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Llevados de la mano por lo urgente
olvidamos legado a nuestro cargo,
y ofuscados por vítores de gente
no vemos a ocasión pasar de largo.
Emulando al sastrecillo valiente,
con la banda de honor hecha de encargo,
creemos que por andar el yo caliente
será el trago a sufrir menos amargo.
Al cambiar los humores de repente
tropezamos con hueso, sin embargo,
y por pensar que es mejor lo más saliente
pagamos los fracasos con recargo.
Yo prefiero sentar un precedente
y si puedo ser águila, pigargo.
27 de mayo de 2020
(@angelmanuelarias, sonetos desde la crisis)