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Archivo de febrero 2018

Ejército y sociedad civil (17)

20 febrero, 2018 By amarias Deja un comentario

Si se considera la complejidad y variedad de los agentes que pueden provocar amenazas (a los Estados, a bienes públicos privados, a grupos ciudadanos y a individuos), se comprenderá que es imposible realizar un cuadro completo de las defensas que serían razonablemente eficaces para contra-restarlas.

La costumbre -conducida de la mano, en este caso, por la ignorancia- tiende a asociar a las Fuerzas Armadas con el material bélico y el deseo de concretar los peligros puede que conduzca al ciudadano mal informado a que el mayor riesgo actual es el de una guerra nuclear. Puede incluso que encuentre cómodo en definir el perfil de los potenciales enemigos.

En el reparto de papeles, a pesar de su reiterada posición no agresiva, China suele aparecer como un fijo de los conflictos, ya sea contra Estados Unidos (asociada aquella con Corea del Norte y con Rusia), contra Japón o contra la India.

La guerra nuclear no puede descartarse, desde luego, y el creciente potencial en esta dirección, en una escalada sin límites aparentes, parece conducir a ella irremediablemente, pero en el corto plazo, los peligros y amenazas son otros.

En el terreno económico, la globalización ha favorecido a China de manera seguramente previsible, y el potencial de exportación de este país, aunque el coste de la mano de obra suba imparable (asociado al mayor nivel de bienestar) lo convertirá en breve en el actor principal de la economía mundial.

En este sentido, se me ocurre comparar su hegemonía con la conseguida por la Roma clásica en tiempos del Imperio. No se trata de sojuzgar, sino conseguir que los países amigos se conviertan en colaboradores interesados del poder económico chino: no conseguirán los mismos beneficios de la metrópoli, pero disfrutarán de indudables ventajas.

La pasividad con la que las economías occidentales han admitido la suplantación del clásico comercio de cercanías por establecimientos chinos, bien surtidos y homogéneamente gestionados, sorprende. Al volumen de transacciones generadas por esta vía (a la que se añaden también las de tiendas de ropa, peluquerías, jugueterías, etc.) se añade la generación de un empleo para nacionales chinos y una opacidad notable en la concreta realidad de los negocios.

En el tema medioambiental, se produce aquí una amenaza cuya contención (en mi opinión, ya perdida) exigiría la reducción drástica, e inmediata, de la producción de gas invernadero per cápita. Como es sabido, la contribución de Estados Unidos a la generación de CO2 equivalente es aproximadamente igual a la de China.

Permítaseme que deje, de momento, la concreción de estas amenazas reconocidamente no militares (invasiones pacíficas, podrían llamarse), para poner el énfasis sobre otras dos que, aunque se les refiera normalmente como “armas”, no tienen que ver con el soporte bélico tradicional. Me refiero a las armas bacteriológicas y químicas a las actuaciones en el ciberespacio.

Las armas bacteriológicas son una amenaza real y de muy difícil control, ya que son relativamente fáciles de producir (y aunque no lo sean en grandes cantidades, pueden alcanzar una difusión exponencial) y no conocen fronteras. El 20 de marzo de 1995 se produjo el primer ataque químico de envergadura contra la población civil, en las tres principales líneas del metro de Tokio. Aunque hubo más de 5.000 afectados (algunos con secuelas de por vida), solo se contabilizaron doce muertos. El atentado fue perpetrado por la senda “Verdad Suprema” (Aum Shinri Kyo”) y supuso una advertencia muy grave sobre los métodos que pueden emplear los terroristas para amedrentar a la sociedad civil y la dificultad de detectar de manera fiable los agentes biológicos patógenos y su trazabilidad posterior.

La Convención de 1972 sobre Prohibición de Armas Biológicas se preocupó de definir los agentes biológicos “militarizables”; de entre los agentes naturales vivos, el bacillus anthracis está reconocido, desde 1994, como de máximo riesgo; también militan en este grupo el Yersinia pestis (productor de la peste), el agente de la turalemia (Francisella tularensis) y la Rickettsia burnettii (agente de la fiebre Q), entre otros.

Los agentes naturales moleculares pueden producirse con facilidad por ingeniería genética y provocan alteraciones de las funciones biológicas o de los elementos de autodefensa.

Desde 1989 se vienen celebrando Conferencias de examen sobre la prohibición de armas biológicas, que a partir de 1996 incluyen los productos susceptibles de provocar modificaciones genéticas. Lamentablemente, las denuncias de incumplimiento de los protocolos de no utilización se suceden en los conflictos más recientes, poniendo de manifiesto que los Estados .grandes o pequeños- no renuncian a su uso potencial en caso de conflicto. Para unos, la justificación es que deben desarrollar métodos de defensa frente a eventuales ataques, que implican el conocimiento exacto del riesgo. Para otros, es un recurso militar o estratégico, cuyas consecuencias no se valoran con rectitud.

(continuará)

 

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Ejército y sociedad civil (16)

12 febrero, 2018 By amarias Deja un comentario

La cuestión nuclear del objetivo (u objetivos) a cubrir por las Fuerzas Armadas, en tiempos de paz como de guerra y, sobre todo, su incardinación con la sociedad civil a la que, indiscutiblemente, pertenecen sus miembros, ha tenido varias respuestas a lo largo de la Historia reciente de España. En una medida que no me atrevería a calificar de forma contundente, esta indefinición sigue presente hoy.

La “falta de densidad política” -expresión que copio del análisis de Mariano Aguilar Olivencia (“El ejército español durante la segunda República”, Econorte, 1986)- se ha visto como razón por la que el Ejército había tomado preponderancia con anterioridad al advenimiento del segundo intento de instaurar un cambio de régimen en nuestro país. Azaña vio, según destacaba ya Nazario Cebreiros (“Las reformas militares”, 1931) que la “principal necesidad no era atender a la guerra exterior probable, sino a los conflictos interiores, que constituyen el verdadero fondo de nuestra historia”.

No pretendo encontrar – ¡en absoluto!- coincidencias destacables entre la situación desgraciada que condujo a la guerra civil en 1936, pero quisiera poner de manifiesto dos puntos de delicada imbricación entre lo civil y lo militar, que ponen de relieve que es imposible una separación dicotómica, como algunos ingenuos pretenden.

  1. La falta de solución, hasta el momento (12 de febrero de 2018) al movimiento secesionista catalán, que afecta directamente al cumplimiento de los pactos de convivencia y a la unidad de España, definidos en la Constitución vigente,  pone énfasis acerca de las limitaciones del Estado de Derecho contra la revuelta civil, cuando la debilidad de la política ha permitido que líderes antidemócratas ocupen instituciones claves para la gestión pública.

La movilización de la mitad de la población catalana para generar un Estado independiente en Cataluña, es un intento enquistado, muy grave, de rebelión  que el débil gobierno actual (un Partido Popular con minoría parlamentaria y acosado por la corrupción y con un líder falto de carisma) ha intentado conducir, sin éxito hasta ahora, por la vía del empleo del código penal y con la apelación continuada al Tribunal Constitucional. Que la policía local catalana, los Mossos de Esquadra, hayan apoyado la revuelta (en proporción que aún está por dilucidar y que, seguramente, nunca se podrá aclarar), aumenta el tono de gravedad hasta límites no alcanzados nunca en democracia.

Estamos, cierto, en un contexto de paz, pero dentro del cual se plantean situaciones de alto riesgo para la seguridad ciudadana, para la economía y para el bienestar social,que no pueden ser resueltas simplemente por la vía del derecho. Tampoco sirve para el caso la policía, porque no está preparada para atender una revuelta social (pacífica o no) de tanto alcance, y ya que el uso de la fuerza está limitado. La policía no tiene el deber de defensa de la colectividad: los policías son empleados de la Administración pública correspondiente.

Por tanto, si se toma la decisión de enviar a las Fuerzas Armadas o la Guardia Civil a una zona de posible conflicto, y especialmente, si este afecta al régimen interior, ha de cuidarse en extremo las condiciones de presencia, los medios previstos para la actuación y las consecuencias de ésta.

Las Fuerzas Armadas representan, por arcaica que suene la expresión, “el honor del Estado”. Su actuación en problemas de orden interior está prevista, como ya indiqué en otro momento, como estado de excepción y el bien jurídico que defiende el Ejército en esos casos, sometido a la disciplina militar, si bien bajo la máxima autoridad prevista en la Constitución, es la unidad del Estado.

2. En relación con el papel de las Fuerzas Armadas y la disciplina de ese cuerpo excepcional del orden constitucional, se plantea la igualmente delicada cuestión de la jurisdicción militar. Cierto que el debate tiene bastante de maniqueo y las opiniones al respecto se deben considerar dentro de un proceso continuo de transformación, que no debiera estar influido (al contrario de lo que los españoles solemos hacer en casi todas las cuestiones importantes) por ideas de oportunidad.

La ley Orgánica 4/1987, de 15 de julio, de la Competencia y Organización de la Jurisdicción Militar (vigente, con algunas modificaciones ligeras recientes), establece la vis atractiva del Código penal militar en tiempo de paz (art. 12), circunscrita al ámbito estrictamente castrense (incluida la potestad disciplinaria), extendiendo su competencia a aquellos lugares ocupados por Unidades militares españoles, siempre que el inculpado sea español.

No hay doctrina inmutable al respecto, aunque los especialistas recuerdan que un Ejército de paz es un oxímoron, un absurdo. No es posible pasar de modo paz a modo guerra sin más que apretar un botón electrónico, y la preparación de las Fuerzas Armadas para lo que es, no su fin, pero su forma de trabajo en situación de máxima solicitud, exige una formación, una disciplina y un régimen de conducta especiales.


Una pareja de cogujada común (galerida crista), se ve interrumpida en sus juegos por el caminante. Muy parecida a la alondra común (alauda arvensis) se distingue apenas por su tamaño algo mayor, color aún más terroso y con el pico un poco más largo. De cerca, y en buenas condiciones de luz, el borde inferior de las alas aparece teñido de tonos de herrumbre, siendo su cresta más sobresaliente y aplanada.

Publicado en: Actualidad, Ejército Etiquetado como: Cataluña, disciplina militsr, ejército, ley, sociedad civil

El bosque imaginado de Mariano Arias

9 febrero, 2018 By amarias Deja un comentario

El 6 de febrero de 2018, en la librería Cervantes de Oviedo, mi primo Mariano Arias presentó su obra póstuma, Imagina Bosque Imagina.

Por supuesto, Mariano no se encontraba físicamente en el espacio lateral que Conchita Quirós tiene habilitado en su librería como ocasional foro literario, pero su hermano Lorenzo, que hizo una emotiva semblanza de su hermano gemelo y de las circunstancias convividas con el, lo convocó. Y allí estuvimos con el, las casi cincuenta personas que nos reunimos en lo que se concibió, también, como homenaje.

Pero queda el libro. Doce años de elaboración, revisión, añadidos, correcciones de un material que se concibió como la documentación gráfica y literaria de un peregrinaje por lo sustancial, de dos personas: un ciego ya anciano y un joven que sabe ver.

Tengo el libro abierto por una de sus historias. Son relatos breves, cargados de fría emotividad, impecables, algunos de difícil lectura, sin ser crípticos. Van acompañados de fotografías espléndidas-la mayoría de árboles, de retazos de bosque-. Mariano fue el autor decasi todas.

El bosque y la muerte. No es la única reflexión sobre esa aporía en el libro, que no se puede leer (quizá, se debería) como un relato continuado. Está tan bien editado, tiene subtítulos así de sugerentes, que al hojearlo, engancha entre las ramas.

Lorenzo recordó que a Mariano, el gemelo amado, no le gustaba mucho la poesía. Para el laureado autor de “el Escriba sagrado”, y finalista del premio Nadal en 1991 “cuando la competencia era mucho más dura” y premio Juan Rulfo en 1992) , la poesía era un género literario con menos posibilidades expresivas, quizá. Y eso que Mariano era, como lo demuestra su obra literaria y filosófica, un meticuloso artesano de la palabra, un maestro con el cincel, el martillo y la garlopa, tallando obras propias con el lenguaje de todos.

Para mi, el Imagina Bosque Imagina es un libro de poesía. Ese soplo enigmático que proviene de la comunicación de sentimientos entre un autor y un lector que, sin más bagaje que su propia rendida curiosidad a la voz del otro, se deja sugerir, para descubrir lo que nunca supuso tendría dentro de si.

—

La fotografía de ese castaño la tomé yo, en un bosque de Miranda, Asturias. Sirva como homenaje personal a Mariano y, por tanto, a Lorenzo y a Mari (Carmen).

Publicado en: Poesía, Sociedad Etiquetado como: bosque, mariano arias, obra póstuma

Debate hay que se aviva por antojo

7 febrero, 2018 By amarias 2 comentarios

Debate hay que se aviva por antojo/de intereses que ocultan su calaña/y no faltan sujetos que con saña/buscan contrario a quien sacar un ojo.//De tales belicosos tiene España/adictos e ignorantes que, a lo flojo,/suman miles dispuestos sin sonrojo/a sembrar, junto al trigo, la cizaña,/a teñirse de azul si el otro es rojo,/despreciar, cazador, al de la caña,/y a batirse a pistola por enojo/con quien dude que al héroe falta hazaña.//La confusión hace veloz al cojo/y virtud de respeto a la patraña.

(De Sonetos desde el s Hospital, opus 53, @Angel Manuel Arias)

Publicado en: Actualidad, Poesía, Sociedad Etiquetado como: angel manuel arias, desde el hospital, poema

Ejército y sociedad civil (15)

5 febrero, 2018 By amarias Deja un comentario

Si estas reflexiones tuvieran un orden, la referencia a los servicios de inteligencia debería ocupar los espacios preliminares. Porque la inteligencia -la información elaborada para la toma de decisiones relacionadas con la defensa nacional- está en el núcleo de las medidas que puedan adoptarse para la gestión y solución de las crisis que afecten o puedan afectar a la seguridad nacional.

Aunque se puede edulcorar el objetivo, el trabajo fundamental de la prevención consiste en el espionaje, esto es, en crear un sistema de sensores de captación previa de posibles amenazas.

En el Manual de Inteligencia del CESID -el antecesor del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), que tengo a la vista (publicado por Ediciones Tiempo en 1995) se indica que “el espionaje (…) es la principal y originaria misión de los Servicios de inteligencia “. Algo más adelante en el mismo texto (pag. 73) se precisa que “los ejércitos de la nación (…) en tiempo de paz son objetivo prioritario del espionaje”.

Las Fuerzas Armadas y la inteligencia están íntimamente cohesionadas, aunque el cambio de nombre del Servicio (antes, Centro superior de investigaciones de defensa) quiere poner de manifiesto que no se trata de un órgano militar, sino mixto. El cambio de dependencia del mismo, desde 2011 conectado directamente con la presidencia del gobierno, estaría incidiendo en ese mensaje.

Pero, aunque concebido como órgano de conexión entre los conocimientos civiles y militares de aplicación a la defensa de la seguridad del Estado, las instituciones y la ciudadanía, la forma de actuación tiene mucho que ver, sobre todo, con la estrategia militar.

(continuará)

 

Publicado en: Ejército Etiquetado como: Constitución, ejército, estado de alarma. excepción, separatismo

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