(“Más temprano que tarde, la poesía/
llega a los claustros”
José Emilio Pacheco
Tarde o Temprano
(pág. 150, Edit. Tusquets)
Sería un atardecer sobre rosales/cuando entró en el claustro la poesía./Dijeron algunas siervas de María/que era el silbo de Dios, y otras, que cuáles//eran formas de saber si una obra pía/provenía del diablo, y cuántos males/si, por causa de pecar, se conocía/castigaban los goces capitales.//Se llenaron los sueños de portales/con el recuerdo del beso de aquel día,/y monjas de clausura en sus cabales/denunciaron a la priora lo que había:/restos de pasión harto carnales./Cesó el verso y con él, la algarabía.
Opus 93 del libro “Vuelvo a empezar”
@angelmanuelarias
Dos calamones (porphyrio porphyrio), en la laguna de la Rocina, junto al Rocío (Huelva), se nutren de raíces y tallos de cáñamos de ribera, que agarran con los largos dedos de sus patas. Son aves reservadas, huidizas, difíciles de atisbar, y aún menos, en pareja. Sirva esta presentación como excusa para justificar la baja calidad de la toma, aunque, en honor a la verdad, volví otras veces este final de invierno, al mismo sitio, apostándome paciente para verlos reaparecer. Conseguí fotografiar nuevamente, y con mejor pulso, al macho (los sexos son, en realidad, indiscernibles), aunque esta instantánea me parece mucho más simpática