Al socaire

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Décimo cuarta crónica desde el País de Gaigé

9 mayo, 2022 By amarias Dejar un comentario

La segunda semana de mayo de 2022 en Gaigé empieza con un regusto amargo. Como una serpiente que se muerde la cola y se envenena a sí misma, el caso Pegasus, que había empezado como detección del espionaje, según el diario The Guardian, de las comunicaciones de unos  200 españoles, entre los que figuraban independentistas catalanes (¿y vascos?), se ha mostrado multidireccional.

Los espías fueron espiados, el programa  israelí ha sido utilizado también contra el Gobierno de Gaigé por misteriosos interesados en robar secretos del Estado y en un nuevo sainete, los prudentes callan, los que deberían callar, gritan desaforadamente y, en la algarabía, todos parecen mentir y todos pretenden tener razón.

El caso podía haberse utilizado para hacer una revisión seria y completa de la seguridad de las comunicaciones y la legalidad del uso de programas informáticos que pueden apropiarse de los secretos que se guardan en el cajón de las intimidades del Estado. No ha sido así. La convocatoria de urgencia a la prensa por parte del ministro Bolaños, a la hora del desayuno del domingo primero de mayo, para anunciar con tono de alarma nacional que se acababa de descubrir que también Sánchez (Pedro) y la ministra de Defensa Robles (Margarita) habían sido objeto de espionaje y robo de los datos de máximo valor para la seguridad del Estado que guardaban en sus móviles, no solo no calmó el clamor de los hace dos años fervientes independentistas y hoy miembros activos de la coalición de gobierno con el mismo programa delictivo, sino que abrió múltiples cajas de Pandora.

Porque mantener posiciones de secesión ha pasado a ser legítima expresión de la democracia. Gaigé es una democracia plena, en la que tiene cabida cualquier idea -especiamente, si es exótica o ilegítima-, desde la persecución sistemática a la forma constitucional de la Jefatura del Estado a la destrucción de la unidad geopolítica de ese mismo Estado. Desde la cumbre del Gobierno se anima casi a diario a la insurrección, es decir, a la conversión suicida de un Estado que fue ejemplo de transición pacífica, a una república de taifas con plena capacidad destructora.

¿Preocupa que información secreta de alto valor haya llegado a manos, extraída de los móviles del presidente de Gobierno y otros principales, de países extranjeros que pretendieran obtener con ello beneficios espúreos, verosimilmente, entrar en conocimiento de los más profundos secretos oficiales? ¿No cabria estar alarmados ya que, por tal razón, estaría en riesgo la seguridad colectiva y expuesta a quién sabe qué feroces  ataques, contubernios, amenazas y desgracias, los intereses del Estado y hasta la intimidad del Presidente, ministros y, claro, la de la correosa magistrada que dirige Defensa?

No, quiá, en absoluto. Lo que obsesiona en las alturas de Gaigé es que la coalición de Gobierno se rompa, porque los independentistas que se sientan en él, al saberse espiados en el momento en que estaban maquinando su permanente insurrección, se presentan como víctimas. Han exigido una comisión de investigación de secretos oficiales y piden que rueden cabezas: la de la misma ministra de Defensa y, al menos, la de la directora del Centro de Inteligencia, y la del coronel jefe del Servicio Criptológico Nacional. Porque en Gaigé se ha tomado conocimiento colectivo que existe una jefa de espías, llamada Paz Esteban, de la que no se sabía nada y ahora se sabe casi todo.

Esteban aparece como una profesional excelente, una eficaz funcionaria con  trayectoria impecable, pero no importa un ápice esa trayectoria para que sea presentada como culpable de haber ordenado la investigación de los movimientos de los secesionistas. El servicio que debe ser secreto, por pura obviedad, de la inteligencia del Estado,  puesto en la picota del escarnio, investigado a fondo en sus móviles y designios, órdenes, intereses. Forzada Paz Esteban a presentar explicaciones a los independentistas, el zorro en el gallinero, ha tomado una gallarda decisión: presentó un dosier a cada uno de los diez miembros de la Comisión de Secretos Oficiales, convocada de urgencia después de tres años de inactividad, les dió quince minutos para analizarlo y luego se lo retiró, sometiéndose a cuatro horas de interrogatorio.

Rufián, miembro insigne de esa Comisión, portavoz de las ideas del delincuente no arrepentido Junqueras (Oriol), ha resumido su opinión sobre esa comparecencia con una palabra comodín: “Insatisfactoria”.

Esteban será, con gran seguridad, el buco emisario de este despropósito, y su forzada dimisión (injusta) servirá para calmar momentáneamente el ansia de sangre compensatoria que exigen los miembro de la inestable coalición.

 

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Duodécima Crónica desde el País de Gaigé

24 abril, 2022 By amarias Dejar un comentario

La semana que termina el 24 de abril ha sido pródiga en pequeños acontecimientos a los que se ha dado una gran trascendencia en Gaigé.

En mi opinión, el más significante de entre los protagonizados por el presidente Sánchez ha sido la visita a Kiev, en donde se encontró con el presidente ucranio, metido éste de hoz y coz, después de dos meses de defenderse de la invasión del sátrapa Putin, en una guerra sin fin. Sánchez, ya en campaña electoral frente al crecimiento del nuevo PP de Feijóo, ha prometido camiones y vehículos ligeros.

El rostro cansado de Zelenski agradeció el detalle, pero volvió a pronunciar su deseo explícito de lo que necesita su país: Más armas. No solo se enviará material de transporte, sino también especialistas en neutralización de minas y en la identificación de señales de tortura o trato vejatorio en los cadáveres que la retirada (momentánea) de las tropas rusas, bielorusas y chechenas han dejado al descubierto en Buscha y otras ciudades abismadas por la furia expansionista del loco del Kremlin y sus secuaces.

Por cierto, que se ha juzgado en círculos militares como un desliz imperdonable desde el punto de vista de la estrategia militar, un crecido presidente de Gaigé haya filtrado que el envío de apoyo bélico se realizará por medio del buque Ysabel y a través de la frontera con Polonia, en un viaje que iniciará de inmediato y que durará una semana, pues expone a éste a un ataque ruso.

La tensión política en Gaigé suben enteros cada día. La amenaza de ruptura de la coalición de gobierno parece ya un leit motiv del panorama. Por una parte, se debe registrar la oposición de algunos miembros del Gabinete a enviar armamento y apoyo estratégico (y hasta sicológico) a Ucrania. Muy expresivamente, ante esa resistencia expresada por ministros como Montero y Garzón, la ministra de Defensa (convertida, a su pesar, en ministra de la Guerra) Margarita Robles, ha indicado que “si alguien cree que se puede negociar con Putin por la vía diplomática, que lo haga”.

El otro y nuevo punto de tensión lo conforma el “caso Pegasus”, por presunto  espionaje (según indicios, por el CNI) a los independentistas catalanes, hoy socios de gobierno.

Como era de sospechar, el asunto de las comisiones lujuriosas por mascarillas y guantes al inicio de la pandemia, entra en la fase del “y tu más”.

El nuevo Presidente del PP se ha aupado a su puesto con tanta energía que parece haber estado allí toda su larga vida política. Sin sentirse frustrado por la reunión sin acuerdos que mantuvo con Sánchez hace apenas una semana, ha elegido la vía singular de enviarle una carta al “Querido Presidente”, con más de cien puntos, entre los que destaco la exigencia de reducción de impuestos, la prolongación de la vida de las centrales nucleares y la renta mínima a las clases más necesitadas. Un golpe  bajo la línea de flotación de la incómoda singladura que se prevé para el resto de la legislatura.

La victoria de Macron en Francia sobre Le Pen, que le garantiza cinco años de presidencia pero no un Paramento a la medida (al contrario), abre incógnitas sobre el liderazgo en la Unión Europea, perdida para la Historia la canciller alemana Merkel, que ha cedido los trastos de ordenar el girigay europeo en un gris Scholz y, sobre todo, habiendo recibido un golpe irrecuperable por su amistad con Putin, en el que confió el futuro energético de Alemania.

 

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Sánchez entra en la guerra de Putin

21 abril, 2022 By amarias Dejar un comentario

El presidente de Gobierno Pedro Sánchez, a despecho de la opinión expresada por miembros de la coalición que lo sostiene, ha tomado una decisión que, sin duda, aumentará su declinante popularidad. Hoy, 21 de abril, ha visitado Kiev para expresar su apoyo a la guerra de resistencia que libra Zelensky desde hace ya dos meses contra Putin. En un viaje desde Polonia, realizado en su etapa final, en tren desde la frontera polaca hasta la capital ucraniana, su protección estaba garantizada por un grupo de geos, además de por la milicia ucraniana.

Sánchez realizó la visita junto a la primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen. También han tenido ocasión de conocer de primera mano los estragos causados en la ciudad de Borodianka  en la región de Kiev y, finalmente, saludó a José Andrés haciéndose unas fotos con el cocinero multifacético

Su visita no fue solo de cortesía. Ha comprometido el envío de 200 toneladas de material bélico, fundamentalmente, vehículos pesados  de transporte (30 camiones) y otros de ligeros (10), que ya han sido embarcados, según dijo a Volodomir, en el “Ysabel”, un buque logística de tipo Ro-Ro, adquirido por el Ejército de Tierra a la naviera Suardíaz y destinado habitualmente al servicio entre la península y Ceuta, Melilla y los archipiélagos Canario y Baleares.

El momento coincide con la multiplicación de los exabruptos del actual inquilino del Kremlin, que ha probado el lanzamiento de un misil con múltiples cabezas con el que dice poder alcanzar los 17.000km de distancia, y por tanto, estaría en disposición de llegar a cualquier ciudad occidental y destruirla, sin que los elementos antiaéreos estuvieran en disposición o capacidad de detectar el alto número de cabezas, algunos de los cuales se escaparían del sistema de detección. La Casa Blanca niega que esto pueda suceder, porque sus sistemas de protección son eficientes también contra esta amenaza.

También ha prometido Sánchez el envío de 40 especialistas forenses para analizar y tomar muestras de algunos de los centenares de cadáveres que se han ido descubriendo en las poblaciones saqueadas y abismadas por las tropas rusas. Parece increíble que soldados profesionales cometan tamañas tropelías, claramente delictivas según el derecho internacional aplicable a la guerra. Se cree, por ello, que tuvo que ser realizado por la chusma contratada de urgencia por Putin o los mercenarios sin escrúpulos ni orden que se han movilizado “en apoyo de las directrices del Kremlin”. No sirve esto de eximente alguna para el promotor de la invasión y sus generales.

Por cierto, Volodomir ha agradecido la visita y el envío de más material, pero ha reiterado que lo que más precisa la defensa del país son aviones, misiles y material de ataque. Ahí queda eso.

Muy concreto y dramático, por su carácter de realizable de inmediato, es el sentido de la orden dada hoy por Putin a Serguéi Shoigú, sumiso ministro de Defensa, que ha sido emitida por la televisión rusa de “no dejar entrar ni una mosca” en Mariúpol, cerrando con ellos la salida a los 2.000 combatientes ucranianos refugiados en el complejo siderúrgico de de Azovstal, así como a los otros tantos civiles que no han podido huir.

Putin “ya ha perdido la guerra” -le oigo decir desde hace días a Jesús Núñez Villaverde, ex militar y codirector del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria (IECAH)-y ya solo confía en ofrecer un éxito parcial con ocasión de la ceremonia del Día de la Victoria sobre el nazismo, el 9 de mayo próximo. No me atrevo a discrepar de mi amigo Jesús, serio analista de este y otros múltiples conflictos en los que siempre ha ofrecido su ponderada e instruida opinión, pero no me parece que Putin esté bajo control.

La guerra, para Putin, ofrece pocas, si alguna, salida airosa. La sólida oposición occidental, con la Unió Europea unida en la valoración de que Putin y sus generales son sospechosos de haber cometido crímenes de lesa humanidad le complica el futuro. Por ello, mi mirada está centrada en el efecto de la decisión firme de aislar al régimen hasta provocar la ruina que suponga  el levantamiento de la población rusa contra él, asumiendo el deterioro económico propio de los autores de la medida. Todo ello, en la confianza de que China siga mirando para otro lado y el pavor a la tercera guerra mundial contenga a Putin a cualquier agresión a un país de la OTAN.

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Rusia camina hacia su aislamiento

2 marzo, 2022 By amarias Dejar un comentario

La imagen del Parlamento Europeo aplaudiendo ayer de mañana, con todos sus miembros puestos en pie, la intervención telemática de Volodomir  Zelenski esgrimiendo que Ucrania “lucha por su libertad” y solicitando ayuda para que su país no sea fagocitado por la ambición patológica de Vladimir Putin se mantiene en mi retina como una emotiva demostración de solidaridad con el presidente de una nación asaltada. Hizo bien en recordar que “si Ucrania cae, Rusia estará a las puertas de la Unión Europea”, en la que volvió a solicitar la integración.

Joe Biden expresa, por fin, desde que empezó la invasión, la determinación de ayudar a Ucrania y condenar la agresión, “con medidas que Rusia lamentará para el resto de los días”. La OTAN mantiene su criterio de no considerar la agresión a Ucrania como algo que le competa directamente y, desde luego, prefiere mantener una guerra sicológica, económica o de consola, evitando recoger muertos propios en un campo de batalla. Habrá que estar atento a la interpretación que el loco del Kremlin hace de la contraofensiva.

En la intervención de hoy en el Congreso de Diputados, el Presidente Pedro Sánchez anunció inesperadamente que España enviará también material bélico a Ucrania. Es decir, España entra, de esa manera, en la guerra de Ucrania con Rusia, como país aliado.

La decisión fue apoyada fuera del hemiciclo por la vicepresidenta Yolanda Díaz y por Jaume Asens, portavoz de En Común Podem que se desmarcan con ello de la ministra de Asuntos Sociales Ione Belarra y de Pablo Echenique, portavoz de Unidas Podemos, que calificaron el envío de armas de “error” y reiteran su posición de No a la guerra, y No a la OTAN. Esa facción que apoya al Gobierno de coalición revela, por tanto, una fisura en el mismo. Echenique la concreta, no ya al proclamarse partidario de negociar la paz (rebelando una inocencia casi mística, pues Putin es el invasor y nohay nada que negociar con un asesino), sino expresa como filosofía a tener en cuenta en los anales de las invasiones que no se debe armar a la población civil “contra un ejército”.

A pesar de estas manifestaciones contrarias, “la lealtad de Gobierno” de esa coalición en trance de ruptura permanente se ha traducido en ratificar el envío y con ello, Sánchez ha podido, aunque con algo de retraso, unirse al bloque de cabeza de los países que presentan oposición clara al líder con diagnóstico de patología narcisista. Por parte de la portavoz del Partido Popular, Cuca Gamarra, que cubre el hueco del cesado Pablo Casado, se ofreció ayuda de su grupor para apoyar la medida, si “los socios de Gobierno se desmarcaran del apoyo”. La situación política española merecería un análisis profundo, sino fuera que las preocupaciones se han concentrado en un nivel mucho más alto.

El cerco de medidas económicas y, desde ayer, con el apoyo de armamento de alto alcance y potencia a Ucrania, no ha servido, de momento, para modificar la actitud de Putin, centrado en su megalomanía, que sigue amenazando con la escalada de terror belicista y mantiene la orden de bombardear las principales ciudades ucranias que resisten heroicamente.

Se anuncia para mañana, jueves, 3 de marzo, el segundo intento de negociaciones por la paz entre representantes rusos y ucranios, aunque la presión beligerante se mantiene. Como acertadamente expresó en entevista televisiva el ex embajador de España en la OTAN, Carlos Miranda y Elío, “no se puede hablar de negociaciones para la paz si los contendientes no han establecido una tregua”.

La población ucrania sufre una presión ilimitada, cruel, injusta. Largas colas de personas ue huyen de la barbaria se forma en las salidas del país, especialmente hacia Polonia, con kilómetros de retencionese imaginables necesidades de atención humanitaria. En su intención de destruir los edificios históricos de Ucrania, Rusia bombardeó ayer el edificio del Gobierno Regional de Járkov (la segunda ciudad ucrania) y varios otros monumentos, además de barriadas residenciales, causando miles de muertos.

Para detener esta barbarie, las medidas muy duras contra Rusia adoptadas por la inmensa mayoría de los Estados occidentales perfilan que este país se convertirá en una nueva Corea del Norte (solo se han manifestado expresamente a favor de Putin, el déspota venezolano Nicolás Maduro y el afectado por demencia senial que responde por el acróstico de AMLO).

En cuanto a la posibilidad de parar la guerra en una negociación, no soy optimista. Como todo afectado por megalomanía tiránica, Putin no admitirá una derrota y tiene, al carecer de escrúpulo alguno, el botón nuclear a su alcance,y no le importará provocar una hecatombe, pues cree que le asiste la razón. Por eso, hay que ofrecerle alguna salida edulcorada para que crea que su esfuerzo destructivo le ha merecido la pena. No, obviamente, la rendición de Ucrania, sino algún caramelo que la diplomacia intrnacional deberá encontrar.

Porque la presión de los oligarcas que ahora ven en peligro sus inmensas riquezas, la intervención del presidente chino a favor del cese de las hostilidades, el clamor del pueblo ruso para derrocar a Vladimir Putin, son sueños fantasiosos que no tienen lugar más que, eso, en el mundo de la imaginación. Desgraciadamente.

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La Nicolasa aguanta el tipo

6 diciembre, 2021 By amarias Dejar un comentario

El 6 de diciembre de 1978, festividad de San Nicolás de Bari, más de 15 millones de españoles votaron que sí a una pregunta muy escueta: ¿Aprueba el proyecto de Constitución?. Con ese abrumador respaldo, de casi el 92% de los que participaron en el referéndum, el 29 de diciembre de ese año entró en vigor.

Han pasado 43 años y, a pesar de que -sobre todo en esta última década- se vienen lanzando varias andanadas contra la Norma Suprema -sobre todo, desde la izquierda mediática, la Nicolasa resiste. Desde luego, una de las razones fundamentales de su supervivencia es la dificultad que los Padres de la criatura idearon para mantenerla estable: unas mayorías parlamentarias prácticamente inalcanzables. Y, dada la evolución del espectro político, los acuerdos para tocarle incluso un pelo -digamos, aspectos como cambiar el término de “disminuídos” por el de “personas con discapacidad”- se han hecho prácticamente inviables.

Aunque alguno de los componentes de la actual coalición de Gobierno esté clamando por revisar el título segundo y avanzar por la vía de los puñetazos encima de la mesa hacia una República con monarca (el multifacético spindoctor Iván Redondo ha encajado incluso esa idea en su nueva columna de La Vanguardia -antes, La Vanguardia  Española-) o hacia una España definitivamente desmembrada en la que las dos autonomías más potentes en reclamar privilegios para sí hagan lo que les de la gana, el presidente de Gobierno, el muy hábil Pedro Sánchez, ha aprovechado la celebración para afirmar  que “la Constitución es la hoja de ruta” para su gobierno.

Puede sonar desconcertante. Antes de que el término entrase en poder de la semántica política, la “hoja de ruta” era el documento en el que el responsable del transporte -el capitán de un barco de transporte, por ejemplo- anotaba todas las incidencias relevantes del viaje. Se trataba de una información capital para analizar, una vez llegado a destino, aquellos aspectos de la travesía que podían haber afectado a la carga y, por tanto,  ser relevantes para el destinatario o, en su caso, para la solicitud de una compensación a la compañía aseguradora.

Pero estoy seguro que el Presidente se confundió en los términos. Porque no pensaba en la acepción, más moderna, impuesta por los usos del lenguaje, siempre algo místico – por no decir, ininteligible-, de los políticos, por la que una “hoja de ruta” es el documento que marca el destino al que se desea llegar. No, Sánchez, quería haber significado que la Constitución del 78 era un lugar de partida y que le servía como guía para conducir su política hacia donde la coyuntura se lo permitiera.

Deseo de corazón que, con este timonel y sus jaleadores, no nos estrellemos contra las rocas.

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Concursante Ayuso

10 noviembre, 2021 By amarias Dejar un comentario

El 9 de noviembre de 2021, la presidenta de la Comunidad de Madrid, en el programa de entretenimiento El Hormiguero respondiendo a preguntas del conductor Pablo Motos y de dos hormigas animadas, tuvo una actuación estelar, bien preparada y orquestada para dar sensación de frescura y originalidad.

Isabel Díaz Ayuso había sido maquillada para presentar un aspecto más propio de modelos de pasarela o una dama del espectáculo; labios pintados de rojo carmesí, ojos primorosamente ribeteados de negro. Al principio, parecía que estaba excesivamente decorada, pero a los pocos minutos, los televidentes que acudimos a la promesa de espectáculo (¡dos millones  y medio!) atisbamos la razón. No se trataba de exponer ideas, sino derrochar simpatía y atractivo sensual.

Ayuso está participando, aunque lo niegue -o, quizá, por eso mismo- en un concurso en el que compite con Pablo Casado, un soso. Si el alcalde de Madrid, Almeida, tuviera más gancho físico, quizá podría hablarse de un tercero en liza. Pero no ha que olvidar que el ganador del concurso debe enfrentarse en la final a Pedro Sánchez, un guapo aburrido y capaz de utilizar como un maestro de esgrima el arma social más letal: la mentira, las medias verdades, el engaño. (Ayuso: “Te mira y sabes que te está mintiendo”)

Hemos conocido ahora que, al menos, para eminentes cabezas jurídicas, si los políticos en ejercicio de su poder nos engañan, la culpa no está en ellos, sino en nosotros. La situación coincide en el tiempo con la posición expresada por la fiscalía de la Audiencia Provincial de Barcelona, preludio de una sentencia absolutoria, por la que no ve culpa alguna en el comportamiento de la vidente Pepita Vilallonga y dos colaboradores que, presuntamente, se habrían aprovechado del estado de vulnerabilidad de un mujer con depresión, porque “nadie obligó a la afectada a creerse que el tratamiento esotérico funcionaría”.

Ayuso demostró fehacientemente que tiene un oído musical propio para exhibiciones circenses: adivinó -incluso tras oir solo un par de acordes o golpes de percusión- el título e intérprete de todas las pruebas de identificación de canciones españolas populares en los ochenta.

Las preguntas del entrevistador incidieron en los chismorreos sobre tensiones internas en el Partido Popular, detalles sobre la vida privada de la presidenta comunitaria, solicitud de opiniones sobre el presidente de Gobierno y otras personas, guardándose, ya al final del programa, la pregunta bomba: por qué el PP y Vox tumbaron la comisión de investigación por las muertes por coronavirus en las residencias de Madrid. La respuesta no debía estar preparada, porque me resultó una justificación incoherente: los fallecidos fueron más en Madrid porque es una ciudad grande y ninguno murió sin tener al lado una mano amiga, ya fuera de un sanitario o un militar o, a los efectos prácticos, alguien que pasara por allí.

La concursante Ayuso obtuvo la aclamación unánime de los asistentes en directo al plató del programa y, aunque las redes sociales han sacado también algunas lenguas viperinas que envenenan cuanto provenga de la oposición al Gobierno frankestein, la mayoría de los comentarios están siendo elogiosos.

Isabel Díaz Ayuso for President. No han quedado dudas, después de verla volar por el escenario de El Hormiguero con sus potentes alas, que aunque el debate parece estar centrado en su justa reivindicación de dirigir la estructura de la regional madrileña, está en verdad definiéndose como idónea candidata a presidenta del Gobierno de España, con paso firme y frescura innegable, quitándole el sitio, con empujón de las masas enardecidas de la derecha, tanto civilizada como la montuna, a Pablo Casado, soseras incapaz de perder la compostura, que no logra desprenderse de la sensación de faltarle agilidad o ingenio para convencer incluso a un partidario.

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Espectáculos de variedades (Segunda Parte)

7 noviembre, 2021 By amarias Dejar un comentario

La divulgación de temas científicos o técnicos supone, por parte del aspirante a divulgador, la combinación de la voluntad de hacer llegar un tema a conocimiento general, con la capacidad de selección de los aspectos más cualificados del mismo. El divulgador no es, en general, un científico él mismo, pero debe disponer de una formación suficiente para que su trabajo tenga sentido, no introduzca errores y, al eliminar aspectos del proceso que ha permitido a los más sabios llegar a sus propias conclusiones, no hacer sus conclusiones ininteligibles o falseadas.

Estamos en un momento delicado para la difusión del conocimiento. Los medios de difusión masiva, al alcance de cualquiera, están favoreciendo, tanto la aparición de la figura del falso divulgador que, en realidad, lo que realiza es una labor de emponzoñamiento y falsificación de la verdad, contagiando los conocimientos de mentiras, aberraciones y supuestas conclusiones sin valor alguno. Existen miles de envenenadores de la ciencia, algunos de los cuales alcanzan, merced a la falta de criterio selectivo y conocimientos de muchos de aquellos a quienes tienen acceso por las redes telemáticas, la categoría de máximos influenciadores de opinión, esto es, de “influencer”.

Pero la misma presión mediática, el afán de saber el porqué de lo que nos sucede, explicado de forma sencilla para que el más lego pueda creer que lo entiende, fuerza también a personas que, por su nivel de conocimientos, deberían manifestarse con prudencia ante la justificación de los fenómenos naturales, a salir a la palestra opinando con impostada solvencia lo que, en puridad, deberían expresar como conjeturas.

En el caso de la erupción volcánica de la isla de la Palma, el fenómeno natural se está viendo acompañado de la aparición de decenas de expertos en vulcanología (unos más serios y documentados que otros, desde luego) que, en la presión por explicar en tiempo real lo que está sucediendo, han caído en el error de poner al descubierto las oscuridades del trabajo científico, que, cuando es forzado a expresarse sin matices, empaña su credibilidad ante quienes, por escasez de conocimientos y la urgencia en llegar a conclusiones, solo se quedan por las ramas.

Cuando la eclosión del volcán palmeño, desde hace hoy más de cuarenta días, ha roto bruscamente la calma isleña de los últimos cincuenta años (la últimas erupciones en la Palma han sido las del volcán de San Juan, en 1949 y el Teneguía-Cumbre Vieja de 1971), los expertos definieron la erupción como estromboliana. Los materiales que lanzaba el volcán se concentraban en explosiones esporádicas, de poca violencia y con emanaciones de lava discontinuas y densas. Al cabo de unas semanas de actividad, la erupción pasó a ser hawaiana, con lavas más fluidas y, tanto, con mayor difusión y facilidad de movimiento sobre el terreno. Por la evolución de la salida del magma y de los gases, no se descarta que podamos pasar revista a otros representantes de la tipología vulcaniana , como la peleana (tapón en el cráter por la lava consolidada) o vesuviana (explosión violenta, con gran emisión de ceniza y lava viscosa).

Tantas explicaciones eruditas no solo no empañan, sino que magnifican, el dramatismo de la realidad por la que están pasando los palmeños. Una fuerza magmática, de naturaleza en gran medida imprevisible en su capacidad de destrucción (por lo que ya les parece) ha llevado por delante casas, plataneras, carreteras, animales domésticos y buena parte de la capacidad de sustento económico de la isla. Lo que les interesa no es cómo se llama la erupción, pues lo que les gustaría conocer con exactitud es, ya que la lava y las cenizas, y los gases altamente contaminantes, siguen saliendo por las bocas volcánicas ahora aparecidas en la isla, cuál será su modo de vida en el futuro, ahora que más de dos mil familias se han quedado, literalmente, sin nada.

No es pues, cuestión de científicos. Se trata de la solidaridad y, también, de la incorporación de una capacidad de gestión del territorio frente al futuro que permita acotar con máxima solvencia los riesgos de vivir sobre un volcán. Se ha expresado en estos días, con toda crudeza, la capacidad del ser humano para olvidar las desgracias sobrevenidas con el paso del tiempo. Instalarse de nuevo en las zonas afectadas por la lava, puede ser atractivo y barato, pero será siempre peligroso. Cuando el gobierno promete (Sánchez lleva ya seis viajes realizados a la isla en su haber) que hará todo lo posible para recuperar La Palma, a algunos nos gustaría saber a qué se refiere.

Y como divulgador científico, a mi me apetecería saber si, además, de poner eruditos nombres a las manifestaciones volcánicas, tomar muestras y medidas que, sin duda, ayudarán a mejorar el conocimiento del comportamiento efusivo del magma en una de las regiones más activas del globo, podrían haberse evitado los cuantiosos daños materiales acaecidos. Preventivamente, acotando las zonas de mayor riesgo, con análisis sobre el terreno y, una vez iniciada la erupción, con actuaciones destinadas a forzar el camino de las lenguas de magma hacia lugares donde hubieran provocado menor destrucción.

 

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Hay un brote de pasión que razón ciega

9 julio, 2021 By amarias Dejar un comentario

Escribí el Soneto hoy, pero la intención viene ya de antiguo. Meses, sin duda. Es cierto que mis últimos Comentarios tienden a hablar de política y que, ahora que proliferan los especialistas en algo, yo no lo soy en nada, y menos en esta materia.

Solo que, como ciudadano, siempre me interesó aprender de la gestión que los responsables de su Administración hacen de la “cosa pública” y que, de ese análisis, he forjado un espíritu crítico que no creo que haga mal a nadie.

Después de todo, me atrae el futuro como reto colectivo y aunque tengo mis días contados en él, me preocupa el que estamos forjando para nuestros descendientes.

Este Soneto puede tener varias interpretaciones. La que me gustaría que el lector generara es la de que debemos recuperar el diálogo, abandonar el elogio sin posibilidad de crítica al que manda (a la espera de quién sabe qué) y, en fin, asumir como verdad que la discrepancia enriquece.

Hay muchas cosas, sin duda, que el actual Gobierno de Sánchez está haciendo bien. Es su trabajo. Pero resplandecen como bolas de fuego las que carecen de virtud. El gobierno de coalición se desmorona (por el lado independentista como por el del populismo de izquierdas). Varios Ministros han demostrado sobradamente su falta de capacidad, incluso intelectual. El presidente de Gobierno está superado por el exceso de trabajo y ego. La falta de apoyo a la Monarquía constitucional es tan evidente que produce enojo.

No estoy a favor, ni es tiempo, de un cambio de gobierno, sino de sus formas y métodos. Y a la oposición, aunque también a la ciudadanía silenciosa, le pediría opciones, alternativas concretas y no gritos. Hay mucha gente sabia, bien preparada, trabajadora, eficiente en el país. Necesitan que se les conozca, porque eso nos animará a todos. Désele publicidad, por favor

Soneto contra el sectarismo

Hay un brote de pasión que razón ciega
y cualquier argumento desbarata.
Sin entrar al fondo con desprecio anega
la contraria opinión, necia o sensata.

Al que se opone, el fanático restriega
catecismo y simplezas; sin oír, mata
alternativas cuya vida niega
y solo crispación en vez desata.

Si el uno recibe de secuaz el nombre,
sirve a la virtud de aquel que brega
por avanzar sin dogmas. Gloria al hombre

que a la crítica sagaz fiel se entrega,
sin que el grito le amedrente o asombre,
que, del sectario, ni a indignarle llega.

9 de julio de 2021

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Generar alternativas

22 junio, 2021 By amarias Dejar un comentario

No tengo dudas en negar que el mayor problema de España en este momento sean los efectos del indulto a los secesionistas catalanes o la amenaza que puedan suponer los desplantes y exabruptos desde el sarpullido regional republicano y las huestes separatistas a la unidad del Estado. Tampoco me preocupa la persecución constante desde las instituciones revolucionarias catalanas -sobre todo- de la Monarquía constitucional, magníficamente encarnada en Felipe VI y su esposa plebeya, mi paisana la reina Letizia.

Son ruidos barulleros, carentes de más fuerza que la que pueda presentar un petardo de feria, a pesar del alcance mediático que se les dispensa, con el objetivo soterrado, por parte de los informadores adictos al régimen de Sánchez, de desviar a la opinión pública y a la oposición política de los verdaderos problemas que urge abordar.

Me preocupa, sin embargo, la dificultad con la que se encuentran las alternativas al gobierno de Sánchez para consolidar un programa que aglutine y anime a los votantes, -incluidos, claro, los de las regiones en las que ha crecido la simpatía hacia la corriente independentista, alimentada sin pudor por los gobiernos autonómicos-.

Creo que la unidad de España, defendida como elemento básico de la Constitución vigente, no tiene, por sí misma, suficiente fuerza de convicción para exigüas mayorías locales, que, adoptando la forma de diversos partidos del espectro ideológico -sin importar que se trate de opciones de derecha o de izquierda- se unen para formar coaliciones regionales que solo atienden a sus intereses particulares, tensando continuamente la cuerda de la solidaridad entre regiones. Ese Cid Campeador está muerto, amojamado, y resulta carente de atractivo para vencer a los opositores, por mucho que lo paseen, una y otra vez, por el campo de batalla de los desencuentros regionales.

El meollo tiene entra enjundia. Los independentistas vascos o catalanes, por citar a los más vocingleros, no corresponden a facciones ideológicas, sino a la convicción de que les irá mejor a sus regiones si disminuyen su contribución al bienestar general, aumentando hasta el límite las cantidades que aporten al fondo común. Ese es el aglutinante: la idea de romper la unidad, para llevarse la mayor tajada a su reducto. Algo que en Asturias, Andalucía o Galicia (por citar solo tres regiones) sería inimaginable, triunfa en las dos regiones más favorecidas de España (junto con Navarra). El modelo de desarrollo regional se nutre de construir fronteras, barreras económicas e ideológicas, solidaridades internas, mafiosas, que sirvan de defensa contra la competencia exterior y, al mismo tiempo, perfeccionen el reparto interno de los beneficios.

Fracasa, por tanto, en España, la idea crucial de la solidaridad. Ha renunciado a su defensa el Partido Socialista, traicionado en su esencia por Sánchez y sus seguidores de los restos de la maltrecha socialdemocracia. Pero el Partido Popular carece de programa creíble -creo que ni se lo ha planteado- que defienda la ventaja económica y social, e incluso la obligación ética, de mantener la unidad de España e impulsar objetivos comunes.

Acabo de escuchar, en el magnífico programa de Alsina (“Más de uno”, Onda Cero, 22 de junio de 2021) la entrevista a Pablo Casado. El político de derechas me dio la imagen de hombre inteligente, enterado y concienciado del deterioro que sufre el país. No dice tonterías, no se va por las ramas, no lanza exabruptos. Solo que está demasiado polarizado por la obsesión de criticar las actuaciones de Pedro Sánchez. Lo veo como un error de estrategia. En dos años -si no antes-, el gobierno de coalición cosechará su siembra de fracasos y despropósitos. Por eso, es ya momento de olvidarse de ser oposición -ni leal ni contestataria- y pasar a ser alternativa.

No se engañe el Partido que ahora acaricia la mayoría parlamentaria, si se realizasen los comicios en este momento. Habrá, desde luego, que reconstruir o deshacer algunas cosas que este Gobierno, en su carrera a la trágala, dejará como herencia. Pero lo más importante es lo que se hará cuando se consiga la jefatura del Gobierno. Y, para que eso llegue, también hay que contar con el voto suficiente, la adhesión complaciente, de las mayorías no independentistas catalanas y vascas.

Archivado en: Actualidad, Política Etiquetado con: Alsina, Casado, catalán, elecciones, independentismo, Pedro Sánchez, vasco

Trabajo de final de curso (2)

24 mayo, 2021 By amarias Dejar un comentario

Nota: Este Comentario forma parte indisociable del publicado anteriormente, con el mismo título, en este blog.

Desde luego, una parte importante de las sentencias (o consejos) que se lanzan en el Documento corresponden a postulados y directrices académicas y, en algún caso, puestas en práctica con variados resultados. Tal es el caso del “apadrinamiento entre grandes y medias empresas”, o la generación de clusters de actividad, que se ha probado en algunos países (y regiones españolas) y cuya efectividad depende en gran medida de la fuerza motriz e interés de al empresa tractora y la capacidad de las pymes para asimilar sus exigencias técnicas.

Uno de los capítulos potencialmente más interesantes, siempre en mi opinión como simple observador de la realidad española, es el dedicado a la necesidad de mejorar la formación de la población española. Se construye un edificio, bastante frágil, sobre las “asignaturas pendientes” entendiendo por tales,  la alta tasa de abandono, el alto número de repetidores, el acceso insuficiente a los estudios postobligatorios, al bajo nivel de aprendizaje y a la desmotivación del alumnado, como otras tantas características negativas del panorama educativo.

Por supuesto, estoy de acuerdo con esas conocidas rémoras de nuestra enseñanza, pero no tengo empacho alguno en añadir como causantes del bajo nivel de aprendizaje, la falta de motivación del profesorado, la dejación de funciones de enseñanza por parte de los padres en los contenidos de una televisión inane, sin contenidos formativos, la excesiva dedicación al móvil y a los juegos telemáticos desde edades tempranas, la falta de competitividad, el exceso de cometidos formativos y clases extras sin orientación curricular, etc.

Puede que “el grado de magisterio sea uno de los menos exigentes” y que “las carencias formativas apenas se corrigen” y que “no hay una carrera profesional hacia la dirección”. Pero esta situación se puede aplicar a casi todas las carreras, en donde la aparición de grados y máster sin una clara diferenciación y habiendo disminuido los niveles de exigencia al alumnado, convertido en evaluador del profesorado.

Resulta simpático, cuanto menos, leer que hay que corregir la feminización de la carrera docente, incorporando profesorado masculino, puesto que en la actualidad el 98% de los maestros en la etapa infantil son mujeres y el 81% en primaria, así como “introducir un modelo de evaluación competencial del aprendizaje”. Justamente, la introducción de modelos competenciales y la revisión de todo tipo de canonjías (funcionarios, ascensos a dedo, puestos relevantes a correligionarios, falsos currícula, familias influyentes, etc.) es, sin duda, un mal endémico de nuestra sociedad.

Conquistar la “vanguardia educativa” implica una profunda revisión de carreras, objetivos, asignaturas, profesorado, catalogación de centros docentes, homogeneización, etc. La delegación de la obligación constitucional de proveer desde la Administración del Estado una enseñanza que facilite la promoción individual y la mejor satisfacción personal, ha fracasado con la delegación de funciones a las regiones, que han interpretado el mandato de la Norma Suprema, con pocas excepciones, como el permiso para crear sus propia canonjías.

Es, desde luego, lamentable, que “más de diez millones de adultos (y de ellos, la mitad con edades entre 25 y 64 años) no tengan ningún título de formación profesionalizada. Que ahora se promueva .por enésima vez- “consolidar la formación profesional”, provoca a los que hemos defendido desde hace décadas, esa necesidad, una triste mueca.

Los juicios y buenos deseos expresados en el Documento se deben compartir: “bajos niveles de aprendizaje”, “se concede más importancia a la cantidad que a la calidad”, “hay que subir del 11 al 17% las personas con titulación superior”, “se debe impulsar el lifelong learning” (rectius, en español, el aprendizaje a lo largo de toda la vida)

Como se pretende dar sensación de estar al día en la pedantería más actual, se sugiere “aumentar la capacitación adicional en upskilling y aumentar el reskilling”, que implica mejorar la adaptación individual al cambio tecnológico, facilitando la reinserción y movilidad laboral. Se aboga porque el “75% de la población adulta hable, al menos, una lengua extranjera”; como no se precisa cuál podría ser ésa, cabe desear que no sea ni el catalán ni el euskera y, recíprocamente, que los hablantes en esas lenguas vernaculizadas aprendan a expresarse bien en español.

Algunas medidas deberían ser de ejecución inmediata, como “reformar de forma profunda el servicio público de empleo estatal”: es ineficiente, no ayuda a la consecución de empleo y sus funcionarios -en inmensa mayoría- desconocen el espacio laboral al que, en teoría, deberían orientar y conducir a quienes tienen la desgracia de encontrarse en paro. En un contexto con cambios tecnológicos continuos, mortalidad empresarial elevada (y nacimiento de nuevos emprendimientos) y una población activa envejecida y con poca actitud al estudio y a adquirir nueva formación, poner en marcha ese “servicio público” renovado implica, por sí mismo, un reto inmenso.

Hay afirmaciones que deben juzgarse en el contexto ideológico del Documento y no desde su presunta eficacia. Así cabe calificar el propósito de “incentivar la presencia de mujeres en los sectores industrial y tecnológico” y de los “hombres en el cuidado de personas dependientes”, así como de “mujeres de 55 años en formación continua”, de “adultos con cualificaciones medias y bajas”. Estas afirmaciones con base dogmática implicarían destinar recursos para colectivos singulares, cuya eficacia debe responder a un análisis mucho más completo de las necesidades, no solo de los necesitados, sino de la economía general. La incorporación masiva de la mujer al mundo laboral ha tenido como consecuencia no deseada la disminución de los salarios.

Algunas indicaciones tienen olor muy rancio: “incentivar la formación dual” (¡en eso estamos desde hace décadas, sin éxito!). Otras expresiones son puramente voluntaristas: “la transformación ecológica, al final del proceso, tendrá un balance abrumadoramente positivo”. Lo ignoro, en verdad, y lo que sí creo poder afirmar que en el camino, se perderán puestos de trabajo, muchas empresas perderán viabilidad y, lo que es más grave, el efecto sobre el medio ambiente a nivel mundial, será nulo, dada la pequeña dimensión de nuestra economía.

La enumeración de los males previstos si no se toman medidas para llegar a la completa descarbonización evidencia la filosofía de la titular del Ministerio y el seguimiento estricto de la doctrina del Panel del Cambio Climático. No se si la temperatura aumentará en 1,8ºC en cuatro décadas, o si mantendremos la sobreexplotación de los acuíferos, o si aumentarán las pandemias zoóticas.  Lo que sí se es que las medidas que deberíamos adoptar se tendrían que orientar al mejor uso del agua de riego, la selección adecuada de los terrenos agrícolas, el fortalecimiento de las localidades rurales de pequeño tamaño, y, en fin, atender a la exploración completa de nuestros recursos.

Acerca del exceso de potencia instalada, los expertos del Documento deberían atender a los técnicos con experiencia y no a los manuales. En otros Comentarios de este blog ya me he referido a los efectos negativos de la proliferación indiscriminada de aerogeneradores (subvencionada!), al despilfarro de inversiones (centrales de ciclo combinado, nuclear, biogás, etc.) y al beneficio excepcional que las medidas públicas sin análisis previo han aportado y aportan a especuladores y a multinacionales extranjeras, que se aprovecharon de los subsidios para mejorar su tecnología.

El ejercicio académico se advierte en la apelación a “la economía circular”, a “reducir las externalidades negativas drásticamente, sobre todo el sector turístico”, a acelerar la “rehabilitación de edificios”, al “cambio en el sistema de producción de alimento y en el consumo” o en el “sector financiero como catalizador” o a “reforestar 20.000 Ha./año. Estos lemas se vienen repitiendo, con escaso éxito, desde hace décadas.

(continuará)

—-

El dibujo, titulado “Niña dando de comer a las palomas”, del que soy autor, figura reproducido, con otras once láminas, en el libro Sonetos desde el Hospital (@angelmanuelarias, 2019)

Archivado en: Actualidad, Economía, Política Etiquetado con: angel manuel arias, Asociación Española contra el Cáncer, economía circular, España 2050, estrategia, gobierno, Oficina de Prospectiva y Estrategia, Pedro Sánchez, reskilling, upskilling

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