Cinismo. 1. Forma de aparentar que se está de vuelta, cuando en realidad se está yendo hacia el lugar en donde se confía en la obtención de algún beneficio. 2. Teoría filosófica aún mal estudiada.
Cuerpo. 1. Agrupación de personas con la misma profesión u oficio, a la que se pertenece por obligación y de la que se desconoce lo que hace su junta directiva. 2. Parte del ser humano muy apreciada por los médicos. 3. Forma eufemística de referirse a un difunto por las autoridades. 4. Manera de denominar a la mujer que se prostituye, por parte del impresentable que se sirve de ella, mediante precio o promesa.
Edificio oficial.- 1. Lugar en el que la mayoría pierde mucho tiempo esperando a que se le indique lo que le falta para que su pretensión sea atendida. 2. Construcción que se encontraba en ruinas o muy deteriorada, recuperada con dinero público y que sirve provisionalmente de sede a una actividad funcionarial hasta que se termine un complejo urbanístico que concentrará todas las administraciones, y que está pendiente de que se coloque la segunda piedra (y, claro está, las siguientes).
Ciencia infusa.- 1. Ignorancia ilustrada. 2. Capacidad que tienen algunas personas de adivinar cómo poner en funcionamiento un aparato o montar sin tener que volver a desarmarlo un mueble sueco, habiendo perdido las instrucciones o, incluso, con ellas delante.
Cacharro.- 1. Bebida alcohólica de contenido incierto, que se utiliza para mantener una mano ocupada en una reunión. 2. Vehículo de alta gama, así designado por su presuntuoso propietario, que suele terminar empotrado contra una farola. 3. Vehículo con el que nunca se está seguro de llegar a un destino y que no pasa la itv.
Vista.- 1. Cualidad que permite a quien la detenta evitar algún que otro disgusto. 2. Cualquier cosa, distinta de una pared lisa, que se vea a través de una ventana de una casa en venta o alquiler, según su propietario o agente inmobiliario.
Música. 1. Conjunto de sonidos que llegan al oído desde una fiesta de vecinos. 2. Argumentos a los que no se les concede ninguna importancia, que pueden adquirir incluso el carácter de celestial si provienen de alguien a quien no se aprecia.
Cortina. 1. Trapo sucio que cierra parcialmente la ventana en un hotel, como garantía de que el huésped dejará la habitación antes de las doce del mediodía. 2. Cuando aún no se habían inventado los estores (persianas de complicado manejo que suelen desplomarse de sus clavijas), forma elegante de denominar a los visillos.
Velo. 1. Patraña elaborada que cubre las verdaderas intenciones de un grupo empresarial y que, cuando se levanta, deja al descubierto las miserias de la microeconomía. 2. Tela con la que los hombres de algunas religiones se cubren de ignominia, al tapar con ella el rostro de sus mujeres. 3. Complemento caro de un traje de novia, del que se suelen hacer pañuelos.
Agua. 1. Expresión de alivio en un juego infantil que, a diferencia de la guerra real, consiste en marcar casillas con cruces en el papel y no sobre el terreno. 2. Recurso necesario para la vida, a la que se pone precio con diversas escusas, casi todas falsas. 3. Líquido contaminado que no debe beberse por ningún motivo, so riesgo de descomponerse.
Genio. 1. Niño pequeño al que sus padres y abuelos no han tenido ocasión de comparar con otros de su edad. 2. Expresión incontrolada de carácter, a la que se da suelta cuando se está en situación de superioridad.
Evasión. 1. Forma colectiva de divertirse que cuesta dinero y que se practica en la juventud. 2. Actividad desplegada por un recluso por la que verá aumentada su condena. 3. Tipo de literatura intrascendente en la que el argumento es el mismo, cambiando únicamente el lector.
(continuará)
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