Mi padre utilizaba con cierta frecuencia esta frase, cuando el cariz que tomaba un tema se enrarecía: “No me gusta nada el color de la orina del enfermo”. Vaya en su recuerdo y en beneficio de la mejora del conocimiento general, esta enumeración, seria a pesar de la apariencia chusca, sobre los posibles orígenes del color de la orina.
Valga para empezar, recordar que el color de una orina normal varía desde el amarillo ligero al dorado. Todo depende de la hidratación y de la ingesta de fluidos, en ausencia de diuréticos.
La hematuria (sangre en la orina) es la causa más común por la que la orina adquiere un color rojizo, lo que puede identificarse sin error cuando se visualizan los eritrocitos (glóbulos rojos) al microscopio. Las razones de esa incorporación de la sangre a líquido excretado son variadas, desde una infección, al cáncer, a enfermedades renales o incluso a la contaminación por el flujo menstrual. El diagnóstico clínico es, por tanto, imprescindible, aunque existen algunos orígenes del color rojo en la orina que no son, en absoluto alarmantes. El delicioso níscalo es una de ellas, pues tiene un látex rojizo que tiñe el líquido expulsado; también hay que atribuir a ese cambio del color a la ingesta de una gran cantidad de remolachas, zanahorias o ruibarbos. El envenenamiento por mercurio o plomo cuenta también entre las razones del cambio de color del líquido, junto con algunos desórdenes hemolíticos peculiares, como la hematuria del corredor o la del militar, tras una dura marcha. Algunos fármacos también pueden ser culpables del color rojo (la fenazopiridina, en especial -un analgésico local del tracto urinario-)
La orina puede tomar color azul o verde después de una inyección de azul de metileno o índigo, o la ingesta de cantidades importantes de esos colorantes. El color verde puede aparecer como resultado de la combinación con el color amarillo del urocromo (pigmento asociado con exceso en la toma de agua o diuréticos) . Comer espárragos en cantidad o regaliz negro también conducen a ese efecto. Las drogas que contienen fenoles pueden ser metabolizadas de manera que conducen a la coloración verdosa, así como algunos medicamentos (como la prometacina -antihistamínico-, o la metoclopramida -usado, entre otros casos, para tratar la migraña). La infección del tracto urinario con pseudomonas también puede producir color verde, así como la presencia de fístulas en el tracto urinario que puedan facilitar el paso de las bilis a la orina.
La orina puede aparecer marrón por la ingesta de habas y áloe, de entre las numerosas causas que provocan esta coloración. Sedimentos de heces, cuando se diluyen en orina, puede dar esa apariencia. Algunas enfermedades renales también causan color marrón en el líquido excretado, siendo clásica en la terminología clínica como consecuencia de la necrosis tubular aguda (orina de aspecto marrón barroso). En la deshidratación severa la orina puede aparecer marrón, por lo que la sola ingesta de fluidos cambia el color a normal. También puede provenir el color marrón de la orina de antibióticos como el metronidazol -antiparasitario- o la nitrofurantoína -antibacteriano enérgico-. Una de las causas serias del color marrón es la presencia de cantidades altas de bilirrubina, que se hace evidente con la ictericia, el color amarillo de la piel
La orina puede adquirir turbidez blancuzca (albinuria) debido a la presencia de cristales minerales, como precipitados de calcio o fosfato, que le da aspecto lechoso . También la infección por hongos puede resultar en sedimentos blancos, así como la infección por bacterias (piuria), y en la tuberculosis del tracto urinario. El drenaje linfático en el tracto urinario (chyluria) también es otra fuente de color banco, La apariencia de orina blanca obliga a un diagnóstico clínico completo,
La orina aparece negra, dependiendo de la concentración de las causas que provocan el color rojo o marrón. Una causa rara es el melanoma metastásico, cuando los melanocitos se implantan en el tracto y la melanina se clarifica en los riñones. El uso de laxantes derivados de hojas de senna y el sorbitol, utilizado como edulcorante natural, también pueden dar a la orina apariencia muy oscura. E envenenamiento con fenol o cobre, así como la ingesta de iodina, también pueden estar implicados, junto a un relajante muscular (metocarbamil). La alcaptonuria, una condición genética, también puede provocar el ennegrecimiento cuando se expone al aire la orina, debido al proceso de descomposición de la tirosina (aminoácido no esencial). La porfiria (enfermedad aguda hepática) también vuelve negra la orina cuando se expone a la luz solar.
Nota adicional.- Es evidente que este Comentario no tiene que ver con connotaciones políticas, análisis técnico o relación con el derecho. Tiene relación con mi afición a conocer más sobre el cuerpo humano, sus enfermedades y diagnósticos, sobre todo, en aquellos aspectos que me parecen más comunes. Como tengo escritos miles de artículos en este blog, supongo que se me disculpará esta digresión.
Pero si el lector amigo quiere sacar alguna punta política a este anómalo Comentario, le sugiero que elija entre estas coloraciones del enfermo político la que le parezca más atinada.
La orina aparece roja, por la contaminación con la mala sangre, también interpretable como mala uva, de algunos personajes que creen estar a la izquierda del espectro ideológico, cuando en realidad, vician el ambiente con declaraciones y comentarios intempestivos.
La orina se torna marrón, enmerdecida, es decir, contaminada por la mierda de los ventiladores de todo tipo de porquería, cuya intención podría ser, única o principalmente, ensuciar cualquier institución o actividad porque a ellos les venga en gana, a saber con qué oscuros intereses.
Por momentos, aparecen notas de azul, que provienen de otras épocas que creíamos ya olvidadas, pero que a algunos personajes les sirven para recuperar los frascos ya pasados de colonias nostálgicas, hoy putrescentes por el paso inexorablemente del tiempo, el mejor conocimiento de la Historia y las ganas de pasar página de una vez de todo lo que no sirve más que para emponzoñar.
Hay veces en que la ingesta masiva de mala leche, hace que el residuo sea albiblanco, con olor nauseabundo, adulterando el color y olor más deseables para la acción política sana, resultado de un equilibrio en los análisis, la ponderación en los resultados y el conocimiento serio del porqué de las cosas, sin contaminación con ideas preconcebidas, deseos inconfesables (pero patentes) y, en fin, las ganas de sacar partido a la ignorancia y la desidia con la que se alimenta, de forma regular, al pueblo llano.