Indra contra Airbus

La ministra de Defensa en funciones, Margarita Robles, es la cabeza visible responsable de una decisión que representa un cambio de rumbo respecto a la estrategia española en el sector aeroespacial y un golpe de efecto sobre la mesa de contrataciones.

Puede que para quienes tienen una información superficial sobre los avatares de la industria de defensa española, la información no haya alcanzado relieve. Pero lo merece: El gobierno español ha decidido adjudicar la coordinación que le corresponde en el proyecto FACS, futuro avión de combate europeo (incluida concepción y fabricación) a la empresa Indra Sistemas, en detrimento de las expectativas del consorcio Airbus.

Airbus se había encargado hasta ahora del reparto de funciones en el programa Eurofighter, distribuyendo los paquetes de ejecución. España adquirió 87 unidades de esos aviones, por importe de 11.500 millones de euros, y el conjunto de empresas españolas obtuvieron un muy aceptable retorno por la vía de las subcontrataciones. Esta situación toma ahora un giro importante, ya que Airbus se había encargado del desarrollo, (con la colaboración de la francesa Dassault), y de la definición y programación general del FACS, caracterizando los elementos técnicos básicos de ese avión de combate, que aspira a superar ampliamente a su predecesor, en maniobrabilidad, seguridad y eficacia.

Una decisión de esta índole no se improvisa, o no debe serlo, aunque los plazos para concretar el nuevo rumbo estratégico han sido cortos. Parece que la gestación de la posición española tomó velocidad con la incorporación de España al grupo de naciones fundadoras del Proyecto FACS, que ya formaban Alemania y Francia, en un acto de firma que se hizo coincidir con el Paris Air Show de junio de 2019. A pesar del despliegue de Airbus en la Feria Internacional de Defensa y Seguridad (FEINDEF) en el mayo anterior -a la que tuve ocasión de referirme por extenso en este mismo blog – en círculos cercanos al Gobierno se daba por consolidada la posición de Indra como empresa de confianza española.

Obviamente, este cambio de estrategia es vista por la cúpula de Airbus, (con Guillaume Faury como portavoz máximo del descontento, secundado por Alberto Gutiérrez, presidente de Airbus España) como un profundo desengaño, una ruptura de relaciones con el Estado español y presentada como un tremendo error.

La cuestión admite, al menos, dos análisis. Para la industria española se trata de una operación de alcance, en la que Vicente Fernández, presidente de la SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales), habría presionado con razonamientos estratégicos del grupo estatal, defendiendo la solvencia técnica de su participada Indra (la SEPI tiene el 20% en Indra), para que se le adjudicara el goloso paquete, reclamando que la decisión potenciaría la industria nacional. Fernando Abril Martorell, su presidente ejecutivo, habría utilizado también su influencia ante el Ministerio, con los mismos o parecidos argumentos: “decisión más cercana, ventaja más segura”.

Desde la posición exclusivamente técnica,  es un reto inmenso, pues, hasta el momento, Indra solo se ha cualificado como fabricante de las tarjetas electrónicas del Eurofighter; y otras empresas de las que figuran como posibles compañeras de viaje, tienen también que ampliar su juego de cintura actual: ITP -la otra empresa española con relieve en el sector- ha fabricado las toberas de los dos propulsores; y la propia Airbus España, en su factoría de Getafe, ha fabricado bajo plano una de las alas del ingenio.

Para las relaciones con los socios internacionales, el asunto presenta también aristas, aunque cada país defiende -me da la impresión que cada vez con mayor brío- sus intereses nacionales. Así sucede con el grupo francés Dassault (fabricante del caza Rafale, y que puso en el mercado satisfactoriamente con desarrollos propios). Esta empresa tecnológicamente potente, junto a Airbus, había contribuido a la generación del grupo Thales, con la intención de reconformar el panel de proveedores logísticos a la industria de defensa europea.

Algo se cruzó desde el momento en que España -y, sobre todo, Alemania- reclamaban insistentemente que se dejaran las opciones de reparto de los paquetes en que se descompusiera el programa en manos de las administraciones públicas de cada Estado, y no dejando la decisión con interposición de Airbus, a quien las empresas más cualificadas criticaban por venir haciendo la distribución de las subcontrataciones, atendiendo más a criterios e intereses propios que a facilitar la cualificación de la posible competencia futura.

En este maremágnum de intereses y oscurantismos, la relación entre Dassault y Airbus parece ahora también cuestionada. En realidad, es otra lucha de David contra Goliat o, si se prefiere, de Lacoonte contra sus propios hijos y sobrinos. Porque la primera, con sus algo más de 11.000 empleados y una facturación de 4.800 Mill de euros,  parece mentalizada para encontrarle el gusto a la emancipación de la dependencia del gigante Airbus (rival a salvo de la tremenda diferencia de tamaños), que da empleo a 129.000 empleados y supera los 60.000 Millones de euros de facturación. Frente a Airbus, Indra, con una facturación total de 3.100 Mil de euros en 2018 (1.200 en su división de transporte y Defensa) es una enana y ojalá no le falte la calidad de la honda (valga la metáfora); hoy por hoy, tecnológicamente, la desproporción respecto a sus colegas internacionales es bastante evidente.

Por la parte teutona, la empresa alemana con más posibilidades de ser la receptora del paquete alemán es la antigua filial de Airbus, Hensoldt, que pertenece al fondo de inversión KKR. Por cierto, se ha especializado en radares, sistemas ópticos electrónicos y en aviónica, en competencia con la experiencia de la propia Indra.

No será, pues, un camino sencillo, ni transparente. La capacidad técnica de Airbus es incuestionable y no tiene parangón en la industria de Defensa. Así se ha querido que fuera, además. Podemos, pues, estar asistiendo a un desmembramiento controlado del gigante, con pérdida de sustancia técnica , aunque no parece que la gran capacidad de Airbus y su experiencias puedan ser sustituidas sin fisuras ni riesgos de desencajes, a corto y tal vez, ni siquiera a largo plazo.  No resulta sencillo hacer un diagnóstico desde la barrera. Tradicionalmente, las interrelaciones entre las empresas del sector de defensa son intrincadas y poco transparentes.

Si se recuerda la historia, en el año 2000, la empresa pública francesa Aerospatiale of France, junto a DaimlerChrysler Aerospace de Alemania y Construcciones Aeronáuticas SA conformaron la llamada European Aeronautic Defence and Space Company (EADS), que hasta el año 2014 fue el accionista mayoritario en la primera Airbus. Aerospatiale mantiene, hoy por hoy, el 46 por ciento de Dassault, que controlaba Airbus hasta 2014; en sucesivas ventas, Airbus redujo su participación en Dassault hasta el 9,87 por ciento en diciembre de 2018, año en que anunciaron la voluntad de colaborar conjuntamente en el desarrollo del FCAS que deberá estar a punto en 2035/2040. Todo este esquema societario parece cuestionarse ahora.

En fin, como dicen los reporteros de noticias de alcance, “estaremos atentos”.


Los estrildas y bengalíes son pájaros exóticos, muy coloreados, con pico cónico grueso, y alas cortas, que avanzan por el suelo a saltitos, dando la impresión de que arrastran los pies. El de la fotografía es un estrilda de carita naranja (estrilda melpoda) que, como su nombre vulgar indica tiene una máscara naranja y obispillo rojo (oculto en la instantánea). La localización de este ejemplar, propio del centro de Africa, en Fuerteventura, evidencia que ha ido introducido por algún viajero.

 

 

El sector Defensa como vía eficiente para crear actividad y empleo (5)

Como ya he recogido con anteriores, la Base Industrial y Tecnológica de Defensa (BITD) que recoge el Catálogo de la Industria de Defensa 2019-2020, publicado por el Ministerio del ramo, enumera 528 empresas de las que 373 han facturado algún producto o servicio en 2017, llegando en conjunto a la cifra de negocio de 6188 Mill. €.

Para ser “clave para la seguridad y soberanía nacional” como se explicita en la Presentación de ese Catálogo, la cifra aparece como extremadamente pobre. Con una plantilla de 295.000 empleados en actividades vinculadas a la defensa (2017), contabilizando incluso los empleos indirectos, la situación no hace sino reproducir, a nivel sectorial, el problema intrínseco de nuestra industria: su insuficiente dimensión en comparación con los países a la cabeza tecnológica y su atomización, ya que el 83% de las empresas son pymes, con menos de 25o personas en plantilla.

Si se bucea en la información disponible acerca de las capacidades de las empresas del listado, se pueden extraer las siguientes conclusiones:

  1. Entre las empresas del sector terrestre, como fabricantes de vehículos, se citan Aucar Tráiler SL, GDELS Santa Bárbara Sistemas SA, Iveco España SL, Proytecsa Security SL, URO Vehículos especiales SA, VT Proyectos SL, Iturro SA, destacando  General Dynamics European Land Systems Santa Bárbara Sistemas S.A., con más de 700 empleos y su participación en los programas VCR8x8 Piraña 5 (Vehículos e combate sobre ruedas), y el ASVOD (vehículo blindado de cadenas cuya versión española es el Pizarro).
  2. En el sector naval, como fabricantes de buques militares se encuentra a Abance Ingeniería y Servicios SL, Astilleros Gondán SA, Construcciones Navales Freire SA, Navantia SA, Rodman Polyships S.A.U. y Seaplace SL, siendo Navantia, empresa filial de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), la que posee, de largo, la mayor capacidad y experiencia en la fabricación de buques de combate.
  3. En el sector aeroespacial, la única referencia como fabricante de aviones es la de Airbus (Airbus Defense and Space S.A.U.-ADS- y Airbus Helicopters España S.A.U.). ADS es una de las diez mayores compañías mundiales de defensa, y líder en Europa en aviones militares de ala fija  y aviones de combate. Entre sus desarrollos está el A400M (avión de transporte militar), el A330 MRTT (para reabastecimiento en vuelo) el Eurofighter Typhoon (EF2000) (el mayor programa militar de adquisiciones de Europa) y los C-295 y CN-235 (para misiones militares y civiles). Por su parte, Airbus Helicopters ofrece los NH90 (para transporte táctico) y el Helicóptero TIGRE (de ataque y escolta).(continuará)

    El verderón común (chloris chloris) pertenece al grupo, teóricamente bien conocido por todos, de las “aves del jardín familiar”. Es un fringílido del tamaño de un gorrión, con determinantes pico y patas de color rosado. E verano, el macho es, -por supuesto- verde, siendo la hembra más apagada , y sin las bridas negras del macho.
    Los fringílidos verdes son especies confundidas por los observadores principiantes. El juvenil de verderón común es de color más pardo que el adulto -más cercano en aspecto, a la hembra-, con el pecho tenuemente estriado.
    También tiene el pecho estriado el jilguero lúgano (carduelis spinus) , cuyo macho tiene el píleo con plumas negras, a modo de casquete que se prolonga en frente y bridas. El macho de serín verdecillo (serinus serinus) tiene amarillo anaranjados la cabeza y el pecho, y presenta un pico más pequeño, cómico. La hembra, más apagada, mantiene el dibujo facial de la especie, con mejillas más pálidas que el rostro, lo que le da un aspecto “austero”.
    El macho de verderón común de mi fotografía lleva en el pico una extraña madeja de hilos muy finos de plástico- con las que tapizará el nido, generalmente situado en un árbol bajo, y en el que la hembra depositará ente 4 y 6 huevos de color azulado pálido. Por la luz de la instantánea, no se distingue el color oscuro de la cola, cuyas puntas son bifurcadas: sí, en cambio, se percibe el color amarillo distintivo de las coberteras y la zona cloacal.

El sector Defensa como vía eficiente para crear actividad y empleo (4)

Según la publicación Espacio 2017 (Anuario del sector espacial en España), en la TEDAE se integran 19 empresas con dedicación a ese concreto sector, con participación en los programas Galileo, Copernicus, Vigilancia del Espacio (SST) y Comunicaciones Gubernamentales por Satélite (Govsatcom), además del I+D Horizonte 2020.

En su conjunto, esas 19 empresas emplean 3.359 personas (datos de 2017), un 8,6 % del total europeo, capitaneado por Francia y Alemania, que cuadriplican y duplican, respectivamente, nuestra dotación de personal. Los datos incluyen el Reino Unido, con 3.722 personas.

El volumen de negocio de este subsector es aún muy pequeño: solo 851 millones de euros, y evidencia una alta facturación media por empleado (252.000 euros/persona) y una fuerte componente de investigación y desarrollo (12% en i+d+i)

En realidad, conforma un complejo modular que pretende ser integral y completo, con varios componentes: el modem Proteo, la antena satelital AirPatrol, la antena Janus, el nodo de comunicaciones seguras, como elementos más significativos.

El Anuario de la Industria Aeroespacial 2019, publicado a principios de junio de 2019, pone de manifiesto la importancia de los contratos emanados del Ministerio de Defensa en el desarrollo de las principales empresas del sector.

Indra obtuvo unos ingresos de 3104 millones de euros en 2018 y con sus 43.000 empleados es, de lejos, la mayor empresa del rubro aeroespacial. Cuando se analiza con algún detalle el Anuario, se pone de manifiesto que la mayoría de las empresas que figuran en su Directorio -magnífica referencia, con datos de contacto de las 230 empresas del sector, y, en algunos casos, información sobre facturación y empleo- están interrelacionadas en términos de contratista-subcontratado, y participan en unos pocos proyectos de relevancia.

El sector aeronáutico español, en su conjunto, como es conocido, es muy dependiente de Airbus. La directora del Anuario de la Industria Aeroespacial (Eva Cervera), recoge la opinión de Manuel Huertas, Presidente de Airbus Operations en España, que advierte  “nubarrones” sobre el idílico escenario en el que se ha movido la industria durante 2018 y se prevé mantenga en 2019, atribuidos al desplazamiento del centro de gravedad del tráfico aéreo hacia Asia y Oriente Medio.

El flujo del tráfico del tráfico aéreo es solo un factor más, de los que tiene carácter determinante, que refleja el aumento de iniciativas asiáticas, y el crecimiento de ese mercado en la doble dirección importadora-exportadora. El caso especial, por el momento, es el de China, que está realizando un esfuerzo colosal para constituirse en fabricante principal o prácticamente exclusivo para atender a sus necesidades, tanto en aviones civiles como militares y, complementariamente, también en el equipamiento aeroespacial para satélites, drones y cualesquiera otros artefactos y elementos vinculados al desplazamiento, observación, y a medios tanto de defensa como de ataque, que tengan como soporte el éter.

¿Qué correspondería hacer desde España? El reto para el sector español es inmenso y pasa, en mi opinión, por mantener un encaje proporcional en los proyectos europeos, que garantice el mantenimiento de los niveles de excelencia alcanzados, el desarrollo de una intensa actividad comercial exterior que permita conseguir cartera suficiente, con base en las referencias europeas y, no en último lugar, conseguir la integración de los centros de desarrollo regionales para evitar redundancias inútiles y competencias en el desarrollo de productos idénticos, que cabe calificar de despilfarro consentido.

La dispersión de objetivos y de las líneas de investigación y desarrollo, así como la duplicidad de las dotaciones para investigación, parece deducirse si se asume que España dispone, entre otros, del Parque Tecnológico Aeroespacial de Andalucía, -que se jacta de ser el único parque científico y tecnológico europeo dedicado en exclusiva a esa industria-, el Cluster aeronáutica de Castilla-La Mancha, el Clúster Aeroespacial de la Comunidad de Madrid, el Clúster Aeronáutico.Aeroespacial y defensa de la Comunidad Valenciana. la Asociación Clúster de Aeronáutica y Espacio del País Vasco, la Fundación CTA de Alava, el Clúster Aeroespacial de Aragón, entre otras iniciativas y públicas y privadas.

(continuará)


Una bella pareja de ánades friso (anas strepera) reposa sobre una estructura en la laguna de Pitillas (Navarra). Se trata de anátidas de porte elegante, aunque no muy vistosos. El macho (en este caso, también la hembra, a la derecha de la foto) muestran la mancha blanca en el espejuelo que es distintiva de la especie, junto con el extremo posterior negro.

El macho es parecido, aunque más pequeño, al ánade azulón, del que se diferencia claramente por el vientre blanco, bien definido. Más difícil es la identificación de la hembra si no se encuentra, como en este caso, con su pareja. El macho está entrando en época de eclipse, que comienza en mayo (la época en que tomé la foto) y se prolonga hasta septiembre, en que termina la muda.

 

 

El sector Defensa como vía eficiente para crear actividad y empleo (2)

La Primera Edición de FEINDEF se acogió al lema “Tecnologías para una Sociedad más Segura”, y se reconoce con el objetivo de acercar al pública en general -pero también al resto de la Administración pública- ese concepto poliédrico, interpretado ad libitum (es decir, como a cada uno le venga en gana) de la “cultura de Defensa”. Los organizadores de esta magnífica Feria incorporan un elemento sustancial: la cultura de Defensa como cuestión de Estado.

Ante todo, es de justicia felicitar a Angel Olivares, Secretario de Estado de Defensa (en funciones), a Gerardo Sánchez Revenga, Presidente de AESMIDE y a Jaime de Rábago (Presidente de TEDAE), cabezas visibles de este evento tan oportuno y cuya celebración solo cabe calificar de éxito. No es mi valoración personal, sino la de todos los expositores con los que tuve ocasión de hablar: no lo hice con los ciento cincuenta (ni venía al caso), pero sí con algunas decenas.

Volví a casa cargado de catálogos, revistas y documentos explicativos sobre las líneas más relevantes del sector. Un ejercicio de transparencia y claridad informativa en el que participaron, claro está que también por la cuenta que les tiene, los responsables de las asociaciones, empresas y mandos de las Fuerzas Armadas.

Como considero que es elemento central de la visión que puede adquirirse de nuestro sector de Defensa, pongo énfasis personal en  la opinión del Almirante Santiago Ramón González Gómez, responsable de la Dirección General de Armamento y Material (la DGAM)- En la entrevista que le hace la publicación “Perfiles IDS”, expresa que aún queda camino por recorrer en la centralización de los programas de compra e interlocución con la industria del sector, que se ordenó en 2014.

Como a los mandos militares, maestros en el ejercicio de la discreción y la prudencia, hay que intentar interpretarlos entre líneas, me parece percibir que hay alguna resistencia entre los responsables de las Fuerzas Armadas para comunicar claramente sus necesidades a la Dirección General, siendo además preciso incrementar la dotación en personal y mejorar la cualificación -imagino que ya muy alta- de los funcionarios integrados en la DGAM, para consolidarla como “cliente único” del sector privado de armamento y material.

El tejido industrial español en defensa tiene -siguiendo con mi lectura libre de esas declaraciones- dos carencias: una, la inexistencia de grandes empresas, aunque disponemos de pequeñas y medianas empresas capaces para integrarse con sus especialidades en programas más amplios que, por tanto, estarán dirigidos por consorcios extranjeros (del tamaño de Lockheed Martin, BAE Systems, Thales  Northrop Group (citadas por el Almirante). La otra carencia está en la necesidad de aumentar la transversalidad del sector, activando el intercambio del soporte científico entre las Universidades, los centros de investigación y las empresas.

La superación de ambas carencias tiene que ver con el incremento de las dotaciones económicas para el sector, es decir, con el incremento de presupuestos dedicados a Defensa. Esos recursos no van a servir solo para proyectar el sector hacia la modernización, integrando las capacidades en los nuevos equipos y medios que son precisos para unas Fuerzas Armadas modernas, sino, también, para revisar y poner al día los equipos existentes aún utilizables, necesitados de una puesta a punto que les permita recuperarse de la crisis dotacional de la que provienen.

Por supuesto, la actualización y mejora de las cualificaciones y experiencia del personal que ha de utilizar esos equipos es imprescindible, pues resulta imposible olvidar que la escasez de recursos ha disminuido drásticamente la dotación para prácticas de uso del armamento y material y no se ha podido atender a los programas de mantenimiento preventivo como hubiera sido preciso.

(continuará)


El herrerillo capuchino (parus cristatus) es una avecilla -tiene menor tamaño que el gorrión- de comportamiento y aspecto simpáticos, que, a pesar de su llamativo copete, no es tan fácil de avistar. La razón fundamental es su hábitat específico, pues prácticamente solo se encuentra en bosquetes o bosques de coníferas.

Este herrerillo, junto con su pareja, ha decidido instalarse en los parajes de la Casa de campo de Madrid y sus idas y venidas para conseguir alimentación para la nidada, me han proporcionado la satisfacción del curioso (diríamos en francés, voyer) durante varios minutos. El de la fotografía es el macho, pues la hembra estaba ocupada en la incubación, de la que, en esta especie, es la única responsable.

 

 

El sector Defensa como vía eficiente para crear actividad y empleo (1)

 

Mientras oigo los tambores y timbales que, ora preludian nuevas elecciones generales, ora anuncian la inmediata investidura del atleta Sánchez, me pregunto si nuestros representantes políticos, además de esforzarse por tomar posiciones que les garanticen un salario apetitoso en los próximos cuatro años, van teniendo más clara la manera de poner letra y música al objetivo de crear actividad y empleo para todos los demás, que debería estar en la parte más alta de las tareas que tendrían que asumir las Cámaras.

La tarea es compleja y no puede dejarse a la improvisación, ni a la coyuntura internacional ni, mucho menos, al azar. Porque aunque parezcan existir fuerzas misteriosas que sostienen la economía, los devotos de la disciplina sabemos, aunque no siempre se nos quiera escuchar, que esto no es así: el futuro se trabaja con tiempo, y confiar en que los demás nos ayuden a sacar nuestras castañas del fuego (si no es para darse un atracón con ellas) es un ejercicio de ilusos, máxime en este momento de la coyuntura en el que los Estados de mayor tamaño están ocupando sin remilgo alguno las mejores posiciones frente a la perola del concierto económico mundial.

Me quiero salir de los tópicos, en lo posible. Doy por supuesto que necesitamos una reforma educativa, elevar el nivel medio de la enseñanza media y, sobre todo, de la universitaria, y resolver de una vez por todas la cuestión de la formación dual, convenciendo de paso al personal joven de que hay empleo y satisfacción en muchas profesiones que no exigen pasar por la Universidad, que, por si no lo saben, no garantiza ni el primero ni la segunda.

Doy por supuesto que necesitamos la activación de los centros de investigación, analizar su coordinación, proponer vías efectivas de colaboración público-privada y dotar de becas y buenos salarios para que no se nos vaya la excelencia por la puerta de la emigración despechada.

Y, en fin, antes de entrar en la harina que promete el título de este comentario, advierto a quien quiera escuchar, que el sostenimiento y, en su caso, la mejora del estado de alto bienestar en el que nos encontramos, obliga a serios planteamientos de impulso empresarial. Porque con subvenciones no sostendremos el edificio: hay que crear actividad empresarial de éxito, apoyar a las iniciativas privadas en sectores clave y, desde luego, activar la inversión en infraestructuras y mejora o reforma de las existentes. Todo ello con señales claras al inversor (presente y futuro) de que su esfuerzo es valorado social y políticamente.

El conocimiento preciso de los recursos y posibilidades del país, en cada uno de los sectores -fortalezas y debilidades- es elemento sustancial para perfilar con garantías las líneas de futuro. No podemos ignorar, desde luego, que España forma parte de una estructura superior, la Unión Europea, con la que le unen lazos importantes y,, seguramente, duraderos. Pero no podemos lanzarnos sin ninguna reserva en brazos que califiquemos como amigos, pues los intereses particulares prevalecerán siempre que entren en conflicto con los generales.

La Industria de Defensa ha celebrado en Madrid, entre los días 29 y 31 de mayo de 2019, la FEINDEF, presentada como International Defence and Security Exhibition. Ha sido una oportunidad excelente para calibrar el nivel de nuestra industria de Defensa, sus perspectivas y conseguir algunos elementos de referencia para su comparación internacional.

La Base Industrial y Tecnológica de Defensa (BITD) española, según información que recogí en la Feria, representa una facturación ligeramente superior a los 6.000 Mill. de euros (aproximadamente, el 4,4% del PIB interior bruto de la industria manufacturera nacional (aquella industria que se ocupa de transformar materias primas -sector primario de la economía- en productos y bienes listos para la distribución o el consumo)

El dato en sí no es para tirar cohetes. El sector industrial español necesita un fortalecimiento. Con un 16% en 2018 la aportación al PIB nacional (que en 2018 se cifró en 1,2 billones de euros) no consigue acercarse a la recomendación del Consejo de la UE (el 20%) y cada vez está más lejos de la de Alemania (28% y 3,4 billones de euros de PIB nacional).

(seguirá)


Una hembra de gorrión alimenta a su cría, ya talludita y volantera, pero que permanece vinculada a la sobrealimentación que le proporcionan sus progenitores.

El final de primavera proporciona al observador ornitológica una gran variedad de escenas que no es posible encontrar en otras épocas del año. En primer lugar, porque la existencia del nido -en donde son incubados los huevos y luego alimentados los polluelos hasta que alcanzan suficiente autonomía para abandonarlo-, determina un lugar fijo al que acuden regularmente los progenitores y, con discreción, permite al curioso obtener una información sobre el comportamiento de padres e hijos, pautas de alimentación y, si posee una cámara adecuada, conseguir fotografías claras sobre la morfología de las aves adultas, tanto del macho como de la hembra (en el caso, que es habitual, en que ambos progenitores alimenten a la camada).

En segundo lugar, esta época del año es pródiga en actividad y es más frecuente encontrar aves que es imposible ver el resto del año, bien porque son migrantes que solo acuden a nuestro territorio para anidar, o porque la necesidad de alimentar más bocas les obliga a estar más cerca de las fuentes de alimentación y exponerse más.