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A Federico García Lorca, con las rimas de su Soneto
“El amor duerme en el pecho del poeta”
Para ahuyentar tercos temores, quiero
despertar al guardián, ángel dormido,
de este pueblo por males perseguido
y la desgracia ahuyente con su acero.
Al final del gran túnel veo un lucero
temblando sobre el trance dolorido
que mató y golpeó y tiene mordido
dejándonos estado muy severo.
Vacíos de goces, playas y jardines
entregamos al olvido la agonía
-del alazán asidos a las crines-
y argumentando salvar la economía
se alzan trinos, zambombas y violines
sin reparar que sea pronto todavía.
16 de junio de 2020
(@angelmanuelarias, sonetos desde la crisis)
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