Podría haber sido pasión, muy mal diagnóstico.
Un amor de alto riesgo, vómitos y ardores.
La incómoda sensación de estar perdido, dificultades al tragar,
y el tiempo que no pasa. Trampas en tierra de nadie,
cebos mordidos que no cazaron presa, huellas de tanto mal dormir,
escapatorias que conducen a volver a empezar.
Podría ser aún peor, un estropicio.
Irrumpir en el templo con furia alrededor y hallar rota la espada,
situarse en el medio de un plantel, hacer virtud del vicio y sucumbir,
llevar a su triunfo, convencido, habladurías, no saber escapar;
arrastrar a la muerte una ocasión feliz sin porqués ni el adiós;
convertir en dogmas los matices, resolver con trampas y mentiras, los misterios ajenos,
aceptar como pago de consuelos, suspicacias, como pruebas de amor, ficción y malas sañas.
Más cruel si cabe, creer que se está en todo, andando perdido y solo por los bordes.
De mi experiencia, apunto diagnóstico precoz.
Lo tuyo no es pasión, ni percibo ocultos quistes de desamor, caprichos, malos vicios.
A pesar del cariz romántico, palpo entre las justas ganas, pocos mitos;
por compromisos ciertos, no veo alguno.
Se mantienen tersos en sus sitios, vientre, nalgas, muslos, cuello; reaccionan áreas íntimas.
Palpitaciones, bien; algo baja de ritmos. Señales apenas perceptibles de lascivia.
Debilitado por falta de ejercicio hallo el músculo sentimental; terso a impaciente; flácido a curioso;
pero, lo que a tu edad sería defecto, con el tiempo viene a ser normal, así que, por principios,
descarto motivos de preocupación, y afino, divertido, el tratamiento:
toma frecuentes dosis de olvido, entrégate hoy conmigo a fondo, duerme tranquila y volveré mañana a ver qué tal.
Ante cualquier reacción extraña, pon donde te halles, vallas; oculta a donde vayas, ayes;
si crees volver a pasar por tu pesar, incluso estar cayendo, mejor, calles; si has de dar voces, sean de goces:
y, de advertir que aflora amor, en el mismo instante y lugar, sin dudarlo, inyecta dudas,
porque, hasta estar curada de espantos, será menester contar con más de un doctor experto en tales trances.
(De Poemas de encargo, número 25, Angel Manuel Arias, 28 de marzo 2009)