El Colegio de Médicos de Madrid (ICOMEM) y el Comité de Ingeniería y Sociedad de la Información del IIE celebraron el 10 de junio de 2013 la Segunda Jornada de un ciclo dedicado a “La medicina moderna: Sinergia entre médicos e ingenieros”.
Fue una Jornada memorable, ilustrativa, bien documentada. De esas que te abren los ojos acerca de lo que ignoras, animándote a profundizar más y, porqué no, a difundir el mensaje. Supongo que las ponencias podrán encontrarse en la web del IIE o del Colegio de médicos y, por eso, y por la extensión que debería dar a este Comentario, renuncio a resumirlas, aunque sí trataré de trasladar aquí algunos de los aspectos que más me sedujeron de las magníficas presentaciones de todos los intervinientes.
Sorprendentemente, había poco público en el “Pequeño anfiteatro del ICOMEM”. Más sorprendentemente aún, los médicos que asistían al acto eran muy pocos, superados en número por los ingenieros. También, y como es habitual en las Jornadas y Simposia que se realizan en Madrid, predominaban las canas. Tenemos mucho paro juvenil, pero parece que los más jóvenes tienen dificultades para orientarse hacia las oportunidades de futuro.
Está España en una buena posición en el marco de la e-Salud, “comparables con los de cualquier país” (Carlos Hernández Salvador, teleco, responsable actualmente de la Unidad de Investigación en Telemedicina y e-Salud del Instituto de Salud de la Carlos III), con un montante en inversión y gasto creciente desde 2008 (446 Mill€) hasta 2012 (más de 700 Mill€) y que, a pesar de la crisis alcanzará más de 600 Mill€ en 2013.
Casi el 100% de los centros de salud españoles tienen hoy informatizadas las historias clínicas, aunque algunas CCAA tienen que mejorar la compatibilidad total de sus archivos, para que sean accesibles desde cualquier Centro Hospitalario. La integración es más importante en la atención primaria (90%) que en los Hospitales (50-60%). En el campo de la receta electrónica, la mitad de las CCAA la tienen implantada. En dispensación las cifras son ínferiores (38%) y vuelven a subir en prescripción (50%), pero el ciclo completo (prescripción más dispensación) solo está en servicio en el 5%.
20,2 Millones de citas (el 5,1% del total) se han concertado por internet. Es decir, hay amplio campo de crecimiento, porque la disponibilidad para hacerlo es ya total.
Respecto a la influencia de las tics, no se dispone de suficientes datos y los que hay no tienen toda la fiabilidad, para evaluarla. Según un estudio realizado por la Universidad de California (Chaudry et alt., “Improving Patient Care”), el mayor benefcio estaría en la reducción del tiempo de atención, en tanto que respecto al proveedor de la asistencia (el personal sanitario), el beneficio aparece como dudoso. En todo caso, el análisis de los datos está enfocado hacia la industria farmacéutica.
Otro estudio, realizado por miembros del Imperial Colege of London (Paglieri et alt.), encuentra que “el coste-efectividad está aún por demostrar”, reconociendo como ejemplo estrella el de la telemonitorización, con la utilización de las tecnologías de internet para realizar un seguimiento y control extra-hospitalario.
De la literatura científica, referido al tratamiento de problemas de insuficiencia cardíaca, apnta Carlos Hernández Salvador que se detecta “un verdadero descontrol” respecto a las ventajas, afirmando una parte de los entrevistados que es efectivo y otros, lo contrario. “La telemonitorización sería efectiva en el 21% de los ejemplos analizados, siendo clara la disminución de las consultas presenciales”. Para los casos de enfermedades respiratorias, síndrome de epoc, etc., algún estudio no encuentra mejoras en la calidad de vida de los pacientes.
H. Salvador define la situación como “de gran actividad en investigación, desarrollo e innovación, en especial, para servicios ubicuos (el propio domicilio como lugar asistencial para seguimiento y control), personalizados y basados en la evidencia”.
(continuará)
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