Al socaire

Blog personal de Angel Arias. La mayor parte de los contenidos son [email protected], aunque los dibujos, poemas y relatos tienen el [email protected] del autor

  • Inicio
  • Sobre mí

Copyright © 2023

Usted está aquí: Inicio / Archivo de golpe de estado

Ejército y sociedad civil (10)

18 enero, 2018 By amarias Deja un comentario

El papel de las Fuerzas Armadas en relación con la seguridad, esto es, con la “conciencia de seguridad” (o con la “necesidad social de seguridad”), no es discutida. Parece estar en el fundamento mismo de la existencia de un cuerpo armado, cuando se acepta que los enemigos de esa seguridad -sean quienes fueren- utilizan procedimientos expeditivos para destruirla.

Sin embargo, un análisis elemental de potenciales riesgos, revela que el término seguridad es extremadamente amplio y  ambiguo. Su enorme alcance, su dinamismo y, también, el carácter subjetivo de la valoración de lo que se entiende por riesgo o peligro, ofrecen amplio campo para el debate. La cuestión debe permanecer en permanente revisión, ya que cambian los sujetos agentes, sus métodos, y las opciones de protección. Vaya, pues, por delante, que el análisis es complejo y, si no se acota el dominio de contorno de lo que se desea proteger, y se tienen en cuenta los medios, conduce a una inacabable fase previa sin medidas efectivas.

Pero, si el concepto es polisémico, ¿cómo vincular a las Fuerzas Armadas, y, en general, a todas las Fuerzas del orden, con el mantenimiento y perfección de un objeto tan plástico?

La “cultura de seguridad”, plasmada en España con directrices del Consejo Español de Seguridad y el enfoque orientador de la OTAN, ha dado lugar a la Estrategia de Seguridad Nacional. Cuenta ya con el antecedente de la diseñada en 2013 y viene más recientemente amparada con la Ley de Seguridad Nacional 36/2015, al abrigo de la cual se ha publicado, a finales de 2017, por la Presidencia del Gobierno una revisión actualizada y una mayor concreción de los objetivos.

Me propongo referirme, ya que entiendo que se encuentra en la zona difusa de la seguridad y, por tanto, del espacio de discutible actuación de las Fuerzas Armadas, la actuación contra la amenaza a la integridad territorial. La defensa de la “integridad territorial” es, como ya he tenido ocasión de recordar en un Comentario anterior, uno de los tres capítulos de acción que el art 8 de la Constitución de 1978 recoge como “misión” de las Fuerzas Armadas.

España es uno de los países europeos que ha sufrido en su territorio la lacra del terrorismo interior. En la descabellada, y cruenta, defensa de una posición independentista, con apoyo popular que nunca se podrá desentrañar en toda su magnitud, el grupo criminal ETA actuó con extrema crueldad contra la seguridad, causando casi mil asesinatos y un número indefinido, pero de gran magnitud, de víctimas físicas y sicológicas y fuertes pérdidas económicas (si bien, no quiero obviar poner de manifiesto que la situación de terror benefició indirectamente a un corralito empresarial en el que figuraron quienes se sometieron al chantaje, al verse reducida la libre competencia en el País Vasco).

Hace unos meses (julio de 2017) se cumplieron 20 años del secuestro del funcionario de prisiones Ortega Lara (felizmente liberado por la Guardia Civil después de más de 530 días de cautiverio en un zulo) y del vil asesinato del ingeniero Miguel Angel Blanco, con el que el grupo terrorista buscaba compensar maquiavélicamente el anterior éxito del Estado de derecho.

Si me permito traer a esta exposición un asunto que parece superado por la Historia democrática posterior es para poder destacar que la amenaza del terrorismo interior no está superada en España.

Desde la misma posición ideológica de las Fuerzas Armadas, el peligro de involución está felizmente arrumbado. La práctica total renovación de los mandos superiores a raíz de la implantación plena de la democracia, ha permitido la incorporación y ascenso de nuevas generaciones de militares que acatan la subordinación de lo militar a la autoridad civil como principio básico de la vida democrática. El Ejército es hoy, a raíz de algunas encuestas peculiares, incluso de trasfondo más democrático que la sociedad civil (el porcentaje de mandos confesos de “extrema derecha” no llega al 0,1%%, inferior al sector que suscribe esa ideología en la población general, que parece alcanza el 1%).

Somos muchos en este país de ciudadanos mayoritariamente envejecidos los que hemos vivido y padecido el intento de golpe de Estado que visualizó el coronel Tejero en febrero de 1981, y que puso de manifiesto el divorcio que existía entonces entre parte de las Fuerzas Armadas y la sociedad. A principios de los años 70 del pasado siglo, la mayor parte del conjunto de jefes y oficiales del Ejército (la mayoría de los cuadros de comandante para arriba habían participado en la guerra incivil) desconfiaban de la apertura liberal a la que apuntaban los tecnócratas del gobierno tardofranquista, alimentando la obsesión por el “enemigo interior”.

(continuará)


La silueta inconfundible de un alimoche (neophron percnopterus), con su cola cuneiforme, surca, con suaves aleteos, el cielo estival de Castilla. Como ave carroñera, otea desechos y, en especial, vertederos y acumulaciones de basura. No necesita asustar a ningún pajarillo, lanzando amenazadores chillidos que asustan a los inquietos y les hacen moverse de sus cobijos, exponiéndose a la voracidad de las rapaces, por lo que es, mayormente, silencioso.

El alimoche que fotografié aquél día de verano, es un adulto, como lo muestra el contraste entre las plumas de vuelo negras (las rémiges) y el resto.

 

 

 

Publicado en: Actualidad, Ejército Etiquetado como: asesinatos, ejército, estrategia, ETA, golpe de estado, interior, ley de seguridad nacional, sociedad, terrorismo

Cómico o ridículo (16)

22 febrero, 2017 By amarias Deja un comentario

Los años de residencia en Düsseldorf fueron para toda la familia, muy especiales. Recién cumplidos los treinta años, tenía ante mí una oportunidad profesional excepcional. El sueño de recuperación del mercado siderúrgico español se desvelaba como un espejismo y Ensidesa tuvo que potenciar la venta de algunos productos en los países más industrializados, creando empresas locales.  El mercado alemán (y, en general, el de toda la antigua Eurofer) era muy atractivo en precios, si bien los países terceros, como era el caso de España, estaban sometidos a cuotas máximas anuales de importación.

De resultas de aquellos cinco años de paso por Alemania, volvimos con dos hijos bilingües, una familia puesta a prueba y con los laureles del éxito de haber reforzado nuestra unión y, a mi particularmente, me aportó algunas plumas rotas y un dossier de abultada experiencia. Entre 1979 y 1984 hubo sucesos importantes en España y observarlos, y juzgarlos, desde la plataforma emocional y económica del núcleo duro de Europa, perfeccionó la base argumental con la que he construido mi posición ante la vida.

Recuerdo muy bien cuando el 23 de febrero de 1981, más o menos sobre las seis y media de la tarde, recibí la llamada de Evelio Mañas, director de personal de Ensidesa. “Ha habido un golpe de Estado. El Congreso está ocupado por los militares. Tienes que recoger toda la documentación reservada de la oficina. Llévatela a un lugar seguro. Que no sea tu casa”,

¿Documentación reservada? No tenía la menor idea de qué tipo de información de la que manejábamos podría merecer tal calificativo, y Evelio no parecía dispuesto a dar muchas explicaciones. Capté, sin dificultades, que en el ambiente gravitaba la sospecha de que todas las comunicaciones estaban interferidas. España había caído, de nuevo, en el pozo profundo de su historia desdichada.

Llamé al cónsul de España en Düsseldorf, el asturiano Trelles, -un personaje con una humanidad fuera de lo común, al que estaré siempre agradecido por la manera como facilitó mi integración en el país- para obtener más detalles. Mientras me ponían con él, encendí una pequeña televisión que tenía en la oficina. Las cadenas alemanas estaban ya ofreciendo en directo el espectáculo lamentable. “Me acaban de decir desde España que ha habido un golpe de Estado. La televisión alemana está poniendo imágenes de guardias civiles en el Congreso. ¿Qué váis a hacer en el consulado?¿Qué instrucciones tenéis?”

Al otro lado, advertí un silencio denso. “Primera noticia. Llamo al embajador y te cuento”. Era evidente que el protocolo de reacción ante sucesos que afectaban a la seguridad no estaba aún desarrollado.

Mi esposa es rubia, tiene los ojos de un hermoso color verde azulado y la tez blanca. Parece nórdica, pero es asturiana de pura cepa, seguro que descendiente de aquellos suevos o alanos que invadieron la península y se establecieron por el occidente. No es tan extraño que se dirijan a ella en inglés, tomándola por extranjera.

Cuando fuimos a Alemania, ella no tenía la menor idea del alemán. (En verdad, yo había rellenado la casilla en donde se pedía identificar las preferencias de expatriación, con un claro: “Cualquier país de Europa menos Alemania”). Mucho más sociable que yo, enseguida se encontró, o la integró ella misma, con una colonia de más de una decena de mujeres españolas, con las que formó sólidas amistades.

Salvo una o dos excepciones, todas estaban casadas con extranjeros: alemanes, japoneses, ingleses, yugoslavos…Cuando nos reuníamos con cualquier pretexto, ellas se lo pasaban en grande verbalizando sus vivencias en la lengua propia y los maridos pugnábamos por encontrar un lenguaje común en el que intercambiar algunos mensajes. No eran las nuestras, en general, charlas para enorgullecerse, aunque, en honor a la verdad, también hice magníficos amigos.

Una vez en que teníamos invitados en casa y queríamos preparar un plato especial, María Jesús me condujo a la carnicería y, después de observar el género, me pidió que tradujera: “Dile que quiero una buena pieza de morcillo, pero que sea entera y, por lo menos, de un kilo”. Estaba buscando de lo profundo de mi vocabulario alemán la palabra más afín a morcillo (de la que aún hoy, dudo su significado real en la morfología vacuna), cuando la voz del carnicero, atento sin duda, a mi aspecto de turco atildado, con el bigote recortado que entonces lucía y mi pelo castaño oscuro ligeramente ondulado, interrumpió mis elucubraciones:

“Aber, mein Herrn! Lassen Sie ihren komischen Versuche (…)” En nuestra lengua: “Pero, hombre de Dios, deje de hacer pinitos con su alemán, y que su esposa me diga directamente lo que quiere, que no tengo toda la mañana para Vd.”


El cormorán moñudo (Phalacrocoax aristotelis), en invierno, y avistado a distancia, es difícil de distinguir del cormorán grande, que se ha hecho habitual entre nosotros. El moñudo es más pequeño y recibe su nombre porque, en verano, el adulto tiene una cresta muy aparente.

Los cormoranes se alimentan sobre todo de peces, que engullen enteros -algunos, de un tamaño considerable en relación a lo que podría suponerse más acorde para el buche del ave-. Son capaces de aguantar sumergidos durante algo más de un minuto, nadando con gran rapidez, por lo que pocos peces se escapan a su voracidad. A su presencia creciente en los ríos del Norte de España, siempre al acecho de alguna posible presa, se atribuye la reducción de la pesca, siendo acusados como uno de los depredadores dañinos para esta afición deportiva.

Después de las inmersiones, abren las alas en una posición característica, exponiéndolas al sol, para que se sequen,

Hace unos días leí que el cormorán pigmeo ha vuelto a España, en donde había desaparecido en la Edad Media. En el delta del río Danubio está localizada una de las colonias más numerosas de este ave. De allí provendrán, supongo, los ejemplares avistados aquí.

Publicado en: Personal Etiquetado como: 23-F, Alemania, cónsul, Dússeldor, Ensidesa, Evelio Mañas, golpe de estado, Trelles

Entradas recientes

  • Por unos cuidados más justos
  • Quincuagésima Segunda (y última) Crónica desde Gaigé
  • Quincuagésima primera Crónica desde el País de Gaigé
  • Cuentos para Preadolescentes (6)
  • Cuentos para preadolescentes (5)
  • Cuentos para preadolescentes (4)
  • Cuentos para Preadolescentes (3)
  • Quincuagésima Crónica desde el País de Gaigé
  • Cuentos para preadolescentes (2)
  • Cuentos para preadolescentes
  • Cuadragésima Nona Crónica desde el País de Gaigé
  • Muerte de un Papa
  • Cuadragésima Séptima Crónica desde el País de Gaigé
  • 2022: Momento de un Balance
  • Cuadragésima Sexta Crónica desde el País de Gaigé

Categorías

  • Actualidad
  • Administraciones públcias
  • Administraciones públicas
  • Ambiente
  • Arte
  • Asturias
  • Aves
  • Cáncer
  • Cartas filípicas
  • Cataluña
  • China
  • Cuentos y otras creaciones literarias
  • Cultura
  • Defensa
  • Deporte
  • Derecho
  • Dibujos y pinturas
  • Diccionario desvergonzado
  • Economía
  • Educación
  • Ejército
  • Empleo
  • Empresa
  • Energía
  • España
  • Europa
  • Filosofía
  • Fisica
  • Geología
  • Guerra en Ucrania
  • Industria
  • Ingeniería
  • Internacional
  • Investigación
  • Linkweak
  • Literatura
  • Madrid
  • Medicina
  • mineria
  • Monarquía
  • Mujer
  • País de Gaigé
  • Personal
  • Poesía
  • Política
  • Religión
  • Restauración
  • Rusia
  • Sanidad
  • Seguridad
  • Sin categoría
  • Sindicatos
  • Sociedad
  • Tecnologías
  • Transporte
  • Turismo
  • Ucrania
  • Uncategorized
  • Universidad
  • Urbanismo
  • Venezuela

Archivos

  • febrero 2023 (1)
  • enero 2023 (12)
  • diciembre 2022 (6)
  • noviembre 2022 (8)
  • octubre 2022 (8)
  • septiembre 2022 (6)
  • agosto 2022 (7)
  • julio 2022 (10)
  • junio 2022 (14)
  • mayo 2022 (10)
  • abril 2022 (15)
  • marzo 2022 (27)
  • febrero 2022 (15)
  • enero 2022 (7)
  • diciembre 2021 (13)
  • noviembre 2021 (12)
  • octubre 2021 (5)
  • septiembre 2021 (4)
  • agosto 2021 (6)
  • julio 2021 (7)
  • junio 2021 (6)
  • mayo 2021 (13)
  • abril 2021 (8)
  • marzo 2021 (11)
  • febrero 2021 (6)
  • enero 2021 (6)
  • diciembre 2020 (17)
  • noviembre 2020 (9)
  • octubre 2020 (5)
  • septiembre 2020 (5)
  • agosto 2020 (6)
  • julio 2020 (8)
  • junio 2020 (15)
  • mayo 2020 (26)
  • abril 2020 (35)
  • marzo 2020 (31)
  • febrero 2020 (9)
  • enero 2020 (3)
  • diciembre 2019 (11)
  • noviembre 2019 (8)
  • octubre 2019 (7)
  • septiembre 2019 (8)
  • agosto 2019 (4)
  • julio 2019 (9)
  • junio 2019 (6)
  • mayo 2019 (9)
  • abril 2019 (8)
  • marzo 2019 (11)
  • febrero 2019 (8)
  • enero 2019 (7)
  • diciembre 2018 (8)
  • noviembre 2018 (6)
  • octubre 2018 (5)
  • septiembre 2018 (2)
  • agosto 2018 (3)
  • julio 2018 (5)
  • junio 2018 (9)
  • mayo 2018 (4)
  • abril 2018 (2)
  • marzo 2018 (8)
  • febrero 2018 (5)
  • enero 2018 (10)
  • diciembre 2017 (14)
  • noviembre 2017 (4)
  • octubre 2017 (12)
  • septiembre 2017 (10)
  • agosto 2017 (5)
  • julio 2017 (7)
  • junio 2017 (8)
  • mayo 2017 (11)
  • abril 2017 (3)
  • marzo 2017 (12)
  • febrero 2017 (13)
  • enero 2017 (12)
  • diciembre 2016 (14)
  • noviembre 2016 (8)
  • octubre 2016 (11)
  • septiembre 2016 (3)
  • agosto 2016 (5)
  • julio 2016 (5)
  • junio 2016 (10)
  • mayo 2016 (7)
  • abril 2016 (13)
  • marzo 2016 (25)
  • febrero 2016 (13)
  • enero 2016 (12)
  • diciembre 2015 (15)
  • noviembre 2015 (5)
  • octubre 2015 (5)
  • septiembre 2015 (12)
  • agosto 2015 (1)
  • julio 2015 (6)
  • junio 2015 (9)
  • mayo 2015 (16)
  • abril 2015 (14)
  • marzo 2015 (16)
  • febrero 2015 (10)
  • enero 2015 (16)
  • diciembre 2014 (24)
  • noviembre 2014 (6)
  • octubre 2014 (14)
  • septiembre 2014 (15)
  • agosto 2014 (7)
  • julio 2014 (28)
  • junio 2014 (23)
  • mayo 2014 (27)
  • abril 2014 (28)
  • marzo 2014 (21)
  • febrero 2014 (20)
  • enero 2014 (22)
  • diciembre 2013 (20)
  • noviembre 2013 (24)
  • octubre 2013 (29)
  • septiembre 2013 (28)
  • agosto 2013 (3)
  • julio 2013 (36)
  • junio 2013 (35)
  • mayo 2013 (28)
  • abril 2013 (32)
  • marzo 2013 (30)
  • febrero 2013 (28)
  • enero 2013 (35)
  • diciembre 2012 (3)
febrero 2023
L M X J V S D
 12345
6789101112
13141516171819
20212223242526
2728  
« Ene