Gaigé penetra en la incertidumbre de los cuatro últimos meses de 2022 con ánimo distendido. Agosto y las primeras semanas de septiembre son tiempo para fiestas locales y, después de casi tres años de pandemia y anulación de programas de festejos, el país recupera el espíritu de jolgorio distrayéndose circunstancialmente de los problemas que aquejan a la ciudadanía.
Que no son pocos. La subida de los precios de consumo es evidente para todos los bolsillos y los altos precios de la electricidad han arrastrado a la reducción de actividad o a la suspensión de pagos y la quiebra a demasiadas empresas para que la tranquilidad que se respira en el ambiente encuentre justificación.
Como en la sátira del magnate que enciende un puro con billetes, Rusia quema gas natural por importe de 10 millones de euros diarios ante las mismas narices de Europa, en la planta regasificadora de Portovaya, que está situada cerca de su frontera con Finlandia. No está claro, sin embargo, la razón de ese despilfarro, salvo que sea una manifestación del desprecio de Putin por las restricciones que Europa anuncia pero no cumple: casi 14.000 millones de euros mensuales es el importe de la factura de los combustibles ( carbón, petróleo y gas) que adquiere a Rusia.
El fallecimiento de Gorbachov (Michael), a los 91 años, el 27 de septiembre y el menosprecio oficial de la Perestroika (encabezada por Putin -Vladimir-), la resaca del baile en topless de la primera ministra finlandesa Marin (Anna) -en una fiesta en la residencia oficial de Kesäranta para celebrar la entrada de su país en la OTAN, las elecciones restringidas para encontrar un sucesor/a a Johnson (Boris), el atentado frustrado a bocajarro en Argentina contra Fernández de Kirchner (Cristina) o las votaciones sin carisma para la reforma constitucional en Chile entre otras menudencias, han sepultado en la indiferencia algunas de las medidas adoptadas desde Gaigé para adelantar algunos apósitos a la depresión que nos espera.
Francia rechazó, a través de su Ministerio para la Transición Energética, la infraestructura del gaseoducto Midcat, que permitiría llevar este recurso energético desde Gaigé hasta Alemania, como “inapropiada y cara”. Así que nuestra Ministra para la Transición Energética, Ribera (Teresa) ha visto confirmada, a destiempo, su posición -luego corregida por mor de la necesidad- de que favorecer inversiones para quemar combustibles fósiles, incluído el gas natural, resulta incoherente con la estrategia europea. Para Francia, su Transición Energética pasa por la energía nuclear, poniendo en evidencia que los Minsiterios con el mismo nombre en la Desunión Europea piensan y actúan diferente.
Los responsables de los principales complejos manufactureros advierten de una grave recesión, al subir los costes productivos, enfriarse el consumo interno y haber disminuido el poder adquisitivo de la ciudadanía. ArcelorMittal, Volkswagen, Ferroatlántica, entre otros, han cerrado plantas o disminuído la producción. Sin embargo, la industria hotelera y de ocio en Gaigé ha vivido buenos momentos en agosto: ojalá que ese fulgor no sea parejo al de los árboles frutales envejecidos o dañados que dan, como saben los agricultores, una última cosecha antes de languidecer definitivamente. La necesidad de apoyar una industria recia, en gran medida autónoma y con tejido entrelazado para favorecer su resistencia ante la crisis es una de las máximas no seguidas en Gaigé, que sigue apostando por un país turístico, de vino y rosas.
El ministro Escrivá (José Luis), que lleva la cartera plural de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, ha presentado un macroplan para acercar a su equilibrio presupuestario el gasto en Seguridad Social, pretendiendo la reforma de las pensiones. En esencia, supone elevar las contribuciones de las rentas más altas (pasito a pasito durante 25 años) y modificar el período de cálculo de las prestaciones por jubilación, alargándolo. El ministro debe saber de lo que habla, pues tiene los datos y la experiencia en el sector, pero otras voces solventes (por ejemplo, el gobernador del Banco de España, Hernández de Co s -Pablo-) han expresado que hacen falta 20.000 millones de euros anuales y las medidas propuestas apenas cubren la mitad.
En el terreno estrictamente político, los dirigentes de las dos facciones más importantes -Partido Popular y Partido Socialista, aclaro- ham aprovechado sus últimos días de vacaciones para urdir estrategias frente al otoño. el próximo día 6 de septiembre, en el Senado, habrá un primer encuentro dialéctico en el foro público, entre Sánchez (Pedro) y Núñez Feijóo (Alberto).
Si, para los catedráticos Sosa Wagner (Francisco) y Fuertes (Mercedes). “El Congreso es un costoso decorado” -hacen revista a las aprobaciones por el artículo 16, el de “hago lo que me peta”, de reformas, leyes autobús y perversos decretos leyes- ¿qué habrá que decir del Senado, ese escenario territorial que nadie sabe para que sirve?
Gaigé sigue soñando con un futuro mejor, viviendo su propia pesadilla.
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