En mayo del 2019, los ciudadanos europeos serán convocados -en fechas que habrán de concretarse por los respectivos gobiernos- para elegir nuevos parlamentarios. En ese semestre, habrá habido cambios importantes en ese modelo de convivencia europeo en persistente rodaje, algunos previsibles y otros probables.
Para el próximo mayo, el Reino Unido estará ya fuera de la Unión Europea -con acuerdo o a la brava-; el panorama político internacional se habrá polarizado más: por el lado de las llamadas eufemísticamente economías de mercado, brillará con mayor intensidad una constelación de líderes practicando políticas de retroceso en los servicios sociales paralelos al incremento de la protección arancelaria. El astro central de ese hatajo de incrédulos de la globalización, el cambio climático o los efectos de una política educativa y sanitaria que favorezca a las capas más bajas de la sociedad, seguirá siendo el presidente de los Estados Unidos de América, experimentado paladín de la política de desorientación y sartenazo al que opine lo contrario.
La acumulación de datos exteriores sobre las guerras comerciales (y, aunque limitadas a ciertas áreas, guerras convencionales con armamento directamente letal), habrá perfilado un nuevo dualismo de bloques, entre occidente y oriente. En el frente oriental, habrán crecido los lazos de relación interesada entre Rusia, las dos Coreas y China y el control de éstas sobre los países más retrasados de Africa y Asia.
En el seno de la actual Unión Europea, el descontento y la desorientación respecto a estrategias comunes, habrá provocado el aumento de los populismos, de los ímpetus secesionistas y de las derivas totalitarias. Las elecciones de mayo deberían suponer una radiografía de cuerpo entero del proyecto de los Estados Unidos de Europa.
En el resultado global, no cabe esperar grandes cambios en la representación parlamentaria. Habrá una disminución ligera de parlamentarios de la derecha ideológica, comida por su flanco diestro por las opiniones más reaccionarias, especialmente activas allí donde no gobiernan, porque su fortaleza está construida a base de criticar con acritud la política oficial y presentarla como causante de los defectos de la situación real.
Bajará también ligeramente, la representación de las bancadas socialdemócratas, empeñadas en seguir soportando en solitario sobre sus debilitadas espaldas los mantras de la globalización, la acogida de migrantes, el aumento de impuestos para sostener los beneficios sociales, y apoyar un cada vez más desquiciado control medioambiental, (entre otros aspectos), pero con gobiernos incapaces de implantar eficientes estrategias económicas y tecnológicas, que estén basadas, de verdad, en la generación de un modelo de crecimiento europeo.
La pérdida de parlamentarios de las dos megaformaciones que tradicionalmente copan las mayorías, será asumido por los partidos ecologistas y los defensores de posiciones ultras, que tienen mayores posibilidades de rentabilizar el descontento
Sería de desear que quienes aspiren a ser parlamentarios en la Europa de los 27 hagan el esfuerzo de confeccionar programas que presenten el camino hacia una Organización más coherente, realmente solidaria, uniforme, capaz de generar y poner en ejecución una estrategia exterior común a corto plazo, en comercio, educación, investigación, tecnología, ayuda al desarrollo, energía y defensa y conseguir la mayor igualdad de salarios y prestaciones para los ciudadanos de sus Estados como objetivo irrenunciable.
Lo demás, me seguirá pareciendo la fórmula para llenar de buenas palabras un edificio de ilusiones que está cada vez más resquebrajado.
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Las fotos que adornan este comentario son de una pareja de collalba gris (oenanthe oenanthe). La que figura en el encabezamiento es la de un macho, en plumaje de final de verano, lleva la máscara aún visible, que perderá en el plumaje de invierno (llamado también de eclipse, especialmente tratándose de anátidas, para significar que la diferencia entre sexos es menos marcada).
En esta zona baja del Comentario, la hembra, aunque presentada de frente en la instantánea, deja ver su mejilla y pecho de color rosáceos (del pectoral, solo la parte superior tiene ese tono rojizo).
Las collalba gris están entre los pájaros migrantes que recorren las mayores distancias de todos los conocidos, llegando a cubrir hasta 2.500 km sin pararse, y hacerlo en poco más de 30 horas. Estas aves en concreto han sido captadas sobre un terreno pedregoso de Zamora, un día de septiembre, encaramadas, como se ve, sobre un cable aéreo, utilizado como percha para la caza de insectos al vuelo.
Angel, completamente de acuerdo con tu párrafo sobre necesidad de programas, pero¿cómo asegurar que se van a cumplir?
Guillermo, entiendo que los Programas para que los votantes se ilustren sobre las intenciones de quienes se postulen para ser parlamentarios europeos, es la primera fase imprescindible. La segunda, para garantizar el cumplimiento de los programas, es conseguir una mayor transparencia en los acuerdos (no solo en los debates parlamentarios, la mayor de las veces, anodinos, y previstos solo para lucimiento personal o cubrir un trámite de presencia que justifique formalmente los altos sueldos).
Los ciudadanos de a pie tenemos un arma muy débil, y mal utilizada, que es la sanción a quienes no han cumplido lo prometido, no votando a sus formaciones en las siguientes elecciones.
Mientras las postulaciones a parlamentarios por parte de los partidos sean vistos como un premio para los excedentes de la política local (o como una plataforma para auparse en ella posteriormente), mal vamos. Y los votantes seremos, en realidad, tontos útiles de una estrategia de partidos que poco tiene que ver con las necesidades de Europa, delegada su solución -demasiado académica, muy teórica, excesivamente formal- a la Comisión Europea y su legiferancia, que nos atiborra de Directrices, Normas e Informes de difícil digestión.