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En la cueva del Minotauro

19 junio, 2018 By amarias 3 comentarios

La muy sugerente leyenda del Minotauro, -monstruo que causaba terror a los cretenses, y que habitaba en una cueva protegida por un laberinto en el que se perdería cualquiera que osara penetrar en sus dominios-, cuenta que Teseo consigue llegar hasta él, matarlo con añagazas y, al fin, salir del recito sin perderse gracias al truco que Ariadna le sugirió: haber ido desarrollando un ovillo de lana mientras avanzaba, lo que, al ser recogido en sentido inverso, le permitió encontrar la salida, es decir, el sitio por donde había entrado.

Ese metafórico hilo de Ariadna es recurrido con frecuencia en relación con el descubrimiento de la verdad que encierran asuntos en los que hay interesados en ocultarla. En España,  los nuevos Teseos pertenecen a la judicatura, ya que su trabajo calificado de lento pero metódico y libre, ha puesto de manifiesto algunos de los turbios tejemanejes de nuestro país, básicamente relacionados con lo que se denomina genéricamente “corrupción”.

No estoy yo entre los que se llevan las manos a la cabeza, o se entregan a grandes aspavientos, para dar a entender que nada sabían de las pócimas que se cocían en la casa de al lado o, incluso, en la suya. No necesito esperar a que aparezcan delatores ni arrepentidos para entender que el uso de información privilegiada, el favorecimiento especial, la utilización del otro lado de la verdad, es moneda común en el mundo. Formamos parte del Minotauro, la Humanidad es parte de su esencia, y España, como tengo escrito, no está en la zona central de la confusión, la desvergüenza y el latrocinio, aunque sus corruptos y engañófilos parecen estar a la cabeza de entre los descuidados y torpes en ocultar sus movimientos hacia la caja común o el derecho de otros.

Siendo el mal tan extendido, que sea por la vía de arrepentidos y colegas del mismo percal por lo que se suelen descubrir estos fastidios, no viene sino a confirmar que, además de no querer meterse en líos, quien más quien menos tiene algo que ocultar a la luz de los mecheros. Está escrito en libros sagrados: Quien esté libre de pecado, tire la primera piedra.

Sorprende, por ello, (se acepte o no la premisa con la que me guío) la rudeza con la que, cuando se descubre algo que está mal, aparecen por doquier gentes con piedras. Hay exaltados que parecen dispuestos a tomarse la justicia por su mano, aunque no estén afectados o muy poco: vociferan a la entrada de los Juzgados, insultan al presunto o al ya declarado culpable, se enfrentan con las fuerzas del orden para picotear al encausado…

Hay clases, claro. Pero la persecución mediática -y, con el respeto debido, procesal- del cuñado de S.M. Felipe VI, Ignacio Urdangarin, condenado tras un recurso presentado al Tribunal Supremo contra la Sentencia inicial a más de cinco años, por la que acaba de ingresar en prisión, me ha hecho reflexionar sobre algunas cuestiones.

Estoy convencido de que todos cuantos tuvieron relación culposa con el caso Nóos, desde el Sr. Urdangarin hasta el último mono que cubrió la situación de favorecimiento, creían que actuaban conforme a las reglas y costumbres que han venido rigiendo este país (y todos) durante siglos: obedecer, aunque no fueran explícitos, los deseos de quien tiene poder, y tratar de eliminar obstáculos para que se llevaran a cabo.

Los artículos del Código Penal que criminalizan delitos económicos son duros. En un Código previsto históricamente para ladrones de gallinas, como afirmó con rotundidad, ni más ni menos que el Presidente del Consejo General del Poder Judicial, se han colado artículos que tenían como función ser ejemplarizantes. Es decir, respondían más a la creencia de que no habrían de ser utilizados, ya que bastaría su mera existencia como elemento disuasorio. En realidad, ese es el objetivo principal de un Código Penal: amenazar para no tener que dar con el mazo de la Ley.

Tenemos desplegada en este país, en relación con los casos de corrupción, que afectan (ya se ve) a la misma Familia Real, una máquina de cortar cabezas que no sabemos -ni podemos, si no me equivoco- parar.

La Comisión Europea, en un documento de 2014, elucubraba que las “irregularidades en los procesos de contratación pública” (vamos, la corrupción) en España podían suponer más de 13.000 Mill. de euros. La Comisión Nacional del Mercado y la Competencia, cifra las fugas por las cañerías de las malas prácticas en 47.500 Mill. de euros. Otros analistas de lo obvio, imaginan una pérdida del 1,5- 3% del PIB, en lo que entiendo es un cálculo simplista, a partir de la hipótesis de que ese es el porcentaje reconocido por los arrepentidos y por los lenguaraces como comisiones irregulares.

Es corrupción del sistema, claro. Una hipótesis razonable de lo que se presume se queda en entresijos particulares. Una estimación mínima de lo que la corrupción total convierte en redistribución de las plusvalías que generamos todos.

Yo lo veo también como la demostración de la predisposición hispana a aparecer como el tonto de la película. Porque estoy convencido de que en todos los países cuecen las mismas habas, solo que las ocultan mejor, las disimulan más. No me dejo engañar porque haya ministros que dimitan porque copiaron parte de su tesis. Soy escéptico. La verdadera corrupción de los países más desarrollados en el engaño está muy bien oculta por el laberinto del Minotauro.

¿Somos Teseos? ¿El hilo de Ariadna nos conducirá a la salida o será la soga del ahorcado rodeando nuestra sociedad?

No veo la forma de que alguien desvele la verdad, si esta es como me imagino.


Esta hembra de papamoscas cerrojillo (ficedula albicollis), fotografiada haciendo equilibrio en el Botánico de Madrid, vigila su nido, atenta a los movimientos de la cantidad de intrusos humanos que se han colado en las proximidades.

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Publicado en: Actualidad Etiquetado como: código penal, corrupción, delitos económicos, Minotauro, presunción de inocencia, Teseo, urdangarín

Comentarios

  1. Carlos dice

    22 junio, 2018 a las 23:07

    Interesantes reflexiones sobre corrupción que para mi están muy influenciadas por la sociología o cultura histórica, sin duda.

    De los temas tocados, y empezando por Ignacio Urdangarín, es curiosa la reflexión pues estando de acuerdo en que seguramente pensara que hacia algo normal, o al menos consentido y por tanto lícito (el robar desde el poder y por los influyentes), asumo que no fue bien asesorado para disimular lo que hacía, y que no fuera reprobado legalmente. Me refiero al dato de montar una ONG para socavar fondos públicos, y usar otra sociedad instrumental para “traficar” con ese dinero que la Ley no contempla como posible.

    La sugerencia que le hubiera hecho, es que esa ONG llamada Noos, la hubiera hecho directamente como SLU o algo parecido, pues si hacia de Yernísimo, haberlo hecho sacando pecho. Si el hombre no devolvia parte de lo ganado a los políticos que generosamente le regalaban lo de todos, pues creo que ni sería delito, independientemente que fuera robar (al menos moralmente), ya que se camuflaría todo en interés público de las campañas y actividades promovidas por la famosa ONG Real.

    La 2ª reflexión es sobre lo de otros paises, y siendo en el fondo cierto q haberla, la hay, en todos los paises (corrupción, iatrocinio, engaño,…), y fijandonos en los norteños, sajones y calvinistas, pues me quedo con un análisis al respecto que he oido sobre al modo de gestionar los delitos:
    a) En España si uno lo pillan saltandose las leyes, pues … pobre, seguro que no pudo reprimirse, o los controles, seguramente al no ser buenos pecó, y ya se mejorarán, y bueno ya le tocará la penitencia, respetando de alguna manera, su opción, que supongo que en un país de picaresca como España, se asume este riesgo como algo de naturaleza humana. Supongo que influirá eso de ir a confesarse los domingos y limpiarse de pecados, aunque no se devuelva lo sustraido.
    b) En esos otros paises, parece ser que te dan cuerda sin tanta normativa o precontrol, pero te prometen que como te pillen a la 1ª,cumplirás tus penas y castigos desde el 1º momento, por eso si falsificas una Tesis no has de tardar medio suspiro en irte, y evidentemente perderás tu reputación para siempre, y esto para ellos es su SER.
    Poniendo ejemplos, ese de las tesis, en España, encontramos un Rector de la URJC plagiador de investigaciones y papers, y permaneció en sus puestos (y sigue en alguno), sin sonrojo, hasta que quiso (lo de ser Rector), y sigue queriendo (lo de ser Catedrático-plagiador).

    Por otro lado en España eso del impeach a Clinton por su desliz sexual en el despacho oval, lo que contravenia su pacto de fidelidad jurada o prometida al país y a la honorabilidad debida, sería inmigaginable en España, donde a ese Presidente o dirigente, se le trataría lo más, de genio y figura, o machote nacional, por no decir víctima de los encantos femeninos!!. Esto último ya está cambiando a nivel público pero veremos próximos escandalos a ver como se gestionan.

    Por supuesto que por ahí si que los hay (picaros y delincuentes), y como caso reciente lo del Diesel Gate, en el que para mi no es creible que los CEOs de VW y otros no estuvieran el el meollo de esta decisión estratégica, pasandole el marrón (del humo, jeje), a los ingenieros de motores. Por supuesto en la literatura y cinematografía sajona hay mil historias que sabemos por definición, que no igualan a la realidad, como mismamente el muy probablemente irresuelto crimen de JFK.

    Por último, las formas en que uno camufla y/o gestiona sus porquerias creo que importa una vez generadas, pues alienta saber que por ahí si te pillan la pagas a la primera y aquí se piensa que qué tonto es el que no roba, bien porque no puede, o incluso porque no quiere, y por supuesto como uno es inocente hasta que un juez lo diga, y últimamente hasta que el Tribunal Supremo o el de Justicia de la UE, o más allá el de DDHH de la ONU, pues andan entre nosotos delincuentes que por años, o decenios disfrutan de lo socavado, o al menos si al Poder Político y de la Fiscalía no le molestas y te lo consienta.

    Un saludo.

    Responder
    • amarias dice

      23 junio, 2018 a las 19:46

      Como ya hice en otras ocasiones, tengo que agradecerle, Carlos, que ofrezca su visión sobre este y otros temas en este blog. No puedo decir que (me refiero a este concreto al que respondo) que discrepe sustancialmente con su argumentación, y ni siquiera con el juicio de valor que realiza en el primer párrafo sobre mis influencias culturales, históricas o sociológicas.
      Lo que sí deseo es poner el énfasis -nuevamente- sobre la hipocresía imperante en otros Estados y, en especial, los que se consideran más avanzados. El simple análisis de las actuaciones de un presidente como Donald Trump permite adivinar que no es la verdad ni la honestidad, sino los intereses particulares o grupales los que rigen muchos de los comportamientos reputados “admisibles” o “normales”.
      Lo que quise poner de manifiesto en mi Comentario es la menor habilidad del infractor español para ocultarse. Ello, junto a mi apreciación -no tanto irónica, sino refrendada por mi experiencia en el extranjero- de que la ética puede ser vulnerada independientemente de nacionalidades, etnias o posiciones sociales, y que no pocos seres humanos basan su felicidad en despreciar los principios más elementales, confiando en que no serán detectados. Unos, ponen murallas; otros, confían en su impunidad: por ser quienes son, o porque creen que los sistemas de control no se fijaran en ellos.

      Responder
      • Carlos dice

        23 junio, 2018 a las 23:18

        Entendido. Como aclaración pues a veces no queda bien acotado los comentarios q me refería en lo de las influencias sociales, culturales, e históricas, no era por el autor, si no por España como país latino frente a los paises Sajones, o de justamente otras culturas y latitudes. Japón mismamente una donde la honorabilidad personal está en la pirámide del comportamiento como gran valor.

        Respecto a que en otros paises se esconda mejor, pues si, seguramnete y creo que coincidimos según lo escrito, porque por ahí si te pillán literalmente “te crujen”, y aquí, entre que el código penal es para roba gallinas y otros detalles, pues a los caciques y más allá en el tiempo a los señores feudales la justicia no les alcanzaba. Parece ser que se nos quedó ese poso de impunidad, pues en paises como los EEUU constitucionalmente desde hace 3 siglos son iguales ante la Ley (salvo los esclavos evidentemente), y aquí lamentáblemente siempre hubo clases, diferenciadas en su impunidad latente.

        Es buena noticia que al menos a nivel publico se empiece a solventar el poso cultural, de que el poderoso ya no es tan impune.
        Para mi justamente el que salieran las conversaciones de Ignacio Gonzalez con Zaplana sobre el futuro fixcal anticorrupción Moix luego abortado, y del Ministro de Interior de aquella Fernández diaz, sobre q un Fiscal se lo afinaba a otro cargo institucional.
        Por supuesto seguimos en pañales, pues la impunidad es latente, como el caso ACUAMED donde las ingenieras honorables fueros atacadas, despedidas, y acosadas, y los cargos supuestamente corruptos respetados en sus cargos por la empresa pese a las advertencias del Juez sobre ello.
        En fin, encantado de poder seguir su blog. me parece muy interesante como mienbro base de la sociedad civil y con visiones muy enriqucedoras para mi.

        Responder

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