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Cuadragésima Tercera Crónica desde el Pais de Gaigé

4 diciembre, 2022 By amarias Deja un comentario

Ha empezado diciembre con acelerada crispación preelectoral en los tendidos políticos de Gaigé. No ha trascendido mucho a nivel de calle, porque es difícil captar la atención de lo que sucede en el hemiciclo y sus alrededores, con el país polarizado hacia los desenlaces lúdicos. Nada más absorbente que tener al cerebro alimentado casi a diario (y, algunos días, con sesión doble) con la emocionante visión de acrobáticas evoluciones  ajenas con un par de cervezas al alcance de la mano.

Nuestros representantes políticos han tratado, a pesar de las dificultades mediáticas, de llamar la atención. Los ministros de la coalición de gobierno que sostiene al presidente Sanchez (Pedro) han verbalizado sus discrepancias, tanto en relación con las interpretaciones en sede judicial de la precipitada Ley del Solo sí es sí, que ha provocado decenas de rebajas de las penas en reclusos condenados por violación y alguna excarcelación de quienes estaban ya próximos a cumplirla. La desafortunada defensa de la Ley por parte de su promotora, Montero (Irene), apuntando hacia el machismo de los jueces ha levantado ánimos judiciales y la repulsa de los medios y, dentro del hemiciclo, ha servido para que Vox, el único partido que votó en contra, saque pecho, aunque utilizando argumentos que no estaban expresos en su escrito de enmienda presentado a la mesa del Congreso.

Delicada situación puede llamarse aquella por la que atraviesa el Ministro de Interior de Gaigé, Grande-Marlaska (Fernando), cogido definitivamente en una mentira -no me atrevo de calificar si piadosa o temeraria-, cuando afirmó repetidamente que no se habían producido hechos delictivos -ni muertes- en territorio propio cuando se produjeron los terribles sucesos del último asalto a la frontera melillense, en el que fallecieron decenas (aún no precisadas) de migrantes subsaharianos. Se sabe ahora, indiscutiblemente, utilizando multiples visionados del VAR popular (además de la BBC), que, al menos, un fallecido fue arrastrado por los insensibles guardias marroquíes hacia su propio territorio.

Han aparecido durante la semana varias misivas deflagrantes en puntos sensibles en relación con la guerra en Ucrania, cada vez más cercana y confusa. Las embajadas ucrania y norteamericana, además de algunos ministerios, han sido receptores de esos involutos, cuyos efectos, sentido y procedencia, un joven secretario de Estado (magistrado en excedencia)  Perez Ruiz (Rafael) se encargó de minimizar, con no mucha convicción. Nuevos involutos, ocultando ojos de animal y sangre, han llegado también a otros destinos europeos: Las intenciones deberían atribuirse a mensajeros del pánico (posiblemente, con  malformaciones mentales), deseosos de llamar la atención sobre los efectos presuntamente peligrosos del apoyo europeo al pueblo ucraniano en su heroica resistencia contra la potencia rusa.

La ruptura en Ciudadanos está a punto de confirmarse, al manifestar Bal (Edmundo) sus duras discrepancias con Arrimadas (Inés), postulándose para dirigir, como un nuevo Lope de Aguirre, la balsa del partido hacia El Dorado. (Para no cinéfilos o desmemoriados, hago referencia implícita al film “Aguirre, o la cólera de Dios”). Como decidió comunicar su decisión a los media antes que a su jefa de fila, la tensión quedó expresa sin vuelta atrás.

El Partido Popular pierde lentamente fuelle, debilitándose el tirón inicial de Núñez Feijóo (Alberto), y ello a pesar de las manifestaciones públicas de afecto y unidad con los otros puntales de la derecha civilizada, de los que destacan Moreno (Juanma), Ayuso (Isabel) y Martínez Almeida (José Luis). Falta claridad en el programa y fuerza dogmática y agresividad desde la cúpula. Y, dado que Gaigé camina aceleradamente hacia la recuperación del bipartidismo, un análisis objetivo sobre las discrepancias no temperamentales con Vox.

El equipo de futbol nacional perdió, en fin, su buena estrella, frente a la selección de Japón, y gracias a que la de Alemania venció estérilmente para su propio beneficio, a la de Costa Rica, consiguió clasificarse sin méritos para la siguiente fase del Mundial de Katar (o Qatar). Quiso el destino burlón que le toque a la selección de Gaigé confrontar sus fuerzas -ahora muy mancilladas en ánimo y perspectivas- con las de la vecina Marruecos. Gane o pierda, se teme la reacción destructiva de los tifossi marroquíes sobre el mobiliario urbano de Madrid, amigos (como demostraron cuando ganaron a la selección belga) de armar tumultos que, por la cuenta que les tiene, ni se plantean provocar en el reino alauita.

En las primeras líneas de la formación socialista se evidencian discrepancias importantes con la gestión del Presidente de Gaigé. Lambán (Francisco Javier), presidente de Aragón y García-Page (Emiliano) son cabezas visibles de esas disensiones internas. Sin embargo, a la hora de votar en el hemiciclo, la lealtad corporativa se impone sobre la verborrea ante los micrófonos dirigida a sus electores locales.

Publicado en: Actualidad, País de Gaigé Etiquetado como: Ciudadanos, Edmundo Bal, fútbol, Gaigé, Inés Arrimadas, Irene Montero, Isabel Ayuso, Juanma Moreno, Marruecos, Martínez Almeida, Pedro Sánchez

Cuadragésima Crónica desde el Pais de Gaigé

14 noviembre, 2022 By amarias 4 comentarios

 

Hoy serán cuarenta las semanas transcurridas desde que escribo las Crónicas desde Gaigé, el país imaginado en el que se produce una selección un tanto arbitraria de las noticias que tienen lugar real en España. No pretendo reseñar con fidelidad la historia, no soy fiel al relato (ni al oficial ni al pretendido por las oposiciones al Gobierno), pero soy rigurosamente independiente.

Me atribuyo esta categoría singular para explicar que no pertenezco a ningún partido político y, lo que es más específico, no me interesa ninguno. En esto me declaro en sintonía con la frase de Vargas Llosa (Mario) que ha merecido -con su foto- ocupar la mitad de la portada de El Mundo del 13 de noviembre: “La política corrompe profundamente al ser humano”.

De independentismo se ha hablado y escrito otra vez mucho en Gaigé, el país de los despropósitos. La razón reside en la intención del Gobierno -por una vez, en sintonía- de derogar por la vía del decreto ley, el delito de sedición, por el que fueron condenados los golpistas catalanes cuando se embarcaron, desde el gobierno legítimo de la Generalitat, en la aventura sin rumbo de declarar la independencia de la región, con base en el resultado de un referéndum ilegal y amañado.

No merece la pena (para este cronista) detenerse en los cambios de opinión del presidente Sánchez (Pedro), siempre expresada ésta con la misma contundencia, porque me basta con remitirme a la frase del Premio Nóbel que transcribí más arriba. El objetivo de “homologar el delito de sedición a las leyes penales europeas” es, jurídicamente hablando, una estupidez. Cada Estado ha venido legislando, en lo civil como en lo penal (y en los demás órdenes legislativos) como le ha parecido bien, siendo el acervo legal de cada uno un reflejo de su historia jurídica y social. No cabe homologación, ni se pretende a estas alturas someter la autonomía e independencia normativas en aras de una hipotética uniformidad europea, en donde hay tanto por hacer.

Así que lo que se puede calibrar es la intención del presidente Sánchez (Pedro) de silbar al mismo toque que los socios independentistas y anticonstitucionales que sostienen su gobierno, bajo las siglas infumables para un constitucionalista de ERC (Esquerra Republicana de Cataluña): rebajar las penas a los condenados por sedición agravada, que es, ni más ni menos, que haber declarado, siendo autoridad obligada a lealtad institucional, la separación de Cataluña del resto de Gaigé, el País de los Despropósitos.

En un magnífico ensayo, (EM, 13.11.22) el catedrático de Derecho Penal Quintero Olivares (Gonzalo) diserta admirablemente sobre el bien jurídico básico a proteger que es la lealtad constitucional, en torno al cual se deberían crear tipos que permitan evaluar penalmente los intentos de subvertirla.

No hablamos de atentar contra la “paz pública”, o de “desórdenes públicos” -desde quemar contenedores, agredir a un guardia o manifestarse sin autorización o paralizar un servicio básico causando graves daños a la economía nacional y a la ciudadanía. No, el  tipo penal es otro y no puede quedar desprotegido. Su definición perfila el delito de sedición, y su nombre podrá variar, pero su sustrato, es el mismo. Todos los Estados, por la cuenta que les tiene, castigan duramente a quienes atentan contra su Constitución y, muy en particular, contra la forma de Estado acordada por las inmensas mayorías.

El Presidente del Partido Popular, Núñez Feijóo (Alberto), va tomando consciencia del reducido papel mediático al que le obliga su ausencia del Congreso de Diputados. Ser senador no permite la proyección popular que da la Cámara baja. Algunos miembros de su partido le propusieron que presentara una moción de censura, con la seguridad de perder la votación, pero ganar visibilidad.

Hasta Arrimadas (Inés), experta ahora en dar consejos de actuaciones que, en su momento, ella no fue capaz de seguir, le animó a iniciar la senda de la reprobación del jefe de Gobierno, utilizando la vía constitucional de la moción. Pero Núñez aún se está lamiendo las heridas de los desplantes, mentís y desprecios que, a cada tanto, le prodigan los representantes del férreo gobierno de coalición.

El ministro de la Presidencia de Gaigé, Bolaños (Félix) en una feliz pirueta irónica ha deleitado a los amantes de alimenta el fuego de las disidencias desde el todo-vale, refiriéndose a la sede del PP en la calle Génova, como “Edificio Trump”, se supone que para poner en evidencia las afinidades oscuras entre el expresidente republicano de los Estados Unidos de Norteamérica y los negocios inmobiliarios populares.

La izquierda del PSOE -en el doble sentido de aumentar su desviación populista e ideológica- se agrieta, en la medida en que toma más protagonismo la vicepresidenta Díaz (Yolanda), a pesar de las llamadas de atención de su ex jefe Iglesias (Pablo), convaleciente de su operación de autocastración política. El proyecto de Díaz al que se ha dado el nombre de “Sumar”, carece aún de perfil definido y de musculatura para conformar un partido político, aunque resulta divertido (para la oposición) seguir el desgaste de las agrupaciones que apoyaron a Sánchez, de las que solo los independentistas gozan de buena salud.

Si hay posibles presas con aspecto de heridas, en la cacería selvática de Gaigé, la que presenta aspecto más delicado es el, hasta hace solo un par de años unánimemente aclamado, el ministro de interior Grande-Marlaska. Causa: un programa de la BBC, la emisora británica cuyos episodios sobre animales hacen las delicias de la sobremesa en la 2, ha presentado un vídeo sobre los sucesos del asalto masivo a la frontera en Melilla de junio  (en donde el gobierno marroquí ha reconocido 23 muertos y algunos centenares de heridos. Las cifras reales de fallecidos y desaparecidos  son desconocidas. En el video puede advertirse cómo un gendarme del país vecino  (estrecho de Gibraltar por medio) tira del cuerpo inerte de un saharaui, para sacarlo de la zona de soberanía española.

Así que no sería cierto lo afirmado por el ministro ahora acosado por mentiroso de que “ningún muerto se produjo” por causa de la resistencia a los invasores, en otro territorio que Marruecos, y, por tanto, la inhibición de la Justicia de Gaigé no estaría justificada.

Que desde parte del propio Gobierno (facción no socialsta) se pida la revisión puntual del caso y, acusado como mendaz, la dimisión de Marlaska, es una muestra más de la capacidad del País de los Despropósitos para autolesionarse.  Obviamente, sin que dejemos de lamentar el aumento de la presión humanitaria desde el Sahel y la falta de soluciones para (dotar a la gendarmería marroquí de más medios para disminuir la tensión sobre nuestra guardia propia de fronteras)

Madrid se recupera como la capital de las manifestaciones en Gaigé. El domingo, día 13, cientos de miles de interesados en la mejora de la Sanidad Pública, bastantes venidos en autobús con pancartas y bocata (a la vieja usanza) ocuparon en el centro político de Gaigé gritando “Ayuso, asesina” y otras lindezas que enmascararon el verdadero mensaje.

Estuvo magnífico en la defensa de la Presidenta de la Comunidad de Madrid, su compañero de partido y alcalde de la capital, Martinez Almeida (José Luis). Faltan médicos de familia, porque los facultativos que han superado el MIR no encuentran atractivo dedicarse a esta especialidad genérica. Faltan médicos, en general, porque los que pueden se van a ejercer al extranjero (pueden recibir salarios hasta tres veces superiores) o prefieren ser contratados por Hospitales privados o compaginar una jornada en lo público  -para hacer currículum- y unas horas en una empresa sanitaria.

Comprensible la calma de Almeida al conocer que su opositora por el PSOE a la alcaldía en las elecciones de mayo será Maroto (Reyes), ministra hasta abril de Industria, Comercio y Turismo, a la que solo conoce por el nombre el 40% de quienes podrían votarla.

Soy paciente de la sanidad pública y no tengo queja de las atenciones y tratamientos que recibo. Los pacientes somos muy tolerantes y, con la perspectiva de mejorar nuestra salud, estamos dispuestos a entregar muchas horas de nuestro tiempo en salas de espera. Basta darse un paseo por cualquier establecimiento sanitario. Y, sobre todo, sé del tremendo esfuerzo de los profesionales, el número excesivo de horas que dedican a su labor, los problemas de gestión y la escasez de medios económicos y materiales. No está Madrid a la cola de la asistencia sanitaria de Gaigé, que debería tener muy claro el coste de mantener un alto nivel de prestaciones y, también, la diferencia de las mismas según en qué Autonomía te toque acudir a un centro público.

La huelga de transportistas (solo los autónomos, pero el roto será grande) amenaza con paralizar la actividad de distribución en Gaigé. Piden que se les pague lo suficiente para cubrir costes. Escucho a las partes -Gobierno, grandes patronales, sindicatos- y no entiendo nada. Estamos en el Pais de los Despropósitos. Lo olvido a veces.

Publicado en: Actualidad, País de Gaigé Etiquetado como: Almeida, Arrimadas, Ayuso, BBC, Gaigé, Marlaska, Marruecos, Núñez Feijóo, Quintero Olivares, Sánchez, Vargas Llosa, Yolanda Díaz

Vigésimo Primera Crónica desde el País de Gaigé

26 junio, 2022 By amarias Deja un comentario

Termina junio en Gaigé con manifestaciones en las principales ciudades. No han tenido mucho éxito en sus convocatorias, pero son significativas del ambiente que se respira en ciertos sectores, donde militan o se agrupan simpatizantes de la coalición de Gobierno.

Por una parte, se protesta contra la cumbre de la OTAN que tendrá lugar en Madrid los días 29 y 30 de junio. Los manifestantes, alentados por varios ministros del Gobierno aunque hayan desistido de acudir personalmente a la algarabía, exigen la disolución de la Organización, el final de la guerra en Ucrania, la reducción aún más drástica del presupuesto militar y la devolución de los terrenos ocupados por las Bases Militares norteamericanas. Espero no olvidarme nada de su ideario antibelicista.

La moderna doctrina subyacente para estos pacifistas es, en fin, que la OTAN y la ambición norteamericana por mantener su hegemonía mundial (ya muy debilitada) son las principales causantes del ataque de la Rusia de Putin a Ucrania. Una guerra defensiva, pues.

La reunión de los presidentes del G7, que tiene lugar en Alemania este domingo, por su parte, bebiendo de aires muy diferentes, ha servido para reforzar el apoyo incondicional a Ucrania y para exponer solidaridad conjunta ante la crisis energética y alimentaria, que está comiendo aceleradamente los pies del estado de bienestar.

La difusión de algunos comentarios de los líderes occidentales ridiculizando a Putin no servirá, seguramente, para estrechar lazos con el protagonista y causante del mayor problema actual contra nuestra seguridad. La cumbre de la OTAN madrileña pondrá a prueba los sistemas de seguridad de Gaigé. Cruzamos los dedos para que todo suceda, no solamente con un final que permita presentar algún acuerdo relevante sino sino, y sobre todo, sin incidencias notables.

La segunda ola de manifestaciones que ha tenido lugar en Gaigé encuentra su fundamento en un terrible suceso que violentó nuestra sensibilidad: un intento de casi dos mil subsaharianos (fundamentalmente procedentes de Chad y Sudán) para superar la valla que separa Marruecos de Melilla.

La violenta actuación de la policía de Marruecos, que utilizó incluso -según puede sospecharse al observar los vídeos difundidos en las redes- disparos reales, junto a gases lacrimógenos y piedras para impedir el asalto, provocó, al menos, 23 muertos por asfixia, golpes y heridas de bala. Las imágenes difundidas pueden interpretarse en parte como que la presión policial forzó a los subsaharianos a amontonarse contra la valla.

La inexplicable actuación marroquí está motivada, según se indica por analistas del complejo tema del Magreb, como exhibición de la buena relación actual entre los gobiernos vecinos. Sánchez ha elogiado el empeño marroquí de controlar el intento de los migrantes, tildándolo de ejemplar, cuando no conocía que había causado tanta mortandad . Pero no supo desdecirse al saber que la morgue de Nador estaba saturada con los cuerpos de jóvenes fallecidos en la batalla desigual, ni al contemplar las imágenes de centenares de jóvenes hacinados en el suelo controlado por la policía.

Tanto despliegue de fuerza y causas de dolor no han impedido que casi 150 chadianos y sudaneses hayan penetrado en tierras españolas y estén ahora confinados en el Centro de Estancia Temporal de Emigrantes, donde una veintena de abogados ofrecen sus servicios para conseguir que, dadas sus circunstancias personales y la situación en sus países de origen, puedan alcanzar el estatus de refugiados.

Es imposible, al comentar este suceso, no poner énfasis en el escaso apoyo que se presta al desarrollo a los países del Sahel, suministradores principales de esos contingentes de jóvenes que huyen de sus países, buscando del Dorado europeo, a costa del riesgo de perder sus vidas.

El calor ambiental ha remitido en casi todo Gaigé, que trata de curar las heridas de los últimos incendios. Particularmente graves han sido los destrozos causados por el fuego en la sierra de la Culebra, en Zamora. La hermosa zona, atractivo turístico importante, ha quedado irremediablemente afectada y el gobierno de Mañueco ha tenido que explicar su actuación ante las llamas. Faltan medios, profesionales , adecuado cuidado del monte y de las zonas sensibles y mejora de la sensibilidad ciudadana para evitar (o causar) actuaciones que favorezcan la aparición de terrible antinomio fuego-bosque.

No faltan graves problemas en Gaigé, siendo el del aumento sin control de la inflación el más preocupante. El llamado tope al precio del gas autorizado por Bruselas se descubre como un parche insuficiente para detener la escalada del precio de la energía. Gaigé muestra la debilidad de su proyecto energético, pues, en cuanto a la producción de electricidad, la energía solar (afectada por la calima) y la eólica (en momentos de parálisis de los vientos) resultan escasos para cubrir las necesidades, privadas y empresariales.

La demanda del parque móvil -tanto para el automóvil eléctrico como para los que se mueven con combustible convencional- no cesa de crecer y los precios están disparados. Para lo eléctrico, se ha tenido que recurrir a las centrales de ciclo combinado y a la denostada nuclear; para la gasolina y el gas oil (el petróleo) se seguirá subvencionando el consumo con 20 céntimos/litro, rápidamente absorbidos por el mercado desbocado.

No estamos solos en el toque al tambor del pánico: Alemania revisa el abandono nuclear y planea reabrir las minas de carbón. La transición energética europea, amparada en aquel mensaje de ser modelo para el mundo, deberá revisarse desde e, pragmatismo.

Publicado en: Actualidad, País de Gaigé, Sociedad Etiquetado como: bomberos, Castilla-León, Centro de Estancia Temporal de Emigrantes, CETI, Chad, Cumbre de Madrid, energía, gasóleo, gasolina, incendios, manifestaciones, Marruecos, Melilla, OTAN, País de Gaigé, policía marroquí, Sierra de la Culebra, Sudán, Unión europea

Décimo novena Crónica desde el País de Gaigé

12 junio, 2022 By amarias Deja un comentario

La semana en Gaigé estuvo especialmente señalada por la crisis con el Magreb, que ha venido a poner de manifiesto que la política exterior del país descansa sobre frágiles y en parte, misteriosos, pilares.

Ni con Latinoamérica, zona de influencia tradicional abandonada ahora en manos de los viajes protocolarios de Felipe VI, acompañado del ministro sin cartera Iceta (Miguel), ni con Marruecos y Argelia, con los que nos unía una relación fraternal basada en nuestra tolerancia a los desequilibrios hormonales de sus dirigentes, ni con los países árabes, con los que la influencia del rey de antes había llevado a obtener (ignoro si mediando comisiones, aunque las presumo) pingües beneficios a nuestras empresas constructoras. Es Gaigé, eso sí, un país de la Unión Europea, con la misma capacidad de influencia que la mayoría de los Estados que la componen (Malta, Croacia, Bulgaria, Eslovenia, Lituania, Rumania, etc.)

El último juego de acción-reacción con el Magreb parece remontarse al momento en que Gaigé, acoge al líder del Frente Polisario, Gali (Brahim), prófugo de la Justicia por un presunto delito de violación, para tratarle secretamente en Valladolid de una infección vírica, nunca probada. Descubierta la torpe componenda, el poderoso vecino marroquí rompe relaciones con Gaigé y ordena a su embajadora que se vuelva para Rabat, pues infiere que Argelia está detrás de esa actuación con ribetes de medicina humanitaria.

Sucede que las relaciones de Gaigé con sus principales vecinos del sur, Argelia y Marruecos, están sometidas al principio del equilibrio inestable. Ambos países hermanos se odian oficialmente y Gaigé, dada su posición paternal, debe cuidarse de no parecer que tiene más afecto por uno u otro. En caso de que se descubriera, por cualquiera de los dos Estados -ejemplo resistente de las dictaduras del medioevo: uno, con una monarquía de base teocrática y el otro, víctima permanente de un directorio militar que niega libertades elementales- un mínimo desvío de amor hacia el vecino, el otro se cabreará oficialmente y sus infantiles berreas tendrán eco inmediato en la política interior de Gaigé y podrán afectar también a los intercambios económicos, con daños colaterales difíciles de evaluar.

El cúmulo de despropósitos que lleva a una cadena de acción-reacción resulta ininteligible. Argelia se niega a seguir enviando por un tubo que atraviesa Marruecos el precioso bien llamado gas natural que es garantía clave de nuestra independencia energética del conflicto ruso-ucraniano, aunque conviene seguir fiel a sus compromisos comerciales, bombeando más cantidad por otro tubo que obvia el terreno marroquí. Los ministros Albares y Ribera, desplazados de urgencia a Argel, comunican su satisfacción porque “Argelia es un país fiable”.

Pero resulta que alguien desde el Gobierno de Gaigé escribe una carta con faltas de ortografía y estructura gramatical, que es aireada por Marruecos inoportunamente y en la que resulta expresa la voluntad de Sánchez (Pedro) de apoyar a Mohamed VI y sus adoradores en la absorción del Sáhara occidental antigua colonia española y, puestos a hilar fino, a comprender sus ilegítimas aspiraciones sobre Perejil, Ceuta, Melilla y algún otro peñón disperso por el mar de Alborán. La escenificación apresurada de esta vuelta al perfecto amor paterno-filial con Marruecos, levanta algunas ampollas por parte de los exégetas de las líneas sutiles del escarnio: la bandera de Gaigé pende al revés, en signo de sometimiento, entre las alauitas.

Seguramente no tiene nada que ver, pero encaja en el relato, que los teléfonos móviles de Sánchez (Pedro) y Robles (Margarita), ministra ésta de la Defensa de Gaigé fueron infectados por el programa Pegassus, presuntamente en un ataque auspiciado desde Marruecos, adquiriendo acceso a información sensible (¿fotos íntimas? ¿información sobre relaciones comerciales de alto voltaje e ilegales de la esposa de Sánchez?…infundios muy del gusto de la oposición en Gaigé y, sobre todo, de la generalidad de los mentideros gaigesenses, proclives a la difamación y al cotilleo).

Argelia, feudo del poderoso Tebboune (Abdelmadjid) monta en cólera ante esa manifestación amorosa y anuncia la suspensión de relaciones con Gaigé. Gran conmoción; riesgo para el gas, temor de los exportadores a perder sus envíos, protestas apelando al derecho internacional y a la obligación de cumplir acuerdos por parte del fiable país magrebí. La reacción del ministro Albares (José Manuel) -a menudo, poseedor de un petulante tono algo molesto que comparte con la ministra Ribera (Teresa)- dejó claro a quién acudir cuando la tensión con los Estados del vecino norte africano se hace insoportable: a la Unión Europea que, en una reacción fulgurante, se ha puesto del lado de Gaigé. Dicen las crónicas que “Argelia se vio obligada a recular”, aunque como ese término carece de interpretación en el lenguaje diplomático, habrá que esperar al desarrollo de los acontecimientos.

En otro orden de cosas, más serio, Andalucía avanza en el proceso electoral que le llevará, el 19 de junio, a elegir nuevo Presidente de la Autonomía. Parece muy claro que ganará Moreno (Juanma) del Partido Popular, actual ocupante del puesto, ya que el candidato del PSOE (Espadas, Juan) no alcanzará, ni de lejos, diputados suficientes para optar a la Presidencia, máxime debido a la debilidad y dispersión del voto de izquierdas.

En el debate televisivo en el que los seis candidatos principales expusieron sus razones (algunas viscerales) se distinguió, de lejos, por su beligerancia a veces muy incómoda, la optante por la facción de Vox, Olona (Macarena), abogada de Estado, dotada de una lengua astifina. Como este cronista es un sentimental, me sigue gustando la opción de Ciudadanos defendida por el sanluqueño Marín (Juan Antonio ), a quien su biografía define como técnico en voleiból y comerciante de joyería. Vale.

Es relevante en este intento sesgado de reflejar semanalmante el panorama político y económico del Pais de los Despropósitos, recoger que ha tenido lugar el primer encuentro directo entre Núñez Feijóo (Alberto) y Sánchez (Pedro). Fue en el Senado, el pasado 6 de junio, cuando se produjo el primer rifirrafe dialéctico entre ambas personalidades, que no el contraste de programas.

Lo que perdurará es la salida de pie de banco del presidente de Gaigé cuando resumió la opinión de Gobierno sobre el Partido Popular: “ustedes no hacen más que estorbar, estorbar, estorbar”. El tono suave de Feijóo, propenso a la hablar desde la calma, no provocó emoción, aunque queda tiempo por delante para afinar los disparos sobre el puente de mando de un gobierno de coalición que se desmorona solo sin necesidad de apelar a enemigos ni críticas externas.

La vicepresidenta Díaz (Yolanda), la modelo extravagante del gobierno, paisana del nuevo presidente popular, se propone recorrer Gaigé para escuchar al pueblo y así afilar su programa de izquierdas razonables. Sugiero que en ese viaje iniciático deje que le acompañe Núñez Feijóo, y así se ayuden recíprocamente a desprenderse del pelo de la dehesa simbólica, para enmendarse con el Gaigé real, pobre, desanimado, sumido en la inflación galopante y ayuno de ideas

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Décima Crónica desde el País de Gaigé

12 abril, 2022 By amarias Deja un comentario

La segunda semana de marzo de 2022 en Gaigé ha aportado elementos muy jugosos para el análisis político desde los gabinetes de digestión de información. En la región autónoma de Castilla y León, después del intento de suicido del Presidente Mañueco, que rompió la alianza con Ciudadanos para convocar elecciones, ha traído como consecuencia la incorporación al gobierno autonómico de Vox, que ocupa ahora la vicepresidencia y tres consejerías.

Esta situación ha motivado tendenciosos análisis por parte de los comentaristas políticos, según sea la orientación de los medios que les pagan. Los informativos cariñosos con el Gobierno, coinciden con él en que el partido de Abascal (que acudió orgullosamente a la investidura de su representante en la región como segundo en la adminsirtación regional) contagiará de vicios de la extrema derecha al Partido Popular, alejándolo de la opción de ser alternativa a escala de país. Por el contrario, los analistas que carecen de esas mismas gafas ideológicas, creen que el nuevo Gobierno ha de ser juzgado por hechos y no por especulaciones.

Las elecciones presidenciales en Francia han supuesto la clarificación de una segunda vuelta que enfrentará a Macron con Le Pen, con posibilidades para cualquiera de ellos, dada la escasa diferencia de votos, de alzarse con la victoria. Lo más significativo de esta campaña es la práctica desaparición de la escena política de los partidos tradicionales del bipartidismo: socialista y centro derecha, cuyos candidatos solo han obtenido resultados residuales.

No es posible comparar este escenario con la política de Gaigé, puesto que aquí el bipartidismo sigue centrado en el PSOE y el PP, por más que para conseguir la mayoría suficiente para gobernar deban aliarse con partidos del republicanismo y de la izquierda populista en el caso del primero, o de la nominada despreciativamente como ultraderecha que representa VOX, ya que los populares tampoco parecen capaces de alcanzar un margen apto para dominar la Cámara.

El encuentro entre el nuevo Presidente del PP, Núñez Feijó y el Presidente de Gobierno Sánchez no aportó ninguna novedad en cuanto a los necesarios acuerdos para facilitar la tranquilidad económica, judicial y social. No ha sido así, y la tranquilidad con la que el líder popular transmitió a la Prensa que la conversación fue amistosa pero no hubo en absoluto ningún avance en el marco amplio de discrepancias, permite adivinar que la oposición será seria, dura e intransigente. El eje de las propuestas populares expresado era la bajada de impuestos, a lo que el Presidente de Gobierno se negó taxativamente, ofreciendo por el contrario un recetario de quince puntos que habían sido difundidos un día antes por el diario El País, en una operación de falsa transparencia. Lejos de aparecer como una cuestión ideológica, no querer bajar impuestos en la actual coyuntura, se me antoja un empecinamiento que hubiera merecido un análisis serio sobre las consecuencias, como elemento para detener la inflación que amenaza ser galopante, pues lleva camino de consolidase en los dos dígitos.

Que el mismo día en que tenía lugar la reunión a que hice referencia en el párrafo anterior, Sánchez se fuera a rendir alguna forma de pleitesía a Mohamed VI resulta ininteligible como estrategia de Estado. Ningún elemento positivo pudo extraerse de esa visita de Estado, e incluso las fotografías del encuentro gastronómico en el que se advierte la bandera de España colocada boca abajo en el mástil, han sido interpretadas por expertos militares como una expresión de “victoria” por parte del gobierno alauita.

 

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Praeparat bellum

27 diciembre, 2021 By amarias 2 comentarios

“Igitur qui desiderat pacem, praeparet bellum” escribió, escribio Vegecio a finales del siglo tercero. Esto es, “Quien deseara la paz, debiera prepararse para la guerra”.

Con una transformación aparentemente ligera, se ha vulgarizado el epítome “Si vis pacem para bellum”, que tiene un sentido diferente, pues se trata de una frase imperativa: “Si quieres la paz, prepárate para la guerra”. En el acceso desde al patio de armas a la popular escalera del cañón, en uno de los edificios de la Academia General Militar de Zaragoza, puede leerse ese mandato que “resume, con elecuente sencillez, la razón de ser de nuestros Ejércitos” (sic, web del Ministerio de Defensa).

No tengo la intención hoy de adentrarme en el delicado entresijo de los cambios que se han operado desde hace décadas para tratar de darle un sentido actual a esa “razón de ser”. Si quiero apuntar que, como estímulo y acicate a los interesados en ingresar en los Ejércitos españoles, las Academias militares se han convertido en Centros de Enseñanza Universitaria. Según el Plan de 2010, de  cuatro años, además de las asignaturas militares, se cursa y obtiene el grado de ingeniería en Organización (para los oficiales del Ejército de Tierra) o de ingeniería Mecánica (para los oficiales de los cuerpos de Aviación y Naval).

El objetivo, sin duda encomiable, es facilitar el reingreso de los oficiales que no hayan podido ascender y que deberán forzosamente retirarse a los 45 años de su vida militar, a la llamada “vida civil”. En alguna ocasión, llevado por mi espíritu crítico, ante altas instancias militares, he calificado temerariamente de “error” el itinerario académico forzado que se ha previsto para nuestros militares.

Y no lo hice porque menosprecie esa formación, al contrario, pues tengo en alta estima la educación que se imparte en las academias militares, sino porque se está obligando a los futuros oficiales a un gran esfuerzo académico (no se olvide que el grado de ingeniería supone tres y incluso cuatro años de intenso estudio a los graduados “civiles”), que no tiene muchas opciones de traducirse, por sí mismo,  ¡a los veinte años de haber obtenido ese título dedicados al desempeño de actividades militares propias de su oficio!, en una mayor facilidad para el empleo, con una edad en la que ya no se está para aventuras profesionales y, sobre todo, en un entorno (salvo que venga alguien a remediarlo) en que la formación de grado en “Organización” tiene escasas salidas y, por tanto, dura competencia.

No me quiero desviar demasiado de la intención por la que puse el título al Comentario, y hago un disparo por elevación (que se me antoja muy propio, hablando de temas militares). Europa vive en la inocencia de una paz idílica y continuada, después de la segunda guerra mundial que deshizo sus cimientos de cooperación y alianzas y arrojó a los Estados europeos en los brazos de Estados Unidos de América, autoproclamado líder absoluto.

El desmembramiento de la URSS hizo creer que la situación era estable y definitiva y los Ejércitos de los distintos países europeos sufrieron dos recortes capitales: el de los Presupuestos (que, unido a esa idea pacifista y buenista de la población, llevó a eliminar oficialmente la formación militar obligatoria) y el del olvido del cuidado de la “cultura militar”, que llevó a hacer  creer a la mayoría de la población -independientemente del Estado de residencia- que los “militares” eran personas vocacionales que, ya que no habían guerra, podrían ser empleados en “misiones de paz”, ayudas humanitarias y ejercicios demostrativos de su teórica eficacia ante un ataque exterior, desfilando con equipos obsoletos.

Me parece que la situación de tensión mundial exige una inmediata revisión del modelo. Europa debe disponer, de una vez por todas, de un Ejército único, bien dotado  con los mejores adelantos disuasorios y de ataque y, por supuesto, perfectamente entroncado en el pensamiento e ideología popular, pues ha de contar con mayoritario apoyo de la ciudadanía.

No describo nada nuevo si expreso que en Ucrania se está gestando un conflicto bélico con el previsible ataque anexionista de la Rusia de Putin; de poco valdrán las medidas económicas, salvo para levantar la sonrisa irónica del cacique; Europa no tiene la menor oportunidad de enfrentarse ante esa actuación (si se produjera) y parece claro que a los Nuevos Estados Unidos de Biden (definitivamente, imbuído del América First) le importará muy poco el tema de venir solucionar conflictos en el patio traasero europeo.

Hay otros posibles escenarios, aún más inquietantes. El avance armamentístico de algunos países, permite recordar que las armas, los equipamientos militares de todo orden, toman su valor verdadero si son utilizados; en ensayos de su potencia, claro, en atolones alejados y en zonas desérticas; pero su uso óptimo al que están destinados es en la guerra real, con efectos destructivos sobre las capacidades -humanas y materiales- del enemigo.

Cuando miro en el mapa y pongo banderitas de alarma en Corea del Norte, China (con una mancha de color especial en el Mar de China), Pakistán, Rusia, Marruecos (con un dardo de valor peculiar para España, pues apunta hacia Ceuta y Melilla), Argelia, Israel, Palestina, Nicaragua, Bolivia, El Sahel,…, se me agotan los alfileres y, en trance de meditación trascendente, no puedo dejar de preguntarme cómo acabará esto.

Publicado en: Actualidad, Ejército Etiquetado como: Academia de Zaragoza, Biden, China, Corea del Norte, Crimea, escalera del cañón, formación, grado de ingeniería mecánica, grado de organización, guerra, Marruecos, para bellum, prepárate para la guerra, Putin, Rusia, Ucrania

Estrategia exterior de España en revisión

23 septiembre, 2021 By amarias Deja un comentario

La posición de España en el contexto internacional como país intermedio, y la percepción consciente de esa modesta situación relativa, no permitiría arriesgarse a mantener posiciones aisladas en prácticamente ningún sector, desde el energético a, por supuesto, en el terreno siempre poliédrico de seguridad y defensa. Dependemos de alianzas internacionales y, para los asuntos de estrategia militar, de las directrices, humores y decisiones que adopte el gigante de nuestro lado ideológico y sentimental, Estados  Unidos.

¿Es así? ¿Estamos realmente vinculados, como una lapa a su roca de asiento, a las decisiones que tome, en política internacional, el primo de Zumo Sol? Opino que deberíamos de revisar los términos de esa adhesión inquebrantable, a la que, desde luego, sacamos algunos beneficios pero de cuya dependencia recibimos sobresaltos e inmerecidos bofetones.

No somos autónomos ni independientes a la hora de fijar nuestra posición en lo que se llama, genéricamente, política exterior. La pertenencia a la Unión Europea nos marca las directrices básicas para las alianzas internacionales, la gestión del cambio climático y la estrategia de defensa exterior.

En unos aspectos, enarbolando la bandera, actualmente costosa y por momentos hasta ridícula, de capitanes de la protección ambiental mundial, la descarbonización forzada o la defensa del libre mercado como paradigma, este posicionamiento grupal aparente sirve para mostrar las diferencias ideológicas entre los miembros e invita a que cada Estado, en especial los que están alejados en sus posicionamientos del núcleo duro (Francia y Alemania), hagan lo que les venga en gana.

La salida desairada de Afganistán, después de casi 20 años de ocupación del territorio, ha dejado un mal sabor de boca, no solo en la población norteamericana. La mayoría la interpreta como una derrota frente a los talibanes y, a medida que se disipa el polvo de la escapada y se conocen las medidas de estricta aplicación de la sharia de los nuevos dirigentes, nuestra sensibilidad nos hace llevarnos las manos a la cabeza. A España el apoyo a la estrategia de Estados Unidos, deseoso de venganza por los ataques a las Torres Gemelas y el Capitolio, nos ha causado varios dolorosos atentados mortales en nuestro territorio, más de cinco mil millones de euros de gastos sin mucha justificación y la muerte en acto de servicio de casi un centenar de militares y personal auxiliar.

No tenemos -al menos hasta época reciente, aunque nos toca confiar en la pretendida mano izquierda del ministro José Manuel Albares- una estrategia definida frente a Marruecos, país amigo dirigido por una satrapía, que tiene permanentemente la mano tendida para recoger subvenciones e inversiones sin mucho futuro. Las decisiones que emanan del entorno de los palacios presidenciales combinan, a su antojo, parabienes y bofetadas, en las que nuestro país parece jugar el papel de destinatario del pim, pam, pum.

Nos encantó en su momento insinuar que Rusia estuvo detrás de los resultados de las falsas elecciones por la independencia de Cataluña y que apoya la descomposición de España en minúsculos estados. Si el presidente de Estados Unidos no sabe quién es Pedro Sánchez y lo ignora en un pasillo, si el embajador de Inglaterra en España, a pesar de llevar dos años en nuestro país, aún no puede hablar con soltura el español, se hace difícil imaginar que Putin tenga un mapa de intereses en el que figure el desgarro de la piel de toro.

El actual Mr. Pesc (Josep Borrel) repite una y otra vez que la Unión Europea necesita su propia y autónoma plataforma de defensa exterior (y seguridad), ya que los intereses de ese conglomerado de Estados tan diversos no coinciden plenamente con los de Estados Unidos. Es bastante evidente: ni coinciden ni tenemos fuerza disuasoria ni capacidad bélica autónoma para cualquier ataque exterior, convertidos, en caso de conflicto internacional entre las potencias, en preferible campo de pruebas antes de embarcarse en la guerra total.

Lo escrito en el título del comentario invita a muchas derivaciones. El punto común es que hace falta y es urgente la revisión de nuestra política exterior. Lo que pretenda Europa, si se decide a hacer finalmente algo, bien está. Pero, entretanto, es imprescindible fijar con claridad cuáles son nuestros intereses concretos en política internacional y cómo los defendemos: si con negociación, acuerdos de colaboración, ayudas y subvenciones y a qué productos, buenas palabras o enfados manifiestos y llamada a casa de embajadores, botas militares sobre el terreno, venta de material bélico de segundo nivel, formación a cuadros del Ejército del país potencialmente rival, etc.

Publicado en: Sin categoría Etiquetado como: Albares, defensa, estados unidos, Marruecos, política exterior

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