Kremlin. Por su parte, Europa y Estados Unidos actúan conjuntamente, apoyando a Ucrania frente a las ambiciones territoriales de la Rusia de Putin.

El mercado de la energía como protagonista

No parecía imaginable, hace apenas unos meses, que una situación de guerra abierta pudiera darse en Europa, y que su territorio se convertiría, otra vez, en el campo singular de una ambición de expansión dictatorial. En 2022 ha quedado ensombrecido el panorama cercano con una contienda que parece estar desarrollándose con recursos bélicos conscientemente limitados pero sin límites éticos, y que ha provocado miles de muertos -militares y civiles- y millones de fugitivos que se ven obligados a abandonar sus casas para escapar del escenario de destrucción y barbarie.

La escalada de tensión que atenaza el mundo tardará años en resolverse. Pero, Al margen de cualquier juicio ético y político, impulsado al primer plano como esencial protagonista inmediato, se encuentra el mercado de la energía.

La preocupación anterior era tratar de contener la subida de los precios energéticos y de su principal derivada, la energía eléctrica. A partir de la situación creada por la guerra resulta imprescindible introducir en la ecuación energética, la disponibilidad y fiabilidad de las fuentes. Aunque el gas de origen ruso siga apareciendo como una opción técnicamente cómoda y factible (y, desde luego, deseada por el Kremlin), la perspectiva ética obliga a cuestionarse seguir financiando el régimen de Putin con divisas europeas.

Hacia la autarquía

En la actual situación, ya no se trata de elegir entre las fuentes de energía para reducir costes o reducir la contaminación, sino que la prioridad es garantizar el suministro. Para obtener un precio asequible, en especial, al consumo de las familias y de las empresas más dependientes del recurso, los Gobiernos echan mano de reservas y subvenciones. Si bien no cambia la directriz general señalada por la contención de la amenaza del cambio climático, la búsqueda de la mayor independencia energética, incluso a nivel de cada país europeo, reorienta las decisiones.

No es cuestión de dudar sobre qué hacer a medio y largo plazo. Con la tecnología actual, independencia energética y sostenibilidad ambiental equivalen esencialmente a apostar sin reservas por el desarrollo de energías renovables y, en aquellos países en los que no se ha levantado un veto más ideológico que técnico a esta fuente, contar con la producción de las centrales nucleares. En el microcosmos energético, ante una perspectiva duradera de altos precios y posible escasez, se trata de conseguir también mejorar la descentralización hacia los consumidores menores y reducir el consumo total de energía.

La producción de electricidad y la referencia a sus costes marginales está directamente inmersa en el debate, en el que se han resucitado algunos axiomas. Las centrales nucleares pueden trabajar a costes marginales inferiores que las que utilizan gas. Aunque no se le ha concedido al carbón ninguna opción de sostenibilidad en la Unión Europea, (a pesar de los avances para captación y almacenamiento de CO2), no se descarta tampoco la reapertura de minas de carbón durante un período corto. Necesidad obliga.

Los defensores del abandono de la energía nuclear en Europa encuentran un escollo insalvable. La posición de Francia es decididamente favorable a mantener la energía nuclear como fuente fundamental para su suministro energético. Consciente de esta situación, el Reglamento Delegado de la Comisión Europea, al completar el Reglamento 2020/852, y establecer las actividades económicas sostenibles desde el punto de vista medioambiental (la Directriz de taxonomía) apoya el mantenimiento de las centrales nucleares. Las centrales nucleares pueden ofertar con beneficio por encima de 40 euros Kwh, y actuar como amortiguadoras de precios frente a las centrales de gas.

El gas como elemento clave del escenario energético

La guerra encontró a Europa desprevenida. No estaba preparada para abordar una crisis de suministro del gas. La dependencia energética de Europa respecto al gas lo ha convertido en protagonista principal del momento. El consumo de gas natural en el mix energético primario en la Unión Europea fue del 83,5% en 2020. Aunque la Federación Rusa sólo produce el 16,6% del gas mundial, la mayor parte de ese gas se destinaba a Europa y, más específicamente, a Alemania e Italia. La Agencia Internacional de la Energía tiene registrado que en 2021 la Unión Europea adquirió 155.000 millones de metros cúbicos de gas natural a Rusia (1.760 Twh, utilizando la conversión de 1 m3 igual a 11,33 kwh), un 40% de su consumo total de combustible.

Ha sido puesta en evidencia la capacidad regulatoria de los mercados, animando a revisar el cálculo marginalista de los precios de la electricidad. La subida de los derechos de emisión del CO2 cuando los precios del gas o del petróleo son altos, queda interferida cuando los precios se hunden o el mercado se mueve en carestía, y la inercia no favorece la conexión de las energías renovables.

También se pueden sacar enseñanzas de la evolución de los precios del petróleo en el pasado. En los últimos veinte años, solo en tres ocasiones subieron por encima de los 100 dólares/barril, cayendo luego a los 30 dólares/barril. Si se considerase la evolución a largo plazo, se podría fijar la tendencia para el incremento de precios para el gas, el petróleo y el carbón. Podría adoptarse, al margen de los mercados, un razonable el 5% anual de incremento, si los Gobiernos equilibraran los precios reales de mercado, con impuestos o subvenciones. Los inversores y los particulares podrían planificar sus decisiones energéticas con riesgos soportables.

En el corto plazo, la disputa por las fuentes de energía primarias se ha desatado y el nerviosismo se ha adueñado de los mercados. A comienzo de la guerra, los precios de las fuentes energéticas rusas bajaron, en tanto que en los de otras procedencias, subieron. El petróleo tipo Brent alcanzó los 120 dólares barril marcando una diferencia con el de origen ruso de 30 dólares barril. La acción de Estados Unidos, bombeando más gas propio al mercado y vetando el ruso tuvo un papel relevante, junto a la disminución de compras por parte de Alemania. A esa situación creada tampoco estuvo ajena la actitud de Gazprom de limitar sus suministros al estricto cumplimiento de los contratos, retirando la opción de adquirir gas en operaciones spot. Aumentó la presión sobre los precios favoreciendo la sensación de escasez en los mercados.

Se vivió un espejismo eufórico. Europa estaba convencida de haber superado la pandemia vírica, la economía se encontraba en vías de recuperación y se precisaba más energía y de manera urgente. El gas pasó de los 98 dólares en junio de 2021, a máximos superiores en el primer trimestre de 2022, aun cuando los efectos de la guerra apenas se habían manifestado, en los contratos a futuro negociados por la plataforma Title Transfer Facility (TTF). Los del petróleo han seguido el mismo sendero.

La trampa del mercado funcionó en perjuicio de los que actuaron con confianza en él. Los intermediarios, que habían utilizado al máximo la capacidad de almacenamiento, cuando los precios parecieron estabilizarse, al entender que se estaba volviendo a la situación anterior, prefirieron no mantener llenos los depósitos.

Futuro muy abierto

Incluso aunque se produjera un acuerdo que diera fin a las hostilidades bélicas, el futuro energético permanecerá incierto. Se hace imprescindible revisar la fiabilidad de los suministros exteriores y atender al mayor uso de las fuentes propias, incluso aunque hubieran sido desestimadas por contaminantes. El temor al desabastecimiento ha puesto en entredicho los objetivos de emisiones vinculados a detener el calentamiento global.

Resulta imposible, en la revisión del contexto, no recordar la manifestación de la ex canciller Angela Merkel que expresó, en varias ocasiones, que Putin era un socio fiable y, en consecuencia, hizo descansar en el suministro de gas desde Rusia la parte fundamental de las necesidades energéticas de Alemania, suprimiendo las fuentes propias que significaban el carbón y la energía nuclear. Al comienzo de la guerra, el país que es locomotora del crecimiento europeo y referencia para España en el sector energético, paralizó el proceso de aprobación final del gasoducto Nord Stream 2, pero no puede dejar de comprar gas a Rusia, porque carece de alternativas de suministro suficientes.

La situación en España

España no está muy afectada por el corte de suministro ruso, pues supuso apenas 36.119 GWh, representado el 8,7% del total, por detrás de Argelia (42,7%), Estados Unidos (14,4%) y Nigeria (11,4%), según Enagás. Sin embargo, en este patio de vecindad se ha cruzado el desencuentro con Argelia y las siempre difíciles relaciones con Marruecos, además de la incorporación de Italia como socio preferente para el gas argelino, que ha debido buscar alternativas, ya que el 45% del gas que consumimos proviene de Rusia.

Nuestro país tiene una situación especial, por la capacidad para generar energía de fuentes alternativas, aunque el abandono de la energía nuclear con centrales que aún no han terminado su vida útil y la necesidad de buscar un depósito para los residuos nucleares (que costará en las últimas evaluaciones, por encima de los 20.000 millones de euros) pone énfasis sobre la falta de coherencia en los planes energéticos seguidos hasta ahora, que ha supuesto inversiones fallidas o no rentabilizadas, con un exceso de fuentes disponibles, pero con fuerte dependencia del gas natural.

La decisión política de no utilizar la disponibilidad de gas de lutitas (mediante la técnica del fracking) reaparece en este escenario como inconsistente, pues se ha calculado, en informes apoyados por el Consejo Superior y por compañeros especialistas, que tenemos más de 1,3 billones de m3 de reservas, que podrían cubrir más de 40 años de consumo. El gas que Estados Unidos, a un precio de su conveniencia, está enviando para cubrir las carencias actuales, tiene, justamente, la procedencia cuya extracción aquí se ha vetado.

Apelar a la reducción del consumo

Como la modificación de las fuentes de suministro energético no puede ejecutarse de inmediato, se ha vuelto la mirada hacia la necesidad de reducir el consumo.

La Agencia Internacional de la Energía (AIE) ha planteado a la UE varias medidas de ahorro para reducir en algo más de un tercio (50.000 Mill. m3) las importaciones de gas ruso en un año. Esta cantidad está próxima a los 38.000 m3/año que figura como nuevo compromiso de suministro de Gazprom a China, a través de un nuevo gasoducto que atravesará Mongolia. La Agencia ha defendido la adopción de medidas inmediatas para reducir en 2,7 millones de barriles diarios para paliar la falta de suministro, enunciando 10 medidas que requerirán cambios en el comportamiento de los consumidores, y el apoyo de medidas gubernamentales.

No son propuestas cuya enunciación resulte ni agresiva ni inalcanzable. Abarcan desde reducir los límites de velocidad en las autopistas en 10 km/h, aumentar el teletrabajo a 3 días a la semana, favorecer el uso compartido de vehículos, mejorar la eficiencia en el cálculo de los fletes de camiones en el tránsito de mercancías, sustituir por trenes nocturnos el transporte por avión, evitar los viajes de negocio no imprescindibles y apoyar el uso de vehículos eléctricos.

Además, la AIE aconseja al Ejecutivo comunitario que maximice las fuentes de energía de bajas emisiones, acelerando el despliegue de la energía solar y eólica, incluyendo el aplazamiento del cierre previsto de centrales nucleares.

La búsqueda de soluciones transitorias

No deberíamos dejarnos engañar por lo vistoso de las soluciones transitorias. El recuso al gas licuado puede ser una opción provisional, pero está vinculado a inversiones muy importantes, como la construcción de terminales y tuberías, que no se pueden erigir de la noche a la mañana. Alemania, el principal perjudicado por la guerra y la decisión de dificultar al gobierno ruso su financiación, ha vuelto sus ojos a Catar como alternativa, está también revisando la situación con Noruega. Los campos noruegos están lejos de agotarse -con unas reservas probadas de 1,5 billones de m3 de gas- pero las tuberías existentes están sobrecargadas y faltan terminales en la zona.

La sensibilidad pública europea, alimentada por voceros tremendistas, mira la explotación de las bolsas de gas en terrenos propios con recelo. Holanda empezó la explotación en 1960 de la gigantesca bolsa de gas de Groninga, a una profundidad de 3.000 m, en una formación de arenisca porosa tipo rotlliegend. A mediados los noventa, al producirse la subsidencia de varias capas, se detectaron centenares de sismos que obligaron a que el gobierno ordenara a la empresa Shell cerrar el campo antes de 2030.

 

Conclusión

El debate sobre las fuentes energéticas se ha reabierto en Europa, con la guerra como excusa y fundamento. Sería de desear que estuviera, al fin, sostenido por criterios técnicos que, unidos a valoraciones ambientales objetivas y a serios cálculos económicos, consiguiera tratar una senda que pudiera recorrerse sin sobresaltos, retrocesos ni sobrecostes.

Habría que exigir a nuestros representantes que eviten tomar decisiones temperamentales o dirigidas a contentar a grupos de presión, cuyo vocerío suele empañar las propuestas de los especialistas. En el terreno de la energía, la presión ejercida desde la barrera ideológica ha perjudicado, y no solo en nuestro país, la adopción serena de medidas que hubieran proporcionado mayor capacidad de respuesta ante las fluctuaciones del mercado, dando estabilidad a los suministros y a los precios.

La guerra de Ucrania está obligando a hacer una rápida revisión de postulados. La coyuntura no debería condicionar la toma de decisiones que cubran el largo plazo. Los ingenieros de minas, como expertos en la producción y gestión de las fuentes energéticas, ponemos, como siempre hemos hecho, nuestros conocimientos y experiencia al servicio de ese propósito.

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Vigésima Tercera Crónica desde el País de Gaigé

12 julio, 2022 By amarias Deja un comentario

Escribo la Crónica desde el País de Gaigé, la Tierra de los Despropósitos, al finalizar cada semana, es decir, en la noche del domingo o, a más tardar, el lunes por la mañana. Esta vez he hecho una excepción, y la estoy escribiendo el martes, 12 de julio de 2022, por la tarde.

La razón principal es que, justamente este martes se iniciaba en el Hemiciclo el Debate sobre el Estado de la Nación, que no tiene lugar desde hace siete años. El diagnóstico de la realidad y las medidas que propondría adoptar el Jefe del Ejecutivo, Sánchez (Pedro) presentaban un interés parejo -en principio- a las réplicas, críticas y contrapropuestas (en su caso) de los líderes de los partidos, incluidos, en este panorama esperpéntico que nos ha tocado vivir, los que apoyan teóricamente la coalición pero critican sin ambages algunas de las medidas que, teniendo ministros en ese Gobierno, deberían apoyar.

Como muchos de mis lectores habrán seguido el debate -hasta esta hora de la tarde, en que acaba de intervenir Abascal (Santiago), líder y portavoz de Vox-, no oculto, desde el principio, mi impresión sobre el mismo.

La mejor parlamentaria, clara y contundente tanto en críticas al Gobierno como en sus propuestas fue, con distancia, Gamarra (Cuca). No estoy con ell proclamando ni mi afiliación ni mi simpatía por una opción política, sino mi opinión sobre el tono, cadencia y énfasisde su discurso.

Supongo que los partidarios de lo que representa en el hemiciclo, dirían que estuvo oportuna, seria en los datos, feliz en los argumentos, afortunada en la dicción. Si en lugar de un debate parlamentario estuviéramos juzgando un partido de fútbol o de cualquier otro deporte colectivo, podría convenir en que el planteamiento táctico fue perfecto. Tengo claro que los que redactaron el discurso (e incluso la contraréplica) de la portavoz del Partido Popular habían calado por dónde iba a ir el juego de Sánchez. En ese sentido, ganó por goleada en la escenificación.

Solo que el asunto no iba de teatro, sino de contenidos. Sus propuestas no fueron estupendas, porque, sencillamente, no hubo. Se dedicó a exponer, recordar, parafrasear y expurgar, sin mover el flequillo, argumentos bien conocidos en contra de la falsedad, inoperancia o falta de claridad que lastra el pasado reciente del Jefe de Gobierno, capitán de navegar entre dos aguas, sorteando las trampas, ataques frontales y bombas de racimo que, con mayor medida tanto en cuanto de avecinan nuevas elecciones, le tienden sus compañeros de coalición.

Los analistas que se han expresado hasta el momento coinciden en ver en el discurso de Sánchez un giro hacia la izquierda más reaccionaria en su voluntad de fundamentar su permanencia, a base de concesiones a los partidos y coaliciones que la sustentan, desde la izquierda y el independentismo. Es un juego peligroso, pues no soluciona ni el endeudamiento de Gaigé, ni estimula la economía real, ni mejora las perspectivas de rápida recuperación. Al alejarse del dogmatismo económico, presionando sobre concretos sectores para beneficiar puntualmente a otros, sus decisiones resultan sesgadas hacia lo político, sin provocar estímulos al tejido industrial y económico.

No estamos en Gaigé acostumbrados a debates con sustancia técnica. No se presentan alternativas, propuestas documentadas, datos refrendados para soportar cálculos que justifiquen la eficacia esperada a las propuestas. Resultaba exótico ver al líder de la oposición, Núñez Feijóo (Alberto), sentado en el escaño del Parlamento que ocupaba en otras ocasiones la propia Gamarra, hoy brillante portavoz del espíritu tradicional de la derecha: criticar cuanto provenga de contrario; exactamente la misma actitud que esgrime la izquierda “civilizada” parlamentaria en Gaigé.

Quise ver una preparación concienzuda en el discurso por parte de los muchos y excelentes asesores que, sin duda tiene el Partido Popular pero, en lo práctico, solo me encontré con una excelente dicción y énfasis de la parlamentaria, ungida hoy con el don de la oportunidad y la gracia. Contrastaba, eso sí, con un Sánchez que parece cansado, aparentemente corto de ideas y retirerativamenteo agresivo y con fallos de memoria para obviar sus promesas incumplidas.

Sánchez parecía un candidato a Presidente y no un Presidente que está seguro de lo que propone, porque, desde su posición privilegiada, concoe mejor que nadie la situación del país. Su propuesta de un nuevo impuesto a los “beneficios” que tengan en 2022, los Bancos y las Eléctricas y que el Presidente valoró con optimismo insólito en una entrada de 3.500 Millones de euros para las arcas del Estado, quedó inmediatamente  desdibujada por la caída general de la Bolsa, agudizada para las acciones de estas entidades, en donde muchos pequeños inversores colocan sus ahorros, en la pretensión de encontrar alguna rentabilidad en un mundo hostil. El juego bursátil interpretó la declaración de Sánchez traspasando a la baja los 8.000 puntos y supuso, incluso, una pérdida del orden de 400 millones de euros en la cotización de CaixaBank, en donde el Estado es accionista con el 16,1% (por haber absorbido esta entidad a Bankia a través del FROB: un tiro en el pie de las cuentas delEstado).

El debate discurrió entre tres ejes poco novedosos: se pasó casi de puntillas sobre el compromiso de aumentar la inversión en Defensa, forzado el Presidente de Gaigé por las obligaciones asumidas en la eufórica conclusión de la Cumbre de Madrid, que el Partido Popular, en su función de partido de Estado y para no desairar a Estados Unidos, apoya. Los socios gubernamentales, que desean la paz sin mojarse, aprovechan para sacar su cajita de idílicas bendiciones, discrepando abiertamente, a la busca de los votos pacifistas, caladero próximo a los animalistas, ecolojetas, folclóricos, descontentos con su identidad sexual y los pocos que aún quedan de marxistas, rusófilos y nostálgicos del impulso bolivariano.

Otro asunto que se tocó en el debate, aunque su interés ciudadano es indirecto, afecta a la inextricable renovación del Poder Judicial, que no solo es una cuestión ideológica (lamentable me parece que se juzgue a los jueces por sus ideologías manifiestas o sospechadas, vulnerando así conscientemente el concepto de independencia de la judicatura como pilar fundamental de Estado de derecho), sino que también tiene graves consecuencias prácticas, pues, al faltar un 20% del plantel sus Señorías al tajo -por fallecimiento, baja por enfermedad o presumible (dicho sea con respeto) cansancio institucional-, se puede uno imaginar (jurista o lego en derecho) el guirigay que se estará formando con los atrasos de procedimientos no resueltos, acumulados los legajos en los despachos y archivos informáticos señalados para el reparto de casos, todos sin tocar, ver, analizar ni decidir.

Asuntos más serios son el mantenimiento del poder adquisitivo de las pensiones, la reducción del gasto del Estado, la mejora de la sanidad pública o el incremento de apoyo a los estudiantes becados. Y otro aún más peliagudo sería la activación y transformación del entramado industrial de Gaigé, donde está la madre del cordero.

Las propuestas del Presidente se centraron más en el diagnóstico de la situación, obviando la necesidad de entrar a fondo en los modos y maneras de cambiar nuestra débil estructura productiva, demasiado centrada en el turismo y en la voluntariedad casi suicida de los emprendedores que sostienen las pymes.

El jefe del Ejecutivo de Gaigé  habló, sí, de construir “las bases” (llevamos décadas lamentando la debilidad de nuestro sistema productivo) y Gamarra, hábil, expresó, ante la reiterada acusación de que el Partido Popular no ofrecía ideas ni colaboración, obstaculizando las propuestas del Ejecutivo, que Sánchez era “el que gobernaba” y a él correspondía proponer y ejecutar, máxime cuando -al parecer- viene haciendo caso omiso de lo que se le sugiere y no desea avenirse al diálogo con la oposición parlamentaria.

Puede que Sánchez tenga suficiente con tratar de entenderse con la oposición que tiene en el propio Gobierno.

Hoy hace 25 años que Miguel Angel Blanco fue asesinado por ETA. La conmemoración respetuosa, sólida, imborrable, de aquel monstruoso acto que tuvo a toda España (aún no era Gaigé: aún no había caído en el despropósito) conmocionada, era inevitable. Se venía haciendo en los medios, con insistencia.

Que el trasunto de ETA (Bildu), aunque nos esforcemos casi todos en mirar hacia otra parte para no ver los rastros de sangre en sus herederos, se siente hoy en el hemiciclo y apoye al Gobierno con sus diputados resulta una presencia que muchos juzgan/juzgamos ignominiosa. No hay blanqueo para quienes nos tuvieron en jaque a los demócratas durante negros años y aún no dan muestras de arrepentimiento ante los casi mil asesinados por su infamia. El juez Sánchez Castellón ha reabierto la caja de los truenos juzgadores en la Audiencia Nacional para tomar declaración como imputados a los que se sentaban entonces como jefes de la banda y de los que, por obvia deducción, surgió la orden de matar al joven concejal del PP.

Gamarra aprovechó ladinamente la dolorosa efemérides para solicitar de la Cámara un minuto de silencio en su memoria y, después, hilvanó oportunamente (y, como Batett -Maritxel, la presidenta de la  Cámara, le afeó después por la infracción del reglamento) un relato emocionante que trazaba el itinerario de los asesinos y sus secuaces y protectores hasta confrontarlo con la propuesta, aceptada por Sánchez, de revisar la Ley de Memoria Histórica, una propuesta de Bildu, para prolongar el postfranquismo hasta 1983, esto es, hasta el gobierno que inició González (Felipe). Se pretende así cuestionar la ejemplar transición democrática de España, en su camino tortuoso hasta Gaigé, que muchos jóvenes de entonces vivimos, sentimos, apoyamos ilusionados y vimos crecer.

La guerra civil del 36-39 la ganaron, no lo duda nadie, los que se alzaron contra el gobierno legítimo de la República. Pero hemos crecido todos en el franquismo (para la mayoría, de forma complaciente) y en el postfranquismo tranquilo. Festejamos, como una victoria, cuando murió Franco (Francisco), el camino abierto hacia la democracia. Y nos entregamos, felices, a recorrerlo. Incluso entre las balas de ETA y las difeerncias ideológicas.

La batalla dialéctica, revisionista y harto soez del 2022 la pretenden ahora ganar los que asesinaban en la pretensión de separar las Vascongadas de España, los que quieren desmembrar Cataluña y los que ven en la democracia y convivencia actuales una oportunidad para dividir.

Me ha dolido oir a Sánchez (Pedro), presidente del gobierno de Gaigé, expresar en Ermúa, la población vizcaína en donde fue concejal Blanco (Miguel Angel), que “Euskadi y España” son ahora dos países “libres y en paz”, pretendiendo con la palabra legitimar una reclamación secesionista, inconstitucional, y partidista.

El debate sobre el Estado de la Nación continuará el 13 de julio, habrá nuevas intervenciones, se escucharán aplausos y reproches. No saldrá Gaigé ni más fuerte ni con mejores perspectivas. Dependemos de la evolución de la guerra con Rusia, de la fortaleza del euro frente al dólar y, como ya es costumbre, desconfiaremos de nuestra propia fortaleza. O nos sacan de la crisis, o seguiremos chapoteando en la cántara de leche, pretendiendo hacer manteca.

 

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Porqué la gente sensata piensa diferente políticamente (y Cuatro)

8 julio, 2022 By amarias Deja un comentario

(Este comentario forma parte inseparable de otros tres con el mismo título)

En estas disquisiciones, no me estoy refiriendo a las discrepancias entre políticos, sino entre gentes que no tienen dependencia directa con esa profesión que ha hecho del arte o picardía de convencer a los demás su capacidad para tomar decisiones sobre lo que nos afecta.

Debo aclarar también, porque ya toca, que son muy escasos los ámbitos en los quienes nos gobiernan o pretenden hacerlo, pueden adoptar decisiones que sean relevantes (en el entorno occidental y en este momento de la Historia) para la mayoría, en el sentido de que sean estables a medio-largo plazo. El punto de dedicación casi obsesivo de los políticos con mando en plazas es la economía, pero la capacidad de planificación o influencia en general y con solvencia de los ministerios es escasa, salvo en dos ámbitos muy delicados: los impuestos y las prestaciones sociales.

Los dirigentes pueden decidir entre subir o bajar impuestos y pueden pretender aumentar las prestaciones con o sin dependencia de lo primero. Si suben impuestos, salvo para las clases medias y las pymes que no tienen capacidad de migración fiscal o deslocalización, las grandes fortunas inventarán eficaces sistemas de evadirse y las multinacionales cerrarán factorías. Si los bajan, no podrán mejorar las prestaciones por sí mismos, aunque existe una teoría un tanto filantrópica por la que el movimiento libre del capital genera actividad y riqueza en mayor cantidad y fortaleza que si se le controla mucho.

No tengo dudas de que el punto de equilibrio adecuado está en mantener una excelente información fiscal y de prestaciones, para evitar evasiones y despilfarros, y, además, saber combinar la libertad de mercado con unas referencias públicas en sectores clave (los llamados estratégicos), para tener vision sobre los costes y los precios. En el sector de la investigación farmacológica, terapéutica, materiales y tecnologías de defensa (como fundamentales), el control desde el Estado debería ser muy intenso y eficaz, promoviendo iniciativas donde falte impulso, y estando prestos a ceder el control al mando empresarial privado, cuando el riesgo o el concepto de estratégico se debilite.

Lo que es imprescindible para sostener este edificio y que no parezca voluntarista o utópico es contar con funcionarios, empleados públicos y colaboradores del Gobierno excepcionalmente eficaces e instruídos. Tienen que sostener, con conocimiento, sensibilidad y entrega esta filosofía. Las carencias en nuestro país, en donde triunfa el amiguismo, el nepotismo y la estupidez combinada con la supina ignorancia, adueñándose de sectores clave y, como puede demostrarse, del Gobierno y muchas instituciones, hacen que estas ideas sean de imposible práctica.

Los intentos de convertir en eficaces las empresas y organismos públicos fracasan casi sistemáticamente por la falta de idoneidad de sus dirigentes y, cuando lo son, por la precariedad de sus nombramientos; en no pocos sitios, personal de las entidades públicas o con dominio público acaba perdiendo (si lo tuvo) la mayor parte del interés, la capacidad de entrega y el rendimiento exigible, al advertir que los sistemas de control y estímulo internos están sometidos al albur de las decisiones políticas, muchas de ellas incomprensibles o mal explicadas.

Para discutir con solvencia de economía política hay que saber mucho, pero no de lo que se aprende en los libros (y ni siquiera en las Escuelas donde se imparten máster para conocer de negocios), sino en la práctica. Hay que entender de discusiones a cara de perro, de cajas B, saber mentir con cara de póker, viajar en turista y sentarse a vender lo producido sin importar el cambio horario y sin dormir, hay que fracasar un par de veces, tener amigos hasta en el infierno, vigilar de cerca a los políticos para sacar alguna tajada, saber quién sabe más y tenerlo a nuestro lado…

Para hablar de religión con solvencia, puede leerse La revancha de Dios, de Gilles Kepel y aprenderse un par de pasajes de memoria. Existen, claro, otras opciones, pero deben haber sido escritas desde la distancia dogmática.

Para conocer algo de corrupción y entender someramente qué vientos corren en todas direcciones, se puede leer a Baltasar Garzón (y hacer caso omiso de su comportamiento actual, en mi opinión, lleno de agujeros) El Fango (cuarenta años de corrupción en España) Editorial Ariel, y tratar de actualizar la información con los nuevos escándalos, de los que el panorama estará siempre bien surtido. Y si hay reparos con el personaje, sirve quizá aún mejor y más actualizado, el ensayo de Joaquin Bosch, La patria en la cartera,  (Pasado y presente de la corrupción en España).

Respondo, en fin, al tema principal: porqué la gente sensata piensa diferente políticamente. Porque no quiere saber exactamente de lo que se cocina en las retaguardias de nuestra intendencia. Y quizá, para ser algo más feliz, sea prudente manifestarse ignorante y estúpido en política, para mantener a los amigos que han leído libros diferentes a los nuestros y poseen experiencias no comparables. Porque vivir es un ejercicio de supervivencia y, la verdad, no merece la pena enfadarse con la gente que apreciamos por culpa de la ausencia de suficiente información para juzgar los asuntos de política (o de religión)

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Mi septuagésimo cuarto Cumpleaños

7 julio, 2022 By amarias Deja un comentario

Cada siete de julio desde 1948 es mi cumpleaños. Normalmente, lo celebro con la familia, unas pocas con amigos (inolvidable el show que me organizaron los Egüez en Santa Cruz), alguna la pasé en una habitación de hospital, atiborrado de analgesicos.

Hoy pude reunir a algunos de mis hermanos, que nos acompañaron a mi mujer y a mí en un almuerzo lleno de recuerdos y ternura. Hubo tarta, aunque no soplé ninguna vela. Han sido bastantes las llamadas de amigos y los mensajes recibidos desde el whatsapp y por las redes sociales. Muchas más reacciones de afecto e interés, desde luego, que si lo comparo a los tiempos anteriores a la era digital, porque hoy los enanos informáticos se encargan de recordar cada cumpleaños. ¿Quién, en ese pasado que cuesta ya imaginar, fuera de los padres, abuelos y hermanos y algunos tíos atendía a las fechas de nacimiento de los demás? Hoy nos felicita hasta el taller a donde llevamos el coche hace cinco años, el Banco que juega en su propio beneficio con nuestro exigüo depósito y, por supuesto, el grupo de gimnasia que hemos abandonado hace meses.

Cuando empecé a escribir este Comentario, directamente en el blog como hago siempre, tenía la idea de hacer un repaso (ligero) de mi vida hasta ahora. Por supuesto, desde la consciencia de que a nadie le interesaría un pimiento, aunque no me faltarían los diez o doce me gusta en Facebook, algunos incluso emitidos antes de que llegara a terminar mi elucubración.

Desistí sobre la marcha. Debería escribir un poema, o algo así, improvisado y tierno con esa melancolía que impregna la edad. Creo que podría encontrar el tono poético (o así creo) si tuviera la tensión suficiente. Pero no la tengo ahora.

Recuerdo cuando, por Navidad, utilizando la amistad que Arturo Solís tenía entonces con la directora del Ateneo de Avilés, Tomás Recio y yo improvisamos una performance (¿se diría antes así?) en la que el Niño Jesús se transformaba en un pavo y (metafóricamente) nos lo comíamos. Pensábamos que todo el mundo se iba a escandalizar pero nos aplaudieron bastante. Obviamente, nadie entendió ni la osada metáfora ni la dicción farfullada y nerviosa que teníamos entonces, correteando por los diecisiete o dieciocho años.

Cumplo setentaycuatro mientras hay guerra por Ucrania y cuando el Gobierno de este país que llamo Gaigé, (pronúnciese Kaiché) -porque he vuelto a estudiar chino- está al borde de su disolución como azucarillo y Nadal se ha retirado de Winbledown y  un tal Boris Johnson acaba de dimitir como Premier después de  haber sacado a su país de la Unión Europea y solo por haberse tomado unos cuantos maltas junto a su gabinete cuando él mismo había prohibido festejos porque estaban guardando confinamiento por librarse del primer coronavirus.

En realidad, tenemos millones de ejemplos, y mucho más convincentes, de caciques, primeros, gobernantes, papas y papesas, etc. que emiten o emitieron leyes, decretos leyes, edictos, soflamas o fatuas a través de sus esbirros y mandatarios, que incumplen las prohibiciones que ellos han emitido con el solo propósito de tener controlados a los demás. Casi todos los que mandan algo tienen en algún momento de su periplo por el poder la tentación de prohibir, ya sea desde religiones, gobiernos, empresas o familias, y ellos se saltan sus prohibiciones a la torera.

(Por cierto, aunque no venga a cuento, en la iglesia de la Virgen de la Caridad de Sanlúcar de Barrameda hay un letrero con variada información sobre el templo, en el que también se indica que lleva catorce milagros en su haber. Es una vergüenza. Hay que aplicarse, lugareños. Hay santos que la superan ampliamente. Cuando yo estudiaba bachillerato, Champagnat era solo Beato y Escribá de Balaguer era solo un proyecto de camino a la virtud)

No me quiero desviar demasiado. Tenemos, si queremos, mucho de lo que preocuparnos, si bien los optimistas siempre encuentran motivos de alegría. El futuro aparece bastante complicado para todos, aunque debe ser especialmente complejo si estás en medio de un desierto y no tienes ni agua o se te ha metido en la cabeza que se vivirá mejor en Alemania  estás dispuesto a llegar hasta allí cruzando mares y concertinas. Pero si los alemanes están preocupados con eso de la energía, y están hablando en todas partes de recesión y un tal Putin dice que su presión sobre los amigos de un tal Zelenski no ha hecho más que empezar, y parece que no necesita utilizar sus misiles de cabeza nuclear (tal vez son de carton piedra) para hacérnoslas pasar canutas. Este Vladimir tiene como primo de Zumosol al chino que me ca la impresión que está más dispuesto a ayudar a los amigos que nuestro primo norteamericano, que cuando aparece es para colocarnos más armamento en las bases que le hemos prestado y vetar nuestro jamón y aceitunas, equivocándose porque a quien quería dar un sopapo era a los franceses.

No estoy seguro de poder  cumplir un año más, porque tengo ya doble metástasis y por más que el equipo médico está muy animado por lo bien que respondo a los venenos que me van dando, soy consciente que el cuerpo aguanta lo justo, los años pesan, no en vano y las vírgenes de la caridad y los santos de devoción están para atender a cosas más importantes.

Ayer en una conferencia virtual en la que fui solo oyente, y que estuvo muy bien, en la que se hizo un repaso sobre la desalación, como estábamos guardando los cinco o diez minutos de respeto para que lps rezagados pudieran conectarse (que no sé porqué hay esa costumbre hispánica de esperar por los rezagados haciendo perder el tiempo a los que llegamos puntuales), me dio por decir, porque el silencio me levanta ampollas, que el futuro estaba complicado para nuestros nietos. Todo era por cubrir el tiempo de desespera, pero Antonio Colino, que es presidente de la Real Academia de Ingeniería y tiene seguro mucha mejor información, me aclaró que todas las generaciones encuentran su porqué, y que no teníamos que preocuparnos, que seguro que se les ocurriría algo, porque tampoco teniamos nostros televisión en casa ni ordenador ni móvil con videoteléfono cuando éramos niños y mira a dónde habíamos llegado.

Y yo miré para mis adentros y me d cuenta que tenia razón, pero que en la televisión y en el ordenador o en el móvil veía cosas que antes, solo con la imaginación, me parecían hermosas y ahora las veo rancias y sin gracia. Claro que yo no inventé nada y solo llené los papeles para dos patentes por puro compromiso.

Pongo la foto de un reyezuelo común, Es un ave pequeña y simpática, que si tiene la oportunidad de verla de frente tiene aspecto entre inocente y mala leche. Se me metió en el salón y me costó mucho sacarlo de allí, por su querencia a colgarse de la lámpara.

 

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Vigésima segunda Crónica desde el País de Gaigé

5 julio, 2022 By amarias Deja un comentario

Ha sido una semana atípica para Gaigé, el País de los Despropósitos, que es también para alguno el País del Tentefirme. Se celebró la Cumbre de la OTAN en Madrid, una organización con confesados propósitos pacifistas como objetivo principal (1) y que hoy, conscientes sus miembros de la situación crítica, perfecciona la defensa de los “valores occidentales” (libertad, democracia, respeto a las minorías, globalización, cuidado consciente del medioambiente y atención al riesgo climático, etc.) armándose hasta los dientes contra un enemigo cada vez más evidente.

Porque el despliegue armamentístico y su refuerzo tienen un culpable reconocido: Vladimir Putin y su afán imperialista, manifestado al invadir Ucrania, después de haber negado más de tres veces que jamás lo haría.

Los festejos de Madrid con ocasión de la Cumbre, que tantas expectativas tenia acumuladas de la parte de los responsables de la gestión de Gaigé, una vez que se ha disipado el humo de los voladores, admiten varias lecturas, muy al estilo del País de los Despropósitos.

La presencia en la capital del Reino del anciano Joe Biden, presidente del segundo país más poderoso de la Tierra (después de la China de Xi JinPing) y de los mandatarios nominales de muchos países -capitaneados éstos por un tal Erdogan- conmocionó la capital. Muchas calles principales fueron cortadas para permitir el paso leve de las comitivas de tanta gente importante (hay que recordar aquel documento, desgraciadamente olvidado, que comenzaba con “We the world leaders…”). Todo el despliegue de coches blindados se realizó con el desinterés rayano en el menosprecio del pueblo llano.

El camino entre el Palacio Real, el Museo del Prado y los principales hoteles de la ciudad quedaron, durante los últimos días de julio de 2022, controlados por las fuerzas del orden, propias y ajenas -los mandatarios traían consigo sus sistemas de seguridad autóctonos. Se trataba de evitar la menor intranquilidad de los magnates, para que disfrutaran de sus vacaciones, aunque ningún asueto más gozoso que el disfrutado por Montero (Irene), ministra de Igualdad y su equipo, que decidió aprovechar la Cumbre para ir de compras a Nueva York y Washington.

Lucieron los Reyes de Gaigé y el presidente Sánchez (Pedro). Buscó su sitio en las páginas del corazón la presidenta consorte Gómez (Begoña), poniendo su brazo desnudo sobre ell hombro del presidente norteamericano, que la tenia agarrada por la cintura. Quedó Gaigé a la altura de un Estado moderno, digno representante de la añeja parafernalia protocolaria que solo es capaz de superar, hoy por hoy, el Reino de Inglaterra, el País de los Notefíes.

Se firmaron acuerdos importantes, o así nos los vendieron: la base naval de Rota tendrá dos destructores más, por lo que vendrán a la zona algunos miles de norteamericanos negros, que gastarán la mitad de su paga en bares, taxis y prostíbulos. El presidente saliente Sánchez (le queda algo más de un año como Jefe de Gobierno) se comprometió, incluso, a alcanzar el 2% del PIB en gasto militar dentro de unos años, promesa que no podrá cumplir al encontrarse Gaigé en quiebra técnica (ese término no se aplica a los países, pero esta no es una crónica económica).

Además, como estaba anunciado, se admitió la incorporación de Finlandia y Suecia en la Organización, una vez que levantó su veto Turquía -la potencia militar que controla con talones europeos el flujo de migrantes afganos, sirios y de otros países en crisis total, devolviéndolos a la nada o dejándolos morir-. Aunque no ha sido confirmado, el precio adicional a pagar a Erdogan sería la derogación del estatuto de refugiados en Finlandia a centenares de kurdos, que huyeron de Turquía para evitar ser ajusticiados como terroristas.

Paralelamente a la cumbre, una parte del Gobierno de Gaigé apoyó las manifestaciones contra la OTAN, a favor del abandono del apoyo a Ucrania y el reconocimiento del régimen de Putin como agredido y posicionándose en contra del amento de gasto militar. Aunque el debate no existe, no niego que el dinero podría ser mejor empleado ampliando la asistencia social a los países del Sahel, para que los migrantes de Sudán, Chad, Níger y otras dictaduras menores no tuvieran que jugarse la vida saltando vallas con concertinas, defendidas por gendarme marroquíes bien armados para no morir de hambruna en sus lugares de origen, y desarrollar un futuro miserable vendiendo mercancía adulterada en los top manta europeos o haciendo de innecesarios aparcacoches o guardianes de puerta de sus supermercados.

Gaigé se encamina firme hacia la revuelta social, con una inflación insostenible para las familias y empresas, un gobierno deslavazado sin más ideas que las de esperar a las ayudas de la Unión Europea, sindicatos con argumentos obsoletos. El coronavirus mantiene su beligerancia, poniendo en cuestión la validez de las vacunas administradas. La oposición gana adeptos y consolida su opción de ser alternativa de gobierno, por más que su programa aparezca aún como inexistente. Una opción perdida en la batalla de los egos, Ciudadanos, trata de reactivarse, lo que sería un milagro contabilizable para el santoral.

Si algo se mantiene firme y valioso, aunque le pese a los republicanos, es la solidez de la monarquía que representa Felipe VI (y Doña Letizia), en contraste penoso con la parafernalia anticonstitucional del desgobierno catalán y la proliferación de encausamientos por presuntos delitos de prevaricación (y otros tipos del Código Penal) de políticos en ejercicio y con cargo en plaza. Oltra (Mónica) como paladín del momento, lágrimas incluidas.

(1) La finalidad de la OTAN es garantizar la libertad y la seguridad de sus paises miembros por medios políticos y militares. El compromiso de resolver pacíficamente los conflictos no excluye que, cuando los esfuerzos diplomáticos resulten infructuosos, se acuda a la aplicación del eufemismo táctico de “gestión de la crisis”, empleando la fuerza militar necesaria.

Nota: He titulado el lienzo que acompaña esta crónica “Visión del océano a través de las gafas de buceo” (2022, @angelmanuelarias)

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Exposición virtual

2 julio, 2022 By amarias Deja un comentario

Durante mi última estancia en Sanlúcar, he seguido experimentando sobre manchas de colores, tratando de darles un mensaje de color. Estos son algunos resultados. La verdad, estoy harto de ver colecciones en donde reputados mecenas han gastado una pasta para ayudarnos a entender por dónde va el arte moderno. No digo que yo esté dispuesto a abandonar completamente mi trayectoria como pintor expresionista, pero si a algún inversionista en arte le gusta esta muestra, prometo ofrecerle un buen precio.

No son cuadros de gran tamaño. Por encargo, puedo hacerlos de la dimensión que el comprador desee. Muy adecuados para salones de reuniones, hall de entrada corporativos y casas de nuevos ricos.

Atardecer (Oleo sobre tela 2022, @angelmanuelarias)

Impresión de un jardín en Primavera (Oleo sobre tela, 2022, ,@angelmanuelarias)

Carrera de caballos en Sanlúcar (Oleo sobre tela, 2022, @angelmanuelarias)

Publicado en: Actualidad, Arte Etiquetado como: angel manuel arias, arte moderno, Cuadros, exposición, óleo, pintura

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