España tiene Embajada en Ucrania y la actual embajadora es Silvia Josefina Cortés Martín, que fue nombrada por el gobierno de Mariano Rajoy el 15 de septiembre de 2017. Pocas personas como ella conocen el país, la evolución de la situación, los efectos en la población de la invasión de Crimea. el crecimiento de la tensión cuando se inició la invasión, el peligro de vivir en un edificio en el centro de una ciudad amenazada por el presidente de uno de los Estados con mayor Ejército y armamente del mundo, y poseedor de un juguete nefasto: la bomba atomica.
Silvia Cortés es vallisoletana, licenciada en Historia Moderna y, por supuesto, diplomática por la Escuela de Madrid. Fue embajadora en Albania y ocupó cargos importantes en Organismos internacionales y llevo a cabo misiones internacionales que, seguro, le permitieron adquirir una visión muy correcta de por dónde discurren los intereses de algunos de quienes se empeñan en hacer la historia de los demás.
Evacuada de Kiev el pasado 27 de febrero, en un convoy militar junto a un centenar de españoles, tomó la decisión de pertenecer cerca del país de su misión, en suelo polaco, en Cracovia. Hasta muy recientemente, pues, ella y los miembros de la embajada se arriesgaron a permanecer en el edificio de la calle Khoriyva. ayudando a españoles y colaborando con los ucranianos en labores humanitarias.
Me la supongo en contacto permanente con el ministro José Manuel Albares, informando de lo que entendía que estaba pasando, hablando con su familia vallisoletana (su madre y hermanos cada vez más inquietos por lo que oían y veían; ella, tranquila, porque sabía que su misión se había convertidfo en muy importante) mirando por las ventanas de la Embajada hacia la calle, saliendo de vez en cuando con el lógico temor, a visitar a algunos conocidos y amigos, tratando de enterarse de lo que podría suceder al día siguiente. Preguntando, claro, una vez decidida la evacuación, si el personal de la embajada había cumplido la orden de destruir todo documento comprometedor, cualquier información confidencial y cerrar, el último día, sin disimular una profunda tristeza, su despacho en la Embajada, recogiendo la bandera para depositarla con cuidado en el coche oficial. Porque no sabía cuándo podría volver y en qué condiciones.
Enhorabuena, Silvia Josefina Cortés. Valiente. Sabemos poco de tí, embajadora. Quisiera saber más, poder contarlo.