91
A Gustavo Adolfo Bécquer
Con las mismas rimas de su único Soneto
“Céfiro dulce que vagando alado”, dedicado al colibrí.
Se propaga en el aire y no es alado,
se adhiere a las manos, ropa o flores
e impide gozar de gustos y de olores,
si contagia al hallarse en nuestro prado.
Ese maligno ente exige tal cuidado
pues desprecia pasiones, mata amores,
y si entra en ti, te abrasará a dolores.
Por eso, todo el orbe está angustiado.
Créeme, joven, si con mis ojos te vieras,
en primavera de rosa y claveles,
no te impediría hacer lo que quisieras.
Mas cuida no olvidarte como sueles
que si tu mascarilla no pusieras
podrías ser causa de otras muertes crueles.
22 de mayo de 2020
Deja una respuesta