En julio pasado (2020) terminé el libro Sonetos desde la crisis, dedicado a la crisis del Coronavirus. Todos los Sonetos de la serie, salvo éste, han sido recogidos puntualmente en este blog. No estoy seguro de que algún día esa recopilación sea editada (mi aventura como Editor se colmó con la publicación de Sonetos desde el Hospital, del que, debido precisamente a la pandemia, aún quedan varios ejemplares sin vender). Este Soneto es el último de aquella relación, que, por distintas razones, no di a la publicidad entonces.
La situación del país y del mundo es extremadamente compleja. El coronavirus se expande sin que sepamos con claridad cómo contenerlo, la economía española se encuentra en posición delicadísima -el malestar social puede adoptar posturas pre-revolucionarias- y, a nivel general, la ausencia de un liderazgo mundial, unido a la exacerbación de los nacionalismos y comportamientos insolidarios, augura la falta de acuerdo para resolver los graves problemas globales: cambio climático, disminución o amortiguación de las desigualdades, solución de conflictos por los recursos -del agua a las materias primas-, aumento del paro por el avance de la tecnificación y su concentración en pocas manos, etc.
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A Manolito el Pollero,
con las mismas rimas de su Soneto A una caracola
Como en tiempo de guerra, la sirena.
llama al cobijo el cuerpo amortecido.
y aun sin haberse el dolor desvanecido
ya caen nuevos presagios a la arena.
Pena que a la de ayer nos encadena,
obra fatal de un dios enfierecido
que por el valle difunde gran tronido
y con muerte y fragor su voz resuena.
Olvidamos humanos que en su seno,
oculto en caprichosas oquedades,
guarda el maligno su poder de trueno.
Cojo la tiara del miedo y la corola,
a gritos ahuyentando tempestades;
creyéndola el mar, oír la caracola.
@angelmanuelarias, Sonetos desde la crisis
La foto corresponde a un juvenil de golondrina dáurica, captada a las orillas del Tajo, en Toledo,
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