Al socaire

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Archivo de diciembre 2022

2022: Momento de un Balance

31 diciembre, 2022 By amarias 18 comentarios

A punto de terminar 2022, procede hacer Balance. Como persona física y con un alcance de visión limitado, no pretendo romperme la cabeza revisando las hemerotecas para seleccionar aquellos hechos (y, en su caso, personajes) que protagonizaron las principales páginas del año que se acaba, tanto para la Historia general como para postularse para las efemérides locales.

Así que no hablaré de la guerra en Ucrania, la referencia dramática principal del año en Occidente, un conflicto sin final previsible que ha puesto patas arriba la estabilidad económica mundial. Tampoco me ocupará más que un instante hacer vaticinios acerca de la nueva variante de coronavirus que cabalga indomable desde China,  a un tiempo, potencia económica opaca, estercolero y baúl de las maravillas. Dejaré para otros que se enfrasquen en recordar los momentos del mundial de fútbol en Qatar, cuyos entresijos económicos llevarán a algunos intermediarios del lance a la cárcel o al descrédito.

No tendrán esta entrada en el blog, más que desfilando a la carrera, al totum revolutum, menciones a Zelenski, Putin, Isabel II, Trump, Biden, Xi Jinping, Felipe VI, Lula, Pelé, Messi, Macron, Masha Amini, Sánchez, Musk,  Núñez-Feijoo, Enjuanes, Almeida, Colino, Ayuso, Arrimadas, Roig Alfonso, Cortázar, Massagué, Trigueros, López-Otín, De Castro, Tabernero, Vargas Llosa, Pro, …

Mi 2022 ha sido un año de transición, pero a peor en múltiples aspectos. Desde luego, en lo físico, el progreso de mi segundo tumor metastásico -a pesar de la quimio- me ha concedido suficientes motivos de ocupación (y preocupación) y me hace contemplar 2023 como una montaña, que me propongo escalar.

Este blog en el que vengo escribiendo con regularidad desde 2007 me ha servido de fuente de distracción y proporcionado algunas satisfacciones. La mejor y más intensa, la repercusión de mi artículo sobre los héroes de Irak, el atentado que sufrieron hace 19 años ocho agentes españoles y que costó la vida a siete de ellos.

Quedan pocas semanas para completar el año de mis Crónicas desde Gaigé (el País de los Despropósitos), en las que semanalmente hago un repaso sesgado, a veces crítico, a veces cómico o satírico sobre la realidad política española.

En lo literario, he completado mi roadshow para dar a conocer mi libro Sonetos desde el Hospital, con una conferencia recital en Santa Cruz de Tenerife, arropado por amigos tinerfeños. Mis reflexiones sobre Cómo convivir con un cáncer -que se pueden encontrar en este blog- ha dado, me consta, alivio y orientación a muchos, pacientes y acompañantes. Una satisfacción.

Sigo asumiendo responsabilidades en el Consejo Superior de Ingeniero de Minas, como Tesorero y en el Club Español de Medio Ambiente, como vocal. En el campo de la minería, la intención expresada por el Gobierno de abordar la promulgación de una nueva Ley de Minas, ha provocado la reacción unánime del sector: se pueden modificar algunos aspectos puntuales e incorporar otros, pero en lo sustancial, debe mantenerse. Como decía Aranguren, el ideólogo de Ensidesa, la vieja empresa siderúrgica avilesina, a los que hablaban de aumentar o corregir su diseño, parafraseando a Garcilaso: “No me la toquéis, así es la rosa”.

Participo activamente -como oyente más que como aportador de ideas- en el Instituto de Debate y Análisis de Políticas de Seguridad (IDAPS), un foro imprescindible para entender gran parte de lo que nos pasa y mucho de lo que puede pasar.

Como abogado, sigo en activo, aunque mis avatares jurídicos no alcancen mayor relevancia que la satisfacción de ayudar a resolver algunos conflictos, evitando, en lo posible, caer en las manos -a veces, zarpas- de la jurisdicción oficialmente competente. Mi librito “Economía para abogados” es un bestseller silente.

En fin, sigo en la brecha. Ignoro por cuanto tiempo, pero procuraré que sirva para hacer felices -algo más felices-  a los que quiero. Los necesito mucho.

No se me olvida. Buen año 2023.

Publicado en: Personal

Cuadragésima Sexta Crónica desde el País de Gaigé

26 diciembre, 2022 By amarias Deja un comentario

El año termina en Gaigé con buenas noticias para el Gobierno: la inflación parece haber encontrado su techo, el precio de la energía en esta última semana ha descendido a niveles de hace dos años; los Presupuestos generales para 2023 aprobados a finales de noviembre, que suponen un gasto record en las partidas sociales, de más de 270.000 millones de euro, reflejan un ambiente de básica sintonía entre los partidos que forman la coalición.

Este idílico paisaje contrasta crudamente con la inusitada tensión que se creó en la esfera política al conocerse la decisión del Tribunal Constitucional de acoger el recurso de amparo presentado por el Partido Popular denunciando la irregularidad de que se incluyera en la tramitación de la ley de reforma de los delitos de sedición y malversación (parte del peaje pagado a los independentistas catalanes por apoyar las futuras cuentas), dos enmiendas que implican la modificación,  por un lado, de la Ley 6/85 del Poder Judicial en cuanto al régimen de nombramientos del Consejo General, con vulneración de la Constitución, que exige la mayoría reforzada de 3/5 y,  por otro, la Ley 2/1979 del Tribunal Constitucional, al eliminar el poder de este alto Tribunal para decidir sobre la adecuación de los nuevos magistrados que hayan de integrarse en él.

Estas cuestiones, en  un ambiente general de desapego a los asuntos  políticos -preocupada la gente por mejorar su propia capacidad para afrontar la crisis, y con una economía en recuperación después de la pandemia y oportunidades evidentes de generar y aprovecharse de la circulación de dinero negro-, acaparan escasa atención de la calle. Estamos en Navidad, el ambiente es festivo y las familias están dispuestas a echar mano de los ahorros forzados por dos años de confinamiento, sin pensar en el mañana.

En la votación sobre el recurso presentado por el Grupo Popular, los magistrados de ideología conservadora, con su exigüa mayoría, provocaron una Sentencia del Tribunal Constitucional que obligaba a  extraer de la Ley en trámite las dos enmiendas. Los partidos populistas -dentro y fuera del Gobierno-, contrariados por una decisión que avalaban algunos serios antecedentes jurídicos (permita el lector que cite, sin más detalles, al desgraciadamente fallecido hace años, el magistrado Tremp (Pablo) que me fue presentado por amigos comunes) se explayaran en insultos inexcusables contra la independencia y honestidad de los magistrados. En Gaigé, la agresividad contra las instituciones alcanza cotas inaceptables, amparada por la permisividad y tolerancia ejercidas a favor de individuos que interpretan su oportunidad de dar opinión como un ejercicio de mendacidad e insania.

La capacidad para olvidar de los ciudadanos de Gaigé queda puesta de manifiesto en múltiples aspectos. No se conoce el resultado de la investigación acerca de los sobres con balas, con ojos ensangrentados o material deflagrante que, en otras tantas ocasiones, sirvieron para generar puntual alarma social distractiva. Sigue sin saberse el detalle y responsabilidades finales (y, por supuesto, en número exacto de fallecidos) en los sucesos de Melilla de junio pasado. Sobre la extraña carta publicada por el gobierno de Marruecos haciendo referencia a oscuros acuerdos sobre las ciudades de Ceuta y Melilla y las reivindicaciones del Frente Polisario, que causó la ruptura de relaciones con Argelia y encareció la factura de gas, nada se sabe.

Su Majestad el Rey de Gaigé ha leído como aperitivo de la Nochebuena, su Mensaje de Navidad. Estuvo formal, más bien frío, ligeramente insinuante acerca de la gravedad de los problemas institucionales (¡cómo olvidar que parte del Gobierno es republicano e independentista!). Ya a nadie extraña que en una fiesta religiosa, no se haga ninguna referencia al sentido de la celebración: la filosofía cristiana, aún en un Estado aconfesional. debería estar presente.

Publicado en: Actualidad, Administraciones públcias, País de Gaigé

El Mensaje de Navidad de Felipe VI que no pudo ser

24 diciembre, 2022 By amarias 2 comentarios

Como otros años, he confeccionado este improbable Mensaje de Navidad para Su Majestad El Rey Felipe VI. Soy consciente de las tremendas limitaciones constitucionales, políticas y prácticas que impiden que el Monarca y la Casa Real construyan y difundan un discurso que refleje, con libertad, la valoración de Felipe VI sobre la situación actual del país y las instituciones, incorporando aspectos de su propio estado anímico y de las complicadas relaciones familiares.

Esta es mi propuesta:

Ciudadanos:

Este año que ha sido bastante malo para casi todos, no lo ha sido tanto para mí. Es cierto que tuve momentos delicados, pero debo agradecer a mi sicóloga y a los ejercicios de distensión oriental el que me ayudaran a ver las cosas que me suceden y suceden a mi alrededor como si se tratara de una película, de la que fuera espectador y no agente.

Esta técnica del distanciamiento, aplaudida también por expertos juristas constitucionalistas a los que consulté -y cuya efectividad confirmaron algunos gurús y videntes- supone el estricto cumplimiento de lo que está indicado como comportamiento adecuado para la Jefatura del Estado, según la Constitución.

Reconozco que me costó algo entenderlo, aunque finalmente, lo comprendí y tengo asumido. Soy un personaje etéreo cuando represento al Estado. Existo, pero no existo para nada de lo que se quiera ver en mí fuera de mi papel institucional. Soy como un ser extraterrestre, una imagen de lo divino o extraterrenal, lo que, como sucede con Dios, algunos me quieran ver como una figura innecesaria, prescindible, inútil.

Se que algunos de vosotros os alarmasteis e incluso disgustasteis cuando el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez -Perico para los amigos-, pareció ningunearme cuando, hace días, en la inauguración de un nuevo trayecto del ave, entró en un vagón mirando su móvil, pasando por delante de mi. No fue tal. No quiso ofenderme ni, mucho menos, a lo que represento.

Tampoco es que no me haya visto. Me vio, claro. Quiso dejar claro ante todos vosotros esta idea: que yo soy etéreo, de naturaleza impropia, que no existo como mortal, sino solo como personaje de los cuentos de hadas y que no sirvo para nada, salvo para dar lustre a los actos con uniforme y bandera.

Fiel al mandato constitucional, soy un Jefe de Estado de una monarquía parlamentaria en la que cada partido defiende cualquier idea que se le pase por la cabeza a sus dirigentes, ya sean separatistas, republicanos, liberales, comunistas o revolucionarios. Yo los represento simbólicamente a todos, luego no existo.

Debo aclarar, para quienes no estéis muy duchos en la Historia de España reciente, que la invisibilidad del Rey no es consecuencia directa de la Constitución, sino de su cabal y progresiva interpretación por eminentes exégetas y, últimamente, por los independentistas catalanes y los terroristas vascos.

El primer intérprete, fue mi padre, hoy exiliado, viviendo en un pequeño país,  a cuerpo de emir. El fungió como Jefe de Estado simbólico hasta que decidió abdicar en mi persona, suicidándose oficialmente y abriendo la oportunidad de que se le pusiera a caldo.

Mucho antes, aconsejado por expertos que buscaban lo mejor parael país, admitió que, en lugar de los poderes omnímodos que le corresponderían como hijo adoptivo y sucesor de Franco -el primer ganador de la guerra civil, al que siguieron otros, en otros bandos-, estaría en la cúspide de un sistema democrático, parlamentario, representativo, plural, en el que los poderes de las instituciones del Estado -de gobierno, judicial y legislativo en particular- fueran independientes. Le dieron un gorro grande y una patada en el culo.

Mi padre sigue siendo, para mí, un modelo. Siempre se tomó los sucesos a la ligera, por graves que fueran y supo disfrutar de los mejores placeres de la vida, que ya imagináis cuáles son.

Cuando le pidieron participar en un golpe de Estado, preparado para que los militares tomaran otra vez el poder -porque la situación se había complicado y estaba amenazada la unidad sentimental del Reino-, consolidó lo que sería su norma de actuación: hacer como que no se enteraba de nada hasta que las aguas volvieron a su cauce. Es decir, aparentar que era transparente, oficialmente inexistente. Vaya si lo consiguió. Quienes lo veían, aparentaban no verlo. Como en el cuento del Rey que va desnudo, pero vestido.

No quiero hacer un juicio sobre mi padre, porque admito que nunca estaré a su altura. Lo intenté. Como ya comenté en otros Mensajes, quise acercar la Monarquía al pueblo, cuando mi augusto progenitor me confesó que pensaba abandonar la Corona para construir una nueva familia y, por eso, me casé a tiempo, por amor y por convicción con una plebeya, a la que daba gusto oir hablar. Por cierto, gracias a ella, manejo el telepronter de manera formidable…ya quisieran Sánchez y Bolaños tener esa destreza.

Me preocupa, como a vosotros, la guerra en Ucrania. Me han dicho que Putin tiene un misil apuntando hacia la Zarzuela y he enviado un mensaje claro a sus asesores de que, si quiere causar algún impacto real, llegado el caso, apunte hacia la Moncloa. Como soy etéreo, simbólico, no tengo efectos terrenales. Quien concentra todos los poderes visibles, carnales, del Estado es Sánchez, por su gracia.

No tengo problemas económicos, ni los preveo. Somos muy ahorradores, y reciclamos mucho. Siendo la familia real más pobre del planeta, si hubiera necesidad, podríamos emplearnos en una multinacional. Mi esposa y mis hijas saben idiomas y tenemos experiencia en nadar y guardar la ropa. Varios jeques se han ofrecido a acogernos, si vinieran mal dadas y dejaran de consignar nuestra asignación, anual para mantenimiento de la Casa Real , dedicando el dinero  crear un nuevo Ministerio.

Este Mensaje de Navidad es algo más corto que en años anteriores, porque la Reina y yo hemos decidido que ya está bien de paripé. Si queréis leer los lugares comunes y los consejos melifluos de siempre, repasad cualquiera de los anteriores.

Me vuelvo al estado de confort. Mío y vuestro. El tipo alto y guaperas que acompaña al ministro de turno, acude a la Pascua Militar hecho un pincel, saluda a las banderas (y espadas) de los países a donde me llevan y aguanta con una sonrisa los insultos de algunos catalanes aparentando, con mi presencia, que este país está en orden.

¡Salud y cerveza, amigos!

Publicado en: Actualidad, Monarquía Etiquetado como: Mensaje de Navidad, rey Felipe

Cuadragésima quinta Crónica desde el País de Gaigé

20 diciembre, 2022 By amarias Deja un comentario

Poco que celebrar hay en Gaigé, aunque el domingo, 17 de diciembre de 2022, el país se paralizó durante un par de horas, para contemplar la emocionante, por lo igualada, final del campeonato mundial de fútbol entre las selecciones argentina y francesa. El presidente Macron no pudo entregar la copa de vencedor al equipo de su país, por un quítame allá un penalty. Como el presidente argentino no compareció en Qatar, el emir regaló una capa principesca a Mesi (Lionel), consagrado como el mejor futbolista mundial.

La semana política sirvió para poner en evidencia el aumento de las tensiones entre los dos bloques en que se ha partido el panorama de la representación pública. Lo novedoso es que se ha llevado la discrepancia a los Tribunales de Justicia y, en concreto, al Constitucional, al que el Partido Popular solicitó la suspensión cautelar del proceso legislativo que, con la aprobación de la Cámara Baja, pretende dar carta final de naturaleza a la eliminación del delito de malversación y la reducción de las penas por el de sedición. No es, sin embargo, este asunto el meollo por el que se debe pronunciar el Alto Tribunal, sino por la intención del legislativo de colar en este trámite la renovación de los jueces de lo penal y del constitucional, cambiando por esa Ley Tranvía la forma hasta ahora legal de decidir y nombrar los candidatos.

La batalla verbal en el seno del Congreso y en las comunicaciones de los representantes de los partidos ha dado la impresión de que Gaigé se juega mucho en el envite. Algunos ministros de verbo caliente han hablado de “intento de golpe de estado” por parte del Partido Popular y “revolución de las togas”, con palabras muy duras, que enmascaran, en realidad, lo que se dilucida.

Y lo que se dilucida es la voluntad del equipo de Gobierno de dar un paso sustancial en el control de la ideología del órgano de representación de los jueces y, por tanto, de promover su disciplina de voto en relación con temas sustanciales que afectan, más que al orden y bien público general de Gaigé, a intereses partidistas. La cuestión es muy grave, porque ha quedado transparente a la ciudadanía, que la independencia de los jueces, en algunas cuestiones, queda sometida a sus criterios ideológicos y no a la estricta aplicación de la Ley.

Como jurista (de medio pelo, pero disciplinado y estudioso), este cronista de Gaigé no puede menos que lamentar que la disputa en las alturas -que involucra a partidos políticos y se ha trasladado al seno de los órganos judiciales- suponga que el resultado de algunas votaciones importantes (relativas, por ejemplo, a la modificación del Código Penal, sanciones a golpistas y malversadores, inclusión de leyes oportunistas sin conexión con la Ley de Presupuestos, etc.) aparezca mancillado por la calificación de “jueces conservadores” o “jueces progresistas”.

Con sabia veteranía, el presidente Sánchez (Pedro) ha dejado el grueso de la defensa en la calle mediática de las posturas que vienen marcadas por la necesidad de mantener contento al bloque independentista y a los exóticos ministros populares, a sus huestes gubernamentales más fieles. Se distinguen en el empeño de repetir vacuidades, aunque con palabras y ademanes densos, López (Patxi), desconocido portavoz de lo que queda del Partido Socialista, Rodríguez (Isabel), portavoz de la parte socialista del Gobierno, si bien la disciplina corporativa ha incorporado, mancillando así su credibilidad profesional, a respetables técnicos, como Calviño (Nadia) y Ribera (Teresa), que no dudan en incluir en sus análisis, palabras de menosprecio al partido Popular, imputándole maneras de anticonstitucionalismo.

Verdad con marchamo de pasar a dogmática la expresada por Borrel (Josep) de que “Europa es un jardín”, en relación con el resto del mundo, dominado por la selva. En una versión anterior, menos egocéntrica, de la misma idea, “el mundo se divide en un jardín con mil millones de personas, rodeados de selva en donde viven siete mil millones”. Solo que el jardín se encuentra cada vez menos cuidado, y hay parcelas habitadas por tipos sin escrúpulos que han cavado grutas en donde almacenan el producto de sus satrapías.

Los atletas de Gaigé no han tenido éxito en el mundial de fútbol, y casi es de agradecer. A la vuelta a sus países, los representantes lúdicos de Argentina casi son engullidos por más de cuatro millones de forofos que les impidieron acercarse por tierra al Obelisco -emblema en Buenos Aires conmemorativo de la fundación de la ciudad-, al que sobrevolaron en helicóptero. Hubo muertos, heridos y peleas en la inmensa aglomeración, que consolida a Argentina como excelsa competidora de Gaigé, la Tierra de los despropósitos.

 

Publicado en: Actualidad, País de Gaigé Etiquetado como: Gaigé, Isabel Rodriguez García, Josep Borrel, Nadia Calviño, Núñez Feijóo, Patxi López, Pedro Sánchez, Teresa Ribera

Cuadragésima Cuarta Crónica desde el País de Gaigé

12 diciembre, 2022 By amarias Deja un comentario

Gaigé, el País de los Despropósitos, hunde su personalidad colectiva entre la desidia y el desinterés y la avidez suicida con la que, desde las instancias gubernamentales se perpetra un duro golpe contra los entresijos y andamiajes de la convivencia democrática.

La metáfora del fútbol, como otras veces, sirve para ilustrar la necesidad de encontrar una explicación contra el desorden institucional, en la que conviven una feroz actividad legislativa (a la que se puede objetar de falta de rigor, análisis previo y consenso suficiente) y el crecimiento de las tensiones internas en el propio Gobierno.  Tiene Gaigé buenos profesionales, el país goza de encantos insuperables, existen las condiciones para recuperar la confianza en el crecimiento sostenido y sostenible a pesar de la elevada inflación y la persistente crisis, pero el banquillo está claramente infrautilizado y la personalidad ególatra del entrenador – y sus condicionantes- ha centrado sobre sí las luces e intereses generales.

Existe la apreciación, no solamente desde la derecha ideológica, también desde la izquierda del ya viejo socialismo nostálgico, de que el Presidente Sánchez (Pedro) maneja una Hoja de Ruta personal cuyas razones y objetivos solo el conoce y administra, en el supuesto de que fueran distintos de los de perpetuarse en el poder, y sin que importen las alianzas para lograr esa permanencia.

Grave es también  la realidad de una ruptura irrecuperable con la principal alternativa, el Partido Popular que dirige Núñez Feijóo (Alberto), que últimamente, como la voz que clama en el desierto de su propia ineficacia para revertir la situación u ofrecer alternativas sólidas con una moción de censura  convincente -aunque la pierda, dadas las alianzas que sostienen al Presidente, exige unas elecciones anticipadas (que no se darán), y cuyo eje central, como un mantra vacuo,  sería que el jefe del Gobierno no ha cumplido sus promesas electorales centrales y que sus connivencias con los separatistas están cobrando el peaje insoportable de la revisión, por la puerta de atrás, de dogmas constitucionales (principio del derecho penal cuya modificación total o parcial exige trámites precisos y pautados; principio de la separación de poderes y de la independencia judicial; principio de la unidad indisoluble de la nación española; principio de la honestidad de la gestión pública al servicio del bien comun; principio de la identidad sexual por nacimiento;…).

La selección de fútbol de Gaigé, perdió ante la de Marruecos sus oportunidades de superar la fase de octavos del Mundial que se celebra hasta el próximo domingo en la satrapía de Qatar. Faltaron empuje, ideas y calidad. Se trata de un juego, aunque advirtiendo la tensión emocional con la que se interpretan los resultados, es inevitable pensar en la trascendencia del envite. Los países que, progresivamente, por mor del propio sistema de selección del  campeón a base de encuentros cruzados, son eliminados, trasladan a las poblaciones que se han visto representadas en ellos, grandes dosis de desilusión y un sentido de fracaso. Por el contrario, cada triunfo sobre los rivales (particularmente, para los países más pobres) se traduce en una euforia colectiva que elimina por momentos los rastros de miseria para conducir a los aficionados al éxtasis casi místico.

El caso de Marruecos es paradigmático. Hordas de aficionados inundaron las calles de Casablanca, Rabat y varios barrios europeos. Es de agradecer la contención de las manifestaciones del triunfo en ciudades como Madrid, en donde las celebraciones fueron muy sensatas, a pesar de concentrarse una población marroquí de más de doscientas mil personas, que vibraron serenamente con el inesperado éxito de su selección que ganó, no solo a España sino a la Portugal de Ronaldo, convertido en un líder lloroso.

No habrá, pues, presencia en el palco de autoridades, del Rey Felipe VI, acompañado de Sánchez (Pedro) y varios ministros, haciendo méritos junto a otros mandatarios, convertidos en amigos-rivales a la espera de poder festejar con los futbolistas que representan sus colores nacionales una victoria sobre el césped qatarí, compartiendo la emoción de la victoria con millones de compatriotas, estupidizados por la droga. El entrenador de la selección de Gaigé fue victima inmediata propiciatoria, ajusticiado por el presidente de la Real Federación Española de Fútbol, un tal Rubiales (Luis), que estaba preparando sus maletas. La sangre ajena (simbólicamente derramada) tiene efecto balsámico y propósito distractor sobre las propias miserias.

El Partido que estuvo a punto de ser alternativa juiciosa a la deriva separatista catalana, muere sin interés alguno, salvo que pueda considerarse espectáculo del duelo sacrílego entre las dos últimas cabezas visibles del invento centrista, Arrimadas (Inés) y Bal (Edmundo). Una pelea de barrio, de egos mancillados, que deja tras sí la desolación a los nostálgicos de un partido que nació para hacer de charnela entre la derecha y la izquierda, más o menos moderadas, tuvo el sueño de ser gobierno en Cataluña y cayó, como Icaro, con sus alas de cera derretidas por el sol del poder cercano.

Ya es imposible reconocer la ideología y sentimientos del actual Presidente de Gobierno, Sánchez (Pedro) y de la mayoría de los miembros de su gabinete. Hay ministros, por ejemplo, que provienen de la judicatura y expertos en leyes, que no tienen reparos en autorizar proyectos de ley que infringen derechos elementales, consintiendo cambios en el Código penal a voluntad de infractores y transformando la Ley de Presupuestos, norma con clara voluntad específica, en una Ley Tranvía, llena de pasajeros alienígenas.

Si aquí cocemos habas, fuera lo hacen a calderadas, aunque no por ello deja de afectarnos. El presidente de Perú, Castillo (Pedro) ha sido destituido fulminantemente por las instituciones del Estado a las que pretendía camelar, y espera mejor destino que la cárcel en la que se encuentra, a las dos horas de haber propuesto que le autorizaran a perpetuarse en el poder.

La vicepresidenta de Argentina, Fernández (Cristina de Kirchner) ha sido condenada por el Tribunal Superior de Justicia de aquel país a seis años de cárcel e inhabilitación perpetua.

Quizá lo más sorprendente de ambos casos foráneos es que, desde Gaigé, se ha manifestado el apoyo a ambos delincuentes. No por cualquiera, por ministros y socios del Gobierno. La internacional populista, avanzando solidaria.

Publicado en: Actualidad, País de Gaigé Etiquetado como: Gaigé, Kirchner

Cuadragésima Tercera Crónica desde el Pais de Gaigé

4 diciembre, 2022 By amarias Deja un comentario

Ha empezado diciembre con acelerada crispación preelectoral en los tendidos políticos de Gaigé. No ha trascendido mucho a nivel de calle, porque es difícil captar la atención de lo que sucede en el hemiciclo y sus alrededores, con el país polarizado hacia los desenlaces lúdicos. Nada más absorbente que tener al cerebro alimentado casi a diario (y, algunos días, con sesión doble) con la emocionante visión de acrobáticas evoluciones  ajenas con un par de cervezas al alcance de la mano.

Nuestros representantes políticos han tratado, a pesar de las dificultades mediáticas, de llamar la atención. Los ministros de la coalición de gobierno que sostiene al presidente Sanchez (Pedro) han verbalizado sus discrepancias, tanto en relación con las interpretaciones en sede judicial de la precipitada Ley del Solo sí es sí, que ha provocado decenas de rebajas de las penas en reclusos condenados por violación y alguna excarcelación de quienes estaban ya próximos a cumplirla. La desafortunada defensa de la Ley por parte de su promotora, Montero (Irene), apuntando hacia el machismo de los jueces ha levantado ánimos judiciales y la repulsa de los medios y, dentro del hemiciclo, ha servido para que Vox, el único partido que votó en contra, saque pecho, aunque utilizando argumentos que no estaban expresos en su escrito de enmienda presentado a la mesa del Congreso.

Delicada situación puede llamarse aquella por la que atraviesa el Ministro de Interior de Gaigé, Grande-Marlaska (Fernando), cogido definitivamente en una mentira -no me atrevo de calificar si piadosa o temeraria-, cuando afirmó repetidamente que no se habían producido hechos delictivos -ni muertes- en territorio propio cuando se produjeron los terribles sucesos del último asalto a la frontera melillense, en el que fallecieron decenas (aún no precisadas) de migrantes subsaharianos. Se sabe ahora, indiscutiblemente, utilizando multiples visionados del VAR popular (además de la BBC), que, al menos, un fallecido fue arrastrado por los insensibles guardias marroquíes hacia su propio territorio.

Han aparecido durante la semana varias misivas deflagrantes en puntos sensibles en relación con la guerra en Ucrania, cada vez más cercana y confusa. Las embajadas ucrania y norteamericana, además de algunos ministerios, han sido receptores de esos involutos, cuyos efectos, sentido y procedencia, un joven secretario de Estado (magistrado en excedencia)  Perez Ruiz (Rafael) se encargó de minimizar, con no mucha convicción. Nuevos involutos, ocultando ojos de animal y sangre, han llegado también a otros destinos europeos: Las intenciones deberían atribuirse a mensajeros del pánico (posiblemente, con  malformaciones mentales), deseosos de llamar la atención sobre los efectos presuntamente peligrosos del apoyo europeo al pueblo ucraniano en su heroica resistencia contra la potencia rusa.

La ruptura en Ciudadanos está a punto de confirmarse, al manifestar Bal (Edmundo) sus duras discrepancias con Arrimadas (Inés), postulándose para dirigir, como un nuevo Lope de Aguirre, la balsa del partido hacia El Dorado. (Para no cinéfilos o desmemoriados, hago referencia implícita al film “Aguirre, o la cólera de Dios”). Como decidió comunicar su decisión a los media antes que a su jefa de fila, la tensión quedó expresa sin vuelta atrás.

El Partido Popular pierde lentamente fuelle, debilitándose el tirón inicial de Núñez Feijóo (Alberto), y ello a pesar de las manifestaciones públicas de afecto y unidad con los otros puntales de la derecha civilizada, de los que destacan Moreno (Juanma), Ayuso (Isabel) y Martínez Almeida (José Luis). Falta claridad en el programa y fuerza dogmática y agresividad desde la cúpula. Y, dado que Gaigé camina aceleradamente hacia la recuperación del bipartidismo, un análisis objetivo sobre las discrepancias no temperamentales con Vox.

El equipo de futbol nacional perdió, en fin, su buena estrella, frente a la selección de Japón, y gracias a que la de Alemania venció estérilmente para su propio beneficio, a la de Costa Rica, consiguió clasificarse sin méritos para la siguiente fase del Mundial de Katar (o Qatar). Quiso el destino burlón que le toque a la selección de Gaigé confrontar sus fuerzas -ahora muy mancilladas en ánimo y perspectivas- con las de la vecina Marruecos. Gane o pierda, se teme la reacción destructiva de los tifossi marroquíes sobre el mobiliario urbano de Madrid, amigos (como demostraron cuando ganaron a la selección belga) de armar tumultos que, por la cuenta que les tiene, ni se plantean provocar en el reino alauita.

En las primeras líneas de la formación socialista se evidencian discrepancias importantes con la gestión del Presidente de Gaigé. Lambán (Francisco Javier), presidente de Aragón y García-Page (Emiliano) son cabezas visibles de esas disensiones internas. Sin embargo, a la hora de votar en el hemiciclo, la lealtad corporativa se impone sobre la verborrea ante los micrófonos dirigida a sus electores locales.

Publicado en: Actualidad, País de Gaigé Etiquetado como: Ciudadanos, Edmundo Bal, fútbol, Gaigé, Inés Arrimadas, Irene Montero, Isabel Ayuso, Juanma Moreno, Marruecos, Martínez Almeida, Pedro Sánchez

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