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Cuadragésima quinta Crónica desde el País de Gaigé

20 diciembre, 2022 By amarias Deja un comentario

Poco que celebrar hay en Gaigé, aunque el domingo, 17 de diciembre de 2022, el país se paralizó durante un par de horas, para contemplar la emocionante, por lo igualada, final del campeonato mundial de fútbol entre las selecciones argentina y francesa. El presidente Macron no pudo entregar la copa de vencedor al equipo de su país, por un quítame allá un penalty. Como el presidente argentino no compareció en Qatar, el emir regaló una capa principesca a Mesi (Lionel), consagrado como el mejor futbolista mundial.

La semana política sirvió para poner en evidencia el aumento de las tensiones entre los dos bloques en que se ha partido el panorama de la representación pública. Lo novedoso es que se ha llevado la discrepancia a los Tribunales de Justicia y, en concreto, al Constitucional, al que el Partido Popular solicitó la suspensión cautelar del proceso legislativo que, con la aprobación de la Cámara Baja, pretende dar carta final de naturaleza a la eliminación del delito de malversación y la reducción de las penas por el de sedición. No es, sin embargo, este asunto el meollo por el que se debe pronunciar el Alto Tribunal, sino por la intención del legislativo de colar en este trámite la renovación de los jueces de lo penal y del constitucional, cambiando por esa Ley Tranvía la forma hasta ahora legal de decidir y nombrar los candidatos.

La batalla verbal en el seno del Congreso y en las comunicaciones de los representantes de los partidos ha dado la impresión de que Gaigé se juega mucho en el envite. Algunos ministros de verbo caliente han hablado de “intento de golpe de estado” por parte del Partido Popular y “revolución de las togas”, con palabras muy duras, que enmascaran, en realidad, lo que se dilucida.

Y lo que se dilucida es la voluntad del equipo de Gobierno de dar un paso sustancial en el control de la ideología del órgano de representación de los jueces y, por tanto, de promover su disciplina de voto en relación con temas sustanciales que afectan, más que al orden y bien público general de Gaigé, a intereses partidistas. La cuestión es muy grave, porque ha quedado transparente a la ciudadanía, que la independencia de los jueces, en algunas cuestiones, queda sometida a sus criterios ideológicos y no a la estricta aplicación de la Ley.

Como jurista (de medio pelo, pero disciplinado y estudioso), este cronista de Gaigé no puede menos que lamentar que la disputa en las alturas -que involucra a partidos políticos y se ha trasladado al seno de los órganos judiciales- suponga que el resultado de algunas votaciones importantes (relativas, por ejemplo, a la modificación del Código Penal, sanciones a golpistas y malversadores, inclusión de leyes oportunistas sin conexión con la Ley de Presupuestos, etc.) aparezca mancillado por la calificación de “jueces conservadores” o “jueces progresistas”.

Con sabia veteranía, el presidente Sánchez (Pedro) ha dejado el grueso de la defensa en la calle mediática de las posturas que vienen marcadas por la necesidad de mantener contento al bloque independentista y a los exóticos ministros populares, a sus huestes gubernamentales más fieles. Se distinguen en el empeño de repetir vacuidades, aunque con palabras y ademanes densos, López (Patxi), desconocido portavoz de lo que queda del Partido Socialista, Rodríguez (Isabel), portavoz de la parte socialista del Gobierno, si bien la disciplina corporativa ha incorporado, mancillando así su credibilidad profesional, a respetables técnicos, como Calviño (Nadia) y Ribera (Teresa), que no dudan en incluir en sus análisis, palabras de menosprecio al partido Popular, imputándole maneras de anticonstitucionalismo.

Verdad con marchamo de pasar a dogmática la expresada por Borrel (Josep) de que “Europa es un jardín”, en relación con el resto del mundo, dominado por la selva. En una versión anterior, menos egocéntrica, de la misma idea, “el mundo se divide en un jardín con mil millones de personas, rodeados de selva en donde viven siete mil millones”. Solo que el jardín se encuentra cada vez menos cuidado, y hay parcelas habitadas por tipos sin escrúpulos que han cavado grutas en donde almacenan el producto de sus satrapías.

Los atletas de Gaigé no han tenido éxito en el mundial de fútbol, y casi es de agradecer. A la vuelta a sus países, los representantes lúdicos de Argentina casi son engullidos por más de cuatro millones de forofos que les impidieron acercarse por tierra al Obelisco -emblema en Buenos Aires conmemorativo de la fundación de la ciudad-, al que sobrevolaron en helicóptero. Hubo muertos, heridos y peleas en la inmensa aglomeración, que consolida a Argentina como excelsa competidora de Gaigé, la Tierra de los despropósitos.

 

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Cuadragésima Segunda Crónica desde el País de Gaigé

28 noviembre, 2022 By amarias 2 comentarios

Decir que la semana de Gaigé estuvo dominada por los encuentros que la selección de fútbol libró en Qatar, sería menospreciar los significativos efectos de la polarización política, en la que se perfila una horquilla de intereses variopintos, hábilmente instrumentalizada por el presidente Sánchez (Pedro), para ah0gar las posibilidades de crecimiento del equipo que lidera Núñez Feijóo (Alberto).

El Presidente ha conseguido el reconocimiento de la Internacional Socialista europea, que le ha aupado como su líder incuestionado, apoyando de esa manera su labor como director o muñidor de los destinos de la nueva izquierda moderada. Después del último semestre como Presidente del Consejo de la Unión Europea, Sánchez (Pedro), si no consiguiera la mayoría o los apoyos suficientes para seguir en el Gobierno de Gaigé, tendría el camino expedito para prolongar su vida política a alto nivel, trasladando su experiencia para pactar con ángeles o diablos.

La aprobación de la tramitación de la Ley que reforma el Código Penal en lo que respecta al delito de sedición, aprobada de forma unánime por el bloque de gobierno y sus apoyos de legislatura, ha servido para escenificar también la unidad sin fisuras de la bancada socialista, que han realizado una performance, levantándose al unísono de sus asientos y emitiendo una perorata que quería poner de manifiesto su apoyo. El Partido Popular había pedido el voto con llamada directa a cada diputado, en un intento de que alguno de los socialistas que habían manifestado su disconformidad o reservas ante la modificación legislativa, rompiera la disciplina.

El Congreso ha concentrado esta semana parte de la atención que no llenaron los comentarios sobre el Mundial de futbol, queriendo destacar, en esta Crónica informal de Gaigé, la polémica generada por el supuesto insulto a la ministra de Igualdad, Montero (Irene) emitido por la diputada de Vox, Toscana (Carla) que, en su vehemente alegato  contra la “precipitada aprobación de la Ley del sí es sí, desoyó los dictámenes de prestigiosos juristas” (que no citó), porque “solo analiza en profundidad a Pablo Iglesias”, su pareja. Su soflama -aplaudida con vehemencia por sus co-religionarios- estuvo en un tris de provocar las lágrimas de la apelada y obtuvo el reproche unánime de todos los demás partidos, demasiado calientes los ánimos para analizar, como sí hizo algún comentarista politico, que la frase no merece tanta atención y está, incluso, muy por debajo de la áspera animosidad ad personam que utilizan los portavoces, de la que no están, sino muy al contrario, libres los representantes de la izquierda, tanto la moderada como la extrema.

La formación de atletas que representa a Gaige en el rico feudo de Qatar, proporcionó a principio de semana la alegría de ridiculizar a la muy digna selección de Costa Rica, a la que arrolló con siete goles frente a cero. El equipo de Alemania se encargó de bajar el nivel de euforia de aficionados y futbolistas, haciendo sufrir el 27 de noviembre a los chavales que manda Martínez (Luis Enrique). Por su parte, los atletas del balón-pie que defienden el honor de Costa Rica (en el supuesto que este móvil etéreo pueda medirse en un campo de deportes), recuperaron el suyo venciendo a Japón y, poniendo de manifiesto, de paso, que el azar también tiene colores.

La semana ha traído vientos de protagonismo para el equipo que dirige la ministra Ribera (Teresa), que ha vuelto de la celebración de la COP 27 en Sharm el Sheikh con buenas vibraciones. Tuve ocasión de oir a la responsable de la Oficina Española para el Cambio Climático -Ulargui, Valvanera-, invitado por Sust4in2 (es decir, Viegas, Marcio), pronunciarse sobre la necesidad de cambiar la estructura el sistema financiero internacional para salvarnos de un incremento de temperaturas que, según los datos, no tiene actualmente coto. De la experiencia de los últimos encuentros de los representantes de casi todos los países en estas cumbres tan mediáticas, mi opinión es que se pueden sacar muchas consecuencias, pero pocas optimistas.

Provocada por el aumento de temperaturas a nivel global o producto de una ocasional disminución del período de lluvias, el campo ha visto la reducción de sus producciones respecto a otras temporadas y en zonas como Cataluña -sin que quepa por ello atribuir la culpa en este caso a la gestión de su Generalitat- se han impuesto restricciones en el uso de agua.

En el Ministerio por la Transición Ecologica, la titular presentó esta semana la Hoja de Ruta para Materias Primas Minerales y anunció la puesta en proceso de opinión pública de una revisión a fondo de la Ley de Minas. El salón de Actos estaba lleno con varones encorbatados que, a petición de la Ministra, antes de comenzar el acto propiamente, se pusieron en pie para guardar un minuto de silencio -me pareció algo largo- en memoria de las víctimas de violencia de género, en el Dia Internacional contra esa lacra social y cultural que tanto alarma a Gaigé y a otros países de nuestro entorno civilizado, que cuentan por decenas con lógica alarma, las muertes de mujeres a manos de sus parejas. Mientras tanto, millones de mujeres son maltratadas, vejadas o ignoradas oficialmente en sus derechos más elementales, en países que siguen defendiendo que la mujer es un ser inferior al varón.

No es este lugar ni espacio para valorar las dos importantes decisiones juridicas con gran efecto económico y social en las que se embarca la Vicepresidenta Tercera del Ejecutivo en su último año de gobierno que, junto a otros cambios legislativos propiciados por el Gobierno de Gaigé, parecen responder al viejo principio de conseguir que a este país no lo reconozca ni la madre que lop parió, y que sirvió de motto al primer gobierno socialista de la hoy declinante democracia.

El partido Ciudadanos lucha por la subsistencia con sus dirigentes alternando navajazos y abrazos. Bal (Edmundo) expresa con mayor claridad cada vez que habla su falta de sintonía con Arrimadas (Inés). La lideresa reprocha a Bal no haber detectado a tiempo, desde su pedestal de abogado del Estado en excedencia, que la Ley del sí es sí tenía un agujero por el que están obteniendo la excarcelación temprana o la rebaja de sus condenas, reclusos condenados por violación. El minipartido de Ciudadanos votó con la mayoría aplastante la aprobación de la Ley, que solo fue rechazada por Vox, que saca tajada del asunto.

La guerra en Ucrania sigue sin que se atisbe un final. El invierno, con su cohorte de frío y hambruna tienen, cada vez con más fuerza, la palabra. La diplomacia, la sensatez, los principios humanitarios más elementales, han sido incapaces, hasta ahora, de convencer a los contendientes de la necesidad de acudir al derecho internacional, a la ética universal y, sí, a la religión, antes de hundirse y hundirnos a todos en un caos de exterminación irreversible.

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Trigésima Primera Crónica del País de Gaigé

13 septiembre, 2022 By amarias Deja un comentario

La semana que terminó el once se septiembre ha sido pródiga en acontecimientos, luctuosos y alegres, tristes o emotivos. Momento, pues, feliz, para los comentaristas de todo pelaje, y especialmente para los llamados periodistas del corazón, más proclives a desmenuzar comportamientos aislados, imágenes sueltas y gestos impostados, que a meterse en las honduras de analizar el porqué de las cosas.

El entramado de fondo para Gaigé sigue siendo preocupante, porque no llueve, la inflación sube más y el desencuentro entre las facciones políticas aumenta. Pero el país continúa disfrutando de fiestas, que se prolongan hasta casi todo septiembre, bajo advocación de vírgenes, santos y tradiciones intocables.

Valga como ejemplo de algunos crueles despropósitos, la fiesta del toro de la Vega (del padre Duero) en Tordesillas, en donde hasta este año, en que fue prohibido con gran protesta popular, incluida la de su regidor -Oliveira (Miguel Angel), se corría hasta matarlo a lanzazos a un pobre animal, generando un escenario irrepetible de color, sangre, empellones y jolgorio campestre, en la que el motivo principal, era, en realidad, irrelevante.

Falleció la reina de Inglaterra, Isabel II, óbito que se produce en unánime loor de reconocimiento a personaje que se coincide en proclamar como histórico y digno de alcanzar (por el momento) lugar de relevancia y respeto en la Historia de la Humanidad. La razón fundamental del prestigio es, para no dar mucha vueltas en busca de motivos, la longevidad de su reinado (duró más de setenta años), alimentado el mito con misterios, secretismos, boatos y ese punto acre de vulgaridad mundana que viene bien para  ensalzar un mito, haciéndolo carnal sin sobrepasarse. La conjura mediática y la discreción  política para mantener alejada la Corona de cuantos asuntos pudieran afectar a la institución de manera directa, hizo el resto.

No tiene este cronista de Gaigé, -el país de los despropósitos, tierra de angustias siempre a la busca de su identidad-, envidia de los ingleses. Sus historiadores, teniendo vetado meterse con la Monarquía propia, se ceban en contarnos cosas de la nuestra, buscando entre los papeles de nuestros archivos, públicos y privados,  material con el que alimentar la Leyenda Negra, desligitimarla o darle un nuevo repaso. En la institución monárquica inglesa se mezclan elementos religiosos (el cabeza visible es heredero de un rijoso monarca que decidió separarse de la Iglesia de Roma para seguir sus inclinaciones sexuales, en las que cabía el asesinato) con una elaborada colección de ritos, puertas selladas y boatos de colorines inculados a su defensa.

En Gaigé, causa revuelo la decisión declarada del Rey de antes, Juan Carlos, de acudir al sepelio de la inglesa, de la que es familia, pues del mismo designio divino proviene su dinastía. Hay quien prefiere (quiero suponer, por puro sentimiento humanitario, que no en lo que nos queda de la Casa Real) mantenerlo en Abu Dahbi hasta su propio funeral. Si así se produce como está previsto, y el estigmatizado Borbón sale con la suya, tendremos ocasión de sufrir la vergüenza de ver a dos Reyes de Gaigé hacer como que no cruzan sus miradas, en la creencia de que así se defiende a Monarquía hispana, ya tocada del ala, porque nos falta un Churchill (Wiston) que defienda que se puede ser independentista y republicano, viendo en la Monarquía la solución transitoria inmejorable.

El sucesor de Isabel,  Carlos III, accede al trono a una edad avanzada (somos coetáneos), y con un curriculum tal vez apasionado (inolvidable su referencia al tampax de Doña Camila, hoy reina consorte) pero nada apasionante. En cuanto al resto de la familia real, no solo no tiene la nuestra nada que envidiar, sino que ésta se ha movido por las telarañas de la popularidad forzada con mucho más tiento, aunque no ha sido tratada con la misma benignidad.

Deplorable ha sido el encuentro entre Sánchez (Pedro) y Núñez Feijóo (Alberto) en el Senado, en donde compareció el primero para regodearse con sus propios éxitos y llamar mentiroso, inútil, mal preparado y antipatriota al segundo (con éstas u otras palabras, que escribo de oídas).

Frente al tiempo libre de la intervención del Presidente de Gaigé, tuvo el candidato in pectore solo quince minutos, por los que navegó con más voluntad que aciertos. No tuvo culpa, sin embargo, porque el martirio vino con el formato: cuatro a uno si se miden tiempos y, a pesar de que el Popular tiene mayoría en el Congresillo de las autonomías, el hemiciclo del Senado comparte frialdad con el cementerio de Bonn (pongo por caso). Y si a quien toca defender su gestión viene como mozo del martillo de las propuestas del contrario, hay que darle el premio de haber causado la mayor conmoción al pueblo llano.

Van a aprobar un impuesto extra a las eléctricas y a las entidades financieras, a la busca y captura de esos “beneficios caídos del cielo”, que han puesto de manifiesto algunos vicios de la economía del libre mercado. Puerta abierta a la imaginación de los ministros más filocomunistas del Gobierno de Gaigé,  capitaneados por el descaro indocumentado de la ministra Díaz (Yolanda) y el seguidismo de Garzón (Alberto) que han abogado por poner tope a los precios de los productos en los supermercados.

Si así seguimos y les dejan actuar a sus anchas, tendríamos en Gaigé mercadillos como los que se disfrutan en la Habana y otros pueblos del país caribeño, en la que cada cuanto sacan hortalizas y pollo a precios mínimos, para que los secuestrados cubanos no se mueran de hambre si solo tuvieran que comprar con lo que ganan de oficio, en los supermercados donde los bienes de consumo se cotizan en dólares.

Saca pecho la ministra Ribera (Teresa), exponiendo que en Europa (léase Alemania) se nos hace caso en la defensa del modelo ibérico para calcular los precios de la energía. Se la ve, desde luego, ágil entre sus colegas, con el desparpajo de quien repite curso. Como el del gas sigue subiendo, y si bien es cierto que no escasea la energía, está cada vez más claro que no todos pagar la calefacción, y que las medidas de ahorro serán insuficientes a poco que el frío apriete, como ya lo hizo el calor con el presupuesto con que llegar a fin de mes sin tener que pedir prestado al dueño del dinero.

Una buena noticia: Alcaraz (Carlos) es tenista número uno del ránking mundial. Gaigé se puso muy contenta, porque necesita ídolos en los que proyectarse. Cuando se apagan las luces, vuelve a ser el país de los Despropósitos.

La mala noticia, entre otras, es que falleció Marías (Javier), y echaremos de menos sus escritos lúcidos con la dosis de mala uva inteligente que tanta falta nos hace. Como escritor de libros, no disfruto igual, aunque el problema es mío.

Sobre las leyes que regularán la libertad para cambiar de género con solo una declaración de voluntad ante el Registro, declararse transgénero por intuición, abortar con dieciséis años a cargo de la Seguridad Social o la condena sistemática por fascista a quien ponga en sospecha si todo ese edificio de identidades sexuales tiene más fundamento que la búsqueda de votos y generar desorden social, convendría que alguien escribiera con criterio y sin pasión doctrinal. No existen en Gaigé quienes asuman ese reto, me temo.

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Vigésimo Octava Crónica desde el País del Gaigé

15 agosto, 2022 By amarias 4 comentarios

Llevo algo más de medio año escribiendo estas Crónicas, que título desde el País de Gaigé, un heterónimo de España. Gaigé (ponúnciese Caiché) es una transcripción fonética en hanyu pinyin (chino) de una palabra compuesta que significa en “despropósito, desconcierto”, y otras acepciones similares.

En esta semana, Gaigé intensifica sus vacaciones oficiales. Madrid anticipa la celebración de las fiestas de la Virgen de la Paloma, una de las numerosas versiones milagreras de la madre de Jesús el Dios encarnado para la religión católica, que tienen su festividad reconocida en el 15 de agosto, en que se conmemora la asunción al cielo místico, en cuerpo y alma, de María.

La advocación mariana a que hago referencia es la patrona popular de los madrileños, cuya patrona oficial es la virgen de la Almudena, otro heterónimo. Pónese así de manifiesto el carácter contestatario del pueblo de Gaigé, poco dado a admitir sin discusión imposiciones desde lo alto de las instituciones, ya vengan de la Iglesia o de cualquier otro gobierno. La sentida devoción fue premiada numerosas veces por la Paloma, que cuenta con incontables milagros, empezando por la curación del futuro Rey Fernando VII, allá en el siglo XVIII, que fue cuando empezó su actividad.

Esta semana de agosto es pródiga en fenómenos atmosféricos y astrales. Siguen los incendios de carácter pavoroso jalonando el territorio de la piel de toro, causando conmoción y pérdidas duras de restañar. Esta semana le tocó arder a los alrededores del parque natural del Moncayo. Nuevamente, la Unidad Militar de Emergencias tuvo que actuar, apoyando a las unidades locales. Tanta presencia de esos militares anómalos, con solo 1.500 efectivos fijos (y otros tantos de reserva) en las decenas de focos por donde arden los bosques de Gaigé, parece milagrosa.

Sigue sin llover en la mayor parte del país, que se va convirtiendo en secarral en muchas zonas; los pantanos están a mínimos, algunos a punto de desaparecer (por debajo del 10% de su capacidad). En épocas de la dictadura, cuando había más fe, se sacaban las imágenes en procesión, pidiendo que lloviera. Ahora, se es más prudente en incomodar a los altísimos. Resulta por ello conmovedora la anécdota que cuenta Erwan de la Villeon (ceo, es decir, consejero delegado, de Puy de Fou, el parque de Toledo que está haciendo furor), por la que, cuando hace ahora un par de años un incendio rodeaba la instalación y amenazaba con llevarse todo por delante, sacaron del recinto a los animales y los principales enseres, y el devoto francés dejó a la Virgen del Arrabal -cuya imagen venera- encargada de salvar el resto. Y así sucedió: el fuego se contuvo sin tocar un pelo del Parque.

La escasez de agua, el precio de la energía y la amenaza de que pueda faltar suministro si el invierno viene crudo (especialmente en la crédula Alemania, que quemó sus naves para abrazarse al oso ruso), ha puesto de moda a la ministra de Transición Energética y otras hierbas, la del rostro impenetrable Ribera (Teresa). Bajo su docta dirección, el Gobierno ha decretado que los locales comerciales no puedan bajar la temperatura más allá de 27 ºC, lo que ha motivado protestas de los empresarios de restauración, bares y locales de venta de artículos de primera y segunda necesidad. La siempre atenta a marcar el paso en dirección contraria, si le ve hueco, Ayuso (Isabel), la jefa de la Comunidad de Madrid, se ha declarado insumisa, posición que no parece compartida por el alcalde de la capital, Martínez Almeida (José), más prudente en manifestarse contrario a la aplicación de una Ley vigente, aunque la impugne en los Tribunales.

Este pequeño rifirrafe (sin mucho efecto práctico, pues las temperaturas han bajado, por fin, en este lunes 15 de agosto) ha servido para que las baterías antipopulares del partido que gobierna en coalición, acusen a Núñez Feijóo (Alberto) de ser un calzonazos que se doblega a la dama que, según ellos, dicta lo que hay que hacer en el Partido que está llamado, todavía, a hacerse con el poder de las urnas, si mantiene el pulso al deterioro que provoca el tiempo en las ilusiones repentinas.

Sigue la guerra en Ucrania, enquistada y con torpeza dialéctica por ambos bandos, aunque se alzan algunas esperanzas por la mediación del turco Erdogán, quién lo diría.

La posición de China respecto a Taiwan se ha encrespado, por culpa de la visita a ese país reconocido solo a medias, de la presidenta de la Cámara norteamericana Pelosi (Yansi), que el Gobierno de Jin-Pin ha considerado una provocación y argumento suficiente para hacer una exhibición de su potencia armamentística, rozando peligrosamente los argumentos para una confrontación de gran alcance. Como en el gobierno insolidario de Gaigé hay pacifistas, si los interesados en prender la mecha de la tercera guerra mundial aciertan con el mechero, la destrucción mutua asegurada nos pillará discutiendo si enviamos ropas de abrigo o tanques averiados al lugar donde se inicio el conflicto.

Sigue manifestándose algo de polvareda porque SM el Rey Felipe VI, de viaje protocolario por Colombia, no se levantó al paso de una de las espadas atribuídas a Bolívar (Simón). Cuando falleció el héroe que inspiró la revolución que tanto daría que hablar en los países hermanos de América (hoy, familia pobre y descarriada en su mayoría), no le enterraron con la legítima, sino con una copia, que es la que ahora veneran los líderes tupamaros, Farc o M-19 incrustados en el gobierno de Bogotá. Hizo bien el Monarca, si lo hizo a sabiendas como si no. Y esas voces, algunas en el desgobierno, que critican a Felipe VI por falta de respeto a un acero herrumbroso, harían mejor en mirarse sus propias faltas, condenando que sus adeptos quemen fotos del Rey y banderas patrias o ellos mismos se nieguen a acudir para hacer el rendevous oficial al Jefe de Estado cuando visita alguna de las regiones a las que quieren imbuir de intenciones separatistas.

Nota final: Mi respeto, simpatía y admiración a Salman Rushdie, a quien un fanático de mal nombre Matar (Hadi) envió al hospital de varias cuchilladas alevosas, cumpliendo los designios de un tal Jomeini que le impuso una fatua y ofreció una recompensa a quien asesinara al polémico escritor. La culpa: haber interpretado las razones por las que se suprimieron unos versos del Corán, en lo que se estimó por los iluminados exégetas del libro sagrado de los musulmanes, una afrenta merecedora de la muerte.

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Vigésimo Séptima Crónica desde el País del Gaigé

8 agosto, 2022 By amarias Deja un comentario

A Gaigé se le ha puesto cara de vacaciones, pero la realidad es que pocos se atreven a tomarse ese asueto. Porque no faltan preocupaciones importantes, en el orden interno e internacional, que invitan a permanecer en casa e incluso con las persianas bajas. Para protegerse del calor y de la tormenta que se supone estallará en cualquier momento (amenaza de ampliación de la guerra en Ucrania a territorios de la Unión, invasión de Taiwan por China y, como más verosímil aún, la reducción de los suministros eléctrico y de agua en Gaigé).

Voy por partes: la familia real se ha desplazado a Mallorca, fijando su residencia de verano por unos días en Marivent, el palacete estatal en donde ya se encontraba la reina de antes, Doña Sofía. Sigue en paradero conocido pero con orden de no volver a España, el denostado rey Juan Carlos, cada vez más asediado por las amistades peligrosas que puede suponer su largo afincamiento en Abu Dahbi, donde continúa purgando desde hace dos años su poco juicio con las faldas y con las comisiones por las que se le premió su mediación para conseguir contratos de ensueño para las constructoras españolas.

Las fotografías difundidas por la prensa oficial muestran, entre otras instantáneas, a las cuatro mujeres de la familia real (las reinas de antes y de ahora, Sofía y Leticia, la princesa de Asturias, Leonor y la infanta Sofía) luciendo palmito y pierna bronceada (las tres últimas citadas). No me parece oportuno el despliegue de ebúrnea naturaleza castigada por el sol o por las pócimas de la reina plebeya, pues aunque nadie puede prohibirle mostrar hasta donde le peta sus encantos, alguien debiera pensar que esa demostración de lozanía y bien pasar no ayuda a aumentar el amor por la monarquía en el país del Gaigé donde, a despecho de las cifras que se difunden por el Gobierno de forma triunfalista, hay sentimiento de crisis avanzando.

El rey Felipe, cumpliendo con su misión de hacer de tripas corazón aparecer allí donde se le invite, incluso para recoger improperios, se fue a la toma de posesión de Petro ( Gustavo), presidente de Colombia y terrorista arrepentido del M-19-según dice-. Le acompañaba el ministro Albares (José Manuel).

Horas bajas para la Ministra de Energía, Ribera (Teresa), que acapara titulares en los periódicos de Gaigé por su decreto-ley en el que en 80 páginas desarrollar las medidas ordenadas para reducir el consumo energético. La oposición popular y también algunos presidentes autonómicos acusan de no negociada y en algunos puntos desorbitada la redacción, que, sin embargo, los especialistas coinciden en estimarla necesaria y urgente en su concepción. Porque se aproximan, a toda velocidad, un otoño y un invierno muy exigentes, con el grifo del gas ruso cerrado, y Alemania en situación de desesperación energética por el cierre de nucleares y plantas de carbón ordenado por Merkel (Angela) en su despedida como canciller.

El enfado de Argelia con Gaigé por la cercanía expresada con Marruecos en una carta ininteligible en semántica e incomprensible como estrategia en política exterior, se mantiene. El gas argelino que se nos niega marcha ahora en dirección a la Italia donde Draghi (Mario), en un último acto de servicio como Presidente del  Consejo de Ministros, negoció unas condiciones favorables para el país que mejor partido sabe sacar a la Unión de Comerciantes europeos.

Siguen ardiendo los bosques y campos de Gaigé, reclamando recursos, agua y medidas urgentes. Cada día, varios fuegos se desatan en la geografía de este castigado país, que parece destinado a sufrir las plagas del deterioro ambiental con especial virulencia. Se sigue apreciando que demasiados de esos focos de destrucción son provocados por vecinos despechados o locos y favorecidos porque nadie cuida ahora los bosques (no son rentables) y los efectivos en los cuerpos de bomberos ni dan abasto ni tienen equipamiento de última generación. Me temo que, si han sido provocados algunos de esos incendios que tanto daño causan, los culpables no serán detectados y, si lo son, recibirán escasas penas o aparecerán como orates ocasionales para acabar yéndose de rositas para seguir incendiando.

Núñez Feijóo (Alberto) tiene dificultades para consolidar un discurso coherente y la fuerte personalidad de Ayuso (Isabel) no desaprovecha ocasiones para rivalizar con el presidente Sánchez (Pedro), cuyo carisma se apaga a ojos vistas. El viaje de consolación a Cáceres no ha aumentado su popularidad precisamente y hasta en Ucrania han empezado a dudar de su palabra.

Tiene apoyo esta última frase en que el asediado Zelenski (Volodomir) se queja de que el material prometido por el presidente de Gaigé en su viaje a Kiev no llega. Se sabe que los tanques Leopard que iban a ser entregados a Ucrania han sido rechazados en origen por la ministra Robles (Margarita), que los encontró inservibles y solo aptos para desguace. Se ofreció como alternativa mandar prendas de abrigo y bufandas, gesto cuya valoración por los bravos combatientes que están dándolo todo por su patria invadida, no se conoce.

 

 

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Vigésimo Sexta Crónica desde el País de Gaigé

1 agosto, 2022 By amarias Deja un comentario

Los principales líderes de Gaigé han entrado en campaña electoral que, de cumplirse lo previsto en la Norma Suprema (Título III) deberán celebrarse cada cuatro años, correspondiendo el momento de la Convocatoria a la primavera de 2023.

Las tensiones provocadas por el deseo de tomar posiciones ante esa situación que proporcionará unos cuantos miles de puestos de trabajo a los diputados y senadores vencedores en los Comicios se traduce en un evidente nerviosismo que exacerba o sirve para inventar discrepancias entre las opciones políticas.

Desde luego, lo más chocante en Gaigé es la manifiesta tensión entre el partido mayoritario en la coalición de Gobierno y sus socios de la deteriorada izquierda ideológica. La habilidad del presidente Sánchez para controlar a los amigos de conveniencia de la derecha regionalista (independentista o conformista) hace aguas cuando se trata de poner a raya los protagonismos de los partidos de la “gauche” populista, cada vez menos divina y más carnal.

Aunque la presentación de resultados de Gobierno de hace una semana se centró en anunciar un impuesto excepcional (presuntamente inconstitucional, según se ha denunciado de inmediato) a los beneficios de los grandes grupos empresariales y financieros, las diferencias con el heterogéneo grupo que resulta de la descomposición de Podemos e Izquierda Unida son crecientes.

Incluso la sospechosa sintonía personal de la vicepresidenta designada -en fallida propuesta sucesoria por Iglesias (Pablo)- con su jefe teorico Sánchez (Pedro) está más impregnada de folclore estético que de contenido práctico. Las disensiones entre los ocupas de los ministerios económicos son palmarias y la pérdida de soporte institucional por parte de la Ministra de Defensa (Robles, Margarita) a la que se la van quitando competencias y atribuciones, es significativa; su posición crítica contra los pacifistas prorusos que están incrustados en el Gobierno de Gaigé adquiere ya dimensiones de sainete. Otras dos Ministras, antes provistas de mando en plaza, la de Hacienda (la muy desprestigiada Calviño, Nadia) y la de Energía (el azote de energéticas Ribera, Teresa) han cedido terreno hacia otros ministerios. Como un pantocrátor carnal, en última instancia, presidiéndolo todo (no tanto por su capacidad gestora como por su excepcional habilidad para la venta) se adivina, como un aglutinante imprescindible, el ansia centralizadora de Sánchez, (Pedro), convertido en un superministro factótum. Se dice que su objetivo a medio plazo (en especial, si no consiguiera revalidad la presidencia de Gaigé) se orienta a conseguir el puesto muy atractivo de Presidente de la Internacional Socialista, lo que le permitiría cerrar con broche de oro una carrera política realizada en contra de vientos, mareas, y de las esencias de su propio partido, hoy desconocido para quienes creyeron/creímos en la socialdemocracia.

El grupete de Ciudadanos está en estudio urgente de su refundación, tratando de reencontrar las raíces del centro liberal. Dirigen la operación de rescate de los suburbios andrajosos de esa opción antes muy querida, Villacís (Begoña) y Díaz (Guillermo), quienes toman la antorcha semiapagada en sus manos, ante la manifiesta incapacidad de Arrimadas (Inés) para reconducir el descalabro. La dimisión de Garicano (Luis) es una de las últimas deserciones del proyecto que había despertado tantas expectativas, incluso cuando parecía posible acceder a la Presidencia de Gaigé.

Siguen los incendios, favorecidos por la tremenda ola de calor, para cuyos efectos, a pesar de la apariencia de querer liderar desde Gaigé la batalla contra el cambio climático, ni se previeron ni se consigue ahora acotar con solvencia. Los esfuerzos de Bomberos, Unidad Militar de Emergencias, personal de apoyo y ciudadanos concienciados del desastre ambiental o directamente afectados por el avance de las llamas, se estrellan contra la fuerza del fuego y la escasez de medios. Las lluvias se hacen esperar y el agua escasea, incluso amenazando resultar insuficientes las reservas para consumo humano (y, desde luego, para riego agrícola) en algunos puntos.

La guerra de Rusia contra Ucrania prosigue, dando la sensación de enquistamiento táctico. La hambruna por falta de suministro de grano y fertilizantes (hoy, por fin, se liberó un barco cargado de maiz para Líbano desde Odesa) tiene efectos muy graves aún no evaluados suficientemente. Y en cuanto a la escasez de energía para calentarse este invierno, los Estados europeos aceleran la toma de decisiones bastante asimilables al sálvese quien pueda. Gaigé saca pecho, ofreciendo un exceso de energía de la que carece, mientras se anuncian medidas de ahorro que parecen más de tipo estético que efectivo.

Se anuncia por el Gobierno una situación excelente en cuanto al empleo (más de 20 millones de cotizantes a la Seguridad Social) y se distribuye optimismo moderado por los medios de difusión, advirtiendo, sin embargo, que nos esperan momentos de crisis económica y energética. La portavoz el Gobierno, Montero (María José) ha encontrado el gusto a reconocer como culpable de todos los males pasados y venideros al Partido Popular, que ha pasado a autocalificarse como alternativa de Gobierno, abandonando la designación de Partido de la oposición.

Para el gobierno socialista de Gaigé el Popular es, por derecho asignado, partido de oposición, macho cabrío expiatorio de cuanto salga mal, nulo colaborador, falaz adversario, incapaz de reconocer que, si Gaigé no levanta cabeza con la velocidad deseable, la culpa la tienen Nuñez Feijóo, Casado, Rajoy, Aznar, Fraga y Francisco Franco. La nueva Ley de Memoria Histórica, si se aprobara, permitirá resolver, de una vez por todas, cuando empezó la democracia en Gaigé y, cuando sea derogada, en qué momento terminó.

 

Publicado en: Actualidad, País de Gaigé Etiquetado como: Arrimadas, Aznar, Gaigé, Guillermo Díaz, Internacional Socialista, Margarita Robles, Montero, Nadia Calviño, Núñez Feijóo, Sánchez, Teresa Ribera, Villacís

Novena Crónica desde el País de Gaigé

3 abril, 2022 By amarias Deja un comentario

Empieza abril en Gaigé con amenaza de fríos intensos que la climatología real no consolida. Luce el sol en Madrid, la capital del Gaigé, ciudad donde los dirigentes del Partido Popular (alternativa al Gobierno de coalición entre socialistas y fuerzas exóticas a la democracia) se enzarzaron, hace ya un mes y medio en una disputa autodestructiva, de la que, por el momento, es solo Díaz Ayuso (Isabel) la que sigue en activo, protegida por su condición de Presidenta de la Comunidad madrileña.

El primer fin de semana de este mes tuvo lugar la elección por aclamación del nuevo Presidente de los populares, Núñez Feijóo (Alberto) en Sevilla, y el nombramiento de nuevos primeros espadas -o cuchillos de pescado-, más acordes con el impulso -¿nuevo?- que el extraído de su feudo gallego pretenda dar al partido después del desaguisado que se llevó por el desagüe del olvido a Casado (Pablo), quien mantuvo el tipo (sin llorar ni mover más pestaña que las veces imprescindibles) durante todo el Congreso cuya único objetivo era sustituirle.

Mientras Ucrania se desangra en un guerra sin cuartel en la que la Rusia de Putin está empeñada en destruirla con la saña de un  perverso matarife, aprovechando que la Unión Europea -y, por detrás, la OTAN- están alimentando temerariamente su resistencia heroica, el presidente de Gaigé ha tomado varias decisiones importantes, con el criterio que parece seguir, y que tan buenos resultados le viene dando, de complicarlo todo para que se resuelva por sí mismo o se olvide lo que nos llevó hasta allí.

La huelga de transporte ha desembocado en una huelga de gasolineras. Ambas parciales. No se llamarán oficialmente huelga, sino parón patronal, pero hay bastantes gasolineras que no expenden combustible. En la que tengo más a mano (Arturo Soria) me decían ayer que solo vendían fluido al “precio de antes” del apurado decreto que bonifica en 20 céntimos el litro, porque no tenían liquidez . Así que, al menos en ésta, solo venden periódicos, naranjas y chucherías.

Aunque desde Moncloa se reclama calma y se repite que todo está bajo control, se respira en la calle una inquietud espesa. como en las horas previas a una tormenta de verano. Siendo Gaigé país de los Despropósitos pero de talante acogedor y tranquilo, el malestar solo tiene reflejo en las tertulias improvisadas de los bares de vecindad y en el interior de los taxis, si el cliente solicita apagar Radio Libertad Digital.

Me ha resultado conmovedor leer que Valcárcel (Ramón Luis), ex vicepresidente del Parlamento Europeo, se presenta como precursor de lo que se avecinaba en Ucrania, pues estando de visita en Kiev a principios de 2014 tuvo que huir de la ciudad ante la terrible inestabilidad del país, que se había cobrado la vida de algunos ciudadanos, asesinados por francotiradores. No parece una intuición propia de un adivino con poderes mágicos, ya que el país que ahora trata de guiar entre bombas y destrucción al país hacia la imaginaria tabla de salvación europea un maestro de la supervivencia llamado Zelinski (Volodomir), lleva en búsqueda de una identidad propia -fuera del ámbito soviético- desde, por lo menos, 1991.

Tiene el gobierno de Gaigé un conflicto con Argelia, que se traducirá en la subida del gas natural que importa de ese país árabe.

De poco han servido las visitas previas a Argel de ministros muy cualificados -Ribera (Teresa) y Albares (José Manuel)- cuya intención era garantizar la estabilidad del suministro, una vez que el susceptible Mohamed VI había cerrado el paso del gas por el territorio de su señorío y retirado a su embajadora -la española Benyaich (Karima)- (1), muy enfadado porque se había hospedado secretamente al líder saharaui (perseguido como prófugo de la Justicia española por una acusación de violación) para curarse del coronavirus en Valladolid.

En una sorprendente decisión estratégica, el Gobierno de Gaigé ha enfadado al presidente de Argelia, Tebboune (Abdelmadjid) con una carta dirigida por misteriosos canales a Mohamed VI (el líder religioso y político de Marruecos), llena de errores gramaticales que no pueden ocultar un gigantesco error estratégico.

En esa carta, al parecer destinada a recuperar las relaciones con el país vecino del otro lado del Estrecho de Gibraltar, se indica que se abandona la postura de defender el derecho del Sáhara Occidental a la autodeterminación, entregándolo como una Comunidad autónoma a Marruecos. Por supuesto, el concepto de Comunidad autónoma bajo la dictadura monárquica vigente en ese país magrebí, no tiene nada que ver con lo que en Gaigé se entiende como la libertad de gestión y decisión otorgada a sus Autonomías.

La reacción argelina fue anunciar la revisión del precio del gas que suministrará a España-Gaigé. Una decisión que afectará, por supuesto, al precio de la energía en este país (sometida a vaivenes especulativos insoportables para la industria y particulares). Se ha solicitado a la Comisión Europea, en una propuesta conjunta con el gobierno portugués -cuyo primer ministro es Costa (António), que se saque del cálculo estricto de precios para el mix energético a ambos Estados, autorizando un precio máximo repercutido para el gas de 80 euros/Mw-hora, durante un período transitorio.

La respuesta de la Unión no ha sido inmediata, estando pendiente de la decisión del directorio respecto al tope de precios admitido, aunque ha aceptado el sacar a ambos países del esquema de precios, lo que no impidió que el canciller alemán -Sholz (Olaf),  al que le tienen que doler los oídos por el conflicto ruso-uraní, que ha afectado de lleno a su economía y al suministro gasista, dependiente de Rusia- manifestara que “le parece un error intervenir los precios del gas”.

La inflación de prácticamente dos dígitos actual en Gaigé, junto con la amenaza de las proyecciones (que el Gobierno no considera aceptables) de entrar antes de final de año en la senda de una inflación consolidada que minará brutalmente el poder adquisitivo de los españoles. La llegada del contingente de desplazados ucranianos y la perspectiva, no ya de una guerra larga en el este, sino de reordenar suministros esenciales en el país de los Despropósitos, exigirían una planificación seria, nada improvisada (aunque flexible) y estricta de las ingratas decisiones que deberán tomarse para que el rumbo no se desbarate.

La oferta de cooperación del nuevo líder del PP al Gobierno, coincidente con el desapego manifestado por las facciones sustanciales que lo han conducido hasta aquí, necesitará depurarse de las simples palabras corteses. Gaigé está pronto a atravesar un desierto en la que abundarán la incertidumbre y desagradables sorpresas. Tiene razón Núñez Feijó al explicitar que “no se trata de ser más españoles que nadie”. No será fácil sacudirse del populismo y del insensato independentismo y no bastarán, me temo, las buenas intenciones.

(1) Karima Benyaich Millán es marroquí y también española, hija de una española y de quien fue médico de Hassan II, que falleció en un atentado contra el monarca y que fue acogida como miembro de la familia en recompensa a la entrega (que culminó con su propia muerte) de su padre.

 

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La energía no es cara solo por la guerra en Ucrania (y 2)

28 marzo, 2022 By amarias Deja un comentario

La guerra en Ucrania, cuya duración y, sobre todo, sus efectos, se hacen más imprevisibles a medida que pasan los días, han puesto de relieve una oculta fragilidad del mix energético español. El principal aspecto de esa debilidad se muestra en la dependencia del gas argelino – y en el excesivo énfasis puesto sobre las llamadas energías alternativas, a despecho de la posible utilización de las centrales nucleares (aún en período de su vida útil y consideradas energías limpias en los más recientes documentos comunitarios) y de las centrales de ciclo combinado.

Esta situación que conduciría, como se diagnosticó por expertos del sector, a desequilibrios económicos y de aprovisionamiento en el suministro de la energía primaria, que se traducirían en incrementos de costes indeseables en la electricidad, aunque también en sectores indirectamente relacionados, como el transporte.

Una de las paradojas más evidentes se encuentra en la prohibición del Gobierno, desde el Ministerio de Transición Ecológica,  que ha reiterado su posición contraria al fracking, esto es, la extracción de hidrocarburos mediante fracturación hidráulica (gas de esquisto de esquisto). Mediante esta técnica, totalmente desarrollada, se inyecta agua a presión en las rocas, para liberar el gas. La resistencia ecologista, a la que el Ministerio viene concediendo mayor credibilidad, ha puesto el énfasis en los costes ambientales, en contradicción con los criterios expuestos por los ingenieros y geólogos (especialmente, en este caso, los expertos en esta técnica, los ingenieros de minas, Angel Cámara y el fallecido Fernando Pendás), que estiman que se podría abastecer del orden del 10% del consumo de gas aprovechando las reservas existentes en Álava y otras zonas del Norte de España, algunas insuficientemente exploradas.

En la edición del 21 de marzo de 2022, el decano del Consejo Superior de Ingenieros de Minas, expone (en un artículo que firma Almudena  Martínez-Fornés)  que en el subsuelo de España hay unos 1,3 billones de metros cúbicos de gas por extraer, que supondrían 40 años de consumo al ritmo actual y que no se están poniendo en valor “por razones políticas”, habiendo ahogado un debate  científico o académico” y forzando al abandono de interesantes proyectos, con inversiones ya realizadas. La factura de importación en 2022 de hidrocarburos superó los 46.000 millones de euros, , de los que más de 9.000 millones correspondieron al gas.

Contrasta la situación, cuyo fundamento técnico y económico es injustificable, con la decisión de Estados Unidos de volcarse en la recuperación del gas de esquisto, convirtiéndose en exportador y convirtiéndose, al menos en los dos primeros meses de 2022, en el primer suministrador a España, (33% del gas importado) por encima de Argelia, cuyas entregas se han visto afectadas por el conflicto con Marruecos que, además, aparece incluso más complejo después de la decisión política adoptada en marzo de ceder en el apoyo a los saharauis, abandonándolos a la ambición expansionista de Marruecos.

Inconcebiblemente, la cuestión ha pasado a ser considerada un elemento de la disputa ideológica.  El Partido Popular se plantea presentar un recurso al decreto del Ejecutivo sobre medidas de recuperación, abogando por el aprovechamiento de minerales críticos (uranio, wolframio, litio, tierras raras) y modificando la Ley del Cambio Climático y Transición Energética, además de en la recuperación de la producción de energía con base nuclear, que, como es sabido, es el principal recursos energético utilizado por Francia, lo que le proporciona una envidiable autonomía en este sector.

 

 

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La energía no es cara solo por la guerra en Ucrania (1)

24 marzo, 2022 By amarias 1 comentario

En un magnífico artículo publicado en el diario regional La Nueva España (domingo, 20 de marzo de 2022), Vicente Luque Cabal -uno de los mejores ingenieros de Minas salidos de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Minas de Oviedo-, ilustra con sabias palabras sobre la transición energética.

No tiene sentido que detalle, en este blog, los entresijos de la brillante reflexión de mi compañero y amigo, pero no puedo resistirme a indicar, con sus propias palabras, el titular y el núcleo de su análisis. “La transición energética necesita ingenieros muy bien formados” y “La transición energética está siendo conducida actualmente por políticos e ideólogos que han supeditado la política energética a la política del clima”.

La paradoja que estamos viviendo en la Unión Europea es que, siendo la complejidad de la transición energética un enorme reto, que afecta a numerosos sectores industriales básicos, los responsables de planificar ese proceso hayan roto el “equilibro sagrado” entre la seguridad del aprovisionamiento, la competitividad de la economía y el medio ambiente.

La ruptura de ese equilibrio, según la opinión de Luque, que comparto plenamente, ha provocado la subida de precios de la energía, que no puede atribuirse solo a la invasión de Ucrania por Rusia. Se han cerrado prematuramente instalaciones con la mejor tecnología disponible, que actuaban de limitadores a los precios.

¿Por qué se actuó de esta manera tan precipitada? Porque no se ha querido escuchar la opinión de los técnicos. Con la peregrina sensación de que “los ingenieros han tenido ya demasiado protagonismo y es hora de atender a las opiniones de otros colectivos” (siento vergüenza atribuir esta boutade, cierta, a quien fue su autor), se ha dado cancha a personas sin ninguna formación técnica para dirigir la transición.

Luque conoce bien el percal, pues fue alto funcionario de la División General de Energía de la Comunidad Europea. Por eso, cita la formación de los más relevantes ejecutivos de la Comisión que se encargan del Grean Deal, quienes deberían ser capces de “evaluar el desarrollo de las cadenas de valor y, en consecuencia, de ofrecer las soluciones de oportundad que la sociedad requiere”.

Franciscus Timmermans tiene un grado en lengua francesa y literatura, que completó con un postgrado en leyes de un año. La comisaria de Energía, Kadri Simson, tiene un grado en Historia y un máster en ciencias politicas. Ditte Jorgensen es graduado en Leyes…

Todos estos devotos de la energía solar y eólica están orgullosos, al parecer, de que estas fuentes representan el 3,2% de la energía primaria en el conjunto de la Unión Europea.

No se escapa, al contrario, de este repaso de calidades formativas y trayectoria personal para llegar a puestos de singular relevancia en el sector energético, nuestra ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, licenciada en Derecho y diplomada en políticas, alumna de Timmermans, quien la presentó en el Global Annual Energy Meeting de ESSADE GEO como “su mejor alumna”, lo que Luque -no muy dado a la ironía- califica de “mal favor”.

Podría pensarse, si se actúa desde el desconocimiento de lo que implica la transición energética, que la opinión de Luque es interesada, cuando enuncia que “los ingenieros , por nuestra formación técnica, económica y (la) cada vez mayor (complejidad) de los mercados energéticos, estamos llamados a jugar un gran papel”. Por si no bastara para juzgar el valor intrínseco de esa afirmación, pongo además en la balanza, el excelente trabajo profesional de Vicente Luque, que acumula una experiencia insuperable en el campo genérico de la energía, y ha dado siempre muestra de una honestidad y claridad digna de todo encomio en la exposición de sus ideas.

Por ello también, su indicación de que los ingenieros deben tener una función relevante en la concepción y desarrollo de la transición, deja claro con elegancia que “por supuesto que no contribuimos solos y apostamos por economistas de la energía, expertos en derecho de la energía y en todo lo referente al impacto social, territorial y medioambiental de la producción y uso de la energía”.

Un aplauso fuerte, amigo.

(continuará con una segunda parte)

 

Publicado en: Actualidad, Energía, Guerra en Ucrania Etiquetado como: Ditte Jorgensen, energía, Kadri Simson, La Nueva España, Teresa Ribera, Timmermans, Transición ecológica, transición energética, Unión europea, Vicente Luque

Vacas, testosterona y hembras alfa

5 enero, 2022 By amarias 4 comentarios

El aún ministro de Consumo, Alberto Garzón, cuyo objetivo principal (y, en mi opinión, único) debería ser apoyar la producción responsable y el consumo sostenible, la ha tomado con la cabaña bovina. Sin embargo, este personaje de la farándula ministerial, combina sus largos silencios con salidas de pie de banco, alimentando turbias sospechas sobre el empleo de su tiempo desde la poltrona ministerial.

Hace ya un semestre (julio de 2021) explicó a los parvos de este país que las flatulencias de las vacas emiten metano y que, en consecuencia, en un falso silogismo de esos en los que se nos escamotea la premisa menor, había que reducir la ingesta de carne con ese origen animal. El presidente de Gobierno, al que no sobran motivos para dormir tranquilo, le desmintió de inmediato, afimando que era aficionado a la carne roja, iniciándose así un diálogo extragubernamental entre el mandamás del Ejecutivo y uno de sus muchos versos libres, pues el ministro, a la siguiente ocasión, explicó que, -¡por supuesto!-, había sido mal interpretado y que si había ofendido a alguien era a los varones que creen que comer carne aumenta la testosterona.

Garzón es un ministro de lanza en ristre multidireccional que opina sobre la nata del roscón de Reyes, los juguetes con orientación de sexo y, desde luego, arremete contra los ganaderos, incluso en inglés. ¡Pues no se le ha ocurrido ni más ni menos que declarar a The Guardian que las vacas españolas sufren de estrés, porque están muy maltratadas! No cabe otra opción que desear mucha suerte en sus próximos desempeños, a este intruso de la política, deshacedor del concepto de la izquierda marxista-leninista, transformándola en un penoso hazmerreir.

Con ser muchos sus deméritos, no es Alberto Garzón el único acreedor a la censura inmisericorde de entre los ministros, cuya fórmula de selección, si existe, debería explicarnos alguien con conocimiento de la sociología recreativa.

Del orgulloso gineceo esgrimido por Sánchez como victoria de la igualdad de género y, aún más allá, del denostado feminismo,  (impulsado ahora desde las cenizas del machismo imaginario), se debe reconocer que hay que diferenciar dos claros sectores. Junto a ministras que poseen un brillante currículum anterior -cito a Nadia Calviño, a Margarita Robles y a Teresa Ribera, sin entrar ahora a juzgar sus devíos ideológicos de la doctrina oficialmente admitida por la comunidad científica y económica- hay otras que parecen extraídas de una celebración de fin de curso de bachillerato: hembras alfa, aprendices de bruja, lengüaraces, cómicas, consortes,…Si alguna virtud debe concedérseles, es que no desmererecen del elenco de varones que forman gobierno provisional junto a ellas.

Comienza el año 2022 con un pueblo deseoso de tener buenas noticias. Los españoles han demostrado una capacidad de recuperación y olvido de los malos momentos admirable, a lo largo de la Historia. No hay consenso en la dirección que llevamos. Los análisis de la situación resultan contradictorios, según la orientación política de quien los emita.

Quedémosnos con la ilusión de que todo cambiará para mejor y de manera consistente.

Necesitamos que la pandemia nos abandone para siempre, que la recuperación económica sea una realidad rápida, que el paro endémico desaparezca o, al menos, se reduzca a un nivel soportable, que se potencie de veras la investigación y el desarrollo, y, sobre todo, que la gestión de las crisis se realice desde el conocimiento, la calma, la sinceridad y el consenso.

Que se consiga eliminar, y pronto, los signos negativos. Esta Navidad he visto más pobres que nunca en las calles de España (que, como fantasmas nocturnos y a imitación real de los dibujos de Carpanta que popularizó José Escobar entre los niños españoles de los sesenta, ocupan los bajos de los puentes, pero, a tono con la época, los huecos de entrada a los cajeros bancarios y los soportales de los locales vacíos). He tomado, como cualquier visitante atento de las ciudades y pueblos de nuestro país, consciencia de la proliferación de carteles de “Liquidación” y de muchos bajos comerciales cerrados por quiebra del negocio.

Que el gobierno no transmita desunión, sino coherencia; que sus decisiones no estén contagiadas de la improvisación, sino de la sabiduría. Lamento, como muchos españoles, advertir que el Gobierno de nuestro país se asemeja a una hidra de varias cabezas.

Exijo también el respeto a la forma de Estado, porque no puedo atisbar mejor opción que la actual Monarquía, desde la defensa de la unidad de España y la cooperación institucional.

Es imprescindible la plena recuperación de nuestro anterior prestigio internacional: no somos solo un país de turismo, folklore y fiesta; tenemos que poner en pleno valor a nuestras empresas tecnológicas, a los emprendimientos que cubren nuestras necesidades básicas y de ocio, a los exportadores; tenemos que potenciar a los universitarios, mejorar la enseñanza a todos los niveles; apoyar (no solo con aplausos) a nuestros facultativos, que son el principal baluarte de nuestra sanidad; y, sobre todo, necesitamos muchos empresarios, para lo que hay que apoyar desde las administraciones, eliminando obstáculos innecesarios que comprometen la viabilidad de sus proyectos, orientándolos, si fuera necesario, hacia las vías prometedoras de futuro

Publicado en: Actualidad Etiquetado como: Alberto Garzón, feliz año, ministras, Teresa Ribera

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