Al socaire

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El cáncer, de gira por España

28 octubre, 2022 By amarias Deja un comentario

El 27 de octubre de 2022 terminaba en Madrid el Tour del cáncer (“Conocer para curar”), que organizó la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) con la colaboración especial, e inestimable por su alto valor, del catedrático Carlos López Otín.

La gira, que se viene produciendo desde hace dos meses, ha llevado el mensaje de la importante labor que viene prestando la Asociación por más de veinte ciudades españolas. Creo que Mieres, población de la región que ha acogido desde hace décadas los trabajos docentes y de investigación del muy laureado profesor, fue la primera de la serie.

La conferencia central fue siempre responsabilidad del profesor Otín, que presentaba su último libro “Egoístas, inmortales y viajeras (Las claves del cáncer y de sus nuevos tratamientos: conocer para curar ” y que, según se dijo, había destinado todos los derechos de autor a la AECC. Como el libro se está vendiendo como rosquillas, adivino que serán muchas las ediciones y grande el beneficio de la generosa aportación, que servirá para potenciar una obra benéfica, aún mal conocida y todavía envuelta en el halo misterioso de la falta de información, el miedo atávico a los tumores y, en mi opinión muy particular, necesitada de una revisión, ya que no de sus objetivos generales, de su priorización y control.

El acto tuvo lugar en el Salón de Actos del Colegio de Médicos de Madrid, un escenario magnífico y con un aforo muy importante, pero con el terrible hándicap para las espaldas de los asistentes de no contar con asientos con respaldo, sino ofrecer simplemente un banco corrido, de dura madera, incómodo, convertido en instrumento de tortura para los que acudieron a la llamada de la AECC, no pocos de ellos, enfermos de cáncer y otras patologías.

Con anterioridad  a la presentación de López-Otín, Ramón Reyes, presidente de la entidad convocante, también bioquímico, hoscense de la misma localidad y hasta compañero de pupitre del generoso ponente, hizo un resumen de los principales datos de la Asociación, que cuenta con más de mil empleados, un número superior a 4.000 voluntarios, que colaboran en labores de apoyo a enfermos y familiares (entre otras funciones) y que ingresó más de 100 millones de euros, algo menos de un 60%, procedente de los socios o afiliados, siendo uno de los principales coadyuvantes en la investigación contra el cáncer, muy necesitada de estímulo económico oficial. (Nota: escribo de memoria y la responsabilidad de las puntualizaciones es exclusivamente mía).

La Conferencia fue muy entretenida, y había sido preparada con esmero e inteligencia por el brillante investigador, nacido en Sabiñánigo (Huesca) en 1958. Apoyado en cientos de fotografías y videos, hilvanados con el atractivo de una historia apasionante y bien contada, enganchó al público asistente (seguramente, más de 400 personas), que aguantó sin pestañear el suplicio inesperado de un espacio carente de comodidad para los muchos. Hubo datos, seriedad en el relato, humor por momentos y mucha información, destinada a una audiencia básicamente relacionada con el padecimiento de la enfermedad (en propias carnes o próximas), a las que obsequió con un mensaje de esperanza: sabemos cada día más y mejor en cómo dominar por algún tiempo el avance de la entropía en el desarrollo celular, pero no nos engañemos. No somos ni seremos inmortales.

Vivir mejor está, sobre todo relacionado con el conocimiento, la solidaridad con los demás, la tranquilidad de espíritu y, por supuesto, con la asunción de nuestra naturaleza finita, con billones de células en cada organismo, cuya función individual no controlamos, y algunas de las cuales mutan, provocando tumores que serán capaces, si no podemos eliminarlas o detener su crecimiento realizado a costa de destruir a sus vecinas, de provocar nuestra muerte (y, por ende, la suya). Una amenaza inherente a nuestra debilidad natural que, sin embargo, sabemos cada vez más cómo tratar: más del 50% de los cánceres se curan hoy día y, aún más muchos de los incurables aún, pueden convertirse en enfermedades crónicas. Los avances en el conocimiento de esas entidades egoístas, viajeras, inmortales, que son generadoras de parte del desorden cósmico que, como resultado del crecimiento de la entropía, no nos dará las claves de la eternidad (no falta que hace), aunque nos proporcionará la satisfacción de saber más de nuestra naturaleza.

A la entrada del acto, me encontré con Carlos López-Otín, a quien no conocía personalmente, y me presenté. “Te va a gustar la conferencia”, me dijo. No se equivocaba. Igual que a los cientos de asistentes, a los miles que han escuchado sus conferencias, me gusta cómo se explica, con dotes de divulgador científico excepcionales, que potencia con la realidad de su labor investigadora cuajada de éxitos. Es físicamente atractivo, lo sabe y lo cuida, con un aspecto solo en apariencia desaliñado o “casual”; es un seductor (especialmente, como comprobé, entre el público femenino).

También me explico que tenga algunos enemigos: aquellos a los que guía la envidia por el nivel que son incapaces de alcanzar.

Publicado en: Actualidad, Cáncer, Investigación Etiquetado como: AECC, cáncer, Carlos López Otín, Colegio de Médicos, libro, Madrid, Ramón Reyes, Tour del Cáncer

Día mundial de la poesía

21 marzo, 2022 By amarias Deja un comentario

El 21 de marzo se celebra el Día Mundial de la Poesía y, como poeta y lector de poemas, no puedo menos que festejar esta efemérides con unos versos. Es un Soneto, dedicado a la Primavera e incluido en mi libro Sonetos desde el Hospital.

El pasado viernes, en el Centro asturiano de Oviedo se anticipó esta celebración, impulsada allí por el polifacético Graciano García, que sigue empeñado en hacer de mi ciudad natal la Capital Mundial de la Poesía. Ni más ni menos. Varios ilustres asturianos leyeron poemas de sus autores predilectos. Hubo también algún poeta invitado que leyó, por supuesto, los suyos. Margarita Collado, hasta hace poco vicepresidenta de la AECC, con un denso currículum de servicio a Asturias, leyó algunos de mis Sonetos. No pude estar en ese acto -tampoco fui oficialmente invitado-, pero mi afecto y mi devoción estaban por alli.

A la Primavera

Rota la reclusión tras tensa espera
surge al fin, orgullosa de su alarde,
alargando la luz, la primavera.
Despierto del letargo, el campo arde

convirtiendo en verdor la sementera.
Por ganas de vivir, será la tarde
triunfo del placer y, aunque se esmera
invierno en que respeto se le guarde,

florecerán cerezos, será la era
de nuevo el vergel que amamos tanto
y en la rama del naranjo más somera

harán mirlos su nido, y con su canto
contagiarán de alegría zalamera
el ánimo triunfal que me levanto.

(@angelmanuelarias, Sonetos desde el Hospital, 2019)

Publicado en: Asturias, Cáncer, Personal, Poesía Etiquetado como: angel manuel arias, Centro Asturiano, Dia Mundial de la Poesía, Graciano García, Margarita Collado, Oviedo

Poco que celebrar

4 febrero, 2022 By amarias 5 comentarios

Hoy, 4 de febrero, es el Día Mundial del Cáncer, que celebran conjuntamente la Organización Mundial de la Salud y el Centro Internacional Contra el Cáncer. Este año 2022 han elegido el lema: “Por unos cuidados más justos” (“Closing the care gap”, en el inglés original).

He tenido ayer mismo mi premio particular para que la celebración tenga sentido especial para mí. Me fue comunicado el resultado del último TAC (siglas de Tomografía Axial Computarizada). Una de mis dos metástasis ha vencido las barreras del tratamiento y ha vuelto a crecer. Tengo, como se dice en el argot convencional de médicos y pacientes, “muy mal pronóstico”, para indicar que carezco de posibilidades de supervivencia a corto plazo en el actual conocimiento de la ciencia.

No quiero entrar en más detalles, no por reserva personal ni inexistente pudor (más abajo en este Comentario incluyo una selección de los artículos que dediqué al cáncer, a la investigación oncológica y a las carencias que subsisten en la detección y tratamiento de esa grave enfermedad, cuya realidad se ha superpuesto a muchas dolencias mortales, que antes eran diagnosticadas con otros nombres y que hoy se sabe que son tumores).

Me voy a detener hoy en glosar el lema elegido por los impulsores de esta falsa celebración, pues es evidente que no se celebra una enfermedad cuya extensión progresa continuamente y por la que, aunque ha habido indudables avances, todavía fallecen anualmente en el mundo miles de personas. Casi diez millones en 2020, con el doble de pacientes diagnosticados de algún tumor en el mismo período. En España, ha habido 109.706 defunciones por cáncer en 2020 (dato del Instituo Nacional de Estadística), en una lista encabezada por los tumores de pulmón y sistema respitatorio, colon y páncreas. Se cumple la mágica proporción de que en ese año se diagnosticaron el doble de casos en relación con el número de fallecidos.

El lema de este año es una necesidad, una obligación, un reto. Sin embargo, no podemos ser optimistas. No se cumplirá, porque no hay voluntad, ni información, ni capacidades económicas y técnicas. Según el lugar del mundo y el tipo de tumor (eso, si se detecta), varían dramáticamente las posibilidades de obtener un tratamiento adecuado que prolongue la vida, consiga -si es posible- la cronificación del tumor o proporcione los cuidados paliativos que hagan más llevadero -al paciente y a sus allegados- el tránsito por la enfermedad hasta la muerte,

Tampoco en España podemos decir que no necesitamos que se reflexione y avance por conseguir unos cuidados más justos según las Comunidades Autonómas y los Hospitales en ellas. Es decir, empleando la traducción directa del lema en inglés, más ajustada al propósito que debe primar, a saber, eliminar las diferencias que existen en los tratamientos del cáncer según países, medios hospitalarios, niveles económicos.

  1. Como objetivo global prioritario: hay que superar la situación de que los Estados más pobres ofrecen menos opciones de detección y tratamiento
  2. Según la disponibilidad económica de los pacientes en un mismo país: los ricos tienen más posibilidades de supervivencia, al poder acceder a tratamientos más caros y más avanzados
  3. Según el centro médico o el equipo oncológico que los trate, dentro de un mismo país. No todos los hospitales está  igualmente equipados, no todos los facultativos tienen la misma información, experiencia, dedicación. No en todos los sitios se dispone de los fármacos y tratamientos más avanzados.

Buen día, mi cáncer. No te tengo miedo y sé que no estoy solo para tratar de vencerte. Te ha salido desde hace un año un hermano gemelo, que también crece en mí y que es aún más peligroso, porque no se conoce aún cómo tratarlo, es decir, cómo vencerlo o cronificarlo.

Queridos pacientes de cáncer. Os deseo de corazón que la investigación de los tumores avance a gran velocidad y que los hallazgos lleguen a todos y, por tanto, que no tengamos que lamentar tanto dolor, tanta angustia por su causa. Somos conscientes de que hacen falta muchos más recursos, más investigación, aún mejores capacidades. Se ha avanzado, desde luego, pero en esta carrera, el enemigo a batir corre que se las pela.

Nota. Si el lector escribe la palabra “cáncer” en el apartado de búsqueda, aparecerán varios de los Comentarios que dediqué a este tema desde que mantengo vivo este blog. Hace ya casi quince años. Estos que figuran a continuación son una pequeña muestra.

CONVIVIR CON EL CÁNCER – Al socaire (angelmanuelarias.com)

Entendiendo mejor el Cáncer de vejiga

Ante el Día Mundial contra el Cáncer

El análisis genómico como clave para tratar el cáncer

Publicado en: Actualidad, Cáncer Etiquetado como: AECC, Asociación Contra el cáncer, cáncer, Centro Internacional Contra el Cáncer, closing the care gap, Día Mundial del Cáncer, OMS, Por unos cuidados más justos, tumor

De gira poética por Asturias

8 noviembre, 2021 By amarias 4 comentarios

Fue todo algo improvisado, pues pretendí aprovechar mis desplazamientos desde Madrid, para participar en dos actos cuya programación me venía impuesta -el día 15 de octubre en Zamora y el 29 en Oviedo- y cumplir con el compromiso de presentar mi libro de Sonetos desde el Hospital en Avilés, que se había visto impedido por la pandemia de la COVID 19, y que tenía fijado, con el apoyo de Armando Arias (presidente de la Asociación Cultural La Serrana) y Joaquín de la Buelga (La Caravana del Verso) para el día 28 de octubre.

Entre medias, tenía que volver a Madrid para recibir el día 25 la sesión correspondiente al tratamiento oncológico que me han pautado y asistir el 26 a una reunión de trabajo.

Se me ocurrió que podría ser una buena ocasión para presentar mi intención de publicar un libro que recogiera todos mis poemas, y hacerlo en mi ciudad natal. Con la ligereza, rayana en la desfachatez, de los que vivimos fuera, que nos hace pretender que las puertas de donde provenimos estarán siempre abiertas para acogernos,  pedí a María José Iglesias (gerente del Club de Prensa de Asturias) que me dijera si me podía conceder un espacio en el codiciado Salón de Actos de la Nueva España. Resultó imposible. Oviedo estaba, justo en esas fechas, orientado a los fastos por la entrega de los Premios Princesa de Asturias y proliferaban actos por doquier.

Tuve suerte. El siempre atento Joaquín de la Buelga, me advirtió de la posibilidad de hacer la presentación en la Biblioteca Pública Pérez de Ayala, en el Fontán, el lunes, 18 de octubre y me gestionó con los responsables de su Salón de Actos los permisos pertinentes.  Como resultado, contando con la presentación del gran periodista Carlos Rodríguez y la colaboración como lectores de mis poemas de muy buenos amigos, cogidos prácticamente a lazo (Sara Murias, Ana Arguelles, Margarita Collado, Juan Secades, Carlos Ibarguren, Joaquín de la Buelga, Tachi Oviedo y Miguel Alarcos) celebré la comunicación de la primicia, con casi todas las plazas de la sala ocupadas. No fue mi poder de convocatoria el que obró el milagro, ya que no hubo mayor difusión del acto -salvo la entrevista matinal de José Miguel Echéver, de la Voz de Asturias- sino el buen hacer de familia y conocidos a los que invité directamente.

Venía yo de haber conmemorado, el 15 de octubre, en MontelaReina (Zamora), la terminación, hacía 51 años, del segundo campamento de milicias. Los cuarenta compañeros de entonces hicimos la obligada visita a las abandonadas instalaciones y, luego, nos fuimos a comer al restaurante El Castillo, un complejo hotelero que subsiste, seguramente, a base de alimentar las nostalgias cuarteleras. Invitamos al delegado del Ministerio de Defensa en Zamora, coronel González Martín, que, junto al que fue teniente de uno de los campamentos, hoy coronel retirado, Magín Alvarez, fueron la presidencia militar de la comida. El alcalde de Toro, Tomás del Bien, nos acompañó en la visita al Campamento y disculpó su ausencia en el yantar, por ineludibles obligaciones.

La organización, presidida por Antonio Fernández Peña, me concedió el privilegio de pronunciar unas palabras, que improvisé, pasando por alto que llevaba unos folios preparados, que no me pareció adecuado leer.

De vuelta desde Madrid, cumplí con el compromiso de presentar mi libro Sonetos desde el Hospital en la villa del Adelantado el 28 de octubre. Joaquín de la Buelga leyó siete sonetos, con acompañamiento musical, y la emoción que pone a todas las cosas. Hubo un coloquio, moderado por Armando Arias, que sirvió para aclarar algunos aspectos de mi actividad como  poeta enfermo de cáncer (que me precio en distinguir de la opción enfermo de cáncer que escribe versos, con la que estoy lejos de identificarme).

Al día siguiente, en la Escuela de Minas y Materiales de Oviedo, con la presencia del director actual, Javier Iglesias y del anterior, Francisco Blanco, celebramos el 50 aniversario de haber terminado la carrera, en donde tuve también ocasión de pronunciar unas palabras que igualmente improvisé. Javier Iglesias preparó un magnífico parlamento y mi compañero José Carrasco nos obsequió con varios libros, editados por él, sobre el estado de la metalurgia y la minería en el siglo XV, incluida una brújula magnética primorosamente reproducida.

Mi periplo por Asturias terminó en Oviedo, el día 3 de noviembre en el salón de Actos del Club de Prensa asturiano (La Nueva España), en la que la presidente saliente de la AECC de Asturias (Margarita Fuente) y su vicepresidenta (Margarita Collado) presentaron los resultados de ocho años de trabajo al frente de la Asociación que da servicio y apoyo a los pacientes oncológicos asturianos. Me cupo el honor de ser invitado para dar una conferencia sobre “Convivir con un cáncer, instrucciones de uso”. Era un resumen de mi libro con ese título, en donde recojo consejos para pacientes, familiares y personal facultativo.

Esperaba una asistencia masiva al acto de Oviedo y, para mi sorpresa, a la convocatoria solo acudieron miembros de mi familia y varios amigos íntimos. Porque no hubo publicidad en prensa y, al parecer, los 14.000 socios de la AECC asturiana tenían tentaciones más fuertes que escuchar lo que podía decirles la directiva saliente.

En resumen, unas jornadas intensas, que me han cansado físicamente -no estoy para muchos trotes- y me han dejado un agradable sabor de misión cumplida.

Publicado en: Actualidad, Cáncer, Personal, Poesía Etiquetado como: AECC, Ana Arguelles, angel arias, Antonio Fernández Peña, Armando Arias, Asociación Cultural, Carlos Ibarguren, Carlos Rodríguez, Club de Prensa de Asturias, convivir con un cáncer, Joaquín de la Buelga, José Miguel Echéver, Juan Secades, La Serrana, Magín Alvarez, Margarita Collado, Margarita Fuente, Miguel Alarcos, Montalereina, Salón de Actos, Sara Murias, Sonetos desde el Hospital, Tachi Oviedo

CONVIVIR CON EL CÁNCER

23 octubre, 2021 By amarias 2 comentarios

Como es sabido, durante el mes de noviembre, bajo el impulso de la acción colectiva MOVEMBER, se pretende dar mayor visibilidad a los tumores urogenitales masculinos.

Fiel al propósito de ayudar a esa concienciación, de manera clara, distendida y también, por qué no, poética, el 28 de octubre, jueves, a las 19 horas, pronunciaré una Conferencia sobre el tema: “CONVIVIR CON UN CANCER. INSTRUCCIONES DE USO”.
Será en el HOTEL 40 NUDOS (Antiguo Hotel LUZANA), AVILÉS, calle de la Fruta, 9,

El Acto será introducido por Armando Arias, presidente de la Asociación Cultural La Serrana.
Juan José Fernández Díaz, Decano del Colegio de Ingenieros de Minas del Noroeste de España y Margarita Collado Fernández, Vicepresidenta de AECC (Asociación Española Contra el Cáncer), ofrecerán unas palabras que servirán de presentación del autor y del propósito de la Conferencia.

La Conferencia versará fundamentalmente sobre mi experiencia como paciente oncológico, ofreciendo una Guía de comportamientos para pacientes, acompañantes y personal facultativo. La intención es abrir un debate amplio y distendido sobre la visión que la sociedad tiene sobre el cáncer, que afecta a la inmensa mayoría de la población, de una u otra forma.
Con posterioridad a la conferencia, Joaquín de la Buelga Prendes (Cofundador del grupo “La Caravana del Verso”) leerá siete poemas del libro “Sonetos desde el Hospital” con acompañamiento musical preparado por Rodrigo Alperi (profesor, cantante e instrumentista). Los beneficios previstos de la venta del libro fueron destinados, ya en 2019, a la AECC de Asturias.
La entrada será libre hasta completar el aforo.

Publicado en: Actualidad, Cáncer Etiquetado como: AECC, angel manuel arias, Armando Arias, Asociación Cultural la Serrana, Avilés, cáncer, Caravana del verso, Colegio Ingenieros del Minas del Noroeste, Convivir con el cáncer, Joaquín de la Buelga, Juan José Fernández Díaz, La Serrana, Margarita Collado, Sonetos desde el Hospital

El análisis genómico como clave para tratar el cáncer

12 julio, 2021 By amarias Deja un comentario

No se si entre los lectores de este blog son mayoría los que, especialmente en las cuestiones que afectan a las enfermedades graves -el cáncer, por ejemplo- prefieren confiar en que los oncólogos y especialistas que les atienden en su patología, sin intentar conocer cuáles son -aunque fuera de manera sucinta- los fundamentos del tratamiento que están recibiendo.

Mi curiosidad me lleva, como un imán, a tratar de entender qué es lo que sucede en mi organismo, en especial, en relación con los tumores que padezco. Voy, por lo demás, bien servido. Esta actitud me lleva a buscar entre los avances científicos -acelerados, potentes, muy activos, numerosos- aquellos que sitúen mi patología en los niveles del conocimiento actual y sus tratamientos óptimos.

Como ya hice notar en otras ocasiones, dependemos en España, en gran medida, de las farmacéuticas: ellas son las que invierten en investigación oncológica, que orientan a la obtención de beneficios. Existen en nuestro país algunos centros de investigación genómica que permiten aventurar interesantes resultados futuros, además de generar la capacidad actual para interrelacionarse con investigadores de los centros punteros, servir de contacto cualificado con las farmacéuticas y tratar de formar equipos propios. La experiencia clínica de nuestros oncólogos es fundamental para entender mejor las consecuencias de los procesos terapéuticos en cada paciente y dudo que en el exterior nos ganen en empatía con el paciente y capacidad de aprendizaje.

Hace unos días recibí información sobre el análisis genómico de la biopsia de mi tumor vesical, uno de los dos que padezco. La muestra biológica puso en evidencia que tengo pérdida de la enzima PTEN (fosfatidilinositol.3,4,5-trisfosfato 3- fosfatasa) que actúa como catalizador en la reacción de hidrólisis del grupo fosfato del carbono 3 del trisfosfato, en la que se libera fosfato y se trasforma en bisfosfato. La pérdida o mutación de esta enzima es un indicador tumoral, que está presente en el 20% de las muestras tomadas en la prostatectomía radical y en el 50% de los tumores resistentes a la castración (el mío).

La pérdida de PTEN y, por tanto, de su funcionalidad, lleva a la activación del proceso PI3K-AKT, pues el gen es regulador principal del mismo, en cuestiones clave como el crecimiento celular, el metabolismo, la motilidad, la supervivencia y la apoptosis (la muerte celular programada. La activación aberrante del proceso PI3K/AKT promueve la supervivencia y proliferación de las células tumorales en muchos cánceres humanos.

El papel de este proceso es clave en los cánceres de próstata, en particular, en asociación con la detección del receptor de andrógenos. (AR). El receptor de andrógenos es un factor de transcripción nuclear, multipresente, que en ausencia de ligante permanece en el citosol ligado a las proteínas de choque térmico. Muchos ligantes actúan con el , aunque los ligantes nativos son los andrógenos y la testosterona. El AR es necesario para la proliferación, supervivencia e invasión en los procesos cáncer de próstata, aunque se desconoce aún el mecanismo en que se pierde el equilibrio entre la proliferación y la muerte celular en las células tumorales.

Las PI3K son una familia de kinasas que regulan las actividades anabólicas y catabólicas de la célula a través de la fosforilación de los grupos hidroxilo.  La activación del proceso PI3K está presente en el 30% de los cánceres primarios de próstata y en el 60% de los cánceres de próstata resistentes a la castración. El reconocimiento de este papel ha conducido al desarrollo de inhibidores específicos, como la abiraterona/prednisona y el ipatasertib, en algún caso en combinación con docetaxel. Lamentablemente, en pocos meses, los pacientes desarrollan invariablemente resistencia al tratamiento.

La investigación, pues, prosigue para vencer estas dificultades, con nuevos fármacos y en la selección de tratamientos que sean específicos a las características genómicas concretas de cada paciente.

Publicado en: Actualidad, Cáncer, Medicina Etiquetado como: abiraterona, análisis genómico, apoptosis, cáncer, docetaxel, enzima, investigación, ipatasertib, PI3K, PTEN, receptor de andrógenos

Exhibiendo mis miserias entre narcisos y tulipanes

29 abril, 2021 By amarias 11 comentarios

La naturaleza me ha obsequiado con dos cánceres metastásicos, de distinto origen y naturaleza. Un cáncer de origen prostático con metástasis ósea y un cáncer de origen desconocido aparecido en el urotelio vesical y que afecta a nódulos linfáticos del retroperitoneo y, por tanto, también metastásico.

Hace más de cinco años que son un paciente oncológico. Procuro no pensar mucho en ello, pero la realidad se muestra terca en múltiples “detalles”: necesidad de frecuentes visitas al oncólogo, al urólogo y al traumatólogo, varias operaciones, participación en más de cuatro ensayos clínicos, instalación de PICC y de reservorio, bolsas vesicales, infecciones, etc.

En estas circunstancias, no dependo solo de mi voluntad. Me ayuda la asistencia sicológica de mi esposa, familia y amigos, porque procuro mantener una vida activa, tanto en lo profesional como en el cultivo de mis aficiones.  No quiero presumir, porque no soy el mismo. Pero en estos cinco años, he asistido a muchas conferencias y pronunciado algunas,  he mantenido abierto el bufete, escrito varios poemas, (que recopilé en dos libros: “Sonetos desde la crisis” y “Sonetos desde el Hospital”, -del que edité mil ejemplares, cediendo íntegramente los beneficios a la AECC-). También terminé una novela de 400 páginas (“Con Vencidos”), pendiente de publicación, espero que no eternamente.

Desde luego, las visitas regulares al Hospital me han condicionado. No solo afectó a la actividad profesional, sino a  las vacaciones y desplazamientos, míos y de mi familia. La pandemia ha supuesto, también, una influencia negativa adicional.

He tenido tiempo, claro, para pensar en la muerte. La adecuación a la idea de la muerte, incluso próxima, es una consecuencia del severo diagnóstico, pero la certeza de la propia muerte viene con el ADN de la vida, sobrevive con ella.   Recomiendo el libro de la Dra. Mannix -responsable de cuidados paliativos durante muchos años en un Hospital- “Cómo afrontar la muerte con sabiduría”.

El paciente oncológico depende decisivamente de lo correcto del diagnóstico y de lo eficaz y actualizado de los tratamientos. Algunos de ellos se llevan a cabo según los protocolos de ensayos clínicos, en los que se prueba la eficacia de algún nuevo fármaco o una combinación de ellos. Aunque la cabeza visible del equipo multidisciplinar en el que se discuten las pautas es el médico que atiende a las consultas, son varios los profesionales que intervienen. La empatía, claridad y cordialidad con la que actúe ese facultativo (raras veces el jefe del servicio; quizá un residente) son decisivas para crear confianza.

No solo es cuestión de médicos. Son cientos los sanitarios con los que, a lo largo del tratamiento, tendrá que vérselas un paciente oncológico. La relación personal con algunos de ellos -por ejemplo, equipos de enfermería, cirujanos, anestesiólogos, personal subalterno- será incluso superior. Son muchas las visitas para curas, limpieza de PICC o reservorios, estancias en el Hospital de Día para tratamientos, internamientos, análisis, etc.

Para el equipo médico, mantenerse con información actualizada de los avances que se están produciendo continuamente en el terreno de la oncología, es un reto y una obligación.  Supone alimentar contactos multinacionales, extremar el análisis y la comunicación de datos, la asistencia a congresos, investigar directamente, leer, estudiar, informarse. Algo difícil, sino imposible, porque disponen de poco tiempo libre para completar su formación y mantenerse al día.  Sería necesario incrementar esa disponibilidad, dotando de más personal, con menor carga de pacientes por facultativo, incorporando equipos siempre más modernos, revisando al alza los salarios y garantizando la estabilidad de sus puestos y la evolución de sus carreras.

Tenemos excesiva dependencia de las farmacéuticas y de los ensayos clínicos promovidos por ellas, cuyos intereses económicos, en tanto que empresas mercantiles, priman por encima de los atribuibles al bien común. Hay que dedicar más dinero público a la investigación y, en especial, a la investigación oncológica.

A los demás pacientes en mi situación les aconsejaría que no decaigan, ni se depriman. Piensen con esperanza en que los avances de la ciencia oncológica son constantes. Oriéntese hacia su bienestar y el de su familia. Vean la circunstancia con valentía y como oportunidad para dar ejemplo. No por el hecho de estar enfermos, sino para todos, como interesante y necesaria actitud frente al futuro en el que estemos ausentes, hagan testamento y, también, el testamento vital. Pidan y, sobre todo, den afecto.

Participen en redes sociales y asociaciones en donde se tenga oportunidad de compartir ideas, inquietudes, actuaciones, con otros enfermos y con los equipos médicos. Tranquiliza saber que el tratamiento que se está recibiendo es el mismo que el que se ofrece en otros centros hospitalarios y ayuda conocer la situación de otros pacientes, para no sentirse solo y calmar temores y dudas.

Animo, por ello, a pacientes, familiares y a todo el público en general a que apoyen a Asociaciones que se dedican a promover la investigación oncológica y presten ayuda sicológica y de todo tipo (económica, en especial: estar enfermo cuesta dinero y no siempre es posible mantener el empleo) a pacientes con cáncer. La AECC, en España, resulta un institución ejemplar. También recomiendo SOGUG, asociación entre oncólogos y pacientes (en este caso, en el campo genitourinario). Necesitamos más inversión e investigación.

Opino también que es imprescindible unificar los criterios de gestión entre las Comunidades Autonómicas , imponiendo transparencia e igualdad. No debieran existir diferencias de tratamientos y oportunidades para los pacientes oncológicos según su lugar de residencia.

Mayo va ser propuesto como mes de atención al cáncer de vejiga, ese gran desconocido. Como el cáncer de mama, o el de próstata, (que ha conseguido que noviembre (“Movember”) sea el mes de visibilidad para ese tumor masculino), reclama ahora un puesto en las primeras filas de interés. Porque es uno de los más frecuentes y, sin embargo, de los menos investigados y con peor pronóstico.


He incluido dos fotografías de narcisos del Botánico de Madrid. Florecieron a finales de marzo y principios de abril, compitiendo con la fuerza expresiva de los tulipanes. Ahora, estamos en la oportunidad de ver los parterres de lirios. Todavía hay algunos rododendros. Y, sobre todo, se pueden contemplar los cientos de plantas, árboles y arbustos, correctamente identificados, que hacen de este lugar -afectado por Filomena, pero superviviente gracias a profesionales cuidados en lo sustancial- una referencia para amigos del saber con la naturaleza.

Publicado en: Actualidad, Cáncer, Linkweak, Medicina Etiquetado como: angel manuel arias, Botánico, cáncer vesical, Con Vencidos, cuidados sanitarios, enfermería, farmacéuticas, investigación, metástasis, narcisos, oncólogo, próstata, Sonetos desde el Hospital, sonetos desde la crisis, tratamiento

Vacunas

13 abril, 2021 By amarias 2 comentarios

En un momento en el que la sociedad mundial está pendiente de las cifras de avance de la vacunación que deberá inmunizarnos, al menos temporalmente, contra la COVID-19 y sus variantes, debo comenzar precisando que no solo me voy a referir a “esa” vacuna. Pretendo, también, incorporar algún comentario sobre la vacunación contra el cáncer, como un avance prometedor del tratamiento de inmunoterapia.

Como enfermo de cáncer, me encuentro en un “grupo de riesgo”. La carrera desenfrenada por encontrar una vacuna que nos defendiera de esa variante vírica de la gripe, ese coronavirus que ha puesto patas arriba la economía mundial, ha tenido, como es sabido, importantes consecuencias. En un tiempo récord se han desarrollado varias vacunas, todas con grados de eficiencia notables. Los equipos de investigación de las grandes farmacéuticas mundiales han demostrado su eficiencia, y ahora tenemos casi una decena de fármacos -por lo menos-. Eso sí, todos con fórmulas secretas y ofertadas a precios variopintos, desde los dos euros de AstraZeneca hasta los más de 20 euros por dosis de la mayoría.

El negocio de la inmunización impide hablar de la liberalización de las patentes. Hay, por tanto, un problema de fabricación y, también, de distribución, y, como consecuencia derivada, han resurgido -¡cómo no!- las esencias de los egoísmos, individuales y colectivos: primero yo, ante todo mi gente, sobre todo mis ciudadanos.

Las prisas por detener la pandemia han supuesto como riesgo colateral que no se han probado suficientemente los efectos de las vacunas. Se han acortado los protocolos habituales de aprobación de un fármaco, por lo que no se saben bien los efectos a medio plazo y se desconoce cómo reaccionarán los grupos de riesgo y, más concretamente, aquellos individuos que estamos siendo sometidos a tratamiento de quimio o inmunoterapia.

Este es mi caso, entre otros cientos o decenas de miles en España. Nuestro colectivo servirá como forzosa cohorte experimental. Hace unos meses, la indicación era que no nos vacunáramos, por el peligro de interferencia que agravara nuestra situación. Después, se expresó que sería necesario suspender, al menos por veinte días -antes y después de la inmunización- los tratamientos; es decir, perder del orden de dos o tres meses de terapia. Ahora, según las últimas indicaciones,  no será necesario proceder con ninguna salvaguardia. Cuando nos llamen, allá iremos. Eso sí, puede que la llamada sea del Centro de Salud o del Hospital donde estemos siendo medicados. A la llamada que se reciba primero, debemos acudir.

Se aconseja no ser negacionista. La frase de ánimo oficial es que “son mayores las ventajas que los riegos”. En lenguaje paladino: el riesgo de que, por efecto de la debilidad de las defensas, el coronavirus te asalte y mande para la UCI, es más alto que el riesgo de que la vacuna acelere la marcha de tu proceso oncológico o lo desbarate, dotándote de una trombosis galopante o quién sabe que otros maleficios inexplorados. Un juego “Lost/ lost”, aunque, por dar algunas cifras que tranquilicen se dice a los pacientes que el peligro de consecuencias negativas por efecto de la vacuna (sin especificar cuál de las que existen en la oferta) es asimilable a uno cada cien mil, quizás. incluso, de uno entre un millón. Resumiendo: N.P.I. (siento tener que explicar estar siglas, ruego me disculpe el lector: Ni Puta Idea)

Tenía el título de “Vacunas”, desde hace días, preparado para comentar algo muy distinto. Los avances de la inmunoterapia en el tratamiento oncológico han permitido profundizar en lo que se intuía desde hace décadas: el cuerpo humano tiene, en sí mismo, las armas para defenderse de los tumores. Solo hay que descubrir por qué las células cancerígenas se escapan del sistema de vigilancia corporal con el que venimos dotados de origen. Se está, por ello, dedicando especial atención a algunos grupos de cáncer, como el de próstata o el de la melanoma, investigando las vacunas -bien conocidas pará tratamiento de enfermedades como la tuberculosis, la varicela, las paperas…- como un tipo más de inmunoterapia.

Un inmunoterapia especial: la convencional bloquea el antígeno celular T, que inhibe la tolerancia de nuestro sistema inmune a las células tumorales. Sin embargo, las vacunas pretenden conseguir la inmunidad controlando los “Antígenos Asociados al Tumor” (TAA). Estos antígenos son consecuencia de la sobreexpresión de las proteínas que se localizan en la superficie de las células tumorales, aunque también se hallan en algunas células normales (por ejemplo, y no quiero entrar en alardear de pedantería clínica, que no me corresponde, el factor de crecimiento epidérmico)-.

Hay, en perspectiva, dos tipos de vacunas contra el cáncer: a) Los  llamados “autoantígenos”, que son proteínas que obtienen su potencial inmunogénico como consecuencia de su propia expresión singular. Como también se encuentran en células normales, el desarrollo de estas proteínas tiene el peligro de desarrollar autoinmunidad en algunos pacientes.

Por el contrario, b) los “antígenos tumorales específicos” (TSAs) no están expresados en células normales, y son idóneos para ser utilizados como marcadores de los tumores. Se sabe ahora que la mayor parte de los antígenos tumorales son específicos para un tumor de cada paciente concreto, lo que ha conducido a una línea de investigación muy prometedora: desarrollar vacunas personalizadas contra un cáncer del enfermo particular. Hay vacunas en desarrollo que identifican señales anormales en las células tumorales y actúan atacándolas. Otras, añaden o fijan proteínas en la superficie de los tumores -como sucede con las que sirven para atacar los virus-, convirtiéndolos en vulnerables.

En el actual estado de la cuestión, la clasificación habitual de las vacunas se realiza en tres grupos: vacunas de base celular, de tipo proteína/péptido y de tipo general.

Las vacunas celulares son antígenos modificados del tumor o de las células que los presentan. Esas vacunas que modifican el estado celular facilitan la transferencia de antígenos a las células inmunes, dando como resultado la activación celular y la destrucción de las células cancerígenas.

Otras vacunas inducen o pretenden inducir la degradación endógena del material celular. Estos moduladores autofágicos están sirviendo para la investigación de tumores muy agresivos, como el de hígado, páncreas, pulmón o cáncer colorectal, sin que existan aún resultados prácticos comercializables.

Las vacunas con proteínas (péptidos) también están siendo objeto de frenética investigación, de momento, sin eficacia clínica comprobable. Estas vacunas mantienen la selectividad frente al tumor y, por tanto, tienen un bajo riesgo de provocar autoinmunidad. Entre esas vacunas, se incluyen combinaciones de DNA y RNA en pacientes con melanoma, y coadyuvantes que aumentan las respuestas inmunitarias.

Otra clasificación teórica de las vacunas tiene en cuenta el Mecanismo de Acción (MOA, por sus siglas en inglés), que las hace monovalentes, si actúan o pretenden actuar contra una específica TAA, o polivalentes, porque pueden actuar contra varios antígenos.

No todo es tan nuevo. Desde hace más de 50 años el bacilo Calmette Guerin (BCG), un preparado atenuado de Mucobacteriun Bovis,  (como es bien sabido por oncólogos y …pacientes con cáncer de vejiga), está sirviendo para tratar este tumor, en pacientes asintomáticos, aunque se desconoce -al menos, hasta donde yo he podido analizar en la literatura especializada- el mecanismo concreto de acción. Se especula que estimula la respuesta antitumoral.

Ya en 2010, se aprobó una vacuna basada en células dendríticas(sipuleucel-T) para pacientes con cáncer de próstata con altos niveles del ácido prostático fosfatasa, si bien su utilidad comprobada en el ámbito clínico es muy limitada. El procedimiento, llamado leucoforesis, implica retirar células inmunes de la sangre del paciente al menos tres días antes de la reinfusión y añadir una proteína en laboratorio para estimularlas. El coste del tratamiento, que implica al menos tres terapias de reinfusión es prohibitivo (del orden de 90.000 euros por paciente).

En conclusión, los avances en el uso de vacunas para tratar el cáncer, reflejan la complejidad y alto coste de ese tratamiento, por la necesidad de hacer el mismo personalizado. Los resultados dependen sustancialmente de los niveles particulares de capacidad de mutación de los tumores, apuntando a que la expresión de antígenos de un cáncer y su capacidad mutacional son determinantes para establecer la viabilidad de las vacunas. Las posibilidades de utilizar vacunas en pacientes con tumores avanzados parece aún remota.

Por ello, y dado su carácter prometedor, se debe apoyar -con medios económicos y con personal especializado- la investigación de estas nuevas opciones para tratamiento inmunoterápico de pacientes con tumores. Nos va, como especie, la mejor esperanza de vida en ello.

 

Publicado en: Actualidad, Cáncer Etiquetado como: autovacunación, BCG, cáncer, coronavirus, melanoma, péptidos, vacunas

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