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Indra contra Airbus

26 septiembre, 2019 By amarias Deja un comentario

La ministra de Defensa en funciones, Margarita Robles, es la cabeza visible responsable de una decisión que representa un cambio de rumbo respecto a la estrategia española en el sector aeroespacial y un golpe de efecto sobre la mesa de contrataciones.

Puede que para quienes tienen una información superficial sobre los avatares de la industria de defensa española, la información no haya alcanzado relieve. Pero lo merece: El gobierno español ha decidido adjudicar la coordinación que le corresponde en el proyecto FACS, futuro avión de combate europeo (incluida concepción y fabricación) a la empresa Indra Sistemas, en detrimento de las expectativas del consorcio Airbus.

Airbus se había encargado hasta ahora del reparto de funciones en el programa Eurofighter, distribuyendo los paquetes de ejecución. España adquirió 87 unidades de esos aviones, por importe de 11.500 millones de euros, y el conjunto de empresas españolas obtuvieron un muy aceptable retorno por la vía de las subcontrataciones. Esta situación toma ahora un giro importante, ya que Airbus se había encargado del desarrollo, (con la colaboración de la francesa Dassault), y de la definición y programación general del FACS, caracterizando los elementos técnicos básicos de ese avión de combate, que aspira a superar ampliamente a su predecesor, en maniobrabilidad, seguridad y eficacia.

Una decisión de esta índole no se improvisa, o no debe serlo, aunque los plazos para concretar el nuevo rumbo estratégico han sido cortos. Parece que la gestación de la posición española tomó velocidad con la incorporación de España al grupo de naciones fundadoras del Proyecto FACS, que ya formaban Alemania y Francia, en un acto de firma que se hizo coincidir con el Paris Air Show de junio de 2019. A pesar del despliegue de Airbus en la Feria Internacional de Defensa y Seguridad (FEINDEF) en el mayo anterior -a la que tuve ocasión de referirme por extenso en este mismo blog – en círculos cercanos al Gobierno se daba por consolidada la posición de Indra como empresa de confianza española.

Obviamente, este cambio de estrategia es vista por la cúpula de Airbus, (con Guillaume Faury como portavoz máximo del descontento, secundado por Alberto Gutiérrez, presidente de Airbus España) como un profundo desengaño, una ruptura de relaciones con el Estado español y presentada como un tremendo error.

La cuestión admite, al menos, dos análisis. Para la industria española se trata de una operación de alcance, en la que Vicente Fernández, presidente de la SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales), habría presionado con razonamientos estratégicos del grupo estatal, defendiendo la solvencia técnica de su participada Indra (la SEPI tiene el 20% en Indra), para que se le adjudicara el goloso paquete, reclamando que la decisión potenciaría la industria nacional. Fernando Abril Martorell, su presidente ejecutivo, habría utilizado también su influencia ante el Ministerio, con los mismos o parecidos argumentos: “decisión más cercana, ventaja más segura”.

Desde la posición exclusivamente técnica,  es un reto inmenso, pues, hasta el momento, Indra solo se ha cualificado como fabricante de las tarjetas electrónicas del Eurofighter; y otras empresas de las que figuran como posibles compañeras de viaje, tienen también que ampliar su juego de cintura actual: ITP -la otra empresa española con relieve en el sector- ha fabricado las toberas de los dos propulsores; y la propia Airbus España, en su factoría de Getafe, ha fabricado bajo plano una de las alas del ingenio.

Para las relaciones con los socios internacionales, el asunto presenta también aristas, aunque cada país defiende -me da la impresión que cada vez con mayor brío- sus intereses nacionales. Así sucede con el grupo francés Dassault (fabricante del caza Rafale, y que puso en el mercado satisfactoriamente con desarrollos propios). Esta empresa tecnológicamente potente, junto a Airbus, había contribuido a la generación del grupo Thales, con la intención de reconformar el panel de proveedores logísticos a la industria de defensa europea.

Algo se cruzó desde el momento en que España -y, sobre todo, Alemania- reclamaban insistentemente que se dejaran las opciones de reparto de los paquetes en que se descompusiera el programa en manos de las administraciones públicas de cada Estado, y no dejando la decisión con interposición de Airbus, a quien las empresas más cualificadas criticaban por venir haciendo la distribución de las subcontrataciones, atendiendo más a criterios e intereses propios que a facilitar la cualificación de la posible competencia futura.

En este maremágnum de intereses y oscurantismos, la relación entre Dassault y Airbus parece ahora también cuestionada. En realidad, es otra lucha de David contra Goliat o, si se prefiere, de Lacoonte contra sus propios hijos y sobrinos. Porque la primera, con sus algo más de 11.000 empleados y una facturación de 4.800 Mill de euros,  parece mentalizada para encontrarle el gusto a la emancipación de la dependencia del gigante Airbus (rival a salvo de la tremenda diferencia de tamaños), que da empleo a 129.000 empleados y supera los 60.000 Millones de euros de facturación. Frente a Airbus, Indra, con una facturación total de 3.100 Mil de euros en 2018 (1.200 en su división de transporte y Defensa) es una enana y ojalá no le falte la calidad de la honda (valga la metáfora); hoy por hoy, tecnológicamente, la desproporción respecto a sus colegas internacionales es bastante evidente.

Por la parte teutona, la empresa alemana con más posibilidades de ser la receptora del paquete alemán es la antigua filial de Airbus, Hensoldt, que pertenece al fondo de inversión KKR. Por cierto, se ha especializado en radares, sistemas ópticos electrónicos y en aviónica, en competencia con la experiencia de la propia Indra.

No será, pues, un camino sencillo, ni transparente. La capacidad técnica de Airbus es incuestionable y no tiene parangón en la industria de Defensa. Así se ha querido que fuera, además. Podemos, pues, estar asistiendo a un desmembramiento controlado del gigante, con pérdida de sustancia técnica , aunque no parece que la gran capacidad de Airbus y su experiencias puedan ser sustituidas sin fisuras ni riesgos de desencajes, a corto y tal vez, ni siquiera a largo plazo.  No resulta sencillo hacer un diagnóstico desde la barrera. Tradicionalmente, las interrelaciones entre las empresas del sector de defensa son intrincadas y poco transparentes.

Si se recuerda la historia, en el año 2000, la empresa pública francesa Aerospatiale of France, junto a DaimlerChrysler Aerospace de Alemania y Construcciones Aeronáuticas SA conformaron la llamada European Aeronautic Defence and Space Company (EADS), que hasta el año 2014 fue el accionista mayoritario en la primera Airbus. Aerospatiale mantiene, hoy por hoy, el 46 por ciento de Dassault, que controlaba Airbus hasta 2014; en sucesivas ventas, Airbus redujo su participación en Dassault hasta el 9,87 por ciento en diciembre de 2018, año en que anunciaron la voluntad de colaborar conjuntamente en el desarrollo del FCAS que deberá estar a punto en 2035/2040. Todo este esquema societario parece cuestionarse ahora.

En fin, como dicen los reporteros de noticias de alcance, “estaremos atentos”.


Los estrildas y bengalíes son pájaros exóticos, muy coloreados, con pico cónico grueso, y alas cortas, que avanzan por el suelo a saltitos, dando la impresión de que arrastran los pies. El de la fotografía es un estrilda de carita naranja (estrilda melpoda) que, como su nombre vulgar indica tiene una máscara naranja y obispillo rojo (oculto en la instantánea). La localización de este ejemplar, propio del centro de Africa, en Fuerteventura, evidencia que ha ido introducido por algún viajero.

 

 

Publicado en: Actualidad, Defensa, Empresa, Industria Etiquetado como: Abril Martorell, airbus, Alberto Fernández, avion de combate, Dassault, EADS, eurofighter, FCAS, Indra, KKR, Rafale, SEPI, Thales, Vicente Gutiérrez

El sector Defensa como vía eficiente para crear actividad y empleo (5)

8 julio, 2019 By amarias Deja un comentario

Como ya he recogido con anteriores, la Base Industrial y Tecnológica de Defensa (BITD) que recoge el Catálogo de la Industria de Defensa 2019-2020, publicado por el Ministerio del ramo, enumera 528 empresas de las que 373 han facturado algún producto o servicio en 2017, llegando en conjunto a la cifra de negocio de 6188 Mill. €.

Para ser “clave para la seguridad y soberanía nacional” como se explicita en la Presentación de ese Catálogo, la cifra aparece como extremadamente pobre. Con una plantilla de 295.000 empleados en actividades vinculadas a la defensa (2017), contabilizando incluso los empleos indirectos, la situación no hace sino reproducir, a nivel sectorial, el problema intrínseco de nuestra industria: su insuficiente dimensión en comparación con los países a la cabeza tecnológica y su atomización, ya que el 83% de las empresas son pymes, con menos de 25o personas en plantilla.

Si se bucea en la información disponible acerca de las capacidades de las empresas del listado, se pueden extraer las siguientes conclusiones:

  1. Entre las empresas del sector terrestre, como fabricantes de vehículos, se citan Aucar Tráiler SL, GDELS Santa Bárbara Sistemas SA, Iveco España SL, Proytecsa Security SL, URO Vehículos especiales SA, VT Proyectos SL, Iturro SA, destacando  General Dynamics European Land Systems Santa Bárbara Sistemas S.A., con más de 700 empleos y su participación en los programas VCR8x8 Piraña 5 (Vehículos e combate sobre ruedas), y el ASVOD (vehículo blindado de cadenas cuya versión española es el Pizarro).
  2. En el sector naval, como fabricantes de buques militares se encuentra a Abance Ingeniería y Servicios SL, Astilleros Gondán SA, Construcciones Navales Freire SA, Navantia SA, Rodman Polyships S.A.U. y Seaplace SL, siendo Navantia, empresa filial de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), la que posee, de largo, la mayor capacidad y experiencia en la fabricación de buques de combate.
  3. En el sector aeroespacial, la única referencia como fabricante de aviones es la de Airbus (Airbus Defense and Space S.A.U.-ADS- y Airbus Helicopters España S.A.U.). ADS es una de las diez mayores compañías mundiales de defensa, y líder en Europa en aviones militares de ala fija  y aviones de combate. Entre sus desarrollos está el A400M (avión de transporte militar), el A330 MRTT (para reabastecimiento en vuelo) el Eurofighter Typhoon (EF2000) (el mayor programa militar de adquisiciones de Europa) y los C-295 y CN-235 (para misiones militares y civiles). Por su parte, Airbus Helicopters ofrece los NH90 (para transporte táctico) y el Helicóptero TIGRE (de ataque y escolta).(continuará)
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    El verderón común (chloris chloris) pertenece al grupo, teóricamente bien conocido por todos, de las “aves del jardín familiar”. Es un fringílido del tamaño de un gorrión, con determinantes pico y patas de color rosado. E verano, el macho es, -por supuesto- verde, siendo la hembra más apagada , y sin las bridas negras del macho.
    Los fringílidos verdes son especies confundidas por los observadores principiantes. El juvenil de verderón común es de color más pardo que el adulto -más cercano en aspecto, a la hembra-, con el pecho tenuemente estriado.
    También tiene el pecho estriado el jilguero lúgano (carduelis spinus) , cuyo macho tiene el píleo con plumas negras, a modo de casquete que se prolonga en frente y bridas. El macho de serín verdecillo (serinus serinus) tiene amarillo anaranjados la cabeza y el pecho, y presenta un pico más pequeño, cómico. La hembra, más apagada, mantiene el dibujo facial de la especie, con mejillas más pálidas que el rostro, lo que le da un aspecto “austero”.
    El macho de verderón común de mi fotografía lleva en el pico una extraña madeja de hilos muy finos de plástico- con las que tapizará el nido, generalmente situado en un árbol bajo, y en el que la hembra depositará ente 4 y 6 huevos de color azulado pálido. Por la luz de la instantánea, no se distingue el color oscuro de la cola, cuyas puntas son bifurcadas: sí, en cambio, se percibe el color amarillo distintivo de las coberteras y la zona cloacal.

Publicado en: Actualidad, Defensa, Industria, Ingeniería Etiquetado como: airbus, armamento, avion de combate, defensa, Navantia

El sector Defensa como vía eficiente para crear actividad y empleo (4)

23 junio, 2019 By amarias Deja un comentario

Según la publicación Espacio 2017 (Anuario del sector espacial en España), en la TEDAE se integran 19 empresas con dedicación a ese concreto sector, con participación en los programas Galileo, Copernicus, Vigilancia del Espacio (SST) y Comunicaciones Gubernamentales por Satélite (Govsatcom), además del I+D Horizonte 2020.

En su conjunto, esas 19 empresas emplean 3.359 personas (datos de 2017), un 8,6 % del total europeo, capitaneado por Francia y Alemania, que cuadriplican y duplican, respectivamente, nuestra dotación de personal. Los datos incluyen el Reino Unido, con 3.722 personas.

El volumen de negocio de este subsector es aún muy pequeño: solo 851 millones de euros, y evidencia una alta facturación media por empleado (252.000 euros/persona) y una fuerte componente de investigación y desarrollo (12% en i+d+i)

En realidad, conforma un complejo modular que pretende ser integral y completo, con varios componentes: el modem Proteo, la antena satelital AirPatrol, la antena Janus, el nodo de comunicaciones seguras, como elementos más significativos.

El Anuario de la Industria Aeroespacial 2019, publicado a principios de junio de 2019, pone de manifiesto la importancia de los contratos emanados del Ministerio de Defensa en el desarrollo de las principales empresas del sector.

Indra obtuvo unos ingresos de 3104 millones de euros en 2018 y con sus 43.000 empleados es, de lejos, la mayor empresa del rubro aeroespacial. Cuando se analiza con algún detalle el Anuario, se pone de manifiesto que la mayoría de las empresas que figuran en su Directorio -magnífica referencia, con datos de contacto de las 230 empresas del sector, y, en algunos casos, información sobre facturación y empleo- están interrelacionadas en términos de contratista-subcontratado, y participan en unos pocos proyectos de relevancia.

El sector aeronáutico español, en su conjunto, como es conocido, es muy dependiente de Airbus. La directora del Anuario de la Industria Aeroespacial (Eva Cervera), recoge la opinión de Manuel Huertas, Presidente de Airbus Operations en España, que advierte  “nubarrones” sobre el idílico escenario en el que se ha movido la industria durante 2018 y se prevé mantenga en 2019, atribuidos al desplazamiento del centro de gravedad del tráfico aéreo hacia Asia y Oriente Medio.

El flujo del tráfico del tráfico aéreo es solo un factor más, de los que tiene carácter determinante, que refleja el aumento de iniciativas asiáticas, y el crecimiento de ese mercado en la doble dirección importadora-exportadora. El caso especial, por el momento, es el de China, que está realizando un esfuerzo colosal para constituirse en fabricante principal o prácticamente exclusivo para atender a sus necesidades, tanto en aviones civiles como militares y, complementariamente, también en el equipamiento aeroespacial para satélites, drones y cualesquiera otros artefactos y elementos vinculados al desplazamiento, observación, y a medios tanto de defensa como de ataque, que tengan como soporte el éter.

¿Qué correspondería hacer desde España? El reto para el sector español es inmenso y pasa, en mi opinión, por mantener un encaje proporcional en los proyectos europeos, que garantice el mantenimiento de los niveles de excelencia alcanzados, el desarrollo de una intensa actividad comercial exterior que permita conseguir cartera suficiente, con base en las referencias europeas y, no en último lugar, conseguir la integración de los centros de desarrollo regionales para evitar redundancias inútiles y competencias en el desarrollo de productos idénticos, que cabe calificar de despilfarro consentido.

La dispersión de objetivos y de las líneas de investigación y desarrollo, así como la duplicidad de las dotaciones para investigación, parece deducirse si se asume que España dispone, entre otros, del Parque Tecnológico Aeroespacial de Andalucía, -que se jacta de ser el único parque científico y tecnológico europeo dedicado en exclusiva a esa industria-, el Cluster aeronáutica de Castilla-La Mancha, el Clúster Aeroespacial de la Comunidad de Madrid, el Clúster Aeronáutico.Aeroespacial y defensa de la Comunidad Valenciana. la Asociación Clúster de Aeronáutica y Espacio del País Vasco, la Fundación CTA de Alava, el Clúster Aeroespacial de Aragón, entre otras iniciativas y públicas y privadas.

(continuará)


Una bella pareja de ánades friso (anas strepera) reposa sobre una estructura en la laguna de Pitillas (Navarra). Se trata de anátidas de porte elegante, aunque no muy vistosos. El macho (en este caso, también la hembra, a la derecha de la foto) muestran la mancha blanca en el espejuelo que es distintiva de la especie, junto con el extremo posterior negro.

El macho es parecido, aunque más pequeño, al ánade azulón, del que se diferencia claramente por el vientre blanco, bien definido. Más difícil es la identificación de la hembra si no se encuentra, como en este caso, con su pareja. El macho está entrando en época de eclipse, que comienza en mayo (la época en que tomé la foto) y se prolonga hasta septiembre, en que termina la muda.

 

 

Publicado en: Defensa, Industria Etiquetado como: clúster, Copernicus, defensa, Galileo, Industria aeroespacial, industria de defensa, investigación, SST, vigilancia del espacio

El sector Defensa como vía eficiente para crear actividad y empleo (2)

6 junio, 2019 By amarias Deja un comentario

La Primera Edición de FEINDEF se acogió al lema “Tecnologías para una Sociedad más Segura”, y se reconoce con el objetivo de acercar al pública en general -pero también al resto de la Administración pública- ese concepto poliédrico, interpretado ad libitum (es decir, como a cada uno le venga en gana) de la “cultura de Defensa”. Los organizadores de esta magnífica Feria incorporan un elemento sustancial: la cultura de Defensa como cuestión de Estado.

Ante todo, es de justicia felicitar a Angel Olivares, Secretario de Estado de Defensa (en funciones), a Gerardo Sánchez Revenga, Presidente de AESMIDE y a Jaime de Rábago (Presidente de TEDAE), cabezas visibles de este evento tan oportuno y cuya celebración solo cabe calificar de éxito. No es mi valoración personal, sino la de todos los expositores con los que tuve ocasión de hablar: no lo hice con los ciento cincuenta (ni venía al caso), pero sí con algunas decenas.

Volví a casa cargado de catálogos, revistas y documentos explicativos sobre las líneas más relevantes del sector. Un ejercicio de transparencia y claridad informativa en el que participaron, claro está que también por la cuenta que les tiene, los responsables de las asociaciones, empresas y mandos de las Fuerzas Armadas.

Como considero que es elemento central de la visión que puede adquirirse de nuestro sector de Defensa, pongo énfasis personal en  la opinión del Almirante Santiago Ramón González Gómez, responsable de la Dirección General de Armamento y Material (la DGAM)- En la entrevista que le hace la publicación “Perfiles IDS”, expresa que aún queda camino por recorrer en la centralización de los programas de compra e interlocución con la industria del sector, que se ordenó en 2014.

Como a los mandos militares, maestros en el ejercicio de la discreción y la prudencia, hay que intentar interpretarlos entre líneas, me parece percibir que hay alguna resistencia entre los responsables de las Fuerzas Armadas para comunicar claramente sus necesidades a la Dirección General, siendo además preciso incrementar la dotación en personal y mejorar la cualificación -imagino que ya muy alta- de los funcionarios integrados en la DGAM, para consolidarla como “cliente único” del sector privado de armamento y material.

El tejido industrial español en defensa tiene -siguiendo con mi lectura libre de esas declaraciones- dos carencias: una, la inexistencia de grandes empresas, aunque disponemos de pequeñas y medianas empresas capaces para integrarse con sus especialidades en programas más amplios que, por tanto, estarán dirigidos por consorcios extranjeros (del tamaño de Lockheed Martin, BAE Systems, Thales  Northrop Group (citadas por el Almirante). La otra carencia está en la necesidad de aumentar la transversalidad del sector, activando el intercambio del soporte científico entre las Universidades, los centros de investigación y las empresas.

La superación de ambas carencias tiene que ver con el incremento de las dotaciones económicas para el sector, es decir, con el incremento de presupuestos dedicados a Defensa. Esos recursos no van a servir solo para proyectar el sector hacia la modernización, integrando las capacidades en los nuevos equipos y medios que son precisos para unas Fuerzas Armadas modernas, sino, también, para revisar y poner al día los equipos existentes aún utilizables, necesitados de una puesta a punto que les permita recuperarse de la crisis dotacional de la que provienen.

Por supuesto, la actualización y mejora de las cualificaciones y experiencia del personal que ha de utilizar esos equipos es imprescindible, pues resulta imposible olvidar que la escasez de recursos ha disminuido drásticamente la dotación para prácticas de uso del armamento y material y no se ha podido atender a los programas de mantenimiento preventivo como hubiera sido preciso.

(continuará)


El herrerillo capuchino (parus cristatus) es una avecilla -tiene menor tamaño que el gorrión- de comportamiento y aspecto simpáticos, que, a pesar de su llamativo copete, no es tan fácil de avistar. La razón fundamental es su hábitat específico, pues prácticamente solo se encuentra en bosquetes o bosques de coníferas.

Este herrerillo, junto con su pareja, ha decidido instalarse en los parajes de la Casa de campo de Madrid y sus idas y venidas para conseguir alimentación para la nidada, me han proporcionado la satisfacción del curioso (diríamos en francés, voyer) durante varios minutos. El de la fotografía es el macho, pues la hembra estaba ocupada en la incubación, de la que, en esta especie, es la única responsable.

 

 

Publicado en: Actualidad, Defensa, Industria

El sector Defensa como vía eficiente para crear actividad y empleo (1)

5 junio, 2019 By amarias Deja un comentario

 

Mientras oigo los tambores y timbales que, ora preludian nuevas elecciones generales, ora anuncian la inmediata investidura del atleta Sánchez, me pregunto si nuestros representantes políticos, además de esforzarse por tomar posiciones que les garanticen un salario apetitoso en los próximos cuatro años, van teniendo más clara la manera de poner letra y música al objetivo de crear actividad y empleo para todos los demás, que debería estar en la parte más alta de las tareas que tendrían que asumir las Cámaras.

La tarea es compleja y no puede dejarse a la improvisación, ni a la coyuntura internacional ni, mucho menos, al azar. Porque aunque parezcan existir fuerzas misteriosas que sostienen la economía, los devotos de la disciplina sabemos, aunque no siempre se nos quiera escuchar, que esto no es así: el futuro se trabaja con tiempo, y confiar en que los demás nos ayuden a sacar nuestras castañas del fuego (si no es para darse un atracón con ellas) es un ejercicio de ilusos, máxime en este momento de la coyuntura en el que los Estados de mayor tamaño están ocupando sin remilgo alguno las mejores posiciones frente a la perola del concierto económico mundial.

Me quiero salir de los tópicos, en lo posible. Doy por supuesto que necesitamos una reforma educativa, elevar el nivel medio de la enseñanza media y, sobre todo, de la universitaria, y resolver de una vez por todas la cuestión de la formación dual, convenciendo de paso al personal joven de que hay empleo y satisfacción en muchas profesiones que no exigen pasar por la Universidad, que, por si no lo saben, no garantiza ni el primero ni la segunda.

Doy por supuesto que necesitamos la activación de los centros de investigación, analizar su coordinación, proponer vías efectivas de colaboración público-privada y dotar de becas y buenos salarios para que no se nos vaya la excelencia por la puerta de la emigración despechada.

Y, en fin, antes de entrar en la harina que promete el título de este comentario, advierto a quien quiera escuchar, que el sostenimiento y, en su caso, la mejora del estado de alto bienestar en el que nos encontramos, obliga a serios planteamientos de impulso empresarial. Porque con subvenciones no sostendremos el edificio: hay que crear actividad empresarial de éxito, apoyar a las iniciativas privadas en sectores clave y, desde luego, activar la inversión en infraestructuras y mejora o reforma de las existentes. Todo ello con señales claras al inversor (presente y futuro) de que su esfuerzo es valorado social y políticamente.

El conocimiento preciso de los recursos y posibilidades del país, en cada uno de los sectores -fortalezas y debilidades- es elemento sustancial para perfilar con garantías las líneas de futuro. No podemos ignorar, desde luego, que España forma parte de una estructura superior, la Unión Europea, con la que le unen lazos importantes y,, seguramente, duraderos. Pero no podemos lanzarnos sin ninguna reserva en brazos que califiquemos como amigos, pues los intereses particulares prevalecerán siempre que entren en conflicto con los generales.

La Industria de Defensa ha celebrado en Madrid, entre los días 29 y 31 de mayo de 2019, la FEINDEF, presentada como International Defence and Security Exhibition. Ha sido una oportunidad excelente para calibrar el nivel de nuestra industria de Defensa, sus perspectivas y conseguir algunos elementos de referencia para su comparación internacional.

La Base Industrial y Tecnológica de Defensa (BITD) española, según información que recogí en la Feria, representa una facturación ligeramente superior a los 6.000 Mill. de euros (aproximadamente, el 4,4% del PIB interior bruto de la industria manufacturera nacional (aquella industria que se ocupa de transformar materias primas -sector primario de la economía- en productos y bienes listos para la distribución o el consumo)

El dato en sí no es para tirar cohetes. El sector industrial español necesita un fortalecimiento. Con un 16% en 2018 la aportación al PIB nacional (que en 2018 se cifró en 1,2 billones de euros) no consigue acercarse a la recomendación del Consejo de la UE (el 20%) y cada vez está más lejos de la de Alemania (28% y 3,4 billones de euros de PIB nacional).

(seguirá)


Una hembra de gorrión alimenta a su cría, ya talludita y volantera, pero que permanece vinculada a la sobrealimentación que le proporcionan sus progenitores.

El final de primavera proporciona al observador ornitológica una gran variedad de escenas que no es posible encontrar en otras épocas del año. En primer lugar, porque la existencia del nido -en donde son incubados los huevos y luego alimentados los polluelos hasta que alcanzan suficiente autonomía para abandonarlo-, determina un lugar fijo al que acuden regularmente los progenitores y, con discreción, permite al curioso obtener una información sobre el comportamiento de padres e hijos, pautas de alimentación y, si posee una cámara adecuada, conseguir fotografías claras sobre la morfología de las aves adultas, tanto del macho como de la hembra (en el caso, que es habitual, en que ambos progenitores alimenten a la camada).

En segundo lugar, esta época del año es pródiga en actividad y es más frecuente encontrar aves que es imposible ver el resto del año, bien porque son migrantes que solo acuden a nuestro territorio para anidar, o porque la necesidad de alimentar más bocas les obliga a estar más cerca de las fuentes de alimentación y exponerse más.

 

 

 

Publicado en: Actualidad, Defensa, Economía, Industria Etiquetado como: actividad, defensa, FEINDEF, industria, PIB

Militares, empresarios y jueces en política

27 marzo, 2019 By amarias Deja un comentario

La incorporación de varios altos miembros de las Fuerzas Armadas (no en activo) en lugares preferentes en las listas de  partidos que presentan candidatos a las elecciones del 28 de abril de 2019, ha vuelto a levantar la polémica acerca del significado que puede darse a la movilización política de quienes han ocupado hasta muy recientemente puestos relevantes en los Ejércitos.

Las Fuerzas Armadas tienen constitucionalmente la obligación de ser apolíticas, pero este mandato al colectivo no vincula individualmente a sus miembros, a los que -al margen de consideraciones estéticas- nada impide pertenecer a un partido político y apoyar su programa como crean conveniente y les permitan sus organizaciones, en tanto sus expresiones públicas se mantengan en el respeto a la Constitución y las leyes.

Lo que me lleva a dedicar algunas líneas a la cuestión no es el hecho en sí de que cinco ex generales (cuatro en las filas de Vox y uno en las de Podemos, aunque el antiguo JEMAD Julio Rodriguez no figura cómo candidato en estas elecciones) hayan saltado a la palestra de mostrar el trasfondo de armario de sus afinidades ideológicas, sino qué haya podido motivarlos, a ellos y, sobre todo, a sus mentores, para dar ese paso. Estas consideraciones pueden servir (bajándolas al nivel que el lector crea oportuno) para aquellos oficiales y jefes de los Ejércitos cuya incorporación a la política activa ha sido presentada poniendo de manifiesto expreso su vinculación militar.

Y por tiro lateral, se podrían aplicar a empresarios y profesionales de éxito en sus campos y, en esa línea, a jueces y magistrados que abandonan la toga y las puñetas (siquiera sea por la puerta de la excedencia provisional) para pasear su palmito por los escenarios haciendo de palmeros de políticos que se postulan para ser jefes de Gobierno.

Creo que es un error sacrificar la neutralidad pública de la trayectoria personal, asomando el careto en apoyo de una ideología o programa. No es lo mismo que te llamen para formar parte de un gobierno como independiente experto, que confesarse fiel a un Partido, sin que me importe el signo.

En el caso de los empresarios, parecen haber quedado atrás aquellos tiempos tempraneros post aprobación de la Constitución, en los que muy destacados paladines de los negocios privados afirmaban que no les importaba quien gobernase, con tal de que lo hiciese bien.

Y no solo creo que es un error personal el dedicarse a la política cuando se viene de esferas profesionales en donde se debe ser neutral ante las ideologías (por imperativo legal, obligación del organismo de pertenencia o conveniencia para el propio negocio). No veo la ventaja para los partidos que incorporan a militares, jueces y empresarios, en la supuesta esperanza de que les consigan más votos, le den más visibilidad o sirvan de refuerzo a algunas líneas programáticas (p. ej: defensa de la unidad de España, alardear de honestidad y presentar voluntad de perseguir la corrupción, exhibir capacidad de gestión).

La política es una profesión, exige una formación y una disposición personal y apoyo de partido. Los buenos profesionales de otros oficios y beneficios , pueden y deben ser excelentes consejeros y asesores de los políticos. Pero  mejor, desde la sombra. La exposición pública quema sin remedios y se convierte, con alta probabilidad, en un broche desgraciado a una carrera meritoria.

—

Estas palomas coloreadas fueron fotografiadas en Taberna (Almería), en donde existen unos estudios cinematográficos-ahora en tiempos leves- en donde se rodaron grandes éxitos de la filmografía para devotos de western y de las pelis de fondo histórico.

Me imagino que los propietarios de estas aves las pintan para distinguirlas y para evitar que un cazador las mate creyéndolas salvajes. Son palomas de raza y de competición. Estas se habían arremolinado en torno a un señuelo depositado en el suelo. Varios lugareños observaban su comportamiento, aunque no fui capaz de entender lo que les extasiaba.

 

Publicado en: Actualidad, Defensa, Política Etiquetado como: elecciones, jueces, Militares, política, políticos

Carta abierta a la Ministra Margarita Robles

22 enero, 2019 By amarias Deja un comentario

Querida Ministra de Defensa:

Te ruego, ante todo, disculpas por el tratamiento confianzudo. No nos conocemos más que “de vista”, pero prefiero no encabezar mi carta con el formulismo de “estimada”, pues, tratándose de alguien ahora dedicada a la política, no deseo ser interpretado (ni bien ni mal) por razón de un ambiguo adjetivo calificativo.

Más justificada está la proximidad gramatical entre colegas al ser yo también licenciado en Derecho, aún reconociendo que mi currículum no soportaría la comparación con el tuyo, plagado de reconocimientos y méritos.

Parece ser que, además de por tu excelente trayectoria profesional, entre las razones no curriculares que contaron para tu designación como Ministra de Defensa por el actual presidente español, Pedro Sánchez, se encontraba la de tu calidad de persona ajena al escalafón militar. Después de siete meses de ejercer la más alta posición sobre las delicadas cuestiones que afectan a las Fuerzas Armadas y a la Inteligencia, pocas cosas te serán ya ajenas, dada tu capacidad y perspicacia.

Permite, sin embargo, que desde los entresijos de la llamada sociedad civil, en la que los militares suelen situarnos a los que no tenemos ni tuvimos vinculación laboral, funcionarial ni política, con los Ejércitos, exponga mi posición respecto a algunas cuestiones que afectan a la organización de la Defensa española.

No pretendo ser original. Me guía el deseo de expresar las inquietudes y reflexiones propias de un ciudadano preocupado por las cuestiones que afectan al devenir de las guerras  y la defensa de la población y territorio en el que  desea mantenerse con libertad y sin sobresaltos, frente a los enemigos (reales, potenciales o imaginados) de ese orden. También me interesa expresar cómo entiendo que esos valores deberían ser apreciados por el ciudadano desarmado.

Creo que estamos todos de acuerdo en que la organización y gestión de las Fuerzas Armadas no puede ser enfocada desde una posición de partido político. La Política de Defensa ha de ser apolítica, consensuada por la mayoría ciudadana y, en la medida de lo posible, transparente.

En relación con ello, he escuchado muchas veces -seguro que tú, miles de ellas- que es importante que la ciudadanía tenga una “cultura de Defensa”. El término no es una entelequia, pero me parece que no existe  consenso en lo que significa la aplicación práctica de este concepto y, por ello, supongo que tampoco existe acuerdo sobre lo que implica definir los dos elementos que lo componen: “cultura” y “defensa”.

Si se refiere el término a la traslación a la ciudadanía, con trasparencia, de los asuntos que podrían afectar a la independencia del país, a su seguridad interna y externa, a los riesgos detectados o futuros para la paz, al número y dotación de los efectivos humanos y medios materiales para la defensa de la población y territorio ante los peligros que la puedan perturbar y, en fin, a la identificación de las tecnologías, procedencia de las mismas, y dotación para las inversiones que permitan abordarlos con solvencia, seguramente todos estaríamos de acuerdo en que hay que conservar alguna reserva.

Si se tiene consciencia de que el enemigo potencial existe y tiene los medios para eventualmente poner en riesgo la paz y la seguridad que queremos mantener, resulta obligado un cierto nivel de secretismo. No se deben enseñar las cartas propias a quien puede hacernos daño. El enemigo potencial debe saber que tenemos forma de defendernos a nivel igual o superior al de su capacidad para atacarnos.

La cultura de defensa habrá de referirse, pues, a propiciar aquellos elementos de simpatía y confianza hacia quienes se ocupan y ocuparán de defender ese orden. Y ello pasa por la creación y mantenimiento de un alto nivel de empatía con las fuerzas de seguridad del Estado, trasmitiendo la tranquilidad a la población de que nuestros representantes, políticos y funcionariales, saben cómo actuar ante los riesgos y amenazas.

Me gusta, como a ti, la teoría, pero mucho más aún me atrae la realización práctica de las ideas. Puedo imaginar unas Fuerzas Armadas ideales, a nivel de las mejores del mundo (aunque me faltaría conocimiento concreto de las tecnologías más avanzadas) y, por eso, soy consciente de que nos encontramos en la necesidad de definir nuestra posición, no como país intermedio, sino como un país pequeño, con menos de cincuenta millones de habitantes y cuyo atractivo estratégico para terceros es su ubicación en el extremo occidental de Europa y su cercanía al Africa magrebí.

Desde esa perspectiva, el riesgo de conflicto podría venir del vecino del que nos separa una corta distancia geográfica y una gran diferencia en PIB (Marruecos), país en el que tenemos dos enclaves geográficos históricos (Ceuta y Melilla, “ciudades autónomas”), y desde el que incluso la visión de las Islas Canarias podría aparecer como una ambición territorial apetitosa.

Si a alguien le parecen elucubraciones estas reflexiones, le recordaría las dificultades de la metrópoli para defender agresiones territoriales de las posesiones alejadas, ya fueran Cuba, Puerto Rico o Filipinas, o, en órdenes no solo militares, la desastrosa gestión de los intereses de la población local en el Sáhara occidental, el abandono apresurado de la “provincia de ultramar” -así la estudiábamos los ancianos de la tribu- que fue la región de Sidi Ifni, y, como ejemplo traído con alfileres, pero posiblemente significativo de la ignorancia de las distancias que separan la falsa creencia de la realidad factual, la chusca e inexplicable referencia al meridiano de Greenwich al que el ex ministro de Industria Soria hizo pasar por Canarias.

No dudará nadie que debemos disponer de unas Fuerzas Armadas suficientes para cumplir con el objetivo que se acuerde. ¿Cuál es ese? Me da la impresión de que en relación con este asunto se actúa desde la inercia o, peor aún, desde el inmovilismo. No se quiere reconocer, menospreciando que la situación mundial ha cambiado, que los riesgos para la paz no son los mismos que hace una década y, que los bloques económicos -que son los que, a la postre-, determinan los intereses y, en consecuencia, señalan la dirección para las amenazas, se están reorganizando.

Un país pequeño debe contar con alianzas estables y firmes con los poderosos. No tengo duda de que, por razones históricas, geográficas y económicas, la Unión Europea es esa referencia. Pero si falta la unión económica o está debilitándose la que había, la situación de vulnerabilidad aumenta y, desde ella, no puede construirse una Unión de Defensa. En el fortalecimiento de la unión económica ha de verse la base para una política de defensa común europea, en la que, por supuesto, debe haber una jefatura única, subordinada al poder político europeo, una distribución de responsabilidades y una total coordinación respecto a las inversiones, tipo de armamento, investigación tecnológica y efectivos humanos. También, coordinación absoluta en la diplomacia internacional.

Estamos lejos de ese desiderátum y, por lo tanto, somos colectivamente, vulnerables y, en lo que a España se refiere, particularmente frágiles. Nuestra fragilidad se incrementa desde la percepción de que es precisa una dotación importante en armamento y equipamiento relativamente avanzado, que no producimos, que no podemos pagar y, lo que es más grave, no tenemos dotación para mantener.

Te pediría, ministra, que exijas a quienes saben del tema, que te concreten, sin ambages, sin circunloquios, desde la total libertad pero con la máxima seriedad, qué tipo de equipamiento (humano, material, tecnológico), se necesita para responder ante aquellos riesgos concretos que los expertos en defensa y diplomacia internacional hayan detectado. Que esos expertos trabajen en sus recomendaciones en dos niveles: la consecución de una autonomía suficiente frente a las amenazas más singulares y cuyo riesgo se vea como más personalizado, y la integración de los medios propios en la defensa frente a los peligros y actuaciones que se consideren europeos.

No es asunto menor el análisis profundo de la situación del personal de las Fuerzas Armadas. La carrera profesional del personal de tropa y marinería, de los oficiales y jefes, exige una revisión que es urgente abordar. Para hacer esta afirmación tan delicada me baso, sobre todo, en la rápida evolución tecnológica, que ha hecho aparecer nuevas oportunidades y riesgos, y que supone un entronque, muy superior al tradicionalmente admitido, entre la estructura empresarial civil y la militar. La gran mayoría de las tecnologías son ya, irreversiblemente, de doble uso: las comunicaciones, los materiales, la energía, el transporte…no pueden considerarse ni militares ni civiles.

Las amenazas no vendrán, con mayor probabilidad, sobre el terreno: serán aéreas, se transmitirán como virus informáticos, captación de información, mensajes encriptados, drones, misiles teledirigidos e indetectables. El desarrollo y conocimiento preciso de la energía nuclear -para usos pacíficos como militares- obliga a convencer a la población de que no podemos abandonar su control, desarrollo y uso. Lo mismo cabría decir de la imperiosa necesidad de coordinar las investigaciones y desarrollos en materiales especiales, transporte híbrido, reutilización de residuos, aprovechamiento máximo de recursos, etc.

Y sí, es necesaria la concienciación y participación de la población civil en este esquema. Hay que educar, en particular a los jóvenes, en los conceptos de solidaridad, seguridad, patriotismo, valores. No se está haciendo bien, y no soy derrotista al expresar esa tremenda carencia. Si no sabemos apreciar lo que tenemos, lo que cuesta mantenerlo, no podremos defenderlo. Me parece imprescindible el encaje entre lo militar y lo civil. En todos los órdenes. Se que muchos militares de carrera hablan de la vocación militar, y lo hacen con orgullo, pero no me parece que exista tan diferenciada. No creo en las vocaciones. No puedo imaginar que exista una vocación para defender la Patria y, en su caso, morir por ella.

Nadie desearía morir por defender unos valores ambiguos, indefinidos, pero seríamos capaces de defender con uñas y dientes lo que afecta a la integridad de nuestra familia, a lo que perjudicaría nuestro bienestar de manera irreversible, lo que impediría nuestro desarrollo como personas, lo que nos supusiera la pérdida de esferas de libertad que consideráramos sustanciales. Y tú, como jurista, como magistrada, sabes bien que el derecho fija un marco de convivencia pactado o impuesto desde la autoridad, pero, en su aplicación, debe ser la última ratio: lo deseable es que todo ciudadano cumpla la ley sin necesidad de que se le sancione.

Querida ministra, tienes un trabajo importante ante ti y no vas a tener tiempo para acometerlo. Sin embargo, te cabe la opción y tienes por ello la responsabilidad, de abrir el camino para que se logre un consenso en el papel a desarrollar por las Fuerzas Armadas, en la definición de las bases de la carrera profesional de sus funcionarios (sin fantasías, con salarios dignos, con objetivos claros), en la apertura pública de una discusión sobre lo que es una cultura de defensa (sin teoricismos, sentimentalismos, ni medias verdades) y, en fin, en la imperiosa necesidad de integrar la política de defensa en una política de Estado.

Gracias por haber llegado hasta aquí, ministra. He dejado muchos temas en el tintero, de ellos, una buena cantidad también importantes. Los expertos de verdad te ampliarán, con seguridad, ese elenco de asuntos que deben figurar en la cartera de Defensa e Interior. Si no les estás preguntando, hazlo y, por favor, cuando se convoque un debate en el que participen sobre cuestiones que atañen a esas cuestiones clave de tu departamento, no te vayas después de inaugurar la Jornada, quédate a la discusión o promuévela desde tu despacho.

Con todo respeto


La fotografía, tomada en otoño en Villafáfila (Zamora) recoge a un grupo de grajillas (corvus monedula) en vuelo hacia los dormideros comunales. Tienen el pico grueso de los córvidos y son gregarias y estridentes. Se distinguen de otros córvidos de color negro (chovas, cornejas, cuervos, grajas, etc.) por su menor tamaño y, sobre todo, por el ojo blanco. También, vistas de cerca, por su plumaje gris plateado en la nuca.

 

Publicado en: Actualidad, Cultura, Defensa, Ejército Etiquetado como: carta, defensa, ejército, Europa, fuerzas armadas, interior, Margarita Robles

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