El Gobierno viene anunciando que los Fondos Europeos del NextGeneration, supondrán un primer bloque de transferencias cercano a los 70.000 millones de euros entre 2021 y 2023, y que, con esa inyección económica, se producirá el despegue de nuestra economía, porque los dineros se emplearán en sectores estratégicos.
Con esa obsesión por vender la piel del oso antes de cazarlo y, además, pretender hacerlo varias veces, no parece en este momento tan evidente que esas cantidades fluyan de golpe desde las arcas europeas hacia los Presupuestos del Estado y sí, más bien, que deberá acordarse desde el Parlamento -esto es, con apoyo de la oposición- el destino de esos Fondos que, además, no vendrán de golpe, sino en dosis.
Por su naturaleza aún inconcreta, y por la necesidad de llevar a cabo una negociación parlamentaria del destino de las ayudas, no tendrá mayor sentido hacer el análisis el Plan del Gobierno, salvo para apuntar algunos aspectos generales, lo que me propongo hacer en este Comentario.
- Derivados de la tensión vivida en la pandemia, a la renovación y modernización del sistema sanitario y a la asistencia a cuidadores se dedican 3.500 Mill. de euros.
- A completar proyectos existentes o cubrir carencias anteriormente detectadas (aumentar el alcance de la electrificación, mejora de infraestructuras eléctricas y de almacenamiento, incentivos a la adquisición de vehículos eléctricos, ampliación de sus estaciones de recarga, rehabilitación de viviendas, instalación de paneles solares, “despliegue” de energías renovables, y modernización del sector turístico o del sistema administrativo), se prevén 35.000 Mill. de euros. Por el carácter de estas actuaciones, se pretende, con ello, afianzar o consolidar el modelo existente.
- La adopción de medidas ambientales es, de forma confesa, uno de los ejes principales del Plan, con actuaciones de claro carácter paliativo (ej. preservación del litoral, o conservación de ecosistemas), a los que se dedican 3.700 Mill. de euros.
- La mejora de las competencias digitales, con cerca de 8.000 Mill. de euros, es la línea maestra tecnológica visible, a la que habría que añadir la modernización y digitalización del sistema educativo, con 1.650 Mill. de euros y el “robustecimiento del sistema de ciencia e innovación” con 3.800 Mill. de euros, así como la “estrategia nacional de inteligencia artificial”, con un modesto rubro de 500 Mill.
- A la potenciación de la formación profesional se destinan 2.076 Mill. de euros y para conseguir un mercado de trabajo “dinámico, resiliente e inclusivo” : 2.363 Mill. de euros.
Entre los proyectos que se presentan a la financiación de la Unión Europa, se encuentra la Hoja de ruta del hidrógeno renovable, a la que se destinarán 1.550 Mill. de euros, con el objetivo de haber conseguido, en el horizonte 2030, 4 Gw de potencia instalada en electrolizadores.
Hay que dar a la actuación un carácter simbólico, pues no es potencia instalada lo que nos falta, ya que disponemos de 110 Gw para un máximo de demanda de 40 Gw. Se pretende conseguir una reducción de 4,6 Mill. t equivalentes de CO2 (en 2019 se produjeron 315 Mill. t equivalentes). Otros países europeos (además de Chile y Rusia) están en la misma carrera tecnológica. Alemania destinará 9.000 Mill. para alcanzar una producción de 5 Gw en 2030.
Lo que más urge, en mi opinión, desde la perspectiva legislativa, es poner en pie una ley de financiación de la investigación. Las propuestas de modificación de la Ley de la Ciencia han contado con el escepticismo cuando no con la resistencia del personal de los centros públicos (recientemente, por la centralización de organismos bajo el paraguas del Centro Nacional de Investigación, convertido en un gigante de difícil digestión administrativa). Es imprescindible aumentar la eficiencia innovadora y para ello se debe atender a una reforma estructural que rompa con muchos de los mimbres históricos.
Desde luego, hay que enfocar la formación académica hacia la digitalización, pero sin olvidar que se trata de un medio y no de un fin en sí mismo. En las Escuelas técnicas y de formación profesional el proceso educativo debe cambiar rápidamente, revisando las exigencias en selectividad y formación, sancionando la proliferación de centros educativos sin adecuado nivel.
Se precisa una revisión de la formación de las ingenierías –de grado y máster-, imponiendo un sistema de revisión y control centralizado, que facilite la consolidación y equiparación de los procesos curriculares, incorporando de forma inmediata, allí donde se estime preciso, estudios de digitalización, comunicaciones, diseño industrial, robótica aplicada o materiales especiales, sin descuidar conocimientos suficientes de derecho y economía, alcanzando el alumno, al egresar, un nivel práctico suficiente.
Como se trata de desarrollar, en muchos casos, nuevos modelos de gestión e innovación, las Facultades de ingeniería deben situar el mayor énfasis en la enseñanza de innovación básica.
Y, como suele decirse, hasta aquí puedo leer y decir. Que quienes tienen poder para tomar decisiones hagan caso de estas ideas, es otro cantar.