Al socaire

Blog personal de Angel Arias. La mayor parte de los contenidos son [email protected], aunque los dibujos, poemas y relatos tienen el [email protected] del autor

  • Inicio
  • Sobre mí

Copyright © 2021

Usted está aquí: Inicio / Cuentos y otras creaciones literarias / Cuento de Otoño: Dando explicaciones

Cuento de Otoño: Dando explicaciones

5 octubre, 2013 By amarias2013 Dejar un comentario

El padre de todos los vicios entró en la habitación donde sus hijas Envidia y Maledicencia dormían plácidamente, y las despertó, furibundo:

-¡Es ya muy tarde para estar en la cama!. Ya hace un buen rato que Competencia y Mérito estarán trabajando.

Envidia abrió un ojo y se revolvió en el lecho, perezosa.

-Déjame, papá, dormir un poco más. Tú sabes muy bien que cualquier cosa que puedan hacer en años esos dos, nosotras se las podemos desbaratar en cuestión de segundos.

Maledicencia, que era más obediente y, sobre todo, porque disfrutaban haciendo que las cosas fueran a peor, se levantó de inmediato, y sacó del armario uno de los trajes que más le gustaban, aunque era de su hermana mayor, Mentira.

No hacía falta ser muy observador para darse cuenta de que en aquella casa tan grande, dominaba el Desorden, que era el hermano mayor. Posiblemente aquejado del síndrome de Diógenes, amontonaba en su cuarto montones de cosas, que también podían encontrarse, atravesadas, en los lugares más inesperados.

Desorden tenía pretensiones de grandeza y no era exactamente un mal tipo, y, en realidad, cortejaba a alguna de las Virtudes, pero carecía de atractivo. No encontraba las palabras, confundía hechos y circunstancias y, aún peor, nunca sacaba conclusiones.

Pues bien, en ese pueblo imaginario, la situación que más preocupaba en el momento en que me dispuse a contar esta historia, era que, desde hacía tiempo, el grupo de las Virtudes y los Méritos estaba ganando la partida.

No eran muchos, en verdad. Estaba Trabajo, que era muy serio y, por lo general, competente. Su mejor amigo, Estudio, salía poco de casa, pero cuando lo hacía, resultaba brillante y todos querían estar a su lado, porque se le ocurrían ideas inolvidables. Competencia y Mérito eran los dos hermanos pequeños, gemelos univitelinos.

Tenían una tienda de Resultados y Posibilidades y les iba bastante bien. Tenían clientes muy buenos, como Futuro y Sociedad y otros que, al menor descuido, se marchaban sin pagar, como Política y Coyuntura.

Enfrente del comercio, que era el más antiguo de la ciudad, había otra tienda, que pretendía hacerles la competencia, y que se llamaba de Cuentos Chinos. No era, al contrario de lo que su nombre pudiera indicar, de propietarios del Este, sino de los de andar por casa, pero, aunque su mercancía estaba, por lo general, deteriorada, vendían a mansalva. Sobre todo a los Vicios y a los recomendados por ellos, que obtenían una comisión sustanciosa.

Aquel día, Envidia, que ya estaba plenamente despierta, después de haberse desayunado con rabos de lagartijas y malos pensamientos, fue a buscar a Inteligencia que estaba, como siempre dándole vueltas a las cosas, para encontrar su lado bueno.

-¿Qué haces, Inteligencia, que no comprendo a qué viene tanto esfuerzo? -le preguntó, provocadora, la de la mirada torva.

-Pues, ya ves. Buscando soluciones, que es la manera de avanzar. -fue la respuesta.

-¡La verdad, no es ninguna tontería! Otros pensarían que es una pérdida de tiempo, pero es absolutamente necesario lo que haces. ¡Ay, si todos hicieran lo mismo!…

Envidia se acercó a ver lo que estaba haciendo Inteligencia, aparentando prestarle mucha atención, y, en un descuido de ésta, le echó arena en el engranaje y unos alambritos de zancadillas.

-Bueno, te dejo, que llevo prisa, porque me han llamado del Palacio de los Principios, para que les organice la fiesta de Primavera. Nos vemos.

Envidia se fue con viento fresco y cuando Inteligencia puso en marcha el proyecto en el que había estado trabajando, la arena y los alambres que había introducido la pérfida, provocaron un cortocircuito.

FIN

Comparte este artículo:

Compartir en Twitter Compartir en Facebook Compartir en LinkedIn Compartir en Email Compartir en WhatsApp

Archivado en:Cuentos y otras creaciones literarias Etiquetado con:angel arias, competencia, cuento de otoño, desorden, envidia, estudio, inteligencia, méritos, obediencia, pérfida, trabajo, vicios, virtudes

Deja una respuesta Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Entradas recientes

  • En el día de la mujer trabajadora
  • Paradojas, escisiones, culpas
  • Interesantes conferencias virtuales organizadas por el Club Español del Medio Ambiente
  • Concha Quirós, librera. D.E.P.
  • Avellanas podridas
  • El futuro y los políticos
  • Propuestas para reactivar la economía desde la experiencia y el conocimiento
  • Ante el Día Mundial contra el Cáncer
  • Cambio de fichas
  • Nací con vocación de emigrante (Poema)
  • Del Diario de un Hombre Educado (Poemas)
  • Salvados por la UME
  • Frail democracies (Débiles democracias)
  • Elogio y servidumbre del centro
  • No hay mejor momento (Poema)

Categorías

  • Actualidad
  • Administraciones públcias
  • Administraciones públicas
  • Ambiente
  • Arte
  • Asturias
  • Aves
  • Cartas filípicas
  • Cataluña
  • China
  • Cuentos y otras creaciones literarias
  • Cultura
  • Defensa
  • Deporte
  • Derecho
  • Dibujos y pinturas
  • Diccionario desvergonzado
  • Economía
  • Educación
  • Ejército
  • Empleo
  • Empresa
  • Energía
  • España
  • Europa
  • Filosofía
  • Fisica
  • Geología
  • Industria
  • Ingeniería
  • Internacional
  • Investigación
  • Linkweak
  • Literatura
  • Medicina
  • mineria
  • Mujer
  • Personal
  • Poesía
  • Política
  • Religión
  • Restauración
  • Sanidad
  • Seguridad
  • Sin categoría
  • Sindicatos
  • Sociedad
  • Tecnologías
  • Transporte
  • Turismo
  • Uncategorized
  • Universidad
  • Urbanismo
  • Venezuela

Archivos

  • marzo 2021 (2)
  • febrero 2021 (6)
  • enero 2021 (6)
  • diciembre 2020 (17)
  • noviembre 2020 (9)
  • octubre 2020 (5)
  • septiembre 2020 (5)
  • agosto 2020 (6)
  • julio 2020 (8)
  • junio 2020 (15)
  • mayo 2020 (26)
  • abril 2020 (35)
  • marzo 2020 (31)
  • febrero 2020 (9)
  • enero 2020 (3)
  • diciembre 2019 (11)
  • noviembre 2019 (8)
  • octubre 2019 (7)
  • septiembre 2019 (8)
  • agosto 2019 (4)
  • julio 2019 (9)
  • junio 2019 (6)
  • mayo 2019 (9)
  • abril 2019 (8)
  • marzo 2019 (11)
  • febrero 2019 (8)
  • enero 2019 (7)
  • diciembre 2018 (8)
  • noviembre 2018 (6)
  • octubre 2018 (5)
  • septiembre 2018 (2)
  • agosto 2018 (3)
  • julio 2018 (5)
  • junio 2018 (9)
  • mayo 2018 (4)
  • abril 2018 (2)
  • marzo 2018 (8)
  • febrero 2018 (5)
  • enero 2018 (10)
  • diciembre 2017 (14)
  • noviembre 2017 (4)
  • octubre 2017 (12)
  • septiembre 2017 (10)
  • agosto 2017 (5)
  • julio 2017 (7)
  • junio 2017 (8)
  • mayo 2017 (11)
  • abril 2017 (3)
  • marzo 2017 (12)
  • febrero 2017 (13)
  • enero 2017 (12)
  • diciembre 2016 (14)
  • noviembre 2016 (8)
  • octubre 2016 (11)
  • septiembre 2016 (3)
  • agosto 2016 (5)
  • julio 2016 (5)
  • junio 2016 (10)
  • mayo 2016 (7)
  • abril 2016 (13)
  • marzo 2016 (25)
  • febrero 2016 (13)
  • enero 2016 (12)
  • diciembre 2015 (15)
  • noviembre 2015 (5)
  • octubre 2015 (5)
  • septiembre 2015 (12)
  • agosto 2015 (1)
  • julio 2015 (6)
  • junio 2015 (9)
  • mayo 2015 (16)
  • abril 2015 (14)
  • marzo 2015 (16)
  • febrero 2015 (10)
  • enero 2015 (16)
  • diciembre 2014 (24)
  • noviembre 2014 (6)
  • octubre 2014 (14)
  • septiembre 2014 (15)
  • agosto 2014 (7)
  • julio 2014 (28)
  • junio 2014 (23)
  • mayo 2014 (27)
  • abril 2014 (28)
  • marzo 2014 (21)
  • febrero 2014 (20)
  • enero 2014 (22)
  • diciembre 2013 (20)
  • noviembre 2013 (24)
  • octubre 2013 (29)
  • septiembre 2013 (28)
  • agosto 2013 (3)
  • julio 2013 (36)
  • junio 2013 (35)
  • mayo 2013 (28)
  • abril 2013 (32)
  • marzo 2013 (30)
  • febrero 2013 (28)
  • enero 2013 (35)
  • diciembre 2012 (3)
marzo 2021
L M X J V S D
1234567
891011121314
15161718192021
22232425262728
293031  
« Feb