Al socaire

Blog personal de Angel Arias. La mayor parte de los contenidos son [email protected], aunque los dibujos, poemas y relatos tienen el [email protected] del autor

  • Inicio
  • Sobre mí

Copyright © 2022

Usted está aquí: Inicio / Archivos paraZelensky

Sánchez entra en la guerra de Putin

21 abril, 2022 By amarias Dejar un comentario

El presidente de Gobierno Pedro Sánchez, a despecho de la opinión expresada por miembros de la coalición que lo sostiene, ha tomado una decisión que, sin duda, aumentará su declinante popularidad. Hoy, 21 de abril, ha visitado Kiev para expresar su apoyo a la guerra de resistencia que libra Zelensky desde hace ya dos meses contra Putin. En un viaje desde Polonia, realizado en su etapa final, en tren desde la frontera polaca hasta la capital ucraniana, su protección estaba garantizada por un grupo de geos, además de por la milicia ucraniana.

Sánchez realizó la visita junto a la primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen. También han tenido ocasión de conocer de primera mano los estragos causados en la ciudad de Borodianka  en la región de Kiev y, finalmente, saludó a José Andrés haciéndose unas fotos con el cocinero multifacético

Su visita no fue solo de cortesía. Ha comprometido el envío de 200 toneladas de material bélico, fundamentalmente, vehículos pesados  de transporte (30 camiones) y otros de ligeros (10), que ya han sido embarcados, según dijo a Volodomir, en el “Ysabel”, un buque logística de tipo Ro-Ro, adquirido por el Ejército de Tierra a la naviera Suardíaz y destinado habitualmente al servicio entre la península y Ceuta, Melilla y los archipiélagos Canario y Baleares.

El momento coincide con la multiplicación de los exabruptos del actual inquilino del Kremlin, que ha probado el lanzamiento de un misil con múltiples cabezas con el que dice poder alcanzar los 17.000km de distancia, y por tanto, estaría en disposición de llegar a cualquier ciudad occidental y destruirla, sin que los elementos antiaéreos estuvieran en disposición o capacidad de detectar el alto número de cabezas, algunos de los cuales se escaparían del sistema de detección. La Casa Blanca niega que esto pueda suceder, porque sus sistemas de protección son eficientes también contra esta amenaza.

También ha prometido Sánchez el envío de 40 especialistas forenses para analizar y tomar muestras de algunos de los centenares de cadáveres que se han ido descubriendo en las poblaciones saqueadas y abismadas por las tropas rusas. Parece increíble que soldados profesionales cometan tamañas tropelías, claramente delictivas según el derecho internacional aplicable a la guerra. Se cree, por ello, que tuvo que ser realizado por la chusma contratada de urgencia por Putin o los mercenarios sin escrúpulos ni orden que se han movilizado “en apoyo de las directrices del Kremlin”. No sirve esto de eximente alguna para el promotor de la invasión y sus generales.

Por cierto, Volodomir ha agradecido la visita y el envío de más material, pero ha reiterado que lo que más precisa la defensa del país son aviones, misiles y material de ataque. Ahí queda eso.

Muy concreto y dramático, por su carácter de realizable de inmediato, es el sentido de la orden dada hoy por Putin a Serguéi Shoigú, sumiso ministro de Defensa, que ha sido emitida por la televisión rusa de “no dejar entrar ni una mosca” en Mariúpol, cerrando con ellos la salida a los 2.000 combatientes ucranianos refugiados en el complejo siderúrgico de de Azovstal, así como a los otros tantos civiles que no han podido huir.

Putin “ya ha perdido la guerra” -le oigo decir desde hace días a Jesús Núñez Villaverde, ex militar y codirector del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria (IECAH)-y ya solo confía en ofrecer un éxito parcial con ocasión de la ceremonia del Día de la Victoria sobre el nazismo, el 9 de mayo próximo. No me atrevo a discrepar de mi amigo Jesús, serio analista de este y otros múltiples conflictos en los que siempre ha ofrecido su ponderada e instruida opinión, pero no me parece que Putin esté bajo control.

La guerra, para Putin, ofrece pocas, si alguna, salida airosa. La sólida oposición occidental, con la Unió Europea unida en la valoración de que Putin y sus generales son sospechosos de haber cometido crímenes de lesa humanidad le complica el futuro. Por ello, mi mirada está centrada en el efecto de la decisión firme de aislar al régimen hasta provocar la ruina que suponga  el levantamiento de la población rusa contra él, asumiendo el deterioro económico propio de los autores de la medida. Todo ello, en la confianza de que China siga mirando para otro lado y el pavor a la tercera guerra mundial contenga a Putin a cualquier agresión a un país de la OTAN.

Archivado en: Actualidad, Guerra en Ucrania, Rusia Etiquetado con: Borodianka, China, Jesús Núñez Villaverde, José Andrés, Kiev, Mariupol, Mette Frederiksen, Pedro Sánchez, Putin, Serguéi Shoigú, vista a Ucrania, Ysabel, Zelensky

Hay otras miradas sobre la guerra

19 abril, 2022 By amarias Dejar un comentario

La guerra en Ucrania aumenta cada día su grado de tensión, destrucción y barbarie, sin que se atisbe su final inmediato. El espectador de esta pesadilla con personajes reales y armas mortíferas seccionando ilusiones se pregunta cada día si entre los que nos mandan habrá quien sea capaz de encontrar la llave que nos conduzca al final.

Entre quienes creen tener soluciones, hemos sabido hoy, a los 55 días del año cero de esta guerra, que Pablo Iglesias (júnior) y la ministra de Derechos Sociales y secretaria general de Podemos, Ione Belarra, hans suscrito un Manifiesto (¡Peace now!) que reclama la paz para Ucrania, exigiendo un alto al fuego inmediato. No están solos en la emisión de esa declaración, que tiene un contenido asumible en muchos aspectos (salvo en que no hay ningún párrafo ni mención que suponga la condena ni la crítica a Vladimir Putin).

Tampoco pueden reclamar los portavoces del partido de la izquierda populista, la originalidad de su redacción. Entre los oportunistas que han querido poner su firma, instando a las Organizaciones mundiales y líderes del mundo a que intervengan para que se acabe la guerra de inmediato, se cuentan Mayor Zaragoza (Federico) , Jeremy Corbyn, Niam Chomsky y Yanis Varufakis.

El escrito indica que Zelensky ya expresó las dos condiciones para la paz: la retirada de las tropas rusas de Ucrania y que “ésta se convierta en un país neutral”. No sé cuál es la información que reciben los personajes sobre la guerra, pero yo mismo oí (en su declaración pésimamente traducida, pero inteligible, ante los senadores y congresistas apiñados en los asientos de la Cámara Baja) que lo que deseaba era: “armas” -junto al apoyo moral que estaban recibiendo como combatientes de la invasión rusa.

Tampoco se conoce, de forma clara, cuál es el punto concreto deseado por el líder del Kremlin para desistir de la invasión. Algunos especulan que pretende afianzarse en el Donbás, y conseguir que el territorio que une la costa con Crimea sea integrado en Rusia; en otra versión, que podría dejar una salida al mar de Azov a Ucrania, para que no quede sin ese respiro marítimo. Lo que sí se sabe, juzgando por actitudes del ejército ruso comandado por Putin es que los ataques sobre Maríupol, e incluso Kiev, se han redoblado. Por cierto, aunque en Maríupol solo se encuentran unos cien mil civiles atrapados sin poder escapar y la ciudad, si juzgamos por los testimonios gráficos es un reflejo sin matices de la destrucción total pretendida por los agresores.

Al releer mis propias crónicas sobre esta guerra, en la que -con algunos claros- he procurado exponer mis sentimientos, me pregunté si estaba siendo objetivo o, aún más precisamente, si no me había dejado seducir por la simpatía hacia el agredido. Una especie de síndrome de Estocolmo, al revés, que seguro que también tiene nombre.

Repasando escritos de personas que saben sobre asuntos bélicos más que yo (en esencia, un ciudadano pacifista pero que apoya la preparación militar para la defensa ante una agresión exterior), me encontré con la entrevista que realiza Francisco Carrión a un buen amigo, coronel retirado, Manuel Morato, que en El  Independiente (18 de abril de 2022) expone sus pareceres sobre esta guerra.

Morato es un experto en el mundo eslavo y buen conocedor de Rusia y de Ucrania, habiendo sido agregado militar de España en la embajada de Moscú, durante muchos años, entre otros destinos. En la larga entrevista, opina que Ucrania es “existencial para Rusia”, pero que nunca el Kremlin ha hablado de anexionársela. lo que quería era liberar el Donbás, porque los acuerdos de Minsk no se cumplieron. También entiende que el haber abierto la posibilidad de que Ucrania y Georgia entraran en la OTan ha sido un error.

La gran cercanía étnica e histórica entre los pueblos ruso y ucraniano le hace expresar que ” esto es muy parecido a una guerra civil”.  El ex coronel no ve “fracaso militar de Rusia, porque si hubiera querido hacer una guerra relámpago, con su gran armamento militar, lo hubiera conseguido.”. Lo que pretende Putin con esta “guerra híbrida” es “debilitar a Ucrania”.

No parece posible que los beligerantes y quienes los apoyan de uno y otro lado hayan tenido ocasión de leer la entrevista. En todo caso, el 18 de abril, Zelensky pidió formalmente la incorporación a la OTAN, para lo que dice cumplir todos los requisitos.

Estoy obligado a dar credibilidad a los mandatarios europeos que han visitado Kiev en estos días de guerra y han vuelto de allí contando historias de horror. Y creo también a ese asturiano con nacionalidad norteamericana llamado José Andrés, que, con miembros de su organización humanitaria World Central Kitchen, se acercó a Jarkóv y a Leópolis para ofrecer comida a los que la guerra ha hecho pobres. Su director, Nate Mook ha escrito en twitter: “Cooking (in Kharkiv) is a heroic act of bravery”. En un ataque con misiles rusos el 16 de abril, murió una persona y resultaron heridos cuatro cooperantes.

Esta guerra no es un juego. Muere mucha gente, se tienen que proteger de ella, huyendo, millones de personas. Algunos miles de millones más nos estamos preguntando, con mayor o menor intensidad, quién puede parar esta guerra, antes de que desemboque en la tercera guerra mundial. La última.

Archivado en: Actualidad, Guerra en Ucrania Etiquetado con: Jeremy Corbyn, José Andrés, Manel Morato, Mayor Zaragoza, Minsk, Nate Mook, Niam Chomsky, Putin, World Central Kitchen, Yanis Varufakis., Zelensky

La guerra entra en fases de ficción

2 abril, 2022 By amarias Dejar un comentario

El 1 de abril de 2022, Ucrania ha encontrado en un episodio de difícil credibilidad un chute de adrenalina colectiva, dentro del marasmo de una guerra que avanza en el segundo mes (¡37 días desde la invasión!) y que no tiene visos de terminar en breve, aunque, dada la desproporción de fuerzas de lo beligerantes, Rusia debería haber conseguido, y ya hace tiempo, sus objetivos.

Me refiero a la incursión de dos helicópteros de ataque y transporte en la población rusa de Belgorod, a 40 km de la frontera, bombardeando varios depósitos de combustible. Se han difundido varios vídeos, grabados por ciudadanos rusos,  del ataque nocturno, realizado con el mismo tipo de aviones que usa el ejército ruso (helicópteros Mi24) para bombardear las ciudades ucranianas. La población ucraniana a acogido el episodio, difundido en sus redes, como una victoria, que vendría a demostrar la capacidad de reacción de sus maltrechas fuerzas.

No resulta, sin embargo, creíble, que esta acción guerrera haya tenido lugar efectivamente, pues aunque los helicópteros que ha protagonizado la hazaña sean de fabricación rusa y exactamente del mismo tipo que los que emplea el ejército invasor, lo que se conocía hasta ahora que Ucrania carecía de aviación militar, pues todos los aparatos de su exigua fuerza aérea habían sido destruidos en los primeros ataques de la contienda. Se piensa, entonces que, al utilizar el mismo camino aéreo que utilizan los rusos para moverse con libertad hacia su propio territorio y repostar en su país, los encargados de los sistemas antiaéreos los han confundido inicialmente con los propios.

Pero, aún así, ¿cómo sería posible que, después de la incursión, los helicópteros hayan podido retornar a Ucrania sin ser derribados? Aún admitiendo que el ejército ruso siga dando pruebas de descoordinación, ausencia de estrategia coherente y debilidad ofensiva, malgastando tiempo y medios en una guerra de destrucción -que no de desgaste- que no les beneficia tampoco a ellos mismos, el acto militar vendría a demostrar que el gobierno de Kiev no está por la labor de favorecer una negociación que conduzca al final de la guerra. Al contrario, ese contraataque hablaría de la alta moral (¡de victoria!) del pueblo atacado y vendría a poner el énfasis sobre la capacidad ucraniana para resistir e, incluso, tomar iniciativas.

Algo nuevo está pasando sobre el terreno de la guerra. Las tropas ucranianas han conseguido, también según los informes recibidos desde esta guerra con tanta difusión mediática, rechazar a las rusas, alejándolas del cerco de Kiev. Desde luego, los problemas de avituallamiento de los militares desplazados en territorio invadido no es fácil, con la inmensa mayoría de la población autóctona dispuesta a negarles toda ayuda y a muchos tiradores dispuestos a liquidar cualquier vehículo o militar que no lleve la enseña del Ejército ucranio.

Hay que poner en su lugar, además, la defensa cibernética arbitrada en Ucrania, donde eficientes equipos de informáticos e ingenieros están ofreciendo un alto nivel tecnológico (entiendo que con la ayuda subterránea de empresas estadounidenses y alemanas) para interferir en las comunicaciones rusas, localizar sus blindados y anular las señales que hubieran sido sustanciales para que los aviones de combate enemigos pudieran guiarse en el entorno hostil. Numerosos drones, entregados de urgencia por los países occidentales actúan también como eficaces elementos de destrucción y resistencia.

La guerra se separa de la  concepción original de “botas sobre el terreno” para convertirse, cada vez más, en una guerra de guerrillas, multi-híbrida, en la que lo informático cobra un relieve especial como arma de espacial valor para el ejército resistente, cuya capacidad bélica convencional es mínima frente a la potencia invasora.

Como Putin no ha conseguido ninguno de sus objetivos -la destrucción de Mariúpol, ya consagrada como ciudad mártir, con más de 5.000 muertos en sus calles sin haber recibido sepultura, no puede contarse cabalmente entre sus propósitos iniciales-, cerrar el camino desde el Donbás a Crimea aparece como un presumible propósito que pueda ser presentado ante los rusos como victoria.

Ni siquiera ese “modesto objetivo” parece alcanzable para las desordenadas y mal dirigidas tropas invasoras, cuya bisoñez, mala preparación y fallos en la asistencia logística y en la dirección estratégica han pasado a ser tan evidentes que el antes temido ejército ruso ha pasado a ser considerado una caricatura del esfuerzo propagandístico del Kremlin, que había vendido la idea de disponer de uno de los mejores equipos militares del mundo.

Esto no significa que Putin esté dispuesto a admitir la derrota. Al contrario, aunque para los analistas occidentales, la abeja reina del Kremlin ha perdido la guerra mediática, ante un Zelenski lleno de empatía y fuerza en la transmisión de principios éticos, quedan muchos cartuchos sobre la mesa del dictador ruso. La utilización de la capacidad nuclear es una de ellas, aunque no parece que esa llamada a la hecatombe total sea del gusto de sus propios asesores.

El próximo martes, Volodomir Zelensky hablará para senadores y congresistas españoles, en una conexión en donde agradecerá el apoyo recibido por su pueblo, la acogida que se está dispensando a los desplazados y volverá a pedir en nuestro foro el apoyo para la entrada en la Unión Europea cuando termine la barbarie.

Me he detenido por ello, entre las muchas fotografías que llegan desde Ucrania, en la que representa a Roberta Metsola, presidenta del Parlamento Europeo, reunida en Kiev con el presidente Zelensky y el primer ministro ucraniano Denys Shmyhal. Metsola fija una mirada atenta y comprensiva sobre Volodomir, que está hablando y gesticulando, vestido con su camiseta de campaña verde (por cierto, su musculatura parece cada vez más recia). Una bandera de la Unión cubre el fondo de la sala de reuniones, en la que se puede ver que la mesa dispone todos los adminículos técnicos necesarios. Hasta se han dispuesto botellas de agua para los asistentes.

Archivado en: Actualidad, Ejército, Guerra en Ucrania, Tecnologías, Ucrania Etiquetado con: Belgorod, Denys Shmyhal, dron, guerra, guerra híbrida, Mariupol, Mi-24, Parlamento Europeo, Putin, Roberta Metsola, Ucrania, Zelensky

Crónica de una desventura

25 febrero, 2022 By amarias Dejar un comentario

El viernes, 25 de febrero de 2022, la situación en Ucrania es muy confusa. Existen testimonios gráficos de que un avión ruso que sobrevolaba Kiev ha sido abatido y sus restos, caídos sobre una barriada de lal ciudad, han causado el destrozo de algunos edificios. Ciudadanos ucranianos han sido contactados en sus teléfonos móviles y han dado información sobre su estado de angustia y la sensación de correr grave peligro ante el avance de los invasores. Hemos visto  imágenes de tanques por las calles de la capital y otras ciudades, filas de vehículos con ciudadanos que tratan de acercarse a la frontera, alguna fotografía de víctimas, tanto civiles como soldados.

El presidente de Ucrania, en paradero desconocido -dicen algunas fuentes que, posiblemente, desde fuera del país- insta a que se proporcione a su país ayuda internacional. Más recientemente, pide una reunión con Putin que ponga fin a la invasión, aunque no indica cuál sería su oferta para alcanzar la paz.

Por su parte, el presidente de Rusia, coherente con su papel de intoxicador, repite que la población civil ucrania no tiene nada que temer, que el objetivo que pretende su Ejército es el derrocamiento del régimen fascista y genocida de Zelensky e instaurar una democracia en el país. En consecuencia, pide que los millitares del páis invadido desistan de la lucha y no apoyen a su Presidente.

Las posiciones de la Unión Europea son extremadamente medidas y, por ello, se pueden calificar de tenues. El alto comisario Borrel se encuentra con una difícil papeleta que ha venido a demostrar el escaso nivel de su autoridad. Condenan la invasión, estudian la implantación de medidas económicas contra Rusia, los oligarcas rusos y el mismo Putin, y se reafirman en que Ucrania es un país democrático, pero, por grave que se considere la situación de infracción del orden internacional, la falta de una fuerza militar conjunta deja a los Estados miembros  ante el espejo de su debilidad como potencia mundial. Supongo que servirá el hecho para acelerar la  formación de un Ejército europeo, aunque, si la decisión no se toma en caliente, se diluirá en el vaso frío de la incompetencia, el egoísmo individual y la apatía.

Además, siempre se podrá argumentar que…como Ucrania no pertenece a la OTAN no se pueden adoptar medidas de apoyo bélico que estarían obligadas en aplicación de los art. 5 o 6 del Tratado que, por lo demás, supondrían la escalada sin límites del conflicto. Mira por dónde, la resistencia a incorporar a Ucrania a la OTAN no ha servido, paradoja cruel, para desalentar a Putin, sino que le sirve de jusrtificación para haberla invadido: considera insoportable que un nuevo Estado con frontera de Rusia pueda pertenecer a la Alianza Atlántica y, en un giro dialéctico inexplicable solo por su megalomanía, procede a invadirlo para derrocar a su gobiern0 demcráticamente elegido.

Desde Estados Unidos, las voces discrepantes del presidente Biden y del ex presidente Trump ponen una nota de incoherencia en este grave episodio. Frente a la condena clara que ha expresado el primero, que no duda en llamar nazi a Putin, indicar que la invasión es un acontecimiento de máxima gravedad que pone en peligro la paz mundial, Donald aplaude la actuación del jerarca ruso, coincidiendo con las opiniones de muchos norteamericanos con tendencia republicana, y a los que, no hay que dudarlo, Europa les cae muy lejos y. además, en el mejor de los casos, no desean participar en una nueva contienda, que supondría la repatriación a Estados Unidos de varios miles de cadáveres de soldados.

En España, la situación de consternación y desagradable sorpresa ante la invasión rusa de un Estado democrático europeo, alimentó en un primer momento respuestas discrepantes entre miembros del Gobierno. La posición de Sánchez se plasmó en un comunicado de “firme condena” y en la oferta de acogida de refugiados ucranios. Algunos de sus ministros de las facciones a su izquierda, han pasado del apoyo a Putin (con indicaciones melifluas a la falta de comprensión europea a las actuaciones del dictador, que podría sentirse marginado y, por ende, su reacción aparecer como coherente con su sensación de despecho y ninguneo), a una variedad de opiniones bastante heterodoxas, sin conclusiones ni compromisos tajantes, navegando entre las aguas de la simpatía pro-rusa y la interpretación sesgada del pasado europeo.

Hace unos minutos comenzó ante la embajada rusa en Madrid una concentración pacífica que reclama para la guerra de inmediato. Ayer tuvo lugar otra, en la que participaron algunos actores y miembros destacados de la izquierda española. Son actos simbólicos que de poca ayuda servirán a los ucranianos, abandonados a su suerte.

Aunque esto no es una crónica de guerra (me falta información, ganas y calidad como cronista), no puedo menos de registrar que los desastres humanos y materiales causados hasta ahora parecen mínimos. No consta que haya habido enfrentamientos entre rusos y ucranianos, a salvo de algunas escaramuzas sin mayor relevancia. Los habrá.

Archivado en: Actualidad, Guerra en Ucrania Etiquetado con: Borrel, Putin, Rusia, Trump, Ucrania, Zelensky

Entradas recientes

  • Al costado de Adán
  • Décimo Sexta Crónica del País de Gaigé
  • Un rey superviviente
  • El sangriento camino hacia la paz en Ucrania
  • Décimo Quinta Crónica desde el País de Gaigé
  • Reseña intima de unas jornadas especiales
  • Rusia ve nazis en todas partes
  • Décimo cuarta crónica desde el País de Gaigé
  • Décimo tercera Crónica desde el País del Gaigé
  • Ética en Ucrania
  • Conferencia y recital en Santa Cruz de Tenerife
  • Duodécima Crónica desde el País de Gaigé
  • La sombra de Emilio Alarcos es alargada
  • Sánchez entra en la guerra de Putin
  • Hay otras miradas sobre la guerra

Categorías

  • Actualidad
  • Administraciones públcias
  • Administraciones públicas
  • Ambiente
  • Arte
  • Asturias
  • Aves
  • Cáncer
  • Cartas filípicas
  • Cataluña
  • China
  • Cuentos y otras creaciones literarias
  • Cultura
  • Defensa
  • Deporte
  • Derecho
  • Dibujos y pinturas
  • Diccionario desvergonzado
  • Economía
  • Educación
  • Ejército
  • Empleo
  • Empresa
  • Energía
  • España
  • Europa
  • Filosofía
  • Fisica
  • Geología
  • Guerra en Ucrania
  • Industria
  • Ingeniería
  • Internacional
  • Investigación
  • Linkweak
  • Literatura
  • Madrid
  • Medicina
  • mineria
  • Mujer
  • País de Gaigé
  • Personal
  • Poesía
  • Política
  • Religión
  • Restauración
  • Rusia
  • Sanidad
  • Seguridad
  • Sin categoría
  • Sindicatos
  • Sociedad
  • Tecnologías
  • Transporte
  • Turismo
  • Ucrania
  • Uncategorized
  • Universidad
  • Urbanismo
  • Venezuela

Archivos

  • mayo 2022 (9)
  • abril 2022 (15)
  • marzo 2022 (27)
  • febrero 2022 (15)
  • enero 2022 (7)
  • diciembre 2021 (13)
  • noviembre 2021 (12)
  • octubre 2021 (5)
  • septiembre 2021 (4)
  • agosto 2021 (6)
  • julio 2021 (7)
  • junio 2021 (6)
  • mayo 2021 (13)
  • abril 2021 (8)
  • marzo 2021 (11)
  • febrero 2021 (6)
  • enero 2021 (6)
  • diciembre 2020 (17)
  • noviembre 2020 (9)
  • octubre 2020 (5)
  • septiembre 2020 (5)
  • agosto 2020 (6)
  • julio 2020 (8)
  • junio 2020 (15)
  • mayo 2020 (26)
  • abril 2020 (35)
  • marzo 2020 (31)
  • febrero 2020 (9)
  • enero 2020 (3)
  • diciembre 2019 (11)
  • noviembre 2019 (8)
  • octubre 2019 (7)
  • septiembre 2019 (8)
  • agosto 2019 (4)
  • julio 2019 (9)
  • junio 2019 (6)
  • mayo 2019 (9)
  • abril 2019 (8)
  • marzo 2019 (11)
  • febrero 2019 (8)
  • enero 2019 (7)
  • diciembre 2018 (8)
  • noviembre 2018 (6)
  • octubre 2018 (5)
  • septiembre 2018 (2)
  • agosto 2018 (3)
  • julio 2018 (5)
  • junio 2018 (9)
  • mayo 2018 (4)
  • abril 2018 (2)
  • marzo 2018 (8)
  • febrero 2018 (5)
  • enero 2018 (10)
  • diciembre 2017 (14)
  • noviembre 2017 (4)
  • octubre 2017 (12)
  • septiembre 2017 (10)
  • agosto 2017 (5)
  • julio 2017 (7)
  • junio 2017 (8)
  • mayo 2017 (11)
  • abril 2017 (3)
  • marzo 2017 (12)
  • febrero 2017 (13)
  • enero 2017 (12)
  • diciembre 2016 (14)
  • noviembre 2016 (8)
  • octubre 2016 (11)
  • septiembre 2016 (3)
  • agosto 2016 (5)
  • julio 2016 (5)
  • junio 2016 (10)
  • mayo 2016 (7)
  • abril 2016 (13)
  • marzo 2016 (25)
  • febrero 2016 (13)
  • enero 2016 (12)
  • diciembre 2015 (15)
  • noviembre 2015 (5)
  • octubre 2015 (5)
  • septiembre 2015 (12)
  • agosto 2015 (1)
  • julio 2015 (6)
  • junio 2015 (9)
  • mayo 2015 (16)
  • abril 2015 (14)
  • marzo 2015 (16)
  • febrero 2015 (10)
  • enero 2015 (16)
  • diciembre 2014 (24)
  • noviembre 2014 (6)
  • octubre 2014 (14)
  • septiembre 2014 (15)
  • agosto 2014 (7)
  • julio 2014 (28)
  • junio 2014 (23)
  • mayo 2014 (27)
  • abril 2014 (28)
  • marzo 2014 (21)
  • febrero 2014 (20)
  • enero 2014 (22)
  • diciembre 2013 (20)
  • noviembre 2013 (24)
  • octubre 2013 (29)
  • septiembre 2013 (28)
  • agosto 2013 (3)
  • julio 2013 (36)
  • junio 2013 (35)
  • mayo 2013 (28)
  • abril 2013 (32)
  • marzo 2013 (30)
  • febrero 2013 (28)
  • enero 2013 (35)
  • diciembre 2012 (3)
mayo 2022
L M X J V S D
 1
2345678
9101112131415
16171819202122
23242526272829
3031  
« Abr