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Archivo de octubre 2022

Trigésima octava Crónica desde el Pais de Gaigé

31 octubre, 2022 By amarias Deja un comentario

La semana de Gaigé ha tenido dos elementos especialmente significativos, por su reflejo como exponente de la compleja situación que están sufriendo las instituciones.

Como asturiano y respetuoso con la Constitución, la ceremonia de otorgamiento de los Premios Princesa de Asturias, ocupa en mi simpatía un lugar especial. Fue un acto simpático, en el que, sobre todo los asturianos y en particular los ovetenses, mostraron su curiosidad, afecto y complicidad con los Reyes y sus hijas. Los premiados con los prestigiados galardones lo fueron todos merecidamente, aunque el mayor valor del acto para el público general lo concentró el discurso leído de la Princesa Leonor (aplaudido hasta por ella misma hasta que fue advertida de su desliz por Felipe VI) y las palabras, más densas e intencionadas, del propio Rey.

Para un Monarca que tiene que moverse de puntillas por algunas esquinas de su Reino de mentirijillas, encontrarse con el momento feliz en que la gente de la calle le victorea, las autoridades locales le guardan pleitesía y los ministros y otras autoridades de postín mantienen un discreto segundo plano, han de parecerle dias de misterios gloriosos.

Fue una lástima que, al día siguiente, cuando la Princesa tenía programado pronunciar unas palabras en Cadavedo, una indisposición dejara a ella y a la Infanta fuera de juego y tuvieran que volver a Madrid. Leyó el mensaje la reina Letizia, que juega en casa, pero el acto quedó si  la misma chicha. Me gustó que la reina astur se refiriera a sus hijas por sus nombres de pila, sin ponerles título nobiliario.

El otro acto de masas lo protagonizó, entre los suyos, la otra cabeza más visible del Estado, Sánchez (Pedro), presidente del Gobierno de Gaigé pero, ante todo, secretario general del Partido mayoritario en la coalición  que  nos dirige. Se trataba de celebrar los cuarenta años de la primera victoria del PSOE. Estuvo como invitado especial González (Felipe) que cumplió con  el consejo de apoyar al presidente en funciones de militante, dar un pescozón a Núñez Feijoo (Alberto) insinuando que no respeta la Constitución y recordar con añoranza impostada a Guerra (Alfonso), al que no se le había invitado inicialmente y, por último, éste decidió pasarse por el forro de la indiferencia la posibilidad de asistir.

La ventaja que venían dando sistemáticamente las encuestas de opinión (después de la defenestración de Casado -Pablo) al Partido Popular se diluye lenta pero firme. El argumentario oficialista esgrime que el presidente popular no controla su Partido y no resulta fiable cuando negocia, junto con otros hándicaps menores (no habla inglés y no sabe de economía). No resulta sencillo prever hoy el resultado que ofrecerán las urnas en las generales, pero las votaciones locales y autonómicas (allí donde se produzcan) tienen sesgo hacia las derechas.

En Brasil, Da Silva (Lula) ganó con estrecha ventaja las elecciones del domingo, resultado que Bolsonaro (Jair) el Presidente actual, aún no reconoció.  Quien si lo hizo, y por adelantado, fue nuestro Presidente de Gobierno, que apoyó temerariamente el cambio, en una manifestación pública a favor del ex-presidiario ex-presidente.

 

Publicado en: Actualidad, País de Gaigé Etiquetado como: Algonso Guerra, Cadavedo, Felipe González, felipe VI, Gaigé, infanta Sofía, Jair Bolsonaro, Lula, Núñez Feijóo, Pedro Sánchez, Premios Princesa de Asturias, princesa Leonor, Reina Letizia

Insha´Allah (Si Dios lo quiere)

29 octubre, 2022 By amarias 22 comentarios

Cerca de cumplirse los 19 años de la emboscada contra ocho agentes de inteligencia pertenecientes a las fuerzas españolas desplazadas en Irak, la plataforma Movistar Plus ha lanzado la emisión de cuatro episodios que recuperan, de forma gráfica y con entrevistas y declaraciones de algunos de los que tuvieron papel en la historia real, aquel hecho que conmovió a la opinión pública, al mismo tiempo que sirvió para poner en cuestión el funcionamiento de los servicios más secretos del CNI.

La serie televisiva, firmada como directora por Fátima Lianes, es visible desde principios de este octubre de 2022 y está obteniendo la lógica atención, siendo objeto de múltiples comentarios, en buena parte elogiosos, aunque ha servido también para revisar críticamente las incongruencias o vacíos de la versión oficial.

Para los menos ilustrados, habrá que poner en contexto que el contingente de 1.300 militares españoles que se encontraban en Irak, respondía al acuerdo entre el presidente José María Aznar con el norteamericano Bush jr. y el británico Blair,  de invadir Irak para derrocar a Sadam Hussein, presunto apoyo de Bin Laden, el cerebro terrorista del atentado de las Torres Gemelas (11 de septiembre de 2001), y del que se tenía la certeza de que estaba fabricando, secretamente, armas de destrucción masiva. La acción militar se llevó a cabo el 20 de marzo de 2003 y la operación de conquista y derrota al régimen propició una guerra fugaz que, al día de hoy, se reconoce sin vencedores ni vencidos.

Como se supo luego, ni el arsenal nuclear, ni las fábricas de sustancias químicas letales fueron halladas. Desmantelado el régimen de Sadam, disuelta su policía secreta y guardia pretoriana, Irak entró de inmediato en una peligrosa espiral de inseguridad y violencia, en la que los antiguos miembros de la Mukhabarat, aún armados y con buenos contactos, formaron un frente sinuoso de resistencia contra la ocupación, descoordinado, heterogéneo y centrado en acciones terroristas. La tensión entre los suníes (la facción islámica a la que pertenecía el dictador derrocado) y los chiítas (la mayoría oprimida hasta entonces) contribuía a completar un fondo de inmensa inestabilidad.

He visto con interés la serie, que despertó nuevamente mi curiosidad hacia el mejor entendimiento de lo que pudo haber sucedido. Existía a disposición del guion un amplio material, en parte elaborado con intención periodística, y no faltaban libros novelados sobre los hechos de los que se ocupa, compitiendo con la versión del Ministerio y del propio CNI.

Por encima de la narración factual, más allá del análisis político o de la revisión de los procedimientos de la inteligencia a que dio lugar el atentado, me encontraba ante el atractivo de conocer mejor los perfiles individuales de los ocho agentes españoles, servidores del Estado y comprobar si la serie había sido capaz de trasladar la emotividad y el dramatismo del momento vivido por aquellos militares, enviados a Irak en funciones de espionaje.

Ocho hombres a los que veía defendiéndose a la desesperada de un ataque por sorpresa que iba segando sus vidas sin capacidad suficiente de respuesta por su parte. No podía tampoco ignorar que tenían familia, esposa, padres, hijos. … que, dada la índole de su trabajo, podrían haber estado ignorando el riesgo que corrían, hasta que su asesinato saltó a las páginas de la actualidad más cruel e inocultable.

Los ocho agentes pertenecían a dos grupos operativos, que se repartían entre los dos destacamentos españoles (Diwaniya y Nayaf) en Irak. Cuatro terminaban su misión y otros tantos les sustituirían. Los comandantes Carlos Baró y Alberto Martínez abandonaban Irak y los también comandantes José Carlos Rodriguez y José Ramón Merino ocuparían su lugar, junto a los subalternos designados. Alfonso Vega, José Manuel Martínez, Luis Ignacio Zanón y José Lucas Egea completaban así la relación de agentes, todos ellos militares al servicio de la inteligencia.

Aquel día, volviendo de Bagdad después del almuerzo, los integrantes de la expedición se ubicaron en sendos coches en relación con el que era su lugar de destino.

Alberto Martínez, asturiano de Pravia, comandante de caballería, conducía uno de los vehículos. Había vuelto a Irak después de una estancia anterior, situación que le hacía ser conocido por la resistencia y, por ello, seguramente especialmente vulnerable. Pero tenía cualidades que lo hacían insustituible: tenía valiosos contactos, conocía el país y tenía la dosis de inteligencia e independencia que son seña apreciada de un agente que tiene bien asumido que afrontar el peligro con determinación y astucia forma parte de su trabajo.

Sabía Martínez especialmente el riesgo que corría: José Antonio Bernal, su compañero en la misión anterior había sido asesinado en octubre, al salir del piso franco en donde vivía camuflado.

Todos los que se encontraban entonces en Irak eran conscientes de que encontrarse en aquel país no era cómodo ni una misión sencilla. Especialmente para los que tenían que hacer de espías, con la misión especial de proteger a los militares desplazados allí, en un territorio que estaba lejos de ser pacífico. Otro hecho dramático se sumaba a la tensión: el 21 de agosto de ese mismo año de 2003, el capitán de navío Manuel Martín-Oar -hermano de mi amigo Asís, director gerente entonces del Instituto de Ingeniería-, había fallecido, víctima de un atentado contra la sede de las Naciones Unidas en Bagdad.

Yo había leído el libro de Fernando Rueda (Destrucción Masiva, nuestro hombre en Bagdad, 2020, Roca Editorial), un relato novelado que estira lo que intuyó a partir de los comunicados oficiales, fuentes paralelas e imaginación suficiente para darle contenido dramático.

Tengo ahora también a la vista el número 190 de la Revista Española de Defensa, de diciembre de 2003, con el llamado “Relato del ataque terrorista” (y, en otra sección, la exposición de la detención de los presuntos autores de la emboscada, …cuya responsabilidad nunca se conseguiría probar).

La serie reconstruye con credibilidad el suceso clave, con actores y efectos especiales, en los áridos terrenos de Almería. El 29 de noviembre de 2003, sábado, los dos comandos de espías españoles que coincidían entonces en Irak -los cuatro que sustituirían a los que estaban a punto de terminar su misión y éstos mismos- fueron atacados cuando volvían a sus bases, después de visitar en Bagdad a algunos de los contactos y autoridades que debían ser enterados del relevo para seguir manteniendo sus enlaces. Vestidos de paisano, viajando en coches sin ningún indicativo, sin blindaje; nada hacía prever que sería atacados. Por ello, no disponían de armamento adecuado para repeler una agresión sorpresa, instrumentada por un grupo numeroso y con armas de mayor calibre y potencia.

La versión oficial, acogida en la serie, se reafirma en que el ataque fue objetivo de oportunidad, y que los terroristas que acribillaron a balazos a los agentes no sabían quiénes eran, en verdad, los ocupantes de los dos automóviles.

Murieron siete agentes en el ataque. Dos de ellos, de inmediato: los conductores de ambos vehículos, Alberto Martínez y Alfonso Vega. Otros dos resultaron gravemente heridos, José Carlos Rodríguez y José Lucas, por lo que quedaron inutilizados para la defensa. Fueron veinte minutos, quizá un máximo de media hora, en el que los cuatro supervivientes (Merino y Zanón que viajaban en el Nissan y Baró y Sánchez Riera que se desplazaban en el Chevrolet) devolvieron el fuego mortal con sus armas de corto alcance mientras estaban vivos y les quedaron las mínimas fuerzas.

Me tengo que imaginar al comandante Baró, el más entrenado de todos los agentes por su experiencia militar anterior, tomando decisiones instantáneas. Ante todo, contactar con las Bases para pedir ayuda y, cuando advirtió que no contestaban, llamar a su supervisor en Madrid, para darle las coordenadas del GPS. Supongo que ordenó al telegrafista del equipo, José Manuel Sánchez Riera, que lo intentara sin descanso. Es escalofriante oir en la serie a Miguel Calleja  (coordinador  de la misión Irak en el CNI) repetir emocionado lo que oyó cuando recibió la llamada de Carlos Baró en la que le comunicaba que estaban siendo atacados y reconocer que la señal se cortó cuando iba a darle las coordenadas GPSS después del sonido “ta-ta-ta” de una ametralladora.

La desgracia de la muerte de siete de los agentes en una emboscada que nunca debió producirse ha abierto a la especulación varias hipótesis. La posibilidad de una delación, por la dependencia de los intérpretes y traductores locales para moverse por Irak de los espías españoles, dado su insuficiente conocimiento del idioma árabe, es una de las hipótesis que no pudo ser probada, aunque se arrestó a decenas de personas y se acusó directamente a uno de los intérpretes, que fue entregado al gobierno norteamericano y estuvo prisionero durante un año sin que se consiguiera otra cosa que revalidar su inocencia.

Queda sin despejar la incógnita acerca de las consecuencias del riesgo evidente de tener que comprar voluntades e información, penetrando con cautela pero con determinación en el complejo entramado de la sociedad iraquí, siempre opaca, recelosa entonces especialmente contra la ocupación extranjera. La valiosa red de contactos tejida por los espías españoles, prestigiada también por el mando conjunto norteamericano-españoll tenía, obviamente, nudos de debilidad y riesgo.

La serie dedica el primer capítulo a la memoria de Alberto, cuyo atractivo como elemento con proyección mediática es indudable. Por la recreación del atentado, en la que es clave, por supuesto, la declaración del único superviviente, se sabe que Alberto falleció el primero, abatido por los insurgentes que apuntaron, ante todo, a los conductores de los vehículos de los espías, disparándoles por el flanco izquierdo.

El protagonismo de la defensa al ataque y la coordinación de las acciones de los miembros aún vivos correspondió entonces al comandante Carlos Baró Ollero, y en la media hora siguiente actuó con la decisión y el heroísmo que pone a prueba a los mejores y que no se improvisa. Es la consecuencia de una vocación de servicio, de la preparación para responder ante una emergencia y de la generosidad que es patrimonio de los elegidos. Todos cuantos coincidieron con él en sus variadas misiones (en la Legión, como paracaidista, en Bosnia-Herzegovina,…) hablan de su capacidad para ser líder, para mandar desde el primer sitio del peligro, para actuar de ejemplo para todos.

Le gustaba a Carlos Baró escribir, leer y, también, la música. Los media se han detenido en la anécdota de que escuchaba a Joaquin Sabina, del que era admirador. Se ha publicado una carta, de las varias que supongo escribió desde su destino en Irak, donde queda reflejado su facilidad para contar, su ironía y la seriedad y compromiso con su trabajo.

Mi amigo Miguel Silva me muestra un artículo de ABC de 2018 en el que se afirma que Baró pudo ponerse a salvo, pero renunció a abandonar a sus compañeros heridos. Alrededor de su cadáver, recuperado finalmente por militares norteamericanos se encontraron decenas de casquillos. Cuando unos días después del atentado, traídos a España, los féretros con los cuerpos de los militares, al acabar la ceremonia religiosa y de reconocimiento a quienes habían dado sus vidas por cumplir la misión que se les había encomendado hasta sus últimas consecuencias, fueron desplazados al crematorio, el de Baró fue alzado por sus compañeros de la Legión, mientras se oía el himno “Soy valiente y leal legionario, soy soldado de brava Legión. Pesa en mi alma doliente Calvario que en el fuego halla redención. Mi divisa no conoce el miedo…”

El 13 de diciembre de 2003 se descubrió el escondite de Sadam Husein en los alrededores de Tikrit. No se dijo nunca, pero hay algunas razones para imaginar que los espías españoles, gracias a su habilidad en camuflarse entre la población, fueron claves para descubrir su escondrijo. Y puede que esto se encuentre entre los velos del misterio que costaría la vida de los comandantes Alberto y Carlos y de los otros cinco miembros que estaban a las órdenes de lo que el destino les dispuso.

El telegrafista José Manuel Sánchez Riera vivió para contarlo. Recibió la orden de Baró de salir del atolladero y buscar ayuda, ante la imposibilidad de contactar utilizando los Thuraya con la Base o la central del CNI. Le salvó, cuando una turba estaba punto de lincharlo, el beso de un principal chiita que salía de una mezquita, de realizar los rezos del Ramadán. No tenemos otra versión, aunque la imaginación de quienes se adentraron en el conocimiento de la historia no parece haber dejado de trabajar desde entonces.

Insha’Alla, si Dios lo quiere, si así está escrito por la fatalidad, la casualidad o el deseo de venganza…Quién soy yo para meter mis narices en la historia de estos héroes y cualificar sus últimos momentos o su trayectoria anterior, en lo que ya está convertido en una serie de acción, en la que no faltan, junto a su memoria, villanos, aparecen ausencias, se suscitan misterios y se evidencia el valor de algunos silencios.

Para todos ellos, mi admiración, mi respeto, mi afecto y condolencias para sus familias que, doy por seguro, vivirán para siempre con la imaginación volcada a desentrañar los últimos momentos de los que tanto quisieron.

¡Presentes!

P.S. Agradezco los numerosos e importantes Comentarios que se incorporan a esta Entrada, y que me llenan de satisfacción. De entre todos, me permito llamar la atención, por su gran valor testimonial, del Comentario de Miguel Andrés Pardo (Miguel Calleja en la serie), que era la persona de contacto para Carlos Baró y que recibió la llamada de petición de ayuda cuando los militares-espías estaban siendo atacados. La información que recogió del único superviviente, José Manuel Sánchez, y que incorpora a su Comentario, con un excepcional valor documental, complementa con gran fuerza descriptiva y emoción, mi relato.  Vaya, pues, mi especial agradecimiento a Miguel Pardo por este regalo especial que, por mediación de este blog, hace a todos los lectores y, en un sentimiento que comparto, significadamente, a los familiares de los héroes asesinados.

Anexos

Mural que estaba en Besmayah, según describe en su blog el coronel Pedro Erice; hoy en el patio de armas de Montejaque, Ronda

Monumento en la sede central del CNI con nueve llamas que honra la memoria de los nueve héroes que “dieron su vida por defender intereses de España y los españoles”

Publicado en: Actualidad, Ejército, España Etiquetado como: agentes, Alberto Martínez, Alfonso Vega, Carlos Baró, CNI, Irak, José Antonio Bernal, José Lucas Egea, José Manuel Martínez, José Manuel Sánchez Riera, Luis Ignacio Zanón, Martín-Oar, Miguel Andrés Pardo, Miguel Calleja, Miguel Silva

El cáncer, de gira por España

28 octubre, 2022 By amarias Deja un comentario

El 27 de octubre de 2022 terminaba en Madrid el Tour del cáncer (“Conocer para curar”), que organizó la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) con la colaboración especial, e inestimable por su alto valor, del catedrático Carlos López Otín.

La gira, que se viene produciendo desde hace dos meses, ha llevado el mensaje de la importante labor que viene prestando la Asociación por más de veinte ciudades españolas. Creo que Mieres, población de la región que ha acogido desde hace décadas los trabajos docentes y de investigación del muy laureado profesor, fue la primera de la serie.

La conferencia central fue siempre responsabilidad del profesor Otín, que presentaba su último libro “Egoístas, inmortales y viajeras (Las claves del cáncer y de sus nuevos tratamientos: conocer para curar ” y que, según se dijo, había destinado todos los derechos de autor a la AECC. Como el libro se está vendiendo como rosquillas, adivino que serán muchas las ediciones y grande el beneficio de la generosa aportación, que servirá para potenciar una obra benéfica, aún mal conocida y todavía envuelta en el halo misterioso de la falta de información, el miedo atávico a los tumores y, en mi opinión muy particular, necesitada de una revisión, ya que no de sus objetivos generales, de su priorización y control.

El acto tuvo lugar en el Salón de Actos del Colegio de Médicos de Madrid, un escenario magnífico y con un aforo muy importante, pero con el terrible hándicap para las espaldas de los asistentes de no contar con asientos con respaldo, sino ofrecer simplemente un banco corrido, de dura madera, incómodo, convertido en instrumento de tortura para los que acudieron a la llamada de la AECC, no pocos de ellos, enfermos de cáncer y otras patologías.

Con anterioridad  a la presentación de López-Otín, Ramón Reyes, presidente de la entidad convocante, también bioquímico, hoscense de la misma localidad y hasta compañero de pupitre del generoso ponente, hizo un resumen de los principales datos de la Asociación, que cuenta con más de mil empleados, un número superior a 4.000 voluntarios, que colaboran en labores de apoyo a enfermos y familiares (entre otras funciones) y que ingresó más de 100 millones de euros, algo menos de un 60%, procedente de los socios o afiliados, siendo uno de los principales coadyuvantes en la investigación contra el cáncer, muy necesitada de estímulo económico oficial. (Nota: escribo de memoria y la responsabilidad de las puntualizaciones es exclusivamente mía).

La Conferencia fue muy entretenida, y había sido preparada con esmero e inteligencia por el brillante investigador, nacido en Sabiñánigo (Huesca) en 1958. Apoyado en cientos de fotografías y videos, hilvanados con el atractivo de una historia apasionante y bien contada, enganchó al público asistente (seguramente, más de 400 personas), que aguantó sin pestañear el suplicio inesperado de un espacio carente de comodidad para los muchos. Hubo datos, seriedad en el relato, humor por momentos y mucha información, destinada a una audiencia básicamente relacionada con el padecimiento de la enfermedad (en propias carnes o próximas), a las que obsequió con un mensaje de esperanza: sabemos cada día más y mejor en cómo dominar por algún tiempo el avance de la entropía en el desarrollo celular, pero no nos engañemos. No somos ni seremos inmortales.

Vivir mejor está, sobre todo relacionado con el conocimiento, la solidaridad con los demás, la tranquilidad de espíritu y, por supuesto, con la asunción de nuestra naturaleza finita, con billones de células en cada organismo, cuya función individual no controlamos, y algunas de las cuales mutan, provocando tumores que serán capaces, si no podemos eliminarlas o detener su crecimiento realizado a costa de destruir a sus vecinas, de provocar nuestra muerte (y, por ende, la suya). Una amenaza inherente a nuestra debilidad natural que, sin embargo, sabemos cada vez más cómo tratar: más del 50% de los cánceres se curan hoy día y, aún más muchos de los incurables aún, pueden convertirse en enfermedades crónicas. Los avances en el conocimiento de esas entidades egoístas, viajeras, inmortales, que son generadoras de parte del desorden cósmico que, como resultado del crecimiento de la entropía, no nos dará las claves de la eternidad (no falta que hace), aunque nos proporcionará la satisfacción de saber más de nuestra naturaleza.

A la entrada del acto, me encontré con Carlos López-Otín, a quien no conocía personalmente, y me presenté. “Te va a gustar la conferencia”, me dijo. No se equivocaba. Igual que a los cientos de asistentes, a los miles que han escuchado sus conferencias, me gusta cómo se explica, con dotes de divulgador científico excepcionales, que potencia con la realidad de su labor investigadora cuajada de éxitos. Es físicamente atractivo, lo sabe y lo cuida, con un aspecto solo en apariencia desaliñado o “casual”; es un seductor (especialmente, como comprobé, entre el público femenino).

También me explico que tenga algunos enemigos: aquellos a los que guía la envidia por el nivel que son incapaces de alcanzar.

Publicado en: Actualidad, Cáncer, Investigación Etiquetado como: AECC, cáncer, Carlos López Otín, Colegio de Médicos, libro, Madrid, Ramón Reyes, Tour del Cáncer

Trigésimo séptima Crónica desde el País de Gaigé

25 octubre, 2022 By amarias 2 comentarios

La atención de la semana aparece desviada fuera de Gaigé, ya que han sido muy importantes los acontecimientos que han tenido lugar allén de nuestras fronteras.

Por la similitud de los comportamientos sociales y la proximidad geográfica, (que anima a muchos a extraer a priori consecuencias de lo que pudiera suceder en las elecciones generales que deberán tener lugar en Gaigé a finales de 2023), ocupa el primer lugar  la ascensión como Primera Ministra del Gobierno italiano -rectius, Presidenta del Consejo- de Meloni (Giorgia), aupada por una coalición de partidos de la derecha populista.

En todos los rincones de la vieja Europa, los ciudadanos, apresados en una crisis que parece no tener fin, expresan ideas de cambio en las encuestas y en la calle, con manifestaciones de toda índole. Su gran variedad, lo heterogéneo y a veces inverosímil de sus reivindicaciones, vienen a confirmar que no hay claridad ni criterio en aportar las soluciones. Tampoco los líderes políticos son capaces de levantar columnas sólidas de confianza, con independencia de sus orientaciones ideológicas básicas, si las tuvieran. Parece moverse la serpiente de la opinión colectiva por instintos gregarios, como si fueran forofos de equipos de fútbol, para los que no se exige disponer de otro elemento que de la emoción.

En el Reino Unido, el fracaso de Truss (Liz), al aplicar, como elefante en cacharrería, el consagrado lema liberal por el que la bajada de impuestos ha de favorecer la inmediata activación de la economía, ha generado aún más incertidumbre sobre las capacidades del partido conservador para sacar al pais de sus múltiples atolladeros. También se cuestiona con malestar creciente la decisión de abandonar la Unión Europea, cuando ya han transcurrido seis años. La dimisión de la Premier, a los 44 días de ser elevada al cargo, luego de la renuncia de Johson (Boris) trata de aplacar el brote de revuelta popular que obligó al Banco de Londres a acudir en apoyo de la libra. El sucesor, elegido por los propios diputados de la facción conservadora, deberá guardar la adopción de medidas drásticas para otra coyuntura.

La guerra en Ucrania se prolonga por ocho meses y no tiene visos de solución cómoda. El dragón de Comodo, figura que sirve para explicar con modelo animal la actuación de Putin (Vladimir), ha mordido la presa ucraniana. Aunque los aliados de la OTAN -dirigidos por Estados Unidos, es decir, el capital norteamericano, con el peso judío que nade niega- siguen alimentando con material bélico relativamente obsoleto, la brava actuación de la población militarizada del país invadido, creer que Rusia ha perdido la guerra y va a abandonar el terreno sin más, es una quimera. Ucrania es terreno envenenado, gravemente destruído.

El desgaste de los admiradores de Zelenski (Volodomir) es evidente y aunque la amenaza nuclear no se lleve a cabo (por fortuna), la segregación de las zonas rusófilas de Ucrania -seguramente como Estados independientes y con condiciones especiales- aparece próxima y como salida, ya que no airosa, más viable, para aplazar momentáneamente una escalada de terror que nos llevará, irremisiblemente, a la extinción de buena parte de la Humanidad, empeñada en jugar a las guerras de posesión y dominio.

La prolongación durante otros cinco años del gobierno dictatorial de Ji-Pin hace aún más opaco el velo que cierra a occidente el conocimiento, e incluso la previsión intuitiva, de lo que hará la cúpula dominante en China. Inolvidable la extracción de Jin-Tiao del Congreso que aprobaría esa prórroga, arrastrado por dos ujieres-policía, tratando de cruzar su mirada con la del intocable dictador, que no se dignó ni tan siquiera esbozar una sonrisa, una disculpa, un amago de explicación,

La inmensa capacidad de autonomía del gigante asiático, que la ingenuidad de los defensores de la globalización ha alimentado, y el carácter sumiso de la población (debidamente advertida de los problemas de ser disidente) la hace capaz de soportar varias crisis sin acudir a ayudas ajenas y, dado el caso o la oportunidad del momento, sacar a relucir su poderío militar y aumentar aún mas su expansión económica en los países que antes llamábamos del tercer mundo y hoy carecen hasta de nombre conocido.

En Gaigé, no faltan minucias para mantener a personal entretenido. La presentación a aprobación de la Ley Trans, que pretende consolidar la libre elección de género, por simple decisión personal, incluso a tempranas edades, ha abierto un debate que se presenta como ideológico aunque tiene mucho de folclórico, es decir, irrelevante. La simple idea de que el género identitario, aquél que define no ya la naturaleza que tenemos por nacimiento, pueda ser modificada por la simple voluntad personal -sin necesidad de cambiar de sexo clínicamente, apoyarse en declaración judicial o tras seguir cualquier procedimiento que involucre la supervisión, apoyo o control de terceros cualificados-, más que un avance, supone el lanzamiento de una bomba explosiva sobre el Código civil, con efectos inimaginables en múltiples órdenes. Por supuesto, sin que tenga nada que ver con el respeto exigible a las opciones LGTBI -espero no dejarme ninguna-, tomadas con seriedad y conciencia plena de su alcance personal y jurídico.

Se trata, en efecto, de la búsqueda a la desesperada de lugares en los que colocar las banderas que sirvan para llamar la atención sobre hipotéticos avances sociales, en la que se ha especializado la izquierda podemista, descabezada como pollo pasado por el cuchillo del matarife. La ministra Belarra (Ione) se ha acogido a una baja por maternidad, acontecimiento por el que solo cabe felicitarla. Como los papeles son intercambiables y el trabajo no es excesivo, será otra ministra, Montero (Irene), autonominada “tía” del recién nacido, la que, con los secretarios de Estado correspondientes, se encargue de los asuntos urgentes del Ministerio de Derechos Sociales.

Podría y, sin duda, deberia, escribir sobre la situación confusa para designar nuevos jueces en las altas instancias jurídicas del Estado, analizar las consecuencias de la revisión de los cupos vasco (y catalán), incrementando la dotación de sus disponibilidades presupuestarias a despecho de reducir las de otras comunidades. Son muchos los temas, pero se mantienen como recurrentes, así que habrá ocasión de tratarlos en las próximas semanas.

Lo que parece más difícil de solventar es que, según dicen, Núñez Feijóo (Alberto) no sabe inglés. Aconsejo a sus asesores que lo inscriban en un curso acelerado (los hay muy buenos) y que una de las próximas intervenciones en el Senado, la realice -al menos, hasta que la presidencia de este órgano sin cometido le llame la atención- en ese idioma. No veo otra forma de callar a quienes vociferan que no está preparado para moverse por Europa. Con el juego que le está dando a Sánchez (Pedro)

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Trigésima Sexta Crónica desde el País de Gaigé

16 octubre, 2022 By amarias Deja un comentario

El 12 de octubre se conmemora la Fiesta Nacional, denominación que ha venido a sustituir desde 1987 la antigua advocación como Día de la Hispanidad, con la que los habitantes de Gaigé, el País de los Despropósitos, la siguen empecinadamente reconociendo. Antes, bajo el régimen franquista, esa celebración dotada de sentido patriótico y con indudable intención de complicidad internacional a la búsqueda de raíces comunes transnacionales fue denominada Fiesta de La Raza.

Tiene este pueblo cada vez menos ocasiones de sacar a pasear el orgullo patrio, esa misteriosa esencia que permite sentir la alegría de la convivencia a través de la Historia, vinculada a un territorio, un estrecho pasado común y una ciudadanía con la que compartimos lengua y cultura.

Todos estos elementos, más etéreos que precisos, más emocionales que científicos, están en revisión para Gaigé. La falta de solidaridad se ha incrustado como forma de actuar para conseguir más prebendas locales (por supuesto, administradas por intereses egoístas). Por eso, la celebración de La Fiesta Nacional se ha convertido en una variopinta demostración de intenciones.

Ante todo, la Fiesta es una exhibición militar, bajo la presidencia del Jefe del Estado, la suprema autoridad de los Ejércitos, según la Constitución. El vistoso desfile en Madrid, una selección de destacamentos militares, equipos de guerra y aviones, atrae a miles de personas, que se agolpan a lo largo del recorrido de las fuerzas terrestres, hasta rendir la obligada pleitesía ante el Rey, Felipe VI, que encarna ese símbolo de unidad y respeto.

Como en Gaigé está y estará todo siempre en revisión, hay representantes de las regiones que no acuden a la llamada a la unidad, porque creen defender la independencia anticonstitucional de la parte de Estado que están obligados a defender. Hay ministros de Gaigé que asisten al acto de encuentro institucional como quien acude a una reunión de comunidad de vecinos. El jefe de Gobierno de Gaigé ha puesto su nota anecdótica retrasando el comienzo del acto, al acudir con retraso a la cita con el Rey, que esperaba en su coche.

Las previsiones económicas para 2023 están inmersas en graves incógnitas, pero los Presupuestos de Gaigé son expansivos, animada la Ministra de Hacienda, la antes prudente Calviño (Nadia) por la perspectiva electoralista. De la Comunidad Europea  han llegado ya 30.000 millones de euros, aunque se ha recibido una llamada de atención sobre la necesidad de mejorar el control y seguimiento de los proyectos financiados por el Plan Next Generación.

La renovación de la cúpula judicial en Gaigé ha servido para escenificar una ruptura del plato de la apariencia de independencia judicial. No hay chorizo que echar al gato, pero la dimisión inesperada por extemporánea, de Lesmes (Carlos), tenido por magistrado conservador, aupado a la cúpula del Consejo Superior con su mandato concluido hace años, puso de manifiesto la politización de la Justicia.

Nadie se atreve a interpretar que los jueces administran la interpretación de la Ley, en casos muy concretos, según su ideología. Pero esa sospecha tiene, con la tensión generada entre el PP y el PSOE por la discusión abierta sobre el método de designación de los jueces, fundamentos serios que no resultan inteligibles sin sombras.

La guerra en Ucrania camina sin rumbo cierto hacia su terminación y generando aún más lastre sobre las economías europeas, camino de una recesión duradera. El discurso de Borrel (Josep) ante los embajadores europeos ha venido a subrayar la grave dependencia de la Unión de los designios ajenos. Malos auspicios para los optimistas crónicos.

 

Publicado en: Actualidad, País de Gaigé

Trigésima Quinta Crónica desde el País de Gaigé

10 octubre, 2022 By amarias Deja un comentario

Los movimientos en las formaciones políticas que disputan los puestos de libre designación en las Administraciones públicas de Gaigé han proporcionado color y material mediático en la semana que ha terminado el 9 de octubre.

Por una parte, la tensa situación entre ERC y Junts, causada por la negativa de los junteros a ver el Govern tutelado desde la distancia por el prófugo Puigdemont (Carles), aupado en su imaginario Consell de la República, se resolvió con la ruptura de la coalición. Junts realizó una consulta a sus bases sobre la conveniencia de seguir apoyando a ERC y el resultado de la misma fue el abandono inmediato del Govern. Sánchez (Jordi), ex secretario general de Junts, escenificó la ruptura expresando que “el procés, definitivamente, se ha cerrado”.

Desde Moncloa, el gobierno de Gaigé, promete “ayuda a la estabilidad”, y a través de PSC, donde Illa (Salvador) mantiene una representación suficiente para provocar un vuelco en la composición del mando en la Administración regional catalana, se ha puesto de cariñoso perfil. No se pretende causar la mínima tensión que debilite los actuales apoyos del gobierno de coalición que sostiene, aún, a Sánchez (Pedro).

La gran noticia de la semana en lectura interior ha sido la aprobación de los Presupuestos, con el porcentaje de subida mayor de los últimos años. Llaman la atención, en especial, los incrementos en la dotación para la Seguridad Social, por los que las pensiones suben casi el 9%, independientemente de la base de cotización. Con un rubro de 200.000 millones de euros/año esta partida supone la cuarta parte del gasto.

Otro incremento significativo, este por lo que supone de novedoso, es el relativo a la dotación para Defensa, que alcanza ahora casi 11,200 Mill. euros (un 7,8% más que en 2021). La escenificación del diputado Echenique (Pablo) y los ministros podemitas, haciendo creer que la subida no se había tratado en el Consejo de Ministros (y con la que estarían en desacuerdo) solo tiene interpretación en clave de las discrepancias ante las sospechas de un adelanto electoral y la constatación de la pérdida de aceptación de los partidos populistas de la izquierda. No creo que tenga que ver con posicionamientos ideológicos, pues hace ya tiempo que la coherencia de los planteamientos no es relevante para los programas.

La vicepresidenta Díaz (Yolanda) se acerca cada vez más al calor de la empatía popular (más propia de artistas del corazón que de responsables de sectores de gobierno) que comparte con Sánchez (Pedro), marginando en las apariciones públicas de relevancia a los ministros de gobierno del PSOE y dejando, de paso, a la intemperie a sus ex colegas comunistas.

En el caso de algunos ministros, entre los que sitúo a la cabeza a la médico Montero (María Jesús), responsable de la cartera de Hacienda, una disminución de sus intervenciones frente al público sería muy de agradecer. Sus explicaciones sobre la no inclusión de algunas partidas en el Presupuesto de 2023 rivalizan en vis cómica con los mejores gags de Tip y Coll (hago una referencia para entendidos al indescriptible gag de la juanola).

Ha ocupado mucho espacio mediático en Gaigé la desafortunada “performance” en la que participaron más de cien universitarios varones, huéspedes en el Colegio Mayor Ahuja, de Madrid, insultando a las estudiantes femeninas del Colegio Mayor Santa Mónica. Aunque la voz cantante fue única, que en un alegato en parte improvisado llamó a sus vecinas, “putas” y “conejas” y les prometió acoso sexual a gritos, el espectáculo, que se divulgó conscientemente en las redes, contó como cómplices a casi todos los residentes del Ahuja que encendieron las luces simultáneamente, en la negritud de la noche, al mismo tiempo que lanzaban un grito tribal.

El suceso es mínimo, deplorable en sí, pero carece de sentido sacarle ninguna consecuencia excepcional. Ante todo, las presuntamente afectadas han quitado hierro al asunto, denominándolo “novatada que se repite cada año” y a la que no conceden importancia. Por el contrario, y dado que ambos Colegios universitarios acogen a estudiantes con buenos niveles económicos, algunos comentaristas han aprovechado para lanzar discursos doctrinales.

No es cuestión de condenar lenguaje sexista, ni de apelar a la necesidad forzada de mayor integración de la mujer en los puestos directivos. Aún menos, de promulgar leyes que permitan el cambio de sexo a tempranas edades o protejan al colectivo LGTBI ignorando los derechos de los heterosexuales a ser considerados biológicamente mayoritarios. El lenguaje arrabalero está incrustado en Gaigé. Aún resuena el eco del podcast en su “Base” del expresidente Iglesias (Pablo) defendiendo a la ocupa Serra (Isa) que insultó y agredió la Policía.

Escribió el líder populista, hoy a la busca de un puesto en la Universidad, para el que, de momento, no tiene suficiente currículum: “Con cinco tías como Isa Serra a caballo veríamos correr como gallinas a toda la policía municipal de Madrid. Isa me traería las cabelleras de todo ellos y Echenique y yo las quemaríamos en una hoguera con Arnaldo Otegui en Arralde”

Entretanto, Putin (Vladimir) sigue preparando la guerra nuclear, mientras los ucranios reclaman armas más eficaces y más medios.

Publicado en: Actualidad, País de Gaigé

Asturias, tierra de compromiso

5 octubre, 2022 By amarias Deja un comentario

El 4 de octubre de 2022 tuvo lugar en Madrid la presentación oficial de la Asociación Compromiso Asturias XXI, fundada hace 15 años y que cuenta ya con 200 asociados y unos 1.500 simpatizantes, según enfatizó el presidente de la misma, el Dr. en Ciencias Quimicas, Eduardo Sánchez Morrondo.https://www.compromisoasturiasxxi.es/

El título de la sesión fue “Madrid, tierra de compromiso”, que me permito trastocar como figura en el título de este Comentario. Porque creo que Asturias ha dado muestra a lo largo de su Historia de su generosidad con el resto de España, aunque entiendo bien, tal como se desarrolló el acto, lo que se pretendía con esa convocatoria.

En el salón de actos de la Universidad Nebrija “la universidad de los asturianos” estaba ocupado en sus dos tercios por nativos de la región, en su mayor parte emigrados. Había muchas canas en el recinto, aunque no faltó la esperanzadora presencia de jóvenes en sus treinta y cuarenta y tantos. Asistí al evento invitado por la vicepresidenta Margarita Collado, con vocación omnipresente y activa.

Se explicó a los presentes que la Asociación pretende colaborar en el futuro de Asturias, promoviendo actividades que la región necesite, con gente que, aunque esté lejos en la distancia se encuentre cercana en el afecto e interés por ella.

Para dar realce y un cierto contenido técnico-económico a la reunión, fueron invitados cuatro asturianos de entre los migrados en Madrid, agrupados en dos grandes temas: la visión económica (para la que fueron invitados Angel de la Fuente y Angel Gavilán) y la tecnológica (contando con Irene Cano y Jorge Fernandez como ejemplos de relevancia en el tema) , con breves intervenciones que no superaron los quince minutos y con el formato de un juego de preguntas y respuestas, bien conducido por el moderador y presentador del acto, Pedro Laguna, director de Cronistar. Un tercer bloque lo protagonizaron Maria Fernández y Lucía Fernández del equipo funcional de la Asociación.

La reseña del acto queda resumida y potenciada por el mensaje final: hay un importante valor en los casi 20.000 asturianos desplazados por cuestiones de trabajo en Madrid, algunos, desde luego, ya jubilados, pero emocionalmente activos. Como sucedió ya en otros momentos de la historia regional, decenas de ellos ocupan cargos relevantes en corporaciones y empresas. Ojalá que se sepa, esta vez, aprovechar con eficacia ese potencial de conocimiento, capacidad de decisión y vinculación afectiva con Asturias.

El vicepresidente del Principado, Juan Cofiño, cerró el acto con un mensaje por videoconferencia, esperanzado y, como corresponde a un cargo público, optimista. Que mi experiencia personal, nutriente de mi visión escéptica hacia movimientos bien intencionados que precisan de sustento energético continuado para que se sostengan -y que Collado, amiga incisiva que pretende saber penetrar en mis recovecos mentales, y me dice a la cara que es una  característica de mi personalidad- no sirva de juicio ni menoscabo para que triunfe esta iniciativa, que ya nace madura, aunque nueva para Madrid.

 

 

Publicado en: Actualidad Etiquetado como: Angel de la Fuente, Angel Gavilán, Cofiño, Compromiso Asturias XXI, Eduardo Sánchez, https://www.compromisoasturiasxxi.es/, Irene Cano, Jorge Fernández, Margarita Collado, Pedro Laguna

Trigésima Cuarta Crónica desde el País de Gaigé

4 octubre, 2022 By amarias Deja un comentario

Entramos en octubre con el nivel de incertidumbre en aumento. La declaración unilateral de la adhesión a Rusia de las regiones arrebatadas a Ucrania como consecuencia de la invasión de febrero, celebrada por el Kremlin a bombo y platillo, ha generado aún mayor tensión internacional.

Putin (Vladimir), con su intención aparentemente robustecida con el apoyo de la Asamblea Geberal, refuerza el argumento de que, al ser parte del territorio ruso, cualquier ataque a las provincias del Donetz, Lugansk, Jersonv o Zaporiyia será replicado con máxima dureza, poniendo sobre el tapete la posibilidad directa de uso del arsenal nuclear contra quienes apoyen al gobierno de Ucrania.

Agrupados en torno al paraguas de Estados Unidos, los miembros de la OTAN, repiten con emoción el mantra de que, si Rusia atacara territorio aliado, obtendría “una respuesta inmediata”. La escalada de posiciones desde el pasado febrero, momento en que los frágiles acuerdos de Minsk (la población eslovena donde se firmaron en 2015) saltaron definitivamente por los aires, ha alcanzado un punto que podría temerse de no retorno.

Zelensky (Volodomir) y su gobierno, enaltecido por un sentimiento patriótico ucranio que se consolida con las victorias conseguidas frente al gigante ruso, gracias al apoyo aliado, no están dispuestos a ninguna negociación. El panorama, ausente o incompetente hasta el momento la vía diplomática, es muy sombrío. Rusia sigue jugando su partida de póker, si bien ahora aparece perfectamente definida su intención: ofrecer el armisticio a cambio del reconocimiento internacional de que las regiones ocupadas son parte del territorio ruso. Es posible que, a cambio, la Ucrania reducida se avenga a admitir ese recorte territorial a cambio de su incorporación a la Unión Europea y a la OTAN.

¿Es importante la valoración de esta situación desde Gaigé?. Sin duda. Desde la invasión, los argumentos empleados desde el Gobierno para justificar las dificultades en superar la crisis anterior, gravitaron en torno a “la guerra de Ucrania”. Primero fue el precio del gas (arrastrando rápidamente al conjunto de los recursos energéticos) y, muy pronto, la escalada de costes de materias primas abarcó todos los sectores y afectó a todos los usuarios.

Tiene Gaigé un menor capacidad de recuperación autónoma que los grandes países de la Unión Europea. Francia, cuyas empresas multinacionales tienen asentados firmes tentáculos en nuestro país (dominando tradicionalmente el sector de distribución alimentaria, servicios y muchas líneas de producción industrial), ha puesto casi siempre con gusto palos en las ruedas del crecimiento de Gaigé.

Es Alemania, a la que se vuelven siempre los ojos y las intenciones entre sumisas e imitadoras de los agentes económicos y políticos de Gaigé, la que debía actuar de locomotora de cabeza. Pero la crisis energética, la terrible dependencia del gas ruso y la dificultad de encontrar fuentes alternativas (aunque mucho más caras), está pasando una tremenda factura al gobierno alemán.

El viernes, 30 de septiembre, los ministros de Energía de la Unión firmaron un acuerdo por el que se comprometen a reducir voluntariamente el consumo eléctrico y a reducir los beneficios extraordinarios de las empresas que producen energías inframarginales. La decisión se aleja de la propuesta que venía defendiendo la batalladora -y escasamente empática- vicepresidenta Ribera (Teresa), pero supone admitir la necesidad de un Mecanismo que imponga provisionalmente topes a los precios de los recursos energéticos y obligue a las empresas que se están beneficiando del modelo de cálculo de precios finales a que sean solidarias con el sistema. La energía es determinante de la tercera parte de la subida de precios, con una inflación que alcanza el 10% en el conjunto de la eurozona.

La situación económica será mala y la política, aún peor, aunque en los mentideros de Gaigé se ha hablado esta semana, sobre todo, de los cuernos de un tal Onieva (Iñigo) ha puesto, en vísperas de su anunciada boda, a la consolidada reina del folletín, marquesa de Griñón, Falcó (Tamara), sucesora sin reparos en el corazón de la farándula de alto nivel mediático en la que tuvo su trono su madre, Preysler (Isabel), hoy felizmente casada con el genio de la literatura periodística Vargas Llosa (Mario). Esta revelación ha servido para poner de manifiesto, según una encuesta de Sigma Dos para el diario El Mundo, que los votantes de Unidas Podemos y Vox son los más infieles y los encandilados con el socialismo, los más engañados.

Se consolida la pareja formada por Díaz (Yolanda) y Sánchez (Pedro), para tratar de enderezar el rumbo del maltrecho gobierno de coalición. Loss vaporosos vestidos -con tendencia al blanco- de la otrora dirigente comunista, hoy vicepresidenta del Gobierno de Gaigé, hacen magnífico juego visual con la estupenda fachenda del presidente, aún bajo la cuarentena de un contagio por la Covid que trajo de un viaje a Estados Unidos.

La falta de entendimiento entre los dos partidos mayoritarios para la renovación de la cúpula judicial ha sido el elemento causante de la estrafalaria intervención del comisario de Justicia de la Unión, Reynders (Didier), que ha disfrutado de un viaje pagado por los estamentos de Gaigé para tratar de entender cuáles son los entresijos del persistente desacuerdo que impide que los jueces que han superado con creces el mandato legal sean sustituidos por sangre judicial fresca. Sus recomendaciones finales han sido acogidas con respetuoso escepticismo.

El público llano, siempre atento a captar señales de manera intuitiva, sigue preguntándose por qué ha de ser tan importante la vinculación ideológica de los magistrados para administrar justicia, incluso y particularmente en el Tribunal Constitucional. Si los estamentos judiciales están politizados (y lo son de forma evidente), la hipotética independencia de es tercer poder, se confirmaría como vinculada al Parlamento y a sus ideologías mayoritarias.

En La Toja se celebró un encuentro con confuso significado político, en el que participaron Núñez Feijóo (Alberto), de forma presencial y Sánchez (Pedro) por vía telemática. Entre los asistentes, se pudo ver a González (Felipe). Como en este tipo de actividades no se va a aprender ni a hacer doctrina, sino a mostrar afectos, adhesiones y distancias, la interpretación del evento resulta tan sencilla como improductiva: las espadas están en alto y los ánimos, expectantes y tensos.

Publicado en: Actualidad Etiquetado como: comisario de justicia, guerra de Ucrania, Iñigo Onieva, Minsk, País de Gaigé, Preysler, Putin, Ribera, Rynders, Tamara Falcó, Vargas Llosa, Zelenski

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