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Primera Precisión de la Forma Caótica

26 marzo, 2021 By amarias Dejar un comentario

Ya conté otras veces que, en el ímpetu de los veinte años recién cumplidos, envié a Carlos Bousoño, poeta consagrado amenazado hoy de un prematuro olvido, una colección de poemas con el ruego de que los prologara. Me acompañaban en la maniobra de desfachatez otros tres colegas empeñados en dominar el arte de Talía, cuyos nombres silencio para no causarles perjuicio. Bousoño nos contestó con una larga cambiada, que nos hizo daño en nuestro frágil orgullo y aquellos versos quedaron en el cajón del olvido.

Pasados bastantes años, me dio por publicar alguno de aquellos poemas y otros nuevos, bajo el título “Ausentes de todo Don (Primeras intimaciones a las formas)” (@angel manuel arias, 1989, KRK). El que recojo aquí forma parte del libro inédito “Sin herencia precisa” (@angel manuel arias, 1992) y pertenecía al grupo de los desechados por el poeta mayor, con una frase que es, para mí, desde entonces, estrella, flor y guía en el tenebroso mar de la calidad poética.

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Primera Precisión de la Forma Caótica

Su origen es discreto, un principio de física y de llanto.
Toma del orden la referencia y allí empieza
a deshacerlo todo, sin concierto,
sin ninguna experiencia, ayudada por el tiempo y la desgana.

Al madurar, se siente más segura, perfecciona
su eficacia con los golpes. Se hace imprescindible.

Su padre es caos y engendra allí donde la mano ordena.
Su madre está en las cosas, en la esencia de todo ser,
es el destino que hay que admitir para lo nuestro cuando muere.

Su seña de identidad es que crece; su verdad, que si no la miramos,
crece mucho más, y como tiene a su favor nuestra indulgencia,
nos cambia a la postre la colección incompleta de cromos retornables
por una fiesta inmensa hecha de risas, escenas de pasión,
restos de fallida voluntad de ordenar, tintes, falsos resultados
de inventados problemas imposibles

Y mientras nos come los pies, aplaudimos su triunfo.

(@angelmanuelarias, 1967, incluido en el libro “Sin herencia precisa”)

—

El milano real (milvus milvus) es una especie parcialmente amenazada en Europa, que cuenta con una población reproductora considerable en nuestro país, por lo que no es raro observarla en vuelo, identificándola fácilmente, por su aspecto inconfundible: cola en forma de cola de milano (ahorquillada), cabeza color gris plateado y coloración rojiza. La especie afín, el milano negro (milvus migrans), similar en tamaño, tiene la cola menos ahorquillada (incluso puede aparecer recta) y el color de su plumaje, como indica su apellido, es oscuro. Si están posados, además del color , hay que fijarse en que la punta de la cola sobresale claramente sobre las alas primarias en el milano real, en tanto que en el negro son de la misma longitud aparente.

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Las tardes solían deshacerse cantando (Poema)

13 diciembre, 2020 By amarias Dejar un comentario

Este poema fue escrito en un día del verano de 1968. No guardo la fecha, pero lo sitúo en ese momento de mi vida por la temática y otros escritos de temas similares (que se podían catalogar como “poesía social”, temática que me atraía entonces). Lo incluí en una recopilación posterior, con el título “Sin herencia precisa”, desechando mucho material, porque para entonces, mi creación poética había derivado hacia otros temas.

24

Las tardes solían deshacerse cantando
mientras fueron acercando su vida a la mía.

Recuerdo que la madre tenía los ojos azules
y las manos largas de esperanza blanca.
En total eran seis contando los pedazos
de carne y suciedad expuestos al aire gris del pueblo:
los padres y los cuatro retoños de azabache
arrancados al viento. El último de todos,
un tranquilo niño tuerto.

Económicamente tenían además un perro y un caballo
y una radio llena de noticias que no les interesaban a ninguno.

A ellos, desprotegidos de Dios, hechos de huecos,
nunca les pasaba nada,
por más que el azar intentaba convencerles
de lo contario con sórdida insistencia.
Pero ellos que no, despreciando los hechos,
no encontraban palabras, no entendían.
nadie lo explicaba.

Un día, a la pequeña le salieron erupciones en la cara,
no es nada de importancia, dijo el padre mientras se moría
y, otro día, el mismo perdió una mano
de una explosión en la mina; volvió sin ella
como quien vuelve a casa sin la merienda o la cartera.

No pasó nada ni siquiera cuando la madre
se escapó una tarde; no dejó rastro ni pistas ni razones,
ni falta que le hacía.

Fue por aquel tiempo cuando Lourdes, la hermana mayor,
encontró por fin el modo incómodo de ganar fácil un dinero
disfrutando con lágrimas del placer de los otros
y sus catorce años se hicieron, plás, de plomo.

Mientras la pequeña Lines fabricaba casas de madera
con trozos de carbón
y aumentaba su dosis de experiencia,
imaginándose un marido gitano,
el pelo recogido y los hijos desnudos,
que son como se tienen,
acunando este sueño aupando en su regazo
al cierto del chupete sucio
-su hermanilla lo moja en polvo en vez de azúcar-
que se llama Pascual, anda volado
y perderá la mano
de una explosión
de volador.

(escrito en 1968 e integrado en “Sin herencia precisa”, 1992, @angelmanuelarias; el dibujo, a escala reducida, está incluido como Lámina a color en “Sonetos desde el Hospital”, 2019, @angelmanuelarias )

Archivado en:Poesía Etiquetado con:angel manuel arias, Pareja de saltimbanquis con sus ninfas, poemas, Sin herencia precisa, Sonetos desde el Hospital

Conocido aroma familiar, escalera forzosa (Poema)

3 diciembre, 2020 By amarias Dejar un comentario

16

Primera Precisión de la Forma Habitual

Conocido aroma familia, escalera forzosa
por la que acceder sin saber quién la habita,
esperanza de todas las formas, hastío del premio
que nuestra mano recorre certera y no palpa,
forma que no tiene secreto a los ojos ni despierta apetito,
límites sin novedad que ofrecer a los labios…

Sometida a servir, socio vulgar desde antes de nacer,
legado de manos ajenas que enseña a las nuestras
una herencia explicada, triste fin de lo amado…

Si creció con nosotros, ocupa en silencio su puesto
de perro guardián sin que refleje su rostro
que viene de lejos, que muy rápido agota sorpresas,
convenciendo sin violencia sin argumentos ni voces,
que el tiempo traspasa, que ella pierde con todas las puertas,
que la vida es ausencia, que se nos escapa sin querer…

(“Sin herencia precisa”, 1992, @angelmanuelarias)

32 (I)

Brotaban en la calle, a cientos, las muchachas,
anunciando su propia primavera,
brotaban entre risas, moviendo rápidas sus manos
explicando con gestos apropiados para explicar otras cosas
lo que es el destino,
la confianza, el sordo amor, los frutos de los tiempos;
surgían como garzas aladas, reclamos de falsa nata y flor,
locas palomas, atropellándose las risas las unas a las otras.

Salían del colegio con la lección del mes mal aprendida,
repitiendo a sus madres,
preocupando sin saber con su firma vagar a cientos de varones,
pollos nostálgicos de usos incipientes,
ellas vírgenes en triunfo, ellos anegando las ansias
en ríos de gozo y hiel, libando angustias sin querer,
espléndidos aurigas encallando,
desconocedores aún del poder del humor y la sangre,
mientras ellas -más sabias- les iban regalando esperanzas,
atinando a ciegas, azar, con despertar sus deseos,
perdonando lujurias con sonrisas de monja,
enmelándolo todo.

(“Sin herencia precisa”, 1992, @angelmanuelarias)

 

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Me gusta oirte hablar de libertad

21 marzo, 2015 By amarias Dejar un comentario

comiendo el fruto de la castaña

Me gusta oirte hablar de libertad,
aunque luego vas me dices
que no ocultas por principio
nada a nadie
porque tú, diáfana, pretendes ser un ánfora
de hechura cristalina, alondra sabia
sin nada que aprender, calma marina
con toda su carga al aire, joya expuesta,
desnuda de matices, comas y corchetes.

Te da la sensación, me cuentas luego,
de que los hombres de mi generación
somos muy torpes para coger al vuelo
sentidos a las cosas, perdemos como poco los papeles
en explicaciones y cantos de oropel, almas mimosas
con turbia imaginación que presumimos
de volver  mientras buscamos.

Tu verdad y la mía son falsas. Ambos aprendemos.

Pero tu situación es mejor,
más joven tu pereza, más pureza tu mente,
aprendes de mis fallos.

Alumna aventajada,
para este maestro de pueblo eres la número uno,
acerca hermoso tu triunfo al calor de mi cuerpo,
educa tu gozo pálido en mis curtidos sentidos
y obedece la experiencia vieja de un amigo:
abandona entender, deja a otras piernas
la carga fugaz del pensamiento.

(Poema 9 de “Sin herencia precisa”, @angelmanuelarias, sin fecha)

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Asomado al principio de mi otoño

19 marzo, 2015 By amarias Dejar un comentario

escorzodefemeninadulzura

Asomado al precipicio de mi otoño,
entre silencios incrédulos, preguntas insolente,
expresas que asistes al comienzo de mi ruina
desde el sólido teorema de tu curiosidad juvenil,
y mientras ya presiento los fríos en la espalda,
se me van cayendo ilusiones a destajo,
te cuento que encuentro cada vez más a menudo
dudas, pelos y sangre en el lavabo,
tú mantienes la sonrisa al pasar, tomas el aire
de quien no necesita comprender, ningún fallo perdonas.

Hoy noto cómo mis ojeras se perfilan
contra tus firmes mejillas sonrosadas,
sorprendo a mis manos ocupando con torpeza
su lugar en tus senos seguros,
mañana será la tos la que delate
el contraste con tu bella canción de cuna adolescente,
me saludas, y cada vez que me pides un favor,
que intente abandonar esta tristeza,
entran a raudales las fiestas de tus nuevos maestros y amigos.

Sé que me abandonas, cuanto más necesita mi cuerpo arrugado
el desnudo de espaldas de tus nalgas rotundas,
hace tiempo que veo cómo aumenta el desfase
entre tu juventud, -las cosas que tú haces-, y mi utopía,
la de cosas que ya no puedo hacer.

Aterrado del torpe alcance que puedo dar a mis palabras,
rendido a tu amor, perdido y tosco, me hago el loco
a la verdad de tu vida,
mientras te enseño lo poco que aun sé
de dibujo y geometría.

(Sin herencia precisa, @angelmanuelarias, poema 34, 1996/1997)

 

 

 

 

 

 

 

 

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Conservo mi oficio juvenil, hacer del riesgo un placer de helados y limones

1 enero, 2015 By amarias Dejar un comentario

I

Conservo mi oficio juvenil, hacer del riesgo un placer de helados y limones,
te explico mientras vamos cogidos de la mano,
levanto susurros de voces que dicen pero no se qué dicen,
quiero enseñarte qué bien, que lo domino,
oigo jaleo de movimientos confusos muy torpes
muy polutos pero que muy aparentes;
voy pisando pasado no pienso no perdono,
evoco un exorcismo de pasados comunes,
ordeno el alma donde en trampas soy más rico,
te advierto no detengas el paso, no hagas caso no persistas,
hasta que, cayendo a los hechizos, aprovechas un descuido,
y, entre besos, colocas en mis sábanas la inquieta pregunta,
qué es lo que deja el pasado entre las manos.

La explosión me rompe el cerebro en mil mitades,
trocea la ilusión, me mancha el traje blanco;
para cuando quieres rectificar, está todo perdido,
asomados al mar, entrelazados nuestros gritos y sus voces,
contemplamos cómo las respuestas
se hacen en tu cuerpo más preguntas,
naufragan las palabras en corchetes abiertos,
cáscaras de nueces con muñecos que agitan sus banderas,
galeones con flores que encallan en barrancos muy profundos,
rocas donde se astillan las balsas que parecen papel entre las olas
y en cada trozo forman nuevas respuestas imperfectas,
así que brotan ríos de ansias en tus manos,
se te hacen inciertas las piernas, tu vientre amado es un pozo de amargura,
mis labios son el lápiz rojo sangre de tu lengua callada.

(Del libro Sin herencia precisa, poema 2, 1992, Angel Manuel Arias)

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