Al socaire

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Clases de economía para políticos

13 septiembre, 2020 By amarias 2 comentarios

Hace unos días, mientras yo trataba de recuperar mis ánimos del duro golpe que supone enterarse de que su tumor ha mutado y ha decidido afincarse en el torrente linfático, un amigo me aconsejó que dedicase mis elucubraciones en este blog a resaltar los asuntos divertidos o cómicos de la vida política.

No pretendo convertir estas líneas en un remedo de aquella divertida secuencia de marionetas críticas con políticos que, en la versión original inglesa se llamó Spitting Images. Me lo impiden limitaciones de espacio, medio y capacidad, pero aunque no soy aficionado a tomar a broma las cosas serias, reconozco que andamos necesitados colectivamente de desdramatización de los contextos.

La falta o la apariencia de ausencia de formación económica en la mayoría de nuestros políticos es uno de los despropósitos de la vida pública para tratar de encontrar gracias en lo que tanto nos afecta. No se lo que han estudiado en sus respectivos caminos curriculares hasta encontrar un sitio preferente en la influencia sobre nuestras vidas, aunque sí puedo afirmarse, como en el cuento del gallego, que será cierto que han estudiado economía, pero lo que han estudiado es poco y lo poco que han estudiado no sirve, porque no se lo saben.

Vamos a ver: ¿Es tan complicado reconocer que la economía tiene una estructura entretejida muy sólida, que es imposible romperla con medidas aisladas y que cualquier presión sobre uno de los agentes de mayor entidad se traduce en descalabros y pérdidas de actividad y empleo?

Pues debe parecérselo a los ministros de este Gobierno, que, empezando por su vicepresidente segundo -por nombre Pablo Iglesias Turrión- está convencido de que las cantidades que prestará a España el Fondo Económico Europeo serán en parte a “fondo perdido” y el resto, servirán para cumplir las previsiones expansionistas del pacto de gobierno PSOE-Podemos. Cualquiera que haya tenido el menor contacto con la vida empresarial ha de saber que los créditos han de ser devueltos y esa situación genera la servidumbre de encontrar la forma eficiente de rentabilizarlos, generando actividad que, además de mantener el negocio propio, genere excedentes para restituir el préstamo y sus intereses.

No parece, con ser singular el pensamiento de Iglesias desde el punto de vista económico ortodoxo, que su peculiar concepción no tenga respaldos en el Gobierno. Puede suponerse, con razón, que sus colegas en el retrocomunismo coincida con estas ideas: gastar como si los dineros no tuvieran que ser devueltos, conceder dádivas como su el Estado español tuviera en su mano la manivela de generar billetes, ahuyentar al empresariado extranjero con incrementos fiscales y amenazas de movilizaciones sociales y, como colofón, pretender demostrar que este país tiene un concepto ético especial, que le lleva a hostigar hasta obligarlo a salir del país al Rey de antes -magnífico valedor de la transición democrática y con merecida popularidad internacional, que se ha rentabilizado en provecho de todos-, pero no tiene problemas en generar tantos ministerios, cargos públicos y prebendas particulares como sea necesario para premiar la fidelidad de los cabecillas, sean o no sean matrimonio o pareja de conveniencia.

Podemos pensar que el mal del desprecio a los principios económicos que rigen en el resto del mundo sea específico de la facción más para-comunista del Gobierno. Pero no es así. Los afanes de liberar las amarras de la economía en una situación de pandemia y crisis grave en todos los sectores productivos, no impiden que se siga defendiendo un Presupuesto de Estado expansionista también por el resto de los infinitos ministerios con los que el afán de permanecer en su puesto de comando ha admitido Pedro Sánchez.

Basta de bromas. Necesitamos un liderazgo económico y social firme en convicciones. Esto supone, desde luego, que dejemos de disparar a lo que nos sostiene, y de disfrutar quitando los puntales al edificio económico. No podemos dejar la esperanza de reactivación económica en manos de la judicatura, persiguiendo hipotéticas o reales corruptelas que, en contexto más amplio, son temas de chicha y nabo. Que los “grandes empresarios” reconozcan que para conseguir contratos -internacionales o no- ha sido y es necesario untar algo los engranajes. Que admitan los representantes sociales que no saben cómo manejar la economía y solo se rigen por la improvisación y la fuerza de la inercia. Que los equipos de docencia, investigación (técnica o social) expliquen con claridad nuestra situación en el contexto mundial. No tiene interés alguno ser campeones de la Champion League si somos los peores en productividad, los últimos en la gestión de la pandemia.

Si no se han reído, queridos lectores, es que han perdido el sentido del humor.

—

Esta hermosa mariposa, en su aparente modestia, es un macho de la pararge agera, la mariposa de los muros, también llamada maculada (por los ocelos de sus alas). Los machos de esta especie, según los estudios de campo realizados por los entomólogos, tienen un comportamiento sexual diferenciado, según sean territoriales o deambulantes. Los primeros, defienden su zona de apareamiento -un espacio soleado y con flores abundantes- de los rivales y, por ello, son los preferidos por las hembras que valoran su fortaleza frente a los que andan a la deriva, buscando hembras a la que salta.

La naturaleza enseña, vaya si enseña.

Publicado en: Actualidad, Política Etiquetado como: corrupción, economía, empresarios, Iglesias, mariposa maculada, política, Sánchez

En la cueva del Minotauro

19 junio, 2018 By amarias 3 comentarios

La muy sugerente leyenda del Minotauro, -monstruo que causaba terror a los cretenses, y que habitaba en una cueva protegida por un laberinto en el que se perdería cualquiera que osara penetrar en sus dominios-, cuenta que Teseo consigue llegar hasta él, matarlo con añagazas y, al fin, salir del recito sin perderse gracias al truco que Ariadna le sugirió: haber ido desarrollando un ovillo de lana mientras avanzaba, lo que, al ser recogido en sentido inverso, le permitió encontrar la salida, es decir, el sitio por donde había entrado.

Ese metafórico hilo de Ariadna es recurrido con frecuencia en relación con el descubrimiento de la verdad que encierran asuntos en los que hay interesados en ocultarla. En España,  los nuevos Teseos pertenecen a la judicatura, ya que su trabajo calificado de lento pero metódico y libre, ha puesto de manifiesto algunos de los turbios tejemanejes de nuestro país, básicamente relacionados con lo que se denomina genéricamente “corrupción”.

No estoy yo entre los que se llevan las manos a la cabeza, o se entregan a grandes aspavientos, para dar a entender que nada sabían de las pócimas que se cocían en la casa de al lado o, incluso, en la suya. No necesito esperar a que aparezcan delatores ni arrepentidos para entender que el uso de información privilegiada, el favorecimiento especial, la utilización del otro lado de la verdad, es moneda común en el mundo. Formamos parte del Minotauro, la Humanidad es parte de su esencia, y España, como tengo escrito, no está en la zona central de la confusión, la desvergüenza y el latrocinio, aunque sus corruptos y engañófilos parecen estar a la cabeza de entre los descuidados y torpes en ocultar sus movimientos hacia la caja común o el derecho de otros.

Siendo el mal tan extendido, que sea por la vía de arrepentidos y colegas del mismo percal por lo que se suelen descubrir estos fastidios, no viene sino a confirmar que, además de no querer meterse en líos, quien más quien menos tiene algo que ocultar a la luz de los mecheros. Está escrito en libros sagrados: Quien esté libre de pecado, tire la primera piedra.

Sorprende, por ello, (se acepte o no la premisa con la que me guío) la rudeza con la que, cuando se descubre algo que está mal, aparecen por doquier gentes con piedras. Hay exaltados que parecen dispuestos a tomarse la justicia por su mano, aunque no estén afectados o muy poco: vociferan a la entrada de los Juzgados, insultan al presunto o al ya declarado culpable, se enfrentan con las fuerzas del orden para picotear al encausado…

Hay clases, claro. Pero la persecución mediática -y, con el respeto debido, procesal- del cuñado de S.M. Felipe VI, Ignacio Urdangarin, condenado tras un recurso presentado al Tribunal Supremo contra la Sentencia inicial a más de cinco años, por la que acaba de ingresar en prisión, me ha hecho reflexionar sobre algunas cuestiones.

Estoy convencido de que todos cuantos tuvieron relación culposa con el caso Nóos, desde el Sr. Urdangarin hasta el último mono que cubrió la situación de favorecimiento, creían que actuaban conforme a las reglas y costumbres que han venido rigiendo este país (y todos) durante siglos: obedecer, aunque no fueran explícitos, los deseos de quien tiene poder, y tratar de eliminar obstáculos para que se llevaran a cabo.

Los artículos del Código Penal que criminalizan delitos económicos son duros. En un Código previsto históricamente para ladrones de gallinas, como afirmó con rotundidad, ni más ni menos que el Presidente del Consejo General del Poder Judicial, se han colado artículos que tenían como función ser ejemplarizantes. Es decir, respondían más a la creencia de que no habrían de ser utilizados, ya que bastaría su mera existencia como elemento disuasorio. En realidad, ese es el objetivo principal de un Código Penal: amenazar para no tener que dar con el mazo de la Ley.

Tenemos desplegada en este país, en relación con los casos de corrupción, que afectan (ya se ve) a la misma Familia Real, una máquina de cortar cabezas que no sabemos -ni podemos, si no me equivoco- parar.

La Comisión Europea, en un documento de 2014, elucubraba que las “irregularidades en los procesos de contratación pública” (vamos, la corrupción) en España podían suponer más de 13.000 Mill. de euros. La Comisión Nacional del Mercado y la Competencia, cifra las fugas por las cañerías de las malas prácticas en 47.500 Mill. de euros. Otros analistas de lo obvio, imaginan una pérdida del 1,5- 3% del PIB, en lo que entiendo es un cálculo simplista, a partir de la hipótesis de que ese es el porcentaje reconocido por los arrepentidos y por los lenguaraces como comisiones irregulares.

Es corrupción del sistema, claro. Una hipótesis razonable de lo que se presume se queda en entresijos particulares. Una estimación mínima de lo que la corrupción total convierte en redistribución de las plusvalías que generamos todos.

Yo lo veo también como la demostración de la predisposición hispana a aparecer como el tonto de la película. Porque estoy convencido de que en todos los países cuecen las mismas habas, solo que las ocultan mejor, las disimulan más. No me dejo engañar porque haya ministros que dimitan porque copiaron parte de su tesis. Soy escéptico. La verdadera corrupción de los países más desarrollados en el engaño está muy bien oculta por el laberinto del Minotauro.

¿Somos Teseos? ¿El hilo de Ariadna nos conducirá a la salida o será la soga del ahorcado rodeando nuestra sociedad?

No veo la forma de que alguien desvele la verdad, si esta es como me imagino.


Esta hembra de papamoscas cerrojillo (ficedula albicollis), fotografiada haciendo equilibrio en el Botánico de Madrid, vigila su nido, atenta a los movimientos de la cantidad de intrusos humanos que se han colado en las proximidades.

Publicado en: Actualidad Etiquetado como: código penal, corrupción, delitos económicos, Minotauro, presunción de inocencia, Teseo, urdangarín

Porqué en Catalunya: Sexta entrega

3 noviembre, 2017 By amarias Deja un comentario

No es posible emitir un posicionamiento sobre la cuestión catalana haciéndolo descansar únicamente sobre la crítica (o el apoyo) a los fundamentos históricos que sirven a los defensores de la singularidad de ese territorio español para justificar su condición de nación con voluntad popular de independencia.

Se trata, en realidad, de un estado larvado de origen o raíz genuinamente clasista, que ha tenido un desarrollo rápido -en apenas diez años- debido a la coincidencia de varias circunstancias que permitieron desplegar la consciencia popular “de la diferencia”, alimentada y potenciada con nuevos componentes, la mayoría, falaces, hábilmente presentados por los partidos que gobernaban la Región Autónoma. Entre esos eslóganes de fácil memorización y, por tanto, susceptibles de alcanzar la máxima repetición sin precisar de análisis, figuraban en lugar destacado los de “España nos roba” y “el Gobierno de España nos margina y maltrata”.

España y Cataluña se fueron configurando, en un proceso de distanciamiento forzado, lleno de errores, desencuentros y mitos, como dos entidades contrapuestas. En mi modesto repaso a los principales elementos que han hecho estallar el asunto diferencial, hasta situarlo de máxima actualidad, llevándolo a la declaración de independencia, el análisis histórico, incluso distorsionado, no ha sido lo relevante para la movilización popular de los “genuinamente catalanes” frente a los demás españoles.

Los argumentos del catalanismo separatista descansaron, progresivamente, en la alimentación de sentimientos que combinaban la creencia en ser pueblo elegido y perseguido al mismo tiempo. Los portavoces más cualificados atribuían, sin necesidad de explicación, incomprensión ajena del hecho diferencial y caracterizaban al resto de ciudadanos españoles, también sin fundamento demostrable, como beneficiarios globales injustos de la explotación de la superior capacidad, inteligencia y creatividad catalanas.

No fue la Historia la clave separatista. Ha pesado mucho más la economía, -la pela-, y, como hijastra, la deficiente administración de los recursos transferidos, con despilfarros flagrantes, de forma que el gobierno de la Generalitat encontró dificultades serias para mantener algunos servicios con altos niveles de calidad, déficit de gestión que se atribuyó, en la más genuina esencia del buco emisario, por supuesto, “a España”.

El problema creció por ambas partes del pastel. El partido que, durante años, se había arrogado la representación del espíritu catalanista, Convergencia i Unió, consiguió mantenerse en el gobierno de la Generalitat durante décadas, y ofreció siempre un apoyo interesado al partido con implantación en toda España, cuando le faltó a éste mayoría suficiente para formar gobierno central. No importaba el signo ideológico. El intercambio de cromos, nunca inocente, ya fuera con el PP o el PSOE, alimentó la singularidad, despojando al Estado central de capacidad de actuación -¡y control!- en todos los sectores clave.

Faltaba solo poner un nombre al proceso secesionista que consolidara la cualidad de nación independiente, y la oposición constitucional a la revisión del Estatuto, encabezada por el President José Montilla, un iluminado que creía poder dotar asi al PSC-PSOE de una nueva vida, consumó la ruptura entre catalanistas y españolistas. Los primeros sintieron la declaración de anticonstitucionalidad a un par de artículos (y párrafos del Preámbulo) como una agresión. En verdad, la batalla civil estaba planteada con toda crudeza.

La pólvora que estaba sirviendo para explotar los apoyos del Estado en Cataluña, estaba tan bien distribuida y alimentada, que, ni resultó afectado el procés por el descubrimiento de uno de los mayores focos de corrupción desarrollados en España. Un tsunami potencial que afectaba -y el estado de Derecho no ha sido aún capaz de precisar en qué medida-, no ya  al ex Honorable ex President de la Generalitat, Jordi Pujol, a su familia, sino al Partido y a muchos de sus dirigentes. Convergencia y Unión resultó inviable.

El malabarismo político se aceleró. El hoy ex President Artur Mas, que, junto a otros miembros significativos de Convergencia se había reconvertido al Partit Demócrata Europeo Català (PDeCAT), aceptó ceder ser cabeza de fila en la negociación para formar Gobierno después de las elecciones de 2015, para que un oscuro político, Carles Puigdemont, fuera President. Fue necesario el apoyo de dos coaliciones con inocultada voluntad secesionista: la anticonstitucionalista Esquerra Republicana (ERC), y la decididamente antisistema Candidatura d’Unitat Popular (CUP). El apoyo se completó con la seudoconstitucionalista Catalunya Sí que es Pot, que amalgama diputados de variados extractos ideológicos (Podemos, ICV, Esquerra Unida y Equo).

La democracia y la tolerancia permitieron llegar a una situación  aberrante, aunque “legítima”: partidos con un programa claramente anticonstitucional habían alcanzado una mayoría escueta en el Parlament, y estaban decididos a imponer su revolucionario criterio de una forma “pacífica, democrática”, en cumplimiento de un “mandato popular”.

Los diputados de estos partidos, con el apoyo exterior de muchos alcaldes y, significativamente de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau (que gobierna en la ciudad con la coalición Catalunya en Comú, que aglutina todos los partidos de Catalunya Sí que es Pot, salvo Podemos) refirmaron y consolidaron el apoyo popular a la secesión. Catalunya libre del yugo opresor de la España antidemocrática era ya más que un proyecto sin futuro.

Al ordenado totum revolutum secesionista se añadieron dos asociaciones de movilización al margen de los partidos oficiales,  Asamblea Nacional Catalana y Ómnium. Una amplia y fiscalmente oscura disponibilidad de fondos, sirvió y sirve para soportar la declaración de independencia del 1 de octubre de 2017. Se programaron, cuidadosamente planificadas, amplias, y de impecable efecto, manifestaciones callejeras. Se expandió, contagioso, el clamor de que la región estaba mayoritariamente por convertirse en un Estado nuevo.

La historia coetánea sigue escribiéndose, aunque con letras desiguales, Ayer, 2 de octubre de 2017, la juez de uno de los Juzgados de Instrucción que conforman el brazo operativo de la Audiencia Nacional, Carmen Lamela, en un Auto prolijo y, en gran parte, por lo que parece, escrito con anterioridad, escrito, sin duda, con plena consciencia de su gran trascendencia política, decidió la prisión provisional del destituido vicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras, y siete de los ex-consellers.

El estamento judicial no mostró uniforme celeridad ni dureza, mostrando, no ya la independencia judicial, sino la disparidad o falta de homogeneidad de criteros de los magistrados. El mismo día, llamados a declarar, el Tribunal Supremo, concedió una semana más para preparar la defensa a los, también citados como investigados, miembros del Parlament (a los que su aforamiento conduce a ese órgano jurisdiccional). La intervención de la judicatura en el procés, como consecuencia de la aplicación del art. 155, añade -aunque no sorprendentemente- más leña al fuego de las posiciones de desencuentro entre secesionistas y constitucionalistas.

La medida cautelar adoptada con los miembros destituidos del Govern, es, procesalmente, la más dura de las posibles y, por ello, puede calificarse, desde la perspectiva política,  de una incomodidad añadida a la necesaria disminución de la tensión en Catalunya y a la recuperación de la paz social en toda España.

(continuará)

 

 

 

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Porqué en Catalunya: Cuarta entrega

27 octubre, 2017 By amarias Deja un comentario

Escribo esta Cuarta entrega en un día que aparece como crucial para acelerar, ya que no el desenlace, sí la generación de un máximo de tensión en relación con la declaración de independencia de Cataluña por parte del actual Gobierno de la Generalitat.

Es la mañana del 27 de octubre de 2017, y todos los interesados en el tema que aún no se encuentren saturados por la escenificación del nivel de desencuentro entre las posiciones de ambos gobiernos (central y regional), han podido contemplar ayer lo que parece el último acto antes de la declaración de independencia por el Parlament catalán y la autorización de la aplicación del art. 155 en el Senado de la nación.

La cuestión, es pues, gravísima y no hace falta usar ni una pizca de imaginación para deducir que la salida a la misma no puede resultar ni previsible, ni pacífica, pues el timón de los acontecimientos ha sido trasladado a la calle. Las manifestaciones de los partidarios de la independencia, dirigidos y alentados en Cataluña por personajes con indudable relevancia mediática y carisma personal, han ocupado los espacios públicos (y la TV3), y los lemas se repiten machaconamente, pivotando sobre los términos Libertad, Democracia, Independencia del Estado español, República.

No hay opciones para la discusión parlamentaria ni para la modificación pacífica -es decir, legal, con base en las mayorías cualificadas imprescindibles, necesarias- de aquellos artículos de la actual Constitución española que pudieran ser objeto de revisión. En ningún caso, a tenor de las expresiones de intención de la mayoría de los españoles encuestados y de los partidos que representan la mayoría parlamentaria, esta modificación podría afectar a la forma de Estado (monarquía) ni a la unidad territorial (España es indivisible, reza la Norma Suprema).

Se podría hablar, pues, de modificaciones de  la Constitución actual, en relación, sobre todo, al modelo territorial y al reparto de competencias entgre el estadio Central y las regiones. Algunos, si nos correspondiera opinar con relevancia, defenderíamos la remodelación de las actuales regiones -demasiadas, y muy desiguales-, permitiendo la federación de Comunidades Autónomas, prohibida expresamente por el art. 145, o la agilización, al menos, de la posibilidad de acuerdos o convenios  entre ellas, sometida a la autorización de las Cortes Generales, en el apartado 2 del mismo artículo. El número óptimo de Autonomías o regiones, no debería superar a seis o siete.

Un asunto muy importante es la recuperación de la óptima gestión de los recursos, demoliendo o revisando con espíritu crítico -dimanante del interés general, hoy perdido en el limbo de los intereses partidistas y localistas- la cesión de competencias a las Autonomías. Enormes despilfarros, decisiones de inversión y gestión sin objetivo serio ni coherente, afectan hoy a todos los sectores básicos: enseñanza, comunicaciones, sanidad, etc.  Es imprescindible reconstruir un Estado central fuerte, en beneficio de todos.

Naturalmente, no tengo la menor idea de lo que va a pasar en concreto. Para mí, como para muchos, que vivimos la situación desde fuera de Catalunya, resulta inextricable el cosmos catalán en este momento, una madeja revuelta y enlodada. Seguramente, habrá disturbios importantes en las principales poblaciones catalanes. Con alta probabilidad, se disolverá el Parlament y se encausará a los cabecillas de la insurrección, quizá se detenga a algunos de los más significativos. Las revueltas callejeras producirán heridos, detenidos, y más tensión. Hasta que estalle.

¿Era esto necesario? En absoluto. ¿Tienen legitimidad suficiente los independentistas? Por supuesto que no. ¿Saben a dónde van? Lo dudo. ¿Causan un daño irreparable? Sí, lo han causado y aún lo provocarán en mayor grado, por su voluntad de persistir en el empeño secesionista hasta que la explosión de la situación en la calle, con víctimas directas y colaterales, les obligue a claudicar, y, ojalá, a preguntarse, qué hemos hecho.

¿Por qué en Catalunya? Se ha dado, de forma excepcional, atípica en relación con el momento que se vive en las democracias occidentales, de la connivencia entre dos facciones socio-políticas habitualmente enfrentadas: a) la burguesía medio-alta (proclive a apoyar, sin convicción ideológica, por pura intuición de lo que resultaría mejor para ella, a los analistas  teóricos y aficionados que, en momentos de crisis, critican, sin ofrecer soluciones, cuanto dimane del sistema oficial, y en la que figuran como exponentes cualificados muchos funcionarios, seguidos a ciegas por pensionistas, rentistas y parados)  y b) la izquierda revolucionaria, atenta siempre a movilizar a los descontentos y oprimidos por el sistema dominante, y en la que militan, a la búsqueda de protagonismo, profesores universitarios, licenciados en paro, ecolojetas, visionarios, ilusos, y, por supuesto, por necesidad o convicción, todos cuantos sufren la marginación laboral y personal, que son, desgraciadamente, millones de personas en este momento de crisis (más de 5 millones).

Si, además, sumamos a) la corrupción destapada y puesta a la amplia luz de la sociedad y, en parte, de la justicia, de algunos políticos, empresarios y funcionarios, cuyo máximo exponente es precisamente el actual partido en el gobierno central ; b) la necesidad perentoria de ocultar la pésima gestión y la incuria de no pocos dirigentes catalanes y sus antecesores, incluso como Presidente de la Generalitat o consellers, c) el atractivo para muchos jóvenes sin ocupación de salir a la calle para protestar sobre cualquier cosa y quemar adrenalina (ya que no solo en los campos de fútbol, dándose porrazos con afectos (?) a otros clubes, o contra las fuerzas del orden,  d) la simpatía propia de un modelo de independencia (liberación del yugo opresor) vendido como solución y no como problema desde las instituciones y media locales y e) la presión del vecino, del colega, y de agentes de movilización experimentados y sin especiales escrúpulos para infringir el orden y las leyes…¿qué tenemos?

La destrucción de la armonía, la implantación del caos por un período de tiempo, el triunfo de los depredadores, a costa de los catalanes y del resto de los españoles.

 

 

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Porqué en Catalunya: Tercera entrega

26 octubre, 2017 By amarias Deja un comentario

Se puede argumentar de muy diversas maneras contra la voluntad independentista del  actual Gobierno de Cataluña, secundada por un porcentaje significativo de catalanes (entendiendo por tales, salvo mejor información censal, los ciudadanos que tienen su actual residencia en la región). Porque, en este escenario de confusión que se ha ido dibujando con precisión de ludópatas, tampoco está bien definido qué significado práctico atribuir al térmico “catalán”, ya que los impulsores del separatismo pretenden que sea ésta una esencia inclusiva de la nacionalidad española, pero excluyente, por lo que no podría ser participada por los demás españoles. Se sería catalán y español pero los españoles no catalanes no tendrían acceso a esa doble nacionalidad.

Si evitamos recurrir a la descalcificación frontal por enajenación colectiva o espejismo ideológico, podría aceptarse como argumento en contrario (sin que ello signifique que se comprenda) que, para esos independentistas potenciales, la idea de separarse del resto de España tiene el atractivo de creer que podrían organizarse mejor, aprovechar con mayor eficacia sus recursos y mejorarían, en fin, su capacidad de maniobra frente a las crisis y su respuesta adaptativa frente al futuro.

Los defensores de la imposibilidad de la separación de Catyalunya, argumentan, fundamentalmente, desde la Ley, el respeto y lealtad institucional, que serían quebrados (lo han sido ya, en realidad) si se incumple la Constitución que expresa, sin ambages, la unidad indivisible del Estado español y su forma de Estado, la Monarquía.

El argumentario antiseparatista se robustece también con previsiones respecto al escenario catastrófico que viviría una Cataluña independiente, contrastando así con la visión idílica de los actuales representantes de las institucones catalanes, algunos historiadores y economistas que ven en un futuro independiente una Arcadia feliz y la liberación del yugo insostenible de una España antidemócrata, represiva, retrógada.

Tienen los independentistas, en alguna parte, razón. El tamaño no debería importar. Ni el territorio, ni la población, o las magnitudes económicos cobran importancia real, por comparación con lo existente. Se encuentran, en el mundo, Estados muy pequeños, algunos por pura conveniencia de las potencias o por caprichos de la Historia y residuo de viejas confrontaciones bélicas. Se ha hecho notar por los historiadores y geógrafos que casi la mitad e los 194 Estados actuales se generaron en el siglo XX. Es decir, no se puede argüir que los Estados son producto de la consolidación de antiguos momentos de exaltación nacional.

Algunos Estados pequeños pertenecen a la Unión Europea, y encajan en el modelo de democracias modernas y estados amigos. Tampoco en este sentido Catalunya independiente puede ser objetable. Malta y Chipre son el ejemplo -rayano en lo ridículo, aunque defendido con orgullo por sus afectados- de Estados diminutos cuyos representantes se sientan con los demás miembros de esa reunión de comerciantes con ilusiones de obtener mayor grandeza. Entre los Estados que componen actualmente la Unión Europea, se incluyen diezpaíses con menor población y territorio que Cataluña.

Los independentistas (y también, algunos teóricos del desarrollo económico), suelen tomar el modelo/ejemplo de Dinamarca.Con un a renta per cápita de 48.400 dólares es un ejemplo atractivo de Estado de medio tamaño que ha sabido utilizar su situación privilegiada ente los grandes, su alto nivel formativo y las capacidades comerciales de sus instituciones públicas y privadas para consolidarse como un Estado próspero yejemplar.

Los separatistas catalanes desean que la Catalunya independiente sea una República. En eso, se separan de la tradición española y del país envidiado (Dinamarca), que son Monarquías. No parece encontrarse en la forma de Estado la raíz sustancial para obtener el  máximo fruto de la actividad económica y social. En este momento, en España, tenemos un monarca muy bien formado, con prestigio internacional, que mejora con amplia ventaja las opciones de sus alternativas no coronadas, tanto en la región catalana como en toda España. Podrá ser opinable, pero, como republicano, me permito repetir esta apreciación una vez más, sin que me duelan prendas.

(continaurá)

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Porqué en Catalunya: Segunda entrega

22 octubre, 2017 By amarias 1 comentario

Si admitimos como principio que no existen “pueblos elegidos”, ni razas genéticamente superiores, e incorporamos a nuestro razonamiento, como catalizadores activos, las ideas de solidaridad, necesidad de progreso compartido, igualdad de oportunidades, con la garantía de un marco legal que regule la convivencia, los impulsos revolucionarios tienen un campo de viabilidad limitado.

Especialmente, aquellos movimientos separatistas que defiendan la separación de un grupo de la sociedad a la que, hasta entonces, han pertenecido.  En mi opinión, la voluntad de segregación solo cobraría sentido si se tratara de un grupo étnico, raza o clase social oprimidos, vejados o sojuzgados por quienes detentan el poder.

Es evidente que la situación de explotación por la administración central no se da en Cataluña. Todos los argumentos que pretenden justificar el separatismo pueden aparecer como legítimos en cuanto expresión de una opinión peculiar -en la línea de respeto a cualquier elucubración en asuntos no dogmáticos-, pero, desde la perspectiva de la realidad  no adulterada a voluntad, son falsos.

Porque ni en España, ni, obviamente, en Cataluña, falta democracia -nos encontramos, como está reconocido por todos los Estados con democracias avanzadas, en el núcleo de cabeza de respeto a los derechos-, ni se roba ni a robado a los catalanes desde la Administración central (aunque sí parece demostrable que algunos personajes que han detentado poderes en las instituciones catalanas se han aprovechado de su situación de privilegio), ni hay represión sobre ese área ejercida desde el Estado central u otras instancias de la Administración pública, porque la aplicación de los instrumentos del Estado de derecho es la consecuencia natural de los pactos de convivencia.

Es decir, quienes incumplen la Ley, deben responder por su acción, y con especial atención a los incumplimientos de quienes están obligados a ser garantes . Por cuestiones de ejemplaridad, de coherencia, de respeto a la esencia de la convivencia.

Que elementos rupturistas de ese orden legal y constitucional se hayan afincado en parte de la población catalana, y que cuenten con el apoyo de partidos minoritarios con presencia en el conjunto del territorio, no debe servir de base para demostrar flaqueza en la defensa de esos principios. Son la base de la convivencia. Es cierto que los pactos que regulan esa convivencia podrían cambiarse, pero no de cualquier forma y no desde las propias instituciones. Si una minoría o una proporción insuficiente de ciudadanos cambian esas reglas, sin contar con lo antes pactado y despreciando al resto, se estaría produciendo una revolución. Si los cambios se hacen desde el poder -no importa si hayan accedido legítimamente o no-, y perjudican a parte de la ciudadanía, buscando el beneficio de otros, es, desde luego, una posición dictatorial.

Especialmente lamentable de la situación catalana en este momento que nos ha tocado en la mala suerte de vivir a los pacíficos, es que, la postura del actual gobierno de la Generalidad y de sus apoyos revolucionarios, está provocando, además de la repulsión de la inmensa mayoría de españoles, la división entre catalanes. ¿Por qué ha sucedido así? Por la manipulación de los sentimientos, en una operación de años, de décadas, en la que se ha venido a demostrar, una vez más, que se puede contagiar a una multitud de la idea de que un marco nuevo, desconocido, mejorará su situación de partida. Y ante perspectivas tan halagüeñas, la ética y la deontología decaen,  los razonamientos matizados o la repulsa sucumben ante el pensamiento único que va imponiéndose, de una forma no persuasiva, sino coactiva.

La oposición, la simple discrepancia, queda sepultada por la presión de quienes detentan el poder (inicialmente legítimo, pero convertido en ilegítimo por su deriva antidemocrática, fascista, ilegal) y sus palmeros. Así fue con el nacismo, así es y serán con todos los movimientos de la Granja animal humana en que se impone el avasallamiento de una parte de la población por la otra.

Ocultar la fractura social, que se materializa en odios y descalificaciones recíprocas, es imposible en este momento. La convivencia entre catalanes, dado que se puede intuir que la sociedad catalana está, no solo dividida en dos mitades, sino que también se encuentran fracturadas las familias, se ha hecho muy difícil. Tendrán que sucederse generaciones, seguramente será dolorosamente “necesario”, como en toda revolución, que haya víctimas, para que se imponga nuevamente la calma de la razón común.

(continuará)

Publicado en: Cataluña Etiquetado como: Cataluña, corrupción, crisis, economía, ética, gobierno, justicia, PSOE, responsabilidad

Algunos sonetos más

21 mayo, 2017 By amarias Deja un comentario

21

Cambiamos a evidencias las sospechas
y estamos dando ejemplo por el mundo
que, no importando izquierdas o derechas,
no dejes de vigilar ni un segundo

sus manejos, pues es cuestión de fechas
que alguno se haga amigo muy profundo
del dinero, abriendo grandes brechas
al erario, que expoliará, rotundo.

La gran tardanza en desvelar lo opaco
siendo tan pingües y amplias las cosechas
parecerá extraña, aunque el atraco

no fue en campo abierto, sino en estrechas
callejas del Estado, donde un saco
no sorprenderá a gentes satisfechas.

-23-

Hubo gran conmoción en la oficina
cuando nos faltó en el water el papel
porque no hay que olvidar que la letrina
es la zona transitada del cuartel.

Faltará norma escrita, no hay doctrina
pero tanto yendo solos o en tropel,
preciado colofón de la cocina
es que el baño o servicio esté a nivel.

En el trabajo viene a ser rutina
descansar una hora o dos en tal vergel,
y si el salario afecta a disciplina,

reducir ese tiempo sería, no ya cruel,
la empresa ha de saber que es la propina
y el rollo higiénico sirve de pincel.

20 de mayo de 2017

(De Sonetos desde el Hospital, @angelmanuelarias


Los patitos se protegen entre los nenúfares, según pude comprobar, tanto de las palomas como del pato azulón macho que, seguramente, es su padre. La imagen, con todo, tiene un contenido poético en sí misma, que no me resisto a guardar para mí.

Publicado en: Actualidad, Poesía Etiquetado como: angel arias, corrupción, hospital, poesía, sonetos, water

En el primero de mayo de 2017

1 mayo, 2017 By amarias 1 comentario

Acabo de escuchar declaraciones de representantes sindicales explicando las razones por las que se convocan los actos para hoy, 1 de mayo de 2017.

Debo indicar, en primer lugar, que desde que se empeñaron en realizar apariciones conjuntas los secretarios generales de UGT y CCOO, en una representación que parecía la versión seria de los episodios cómicos de Tip y Coll, ando perdido en valorar las diferencias entre ambos sindicatos. Se que no servirá de nada, pero mi sugerencia es que unan las fuerzas que les queden, de una vez, y dejen de hacer pantomimas de resistencia obrera.

En este primero de mayo de 2017, tanto los que tienen la suerte de mantener su puesto de trabajo, como los que no lo tienen; lo mismo los estudiantes que andan preparándose para torear en un futuro de lo más incierto con enseñanzas dirigidas, en su gran mayoría, por indolentes o desorientados profesores; igual que los autónomos y pequeños empresarios que no tienen idea de cómo llegarán a final de mes y que trampean para pagar las cuotas de la seguridad social o los impuestos de actividad; tanto los que limpian culos y hacen camas en sus casas o en las ajenas, e incluso los que creen que están trabajando en una empresa solvente que resistirá a cualquier crisis, y hasta, si me pongo a elucubrar, y hay alguno (que pido a los dioses que los haya), los empresarios que se juegan su patrimonio e hincan a diario los codos y el magín para sostener una empresa que los demás juzgan sólida pero que ellos saben bien cómo tiene los pies,

a todos ellos, les digo:

Basta ya de preocuparse por la corrupción del tres por ciento y de esos centenares de chorizos que se han enriquecido mintiendo tan burdamente y que no supieron ocultar sus miserables trapisondas. Basta ya de llevarse las manos a la cabeza por el deterioro de la calidad de la sanidad, de la enseñanza y, por ser más claro, de todos los servicios, públicos y privados. Basta ya de pretender que no sabíamos lo que bien sabemos y supimos, y esperar, mirando estúpidamente la pantalla, que un delator, despechado que no arrepentido, combinado con un juez normal que no brillante, levante pruebas indiciarias para movilizar a la policía judicial o a la guardia civil hasta la casa de un politicastro o un falso gerente para romperle en pedazos la calma de su madrugada; basta ya…

Tenemos un gravísimo problema colectivo. Y es que no sabemos qué hacer que sea eficaz y no falaz o fantasioso, ni a dónde dirigir nuestras fuerzas ni nuestra economía más allá del próximo rellano. Claro que “el desarrollo de la economía pasa por el talento y una estrategia a largo plazo” (titular de El País del viernes, 28 de abril de 2017, para dar las claves de una conferencia internacional de economía humanística, “de vuelta a lo básico”). Para lanzar tales propuestas no hace falta reunir a cabezas supuestamente laureadas con las virtudes de las mejores ideas y experiencias.

Ni siquiera me parece tan importante aumentar los impuestos a las pocas empresas que obtienen beneficios, y  estoy en desacuerdo con tocar los gravámenes o tasas de cualquier tipo, con solo la intención recaudatoria. No. Lo importante es saber en qué se van a dedicar los dineros, y si servirán solo para tapar agujeros provisionalmente o actuarán de acicate para renovar la actividad en sectores con futuro.

Pero esos temas serios y profundos no se resuelven en debates abiertos, ni en manifestaciones de descontentos, ni en parlamentos en donde los teóricos representantes de un pueblo desinformado y colectivamente indolente se tiran piedras a las cabezas y están más preocupados de su imagen y de lo que tienen entre las piernas que de los millones de familias que no tienen trabajo, o lo van a perder, o no deben creerse (y no porque lo diga yo, sino porque cualquiera ha de saber que no estamos solos en el mundo) que en el turismo y en la exportación de productos agrícolas y bienes intermedios está la salvación y el futuro que nos sostenga,  oxímoron de una panacea que está, obviamente, en la agenda teórica de todos los países y regiones que no tienen más cosas que ofrecer.

Venga, pónganse a trabajar. Lo siento, en esta invitación no caben todos. Solo muy pocos, porque hay que evitar cualquier tipo de ruido, opiniones que ensordezcan en lugar de aportar. Se necesitan personas con experiencia, conocimiento, libertad de pensamiento, ayunos  de rémoras y limpios de ideología reaccionaria.

Hay mucho que hacer. Es una tarea no remunerada, y las propuestas que resulten no serán todas satisfactorias ni aceptables. Pero saldremos de este tremendo vacío de ilusiones, de esta caspa de obsesión por cazar corruptos de medio pelo (los peces gordos se escaparán siempre) y ahuyentar fantasmas del pasado, de muertos ya bien muertos.

Jóvenes, os va en ello ni más ni menos que la felicidad futura.


Los mirlos o tordos, como casi todas las aves, son territoriales, aunque normalmente bastan los sonidos y cantos que emiten para hacer desistir a sus congéneres de adentrarse en el territorio dominado por una pareja o ya preparado por un macho para asentarse en él con la elegida al ritmo de su reloj natural.

A veces, la densidad de población ofrece vistosas batallas entre machos, incluso entre aves tenidas por pacíficas. Estos dos representantes encelados del sexo masculino se enzarzaron en una disputa -nada reglada- por el ánimo de una hembra que, en esta foto, está fuera de encuadre.

 

Publicado en: Actualidad, Sindicatos, Sociedad Etiquetado como: corrupción, día del trabajo, mayo, paro, primero, sindicatos, trabajo

Identidades al descubierto

21 octubre, 2016 By amarias 1 comentario

carbonero volando

Recibimos continuas advertencias sobre la necesidad de preservar nuestra identidad -de la policía como de amigos-, pero, como seguramente no sabemos en qué tipo de piltrafa expuesta a la observación pública se ha convertido la referencia a lo que nos identifica públicamente, no hacemos mucho caso.

Estaríamos en lo cierto si sospecháramos que en los inmensos bancos de datos que Google pone a disposición de quien quiera pagar por la información o introducirse subrepticiamente en el fangal, está prácticamente todo de lo que nos concierne, y una buena parte de lo que ignoramos de nosotros mismos.

Otros cazadores de identidad no son tan sutiles ni usan medios sofisticados. No será la primera vez que increpo a un fulano que, con pinzas manejadas hábilmente, detecto buscando documentos bancarios en los colectores de papel: es una labor más selectiva, y supongo que fructífera, que la de los que revientan sin más los contenedores: me imagino que algún capitán de mafias bien pertrechadas para sacar partido a esos datos les pagará por el trabajo.

El 20 de octubre de 2016 los media nos recordaron (por si hacía falta) que hace cinco años que ETA anunció el cese definitivo de su actividad armada, y celebramos, en efecto, que desde entonces, no mata a nadie. Es un torpe alivio, que no puede borrar la memoria de los 829 asesinados en el holocausto de una causa demencial. Que la comunicación de esa descarada indulgencia fuera realizada por tres encapuchados, que pretendían darnos por enterados de que nos perdonaban la vida, la angustia y el sufrimiento, me hace recoger sus palabras con la escobilla del desprecio hacia la forma en que los asesinos y sus cómplices escogieron defender sus razones, a las que convirtieron en inaceptables, sin necesidad de entrar a considerar su fondo.

Están proliferando los portadores de identidades ocultas, que tiran piedras sobre los valores comunes y esconden sus identidades. Grafiteros , estafadores, corruptores y corruptos, ladrones de guante blanco y al descuido, vándalos que se ocultan entre la multitud aprovechando congregaciones culturales o deportivas, incluso universitarios a los que se debe exigir más formación y mejor criterio, junto con otras muchas categorías de tipos sin identificar, que nos hacen daño. Unos se divierten con ello, otros se aprovechan de nuestra confianza, los más se mueven a hurtadillas por la propiedad común y la propia, para quitarnos lo que no les pertenece.

No creo que el diagnóstico certero, ante tantas identidades falseadas o enmascaradas, sea que nuestra sociedad está enferma. Me parece más bien que, amparados por nuestra parte en la esperanza de que no nos afectarán, nos hemos convertido en débiles y apetitosos objetivos.


P.S. Es fácil distinguir entre el herrerillo común (parus caeruleus) y el carbonero común (parus major). El primero, bastante más pequeño, tiene la coronilla azul y el segundo, negra. La foto con la que decoro este Comentario es la de un carbonero garrapinos (parus ater), tan pequeño como el herrerillo, que tiene la coronilla y la pechera negras y una mancha blanca en la nuca.

Otros muchos tipos del pájaro carbonero son más propios de otras latitudes, salvo el herrerillo capuchino, que lleva una cresta que, en la mayoría de los casos, lo hace inconfundible. Identificar aves es una actividad apasionante, y si se pretende fotografiarlas en vuelo, además de un buen objetivo, son precisas mucha paciencia y la voluntad de pasar desapercibido.

Publicado en: Actualidad, Sociedad Etiquetado como: aves, capuchino, carbonero, corrupción, ETA, garrapinos, herrerillo, identidad, policía, robo

¡Ay, Carmena!

1 abril, 2016 By amarias 1 comentario

Como en mi casa no caben ya más libros, pero las bibliotecas públicas están cada vez más surtidas, sigo leyendo mucho y rápido, pero compro pocos. Uno de los últimos es “Por qué las cosas pueden ser diferentes (Reflexiones de una jueza)” (Ed. Clave Intelectual, 2014). Autora: Manuela Carmena. El ejemplar que tengo corresponde a su 6ª Edición.

La portada es una foto de la alcaldesa actual de Madrid, de pie, con las manos sobre el manillar de una bicicleta que, si la vista y Google no me engañan, es un artefacto de la marca y subespecie Specialized Expedition Sport FR Mujer 2014, accesible por 529 euros. La magistrada-jueza lleva zapatos de tacón, lo que indicaría que no viene precisamente de un paseo por el bosque, y la instantánea está tomada, seguramente, en su casa -se ve el arranque de una escalera de caracol, y hay un cuadro de una joven Manuela, pensativa, con una mirada algo melancólica.

En la imagen más actual, la agarrada a la bicicleta, Manuela mira a la cámara desde arriba, con la inconfundible expresión del que piensa: “A ver si terminas de una vez, que tengo otras cosas que hacer”.

Me apresuro a decir que me cae bien esta señora. La defiendo siempre que ha lugar -y no faltan- porque siento que es de los míos: no hemos hecho nada de relumblón, de eso que el stablishment considera importante (yo, por lo menos, hasta ahora; ella, hasta mayo de 2015), pero lo tenemos currado, y bien curriculado. Manuela Carmena lo cuenta en su libro, con detalles que, si no se tienen puestas las gafas de entender, podrán parecer un tanto triviales, acaso, ñoños. Tal vez, presuntuosos.

Ni hablar. Su vida es una vida muy seria, consistente, coherente de principios a fines. Así me parece, y no la conocía de nada, ni la conozco más que de lo que he leído y visto, de ella y sobre ella. En parte, su vida es la de una pulpesa en sempiternos garajes. Salir viva, incluso de atentados mortales, es un milagro.

La que sería alcaldesa -la primera edición de este libro data de abril de 2014- nos cuenta, al final de sus páginas, que en 2013 constituyó la sociedad “Yayos Emprendedores S.L.” Por si me lee un marciano, yayos son los abuelos, porque la autora quería “transmitir la idea de que los abuelos, los viejos, tenemos una enorme capacidad de emprender, de idear y de inventar”. Y más adelante: “Los viejos emprendedores podemos ser como una especie de puente de todo el causal de nuestras vivencias para los que ahora están comenzando sus propias vidas personales o sociales” (pág, 285).

El libro no tiene desperdicio, y entiendo bien que lleve muchas ediciones. Es una confesión de una campaña persistente, personal, en algunos momentos, íntima, en un campo de batalla. Puede ser tenido por la labor de una mezcla de dama de la Cruz Roja con uniforme de coronela de intendencias. Lo leí con fruición, que es un antídoto estupendo contra la vulgaridad que nos rodea.

Manuela Carmena es de mi partido político. En él militan muchas gentes independientes -no pocos de entre ellos, se consideran centro, pero que no saben lo que son en realidad-,  algunos pertenecen a las derechas prudentes, no pocos vienen de la izquierda consecuente, quedan unos pocos de la izquierda irredenta.

No me importa lo que piensan, sino lo que hacen. No se ponen a discutir lo que hay que hacer, ni se pasan días perfilando puntos de coincidencia que no encuentran en los programas, no se preocupan de colocar a la familia o amigos en los lugares para los que tienen alguna mano. Tratan de agrupar, reunir, sacar lo mejor de los equipos que tienen a sus órdenes; y, aún más curioso, dan pocas órdenes; señalan las rutas con el ejemplo.

Me llamó la atención, en especial, el tratamiento que la jueza-magistrada hace de la observación de la corrupción en la Justicia. Si hay algo más antagónico, supongo, es Justicia-Corrupción.

Hace Carmena un buen análisis de las oposiciones a juez, que compartimos muchos. El esfuerzo por la memorización de temas jurídicos sin conexión con la sociedad, la dura preparación para la oposición como meta y no como salida (el retruécano es mío), la falta de experiencia en la vida real para juzgar, justamente, casos reales, etapas que jalonan un currículum tempranero que superan jóvenes de menos de 30 años para “adquirir seguridad” y que, desde entonces, se ven encumbrados al poder de decidir sobre la vida de los demás.

Pero donde lleva la cesta llena de sembrar asombros a ignorantes es cuando nos cuenta lo que descubrió en su paso por los Juzgados. La tasa PSC (Por si cuela), las ayudas a algunos funcionarios para que se pierda algún expediente, las dietas  oscuras, el reparto “aleatorio” de los asuntos. la asignación de interventores concursales por complicidad.

Es una lástima que no haya pasado por el mundo de la empresa, porque nos hubiera ilustrado, con su desparpajo -el del que está de vuelta y ha sobrevivido- sobre lo que ha tenido que suceder en las relaciones entre las administraciones públicas y los contratistas. Nos ahorraríamos así muchos ayes y manos a la cabeza.

La abuela Carmena está ahora en una nueva batalla, de la que no sé si saldrá un nuevo libro, pero de la que sí deseo que salga, no solo incólume, sino reforzada. No se cuánto lleva analizado de ese Ayuntamiento de Madrid en el que no le faltarán capítulos para llenar con anécdotas. Si tiene tiempo para invitarme a un café con pastas, yo puedo contarle algunas historias enjundiosas.

Y, por favor, que en la próxima portada, se haga fotografiar con zapatillas de deporte, chándal y bicicleta de montaña. No hace falta que sean de marca, basta con que le funcionen dos o tres marchas, que hay mucha oferta de segunda mano.

 

 

 

Publicado en: Actualidad, Administraciones públcias, Administraciones públicas, Cultura, Derecho, Economía Etiquetado como: alcaldesa, clave intelectual, corrupción, cosas, diferentes, libro, Madrid, Manuela Carmena

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