No importa que el lector no haya leído a Lenin, porque hace ya varias décadas que no figura como libro de texto obligado de la izquierda española, caladero hondo de la actual “derecha civilizada”, esto es, los capitalisto-liberales. Quédese con la idea de que la obsesión por conseguir ávidamente la implantación del comunismo, provoca que el populismo se adueñe de la ideología, destruyendo los avances. La enfermedad infantil de la izquierda comunista era, para Lenin, el maleficio del movimiento pequeño burgués, que se cuela, con mejor método, en los aún tiernos avances de la izquierda proletaria, ideológicamente más ayuna, lenta en sus acuerdos, torpe en defender sus propósitos ante la resistencia, propia y ajena.
El PSOE español está a punto de escindirse. No porque haya habido en su seno un debate ideológico descarnado. No hay Suresnes. No disputan Vladímir y Yuli, ni una fracción moderada discrepa de otra más agresiva sobre las actuaciones futuras contra el capitalismo. No. Lo que se debate es si once diputados de un PSOE decadente se deben abstener o no, para permitir que un partido burgués, del que destacados representantes han utilizado sus esferas de poder para enriquecerse y, con gran probabilidad, financiar al PP que los sostenía, gobierne y camine seguro hacia su debacle, obstaculizado por las restantes facciones políticas para llevar a cabo, no su programa (aquí no hay programas), sino su peculiar propósito de la enmienda.
No es ajeno a esta situación desastrosa del PSOE, que es un reflejo, por lo demás, de la caída en descrédito de los partidos políticos como instituciones creíbles capaces de mejorar el bienestar general, el que le haya surgido, al menos de boquilla, un competidor por su izquierda, capaz incluso de travestirse cuando haya ocasión. Podemos (y su inocente adjunto, Unidos) representa perfectamente la rentabilización del descontento social, es decir, del fracaso de los partidos para contener el paro y generar riqueza en esta situación de crisis general y cambio de condiciones de contorno, como consecuencia de la tercera revolución industrial.
Resulta lamentable que la escisión del PSOE se produzca como consecuencia de la valoración social de la resistencia de un líder de bajo nivel (Mariano Rajoy, experimentado en sostenerse manejando muchas veces incoherencias propias de los hermanos Marx o de Mariano Ozores, el cómico ininteligible que nos hizo reir a los hoy mayores durante el franquismo). No se rompe por la existencia de un amplio margen hacia la izquierda pragmática, ni porque se haya visto, al menos hasta ahora, la necesidad de tener tiempo para lamerse las heridas y recuperar posiciones ideológicas.
P.S.- Mi Comentario, hoy, no se ilustra con pájaros, sino con uno de sus “simpáticos depredadores”. El gato de mis vecinos, de caza por el jardín, al atardecer, buscando el sitio ideal donde apostarse. Cuando lo encuentra, se queda quieto (en la modalidad de caza al rececho), hasta que la noche se hace espesa. A la mañana siguiente, si tuvo suerte, el resultado de su esfuerzo queda testificado para mí con un montón de desordenadas plumas.
Que pena que nadie te haga caso. Veo, además de las noticias de María Jesús, que no pareces en muy mala forma.
Un abrazo. G. Castañón