Al socaire

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Archivo de septiembre 2019

¿Más España o menos crispación?

30 septiembre, 2019 By amarias Deja un comentario

El desmembramiento de Unidas Podemos se va consumando, como una de las posibles formas de consunción de un partido político que, con seguridad, son estudiadas en las Facultades de Ciencias Políticas. A saber, por la voladura descontrolada de sus propios fundadores. El experimento ha durado algunos meses, ha servido para rellenar mucha tinta y movilizar intereses de todo tipo en torno al proyecto y ahora, mientras los fuegos fatuos se apagan, ha surgido, como un ave Fénix, de las cenizas y derrumbes, un nuevo partido: Más España.

Debo reconocer que el movimiento popular -demasiado rápidamente convertido en populachero- de Podemos, me atrajo inicialmente. Por su frescura, por la calidad oratoria de sus cabezas más visibles, y porque parecían dispuestos a mover el sueño de las izquierdas patrias, incluido el despertar de su sopor al viejuno partido obrero marxista que se había trasmutado en PSOE y que andaba a la búsqueda de un líder.

Iñigo Errejón, coautor de aquel invento académico que fue Podemos, junto a Monedero, Echenique e Iglesias, es ahora el artífice intelectual de un giro hacia la sensatez de esa facción de la izquierda, segregando sus muebles de lo que el presidente en funciones (por poco tiempo) Pedro Sánchez llama ahora, después del frustrado intento de que lo apoyaran por la cara, “extrema izquierda”.

Me parece un error que Errejón y sus seguidores, disidentes con la posición estratégica de Iglesias (Pablo)-Montero (Irene),acompañados por un silente y empequeñecido Garzón (Alberto) y dirigidos por el brillante petulante Echenique (Pablo), hayan elegido como nombre a su invento el de Más España. Pero yo no soy ni político ni estratega. Solo que me suena muy, pero que muy raro, en un momento en que la unidad de España está amenazada por revisionistas y secesionistas, el partido haga apelación a que necesitamos “más” de esa España.

Lo que necesitamos, seguro, es menos crispación, más trabajo, mejores ideas y, sobre todo, más voluntad de entendimiento a todos los niveles. En especial, claro, entre los políticos. He visto publicada  en la prensa la fotografía de los actuales representantes de los partidos principales (a nivel de Estado) y me sugiere, junto a lo que sabemos de ellos, que todos coinciden en algunos cosas: son varones, jóvenes (aunque ya no inmaduros), engreídos, bien parecidos, petulantes, verborreicos, vacuos, vociferantes, más dados a hablar que a escuchar, ignorantes del mundo empresarial y del mercado, listos y también listillos.

Por favor, Iñigo Errejón, ya que pretende Vd. traer sensatez a este guirigay de machos alfa (así se dicen y así actúan), y puesto que ha de saber, desde su indudable perspicacia política que no va a ser presidente de gobierno, pónga a su equipo a trabajar en la confección de un buen programa. Y, como seguro que se habrá leído la propuesta última de Sánchez a su antiguo jefe Iglesias, y que, en mi opinión, tiene mucho de aceptable, trate de mejorarla y completarla.

Han abierto Vds. un portalón para que la derecha retorne al Gobierno de España y les servirá para que, desde una sensata oposición, aspiren dentro de cuatro años a desbancar a Pablo Casado de la presidencia del Gobierno.


Este mirlo de agua acaba de sacar del río en que habita como señor de sus aguas, un plecóptero.

 

 

Publicado en: Actualidad, Política Etiquetado como: Errejón, Iglesias, Más España, nuevas elecciones, oposición, Partido Popular, Pedro Sánchez

Indra contra Airbus

26 septiembre, 2019 By amarias Deja un comentario

La ministra de Defensa en funciones, Margarita Robles, es la cabeza visible responsable de una decisión que representa un cambio de rumbo respecto a la estrategia española en el sector aeroespacial y un golpe de efecto sobre la mesa de contrataciones.

Puede que para quienes tienen una información superficial sobre los avatares de la industria de defensa española, la información no haya alcanzado relieve. Pero lo merece: El gobierno español ha decidido adjudicar la coordinación que le corresponde en el proyecto FACS, futuro avión de combate europeo (incluida concepción y fabricación) a la empresa Indra Sistemas, en detrimento de las expectativas del consorcio Airbus.

Airbus se había encargado hasta ahora del reparto de funciones en el programa Eurofighter, distribuyendo los paquetes de ejecución. España adquirió 87 unidades de esos aviones, por importe de 11.500 millones de euros, y el conjunto de empresas españolas obtuvieron un muy aceptable retorno por la vía de las subcontrataciones. Esta situación toma ahora un giro importante, ya que Airbus se había encargado del desarrollo, (con la colaboración de la francesa Dassault), y de la definición y programación general del FACS, caracterizando los elementos técnicos básicos de ese avión de combate, que aspira a superar ampliamente a su predecesor, en maniobrabilidad, seguridad y eficacia.

Una decisión de esta índole no se improvisa, o no debe serlo, aunque los plazos para concretar el nuevo rumbo estratégico han sido cortos. Parece que la gestación de la posición española tomó velocidad con la incorporación de España al grupo de naciones fundadoras del Proyecto FACS, que ya formaban Alemania y Francia, en un acto de firma que se hizo coincidir con el Paris Air Show de junio de 2019. A pesar del despliegue de Airbus en la Feria Internacional de Defensa y Seguridad (FEINDEF) en el mayo anterior -a la que tuve ocasión de referirme por extenso en este mismo blog – en círculos cercanos al Gobierno se daba por consolidada la posición de Indra como empresa de confianza española.

Obviamente, este cambio de estrategia es vista por la cúpula de Airbus, (con Guillaume Faury como portavoz máximo del descontento, secundado por Alberto Gutiérrez, presidente de Airbus España) como un profundo desengaño, una ruptura de relaciones con el Estado español y presentada como un tremendo error.

La cuestión admite, al menos, dos análisis. Para la industria española se trata de una operación de alcance, en la que Vicente Fernández, presidente de la SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales), habría presionado con razonamientos estratégicos del grupo estatal, defendiendo la solvencia técnica de su participada Indra (la SEPI tiene el 20% en Indra), para que se le adjudicara el goloso paquete, reclamando que la decisión potenciaría la industria nacional. Fernando Abril Martorell, su presidente ejecutivo, habría utilizado también su influencia ante el Ministerio, con los mismos o parecidos argumentos: “decisión más cercana, ventaja más segura”.

Desde la posición exclusivamente técnica,  es un reto inmenso, pues, hasta el momento, Indra solo se ha cualificado como fabricante de las tarjetas electrónicas del Eurofighter; y otras empresas de las que figuran como posibles compañeras de viaje, tienen también que ampliar su juego de cintura actual: ITP -la otra empresa española con relieve en el sector- ha fabricado las toberas de los dos propulsores; y la propia Airbus España, en su factoría de Getafe, ha fabricado bajo plano una de las alas del ingenio.

Para las relaciones con los socios internacionales, el asunto presenta también aristas, aunque cada país defiende -me da la impresión que cada vez con mayor brío- sus intereses nacionales. Así sucede con el grupo francés Dassault (fabricante del caza Rafale, y que puso en el mercado satisfactoriamente con desarrollos propios). Esta empresa tecnológicamente potente, junto a Airbus, había contribuido a la generación del grupo Thales, con la intención de reconformar el panel de proveedores logísticos a la industria de defensa europea.

Algo se cruzó desde el momento en que España -y, sobre todo, Alemania- reclamaban insistentemente que se dejaran las opciones de reparto de los paquetes en que se descompusiera el programa en manos de las administraciones públicas de cada Estado, y no dejando la decisión con interposición de Airbus, a quien las empresas más cualificadas criticaban por venir haciendo la distribución de las subcontrataciones, atendiendo más a criterios e intereses propios que a facilitar la cualificación de la posible competencia futura.

En este maremágnum de intereses y oscurantismos, la relación entre Dassault y Airbus parece ahora también cuestionada. En realidad, es otra lucha de David contra Goliat o, si se prefiere, de Lacoonte contra sus propios hijos y sobrinos. Porque la primera, con sus algo más de 11.000 empleados y una facturación de 4.800 Mill de euros,  parece mentalizada para encontrarle el gusto a la emancipación de la dependencia del gigante Airbus (rival a salvo de la tremenda diferencia de tamaños), que da empleo a 129.000 empleados y supera los 60.000 Millones de euros de facturación. Frente a Airbus, Indra, con una facturación total de 3.100 Mil de euros en 2018 (1.200 en su división de transporte y Defensa) es una enana y ojalá no le falte la calidad de la honda (valga la metáfora); hoy por hoy, tecnológicamente, la desproporción respecto a sus colegas internacionales es bastante evidente.

Por la parte teutona, la empresa alemana con más posibilidades de ser la receptora del paquete alemán es la antigua filial de Airbus, Hensoldt, que pertenece al fondo de inversión KKR. Por cierto, se ha especializado en radares, sistemas ópticos electrónicos y en aviónica, en competencia con la experiencia de la propia Indra.

No será, pues, un camino sencillo, ni transparente. La capacidad técnica de Airbus es incuestionable y no tiene parangón en la industria de Defensa. Así se ha querido que fuera, además. Podemos, pues, estar asistiendo a un desmembramiento controlado del gigante, con pérdida de sustancia técnica , aunque no parece que la gran capacidad de Airbus y su experiencias puedan ser sustituidas sin fisuras ni riesgos de desencajes, a corto y tal vez, ni siquiera a largo plazo.  No resulta sencillo hacer un diagnóstico desde la barrera. Tradicionalmente, las interrelaciones entre las empresas del sector de defensa son intrincadas y poco transparentes.

Si se recuerda la historia, en el año 2000, la empresa pública francesa Aerospatiale of France, junto a DaimlerChrysler Aerospace de Alemania y Construcciones Aeronáuticas SA conformaron la llamada European Aeronautic Defence and Space Company (EADS), que hasta el año 2014 fue el accionista mayoritario en la primera Airbus. Aerospatiale mantiene, hoy por hoy, el 46 por ciento de Dassault, que controlaba Airbus hasta 2014; en sucesivas ventas, Airbus redujo su participación en Dassault hasta el 9,87 por ciento en diciembre de 2018, año en que anunciaron la voluntad de colaborar conjuntamente en el desarrollo del FCAS que deberá estar a punto en 2035/2040. Todo este esquema societario parece cuestionarse ahora.

En fin, como dicen los reporteros de noticias de alcance, “estaremos atentos”.


Los estrildas y bengalíes son pájaros exóticos, muy coloreados, con pico cónico grueso, y alas cortas, que avanzan por el suelo a saltitos, dando la impresión de que arrastran los pies. El de la fotografía es un estrilda de carita naranja (estrilda melpoda) que, como su nombre vulgar indica tiene una máscara naranja y obispillo rojo (oculto en la instantánea). La localización de este ejemplar, propio del centro de Africa, en Fuerteventura, evidencia que ha ido introducido por algún viajero.

 

 

Publicado en: Actualidad, Defensa, Empresa, Industria Etiquetado como: Abril Martorell, airbus, Alberto Fernández, avion de combate, Dassault, EADS, eurofighter, FCAS, Indra, KKR, Rafale, SEPI, Thales, Vicente Gutiérrez

Sonetos desde el Hospital

20 septiembre, 2019 By amarias 2 comentarios

Ya tengo en mi poder los ejemplares de la edición Sonetos desde el Hospital. Me decidí a editar el libro yo mismo, recogiendo en él casi 130 sonetos y doce dibujos a todo color (incluido el de la portada, que reproduzco aquí, en una fotografía que realicé con el móvil y poca luz. Algunos de los sonetos ya fueron recogidos en este blog, pero la mayoría estaban inéditos. Recojo, a continuación, el primero de la recopilación, escrito cuando estaba aún convaleciente en el Hospital. Advierto, sin embargo, para quienes no agrade la temática hospitalaria, que pocos de los sonetos tienen que ver no con la enfermedad, sus cuidados o los estados de ánimo que provoca encontrarse más o menos delicado de salud.

A solas, desnudo y harto dolorido,
veo pasar el tiempo como un lujo
y si rompe el silencio algún sonido,
no aportará a la noche paz o embrujo.

Conteniendo ayes, mi magín estrujo
para escribir dos líneas con sentido
y tantas son las ganas con que empujo
el deseo de verme, aun yendo herido,

liberado de este cuarto de hospital
donde hago de paciente el cometido
que, sin reparar que me siente bien o mal,

por volver a mi sitio preferido,
soy capaz de ocultar que estoy fatal
y copiar de alguien sano el parecido.

El libro se vende a 10 euros, y por cada ejemplar vendido donaré 5 euros a la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC). Como la edición consta de 1.000 ejemplares, si los vendiera todos, como espero, al final de este año o principios del siguiente haré la entrega de un cheque por la cantidad de 5.000 euros a la indicada Asociación.

Espero poder organizar una pasarela de pago para aquellos que quieran adquirirlo con entrega en su domicilio. De momento, puedo enviarlos contra reembolso o, si coincidimos en alguno de los recitales que estoy preparando, haceros la entrega directamente y así podré dedicároslo si lo deseáis.

Gracias por la difusión.

Publicado en: Personal, Poesía Etiquetado como: AECC, angel arias, angel manuel arias, difusión, donación, recital, sonetos, Sonetos desde el Hospital

Viaje al Centro

19 septiembre, 2019 By amarias Deja un comentario

Los partidos con representación parlamentaria han querido volver al principio, aunque con las plumas muy desgastadas, particularmente, después de un verano fatigante. El candidato a la presidencia de gobierno, el socialista Pedro Sánchez, no consiguió cerrar con sus “socios preferentes” -la polícroma coalición [email protected] Podemos, las cláusulas de un acuerdo que le permitiera pasar de gobernar en funciones a funcionar con garantía de estabilidad.

La resistencia férrea a mantener el no a la investidura del “bloque de las derechas” (PP, Cs y Vox), insuficiente por sí mismo a conformar alternativa, quedó, en ese contexto de desencuentro entre las llamadas “izquierdas”, como una posición testimonial -en este envite-.  Por otra parte, el sospechoso apoyo -un término medio entre abstención y concordia- al empecinado Sánchez por parte del grupo que lidera desde la cárcel Oriol Junqueras, una especie de abrazo del oso a la espera de la Sentencia por el Procès, quedó, junto al comprometido sin fisuras por parte del simpático charlatán Revilla, convertido en un portavoz externo del candidato, se suman a la tragicocómica parafernalia que se generó en la toma de posiciones tras los resultados electorales.

Se puede (y debe) analizar las razones del fracaso de los partidos de la izquierda parlamentaria en ponerse de acuerdo en una magnífica oportunidad para consolidar la imagen de formaciones maduras y democráticamente comprometidas, a pesar de la discrepancia ideológica de intensidad. No ha sido así, y quedó puesto de manifiesto, con absoluta claridad, que existe una tensión irresoluble entre el PSOE y lo que quede de la izquierda irredenta, contaminada por un atroz populismo revolucionario.

Tal como lo veo, la oportunidad de gobierno se ha desplazado ahora, y se consolidará con el resultado de las elecciones que han sido convocadas para el 10 de noviembre de 2019, hacia la derecha. El responsable de esta deriva es, en mi opinión, Albert Rivera, que se ha autoproclamado líder de la oposición y que ha desdibujado, hasta convertirlo en una sombra de lo que era, el programa con toques socialdemócratas que había conseguido ilusionar, no ya a sus votantes, sino a algunos de los militantes más cualificados que, cuando advirtieron lo que su capitán traía entre manos, luchando a brazo partido con Pablo Casado y negándole el pan y el agua a Pedro Sánchez, se salieron dando gritos de “¡Fuego, fuego!” por las ventanas de la agrupación naranja.

Como observador desde la distancia que proporciona la neutralidad y la independencia de cualquier partido, aunque comprometido con el deseo de que nuestro país tenga las mejores opciones, debo reconocer que la persona que ha tenido un comportamiento, en todo este proceso, de mayor coherencia y transmitiendo las mejores sensaciones de hombre de Estado, ha sido Pedro Sánchez. Cuando, ya introducido en el inicio de la nueva campaña electoral, en respuesta al portavoz de ERC, Gabriel Rufián, sobre lo que iba a hacer al respecto de Cataluña, afirmó que aplicaría la Constitución, con todas las consecuencias, vi claro que dejaba sus opciones en manos de las fuerzas de la derecha y, en particular, en conseguir apoyos desde Ciudadanos.

Ya que Sánchez no va a tener la mayoría suficiente para ser investido en solitario, sin otros apoyos, y las negociaciones con [email protected] Podemos han dejado tierra quemada entre los propios negociadores y, lo que es más duro, entre los votantes de ambas agrupaciones, lo que intuyo mucho más probable es que tengamos un gobierno a partir de febrero de 2020 con aquel de los dos capitanes de los partidos PP o Cs que se alce con el mayor número de diputados.


Los papamoscas cerrojillo (ficedula hypoleuca), en tránsito migratorio hacia las zonas del Africa trasahariana, han tomado en Madrid algunas plazas. Entre ellas, se pueden detectar algunos ejemplares, en el magnífico Parque Quinta de los Olivos, donde se alimentan de los insectos que pululan en torno a los almendros y olivos del parque, desplazándose de un árbol a otro con un vuelto característico, que parece indicar “aquí estoy y, pero no me cogerás”.

 

Publicado en: Actualidad, Política Etiquetado como: acuerdo postelectoral, Ciudadanos, elecciones, Partido Popular, Pedro Sánchez, política, programa, PSOE, sociedad

Dana

15 septiembre, 2019 By amarias Deja un comentario

Algunas palabras técnicas, que son desconocidas para la mayoría no especializada, se cuelan de pronto, con intensidad, en el lenguaje común, incluso con sus valoraciones eruditas. Es el caso, pongo por ejemplos, de la fractura hidráulica (“fracking”), el índice de referencia de prestamos hipotecarios (“IRPH”), los fibromas y carcinomas (y sus diagnósticos diferenciales), o la “eutanasia pasiva”, la “prisión permanente revisable o la “renta mínima universal”.

Estas últimas semanas, hemos oído hablar mucho de la DANA (depresión aislada en niveles altos), término del argot meteorológico que ha venido a sustituir con fuerza al popularmente asimilado concepto de “gota fría”. En regiones del Mediterráneo español, especialmente en Alicante, Albacete, Murcia, Granada y Valencia, se han sufrido las consecuencias del fenómeno con inmensas pérdidas materiales. Orihuela y su entorno han sido gravemente castigadas.

El fenómeno atmosférico ha supuesto, como cúmulo de desgracia, la pérdida de seis vidas humanas; personas que se encontraron atrapadas en su camino habitual, por rieras rebosadas o aguas fluviales crecidas que, en pocos minutos, anegaron carreteras, derribaron muros, desbordaron alcantarillados y penetraron en las casas aledañas a cauces y calles convertidas en anómalas salidas para el agua torrencial.

La intención inmediata de espectadores y sufridores del fenómeno de achacar al cambio climático los desastres provocados por la dana, ha sido desmentida por historiadores, meteorólogos y climatólogos. Este fenómeno natural no se debe a la elevación de temperatura media del planeta, ni es la primera vez que se presenta en nuestras latitudes. Es más: se produce todos los años, como consecuencia del choque de aire frío polar con el frente cálido y húmedo del Mediterráneo. Varía solo su intensidad como resultado combinado de múltiples circunstancias, y sus efectos pueden aparecer menos dramáticos si no afectan directamente a grandes poblaciones o -como es el lamentable caso actual- se cobran vidas y generan pérdidas graves a particulares.

No quiero sacar punta al lápiz rojo de la desventura, pero la situación sufrida me hace recalar, una vez más, en el problema fundamental de nuestra manera colectiva de abordar la prevención. Prácticamente, ninguna. Estamos poco inclinados a disponer de medios de cobertura, nos acogemos al rito de alertar, incluso con exageración,cuando el peligro es inmediato. Pasamos de actuar para paliar o evitar sus efectos cuando el riesgo es solo una posibilidad. Ya llegará el momento de preocuparse, parece decirnos la voz interior. Y, empeñados en ignorar los equilibrios ante el precipicio, preferimos dedicar nuestro tiempo a disfrutar del presente o, si el cabecilla de turno nos anima, nos entregamos a elucubraciones con poco sentido práctico, adoptando no pocas veces medidas y decisiones fuera de nuestras posibilidades.

No importa ahora discutir sobre el cambio climático, su verdad o sus consecuencias previsibles. El tema que el dana ha vuelto a poner sobre la mesa es inmediato, crucial. Debemos adoptar con urgencia medidas correctoras, preventivas y no solo paliativas, para proteger a las poblaciones en riesgo y a sus bienes de los peligros reales que ya conocemos, porque se han manifestado con anterioridad y tienen caracteres cíclicos o repetitivos.

Pregunto, pues: ¿Por qué se siguen consintiendo, autorizando y, en todo caso, utilizando sin pudor ni castigo las rieras y cauces secos como lugares de aparcamiento? ¿Por qué se construyen y mantienen casas -legales e ilegales- junto a arroyos, márgenes de ríos y zonas costeras y deltas, sin respetar terrenos demaniales, prohibiciones, y pasando por alto la atención a la más elemental prudencia? ¿No hay nadie responsable de limpiar regularmente imbornales y atender a sistemas de alcantarillado o a la recogida de aguas separativa, con la construcción de diques de choque para atender a lluvias torrenciales? ¿Se han calculado bien y se revisan regularmente los estados de acequias, presas, azudes, imbornales, taludes, puentes y sotopuentes, así como lugares de escorrentía? ¿Por qué no se atiende sistemáticamente a la limpieza de orillas de ríos, arroyos y viejos cauces, convertidos muchos de ellos en basureros impúdicos? ¿No es importante atender al desbroce y cortes de maleza de carreteras y vías, eliminando árboles y cualesquiera elementos que puedan significar obstáculos al tránsito?

No estoy hablando del comportamiento frente a la catástrofe. La capacidad de nuestro pueblo para volcarse ante la desgracia no tiene parangón. Se nos despierta, colectiva e individualmente, el ánimo solidario para ayudar a cualquiera que se vea afectado por una fatalidad, en especial si es una catástrofe colectiva. Merece todo aplauso.

Pero como planificadores, y como ejecutores de medidas preventivas, no estamos a esa altura. Desde la calma entre tempestades, nos entretenemos en discutir y proponer teorías fantasiosas sin estudio suficiente, gastamos dineros en acciones desproporcionadas, sin relación con nuestra capacidad económica o técnica, y optamos por ser campeones de las medidas restrictivas y adalides de las inversiones desmesuradas en lugar de preocuparnos por los problemas que demandan atención para que el lobo de la realidad no nos vuelva a morder con su despiadada dentadura.

Busco culpables de la falta de planificación no en el pueblo llano, poco apto para adoptar decisiones colectivas, sino en quienes nos dirigen y han dirigido. Si atiendo a la increíble disputa por sillones, que no por programas, con la que nos han martirizado los representantes que hemos elegido para gobernarnos en el futuro inmediato, me temo que la falta de planificación nos seguirá acompañando. Lástima.


Una abeja (apis mellifica) libando de la flor del limonero puede ser, en este momento, el símbolo de la calidad que hay que proteger y defender del ataque que está sufriendo. La terrible vespa velutina (avispa asiática) se propaga con descontrol por las regiones del norte de España, matando sin piedad a nuestras productoras de miel, causando estragos en sus colmenas. Esta imagen me sirve para recordar que tenemos la obligación de defender lo que nos es propio.

No me parece que en la lucha contra la avispa asiática se esté en el camino de vencer a ese feroz enemigo de la abeja autóctona. Porque el mal no apareció este año ni en nuestro territorio. Los primeros ejemplares se encontraron en Burdeos hace ya una decena de años y son varios desde que se conoce aquí la presencia de este depredador de la cabaña melífera. He leído que se está estudiando la acción del avispón autóctono como enemigo de la avispa asiática, y que se especula sobre la potenciación de la cría de cualquier ave insectívora (desde el halcón y aguilucho abejeros hasta el carbonero común).

Quizá quienes están analizando el problema con seriedad e inmediatez conocen los experimentos realizados en Francia con la mosca conops vesicularis, que anida en el abdomen de la avispa asiática y se alimenta de ella, o del  gusano pheromermis vesparum, que tiene un comportamiento similar. Aquí se están ensayando líquidos dulquérrimos, barreras de alambre y se ataca a los nidos detectados con fungicidas. Está muy bien. ¿Ha pensado alguien en la opción de hacer que las avispas asiáticas captadas vivas se conviertan en portadoras a sus nidos de algún veneno específico, que actúe sobre sus congéneres, en lugar de matarlas una a una?

Supongo que sí.

Publicado en: Actualidad, Ambiente, Asturias, Sociedad Etiquetado como: avispa asiática, avispón, dana, depresión, elecciones, gusano, inundaciones, niveles altos, Orihuela, prevención

Uniformes

10 septiembre, 2019 By amarias 3 comentarios

Han empezado las clases para los escolares de los niveles elementales, y en los hogares con educandos, los desayunos cobran un nuevo ritmo acelerado. Las aceras se pueblan antes de las nueve de la mañana en que se abren las aulas para la docencia, de padres apresurados que conducen a hijos propios y ajenos hacia los lugares en donde se imparte el saber oficial.

Mi horario deportivo (hago una hora diaria de musculación, por prescripción facultativa) se cruza, mientras me dirijo al gimnasio, con esas diminutas huestes con rostros de no haberse despertado del todo, y me detengo en contemplar, al paso, sus uniformes. Todos van uniformados, supongo que con independencia de que la doctrina que les imparten sea por la vía pública, la privada o la concertada.

¡Ah, el uniforme! Los niños de mi generación no llevábamos uniforme, sino mandilón. El mandilón, o guardapolvo era un cúbrelotodo que impedía que nos ensuciáramos el atuendo de vestir con los avatares de las aulas y de los juegos infantiles en las polvorientas calles y plazas en donde entonces circulaban pocos vehículos e, incluso, a menudo se cerraban al tránsito para explotar barrenos con los que se abrían unos agujeros por donde afloraban las tuberías de agua que debían ser cambiadas por otras nuevas.

Ahora se han puesto de moda los uniformes. El uniforme es signo de distinción, en el sentido de diferenciación. Hay uniformes que infunden y proporcionan señal de prestigio y respeto, como las togas judiciales y las militares. Las batas blancas o verdes de los facultativos y resto del personal médico y paramédico son, por supuesto, signo de categoría.

Otros uniformes, por el contrario, proclaman sumisión y servicio: los de las chicas de trabajo doméstico, los jardineros de multipropiedades, los conserjes,…hasta las gorras de plato que aún siguen usando los conductores de vehículos para uso principal de ejecutivos, gentes del Estado y de la farándula mediática, sirven para proclamar la subordinación propia de su trabajo al mandato de otros.

Estos niños de uniforme no saben aún que esos pantaloncitos, blusas, faldas, zapatos y hasta mochilas, en los que van bordados los escudos de las escuelas y colegios que forman parte de uno de los negocios más seguros del mundo real, que es la guardería intelectual y física de los que son preparados para el día de mañana,  los convierten en anuncios visibles, en señales de muchas cosas que pertenecen al lenguaje de adultos.

No me es difícil desentrañar, mientras avanzo hacia mi destino deportivo, esas señales. Infantes y adolescentes que cursan enseñanzas en colegios donde se les enseña el privilegio de pertenecer a una clase superior, o donde se les hace creer que la igualdad de oportunidades existe, mientras otros crecen en el mundo de relaciones que habrá de servirles, adultos, para apalancarse en las mejores posiciones.

Resulta, entonces, que los uniformes no sirven para uniformar, sino para clasificar, para crear distinciones ya desde edades tempranas. Qué paradoja.

Miro hacia atrás de mi vida, y me veo entre mandilones. Qué tiempos.


Hay aves de comportamiento especialmente gregario y, desde luego, los moritos (plegadis falcinellus) figuran entre ellos. Su porte inconfundible, con plumaje color castaño brillante -que parece negro a luz contrastada o en el anochecer- y su pico curvo, perfectamente detectable en vuelo como en reposo, los hace pertenecer al tipo de especies de la avifauna que todo el mundo conoce. Se alimentan en humedales, buscando invertebrados en aguas someras y, al atardecer, se dirigen en pequeñas bandadas hacia los dormideros, donde suelen coincidir con las garceta comunes (egretta garzetta).

Publicado en: Actualidad Etiquetado como: distinción, enseñanza, escolares, mandilones, uniformes

Semana decisiva

9 septiembre, 2019 By amarias Deja un comentario

 

La semana que empezó el 9 de septiembre de 2019 ha sido calificada como “decisiva” por quienes atienden al negocio de llegar a un consenso sobre el coste y la manera que supondría el apoyo de Unidas Podemos al Partido Socialista Obrero Español para que nos gobierne durante algún tiempo. Periodistas, dadores de opinión y los propios negociadores coinciden en la apreciación. La semana será decisiva.

Decisiva, ¿por qué y para quién? Desengañados la mayoría de los electores respecto a la capacidad de nuestros representantes políticos para entenderse, no la consideraríamos como tal quienes hemos visto que, prácticamente todos aquellos que dicen mirar por los intereses generales (y deberían hacerlo, por mandato constitucional), atienden más a sus intereses particulares, el reparto de puestos y el tamaño de los gorros con los que ocultarán o ensalzarán sus ambiciones y desconocimientos.

Se ha polarizado la cuestión mediática en las conversaciones atormentadas de los dos partidos que dicen estar a la izquierda del espectro político, para lograr que la plataforma heterogénea de Unidas Podemos apoye al candidato Pedro Sánchez. Los líderes oficiales de ambas agrupaciones han dejado en sus segundas fuerzas la espinosa tarea de negociar lo infumable, entregando, respectivamente,  a la voluntariosa Adriana Lastra (magnífico acervo dialéctico y porte oratorio el de la asturiana) y al correoso e imprevisible Pablo Echenique (siempre doctoral, a ratos cansino), el peso de aguantar el fracaso.

Coincido en apreciar que, dadas las magníficas expresiones de disenso con que nos han obsequiado desde que fue conocido el resultado de las últimas elecciones generales, lo mejor es que desistan de limar sus diferencias. Sus supuestos ideológicos son incompatibles y solo nos garantizarían un período de dramática inestabilidad, tanto si fueran socios en un ya reconocido como inviable gobierno de coalición, como si se mostraran aptos para pactar varios puntos programáticos y, con ese papel prendido con alfileres en la solapa, se decidieran a avanzar para evitar unas nuevas elecciones.

Los apoyos incondicionales, “gratuitos”, en la terminología esperpéntica que se ha introducido en nuestro vocabulario post electoral, que prestarán al postulante Sánchez las facciones independentistas no deben tranquilizar en absoluto, ni al candidato ni, por supuesto, a los expectantes ciudadanos de a pie, suficientemente ilustrados para saber que cuando se publique la sentencia del Procés, prepararán el escenario para armarla. Y como para armarla, según docta opinión, solo basta un 3% de revoltosos, el tumulto está garantizado tan pronto como el honorable juez Marchena dé a conocer su resolución, que -por más dibujos que se intenten-, tiene que ser condenatoria.

Lamentable ha sido también el comportamiento de los partidos que se alinean con la derecha ideológica, en una pugna incalificable por alzarse con el pendón de líder de la oposición. El suicidio de Ciudadanos, guiado por un ciclotímico Albert Rivera, conduciendo al otrora interesante vocacional partido charnela, cual nuevo Aguirre -sin la cólera de Dios-, por el Amazonas de la derecha del todo me vale, es digno de figurar en los Anales de la política trapacera. Los intentos de recuperación del norte perdido por parte de Pablo Casado, molestado a su flanco más vulnerable por los dípteros de buen decir que conforman el equipo de Santiago Abascal, tampoco merecen el aplauso de quienes desean/deseamos que se nos gobierne, no ya en paz, sino con buenas y contrastadas ideas.

Estamos asistiendo, con la boca abierta de estupor, a la decadencia del saber político. Ha muerto, por consunción, el proyecto socialdemócrata -que, no se equivoquen los amigos de la cúpula del PSOE, ya no representan-. La incorporación tardía del matiz ambientalista no convence más que a crédulos de que lo que es bueno o interesante no cuesta dinero. El proyecto federalista necesita mucho más que buenas palabras. La recuperación económica no se desarrolla con un lápiz sobre una servilleta de papel.

Sí, la semana será decisiva. Pero no por lo que se decida en los despachitos del Congreso de Diputados. Alemania no encuentra su fórmula de reactivación del motor industrial. China le planta cara a la bravuconada de Estados Unidos con una patada en la espinilla. Irán se revela contra cualquier control occidental y Egipto (y Túnez) se sumen en la pobreza y el desorden, mientras Arabia y los Emiratos siguen amontonando dineros del petróleo y negocios derivados (y no tanto), como el tío Gilito del cuento.

Además, qué caramba: el Real Oviedo no encuentra su forma como equipo de Segunda y parece destinado a las catacumbas del descenso a Segunda B. La vuelta ciclista pasó por mi pueblo y yo estaba en Madrid, pendiente de la enésima revisión médica.

Esta semana decisiva, me iban a entregar los mil ejemplares de mi libro de poemas, Sonetos desde el Hospital, para que empezara mi ronda de recitales desde los que pediré urbi et orbe que me compren ejemplares a diez euros, para que pueda destinar toda la recaudación, una vez cubierto el coste de la edición, a la Asociación Española Contra el Cáncer (de Asturias). Pues acabo de hablar con la imprenta y parece que se retrasa la entrega por “problemas de encuadernación”.

Así que era eso.


La agachadiza común (gallinago gallinago), con su característico pico largo, tiene una pauta de alimentación característica, pues, cuando realiza el calado en el barro con él, para buscar el alimento, lo mueve de un lado para otro con delicadeza, ya que el extremo es muy sensible y, con él sumergido, puede succionar los invertebrados que detecta.

La agachadiza chica (lymnocrytes minimus) es, desde luego, más pequeña, y de pico más corto. Ambas son aves bastante reservadas, pero aún lo es más la agachadiza chica, que es capaz de mantenerse agazapada procurando que su mimetismo la libre de ser vista, hasta que casi se encuentra bajo el pie del caminante sobre los bordes de la marisma o los pantanos de la tundra-

Publicado en: Actualidad, Política Etiquetado como: agachadiza, Albert Rivera, elecciones, negociaciones, Pablo Casado, Pedro Sánchez, PSOE, Santiago Abascal, Unidas Podemos

Lost Agosto

3 septiembre, 2019 By amarias 3 comentarios

Titulo -excepcionalmente- en inglés (al 50%), este Comentario, para subrayar que Agosto está perdido. No “perdido en la traducción” (hermosa y sugerente película, Lost in traslation, bajo la dirección de Sofía Coppola).

Perdido para nosotros, que lo hemos dejado pasar con propósitos incumplidos; ojalá, al menos, hayamos conseguido desconectar de lo que nos preocupa u ocupa sin gracia. Si no ha sido así, si nos hemos perdido en Agosto, lost in August, no hay por qué atormentarse: la vida sigue.

Agosto se ha convertido en un mes no totalmente inhábil a efectos administrativos y penales (como los abogados en ejercicio sabemos muy bien). La maquinaria que alimenta de forma continua las demandas para cubrir las necesidades ciudadanas no permite la inactividad de quienes tienen, por mandato constitucional, la obligación de atenderlas. Aunque este mes de agosto estuvo prdido políticamente, desde el momento en que nuestros representantes actuales en las Cámaras han decidido tomarse una vacatio, que tenemos derecho de pataleo a considerar inmerecida.

El caso es que los servicios de comunicación de las Administraciones no han cesado su actividad durante el mes de agosto, y los ciudadanos hemos tenido ocasión de percibir y sufrir sus efectos. ¿Quién no se encontró en el buzón, al volver de unos días de asueto, el aviso de que tiene pendiente de recogida una carta certificada de alguna de las dependencias de la Administración pública? ¿Oculta esa nota apurada del cartero en el que nos indica que pasó por nuestro domicilio en ausencia nuestra, una multa, un apercibimiento de inspección tributaria? ¿Será acaso una comunicación de la Tesorería de la Seguridad Social expresando que se nos abonarán los retrasos? Tal vez, ¿la respuesta a una solicitud que formulamos en la impertinente hoja fotocopiada que recogimos de uno de los montones de la conserjería del estamento, allá en el lejano junio?

Si tengo que juzgar por la cola de ciudadanos que aguardaban, con su boleta de aviso de entrega frustrada en ristre, a que la pantalla mostrase la combinación algebraica que habían obtenido del expendedor para atención en la oficina de correos, diría que fue intensa la actividad de los departamentos administrativos en agosto. También lo fue, en misteriosa conjunción, el trabajo de los servicios de Correos que, a pesar de los publicitados esfuerzos y cambio de imagen, aún tiene margen de mejora. Por ejemplo, en que los repartidores, que supongo mal remunerados y trabajando a destajo, no se inventen ausencias de receptores para terminar rápido su trabajo.

Por lo que oí, la respuesta más común que recibían mis expectantes colegas sufrientes desde este lado de las administraciones era: “Lo siento, pero la notificación ha sido devuelta al emisor por haber transcurrido el plazo para retirarla”. Siete días, quince días, el día siguiente, según los casos.

Yo me había encontrado en mi buzón una Nota de Entrega fallida emitida por el repartidor el día 14 de agosto, que apareció en mi casillero el día 30. Mala suerte. El plazo estaba vencido. ¿Qué hacer para reclamar el reenvío de la comunicación, u obtener una copia ? El amable funcionario de Correos me orientó: “llame al 010”. Cuando llegué a casa, eso hice.

Después de cinco minutos de espera, me atendió una amable señora o señorita que me ilustró de que mi tema no tenía nada que ver con el Ayuntamiento. “Diríjase al Ministerio correspondiente”. Ante su gentileza, quise ofrecerle mi colaboración desinteresada: “Gracias. Quisiera advertirle que el contestador me ha venido informando de que me atenderían sin falta en tres minutos y, sucesivamente, dos y uno, según pasaba el tiempo, lo que no fue realidad, pues Vd, tardó dos minutos más en recoger mi llamada en espera”. “No tengo nada que ver con eso- me aclaró-. Eso es cosa del sistema de respuesta automática”. Le agradecí nuevamente su amabilidad, y me dirigí  -virtualmente, claro- a la web del ministerio.

Maravilla. La web me permitió enviar un mensaje sin problemas a un Servicio centralizado de Información, en el que procuré ser escueto y directo en referir mi problema. Pocas palabras y al grano. A la mañana siguiente, recibí una contestación concisa, en la que se me indicaba que me dirigiera a la oficina más cercana a mi domicilio de la Delegación correspondiente en la plaza y pidiera el certificado cuya entrega no había sido posible “directamente” en ese Servicio, que la forma de computar los tiempos en Correos me había hurtado hasta el momento.

Después de aguardar ser atendido durante una hora aproximadamente, con lo que tuve ocasión de hacer algunas amistades circunstanciales -había solo una funcionaria para solucionar las más variopintas cuestiones, una especie de ventanilla única multifunción con busto parlante-, me dieron, al fin, la combinación algebraica para obtener atención personalizada. Otros minutos de estar atento a las pantallas y, hélo ahí: premio, Diríjase al puesto tropecientos.

Avanzo entre mesas vacías, y el amable empleado público que se disculpó por atenderme mientras mordisqueaba un bocadillo -“estamos en cuadro”, aclaró- me ilustró, después de comprobar mi identificación y escuchar atentamente por dos veces el motivo de mi educada presencia ante su pertinente autoridad, de que no figuraba en mi expediente informático ningún documento pendiente de entrega.

Cuando le expliqué, tratando de hallar las palabras precisas en el fondo de mi atoramiento sin mostrar enfado, de que sí debía tenerlo, pues allí estaba como evidencia la Nota de Entrega frustrada, y el hecho también fehaciente que desde el Ministerio me habían expresado, por escrito, que podía recogerlo en esa oficina, me puso en claro lo que, en su docta opinión, sucedía:

“En el Ministerio no tienen ni puta idea de lo que sucede en las Oficinas regionales”.

Obtuve, debo reconocerlo, más información. Lo que había hecho hasta entonces, siguiendo instrucciones de otro empleado del servicio, hacía dos meses, estaba mal hecho. Me faltaban muchos documentos para que el Expediente (cuyo número me resultaba ilegible, pues el sello automático de la máquina de recepción de documentos quedaba interferido por el texto de mi Solicitud “ahora no sellamos fotocopias, es todo automático”, resonaba en mi recuerdo) pudiese ser tramitado. “Seguramente lo que le comunican en ese certificado es que su Expediente está paralizado”, continuó el del bocadillo, al que debí despertar conmiseración.

Cuando llegué a casa, me encontré con que, desde la dirección de correo electrónico del Ministerio al que yo había contestado con un “Muchas gracias”, emocionado por su diligencia (ahora sabía que fantasiosa o descoordinada) me replicaba con un enigmático “Consulta no admitida. El procedimiento adecuado para consultas es dirigirse a la web del Organismo”.

Me di cuenta, de pronto, que estaba tratando con un autómata. Con autómatas.


La golondrina dáurica (hirundo daurica) es una pariente rolliza de la golondrina común (hirundo rustica), difícil de diferenciar en vuelo, salvo para ornitólogos cuidadosos. Su tamaño es bastante mayor -18 cm frente a 10 cm- si se incluye la larga cola, aunque es algo más corta en la dáurica. Carece de las manchas blancas en la cola de la común y el adulto no tiene la garganta de color castaño rojizo ni la franja pectoral oscura, casi negra con luz escasa o a contraluz.

Encontrarse con un adulto de dáurica alimentando a su retoño ya volantón, en un paseo por el Tajo, es una experiencia inolvidable.

Publicado en: Actualidad, Administraciones públcias Etiquetado como: agosto, autómata, correos, entrega, funcionamiento de la administración, funcionario, hirundo darurica, nota, servicio, servicios regionales, web

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