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A ratos, vaya, tomo todo a broma
me río de mí mismo y del momento
y, entre tanta tristeza, fiel asoma
resistencia feroz ante el tormento.
Si no quieres café, ten doble toma
cuenta como elemento más del cuento;
la verdad de ayer, igual se nos desploma
vulnerable al menor soplo de viento.
Con muebles atacados por carcoma
recuperar la casa va a ser lento,
y el humo se nos vende como aroma.
En tirar lo que no vale pongo acento
pero no dejo me impongan como axioma
que en la jaula darán el alimento.
18 de abril de 2020
(@angelmanuelarias, Sonetos desde la crisis)
Incorporo aquí -advierto que no por falta de material, pues tengo varios centenares, por no decir, miles, de dibujos- una de las doce láminas incluidas en mi libro Sonetos desde el Hospital, titulado: “Familia de saltimbanquis y ninfas”.
Debe ser evidente para el observador del dibujo (realizado a lápiz acuarelable y acuarela- que no se trata de un grupo de saltimbanquis, aunque el progenitor, padre de esa familia singular, lleve un curioso gorro en la cabeza, que más bien parece una barretina. y un ajustado traje de arlequín o polichinela. La composición refleja una situación íntima, que he tratado en otros dibujos y cuadros. Una pareja con hijos -aquí podría interpretarse que con familia numerosa- en crisis.
El padre, con el rostro cansado y los brazos exangües, abandonados sobre las rodillas, con un papel en las manos que seguramente ha sido el vehículo de una mala noticia, recibe el consuelo amoroso de su esposa, que pasa su brazo sobre el hombro, en actitud estimulante. El hijo, ya casi adolescente, pegado a su madre, reclama la atención, ajeno a la preocupación que exterioriza el disfrazado de arlequín.
El resto de las figuras, todas ellas de jóvenes mujeres, configuran una curiosa escenografía: dos de ellas, portando presentes -frutos y flores- abandonan el cuadro por la parte superior derecha. Representan las ocasiones perdidas, por la razón que fuera. Otra de las jóvenes (ninfas), desolada, muestra su cesto vacío.
Hola, Ángel, me encantan tus dibujos y tus sonetos. A ver cuando levantan el encierro y concertamos una cita. Un abrazo
Gracias, Rafael. Ya es hora de que levanten este encierro, porque me parece que no está sirviendo ya para el objetivo principal que era no colapsar las uci. Objetivo que, como sabemos, no se cumplió. ¡Por esa cita!. Un abrazo