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Archivo de febrero 2022

Cuarta Crónica desde el País del Gaigé o del Huangmiú

28 febrero, 2022 By amarias Deja un comentario

Los hechos, circunstancias y avatares del País del Gaigé (por otro nombre, también imaginario, del Huangmiú) han quedado sepultados por el vendaval de despropósitos que amenaza con arrasar Ucrania, si no consiente en doblegarse ante el imitador de Hitler, el nefasto déspota Vladimir Putin, autoproclamado emperador de las nuevas Rusias.

La última semana de febrero del año 2022 ha aportado, con todo, para la pequeña Historia, algunas cuestiones de interés para la crónica ligera del mundo. El día 27 se inauguró por el monarca Felipe VI un nuevo Mobile World Congress en la cada día más pequeña ciudad de Barcelona. A esa ceremonia de apertura no quisieron asistir el llamado presidente de la Generalidad, un tal Aragonés (Pera) y la alcaldesa de la antigua ciudad Condal, la propensa a la posición estrafalaria Colau (Ada); para tranquilidad de los estómagos inquietos, sí han deseado comparecer a la cena, en donde seguro que, fuera de los focos mediáticos, ofrecieron sonrisas y disculpas, ya que no pleitesía, al Rey y a la corte de Sánchez, presidente del Gobierno en Gaigé-España.

Se celebró también en esta semana Arco, la Feria de Arte que ocupa un par de pabellones en el recinto madrileño y que atrae a algunos comerciantes y galeristas, que tratan de engatusar a algún nuevo rico para colocarle alguna creación de sus artistas tutelados. El arte -especialmente el  matérico- hace ya tiempo que ha caído en una espiral de deterioro, en el que se mezclan la falsedad, el cuento chino y la mancha pictórica o el propósito de llamar la atención, esta última ya agotada a fuerza de pretender ser original.

Poco interesante encontró este cronista de ocasión en esa Feria de las vanidades artísticas, y si algo me asombró de verdad fueron los precios. Los marchantes de las galerías piden 250.000 euros sin mover una pestaña por lienzos embadurnados de acrílico que, si tuviéramos libertad para juzgar, deberíamos condenar a la basura. Como el sábado era día de visita para público en general, había una gran aglomeración de curiosos, que fueron amontonados a la entrada y a la salida del recinto con base en medidas de seguridad ininterpretables. Se miraban los bolsos de las señoras con pasión morbosa por los guardias de alquiler, sin entender que nadie en su sano juicio iba a pretender llevarse el menor trozo de la colección de despropósitos que se exponían en las paredes y huecos de las salas. Salvo que se tuviera mucho dinero y se admitiera la hipótesis perversa de que el arte actual no cotiza por lo que vale, sino por lo que dicen que vale.

En otro orden de cosas, por supuesto, la crisis del Partido Popular sigue sin cerrarse, aunque parece que Núñez Feijoo está dispuesto a abandonar su feudo gallego para inmolarse en la batalla por el poder de lo que fue alternativa de gobierno. Mal espacio para la tranquilidad. Ayuso, doncella mancillada, presenta ojeras en cada comparecencia pública. Casado, galán apaleado, llora por ls esquinas su desconsuelo, sin acertar a adivinar qué es lo que pasó y si todo fue pesadilla o maleficio. Y, como en toda batalla hay un vencedor, Sánchez y sus fieles, envalentonados, se hacen lifting para parecer más jóvenes, porque barruntan victoria para largo.

Publicado en: Actualidad, País de Gaigé Etiquetado como: Aragonés, Arco, Ayuso, Barcelona, Colau, Feria de Madrid, Gaigé, Núñez Feijóo, Pablo Casado, Sánchez, World Mobile

Ucrania resiste

28 febrero, 2022 By amarias Deja un comentario

A punto de terminar el domingo, 27 de febrero de 2022 no puedo menos que registrar, en esta crónica emocionada de una situación que puede significar un cambio sustancial en el equilibrio económico y político mundial, la evolución de los acontecimientos, porque suponen el agravamiento del conflicto.

Los dos hechos más significativos recientes son, por una parte, la defensa de los ucranianos ante la invasión, movilizando a buena parte de sus reservistas y consiguiendo despertar ub profundo espíritu de patriotismo y la solidaridad de la opinión pública europea expresada ésta en multitud de manifestaciones en las calles de las ciudades principales. La actitud valiente y digna del presidente de Ucrania, el respetable cómico Valodomir Zelenski, en el mejor y más duro papel de su vida, ha controbuido a elevar el ánimo de sus compatriotas y atraer la simpatía de todos los amantes de la paz y del derecho.

Kiev resiste. Odesa, también. David está ofreciendo resistencia heroica contra un Goliat matón y fuertemente armado, más poderoso incluso en una guerra convencional. Pero vencer a un contrario correoso, dispuesto a todo, no se llevará a cabo sin desgaste propio, muerte de los soldados que se envióa la invasión, pérdidas económicas sustanciales, críticas y oposición internas.

Por otra parte, el presidente ruso aparece como incapaz de asimilar la resistencia encontrada y amenaza, en el más puro estilo de matón de barrio, con emplear armamento nuclear y no tolerar que Finlandia y Suecia, se adhieran a la OTAN, augurando que tendrá graves consecuencias.

Las medidas contra Rusia alcanzan ahora  un máximo nivel, tras las últimas decisiones emanadas de los Estados Unidos, que se va configurando como el contrapeso ideológico y la condena cada vez más dura contra la agresión invasora propiciada por Putin. La mayor parte de las operacione bancarias con Rusia se han congelado, al prohibir con ella las transacciones swift -acuerdos de clearing bancario que permiten disponer de dinero sin necesidad de trasporte físico de divisas-; se han congelado las cuentas em el exterior de Putin y otros oligarcas. La decisión tiene damnificados colaterales, como han puesto de manifiesto personas que venían realizando envíos de divisas a familiares y proveedores en Rusia.

Es, obviamente, muy preocupante que el dictador ruso haya puesto en alerta, como comunicó,  su fuerza nuclear. Europa, falta de músculo militar colectivo y con desigual potencia armamentística en sus miembros, observa atónita la escalada de tensión. Suecia y Finlandia han contestado de inmediato a la amenaza del dictador, expresando que son países libres de tomar la decisión que les convenga, sin aceptar imposiciones de terceros.

Pienso, como todos los amantes de orden y la paz, pero también del derecho a la libertad y a la defensa ante quien pretende ultrajarnos o sojuzgarnos, en los ucranianos. Alabo y aplauso la valentía, la gallardía y el honor de su Presidente y equipo de gobiernos, convertidos en comandante en jefe y generales de un ejército, en parte improvisado, de patriotas. Están dspuestos, han dicho, a defender su libertad hasta el final.

No podemos estar impasibles. Si Putin, que imagino tendrá algún asesor sensato que intervenga para detener este despropósito, que ya ha causado miles de mertos y miles de millones de euros en pérdidas económicas, no reconoce que la invasión fue una decisión eqivocada y no retira sus tropas de Ucrania, tenemos segura la tercera guerra mundial.

Para muchos, será la última.

Publicado en: Actualidad, Europa, Guerra en Ucrania, Rusia, Ucrania Etiquetado como: estados unidos, guerra, Kiev, manifestaciones, paz, Ucrania, Vladimir Putin, Volodomir Zelenski

Kiev como objetivo y baluarte

26 febrero, 2022 By amarias Deja un comentario

El 26 de febrero de 2022, día tercero de la invasión rusa del Estado libre e independiente de Ucrania, la situación en el país invadido permanece confusa, pero las posiciones de condena y reacción frente a la acción intolerable del autócrata ruso, Putin, se han perfilado bastante. La decisión del presidente norteamericano Biden de destinar una importante cantidad económica y también ayuda militar a Ucrania ha servido para que los países de la Unión Europea reduzcan su ambigüedad, si bien no en la condena a la invasión (unánime prácticamente sin matices), muy moderada en cuanto al alcance de las medidas de presión para que Vladímir abandone su descabellada y peligrosa decisión de ataque a la democracia.

Los analistas coinciden en expresar que está en juego la confrontación entre una concepción dictatorial del mundo y la democracia y libertad que, con dificultades y desvíos, es la guía de actuación del mundo occidental. Comunismo dirigido desde el gobierno del Estado controlado por una élite reproducida a sí misma sin elecciones libres, frente a una concepción liberal en la que los poderes ejercidos desde el gobierno del Estado estén controlados y revisados por la población, con elecciones periódicas.

Comunismo o Democracia suenan a eslogan falsario, maleable,porque ni uno ni otro de esos conceptos se pueden definir de forma impecable, sin acudir a tópicos o a experiencias históricas ayunas de la ejemplaridad que cabría esperar de un modelo impecable. La deriva del comunismo hacia la conformación de una élite de gobierno que tenderá a reproducirse, enriqueciéndose ella y privando a la población de la expresión de discrepancias, es una constante fiel en la que han caído todos los países que elevaron a su cúpula a líderes antes carismáticos y embaucadores, qur prometieron igualdad y beneficio para todos.

La democracia, aunque con mucho menores debilidades, también tiene algunas zonas mohosas u oscuras en su traje impoluto, pues la naturaleza humana tiende a que, cuando se adquiere una posición, se haga lo imposible por mantenerla, a despecho de los que puedan aspirar, con mejores expedientes y capacidades, a sustituirlos.En ambos casos, el objetivo de impulsar bien común o de incrementar al bienestar global con actuaciones medidas desde el Estado arriesga verse, cuando fallan los controles, como un oxímoron, un juego de palabras hermoso pero vacío.

En esta guerra, el propósito de Putin, cuidadosamente planeado desde la profunda intoxicación previa y las falacias propagadas por todos sus secuaces -desde los Miniserios a las Embajadas rusas-, afirmando a quien deseaba escucharlo que no se iba a invadir Ucrania y que Rusia era un Estado pacífico y respetuoso con la democracia, es llegar a Kiev, rendir al gobierno legítimo con una presión insoportable y obligarlo a huir del país, para implantar un gobierno títere.

Los Ejércitos de Ucrania y Rusia se encuentran hoy enfrentados en una guerra desigual, que no dejará de causar víctimas en ambos lados, entre los jóvenes soldados de estos países que cumplen las decisiones de sus gobernantes, sin preguntarse, tal vez, ni siquiera lo que defienden o atacan. No me leerán, pero quiero decírselo desde aquí. Jóvenes que vais a luchar hasta quizá morir, sois, una vez más en la Historia, juguete útil para los intereses de los que os envían a los frentes de guerra, blandiendo un arma que no os convertirá en invencibles, sino en blancos predilectos.

La guerra sigue. Kiev se defiende. Zelenski agradece la ayuda internacional pero pide más armas, más dineros, más presión sobre Rusia. Putin amenaza con castigar a los que apoyen a Ucrania y pide a los militares ucranios que no defiendan al dictador, al que llama, en lenguaje mimético, nazi y déspota. Europa se arrima al poder norteamericano y se declara unido a él como un grano a su culo.

Adenda. Entre viejos sonetos que no he publicado aún, encuentro éste, que me ha hecho revivir momentos tristes y que incorporo, no sé si como colofón o como meditación apesadumbrada a mi Comentario de hoy.

La vida al paso deja mil secuelas
pues no olvida marcar cada momento
y donde encuentra vacíos, pone esquelas
sin que le sirva la muerte de alimento.

Acompañamos difuntos con las velas
que, indolente, al pasar, apaga el viento.
Me despojo del sombrero y de las suelas
y me entrego desnudo a hacer recuento.

Que es tanto mi dolor que nada siento,
y aunque duelen del riñón hasta las muelas
pongo en cada muerto el triste acento.

Y guardo al caminar todas cautelas
por si al tiempo, por no estar atento,
se borren por descuido las estelas.

(@angelmanuel arias, 2019)

Publicado en: Actualidad, Europa, Guerra en Ucrania, Rusia Etiquetado como: Biden, guerra, Kiev, Putin, Ucrania, Zelenski

Crónica de una desventura

25 febrero, 2022 By amarias Deja un comentario

El viernes, 25 de febrero de 2022, la situación en Ucrania es muy confusa. Existen testimonios gráficos de que un avión ruso que sobrevolaba Kiev ha sido abatido y sus restos, caídos sobre una barriada de lal ciudad, han causado el destrozo de algunos edificios. Ciudadanos ucranianos han sido contactados en sus teléfonos móviles y han dado información sobre su estado de angustia y la sensación de correr grave peligro ante el avance de los invasores. Hemos visto  imágenes de tanques por las calles de la capital y otras ciudades, filas de vehículos con ciudadanos que tratan de acercarse a la frontera, alguna fotografía de víctimas, tanto civiles como soldados.

El presidente de Ucrania, en paradero desconocido -dicen algunas fuentes que, posiblemente, desde fuera del país- insta a que se proporcione a su país ayuda internacional. Más recientemente, pide una reunión con Putin que ponga fin a la invasión, aunque no indica cuál sería su oferta para alcanzar la paz.

Por su parte, el presidente de Rusia, coherente con su papel de intoxicador, repite que la población civil ucrania no tiene nada que temer, que el objetivo que pretende su Ejército es el derrocamiento del régimen fascista y genocida de Zelensky e instaurar una democracia en el país. En consecuencia, pide que los millitares del páis invadido desistan de la lucha y no apoyen a su Presidente.

Las posiciones de la Unión Europea son extremadamente medidas y, por ello, se pueden calificar de tenues. El alto comisario Borrel se encuentra con una difícil papeleta que ha venido a demostrar el escaso nivel de su autoridad. Condenan la invasión, estudian la implantación de medidas económicas contra Rusia, los oligarcas rusos y el mismo Putin, y se reafirman en que Ucrania es un país democrático, pero, por grave que se considere la situación de infracción del orden internacional, la falta de una fuerza militar conjunta deja a los Estados miembros  ante el espejo de su debilidad como potencia mundial. Supongo que servirá el hecho para acelerar la  formación de un Ejército europeo, aunque, si la decisión no se toma en caliente, se diluirá en el vaso frío de la incompetencia, el egoísmo individual y la apatía.

Además, siempre se podrá argumentar que…como Ucrania no pertenece a la OTAN no se pueden adoptar medidas de apoyo bélico que estarían obligadas en aplicación de los art. 5 o 6 del Tratado que, por lo demás, supondrían la escalada sin límites del conflicto. Mira por dónde, la resistencia a incorporar a Ucrania a la OTAN no ha servido, paradoja cruel, para desalentar a Putin, sino que le sirve de jusrtificación para haberla invadido: considera insoportable que un nuevo Estado con frontera de Rusia pueda pertenecer a la Alianza Atlántica y, en un giro dialéctico inexplicable solo por su megalomanía, procede a invadirlo para derrocar a su gobiern0 demcráticamente elegido.

Desde Estados Unidos, las voces discrepantes del presidente Biden y del ex presidente Trump ponen una nota de incoherencia en este grave episodio. Frente a la condena clara que ha expresado el primero, que no duda en llamar nazi a Putin, indicar que la invasión es un acontecimiento de máxima gravedad que pone en peligro la paz mundial, Donald aplaude la actuación del jerarca ruso, coincidiendo con las opiniones de muchos norteamericanos con tendencia republicana, y a los que, no hay que dudarlo, Europa les cae muy lejos y. además, en el mejor de los casos, no desean participar en una nueva contienda, que supondría la repatriación a Estados Unidos de varios miles de cadáveres de soldados.

En España, la situación de consternación y desagradable sorpresa ante la invasión rusa de un Estado democrático europeo, alimentó en un primer momento respuestas discrepantes entre miembros del Gobierno. La posición de Sánchez se plasmó en un comunicado de “firme condena” y en la oferta de acogida de refugiados ucranios. Algunos de sus ministros de las facciones a su izquierda, han pasado del apoyo a Putin (con indicaciones melifluas a la falta de comprensión europea a las actuaciones del dictador, que podría sentirse marginado y, por ende, su reacción aparecer como coherente con su sensación de despecho y ninguneo), a una variedad de opiniones bastante heterodoxas, sin conclusiones ni compromisos tajantes, navegando entre las aguas de la simpatía pro-rusa y la interpretación sesgada del pasado europeo.

Hace unos minutos comenzó ante la embajada rusa en Madrid una concentración pacífica que reclama para la guerra de inmediato. Ayer tuvo lugar otra, en la que participaron algunos actores y miembros destacados de la izquierda española. Son actos simbólicos que de poca ayuda servirán a los ucranianos, abandonados a su suerte.

Aunque esto no es una crónica de guerra (me falta información, ganas y calidad como cronista), no puedo menos de registrar que los desastres humanos y materiales causados hasta ahora parecen mínimos. No consta que haya habido enfrentamientos entre rusos y ucranianos, a salvo de algunas escaramuzas sin mayor relevancia. Los habrá.

Publicado en: Actualidad, Guerra en Ucrania Etiquetado como: Borrel, Putin, Rusia, Trump, Ucrania, Zelensky

¡La guerra ha estallado!

24 febrero, 2022 By amarias 1 comentario

Sobre las 5 de la madrugada del dia 24 de febrero de 2022, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, ha dado la orden de invadir Ucrania, después de varios días de desinformación y conversaciones diplomáticas entre representantes de Estados Unidos y los principales Estados europeos con las autoridades rusas. En una clara operación prebélica de desorientación, los portavoces del Kremlin -embajadores, generales con diversos cargos en el Ministerio de Defensa que dirige Serguéi Shoigú y el propio Putin- han venido desmintiendo que se preparase ninguna operación militar y acusaban a los países de la OTAN de “sembrar inquietudes”, “intoxicación” y “ver amenazas donde no las había”.

Conforme con la información de los equipos de espionaje de Estados Unidos que el presidente norteamerivcano Biden comunicó desde hace semanas a sus aliados, la invasión del Ejército ruso del territorio ucraniano se produjo efectivamente. No se limitó, como se creía en principio, a las regiones del Donbass (repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, ya reconocidas por Rusia como Estados sberanoa). Aunque los comunicados rusos lo niegan, los informes ucranios afirman concluyentemente que misiles rusos han destruído instalaciones aeroportuarias próximas a Kiev y que las tropas invasoras avanzan con objetivos que podrían identificarse con la ocupación general del territorio.

Los enfrentamientos con las tropas ucranianas se están produciendo en muchos puntos. El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Ucrania, (actor, director y comediante que ganó las elecciones el 20 de mayo pasado en la segunda vuelta). exhorta a todos los ciudadanos ucranianos a la defensa del país y solicita ayuda internacional.

¿Qué quiere Putin? En este momento, está claro que su pulso tiene un largo alcance. Animado por la debilidad de las posiciones occidentales, concentradas en la búsqueda de soluciones económicas que puedan causar el mayor daño posible a la economía rusa, para que sean los mismos rusos los que condenen la invasión y obliguen al presidente ruso a la retirada de las tropas, Putin -cuya cualidad de estratega sin escrúpulos no admite dudas- está convencido de que, al menos, conseguirá la segregación de las repúblicas del Donbass y su anexión a Rusia, de manera similar a lo que consiguió resultara con la república de Crimea y la ciudad autónoma de Sebastopol en 2014. No solo eso: su demostración de fuerza y podería militar servirá de advertencia a los países limítrofes, ya que no a la propia OTAN de que cualquier movimiento de adhesión a la estructura de la Alianza Atlántica se encontrará con una dura respuesta.

Por supuesto, las medidas económicas que adopten los países de la Alianza y, en particular, de la Unión Europea, tendrán  damnificados bilaterales, pues no solo afectarán a Rusia, sino a los países de la Unión, que dependen del gas ruso en gran medida, junto a otros productos. Ucrania, además, es suministrador importante de productos agrícolas, abonos y algunos minerales, incluso de los llamados estratégicos, así que la guerra provocará (lo está haciendo allá) destrozos en las economías en múltiples direcciones.

No tengo la bola mágica para poder predecir cuáles serán los próximos pasos. Ucrania tratará de defenderse con todas sus fuerzas, aunque su desigualdad respecto al invasor es evidente. Visto desde la perspectiva del desequilibrio de armamento y tropas, su resistencia podría equivaler a un heroico suicidio colectivo. La única posibilidad de resistencia creíble será la incorporación al conflicto de fuerzas de la OTAN, y no precisamente con carácter disuasorio, sino entrando con toda claridad en la defensa del Estado invadido, lo que nova a producirse.

Se habla desde la parte occidental del recrudecimiento de las medidas de presión para doblegar a Putin, aunque la única forma de que el emulador de Hitler se retire de su ambición imperialista me parece una respuesta militar que le haga ver que tiene mucho que perder y, sobre todo, que los medios destructivos de apoyo a Ucrania son tan eficaces (y letales) como los que él mismo tenga  a su disposición.

Malos augurios, pues, para la sensatez. Los principios democráticos, la libertad de los pueblos para organizar sin interferencias ni imposiciones externas las vidas de sus ciudadanos y la gestión de sus recursos, están puestos en entredicho por un oligarca déspota, sin escrúpulos, falaz. Cuando se llega al extremo en que la desvergüenza de un sátrapa pretende imponer sus ideas de dominio, a despecho de otros valores que no sean los suyos y su ambición, solo hay dos opciones: a) doblegarse, asumiendo que su fortaleza nos conduce a la esclavitud como forma de alcanzar la paz, o b) oponerse con todas las fuerzas (negociadoras, económicas, militares, de inteligencia y presión), conscientes de que la libertad no puede negociarse ni entregarse como rehén.

Los Estados occidentales tienen una responsabilidad que es consustancial con la defensa del valor de lo único que merece denominarse humano: la libertad de decidir. No es cuestión de Ucrania y su Estado de derecho. En ese barco también estamos nosotros.

Publicado en: Actualidad, Guerra en Ucrania Etiquetado como: Dombáss, guerra, Rusia, Serguéi Shoigú, Ucrania, Unión europea, Vladimir Putin, Zelenski

Guerra por Ucrania

22 febrero, 2022 By amarias Deja un comentario

Ahora se puede esgrimir clarividencia, pero si alguien lo percibió con antelación suficiente, no fue capaz de trasmitir esa impresión a quienes tenían fuerza y argumentos atajar la evolución a tiempo. Asi que ahora estamos ahí, en una situación terriblemente embarazosa, ya que me resisto a identificarla como peligrosa para la Unión Europea. Sencillamente, porque no se tomarán otras medidas que llevarse los manos a la cabeza.

Ucrania es un Estado con importantes riquezas naturales que, debido al retraso industrial del país,  la corrupción y a la tremenda inestabilidad política, no están sirviendo para aumentar el bienestar de la población, que sufre los índices de pobreza mayores de Europa. La mayor parte de sus más de cuarenta millones de habitantes, en un país que tiene una superficie cercana a la de España (604.000 km2), tienen como esencia común de su nacionalismo el ser antirusos. Así, en ese sentimiento de odio hacia el vecino del este, son educados en las escuelas. Salvo en las regiones del Donbás (Donetsk y Lugansk) donde las mayorías son prorusas y tienen el ruso, y no el ucraniano, como lengua propia.

Desde el punto de vista de la “democracia a la Europea”, Ucrania es un Estado con un pasado reciente no democrático, incumpliendo en muchos puntos sustanciales esa prueba del algodón que -por cierto- tampoco consiguen superar Polonia, Hungría y otros países de la Europa del Este, cuya historia está plagada de ejemplos del control judicial por el poder político, desencuentros, luchas internas y depuraciones étnicas y religiosas. La inestabilidad geopolítica estalló cuando las fuerzas especiales antidusturbios reprimieron con disparos a matar las manifestaciones estudiantiles en contra de la posición del presidente Yanukóvich, que apoyaba la incorporación del país a la Federación Rusa y abandonar las negociaciones para entrar en la Unión Europea (el otro sueño imperalista de una Europa sin rumbo ni liderazgo claros).

Por hacer el recuerdo de la Historia reciente del país muy corta, la huída a Rusia de Yanukóvich y las discrepancias internas, unidas a la ausencia de un Ejército propio, facilitaron la incorporación de Crimea a Rusia que se realizó en un ejemplar testimonio de dejación y desinterés de la OTAN y la Unión Europea por el destino de esa parte del territorio ucranio. Las cosas han cambiado después (desde 2014), pues Ucrania, con la ayuda de la OTAN y créditos muy favorables, dispone hoy de un “ejército” de 1,3 millones de soldados (la inmensa mayoría, reservistas -900.000- y del contingente propiamente militar, una buena parte, adolescentes), tiene misiles de cabeza nuclear y armamento de muy aceptable tecnología destructiva (contrastando con el deficiente desarrollo industrial y técnico de otros sectores). Es decir, está bien preparado para una guerra nada convencional contra su enemigo ruso e, incluso, la población tiene ganas de revancha.

Tras varios tanteos quele permitieron valorar la oposición que podría encontrar de Estados Unidos (es decir, de la OTAN), Putin se ha animado el 21 de febrero de 2022 a invadir las regiones del Donbás. Las llamadas potencias internacionales, dirigidas por el enigmático Biden, han puesto el grito en el cielo y amenzado con duras represalias económicas. Poco efecto tendrán y escasa duración en el tiempo, pues los Estados europeos tienen también mucho que perder si Rusia congela sus envíos de gas natural y su comercio con ellos.

Así que asistiremos a un “nuevo Crimea”. Grandes voces, reuniones de los brillantes diplomáticos de una y otra parte, que se sentarán, alarmados, sobre unos cuantos miles de muertos por defender la incorporación o segregación (según se mire) de un trozo de territorio de la fallida Gran Ucrania en la que nadie cree desde hace décadas.

Desearía que se llegara a un pacto con el oligarca ruso Putin que evitara derramamientos de sangre inútiles, permitiera la segregación pacífica del Donbás y, simultáneamente, se realizara de forma acelerada incorporación de la Ucrania restante a la Unión Europea y/o a la OTAN. Si eso sirve para calmar por el momento la ambición de Putin, bienvenida fuera la decisión.

La otra opción sería poner pie en pared contra la invasión rusa, situarse decididamente al lado de Ucrania, animar a este Estado a realizar una defensa numantina,m prestar la ayuda de material bélico no armamentístico que solicita el presidente ucraniano, dejar que la guerra se encrespe, asistir con el ánimo convulso al lanzamiento de algunos misiles, soportar la réplica rusa contra ciudades ucranias (y, si no valora bien el alcance estratégico contra alguna ciudad europea) y, ya puestos, enfrentarse a la tercera guerra mundial.

En ese caso, las últimas crónicas se escribirán desde el caos.

 

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Tercera Crónica desde el País del Gaigé o del Huangmiú

21 febrero, 2022 By amarias Deja un comentario

El País del Gaigé (o del Huangmiú) ha demostrado, como pocas veces antes, la oportunidad de su nombre ficticio. La idea de “reforma permanente” (Gaigé), tan vinculada al “despropósito” (Huangmiú) ha plantado sus fuertes raíces en el que era, hasta la tercera semana de febrero de 2022, el principal partido de la oposición, el Partido Popular.

Hasta el 18 del mes, la posición de fuerza como alternativa a la coalición de Gobierno actual, presidida por el Partido Socialista, era tremendamente sólida. La popularidad de Ayuso, la seductora lideresa aupada por sus naturales encantos y el impulso benefactor de la oposición que le brindaron Sánchez e Iglesias (júnior), alcanzaba cotas no imaginables. Pablo Casado, aunque con suficiente inseguridad sobre su verdadera capacidad para dirigir grandes destinos, se afianzaba como opción (a falta de otras) para ser aupado a la jefatura del Gobierno, siendo deseable que en los próximos dos años se cociera aún mejor en sus destrezas no suficientemente sólidas.

Estas previsiones no sucederán, sustituídas por los peores auspicios para la derecha española y, por supuesto, con el mayor gozo para lo que aún se entiende por izquierda del país, que no se esperaban el regalo que sus oponentes le hicieron este mes. Ayuso y Casado, contando con los teloneros de nombre Almeida y Ejea y los subalternos Carromero y Rodríguez Bajón, representaron una tragicomedia en la que se inmolaron a garrotazos. Como en toda buena tragedia, todos mueren, mientras entonan sus explicaciones y disculpas y los espectadores obtienen material para hacer, luego un buen momento de cine fórum.

Son muchas las enseñanzas que los historiadores de la petit histoire y los comentaristas de las intrigas del corazón de la política están obteniendo de este episodio, incomprensible para los humanos (españoles y extranjeros) que no entiendan los entresijos de nuestra idosincrasia.

Mal momento para Mañueco, débil vencedor en las elecciones por la presidencia de CastillayLeón, cuyo mérito mejor fue sacudirse del abrazo amigo de Igea (no confundir con su casi homónimo: el de Ciudadanos) para arrojarse en los brazos con lecho de espinas de Abascal y su educando García-Gallardo. Mal momento para Núñez Feijóo, que se verá obligado a retratarse para salir de su voy-pero-vengo y aceptar ser aupado como buen componedor de los destrozos causados por la pelea de corral que, por un quítame allá ese contrato de mascarillas y pónte de rodillas para venerarme como tu dios, han organizado los dos amigos de la infancia que creyeron estar jugando a médicos y enfermeras.

Mal momento para todos, porque ha sido puesto en evidencia que los políticos, de un lado como de otro, tienen -salvo tan honrosas excepciones que resultan sepultadas por el jaleo general- como único objetivo, hacer su propia carrera. Se habla ahora de que habría que prohibir las Juventudes de los Partidos, que son cuna y vivero de personajes que guían su ambición al único objetivo de engañar a los demás para que creamos en su eficacia como gestores. Se habla ahora de que convendría que se llegara a la gestión de lo público, a los más altos niveles, desde la experiencia de la edad y con las espaldas bien cubiertas por desengaños anteriores que garanticen que solo se dedicarán a buscar el bien común, allá donde se halle.

No hay porqué obsesionarse. Nada pasará que evite que el país de Gaigé siga fiel a su nombre supuesto, a su tradicional manera de destruir lo que se haya hecho antes por otros, a negar cualquier colaboración con el de al lado, porque se verá como un enemigo que, en vez de potenciar nuestras habilidades, hará sombra. En el país de Gaigé la capacidad para la guerra civil es alimentada como sustancia melífera, bálsamo de Fieragrás, pócima de druida. Se le da a cucharadas a los niños, se toma en botellas cuando se es adolescente y, ya adulto, como Obelix, anestesiado para valorar positivamente al otro, sin necesidad de acudir al cuenco donde se potencian los odios, se está preparado para matarse a garrotazos, hacer el espectáculo del mozo del martillo.

Que en ese trasunto del Gaigé, dos poblaciones vecinas extremeñas, Villanueva de la Serena y Don Benito hayan decidido, por abrumadora mayoría de sus habitantes, fusionarse (a falta de elegir un nuevo nombre para el resultado), es una excepción. No tendrá imitadores, por ello, porque lo que prima es la secesión, la ruptura, el descalabro, el tirp en el pie o en la cabeza. Aceptar incluso que te saquen un ojo si se obtiene la promesa de que al vecino con el que estamos enfrentados le sacarán los dos.

Publicado en: Actualidad, Política Etiquetado como: Ayuso, Carromero, Casado, DSon Benito, Egea, Igea, Mañueco, Miguel Angel Rodríguez, Nuñez Feijó, país del Gaigé, Villanueva de la Serena

Guerras

18 febrero, 2022 By amarias Deja un comentario

En lo que parecia el momento más dulce de la historia reciente del Partido Popular, con un PSOE debilitado por el contagio ideológico y las zancadillas, pescozones y puntapiés de sus compañeros de Gobierno, se desata una incomprensible situación en la cúpula del partido, con agrias descalificaciones y fatales desencuentros entre la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Ayuso y el presidente del partido, Pablo Casado.

El papel de secundarios activos en esta refriega del alcalde de Madrid, Martínez Almeida, portavoz parlamentario de la formación y del secretario de Organización del PP, García Egea, viene a confirmar una crisis sin precedentes en la cúpula de la derecha española, que pierde su apariencia de civilizada (si alguna vez la tuvo en tiempos recientes) para convertirse, sin paliativos, en una jaula de grillos, un girigay de egos de bajo nivel. Inaceptable cuando se está ventilando el futuro de la formación que, hasta ayer mismo (17 de febrero de 2022) era una firma opción para provocar el cambio ideológico en la gestión de nuestro país.

Como se conocen suficientemente los elementos que han provocado el enfrentamiento entre Ayuso y Casado, tenemos material para concretar un juicio independente de lo sucedido. El contrato de compra de varios cientos de miles de mascarillas FFP2 para la Sanidad de Madrid, en momento álgido de la pandemia, en plena desorientación de la ciudadanía y del Gobierno central sobre lo que había que hacer, y a un precio que, por cierto, no parece excesivo a tenor de lo que se estaba cobrando en las farmacias (cuando tenian el género), parece ser que benefició indirectamente, como inrermedario comercial, a un hermano de Ayuso.

Que una parte de la dirección del PP, con Casado a la cabeza (aunque él ha negado en entrevista en la  COPE su participación directa, lo que no resulta creíble) haya querido ver en esa adquisición causa de culpabilidad suficiente para investigar y presionar sobre su activo más valioso, la presidenta de la Comunidad de Madrid, resulta inconcebible. Que la envidia, la tensión de los egos, los grupos de poder dentro de un partido que tiene la obligación legal de ser democrático, hayan desembocado en una guerra pública, mediáticamente muy atractiva por lo inusual, es la demostración palpable de que el PP no estaba preparado para ser alternativa.

Ignoro cómo se podrá recomponer el destrozo, pues los daños causados son múltiples. Para el votante y simpatizante del PP el desconcierto será, supongo, máximo. Los participantes en esta disputa de niños de colegio -nada que ver con una supuesta corrupción, que, de tener material fundamentado, habría de desembocar en la fiscalía y no en la plaza pública. han quemado su futurp político, su credibilidad o la capacidad de ser aglutinadores de todas las facciones presentes en el Partido.

La unidad se ha roto, y con ello, la opción de ser oposición creíble al PSOE y a la izquierda ideológica. Ha sido puesta de manifiesto la incapacidad de Casado y Rodríguez Ejea para dirigir el Partido con solvencia. Y aunque Ayuso salga vencedora (si bien, tocada del ala, lo quiera o no, pues la mierda mancha aunque se pueda limpiar en la tintorería) y Almeida haya querido aparecer como prudente en el arte de nadar y guardar la ropa, los dos más aparentes (y respetados) gestores de la vida pública que tiene el PP tendrán que verse las caras en el espejo de sus filias y fobias y, entre el estupor general, asearse y limpiarse los plumajes de esta guerra de gallos y gallinas.

Nota: Sobre la otra guerra, la seria, la que Rusia está propiciando en Ucrania con el beneplácito de Estados Unidos y la cara de memos de la diplomacia europea, habrá que escribir mañana. Pero estoy con José María Aznar, la guerra más importante es la del PP, no la de Ucrania.

Publicado en: Actualidad, Madrid, Política Etiquetado como: Ayuso, crisis en el Partido Popular, Egea, Martínez Almeida, Pablo Casado, Partido Popular

Segunda Crónica desde el País del Gaigé o del Huangmiú

13 febrero, 2022 By amarias Deja un comentario

La semana de febrero de 2022 que termina hoy, domingo, día 13, ha sido pródiga en novedades y tensiones. Desde luego, la más relevante es la amenaza, que aparece a punto de ejecutarse, de la Rusia de Putin de invadir Ucrania y situarnos en un conflicto internacional de alcance imprevisible, aunque decididamente nefasto. El cacique ruso se considera suficientemente justificado para poner en pie de guerra a su Ejército, porque no está dispuesto a tolerar que Ucrania -elegida como buco emisario de su estrategia para conseguir consolidar relevancia internacional- se adscriba al ámbito de la OTAN o de la Unión Europea.

Por su parte, unos Estados Unidos en momento de extrema debilidad diplomática y negociadora bajo la dirección de su presidente Biden, se muestran incapaces de poner coto a esa elevación de la tensión, convirtiéndose, una vez más (y va la tercera) en supuestos garantes de la democracia y la libertad, empujando a la desnortada Europa a la primera línea de las tensiones.

Putin se comporta como un gañán de barrio, pero tiene tras sí la potencia de un país con más de 140 millones de personas y cuenta con el cuarto ejército del mundo, con una capacidad de armamento nuclear de uso inmediato superior incluso (así lo cuentan) a la que pueda demostrar la OTAN. Sus misiles hipersónicos apuntan a las capitales europeas, y resultan indetectables y, aunque más lentos que los convencionales, pueder ser dirigidos hacia objetivos concretos gracias a su gran maniobrabilidad. Rusia es un país inmenso, desigual, pobre, y no sería capaz de aguantar por mucho tiempo un castigo económico de aislamiento internacional, pero dispone de un preciado recurso energético, vital para la Europa oriental (especialmente, Alemania): el gas; en especial, ante un crudo invierno.

En el país del Gaigé los problemas se han agudizado esta semana, y no precisamente por reflejo de la tensión internacional, ya que la inestabilidad tiene en él vida propia. Las elecciones en la región de Castilla y León se presentan como una gran incógnita (escribo cuando aún se desconocen los resultados). El proceso, en todo caso, ha venido a demostrar el cansancio de la población hacia el comportamiento exacervado de rivalidades entre los líderes de los dos partidos mayoritarios, la falta de un partido charnela que oponga juego de cintura ante tales enfrentamientos y el crecimiento de movilizaciones ciudadanas de índole puramente reivindicativa, incluso independentista o segregacionista, siguiendo el ejemplo de éxito de Cataluña y Vascongadas, que obtienen jugosos mordiscos del Presupuesto nacional para sus regiones, a cambio de apoyar al gobierno de turno.

Publicado en: Sin categoría Etiquetado como: Castilla y León, elecciones, Gaigé, Huangmiu, Putin, Ucrania

Seguridad jurídica para novatos

13 febrero, 2022 By amarias Deja un comentario

La seguridad jurídica es un principio fundamental del derecho que implica que los poderes públicos garantizan que las normas y reglas que forman el cuerpo legal son públicas, y se aplican con criterios homogéneos por los órganos designados al efecto, en lo que se debe considerar como prohibido u ordenado, y tambén en lo permitido. Las decisiones de intervención deben ser coherentes, justificadas y repetibles para casos idénticos (y, puesto que rara vez se dará la identidad total, tendrá que utilizarse la regla de la similitud para explicar las diferencias de tratamiento).

La ausencia de seguridad jurídica es un problema muy grave que imposibilita considerar a un Estado como una democracia, pues implica que pueden darse circunstancias que provoquen indefensión en los ciudadanos, y en las empresas y organizaciones cuya actividad dependa de que el marco legal sea conocido, estable y su cumplimiento correcto se vea protegido por las autoridades del Estado y, particularmente, por los órganos judiciales.

Que España no sea vista como una democracia plena (aunque lo sea bajo el prisma tendencial de The Economist, sino como una democracia irregular o insatisfactoria es una mala noticia. Si no se especifican claramente las razones de esa calificación, pueden ser interpretadas como un problema gravísimo. Desde el Gobierno de España, algunos de los ministros comprometidos con el socialismo matizan que no hay por qué ser pesimista y que hay que atender a la diferenciación de los índices, como es el caso del V-dem: el país está entre las democracias más consolidadas del mundo y la pérdida de posiciones en el ranking democrático es debida, sobre todo al índice que mide la relación de independencia entre los órganos judicial y de gobierno.

Al margen de disquisiciones, la falta de democracia afecta a la tranquidad ciudadana, a la vida empresarial, a la captación de inversiones y a la imagen internacional. Por dramático y desafortunado que pueda parecer el juicio negativo -desde el exterior- a la vitalidad de nuestra democracia, los ciudadanos, tan dados a echar mano de nuestro pesimismo consustancial, no podemos ignorar que estamos en una deriva antidemocrática desde hace algún tiempo. Se aprecia con claridad y no hacen falta índices ni análisis complejos para evidenciar ese deterioro

El aspecto más con conocido y relevante de la falta de seguridad jurídica es la no renovación de la cúpula del poder judicial, por falta de acuerdo entre los partidos mayoritarios. Solo que eso también apunta a la politización de la aplicación del derecho, pues no se entendería el interés de los políticos en influir sobre el, teóricamente independiente, órgano que administra la aplicación del derecho.

Hay otras muestras de esa carencia democrática. La presencia en el Gobierno de ministros que se han convertido en torpedos de la  estabilidad democrática es una exhibición permanente del deterioro. La ausencia de criterios  homogéneos y previamente compartidos -y aplicados sin trabas por el orden judicial- ha sido fragante en temas tan importantes para la unidad del país como el tratamiento de la rebelión catalanista, la concesión de indultos parciales o totales por impulsos mediáticos en contra del criterio jurídico expresado claramente y, no en último lugar, en la falta de una política coherente desde el Gobierno, en cuestiones relevantes como la energía, la educación, la sanidad o el empleo, en donde.

No es ya el problema principal que no haya acuerdo ni sintonía entre los dos partidos mayoritarios, es  que ni siquiera hay coherencia en los mensajes que emanan desde el ejecutivo. Incluso se intoxica a la población, al empresariado y a los órganos de crear opinión pública con medidas y argumentos que no son fundamentados técnicamente y que, por tanto, carecen de estabilidad o coherencia.

La falta de seguridad jurídica emponzoña y lastra la misma aplicación del derecho. Es sabido la importancia de contar con un buen abogado (o gabinete legal) en la defensa de la posición propia -o en la agresión a la del contrario-. Lo que no es tan conocido que, dependiendo del Juzgado en que el caso sea visto, pueden darse dilaciones injustificadas, decisiones injustas en la valoración de los hechos o del derecho y, en fin, se produzca la generación de gastos excesivos y penalizaciones impropias, en cualquiera de los órdenes civil, penal o administrativo. El más débil económicamente tiene un plus de posibilidad de que su pretensión sea desechada, su reproche penal mayor, el abuso de la administración pública sobre su derecho, más relevante.

No estoy hablando, pues, de fantasías. Las sentencias de primera instancia que son revocadas por los Audiencias provinciales son, aproximadamente, un tercio. Y en los Tribunales superiores no dejan de ser preocupantes las cifras: del orden del 17% de las sentencias dictadas por las Audiencias son revisadas, esto es anuladas o reenviadas al órgano inferior para que se reproduzca el juicio o se matice el veredicto.

Se puede pensar que esto proporciona seguridad jurídica, porque los sentencias y autos de los tribunales pueden ser corregidos por las instancias más altas (Por cierto, no en todos los casos se autoriza la doble instancia y, en general, su aplicación está limitada a la valoración de los hechos, no a éstos, que quedan fijados en primera instancia).

Motivos para apreciar falta de democracia en la aplicación del derecho, háilos. Solo que hay que considerar los gastos de una apelación, el perjuicio que causa la dilación en el tiempo de las sentencias y, no en última instancia la duda sobre el valor objetivo del derecho. Algunas sentencias sustanciales se emiten con una mínima diferencia de votos de los magistrados o con votos particulares muy documentados- y cabe preguntarse qué es lo que ha convertido al derecho en un problema de interpretación, y en la que la solvencia de los letrados, la capacidad económica de los litigantes o del investigado para aguantar un largo período de proceso judicial, entre recursos, impedimentos procesales y hasta cuentos chinos, juegan un papel tan sustancial.

Publicado en: Sin categoría Etiquetado como: democracia interna, índices, juzgados, primera instancia, seguridad jurídica, Sentencias, The Economist, tribunal supremo, V-dem

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