Al socaire

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Archivo de diciembre 2017

Ejército y sociedad civil (5)

30 diciembre, 2017 By amarias Deja un comentario

La Unión Europea, cuyos Estados arrastran una pesada carga de desencuentros entre sí, que han jalonado su Historia (la grande como la pequeña) de rencillas, escaramuzas, batallas y guerras (incluso dos de los conflictos que han merecido el lastimoso apelativo de mundiales, surgidos no en la noche de los tiempos, sino en el siglo pasado), creyó poder curar su complejo de culpa defendiendo con ardor verbal el concepto abstracto de “pax europea”.

Se trataba de convencer con el ejemplo, con las manos aún llenas de la sangre de los campos de batalla físicos en donde los europeos se habían matado a millones, lo idea de un mundo en paz, un modelo de gentes buenas y cooperativas, en el que los avances fueran conjuntos, basados en la solidaridad, en la ayuda a los pueblos en desarrollo, en la defensa y cuidado del medioambiente, en la predominancia de la ética y, en su cénit, de la religión cristiana.

El toque de atención del presidente norteamericano más autárquico de todos los tiempos, el republicano Donald Trump, ha puesto a Europa junto a las cuerdas, dejando al desnudo su debilidad. Y como reflexión más importante: las amenazas prioritarias para Estados Unidos no son las mismas que para los europeos y, aunque no se pretenda romper de pronto la cohesión de los bloques militares, los intereses propios deben defenderse con fuerzas y acciones propias.

Las “amenazas no compartidas” forma parte del rompecabezas de Defensa. El borde de la frontera europea actual es el Sahel (que quiere decir “frontera” en árabe), cuya tensión puede acabar desestabilizando el norte de Africa, y no sería este un asunto preocupante para Estados Unidos que, en cambio, concentra sus análisis de tensión prioritarios en el Golfo pérsico o en el Mar de China. Es evidente que el equilibrio en la frontera con el Este ruso se ve con mayor preocupación en Polonia, Hungría o incluso Turquía que en Norteamérica o en todo el continente americano. Los conflictos entre suníes y chiíes -en lo que puedan fundamentar las rivalidades entre Irak e Irán y otros países árabes, mientras se mantengan a niveles de guerra “convencional” adquieren el carácter de centros de experimentación de equipos ligeros y material terrestre para sus suministradores.

Se suele recordar que los militares son los únicos profesionales que han jurado o prometido estar dispuestos a morir por la Patria, en el correcto ejercicio de su misión. No son los médicos, los ingenieros, o los bomberos, ni siquiera los misioneros empeñados en aventuras de conversión a infieles en tierras ignotas. Pues bien: es el nivel del material, la calidad de los equipamientos y efectos bélicos los que definen la superioridad, especialmente, en un combate moderno. Se trata -y copio la expresión que oí de labios de un general- de conseguir que el enemigo cumpla con su misión y sea él quien muera por sus ideales o por su Patria.

La finalidad de mantenimiento de un Ejército concreto, el para qué sostener una específica estructura de Defensa, vuelve a primera línea de la escena cuando se trata de ser consistente y serio respecto a una dotación presupuestaria. Tenemos en España un Ejército profesional cuyo número objetivo de efectivos es de 75.000 personas (aún se dice “hombres”), de los que 22.000 son cuadros o mandos y el resto, personal de tropa.

Hace apenas 40 años se disponía de 300.000 militares (50.000 de ellos, cuadros). La Defensa del Estado sigue siendo una gran empresa y su gestión debe responder a ese concepto formal y a los objetivos deseados, sin paliativos ni recortes de gastos. La proporción de gasto entre personal y material que se deduce de los Presupuestos españoles es de 70/30 y la tendencia es a reducirlo aún más.

No se puede hacer una crítica de esa evolución sin considerar el contexto. Si tomáramos como ejemplo Estados Unidos (o Corea del Norte o China, salvando el oscurantismos de los datos), el gasto en personal supone no mucho más del 30% del Presupuesto de Defensa. Esto es, se prima la dedicación al equipamiento y a su creciente sofisticación; las partidas para mantenimiento son elevadas, pero, sobre todo, se tiene en cuenta que el objetivo de “bajas cero” en los conflictos implica desarrollar materiales y medios cada vez más complejos, destructivos para el potencial enemigo y detectores y aniquiladores antes de que desarrollen su potencial, de los artefactos del contrario.

La óptima Defensa descansa, también en la logística . Por supuesto, es sustancial para el éxito bélico conseguir la especialización de los efectivos humanos y adaptarla a los más modernos equipamientos y estrategias (esto es, dotarla de formación y dinamismo continuos), garantizando, en la medida de lo posible, que esos medios cumplan con las condiciones de máxima modernidad, calidad y capacidad de respuesta ante las misiones encomendadas.

El Ejército moderno ha de contar con una muy alta polivalencia de sus brigadas operativas y de ahí la importancia de la centralización de las necesidades de abastecimiento, la coordinación entre todos los centros o puntos de formación y mantenimiento, el engranaje con los objetivos de defensa y seguridad que dependan de estructuras civiles. El plan NOGAL significa, en esta dirección, un cambio notabilísimo respecto a la logística y su plena implantación es imprescindible.

(continuará)


El milano real (milvus milvus) se distingue del milano negro (más pequeño), tanto por su cola más larga y ahorquillada -en ambos casos, una “cola de milano”, por supuesto-, como por la “ventana clara” en la parte interior de la mano. Este ejemplar sobrevolaba silencioso, a finales del otoño, cerca de la orilla del mar menorquín,  a la busca de desperdicios, peces despistados o, incluso, atisbando la opción de arrebatarle la comida a alguna otra ave. En las islas baleares el milano real es sedentario, y bastante abundante.

En Asturias y Galicia, según mis observaciones, los milanos que se encuentran (cada vez en menor número, y solo en verano, pues son migratorios) pertenecen a la especie milvus migrans (milano negro, el “milanu”) del que los paisanos debían estar atentos (en tiempos de Maricastaña, cuando las gallinas campaban por el terruño) pues era especialista en alzarse con los polluelos de la granja, sin importarle ni poco ni mucho la defensa encarnizada de la clueca.

Publicado en: Actualidad, Ejército Etiquetado como: ejército, estados unidos, intendencia, logística, milano, milvus, ministerio de defensa, NOGAL, OTAN, sociedad civil

Ejército y sociedad civil (4)

30 diciembre, 2017 By amarias Deja un comentario

El Estado de seguridad está en auge, como sustituto potente del Estado social, amenazando incluso el Estado de derecho. La percepción de peligros y la difusión de situaciones de riesgo aumenta de forma imparable, alimentada desde todos los ámbitos, pero especialmente, desde los centros de poder, tanto los próximos como los remotos.

La valoración de una situación de seguridad es clave y por ello, la presentación del riesgo no suele ser ni inocente ni inocua. La mayor parte de las veces, se trata de conducir la sensación y forzar la interpretación, resaltando los elementos que se desea aparezcan como relevantes y ocultando o adulterando otros.

Por supuesto, el riesgo tiene, sobre todo, una dimensión personal, y la protección frente a él que deseamos afecta a lo que tenemos próximo, afectiva y físicamente. A los poderes públicos, en una posición que es traslado magnificado de lo que se espera que haga el “pater familiae” para proteger a los suyos, se les exige que reduzcan los riesgos a cero, lo que abre un campo estupendo para la manipulación, ya que no es posible vivir sin riesgo.

Cualquier incidente sobre la seguridad -provocado por catástrofes naturales, actuaciones humanas, fallos técnicos- despierta de inmediato dos actuaciones derivadas: las autoridades políticas o empresariales prometerán que dedicarán todo el esfuerzo a descubrir las razones del fallo, perseguir a los culpables y garantizar que no volverá a suceder. Con ello se tratará de contrastar otra actuación inevitable: el incremento del miedo, del temor a que situaciones parecidas generen los mismos problemas, encontrará agoreros fieles de nuevos desastres, que propondrán todo tipo de opciones, intoxicando el espacio de opinión.

Por supuesto, la sensación de peligro es inversamente proporcional a la distancia a la causa y guarda relación con su carácter concreto o difuso y el tiempo de generación del riesgo. Miles de ahogados en Bangla Desh o millones de personas amenazadas de muerte por la sequía en el Sahel tienen menor importancia que la caída de un árbol que haya provocado heridos en el Parque de al lado. La predicción de que la temperatura media de la Tierra se elevará más de dos grados centígrados en un par de decenas de años no tiene la misma importancia que la escasa lluvia caída el último verano.

Estas consideraciones, aunque generales, afectan a la valoración de los riesgos y amenazas que fundamentarían la misión de los Ejércitos. En un contexto de Estados pacíficos, de objetivo de paz duradera -aunque sea una mera elucubración-, las actuaciones preventivas o defensivas forman el eje de las medidas de Defensa.

La Seguridad Nacional española identifica doce riesgos o amenazas: Conflictos armados, Terrorismo, Ciberamenazas, Crimen organizado, Inestabilidad económica y financiera, Vulnerabilidad energética, Proliferación de armas destrucción masiva, Flujos migratorios irregulares, Espionaje, Emergencias y catástrofes, Vulnerabilidad del espacio marítimo y Vulnerabilidad de las infraestructuras críticas y servicios esenciales. Todas ellas tienen fundamentos serios, pero la percepción particular de los mismos por la ciudadanía es muy diferente: invito al lector a realizar su propia valoración y contrastarla con la dedicación de los media a cada una de ellas.

La intervención de los Ejércitos en acciones exteriores con fines que se podrían considerar estratégicos -en lo político, que es, en fin, lo económicos-, cuenta con ejemplos modernos. Aunque el principio de estas actuaciones debiera ser tratar de reducir o evitar el crecimiento del conflicto o riesgo detectados, las intervenciones en Irak, Afganistán o Bosnia de las fuerzas internacionales han venido a confirmar que son capaces de convertirse en un problema en sí mismo.

Las acciones en el exterior han pasado, sin embargo, a constituir el núcleo principal de las intervenciones de los Ejércitos de los países occidentales que pueden considerarse como tradicionales, aunque su actuación sea la de fuerza pacificadora. En escenarios de conflicto bélico o grave tensión civil, las fuerzas desplazadas (especialmente, las terrestres, las llamadas en el argot militar, de “bota en tierra”) corren riesgo de verse involucradas en acciones guerreras, padecer un atentado con efectos mortales o muy graves, y perder efectivos materiales, además de tener que asumir gastos de intendencia, transporte, munición, etc.

Para reducir el riesgo de pérdida de vidas humanas propias, las intervenciones en terceros países, además de ser previamente justificadas ante los organismos internacionales (como norma) tienden a descansar, cada vez más, en medios que son lanzados desde la distancia y manejados con control remoto. La sofisticación de medios permitiría (ha permitido, de hecho) incluso eliminar al dictador, al sátrapa o al líder que se pretende derrocar, reduciendo la repercusión a la población civil y los daños colaterales…inmediatos. El mapa de países en situación de guerra civil o asimilable no se ha visto disminuido, sin embargo.

La complejidad de las situaciones lleva a algunos analistas a defender que, para ayudar a resolver las tensiones sociales que están en la base de las guerras civiles, es imprescindible llevar a efecto programas de cooperación estructural permanente. No es una medida fácil de llevar a efecto, puesto que en zonas de conflicto, las Organizaciones No Gubernamentales corren graves riesgos de ser objetivos bélicos, y ello supone que deban ser protegidas por fuerzas militares o que sean los propios militares los que ejecuten os programas de cooperación. Ni qué decir tiene que la consolidación de este tipo de acciones está cambiando, y cambiará aún más, el sentido de los Ejércitos y la formación que deben recibir los militares.

(continuará)


Una preciosa hembra de roquero rojo (montícola saxatilis) parece preguntarnos por la razón de haber invadido su territorio. A primera vista (y a contraluz), el inexperto ornitologista  aficionado podría confundirla con un mirlo joven, por sun tamaño y comportamiento, e incluso se puede encontrar semejanza con una collalba gris de gran tamaño.

 

Publicado en: Actualidad, Ejército Etiquetado como: amenazas, colaboración internacional, defensa, ejército, fuerzas de choque, riesgos, seguridad

Ejército y sociedad civil (3)

29 diciembre, 2017 By amarias Deja un comentario

El desmantelamiento -tardíamente lamentado- del Instituto Nacional de Industria, al que los ímpetus de distanciamiento respecto al período franquista pusieron bajo la piqueta demoledora del socialismo juvenil, dejó a España sin la opción de mantener un entramado empresarial controlado eficazmente por el Estado.

Mucho se ha teorizado respecto al interés de que, incluso en los países en los de mayor fervor liberal, el Estado detente la mayoría de ciertos sectores -por su relevancia social, tecnológica o militar-, considerándolos estratégicos.  Nadie discute que la presencia de observatorios directos sobre el mercado facilita la función de control, de la misma manera que -sensu contrario- el oscurantismo y la desinformación favorecen el crecimiento de áreas de corrupción, beneficios excesivos y déficits en la implantación de una política de Estado coherente.

Sin que sea ahora mi intención sumergirme en el mar de argumentos en pro o en contra de ese modelo de intervencionismo parcial, no tengo dudas de que las empresas que se dedican a fabricar material militar han de estar sometidas a fórmulas de supervisión y control especiales. No solo porque el nivel de calidad y cantidad de su producción afecta a los objetivos de defensa propios, sino porque, no es posible obviar que el material dedicado a la exportación interfiere sobre el equilibrio global, sirviendo a intereses de quienes adquieren armas y pertrechos, sobre los que no se tiene supervisión.

Por supuesto, no se trata de un juego inocente. En un mundo en el que las amenazas a la seguridad se han polarizado en dos direcciones con escasa o nula compatibilidad (terrorismo protagonizado por “lobos solitarios” o grupos radicalizados con supuesto origen religioso; y manipulación supraestatal de las posiciones capitalista/anticapitalista), los objetivos de Estado deben coordinarse, además,  con estrategias de bloques, y los gastos militares habría de acomodarse en relación con los objetivos definidos por estas alianzas y pactos internacionales.

La realidad es que ningún Estado está dispuesto a renunciar a su parcela de autonomía militar, a mantener un Ejército -con armamento todo lo sofisticado que permita su presupuesto- y, sin necesidad de argumentarlo, recubrir el todo de un importante velo de oscurantismo.

El gasto militar mundial anual supera los 1,3 billones de dólares (es decir, más que el PIB total español), acaparando Estados Unidos el 33-35% del mismo, seguido a distancia por China (150.000 millones de dólares) y Rusia (casi 60.000 millones de dólares, el 4,6% de su PIB). Las mayores empresas del sector de Defensa son norteamericanas (Lockheed Martin- con 36.000 millones de dólares de facturación anual- Boeing, Raythein, General Dinamics), aunque está incrustada en el tercer lugar, una empresa británica (BAE Systems). El importante monto total y las dimensiones de los gigantes del sector da idea acerca de los intereses que moviliza esta industria.

En este contexto, cuando se dirige el visor desde lo general a lo particular, cobran sentido los desequilibrios en relación con los riesgos de una defensa ineficaz. Los 28 países de la Unión Europea dedicaban al sostenimiento de sus ejércitos poco menos de 200.000 millones de euros, con 1,8 millones de efectivos (incluyendo personal civil), siendo el Reino Unido, Francia y Alemania quienes acaparan el 60% de este importe. Se comprende, por ello, que el Brexit supondrá un duro golpe para la posible política conjunta en Defensa, pues soporta el 22% del gasto.

En España, la información se encuentra dispersa y, como sucede con casi todos los datos que afectan a nuestras magnitudes fundamentales, al contrastar diversas fuentes, crece la incertidumbre acerca de la fiabilidad. Según el Directorio de la Industria Militar del Centro de Estudios para la Paz JM Delàs, hay más de 130 empresas de defensa, siendo las más importantes Airbus Military, Navantia e Indra. Entre las grandes empresas del sector está MaxamCorp (la antigua Explosivos Riotinto), la primera empresa fabricante de explosivos de Europa y segunda del mundo.

Una mayoría de las empresas se encuentran agrupadas en la TEDAE (Asociación Española de Tecnologías de Defensa, Aeronáutica y Espacio), creada en 2009, que cuenta con 76 compañías, según su propia información. Facturan anualmente cerca de 11.000 millones de euros -algo más de la mitad en el mercado civil- , y aportan el 6% al PIB industrial español, dando empleo a unas 56.000 personas (21.000 serían empleos directos). Se enfoque a la exportación resulta evidente, analizando el destino de la producción.

El Ministerio de defensa edita, con destino fundamentalmente a la exportación, un catálogo sobre la Industria Española de Defensa. La edición 2017-2018, cuenta con 282 páginas, y se edita en español inglés y árabe. Allí se enumeran hasta 256 empresas (más del 81% son pymes), incorporando no solo las agrupadas en TEDAE, sino también las de AESMIDE (que prestan servicios y bienes). La cifra total de facturación llega a 82.549 millones de euros, poniendo de manifiesto que la parte dedicada al sector defensa no llega al 10% para esas empresas.

Resultaría pretencioso, en un artículo con pretensión divulgadora, reafirmar la idea de que es necesaria la revisión de los objetivos del sector, encajándolos, en lo posible, en una doble visión: la mayor dedicación a la investigación y desarrollo en productos, materiales y equipos que tengan doble utilidad (civil y militar), y la integración de las exportaciones susceptibles de aplicación miliar en el marco de una estrategia europea.

(continuará)

Publicado en: Actualidad, Economía, Ejército Etiquetado como: AESMIDE, airbus, armamento, Avantia, defensa, Delàs, ejército, gasto, guerra, Indra, Lockheed, Maxam, presupuesto, TEDAE

Ejército y sociedad civil (2)

28 diciembre, 2017 By amarias Deja un comentario

La utilización de armas y artefactos destructores, tanto ofensivos como defensivos, y la búsqueda de su mayor eficacia, ha sido uno de los elementos impulsores del progreso tecnológico. Puede que incluso, el más activo. De aceptarse esta premisa, el motor del progreso de la Humanidad estaría vinculado, no a fines altruistas o a móviles humanitarios, sino al dominio y explotación de una fracción de la sociedad sobre otra.

No pretendo dar lecciones de filosofía bélica, sino poner de manifiesto, como introducción a este apartado, que aunque el origen de la mayoría de los elementos que sirven a objetivos relacionados con la guerra haya sido su utilización en tiempos de paz, fue su aplicación en momentos de conflicto lo que les dotó de perfección, les dio otra dimensión y, como consecuencia, proporcionó poder y riqueza a los controladores o explotadores del ingenio.

Los alquimistas chinos en el siglo IX pudieron descubrir la pólvora, pero su uso en la batalla de Niebla en 1262 señaló un nuevo hito en la guerra. Nobel descubrió la forma de controlar la peligrosidad de la nitroglicerina y abrió el camino a múltiples aplicaciones útiles, pero fue en 187o, en la guerra francoprusiana, cuando la dinamita cobró toda la importancia económica de la que se beneficiarían muchos estrategas en campos de batalla.

Pocos sectores han dejado de verse favorecidos por los objetivos, directos o forzados, de las investigaciones relacionadas con la guerra o la defensa, y que se han acelerado justamente en momentos de máxima tensión, esto es, durante los conflictos armados. Aviones, submarinos, drones, bombas atómicas, lanzadores de cohetes, detectores antimisiles, telecomunicaciones, materiales de alta resistencia, instrumentación quirúrgica, explosivos, estrategia, intendencia, etc., son algunos efectos de las investigaciones física, clínica, bioquímica, químicofísica, energética, náutica,…aceleradas mientras los ejércitos surcaban tierra, mar y aire.

A nadie puede extrañar, en fin, que, en aras del principio de prevención, todos los Estados dediquen una parte de sus presupuestos a equipar a sus Ejércitos con medios humanos o materiales, tanto más numerosos, modernos e hipotéticamente eficientes en la medida que los juzguen adecuados a las amenazas que perciban (del exterior, pero también del interior de sus territorios) y al nivel ofensivo de sus potenciales atacantes.

A la cabeza de los gastos en Defensa (el eufemismo incorporado a la jerga bélica para enmascarar la voluntad de preparación para la guerra), se encuentra Estados Unidos. Dedica algo más de 500.000 millones de euros, cifra impresionante que el presidente Trump anunció aumentará en más de un 9% en 2018. El Ejército norteamericano dispone de 1,3 millones de soldados, a los que se deben añadir los más 750.000 civiles que sieven en los departamentos de Defensa y otros 800.000 efectivos de la llamada Guardia Nacional, en la reserva, que se pueden emplear en misiones especiales. El gasto en Defensa norteamericano equivale al 14,5%, del gasto público (ha llegado a ser del 18,6% en período de guerra declarada), equivalente al 3,3% del PIB.

El principio de “si quieres paz, prepárate para la guerra”, no es el único que rige los gastos en Defensa. La cumbre de Gales en 2014 (acuerdo de la OTAN), presionada en sus conclusiones por el reproche de Estados Unidos de la complacencia europea en el apoyo del “amigo norteamericano”, consagró el objetivo del 2% del PIB para gasto militar en 2024. España, que no alcanza ni de lejos esta cifra, se comprometió a aumentar el gasto actual para llegar a los 18.000 millones de euros .

El presupuesto de Defensa en la actualidad es de 7.600 millones de euros, pero si se computan las operaciones en el exterior (que suponen un gasto de más de 1.000 millones y, como punto de orgullo, una diferencia respecto a los demás países europeos, pues España está participando con efectivos en todas las misiones), y se añaden las pensiones que perciben los militares retirados, se llegará a superar ligeramente los 10.700 millones en 2017. La cifra aún aumentaría en 2.700 millones si, como propone el Ministerio de Hacienda se incluya el gasto de la Guardia Civil.

El 76% del presupuesto (4.430 millones de euros) se destina a gastos de personal, que, en número de 79.000 efectivos, se mantiene sin variación desde 2014. Esta mera referencia permite entender que el Ejercito español tiene escaso margen para mantenimiento y renovación de equipos y armamento. La observación pesimista cobra aún mayor dramatismo comparativo si se tiene en cuenta que los llamados “Programas Especiales de Armamento” (PEAS) -destinados a la adquisición de grandes sistemas de armas, entre los que figuran como protagonistas el Eurofighter, las fragatas F100 y el carro de combate Leopardo), que antes se financiaban al margen del Presupuesto, en los dos últimos años, supusieron 1.817 millones de gasto imputado.

Es imprescindible la revisión de la situación de los gastos en Defensa y, en relación con ellos, el encaje de los programas de sustitución de equipos y materiales, y la investigación relacionada con éstos. Los países más desarrollados han vinculado sin problemas éticos ni estéticos una parte de los proyectos de investigación militar con los civiles. La existencia de una potente industria de armamento en ellos, destinada en parte, pero no solo, a la exportación- se ve como fuente de empleo y riqueza. La indefinición de las líneas de desarrollo civil en relación con los objetivos de las empresas militares, ayuda a enmascarar, ante la opinión pública propia y, por supuesto, ante otros Estados, el verdadero alcance de los programas.

La Unión Europea, espoleada por la presión norteamericana, y la creciente posibilidad de verse actuando en solitario frente al “enemigo innominado o difuso” está revisando sus posiciones teóricamente no belicistas. El Programa i+d 2020, cambia la perspectiva admitida como norma estética de que el sector de defensa únciamente pudiera acceder a las llamadas tecnologías de doble uso (civil y militar). Aunque en 2017, la Agencia Europea de Defensa (ADE) solo dispuso de 25 millones de euros para programas solo militares, esta dotación servirá también para conectar las investigaciones de ambos sectores, separadas durante décadas. Se podrán cofinanciar programas de investigación de materiales especiales, robótica, electrónica, encriptación de comunicaciones, etc., hasta un modesto nivel de 90 millones (en 2020), parte mínima de un Programa que pretende dedicar en los 7 años de vigencia 98.000 millones de euros a investigación y desarrollo.

(continuará)


Un juvenil de mirlo común (turdus merula) sacia su sed en una fuente del Jardín Botánico madrileño. No lo tienen fácil las aves para beber de un chorrito de agua, lanzado en vertical, pero este tordo se las ingenia para, gota a gota, tomar su ración vital del líquido, sin ser molestado por nadie. Los jóvenes tordos se diferencian de los adultos -especialmente, de los machos- en el plumaje moteado. Los estorninos (que también tienen el pico amarillo) tienen un comportamiento gregario, no se mueven a saltos y su cola es más corta, además de distinguirse por un plumaje que, aunque negro como en los mirlos, presenta brillos verdeazulados, con pintas amarillas.

Publicado en: Actualidad, Ejército Etiquetado como: batalla, defensa, déficit, desarrollo, ejército, equipamiento, españa, eurofighter, F-100, guerra, investigación, Leonard, Niebla, paz, presupuesto, programa

Ejército y sociedad civil (1)

26 diciembre, 2017 By amarias Deja un comentario

La  Defensa del Estado es una cuestión crucial para la existencia de esta entidad de convivencia y, por tanto, debería encontrarse al margen de la pendencia política. En torno a ese concepto gravitan otros con los que se encuentra interrelacionado, como son la Seguridad Nacional, los Presupuestos para Defensa, los Tratados y Acuerdos internacionales, la Diplomacia, la formación de los Ejércitos, Capacidades, etc..

No resulta sencillo, sin embargo, como lo demuestra la práctica, llegar a un consenso sobre estas cuestiones. La experiencia legislativa viene a evidenciar que, siendo necesario un cuerpo jurídico coherente que los integre, bien en una o varias Leyes Básicas que puedan ser posteriormente completadas con reglamentos y normas de aplicación, no se ha alcanzado esa situación. Falta, incluso, a nivel popular general, una “conciencia nacional de Defensa”; término polisémico que, en la mayoría de los foros en los que se analiza la apreciación de la sociedad sobre este tema troncal de la seguridad y la tranquilidad en un mundo en permanente convulsión, se identifica también con “cultura de Defensa”

El artículo 8.1 de la Constitución Española concreta la principal misión de los Ejércitos: el respeto y garantía de la soberanía e independencia del Estado, definición que admite amplios matices, y, por tanto, diversas formas de ser llevada a una práctica cabal.

En esta serie de artículos sobre el tema genérico de “Ejército y Sociedad”  ofreceré al lector mi visión sobre  varias cuestiones puntuales, de entre las que considero relevantes, con un objetivo divulgador, dentro de mis limitadas posibilidades, huyendo de maniqueísmos o críticas surgidas de apriorismos viscerales.

Uno de los problemas que tiene planteados el Ejército español, bien conocido por los estudiosos y especialistas del tema (y sentido en su gravedad por los propios afectados) es la incorporación de los militares de reemplazo a la vida civil, una vez alcanzada la edad de 45 años, límite establecido por la  Ley 8/2006, de 24 de abril, de Tropa y Marinería.

No es un tema en absoluto baladí, y, al afectar al número y estado de satisfacción de los efectivos militares, está íntimamente ligado a la ordenación de la Defensa nacional (organizada de forma autónoma desde el Estado, pero coordinada con otros Estados mediante acuerdos de cooperación internacional). Resulta desconcertante el escaso interés que recibe por parte de la opinión pública, al margen de ocasionales destellos sobre la oscura realidad, motivados básicamente por advertencias e informes de la Asociación unificada de militares españoles (AUME).

¿Cómo es así? ¿Por qué se ha llegado a esta situación? La Ley 39/2007, de 19 de noviembre, o de “La carrera militar” (actualizada en versión de 15 de octubre de 2015), a pesar de su amplia y en muchos aspectos, farragosa dicción, no aborda el núcleo del problema; se diría que, más bien, al darle un tratamiento superficial, lo magnifica.

La cuestión afecta a todos los militares que, al llegar la edad de prejubilación forzosa no hayan conseguido promocionar de los empleos de soldado, marinero, cabo y cabo primero. La fijación del límite de edad en 45 años conduce la cuestión a la pirámide de edades de los militares en activo, considerando, por supuesto, los que se ha incorporado desde la promulgación de la Ley.

Hasta el momento actual, solamente unos 400 militares se han visto afectados por la Norma, pero dentro de los próximos cuatro años serán más de 4.000 los que tendrán obligatoriamente que abandonar el Ejército dentro de los próximos cuatro años, y el número crecerá de forma regular (no precisamente exponencial, como se acostumbra a decir sin fundamento) hasta 2033, en que habrán tenido que abandonar el Ejército, los 37.000 efectivos afectados por la disposición que ya formaban parte del mismo en 2007, más otros 17.000 que ingresaron después y que se verán sucesivamente en la situación de retiro forzoso.

La trampa de la Ley es que las plazas de promoción -empleos de suboficial, oficial, y personal desplazado a varios ministerios, fundamentalmente- es mínimo. Entre 2015 y 2016 se han generado solo unos 2.200 puestos. Así que, quienes alcancen la edad, pasarán a la condición singular de “reservista de especial disponibilidad”, obteniendo 600 euros mensuales hasta la edad del retiro obligatorio, pudiendo optar por una prima única en función de los años de servicio (que no está siendo la fórmula aceptada por quienes ya han pasado al retiro, pues es desventajosa respecto a la primera opción).

El legislador ha defendido el tenor de la disposición reconociendo que el personal militar de la base de la pirámide precisa de unas condiciones físicas que se ven mermadas al cumplir la edad de referencia. Se puede discutir el argumento (y cabe hacerlo en aquellos casos en los que estos efectivos están asumiendo funciones para las que cuenta la experiencia y el conocimiento más que factores físicos), pero lo que me interesa resaltar aquí es el alto coste que la medida representa para los Presupuestos del Ministerio de Defensa y, por ende, para las arcas públicas.

Por una parte, la prestación por desempleo durante dos años, como consecuencia de los años de contribución a la Seguridad Social, a la que tendrían derecho estos militares y que se calcula en más de 1.200 millones de euros. Por otra, al tenor de los 600 euros mensuales (7.200 anuales) de compensación, durante 18 años, para los 37.000 militares afectados por la Ley cuando se promulgó,   supondrá 4.800 millones de euros (sin inflación ni pagas extraordinarias).  Para los que ingresaron después de 2007, un cálculo aproximativo podría arrojar la mitad de la cifra anterior: 2.400 millones de euros como compensación y 600  de la Seguridad Social.

Mucho dinero, para cargar sobre unos Presupuestos de Defensa escasos en relación con otros Estados y la necesidad de renovación de equipamiento y modernización, y que también tensarán la cuerda de una Seguridad Social amenazada de bancarrota.

En mi opinión, la cuestión debería enfocarse desde la perspectiva de la integración de la formación militar en las necesidades profesionales de la sociedad en su conjunto. La intención existe, pero se está revelando difícil de llevar a una práctica eficiente. No se trata únicamente de incorporar a profesorado no militar a las Escuelas militares. Las enseñanzas impartidas, y las prácticas que se lleven a efecto, han de ser revisadas bajo el enfoque de la utilidad recíproca. Incardinar ambos tipos de enseñanza supondrá profundizar en las necesidades comunes y, en especial, en las tecnologías de información y comunicación, mecánica, electrónica, instrumentación, automática, robótica, etc.

Y en relación con la formación reglada en las Universidades , entiendo que debería considerarse imprescindible introducir una o varias disciplinas que se enfoquen al mejor conocimiento de los civiles sobre la Defensa, la Seguridad Nacional, y las técnicas de protección y nociones básicas sobre armamento y equipamiento. Puede pensarse que hay en esta propuesta reminiscencias de añoranza de la vieja instrucción militar obligatoria. No es así. El objetivo de la propuesta, que no puede olvidarse, es facilitar la integración a puestos laborales civiles del personal militar licenciado. Y ello supone, también, el dinamismo del modelo, adecuando las enseñanzas a la previsión de necesidades de la sociedad civil, que ha de ser compatible con la plena satisfacción de los objetivos marcados por los órganos reglados que tienen la responsabilidad de optimizar la Defensa del Estado.

(continuará)


En esta ocasión presento una pareja de currucas capirotadas (Sylvia atricapilla), con lo que se pone en evidencia el diformismo sexual: la hembra -y los jóvenes- tienen a modo de un gorro o capirote castaño, en tanto que los machos lo tienen negro. Podría ser posible la confusión de los machos con el carbonero palustre, por ejemplo, que también tienen una especie de gorro negro en la cabeza -en este caso, llegando por debajo del ojo y con un pequeño babero-. A finales de otoño y comienzo del invierno, estas aves, bastante tímidas y con facilidad para el camuflaje, presentan un plumaje variable en el pecho y en la cabeza, como consecuencia de la muda. Observar y anotar estas modificaciones, para el aficionado ornitológico, es siempre motivo de satisfacción, como cualquier conocimiento fundamentado.

 

Publicado en: Actualidad, Cultura, Ejército

EL Discurso de Navidad falso de Felipe VI

24 diciembre, 2017 By amarias Deja un comentario

Tampoco este año la Casa Real me ha pedido sugerencias para el discurso de S.M. Felipe VI en Nochebuena. Se trata de un hábito inherente a la jefatura de los Estados cristianos, aprovechando que, debido a la antigua conmemoración de la injerencia de la divinidad más elaborada sobre la humanidad descarriada para proporcionarle un modelo de vida alternativo, las familias suelen reunirse para actualizar sus afectos. Como las alocuciones no son escuchadas, aunque en los hogares se mantengan las televisiones encendidas y, dado que el poder de esos máximos dirigentes es, en la práctica, nulo, las alocuciones suelen ser las mismas cada año.

Este es el discurso que he preparado.

“Españoles:

Como todos los años, aparezco en vuestras casas con un mensaje de Navidad. Quisiera, ante todo, aclarar posibles confusiones. No soy un anuncio, no vendo colonias ni coches.

Aunque soy una persona de carne y hueso, como vosotros, estoy representando a un personaje y, si bien en una amplia medida puede interpretarse que soy un actor, desde que asumí la jefatura del Estado español, los sucesos más importantes de vuestro país formarán parte de su Historia, y se atribuirán a mi reinado.

Es una paradoja, porque mi capacidad real de influencia sobre lo que hacéis es nula, y si alguna vez expreso algo en público, que no sean obviedades, me lo han enviado ya redactado desde la Moncloa, y solo puedo poner las comas que faltan y tres o cuatro adverbios de modo. Según la Constitución que aprobasteis en 1978 y que ahora os parece llegada la hora de cambiar, mi papel fundamental es estampar mi firma en las leyes que desea promulgar el Gobierno de turno y aparecer sin mover una pestaña en ciertos actos llamados oficiales.

Después de esta introducción, quisiera referirme a una persona a la que desde hace unos años se le están dedicando muchos chistes y chascarrillos, pretendiendo sepultar la gran labor que hizo por nuestro país. Mi padre, el rey emérito Juan Carlos.  Me gusta mucho el discurso que alguien entregó a mi padre, como sugerencia, el 25 de diciembre de 2013. No llegó a emitirse, pero estaba entre los papeles que había en el secreter.  Si alguien siente curiosidad por leerlo, encontrará el enlace al final de este mensaje.

No se si debo aclarar, antes de seguir hablando, que bajo el término “españoles” comprendo a todos los que habitamos en la parte de la Península Ibérica que no es Portugal, y que incluye, por supuesto, las islas Baleares y Canarias, además de Ceuta y Melilla y el peñón de Alhucemas, superficie a la que hay que deducir el peñón de Gibraltar y Andorra y no se si algún trozo de tierra en manos de Francia.

Se que, desde hace algunos años y, especialmente, en los últimos dos, la mitad aproximada de los catalanes mayores de edad y la mayoría sus hijos menores,  se empeñan en decir que no se sienten españoles. Por ese lado, no tengo nada que objetar, ya que sentirse español es bastante doloroso, como lo demuestra que a muchos ilustres antepasados de los vuestros, no de los míos, les dolió España . Pero lo que no puedo entender  es que quieran cambiar la forma del Estado, y convertirlo en una República.

Uno de mis mentores, Sabino Fernández Campo, solía decir que la forma del Estado era lo de menos y que lo que tenía que convencer a la gente era que yo era mejor alternativa que cualquier posible presidente de la República. Fijáos que no se trata de competir con jefes de gobierno, que eso es otra cosa y que implica una gran responsabilidad (y para la que no me resisto a opinar que los españoles tenéis bastante mal ojo para elegirlos).

Puede parecer que si opino sobre la forma del Estado soy parte interesada y que debería callarme. Cuando mi padre me comentaba que la consolidación de la legitimidad de su Corona se produjo cuando un grupo de militares entró en el Congreso de diputados allá por 1981 y él se mantuvo firme en defender la  Constitución que, prácticamente, se acababa de votar, yo creía que, gracias a esa actuación suya, yo quedaría libre de hacer gestos de ese tipo. No fue así, y casi cuarenta años después me vi en la necesidad de volver a defenderla.

No fue lo mismo. En esta ocasión, el levantamiento secesionista vino desde el propio Parlament catalán y no fueron los militares, sino unos civiles. No había armas, salvo palabras. Fue muy duro para mí, porque tuve que leer el discurso que me había preparado el Gobierno, que era el mismo que inicialmente habían previsto que leyera el Primer ministro Mariano Rajoy, aunque la Reina, me aconsejó que no hiciera nada que era, por cierto, lo que me habían pedido otros especialistas en analizar conflictos.

Cada día que pasa me hace menos ilusión ser Rey de los españoles. Es cansino. La reina Letizia que, como sabéis, es asturiana y plebeya, le ha encontrado un cierto gustillo a la cosa.  Yo pienso, por el contrario -y no es que esté en desacuerdo con ella, si alguna vez discutimos, es por otras cosas- que seríamos más felices retirándonos a Gijón o a Tapia de Casariego, en donde se pueden encontrar casas con jardín cerca del mar. Las niñas, a las que habría que desintoxicar de infantas,  podrían estudiar Historia o Filosofía en Oviedo, que son carreras que, como no tienen porvenir, encajarían perfectamente con mis deseos.

Esto dicho, no me planteo dimitir. Me mantendré como Rey porque, como español, me gustaría seguir contribuyendo a que las gentes sencillas me vean como encarnación del Estado, a dar buena imagen física en el exterior, y, ocasionalmente, a ayudar a los jefes de gobierno que no sepan idiomas en algunos momentos en que no tienen a los intérpretes cerca.

Fui preparado para ser Rey desde mi tierna infancia, y esa inversión tiene que ser rentable. Hablo idiomas, tengo presencia, y, aunque no tengo competencias, soy el generalísimo de los Ejércitos.

Ahí quería yo no llegar. Porque no es sencillo ser Rey de España. Envidio a la Reina de Inglaterra que, aunque tampoco manda nada en realidad, todos los ingleses le desean a cada momento que Dios la guarde. Los españoles no somos capaces de ponernos de acuerdo en nada, y los ingleses están de acuerdo incluso en aquello en lo que discrepan. No tienen problemas de idiomas, porque aunque el inglés que hablan ellos apenas se entiende por los que no son nativos, está reconocido como lengua franca.

Veo mucha televisión últimamente, porque salimos menos fuera de casa. Letizia pasa desapercibida con una peluca o quitándose la máscara del lifting, pero y soy más difícil de disimular. Solemos reunirnos con los amigos en casa (los que nos quedan porque algunos de los que eran íntimos están desaparecidos) y yo preparo si no estoy de viaje una musaka con la receta de mi madre.

Termino aquí mi alocución. Mi mensaje, como habrán advertido los que me han escuchado, es que soy un tipo normal, que no tengo nada especial, salvo haber sido educado para ser abeja reina del enjambre de locos que es España. En cierto modo, soy como el protagonista de aquella película que interpretaba Jim Carrey, The Truman show.

Buenas noches a todos y, si me es admisible daros un consejo: dejad de daros bastonazos entre vosotros. ¿No advertís cómo se ríen los de fuera de aquí de la pérdida de energía que se os va en criticar y echar abajo lo que hacen los mejores? No tengo nada que ganar ni perder para mi mismo o mi familia, pues tenemos bastante patrimonio para poder vivir cómodamente en el extranjero, si llega el día en que os apetezca derrocarme. Aunque no estoy libre de que un enajenado quiera pegarme un tiro en uno de mis imprescindibles baños de multitud, que sirven para consolidar la popularidad de la Monarquía, no olvidéis que soy un símbolo. La realidad, la ponéis vosotros.


El enlace al que hace referencia este Comentario es:

El texto perdido del Discurso de Navidad del Rey Juan Carlos

La foto de portada es un carbonero garrapinos (periparus ater) en vuelo. No tiene la franja ventral negra que es característica de la especie afín (carbonero común), y es más pequeño en  tamaño. El negro capirote se rompe con una mancha blanca en la nuca y tiene dos bandas alares, también blancas. Aunque la foto no es determinante para detectar todas estas características de la especie…me gusta.

 

 

 

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Marciano el que no vote

20 diciembre, 2017 By amarias Deja un comentario

El 21 de diciembre de 2017 (o sea, mañana, respecto al día en que esto escribo) los residentes en Cataluña está convocados a votar sobre la composición de su Parlament, que elegirá al President de la Generalitat. No serán unas elecciones normales, ni mucho menos, porque se realizarán como consecuencia de la disolución del Parlament que fue aprobada, por aplicación del artículo 155 de la Constitución, por consenso entre los representantes del Partido Popular, PSOE y Ciudadanos, que tienen mayoría en la Cámara de Diputados de la Nación española, además de en el Senado (donde el PP en solitario ya gozaría de mayoría simple), autorizando al gobierno del PP a realizar la adopción de medidas extraordinarias, incluida la destitución del Gobierno regional.

La atipicidad de las elecciones catalanas se justifica por muy diversas razones. La población se encuentra dramáticamente dividida entre las opciones independentista o constitucionalista.

Además de la gravedad de una situación que ha causado la ruptura emocional en el seno de la región catalana, la incertidumbre mayor acerca del resultado de las elecciones proviene, justamente, del origen de la disolución acordada por los grupos políticos que son minoría en Cataluña. Al menos, hasta mañana.

La legitimidad defendida por la hipotética mayoría independentista, eje de los debates electorales, se fundamenta en que el President y su gobierno han sido destituidos por haber declarado la independencia de la Comunidad Autónoma, y lo hicieron siguiendo el mandato otorgado por unas elecciones que han sido declaradas ilegales por el Tribunal Constitucional y prohibidas por la judicatura, a instancias del Gobierno Central. Este último las boicoteó, utilizando advertencias y movilizando fuerzas de orden, que, aunque actuaron con extraordinario moderación, no evitaron que se produjeran algunas escenas violentas, ante la oposición beligerante de algunos ciudadanos, y que fueron ampliamente difundidas por los partidos independentistas.

Los encausados por esta posición de rebeldía, acusados del muy grave delito de sedición (entre otros), se encuentran en la actualidad, bien huídos de la justicia (el President despojado, Carles Puigdemont, y varios de sus Consellers, refugiados en Bélgica), o en la cárcel (el vice President, Oriol Junqueras, algunos otros Consellers, y los directores de las agrupaciones para-políticas Acció Nacional Catalana y Ómnium). Su situación personal o procesal no les está impidiendo participar en la campaña electoral, defendiendo la República y la independencia de Catalunya y reiterando los argumentos de que España (esto es, las demás regiones) maltrata a las instituciones catalanas y se aprovecha fiscalmente de la Comunidad, además de marginarla en la toma de decisiones que la podrían favorecer.

Sin embargo, la campaña electoral ha puesto de manifiesto tensiones entre los propios independentistas, generando una incertidumbre adicional sobre las opciones y coaliciones postelectorales, si fueran necesarias para recuperar para su posición ideológica la primacía del espectro catalán.

Para quienes vivimos la situación desde fuera de Cataluña, y escuchamos los argumentos de los representantes de las diferentes fuerzas políticas, la campaña nos aparece como una pesadilla, una invasión de despropósitos. Los dos bloques entre los que se dirimen fundamentalmente las elecciones, no están discutiendo cómo hacer las cosas mejor, cómo mejorar la gestión de la autonomía o cómo plantear su relación con el resto de España. No.

Lo que se decidirá es si los llamados constitucionalistas, esto es, quienes están decididos a respetar la Constitución vigente, y no solo de boquilla o mentirijillas, obtienen suficientes escaños para elegir al President, o si los partidos que abogan por el secesionismo, aunque se hayan manifestado -es obligatorio- que acatan la Constitución, resultarán quienes se alcen con la mayoría simple y traicionarán, por segunda vez, su promesa.

Las encuestas realizadas hasta el día de ayer (hoy, por capricho de la Ley electoral, su difusión está prohibida, al ser un día de reflexión), demuestran que ambas posiciones están, técnicamente, igualadas. Puede salir lo mismo Cé que No-Cé. En cualquier de los casos, la presión de la calle, esto es, de los que están a favor de una u otra opción, se manifestará, con seguridad, en concentraciones de apoyo o repulsa. Nada habrá sido, pues, resuelto.

Pero la pérdida para Catalunya es inmensa. Ha perdido, como colectivo, el carácter de región serena, seria, constructiva, creíble, imaginativa y trabajadora. Han crecido, en el que era envidiable vergel de ideas y actividad, los monstruos de la deslealtad, la insolidaridad, la fantasía sin base, la protección de la corrupción de los politicastros, entremezclados con la ingenuidad, la ignorancia, la creencia en un mundo mejor, soñado con el tejido de los nacionalismos más rancios y antihistóricos.

Esos catalanes que mañana están llamados  a votar son hijos y nietos de la burguesía que construyó una próspera Catalunya, de los obreros y braceros que se acercaron, atraídos por la posibilidad de trabajo, desde las regiones más pobres y marginadas de España. Esos catalanes son emigrantes venidos del Magreb que han conseguido tarjeta de residencia después de años de asumir tareas mal pagadas y marginación. Esos catalanes son nacionales de otros países -Europa, Latinoamérica- que conservan también con orgullo su nacionalidad de nacimiento y origen. Esos catalanes son profesores, licenciados, trabajadores de todo tipo, que han tenido que estudiar catalán, aunque nacidos en esa región, para no verse marginados en sus puestos de trabajo o ver truncadas sus aspiraciones.

Esos catalanes tienen en común aspirar a una Catalunya mejor, más justa, más capaz, más fuerte. Esos catalanes son españoles.

Y como españoles queremos verlos y que así permanezcan. Porque una Cataluña fuerte nos beneficia a todos. También a los catalanes, quizá incluso, más, porque siempre han sabido sacar más ventaja -por su imaginativa coherencia empresarial y su capacidad negociadora- que otras regiones.

Nos beneficia a todos, como nos beneficia una Extremadura grande, una Asturias próspera, una Andalucía llena de oportunidades, un País Valenciano industrioso, una Galicia renovada y pujante, unas dos Castillas superando con fuerza el ostracismo y marginación, una Rioja y una Navarra potenciando su singularidad, un País Vasco en paz y solidario, una Murcia y una Comunidad alicantina con máxima productividad y empuje, unas Islas Canarias o Baleares con impecable atractivo para propios y turistas, una Cantabria ingeniosa y bien comunicada, una región-capital del Estado como máximo ejemplo de coordinación y solidaridad equitativa, y, en fin una Ceuta y Melilla como enlace con el escenario africano de nuevos desarrollos.

Permítaseme el chascarrillo juguetón: Marciano, el que no vote. Que voten todos los catalanes, y estén seguros que desde el resto de España estaremos conteniendo la respiración hasta conocer el resultado. Por eso, que el catalán que vote separarse de España, que se lo piense, no una, mil veces. Respetaremos su voto, pero no permitiremos la secesión. Porque esta vez no se trata de ideologías, sino de legalidad mezclada con el único sentimiento que no debiera perecer jamás: la solidaridad para mejorar.


Este magnífico ejemplar de buitre leonado  (gyps fulvus), fotografiado en Monfragúe, a finales del verano, despliega toda su belleza y características diferenciadoras. Unas coberteras más palidas que las rémiges, el borde inferior de las alas -de anchura menos uniforme que la especie leonada- en dientes de sierra, dedos (en número de seis, relativamente más largos); el pico, amarillento,…

 

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Problemas de la generación energética en España

19 diciembre, 2017 By amarias Deja un comentario

El 14 de diciembre de 2017, en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Minas y Energía  tuvo lugar una media Jornada sobre “Presente y futuro de la Sostenibilidad Energética”. Pude asistir a la totalidad de la misma y, aunque no estaba previsto en el Programa, se me invitó a presentar, al final de la misma. las Conclusiones de la Mesa que moderó José Luis del Valle, Presidente de LAR España.

Del Valle tuvo que ausentarse (hubo una Segunda Mesa con posterioridad, moderada por Eduardo González, subdirector de la Oficina de Cambio Climático), y fuimos Eduardo y yo los que intervinimos al final de acto. José Luis, con su habitual sentido de la responsabilidad, me entregó sus notas y yo, que había tomado las mías, incorporé mis propias impresiones,

“Mesa de la Generación Energética. Conclusiones

Domingo Asuero, de Gas Natural Fenosa, enfatizó que los vectores del cambio, junto a la descarbonización, serían la descentralización de la producción, la democratización en el uso de los recursos y el aumento de la digitalización aplicada al conjunto del proceso, aunque no podría olvidarse que el coste sería igualmente relevante. Utilizando una Tabla publicada por Lazard´s presentó como más competitivas en al actualidad (con costes menores a 50 dólares/MWH) a las energías fotovoltaica, eólica y a los ciclos combinados, si se considera el coste de producción nivelado, descontando las subvenciones. En fin, como solución a corto plazo entendió que las opciones estarían del lado de utilizar solar fotovoltaica y eólica, con el gas como respaldo (apoyado en la llamada revolución del shale gas, o gas de pizarra). A medio plazo, la necesidad de almacenamiento masivo para la gestión de los excedentes, supondría la utilización de la infraestructura ya existente de las redes. Terminó su alocución con la frase “No hay por qué preocuparse obsesivamente por el futuro, porque, nos va a arroyar en cualquier caso”.

Roberto Mariscal, de Iberdrola, defendió que la innovación era imprescindible para mejorar el momento actual, y construir el mañana. En el momento actual, ya existen modelos reales para almacenamiento masivo de energía, utilizando la hidráulica de bombeo, citando las referencias de La Muela y el Proyecto Támega. En cuanto a la producción, entendió que en España, la energía nuclear y los ciclos combinados son el soporte imprescindible para las renovables. Destaco también el incremento de las redes y contadores inteligentes, avanzando hasta su total generalización y fue, de todos los ponentes, el único que se refirió a la captura y almacenamiento de CO2, que presentó como probados tecnológicamente, aunque no su competitividad.

Antonio González, de Foro Nuclear, recordó que la potencia instalada en España en este momento que corresponde a las centrales nucleares es del 7%, aunque representan el 20 % de la producción, evitando entre 30 y 40 Milloones de Tn de Co2(año. La producción nuclear en nuestro país aporta, además, empleo de calidad y know how exportable (más de 3.000 Mill de euros/año). Denunció que sufre impuestos, tasas y gravámenes excesivos (que se aplican sobre facturación y no sobre beneficios, como podría ser lógico) y que alcanzan el 40%. Abogó porque después de 2030 se contemple su continuidad, con criterios de seguridad, o se ordene su cierre ordenado, aunque advirtió que la supresión inmediata de la producción nuclear en España supondría incrementar 30.000 MW el parque de renovables para compensar el déficit energético  otras tantas para cumplir con los objetivos ambientales

Pablo Alcaraz, de Acciona, resaltó que la energías renovables ya son competitivas y que su menor coste está siendo trasladado a las subastas, siendo el sector industrial el principal beneficiario. En las grandes empresas, la energía supone el 70% de la factura total, por encima de la media de la Unión Europea. Han deprimido el precio del pool en 2016 en 21,5 euros/MWh. Al bajar las importaciones fósiles, reducen el déficit comercial, beneficio que evaluó en 16.000 Mill. € en los 9 primeros meses de 2917. Especificó que las renovables, aunque no gestionables, son ampliamente predecibles. Terminó enfatizando que el BAU (business as usual) no es una opción para combatir el cambio climático; con la tendencia actual, en 2037 se superarán los 2ºC de incremento medio de la termperatura de la superficie terrestre.

Pedro Iglesias, de Carbunión, improvisó una defensa del recurso carbón, poniendo de manifiesto que el carbón nacional ha disminuido la producción a 2,8 Mill. Tm/año en 2017 (de ellas, 1,7, lignitos de Aragón) , pero importamos aún 17,3 Mill Tm. Los empleos bajaron desde los 6.000 en 2011 a solo 2.000 en 2016. Las importaciones proceden de países con condiciones sociales ambientales y económicas muy diferentes a España (Colombia, Rusia, Indonesia, Rep. Sudafricana). No se puede actualmente prescindir del carbón, y la reducción debe ser progresiva y ordenada. No se producirá sin altibajos: el hueco término (energía generada por la combustión) subió en 2017 un 7%.

Del interesante coloquio, en donde intervinieron varios cualificados asistentes -entre ellos, el decano del Centro, Rafael Monsalve, y el del Noroeste, Juanjo Fernández García-, quiero destacar la observación de este último poniendo de manifiesto que nuestro sistema fnciona a 50 Hz, y que para mantener estable esta frecuencia son necesarios grandes generadores eléctricos que aporten inercia al sistema. Estos generadores solo están disponibles en hidráulicas, nucleares  y turbinas de gas y carbón. La disminución o inestabilidad de la frecuencia afecta al funcionamiento de los grandes motores de las industrias.

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Ilustra o, mejor expresado, decora este Comentario, la foto de un colirrojo tizón (phoenicurus ochruros), seguramente de la subespecie aterrimus, que es la más habitual en la Península ibérica -el macho de la subespecie tiene sus plumas superiores (obispillo, manto y escapulares) oscuras, y este pajarillo parece un juvenil (ya que no una hembra, que tendría el plumaje claramente marrón), ya que carece de la mancha alar, como un panel blanco, que exhiben los adultos. El ave estaba revoloteando a la busca de insectos por la playa de Santa María del Mar, en Asturias, este verano.

 

 

 

 

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Trayectoria

17 diciembre, 2017 By amarias 3 comentarios

El Colegio de Ingenieros de Minas de Centro de España, con ocasión de la Cena anual de este año, me entregó ayer (16 de diciembre de 2017) la medalla al reconocimiento a la trayectoria profesional. El acto resultó para mí, como el lector amigo puede suponer, honroso y emotivo, y contó con la presencia del Ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital, Alvaro Nadal.  (1)

Incluyo a continuación el texto que tenía preparado para comunicación de agradecimiento que, como no lo leí, no coincidirá plenamente con lo que estará registrado. Tenía dispuestos, en realidad, dos textos (uno más largo, para la eventualidad de que el Ministro, por alguna obligación sobrevenida, no hubiera podido asistir). Si alguien estuviera interesado en el “texto largo”, se lo enviaré gustoso.

“Autoridades, compañeros y amigos, familia:

Cuando le comenté a una de mis cuatro nietas -seis años- que mis amigos del Colegio me habían dado el reconocimiento a la trayectoria profesional, me preguntó “Abuelo, ¿Qué es eso?” “Es un premio por mi carrera”, le contesté. Se me quedó mirando, asimilando lo que le había dicho. “¡Pero si tú no corres un pimiento!¡Yo siempre te gano!”, me replicó.

Me viene a la cabeza lo que oi decir a Eduardo Haro Tegclen, cuando presentó hace ya años, los premios del café Gijón. Dijo: “Los que fundamos este premio en 1949 habíamos discutido si, antes de dárselo a alguien ajeno, no deberíamos dárnoslo a nosotros mismos.” La Historia dice que no fue así, pero es cierto que a la hora de conceder un premio, tanto si es o no honorífico, se piensa, en primer lugar, en los que tenemos cerca. Por tanto, si alguien necesita ser tranquilizado de por qué me premiaron a mí y no a él, le doy la satisfacción: estos amigos del Colegio de Centro han tenido piedad de mi, de mi estado de enfermo y esperan que, dentro de unos años, cuando estén viejitos, les den el reconocimiento a ellos.

He tratado de inspirarme para estas palabras en otros discursos de agradecimiento. Tuve a la vista alguno de nuestro premio nobel Santiago Ramón y Cajal, del que siempre aprecié no solo su magnífica creatividad, sino su humildad. Cuando le daban un premio, lo recogía como si se disculpara. El recordaba una frase estupenda de Isaac Newton, que escribió: “Llegué lejos porque fui transportado a hombros de gigantes.

Santiago Ramón y Cajal es un ejemplo de perseverancia, constancia en la ejecución de sus trabajos de investigación, a despecho de dificultades, zancadillas y falta de medios. Si me tengo que definir con un par de brochazos, reconozco que soy lo contrario de esa representación. Soy inconstante, todo me atrae, he cambiado de trabajo muchas veces y siempre los he dejado con la impresión de haber abandonado las cosas a medias. Por fortuna, siempre ha habido excelentes continuadores y perfeccionadoras de esa obra inacabada. A ellos quiero, aunque sea sin citarlos, rendir homenaje hoy. Como también quiero rendirlo a la persona que más ha hecho por impulsar mi ánimo, sacrificando su propia carrera. Si del admirado Ramón y Cajal se decía que la mitad de Cajal era su mujer, la mitad de este Arias la sostuvo mi esposa, María Jesús.

Tuve relación con la minería desde niño. La casa familiar tenía los armarios llenos de piedras, pero no porque se coleccionaran. Eran las muestras de las decenas de posibles negocios mineros que mi padre se planteaba, en emprendimientos para los que llenaba páginas y páginas de cálculos en las que, con sus trabajos de laboratorio a partir de muestras tomadas en el campo, nos convertía en millonarios una y mil veces.

La minería no dio dinero, pero sirvió para sacar a la familia adelante, al menos, hasta que se suprimieron los aranceles y faltó capital para pagar el horno importado de Alemania que hubiera hecho competitivo al negocio de mi padre. Eso sí, tuve muchas ocasiones de visitar minas y metalurgias, asistir a coladas de ferromanganeso, ferrotungsteno o ferrosilicio, ponerme el casco de minero cuando apenas era un niño delgaducho y no muy fuerte. Mi primer cubalibre lo tomé con el rey el manganeso, Antonio Domínguez Roldán, con once años, cuando acompañaba a mi padre a visitar unas minas de pirolusita y rodocrosita en Nerva.

Si la vida de cada uno es una novela, en la que el guionista, en buena medida, es uno mismo, la mía, más que una novela de aventuras, es una historia de cambios. De un culo inquieto, vamos.

Algunos de los que me estáis escuchando sois aún jóvenes, y tal vez para ellos tenga sentido apuntar algo así como un consejo. No tengáis miedo a cambiar de ocupación, ni de lugar, ni a quemar vuestras naves. No miréis atrás, mirad hacia adelante, que es la única manera de aprovechar las oportunidades para modificar el entorno de vuestra existencia, Como no tenemos otra, nuestra responsabilidad es hacerla lo más útil para nosotros y los demás, y, sí, también conseguir que sea lo más divertida posible.

Los que me conocéis más, sabéis que una de mis obsesiones es la generación de empleo y riqueza para el desarrollo. Hice mi tesis doctoral sobre este tema hace ya años, trabajé en la Administración pública con ese objetivo y di muchas conferencias y participé en decenas de comisiones y coloquios. Ayudé a poner en marcha muchas empresas, pero cuando me decidí a montar mi propia empresa, monté un restaurante. De aquella aventura, que duró, por supuesto, cinco años -como todas- escribí un libro. “Cómo no montar un restaurante”.

En fin, ya véis que mi trayectoria profesional no ha sido precisamente recta. Está llena de trazos, matizada con algunos sinsabores y, por fortuna, dispone de muchas satisfacciones.

Soy un decidido defensor de la calidad de la enseñanza. Cuanto más exigente, mejor. Cuanto más ancha sea la base de conocimientos, mejor. Por eso, no me preguntaría exactamente si la formación en la Escuela o en la Universidad sirve, en abstracto. El paso por las Escuelas de Ingeniería debe dar, no solo conocimientos, sino ayudar a abrir la mente, preparándola para resolver problemas, cualesquiera que sean.
La realidad de haber superado un proceso de selección, duro, da confianza en uno mismo. Los detalles son lo de menos. Cuando impartía clase de Algebra en la Escuela de Minas de Oviedo, un alumno me preguntó para qué servía el teorema de Kolmogoroff Smirnoff en la vida profesional.

Este teorema es capital. Demuestra que cuando se toma una muestra suficientemente grande de valores de un parámetro de un suceso aleatorio, la función de densidad se aproxima a la distribución normal. Le contesté que aunque pudiera ser, y yo no podía preverlo, que no necesitara aplicarlo nunca, en aquel momento tenía máximo interés para ambos. Para mi, como profesor, me había supuesto unas 500 pesetas, que era lo que me pagaban por la clase. Para él, como alumno, el entenderlo y saber expresarlo con corrección, supondría obtener un punto en el examen trimestral, pues era una pregunta que pensaba incluir.

Yo tuve ocasión de aplicar bastantes veces el teorema. Casi todos los sucesos que nos afectan se aproximan a la distribución normal. Es normal la distribución de esperanza de vida de una población. Es normal la distribución de consumos de agua o electricidad en una ciudad, es normal…

¡Ah, pero también pude comprobar, que en una población aparentemente homogénea suele encontrarse un grupo de comportamientos atípicos que constituyen la excepción. Cuando miramos la distribución de resultados de la variable, aparecen como una segunda joroba. Una campana de Gauss más pequeña, nacida del mismo suceso pero de un comportamiento que mejora o cambia la tónica general. Siempre me han atraído estas segundas jorobas de los sucesos normales. Están formados por los resultados, valga la aparente redundancia, de los que se salen de la normalidad, de los que han apuntado más alto.

Ahí quiero ver a todos los que quieren una España mejor, una ingeniería mejor, una sociedad más justa. No son los que se conforman con lo que hacen los demás, sino que buscan el hueco donde los demás no encuentran más que comodidad y, tal vez, exigencias.

Debemos animar a todos los jóvenes ingenieros, y a toda la juventud, a que trabajen por la excepción, apuntando más alto. Quiero decir a mis colegas, también a los que ya somos mayores, que sigamos buscando la excepción a las curvas de Gauss, y que ayudemos a que los más jóvenes consigan mejores resultados que los nuestros. Y quiero recordar, por supuesto, que el trabajo mejor no es obra de individualidades, sino de colectivos. De gentes que han llegado a hombros de otros.

Por eso, animo a todos los compañeros que no estén aún colegiados, a que lo hagan. Y a los que lo estéis, a que participéis más en las funciones del Colegio. No es cuestión de cuotas ni de ingresos para el Colegio, -que ojalá fuera único, dicho sea de paso-, sino de sumar el máximo de esfuerzos, aupándonos los unos en los hombros de otros. El Colegio es la forma de defender los intereses comunes, ayudar a la formación continua, apoyarnos en las dificultades. Pero, sobre todo, un Colegio profesional, hoy debe tener como objetivo mejorar la sociedad en la que vivimos, convertir sus resultados en una segunda campana de Gauss, que suponga el punto de apoyo para el salto de la situación desde la que se viene.

Dejo aquí mi discurso. Gracias por vuestra atención, y gracias a la Junta del Colegio de Centro, y en especial a su decano Rafa Monsalve, por este reconocimiento. Es inmerecido, admito, pero sabe muy dulce. Además, como mi trayectoria profesional no ha terminado, este galardón le da una dimensión con la que jamás había soñado”

—

(1) Había muchos colegas, y no puedo citarlos a todos, pero sí quiero destacar, además de a Rafael Monsalve y a los colegas de la Junta del Colegio que, por unanimidad, cometieron el dulquérrimo error de distinguirme con el galardón, a José Luis Parra (director de la Escuela de Minas de Madrid), Angel Cámara (decano del Consejo de Minas), Gonzalo Echagüe (decano del Colegio de Físicos), Javier Abajo Dávila (director general de Industria, Energía y Minas de la Comunidad de Madrid), Eloy Ignacio Alvarez Pelegry (catedrático en Orkestra, miembro de la Real Academia de Ingeniería), César Franco (decano de Ingenieros Industriales),…y me detengo aquí, porque debería citar a todos y cada uno de los amigos y amigas que me auparon en la emoción de un pedestal de méritos en los que solo encuentro, como valor, el haber tratado de hacer las cosas lo mejor que pude, y puedo, consciente de que no puedo tanto como me gustaría dar.

—–

Incluyo con el Comentario la fotografía de un longevo castaño del pueblo donde nació mi madre, en Miranda, cerca de la casa familiar. Descanso muchas veces la mente, desde Madrid, recreándome en paseos imaginarios (trasunto de otros muchos reales) por los caminos y senderos de las montañas de esa zona. Hoy no pocos de ellos, escondidos entre la maleza y el implacable avance de la naturaleza para recuperar la libertad de acción en lo que es suyo.

 

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Jerusalén

12 diciembre, 2017 By amarias Deja un comentario

La declaración del presidente estadounidense Donald Trump “reconociendo” Jerusalén como capital de Israel, ha avivado las ascuas de la tensión entre palestinos e israelíes. No hay por qué engañarse, sin embargo. La gravedad del conflicto entre esas dos colectividades, tan desiguales en medios (económicos y, por ende, militares) y en apoyos internacionales -aunque muy similares en población (unos diez millones, si bien con amplia dispersión geográfica- tiene fecha de inicio (1917, declaración Balfour), varias de escalada (1948, 1972, …) y carece de perspectivas de solución.

El atractivo mediático de la manifestación del mandatario norteamericano proviene de su carácter de desafortunada, por inoportuna. Jerusalén es una tierra sagrada, por donde para las tres religiones monoteístas con más creyentes del globo tienen detectado un agujero negro de conexión con lo celeste. Allí están el Huerto de los Olivos, el Muro de las lamentaciones y el lugar en donde Mahoma fue arrebatado al cielo, emulando al profeta Elías. Si el Papa católico no se hubiera afincado en Roma, los devotos del Nuevo Testamento deberían reivindicar Jerusalén como el Lugar Sagrado por excelencia.

Las creencias religiosas son importantes, pero tener esperanza de un futuro en esta Tierra son imprescindibles. Los palestinos que aún resisten en el territorio, sufriendo la realidad de su impotencia para contener con tiragomas y soflamas el avance inexorable de Israel, encuentran en la declaración de Trump un argumento que les recuerda su humillación de pueblo menospreciado, subvencionado, constreñido. Palestina ni siquiera es un país es, para casi todos los Estados con mando en plaza, solo un “observador de las Naciones Unidas”.

Este Comentario no pretende recoger la Historia de Palestina, entremezclando episodios sobrenaturales con realidades existenciales míseras. Por supuesto, el abandono de la cuestión territorial para que se resuelva entre las dos colectividades afectadas, (incapaces ahora de convivir pacíficamente -las llamadas potencias se han encargado, durante más de un siglo, con Inglaterra a la cabeza, de hacer la convivencia imposible-), dejaría como vencedor a Israel, que posee la fuerza militar y el poder económico. Si el nuevo “día de la Ira” tuviese el seguimiento que reclaman algunos imanes enardecidos, solo resultaría en varios miles de jóvenes palestinos muertos contra algunas decenas de soldados israelíes, ante la impasividad general.

Aunque, como escribió Cicerón (Orator, 46 a.C.) “¿Quid enim est aetas hominis, nisi ea memoria rerum veterim cum superiorim aetate contexitur?” (“De qué vale la existencia del hombre si no se la pone en relación con la memoria de lo que hicieron nuestros antepasados?”).

De nada. Somos prisioneros, por nuestra limitación para ahondar en lo que nos trasciende, de lo que nos vincula al pasado. Por esa razón, Jerusalén -cargada de mitos y alegorías, pero con una Historia densa y veraz-, es imprescindible para árabes, judíos y cristianos. Y en estas fechas, en que se conmemora el nacimiento de Jesús, la ascensión al cielo de Mahoma o se renueva la esperanza de que el Mesías verdadero aparezca por esa ventana metafísica, Trump hubiera debido contener sus simpatías y su devoción hacia el grupo que lo hizo presidente de los Estados Unidos de Norteamérica.

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Un mosquitero común observa entre el ramaje de uno de los árboles que jalonan el recuperado paseo a las orillas del Tajo, en Toledo. Caía la tarde otoñal y yo, cámara en ristre, a la búsqueda de imágenes del siempre esquivo mosquitero musical, me topé con una pareja de estos acrobáticos pajarillos, revoloteando entre las hojas donde se refugian los insectos que les sirven de alimento.

Publicado en: Actualidad, Religión, Sociedad Etiquetado como: Balfour, conflicto, Jerusalén, mosquitero, Palestina, Trump

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