Al socaire

Blog personal de Angel Arias. La mayor parte de los contenidos son [email protected], aunque los dibujos, poemas y relatos tienen el [email protected] del autor

  • Inicio
  • Sobre mí

Copyright © 2023

Usted está aquí: Inicio / Archivo de Putin

Cuadragésima Segunda Crónica desde el País de Gaigé

28 noviembre, 2022 By amarias 2 comentarios

Decir que la semana de Gaigé estuvo dominada por los encuentros que la selección de fútbol libró en Qatar, sería menospreciar los significativos efectos de la polarización política, en la que se perfila una horquilla de intereses variopintos, hábilmente instrumentalizada por el presidente Sánchez (Pedro), para ah0gar las posibilidades de crecimiento del equipo que lidera Núñez Feijóo (Alberto).

El Presidente ha conseguido el reconocimiento de la Internacional Socialista europea, que le ha aupado como su líder incuestionado, apoyando de esa manera su labor como director o muñidor de los destinos de la nueva izquierda moderada. Después del último semestre como Presidente del Consejo de la Unión Europea, Sánchez (Pedro), si no consiguiera la mayoría o los apoyos suficientes para seguir en el Gobierno de Gaigé, tendría el camino expedito para prolongar su vida política a alto nivel, trasladando su experiencia para pactar con ángeles o diablos.

La aprobación de la tramitación de la Ley que reforma el Código Penal en lo que respecta al delito de sedición, aprobada de forma unánime por el bloque de gobierno y sus apoyos de legislatura, ha servido para escenificar también la unidad sin fisuras de la bancada socialista, que han realizado una performance, levantándose al unísono de sus asientos y emitiendo una perorata que quería poner de manifiesto su apoyo. El Partido Popular había pedido el voto con llamada directa a cada diputado, en un intento de que alguno de los socialistas que habían manifestado su disconformidad o reservas ante la modificación legislativa, rompiera la disciplina.

El Congreso ha concentrado esta semana parte de la atención que no llenaron los comentarios sobre el Mundial de futbol, queriendo destacar, en esta Crónica informal de Gaigé, la polémica generada por el supuesto insulto a la ministra de Igualdad, Montero (Irene) emitido por la diputada de Vox, Toscana (Carla) que, en su vehemente alegato  contra la “precipitada aprobación de la Ley del sí es sí, desoyó los dictámenes de prestigiosos juristas” (que no citó), porque “solo analiza en profundidad a Pablo Iglesias”, su pareja. Su soflama -aplaudida con vehemencia por sus co-religionarios- estuvo en un tris de provocar las lágrimas de la apelada y obtuvo el reproche unánime de todos los demás partidos, demasiado calientes los ánimos para analizar, como sí hizo algún comentarista politico, que la frase no merece tanta atención y está, incluso, muy por debajo de la áspera animosidad ad personam que utilizan los portavoces, de la que no están, sino muy al contrario, libres los representantes de la izquierda, tanto la moderada como la extrema.

La formación de atletas que representa a Gaige en el rico feudo de Qatar, proporcionó a principio de semana la alegría de ridiculizar a la muy digna selección de Costa Rica, a la que arrolló con siete goles frente a cero. El equipo de Alemania se encargó de bajar el nivel de euforia de aficionados y futbolistas, haciendo sufrir el 27 de noviembre a los chavales que manda Martínez (Luis Enrique). Por su parte, los atletas del balón-pie que defienden el honor de Costa Rica (en el supuesto que este móvil etéreo pueda medirse en un campo de deportes), recuperaron el suyo venciendo a Japón y, poniendo de manifiesto, de paso, que el azar también tiene colores.

La semana ha traído vientos de protagonismo para el equipo que dirige la ministra Ribera (Teresa), que ha vuelto de la celebración de la COP 27 en Sharm el Sheikh con buenas vibraciones. Tuve ocasión de oir a la responsable de la Oficina Española para el Cambio Climático -Ulargui, Valvanera-, invitado por Sust4in2 (es decir, Viegas, Marcio), pronunciarse sobre la necesidad de cambiar la estructura el sistema financiero internacional para salvarnos de un incremento de temperaturas que, según los datos, no tiene actualmente coto. De la experiencia de los últimos encuentros de los representantes de casi todos los países en estas cumbres tan mediáticas, mi opinión es que se pueden sacar muchas consecuencias, pero pocas optimistas.

Provocada por el aumento de temperaturas a nivel global o producto de una ocasional disminución del período de lluvias, el campo ha visto la reducción de sus producciones respecto a otras temporadas y en zonas como Cataluña -sin que quepa por ello atribuir la culpa en este caso a la gestión de su Generalitat- se han impuesto restricciones en el uso de agua.

En el Ministerio por la Transición Ecologica, la titular presentó esta semana la Hoja de Ruta para Materias Primas Minerales y anunció la puesta en proceso de opinión pública de una revisión a fondo de la Ley de Minas. El salón de Actos estaba lleno con varones encorbatados que, a petición de la Ministra, antes de comenzar el acto propiamente, se pusieron en pie para guardar un minuto de silencio -me pareció algo largo- en memoria de las víctimas de violencia de género, en el Dia Internacional contra esa lacra social y cultural que tanto alarma a Gaigé y a otros países de nuestro entorno civilizado, que cuentan por decenas con lógica alarma, las muertes de mujeres a manos de sus parejas. Mientras tanto, millones de mujeres son maltratadas, vejadas o ignoradas oficialmente en sus derechos más elementales, en países que siguen defendiendo que la mujer es un ser inferior al varón.

No es este lugar ni espacio para valorar las dos importantes decisiones juridicas con gran efecto económico y social en las que se embarca la Vicepresidenta Tercera del Ejecutivo en su último año de gobierno que, junto a otros cambios legislativos propiciados por el Gobierno de Gaigé, parecen responder al viejo principio de conseguir que a este país no lo reconozca ni la madre que lop parió, y que sirvió de motto al primer gobierno socialista de la hoy declinante democracia.

El partido Ciudadanos lucha por la subsistencia con sus dirigentes alternando navajazos y abrazos. Bal (Edmundo) expresa con mayor claridad cada vez que habla su falta de sintonía con Arrimadas (Inés). La lideresa reprocha a Bal no haber detectado a tiempo, desde su pedestal de abogado del Estado en excedencia, que la Ley del sí es sí tenía un agujero por el que están obteniendo la excarcelación temprana o la rebaja de sus condenas, reclusos condenados por violación. El minipartido de Ciudadanos votó con la mayoría aplastante la aprobación de la Ley, que solo fue rechazada por Vox, que saca tajada del asunto.

La guerra en Ucrania sigue sin que se atisbe un final. El invierno, con su cohorte de frío y hambruna tienen, cada vez con más fuerza, la palabra. La diplomacia, la sensatez, los principios humanitarios más elementales, han sido incapaces, hasta ahora, de convencer a los contendientes de la necesidad de acudir al derecho internacional, a la ética universal y, sí, a la religión, antes de hundirse y hundirnos a todos en un caos de exterminación irreversible.

Publicado en: Actualidad, País de Gaigé Etiquetado como: Carla Toscana, Ciudadanos, COP27, Edmundo Bal, Gaigé, Inés Arriadas, Irene Montero, Luis Enrique, Marcio Viegas, Mundial de Fútbol, País de Gaigé, Putin, Sust4in, Teresa Ribera, Valvanera Ulargui, Volodomir Zelenski

Trigésima Cuarta Crónica desde el País de Gaigé

4 octubre, 2022 By amarias Deja un comentario

Entramos en octubre con el nivel de incertidumbre en aumento. La declaración unilateral de la adhesión a Rusia de las regiones arrebatadas a Ucrania como consecuencia de la invasión de febrero, celebrada por el Kremlin a bombo y platillo, ha generado aún mayor tensión internacional.

Putin (Vladimir), con su intención aparentemente robustecida con el apoyo de la Asamblea Geberal, refuerza el argumento de que, al ser parte del territorio ruso, cualquier ataque a las provincias del Donetz, Lugansk, Jersonv o Zaporiyia será replicado con máxima dureza, poniendo sobre el tapete la posibilidad directa de uso del arsenal nuclear contra quienes apoyen al gobierno de Ucrania.

Agrupados en torno al paraguas de Estados Unidos, los miembros de la OTAN, repiten con emoción el mantra de que, si Rusia atacara territorio aliado, obtendría “una respuesta inmediata”. La escalada de posiciones desde el pasado febrero, momento en que los frágiles acuerdos de Minsk (la población eslovena donde se firmaron en 2015) saltaron definitivamente por los aires, ha alcanzado un punto que podría temerse de no retorno.

Zelensky (Volodomir) y su gobierno, enaltecido por un sentimiento patriótico ucranio que se consolida con las victorias conseguidas frente al gigante ruso, gracias al apoyo aliado, no están dispuestos a ninguna negociación. El panorama, ausente o incompetente hasta el momento la vía diplomática, es muy sombrío. Rusia sigue jugando su partida de póker, si bien ahora aparece perfectamente definida su intención: ofrecer el armisticio a cambio del reconocimiento internacional de que las regiones ocupadas son parte del territorio ruso. Es posible que, a cambio, la Ucrania reducida se avenga a admitir ese recorte territorial a cambio de su incorporación a la Unión Europea y a la OTAN.

¿Es importante la valoración de esta situación desde Gaigé?. Sin duda. Desde la invasión, los argumentos empleados desde el Gobierno para justificar las dificultades en superar la crisis anterior, gravitaron en torno a “la guerra de Ucrania”. Primero fue el precio del gas (arrastrando rápidamente al conjunto de los recursos energéticos) y, muy pronto, la escalada de costes de materias primas abarcó todos los sectores y afectó a todos los usuarios.

Tiene Gaigé un menor capacidad de recuperación autónoma que los grandes países de la Unión Europea. Francia, cuyas empresas multinacionales tienen asentados firmes tentáculos en nuestro país (dominando tradicionalmente el sector de distribución alimentaria, servicios y muchas líneas de producción industrial), ha puesto casi siempre con gusto palos en las ruedas del crecimiento de Gaigé.

Es Alemania, a la que se vuelven siempre los ojos y las intenciones entre sumisas e imitadoras de los agentes económicos y políticos de Gaigé, la que debía actuar de locomotora de cabeza. Pero la crisis energética, la terrible dependencia del gas ruso y la dificultad de encontrar fuentes alternativas (aunque mucho más caras), está pasando una tremenda factura al gobierno alemán.

El viernes, 30 de septiembre, los ministros de Energía de la Unión firmaron un acuerdo por el que se comprometen a reducir voluntariamente el consumo eléctrico y a reducir los beneficios extraordinarios de las empresas que producen energías inframarginales. La decisión se aleja de la propuesta que venía defendiendo la batalladora -y escasamente empática- vicepresidenta Ribera (Teresa), pero supone admitir la necesidad de un Mecanismo que imponga provisionalmente topes a los precios de los recursos energéticos y obligue a las empresas que se están beneficiando del modelo de cálculo de precios finales a que sean solidarias con el sistema. La energía es determinante de la tercera parte de la subida de precios, con una inflación que alcanza el 10% en el conjunto de la eurozona.

La situación económica será mala y la política, aún peor, aunque en los mentideros de Gaigé se ha hablado esta semana, sobre todo, de los cuernos de un tal Onieva (Iñigo) ha puesto, en vísperas de su anunciada boda, a la consolidada reina del folletín, marquesa de Griñón, Falcó (Tamara), sucesora sin reparos en el corazón de la farándula de alto nivel mediático en la que tuvo su trono su madre, Preysler (Isabel), hoy felizmente casada con el genio de la literatura periodística Vargas Llosa (Mario). Esta revelación ha servido para poner de manifiesto, según una encuesta de Sigma Dos para el diario El Mundo, que los votantes de Unidas Podemos y Vox son los más infieles y los encandilados con el socialismo, los más engañados.

Se consolida la pareja formada por Díaz (Yolanda) y Sánchez (Pedro), para tratar de enderezar el rumbo del maltrecho gobierno de coalición. Loss vaporosos vestidos -con tendencia al blanco- de la otrora dirigente comunista, hoy vicepresidenta del Gobierno de Gaigé, hacen magnífico juego visual con la estupenda fachenda del presidente, aún bajo la cuarentena de un contagio por la Covid que trajo de un viaje a Estados Unidos.

La falta de entendimiento entre los dos partidos mayoritarios para la renovación de la cúpula judicial ha sido el elemento causante de la estrafalaria intervención del comisario de Justicia de la Unión, Reynders (Didier), que ha disfrutado de un viaje pagado por los estamentos de Gaigé para tratar de entender cuáles son los entresijos del persistente desacuerdo que impide que los jueces que han superado con creces el mandato legal sean sustituidos por sangre judicial fresca. Sus recomendaciones finales han sido acogidas con respetuoso escepticismo.

El público llano, siempre atento a captar señales de manera intuitiva, sigue preguntándose por qué ha de ser tan importante la vinculación ideológica de los magistrados para administrar justicia, incluso y particularmente en el Tribunal Constitucional. Si los estamentos judiciales están politizados (y lo son de forma evidente), la hipotética independencia de es tercer poder, se confirmaría como vinculada al Parlamento y a sus ideologías mayoritarias.

En La Toja se celebró un encuentro con confuso significado político, en el que participaron Núñez Feijóo (Alberto), de forma presencial y Sánchez (Pedro) por vía telemática. Entre los asistentes, se pudo ver a González (Felipe). Como en este tipo de actividades no se va a aprender ni a hacer doctrina, sino a mostrar afectos, adhesiones y distancias, la interpretación del evento resulta tan sencilla como improductiva: las espadas están en alto y los ánimos, expectantes y tensos.

Publicado en: Actualidad Etiquetado como: comisario de justicia, guerra de Ucrania, Iñigo Onieva, Minsk, País de Gaigé, Preysler, Putin, Ribera, Rynders, Tamara Falcó, Vargas Llosa, Zelenski

La cumbre de la OTAN nos acerca a la guerra de Ucrania

29 junio, 2022 By amarias 2 comentarios

Era de esperar, y el éxito deseado consistía en eso. La cumbre de la OTAN en Madrid que reunió a prácticamente todos los líderes del mundo occidental (y a algunos invitados con los que se quiere estar de buen rollito) se está desarrollando conforme a lo esperado: Rusia se recupera como enemigo y a China se le somete a un  estricto seguimiento, como sospechoso principal.

No parecía posible escuchar a Stoltenberg, el secretario general y portavoz de la Alianza, desgranar las conclusiones del primer día de reuniones, sin sentir un escalofrío: el apoyo decidido a Ucrania, la condena firme a la invasión rusa, el aumento del despliegue armamentístico en la base de Rota, dibujaban un sombrío panorama, a pesar de las sonrisas de satisfacción de los convocados y, en particular, de nuestros Jefes de Estado y de Gobierno, anfitriones de una reunión que discurre conforme a un impecable protocolo y un estupendo programa.

La afirmación oficial de que el mundo vuelve a la situación de tensión que creíamos no volveríamos a vivir cuando la antigua URSS y la vieja Norteamérica rivalizaban  en conmover los cimientos de la paz conseguida luego de la segunda guerra mundial no es una buena noticia. Si se creía que los jefes de Estado de este lado de la tensión iban a ofrecer algún cable al que Putin pudiera agarrarse para llegar a un acuerdo con Zelenski que terminara con la contienda, el deseo era erróneo.

Estamos más metidos que antes en la guerra contra Rusia. Incorporación de Suecia y Finlandia a la Alianza, más y mejor armamento y más ayuda económica a Ucrania para que resista en su holocausto heroico, una demostración de solidez y confianza en las fuerzas propias y más fuerte condena al jerarca ruso (criminal contra la Humanidad), además de poner en funcionamiento un disco ámbar para regular a China.

No parece, ni mucho menos, una bravuconada. Aunque la OTAN sigue delimitando con precisión el marco de la guerra, es imposible no entender que, aún utilizando el territorio del país amigo para depositar sobre él todo tipo de armas, cada vez más sofisticadas, pero sin poner (aún o sin que se sepa) las botas propias sobre la Ucrania invadida, la OTAN y la Unión Europea están en preguerra con Rusia. Falta solo una pequeña chispa para que el polvorín estalle.

Cierto que no tenemos otra opción. Ayer, en 24H, un desconocido, desmemoriado y rancio Jorge Verstringe (¿o era un sosias?) elucubraba sobre guerra evitables, egos dolidos y no se qué opinión de que la OTAN era un Organismo agresor, gringófilo y prepotente. El que, se jactó, se había abstenido de votar a favor de la entrada en la Alianza, votando en contra -fue el momento álgido de la estupidez con la que obsequió al programa- defiende ahora la posición de Unidas-Podemos en el Gobierno de España. No a la OTAN, no a la guerra, no a dotar de más presupuesto a los Ejércitos, no a las Bases norteamericanas y, en fin, ¡viva la paz!. Si nos atacan, ya lo han advertido: saldrán a parar los misiles con banderas blancas.

Con estos mimbres en el Gobierno, y a pesar del indudable éxito de Pedro Sánchez y la magnífica actuación de Felipe VI (¡y de Doña Letizia!) como anfitriones de la Cumbre, no se entiende que el Presidente del Gobierno de coalición siga criticando al Partido Popular por su falta de apoyo y no tenga el coraje de disolver la Legislatura y convocar elecciones, sacudiéndose -a cara de perro- esa incómoda lepra que corroe su credibilidad y emponzoña sus logros.

Publicado en: Actualidad, Política, Seguridad Etiquetado como: Cumbre de Madrid, felipe VI, Finlandia, OTAN, Pedro Sánchez, Putin, Stoltenberg, Suecia, Unidas Podemos, Valodomir Zelenski, Vestringe

El sangriento camino hacia la paz en Ucrania

20 mayo, 2022 By amarias Deja un comentario

Rusia, después de 87 días de invasión en Ucrania, anuncia pequeñas victorias en el territorio acosado, con el objetivo de ofrecer a la población rusa elementos de apoyo sicológico a una decisión estrafalaria de Vladimir Putin que, al cabo de tres meses de guerra, se revela definitivamente como un error histórico que dejará huellas permanentes en la credibilidad del Kremlin.

Se trata, en realidad, de victorias patéticas, que ensalzan y subliman la imagen del vencedor moral y, por el momento, incluso táctico y militar: Ucrania. En esta versión reciente del Holocausto, resiste voluntaria y heroicamente, sin importarle que ese plausible despropósito ante un enemigo  desproporcionado en medios y tamaño, pueda provocar el exterminio de parte de su población y llevar a la ruina irrecuperable al país.

¿Qué puede presentar el dirigente ruso como beneficios de la invasión? Desde luego, no el sometimiento del Estado legítimo de Volodomir Zelenski, consolidado como líder indiscutible de Ucrania y apreciado y apoyado en su gesta defensiva por todo el bloque occidental. Obligadas las mal preparadas tropas rusas a retroceder desde los primeros objetivos alcanzados en precario, los generales de ese Ejército desacreditado por la realidad se han concentrado en ordenar o admitir la destrucción de poblaciones, matando a miles de civiles, arrasando impíamente focos aislados y viendo, con indudable desesperación, como sus jóvenes soldados caían sin oponer verdaderas opciones a la sólida resistencia ucrania y teniendo que admitir que una tercera parte – si no más- del equipamiento militar desplegado en las regiones invadidas se convertía en chatarra.

Rusia empleó en estos últimos años grandes cantidades de su presupuesto a mejorar su capacidad armamentística y, en especial, de su arsenal nuclear. Es un país poseedor de alta tecnología y una capacidad de investigación y desarrollo a muy alto nivel. Tiene, y ahí está la clave de un temor y contratemor que impide, de momento al menos, y felizmente, la escalada bélica, potencial nuclear destructivo de muy alto nivel. El Kremlin no ceja en ponerlo de manifiesto y en amenazar con utilizarlo si el apoyo occidental a Ucrania cruza hipotéticas líneas rojas que ha venido trazando con mano temblorosa. Como un felino que jugara con su presa antes de engullírsela, ha decidido apostar por una guerra convencional, sin advertir que esa posición provocaría que la defensa ucrania se reforzaría con la entrega de material extranjero y que, sobre el terreno, la valentía y arrojo de los ucranios, cada vez mejor armados. contrapesarían el masivo pero deslavazado golpe de efecto de los miles de tanques ocupando el territorio ajeno.

Los defensores ucranios que se habían hecho fuertes en la macroacería de Azovstal han optado, finalmente, al menos mayoritariamente, por entregarse a sus sitiadores. El mando del batallón Azov, encargado de la protección de ese elemento estratégico, ha recibido la orden de deponer las armas, La visión de ese grupo de héroes, muchos de ellos heridos, saliendo de los sótanos de la acería, como espectros sublimes, dignos, antes de ser obligados a subir en camiones que los llevarían, como prisioneros, a zona rusa, es impactante. El Kremlin se apresuró a anunciar que serán juzgados como criminales de guerra. Pretenden con ello indicar que no serán considerados prisioneros de guerra y, por tanto, no disfrutarán de ese estatuto de protección y podrían ser condenados a muerte. El gobierno ucranio, con lógica total, los califica de héroes de la patria y propone su canje por prisioneros rusos, opción que, por el momento, se niega desde Rusia.

El parlamento de Finlandia ha respaldado, prácticamente de forma unánime, la propuesta de su gobierno de solicitar la adhesión  a la OTAN. Suecia, por su parte, hizo oficial el pasado lunes, 16 de mayo, su voluntad de unirse al bloque atlántico. No deja de ser una cruel paradoja que si la justificación de la invasión por parte de Putin fue evitar que Ucrania entrara en la Alianza, en pocos meses se verá totalmente rodeado por miembros de esa Organización, cuyo objetivo deberá ser revisado, para poder dotarla de una mayor capacidad de defensa frente a ataques exteriores, haciéndola menos dependiente (económicamente, desde luego) de Estados Unidos. También y de manera quizá más urgente, el robustecer el músculo militar conjunto de la Unión Europea, ha de figurar entre los efectos contraproducentes para los intereses del Kremlin de esta guerra de invasión que hace unos meses nadie podía imaginar.

No ha terminado esta guerra, ni está próxima a hacerlo. Italia ha presentado una propuesta de paz, que incluye el inmediato cese de las hostilidades, y parece conceder a Rusia un cierto control de la zona del Donbás, La tercera parte de Ucrania, según información del gobierno de este país, está minada. Los muertos civiles aún no han podido ser claramente detectados y contabilizados; las tropelías del Ejército ruso (si puede merecer tal nombre) y sus mercenarios están por descubrir en su total magnitud. La hambruna se cierne, no solamente sobre Ucrania, sino que rebota y se expande por muchos países, faltos de maíz, grano y fertilizantes.

Los desastres de esta guerra serán duraderos. Estoy releyendo un libro que nunca imaginé pudiera tener un desarrollo actualizado: “Guerra, ¿para qué sirve una guerra? (El papel de los conflictos en la civilización)”, de Ian Morris. El argumento central de este profesor de Historia es que las guerras han hecho del mundo un lugar más seguro y próspero, creando sociedades cada vez más grandes y más complejas.

No me siento alumno ni admirador de Morris. Como un monstruo que habita en la triste verdad del hombre, la ambición que se detecta en la aparición de Putin y sus secuaces ha venido a demostrar que el potencial bélico destructor de las potencias económicas se prueba, incluso en este momento que se creía de mayor crecimiento y globalización en la paz, con el mismo fin de dominio y aprovechamiento del débil, sojuzgando a su población y apropiándose por la fuerza de sus bienes y recursos.

Queda por asimilar mucha incertidumbre, y los que -ahora- defienden a Putin como si su actuación estuviera regida por otra lógica que la del latrocinio, no debieran olvidar que la ética solo está de un lado. No es un amable bifronte que todo lo justifica.

Publicado en: Actualidad Etiquetado como: Azovstal, Donvás, Finlandia, OTAN, Putin, Rendición, Suecia, Ucrania, Zelenski

Rusia ve nazis en todas partes

11 mayo, 2022 By amarias Deja un comentario

El día 9 de mayo, el jerarca invasor Putin conmemoró el Día de la Victoria contra los alemanes comandados entonces por un sátrapa con ambición de dictador global, como el. Se llamó Adolf Hitler y por su culpa, a los alemanes que lo secundaron se les llamó nazis.

Vladimir Putin utiliza desde que agredió Ucrania enviando un Ejército preparado para una BlitzKrieg (guerra relámpago), esa palabra convertida en insulto fácil para justificar la invasión. Pretende limpiar de nazis Ucrania. Lo recordó, en un acto muy desvaído y con palabras huecas, defendiendo la legitimidad insostenible que le llevó a poner botas militares y tanques sobre el país vecino.

En estos últimos setenta y siete días, han cambiado muchas cosas en el mundo. La invasión ilegítima, condenada por el bloque occidental, ha permitido a Estados Unidos recuperar su liderazgo. Los pollitos europeos se han apresurado a cobijarse sobre el gallo norteamericano. Después de todo, se trataba de presentar músculo militar.

El presidente Biden, tras algunas indecisiones, está contestando a las bravuconadas de Putin, que desde el primer momento, ante el apoyo que se estaba prestando a Volodomir Zelenski, amenazó con emplear su arsenal nuclear contra los países que ayudaran a Ucrania. En un precario equilibrio de contención de los despropósitos, la linea roja ha sido imaginariamente trazada si Rusia ataca alguna población de la OTAN y, sensu contrario, si Ucrania invade territorio ruso.

Putin no ha podido cantar victoria el día 9, porque, salvo como comandante de la destrucción sin limites y paladín de la infracción de derechos humanos y convenios internacionales (también de la guerra) solo ha ganado el asombro, el desdén y el menosprecio de los europeos y norteamericanos, empeñados en estrangular la economía rusa mientras envían armas de variado calado para aumentar la capacidad de resistencia de Ucrania.

Zelenski y el Ejército ucraniano (formado en su mayoría por voluntarios a los que anima el espíritu de protección sin límites de la Patria invadida) se están defendiendo con heroicidad e inteligencia. Con ayuda de países de la OTAN y el apoyo humanitario y material de casi toda la Unión Europea, la situación está consiguiendo demostrar que esa resistencia tenaz será capaz de poner a prueba, no el poderío militar del tercer Ejercito del mundo, -jactancioso poseedor de tecnología atómica, como recuerda, convertido en un mantra, Vladimir Putin y su equipo de hienas, sino la inteligencia diplomática para detener la guerra antes de que colapse económicamente la misma Rusia.

 

Publicado en: Ucrania Etiquetado como: guerra, Putin, Ucrania, VolodomirZelenski

Ética en Ucrania

30 abril, 2022 By amarias Deja un comentario

No se está hablando o escribiendo demasiado (y debería ser el caso) sobre la ética en la guerra de Ucrania. Quizá, emocionados por contarnos -sobre todo, a los espectadores occidentales- la evolución militar de la contienda, los avances y retrocesos de uno y otro de los contendientes, los estragos producidos después de más de setenta días de lucha destructiva, los cronistas piensan que los aspectos éticos de esta guerra no son tan interesantes.

En algunos aspectos sí parece que la mayoría está de acuerdo. Se trata de una guerra y o de una invasión, aunque es evidente que Rusia ha invadido territorio ucranio. Pero los ucranios, de forma masiva y prácticamente unánime, bajo las directrices del presidente legítimo Volodomir Zelenski, se han opuesto con armas a la agresión territorial y, por tanto, están en guerra con Rusia.

Se trata de una guerra peculiar por sus características militares, territoriales y en relación con los apoyos exteriores y el empleo de armas y medios destructivos; también en cuanto al comportamiento de la población civil y a la utilización de la misma por el agresor para provocar mayor presión sobre la defensa del agredido.

Para algunos analistas, es una guerra civil, con el significado de que en ambos lados de la contienda, los militares son eslavos y, aunque desde hace algunos años Ucrania es un país independiente, reconocido por la comunidad internacional, los lazos que mantuvo con Rusia eran particularmente intensos hasta poco antes de la contienda. Ciudades como Karpov, hoy gravemente afectadas por la destrucción, eran consideradas como centro cultural ruso. En Mariúpol, centro de los ataques de la fuerza rusa, arrasada hoy y controlada por los agresores (salvo la acería de Azovstal, en donde se concentran unos cientos de soldados ucranianos, asediados y en condiciones vitales precarias) el jefe separatista de la autodenominada República Popular de Donetsk declara estar preparando a la población, niños incluídos, para desfilar por sus calles el 9 de mayo próximo, como un nuevo Día de la Victoria.

En un brillante artículo, Araceli Mangas Martín (vicepresidenta de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas),glosa en el diario El Mundo del 22 de abril, algunas de las graves infracciones del derecho y de la ética internacional de esta “Guerra sin cuartel”. La misma expresión de la intención de “aniquilar” la defensa ucrania en Mariúpol, teatralizada por el sátrapa del Kremklin con su Ministro de defensa hace unos días, indica, según la catedrática de la UCM, la existencia de ubn “crimen de guerra”, con vulneración de Reglamento de la Guerra Terrestre-Convenio de la Haya y su protocolo Adicional de 1973, del que Rusia es parte.

Muchas son las violaciones de normas internacionales que Rusia -no solo Putin- acumula en esta guerra, con sus ataques a las poblaciones y la negación de protección a los prisioneros de guerra. Llama la atención, porque se ha negado con ello la capacidad de mediación internacional, el incumplimiento de la obligación (Convenios de Ginebra) de “nombrar potencia protectora”, un Estado de la respectiva confianza de cada uno de los combatientes, que supervise la correcta aplicación de los Convenios y el auxilio a las víctimas. Que haya que lamentar también alguna infracción por parte ucrania (disparar a los pies de los soldados rusos ya rendidos, denuncias por confirmar de vejaciones y mutilaciones a prisioneros o a delatores) no debilita ni compensa el grado de crueldad ejercido por los invasores en esta guerra que conmociona Europa.

En todo escenario bélico, mientras la contienda se mantenga y no se consolide un vencedor, la intoxicación es parte del material esgrimido por las partes y la propaganda sirve al efecto de alardear de avances propios y la exhibición de derrotas y deserciones del contrario, con la intención de minar la moral del enemigo y consolidar el clima de apoyo de los simpatizantes de parte. Putin ya cantó victoria varias veces, y en la venta de éxitos, Zelensky no se queda atrás. El apoyo moral y armamentístico que le están prestando los Estados occidentales, sin que -hasta el momento- hayan superado (a los ojos de Putin) la línea roja de su participación activa en la guerra, no deja lugar a dudas en que nos movemos en un campo especial, al borde del peligro de que, por error o a sabiendas, se produzca el ataque a alguna ciudad fuera de las fronteras ucranianas.

Resulta muy interesante introducir en el análisis la opinión, difundida en Rusia y en los países que simpatizan con los invasores (o que mantienen un difícil equilibrio de supuesta neutralidad) que se apoya en que Putin no es el agresor, y que la hipótesis de que pretende reconstruir la “gran Rusia” es una invención occidental, y que, por el contrario.  ha sido la OTAN la que, con su posición de integrar a Ucrania en su órbita, ha desestabilizado la situación. En esa línea argumental, un gobierno títere, con Zelensky como juguete significativo, ha dado un paso intolerable para el sentimiento patriótico ruso, al comunicar su deseo de incorporarse a la Unión Europea y a la OTAN. Obviamente, la calificación de tal acción como “ofensa” implica no admitir ninguna capacidad de autonomía a Ucrania.

Cierra este análisis apresurado sobre los principios éticos vulnerados en este guerra “sin cuartel”, la apreciación de que se trata, también, de una disputa religiosa, por las creencias de las poblaciones respectivas. La religión mayoritaria en Ucrania es el cristianismo, con más del 86%  considerado practicante. Como ha destacado Pilar Bonet, hace ya varios años, el enfrentamiento entre Kiev y Moscú afecta también a la religión. No es tan sencillo descubrir todos los hilos de esta discrepancia, que está vinculada al patriarca de la iglesia ucraniana y su negativa a someterse a Moscú. El anterior presidente proruso Petró Poroshenko, fue el impulsor de una nueva Iglesia ortodoxa en Ucrania, cuya deriva deseada hubiera sido la advocación y dominio del patriarca de Moscú, el patriarca Cirilo, cuyo apoyo a Putin es manifiesto. La petición del Papa Francisco para que Cirilo instase al Kremlin a detener la guerra no tuvo ningún resultado.

Publicado en: Actualidad, Guerra en Ucrania, Rusia, Ucrania Etiquetado como: Acuerdo de Ginebra, Araceli Mangas Martin, OTAN, Pilar Bonet, Putin, Ucrania, Volodomir Zelenski

Duodécima Crónica desde el País de Gaigé

24 abril, 2022 By amarias Deja un comentario

La semana que termina el 24 de abril ha sido pródiga en pequeños acontecimientos a los que se ha dado una gran trascendencia en Gaigé.

En mi opinión, el más significante de entre los protagonizados por el presidente Sánchez ha sido la visita a Kiev, en donde se encontró con el presidente ucranio, metido éste de hoz y coz, después de dos meses de defenderse de la invasión del sátrapa Putin, en una guerra sin fin. Sánchez, ya en campaña electoral frente al crecimiento del nuevo PP de Feijóo, ha prometido camiones y vehículos ligeros.

El rostro cansado de Zelenski agradeció el detalle, pero volvió a pronunciar su deseo explícito de lo que necesita su país: Más armas. No solo se enviará material de transporte, sino también especialistas en neutralización de minas y en la identificación de señales de tortura o trato vejatorio en los cadáveres que la retirada (momentánea) de las tropas rusas, bielorusas y chechenas han dejado al descubierto en Buscha y otras ciudades abismadas por la furia expansionista del loco del Kremlin y sus secuaces.

Por cierto, que se ha juzgado en círculos militares como un desliz imperdonable desde el punto de vista de la estrategia militar, un crecido presidente de Gaigé haya filtrado que el envío de apoyo bélico se realizará por medio del buque Ysabel y a través de la frontera con Polonia, en un viaje que iniciará de inmediato y que durará una semana, pues expone a éste a un ataque ruso.

La tensión política en Gaigé suben enteros cada día. La amenaza de ruptura de la coalición de gobierno parece ya un leit motiv del panorama. Por una parte, se debe registrar la oposición de algunos miembros del Gabinete a enviar armamento y apoyo estratégico (y hasta sicológico) a Ucrania. Muy expresivamente, ante esa resistencia expresada por ministros como Montero y Garzón, la ministra de Defensa (convertida, a su pesar, en ministra de la Guerra) Margarita Robles, ha indicado que “si alguien cree que se puede negociar con Putin por la vía diplomática, que lo haga”.

El otro y nuevo punto de tensión lo conforma el “caso Pegasus”, por presunto  espionaje (según indicios, por el CNI) a los independentistas catalanes, hoy socios de gobierno.

Como era de sospechar, el asunto de las comisiones lujuriosas por mascarillas y guantes al inicio de la pandemia, entra en la fase del “y tu más”.

El nuevo Presidente del PP se ha aupado a su puesto con tanta energía que parece haber estado allí toda su larga vida política. Sin sentirse frustrado por la reunión sin acuerdos que mantuvo con Sánchez hace apenas una semana, ha elegido la vía singular de enviarle una carta al “Querido Presidente”, con más de cien puntos, entre los que destaco la exigencia de reducción de impuestos, la prolongación de la vida de las centrales nucleares y la renta mínima a las clases más necesitadas. Un golpe  bajo la línea de flotación de la incómoda singladura que se prevé para el resto de la legislatura.

La victoria de Macron en Francia sobre Le Pen, que le garantiza cinco años de presidencia pero no un Paramento a la medida (al contrario), abre incógnitas sobre el liderazgo en la Unión Europea, perdida para la Historia la canciller alemana Merkel, que ha cedido los trastos de ordenar el girigay europeo en un gris Scholz y, sobre todo, habiendo recibido un golpe irrecuperable por su amistad con Putin, en el que confió el futuro energético de Alemania.

 

Publicado en: Actualidad, País de Gaigé Etiquetado como: Feijóo, Gaigé, Margarita Robles, Montero, Pedro Sánchez, Putin, Scholz, Volodomir Zelenski

Sánchez entra en la guerra de Putin

21 abril, 2022 By amarias Deja un comentario

El presidente de Gobierno Pedro Sánchez, a despecho de la opinión expresada por miembros de la coalición que lo sostiene, ha tomado una decisión que, sin duda, aumentará su declinante popularidad. Hoy, 21 de abril, ha visitado Kiev para expresar su apoyo a la guerra de resistencia que libra Zelensky desde hace ya dos meses contra Putin. En un viaje desde Polonia, realizado en su etapa final, en tren desde la frontera polaca hasta la capital ucraniana, su protección estaba garantizada por un grupo de geos, además de por la milicia ucraniana.

Sánchez realizó la visita junto a la primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen. También han tenido ocasión de conocer de primera mano los estragos causados en la ciudad de Borodianka  en la región de Kiev y, finalmente, saludó a José Andrés haciéndose unas fotos con el cocinero multifacético

Su visita no fue solo de cortesía. Ha comprometido el envío de 200 toneladas de material bélico, fundamentalmente, vehículos pesados  de transporte (30 camiones) y otros de ligeros (10), que ya han sido embarcados, según dijo a Volodomir, en el “Ysabel”, un buque logística de tipo Ro-Ro, adquirido por el Ejército de Tierra a la naviera Suardíaz y destinado habitualmente al servicio entre la península y Ceuta, Melilla y los archipiélagos Canario y Baleares.

El momento coincide con la multiplicación de los exabruptos del actual inquilino del Kremlin, que ha probado el lanzamiento de un misil con múltiples cabezas con el que dice poder alcanzar los 17.000km de distancia, y por tanto, estaría en disposición de llegar a cualquier ciudad occidental y destruirla, sin que los elementos antiaéreos estuvieran en disposición o capacidad de detectar el alto número de cabezas, algunos de los cuales se escaparían del sistema de detección. La Casa Blanca niega que esto pueda suceder, porque sus sistemas de protección son eficientes también contra esta amenaza.

También ha prometido Sánchez el envío de 40 especialistas forenses para analizar y tomar muestras de algunos de los centenares de cadáveres que se han ido descubriendo en las poblaciones saqueadas y abismadas por las tropas rusas. Parece increíble que soldados profesionales cometan tamañas tropelías, claramente delictivas según el derecho internacional aplicable a la guerra. Se cree, por ello, que tuvo que ser realizado por la chusma contratada de urgencia por Putin o los mercenarios sin escrúpulos ni orden que se han movilizado “en apoyo de las directrices del Kremlin”. No sirve esto de eximente alguna para el promotor de la invasión y sus generales.

Por cierto, Volodomir ha agradecido la visita y el envío de más material, pero ha reiterado que lo que más precisa la defensa del país son aviones, misiles y material de ataque. Ahí queda eso.

Muy concreto y dramático, por su carácter de realizable de inmediato, es el sentido de la orden dada hoy por Putin a Serguéi Shoigú, sumiso ministro de Defensa, que ha sido emitida por la televisión rusa de “no dejar entrar ni una mosca” en Mariúpol, cerrando con ellos la salida a los 2.000 combatientes ucranianos refugiados en el complejo siderúrgico de de Azovstal, así como a los otros tantos civiles que no han podido huir.

Putin “ya ha perdido la guerra” -le oigo decir desde hace días a Jesús Núñez Villaverde, ex militar y codirector del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria (IECAH)-y ya solo confía en ofrecer un éxito parcial con ocasión de la ceremonia del Día de la Victoria sobre el nazismo, el 9 de mayo próximo. No me atrevo a discrepar de mi amigo Jesús, serio analista de este y otros múltiples conflictos en los que siempre ha ofrecido su ponderada e instruida opinión, pero no me parece que Putin esté bajo control.

La guerra, para Putin, ofrece pocas, si alguna, salida airosa. La sólida oposición occidental, con la Unió Europea unida en la valoración de que Putin y sus generales son sospechosos de haber cometido crímenes de lesa humanidad le complica el futuro. Por ello, mi mirada está centrada en el efecto de la decisión firme de aislar al régimen hasta provocar la ruina que suponga  el levantamiento de la población rusa contra él, asumiendo el deterioro económico propio de los autores de la medida. Todo ello, en la confianza de que China siga mirando para otro lado y el pavor a la tercera guerra mundial contenga a Putin a cualquier agresión a un país de la OTAN.

Publicado en: Actualidad, Guerra en Ucrania, Rusia Etiquetado como: Borodianka, China, Jesús Núñez Villaverde, José Andrés, Kiev, Mariupol, Mette Frederiksen, Pedro Sánchez, Putin, Serguéi Shoigú, vista a Ucrania, Ysabel, Zelensky

Hay otras miradas sobre la guerra

19 abril, 2022 By amarias Deja un comentario

La guerra en Ucrania aumenta cada día su grado de tensión, destrucción y barbarie, sin que se atisbe su final inmediato. El espectador de esta pesadilla con personajes reales y armas mortíferas seccionando ilusiones se pregunta cada día si entre los que nos mandan habrá quien sea capaz de encontrar la llave que nos conduzca al final.

Entre quienes creen tener soluciones, hemos sabido hoy, a los 55 días del año cero de esta guerra, que Pablo Iglesias (júnior) y la ministra de Derechos Sociales y secretaria general de Podemos, Ione Belarra, hans suscrito un Manifiesto (¡Peace now!) que reclama la paz para Ucrania, exigiendo un alto al fuego inmediato. No están solos en la emisión de esa declaración, que tiene un contenido asumible en muchos aspectos (salvo en que no hay ningún párrafo ni mención que suponga la condena ni la crítica a Vladimir Putin).

Tampoco pueden reclamar los portavoces del partido de la izquierda populista, la originalidad de su redacción. Entre los oportunistas que han querido poner su firma, instando a las Organizaciones mundiales y líderes del mundo a que intervengan para que se acabe la guerra de inmediato, se cuentan Mayor Zaragoza (Federico) , Jeremy Corbyn, Niam Chomsky y Yanis Varufakis.

El escrito indica que Zelensky ya expresó las dos condiciones para la paz: la retirada de las tropas rusas de Ucrania y que “ésta se convierta en un país neutral”. No sé cuál es la información que reciben los personajes sobre la guerra, pero yo mismo oí (en su declaración pésimamente traducida, pero inteligible, ante los senadores y congresistas apiñados en los asientos de la Cámara Baja) que lo que deseaba era: “armas” -junto al apoyo moral que estaban recibiendo como combatientes de la invasión rusa.

Tampoco se conoce, de forma clara, cuál es el punto concreto deseado por el líder del Kremlin para desistir de la invasión. Algunos especulan que pretende afianzarse en el Donbás, y conseguir que el territorio que une la costa con Crimea sea integrado en Rusia; en otra versión, que podría dejar una salida al mar de Azov a Ucrania, para que no quede sin ese respiro marítimo. Lo que sí se sabe, juzgando por actitudes del ejército ruso comandado por Putin es que los ataques sobre Maríupol, e incluso Kiev, se han redoblado. Por cierto, aunque en Maríupol solo se encuentran unos cien mil civiles atrapados sin poder escapar y la ciudad, si juzgamos por los testimonios gráficos es un reflejo sin matices de la destrucción total pretendida por los agresores.

Al releer mis propias crónicas sobre esta guerra, en la que -con algunos claros- he procurado exponer mis sentimientos, me pregunté si estaba siendo objetivo o, aún más precisamente, si no me había dejado seducir por la simpatía hacia el agredido. Una especie de síndrome de Estocolmo, al revés, que seguro que también tiene nombre.

Repasando escritos de personas que saben sobre asuntos bélicos más que yo (en esencia, un ciudadano pacifista pero que apoya la preparación militar para la defensa ante una agresión exterior), me encontré con la entrevista que realiza Francisco Carrión a un buen amigo, coronel retirado, Manuel Morato, que en El  Independiente (18 de abril de 2022) expone sus pareceres sobre esta guerra.

Morato es un experto en el mundo eslavo y buen conocedor de Rusia y de Ucrania, habiendo sido agregado militar de España en la embajada de Moscú, durante muchos años, entre otros destinos. En la larga entrevista, opina que Ucrania es “existencial para Rusia”, pero que nunca el Kremlin ha hablado de anexionársela. lo que quería era liberar el Donbás, porque los acuerdos de Minsk no se cumplieron. También entiende que el haber abierto la posibilidad de que Ucrania y Georgia entraran en la OTan ha sido un error.

La gran cercanía étnica e histórica entre los pueblos ruso y ucraniano le hace expresar que ” esto es muy parecido a una guerra civil”.  El ex coronel no ve “fracaso militar de Rusia, porque si hubiera querido hacer una guerra relámpago, con su gran armamento militar, lo hubiera conseguido.”. Lo que pretende Putin con esta “guerra híbrida” es “debilitar a Ucrania”.

No parece posible que los beligerantes y quienes los apoyan de uno y otro lado hayan tenido ocasión de leer la entrevista. En todo caso, el 18 de abril, Zelensky pidió formalmente la incorporación a la OTAN, para lo que dice cumplir todos los requisitos.

Estoy obligado a dar credibilidad a los mandatarios europeos que han visitado Kiev en estos días de guerra y han vuelto de allí contando historias de horror. Y creo también a ese asturiano con nacionalidad norteamericana llamado José Andrés, que, con miembros de su organización humanitaria World Central Kitchen, se acercó a Jarkóv y a Leópolis para ofrecer comida a los que la guerra ha hecho pobres. Su director, Nate Mook ha escrito en twitter: “Cooking (in Kharkiv) is a heroic act of bravery”. En un ataque con misiles rusos el 16 de abril, murió una persona y resultaron heridos cuatro cooperantes.

Esta guerra no es un juego. Muere mucha gente, se tienen que proteger de ella, huyendo, millones de personas. Algunos miles de millones más nos estamos preguntando, con mayor o menor intensidad, quién puede parar esta guerra, antes de que desemboque en la tercera guerra mundial. La última.

Publicado en: Actualidad, Guerra en Ucrania Etiquetado como: Jeremy Corbyn, José Andrés, Manel Morato, Mayor Zaragoza, Minsk, Nate Mook, Niam Chomsky, Putin, World Central Kitchen, Yanis Varufakis., Zelensky

Putin entra en crispación y esgrime mayor potencia destructora

16 abril, 2022 By amarias Deja un comentario

La pérdida de uno de sus buques de guerra insignia, junto con la consciencia de que, contrariamente a lo deseado, el ataque a Ucrania está encontrando mucha mayor resistencia y un apoyo internacional que amenaza con llevar a Rusia a un grave aislamiento, ha desencadenado la furia del animal herido en los cerebros atormentados del Kremlin.

Se conmemora en esta semana, por las tres religiones del libro, y poniendo el énfasis en diversos aspectos de las Escrituras, su fiesta más significativa. Para los católicos, se tratan de conmemorar la base de sus creencias, la muerte y resurrección de Jesús, el hijo de Dios, en un incomprensible sacrificio -para la razón- por la redención del género humano. Los musulmanes se encuentran aún en el ayuno del Ramadán, la fase de purificación de cuerpos y espíritus que les llevaría a entender mejor las enseñanzas del profeta, y que les obliga a ayunar de sólidos y líquidos hasta la puesta del sol. Los judíos, en fin, han celebrado el viernes la Pascua, rememorando el Éxodo de los israelitas de Egipto, uno de los grandes momentos de revalidación de sus creencias.

En la celebración católica, el Papa Francisco, ante una multitudinaria concentración de fieles en el Vaticano, ha rogado por la paz y, en representación simbólica, dos mujeres, una ucraniana y otra rusa, han abrazado la cruz del perdón. Por cierto, que el embajador ucraniano ante la Santa Sede ha manifestado su protesta por esta supuesta “afrenta”. Sin embargo, desde mi perspectiva, el mensaje ha sido correcto y alentador para la razón de la paz. No son los pueblos los que se enfrentan, sino sus caciques y, en este concreto caso, la ambición enfermiza, casi podríamos calificarla de satánica, del ocupante principal del Kremlin.

Hoy, 16 de abril de 2022, Rusia ha aumentado sus ataques, poniendo en jaque la mayor parte parte de las ciudades de Ucrania. Algunas, como Jarkov y Mariúpol, convertidas en un amasijo de edificios destruidos, autos quemados y, santo Dios, cuerpos de asesinados en las calles vacíos, ocupados por el silencio del horror y de la desgracia. Los soldados ucranianos se defienden con una bravura que no parece de esta época, apalancando cada posición a costa de sus vidas.

Las noticias que llegan del amplio frente suponen que también Kiev es objeto de nuevos ataques. Un nuevo frente amplio, a pesar de que desde el Kremlin parece concretarse su propósito “oficial” en dominar completamente las zonas de predominio de habla rusa (es decir, el Donetsk y Lugansk, Maríupol, Odesa y conseguir cerrar el enlace maritimo-terreste con Crimea), que era lo que se había estimado era el fin original de la invasión. ¿Qué ha pedido el gobierno de Ucrania? Más armas. Están convencidos de que la única forma de vencer la ambición rusa es derrotarlos en el campo de batalla, puesto que las vías diplomáticas están completamente cerradas.

En días recientes, proliferaron las apariciones de Zelenski en Parlamentos europeos y las visitas a la misma capital de Ucrania de mandatarios occidentales -hay que destacar el paseo por Kiev de Boris Johnson, acompañando al presidente del país y escoltado por algunas decenas de soldados, saludando y entablando conversación con gentes que encontraba al paso.

El apoyo a Ucrania se ha hecho muy explícito desde occidente y, por fortuna para mantener en límites soportables internacionalmente la escalada de tensión, el gobierno de la China de Jin-Pin se mantiene cauto. Dejando clara su posición, el presidente norteamericano Biden -que no oculta su opinión de que Putin es un criminal de guerra- no descarta visitar Kiev en breve.

Como si la guerra no hubiera podido paralizar la actividad administrativa y el ritmo burocrático, se han difundido imágenes en las que se ve a Zelenski y sus ministros en una aparente reunión de Gobierno. Una visión casi fantasmagórica, que vino a reforzar la emisión por Telecinco de episodios de la serie “Servidor del pueblo”, en la que un joven Zelenski, en la piel del profesor Vasyl Goloborodko ensaya para la ficción su papel posterior en la vida real.

Pero nada puede ocultar ni enmascarar los tremendos perjuicios que está causando esta guerra injusta, que tardarán décadas en subsanarse y algunas más en olvidarse las heridas geopolíticas que el sueño demencial de Putin y sus secuaces ha causado en el mapa del mundo. Casi cinco millones de refugiados, una crisis energética sin precedentes, subida de los precios de materias primas y bienes de consumo, y el aumento de las dotaciones para presupuestos militares. El mundo aún no está exactamente en guerra total, aunque se sigue preparando para una nueva catástrofe. Si los dioses no lo remedian, porque está demasiado claro que los hombres son incapaces de mediar. Solo piden más armas, a diestro y siniestro.

Publicado en: Actualidad, Europa, Guerra en Ucrania, Rusia, Ucrania Etiquetado como: Buden, Exodo, Kiev, Mariupol, Papa Francisco, Pascua judía, Putin, Ramadán, Vasyl Goloborodko, Zelenski

  • 1
  • 2
  • 3
  • Página siguiente »

Entradas recientes

  • Cuentos para Preadolescentes (12)
  • Cuentos para preadolescentes (11)
  • Cuentos para preadolescentes (10)
  • Cuentos para Preadolescentes (9)
  • Cuentos para preadolescentes (7 y 8)
  • Por unos cuidados más justos
  • Quincuagésima Segunda (y última) Crónica desde Gaigé
  • Quincuagésima primera Crónica desde el País de Gaigé
  • Cuentos para Preadolescentes (6)
  • Cuentos para preadolescentes (5)
  • Cuentos para preadolescentes (4)
  • Cuentos para Preadolescentes (3)
  • Quincuagésima Crónica desde el País de Gaigé
  • Cuentos para preadolescentes (2)
  • Cuentos para preadolescentes

Categorías

  • Actualidad
  • Administraciones públcias
  • Administraciones públicas
  • Ambiente
  • Arte
  • Asturias
  • Aves
  • Cáncer
  • Cartas filípicas
  • Cataluña
  • China
  • Cuentos y otras creaciones literarias
  • Cultura
  • Defensa
  • Deporte
  • Derecho
  • Dibujos y pinturas
  • Diccionario desvergonzado
  • Economía
  • Educación
  • Ejército
  • Empleo
  • Empresa
  • Energía
  • España
  • Europa
  • Filosofía
  • Fisica
  • Geología
  • Guerra en Ucrania
  • Industria
  • Ingeniería
  • Internacional
  • Investigación
  • Linkweak
  • Literatura
  • Madrid
  • Medicina
  • mineria
  • Monarquía
  • Mujer
  • País de Gaigé
  • Personal
  • Poesía
  • Política
  • Religión
  • Restauración
  • Rusia
  • Sanidad
  • Seguridad
  • Sin categoría
  • Sindicatos
  • Sociedad
  • Tecnologías
  • Transporte
  • Turismo
  • Ucrania
  • Uncategorized
  • Universidad
  • Urbanismo
  • Venezuela

Archivos

  • marzo 2023 (1)
  • febrero 2023 (5)
  • enero 2023 (12)
  • diciembre 2022 (6)
  • noviembre 2022 (8)
  • octubre 2022 (8)
  • septiembre 2022 (6)
  • agosto 2022 (7)
  • julio 2022 (10)
  • junio 2022 (14)
  • mayo 2022 (10)
  • abril 2022 (15)
  • marzo 2022 (27)
  • febrero 2022 (15)
  • enero 2022 (7)
  • diciembre 2021 (13)
  • noviembre 2021 (12)
  • octubre 2021 (5)
  • septiembre 2021 (4)
  • agosto 2021 (6)
  • julio 2021 (7)
  • junio 2021 (6)
  • mayo 2021 (13)
  • abril 2021 (8)
  • marzo 2021 (11)
  • febrero 2021 (6)
  • enero 2021 (6)
  • diciembre 2020 (17)
  • noviembre 2020 (9)
  • octubre 2020 (5)
  • septiembre 2020 (5)
  • agosto 2020 (6)
  • julio 2020 (8)
  • junio 2020 (15)
  • mayo 2020 (26)
  • abril 2020 (35)
  • marzo 2020 (31)
  • febrero 2020 (9)
  • enero 2020 (3)
  • diciembre 2019 (11)
  • noviembre 2019 (8)
  • octubre 2019 (7)
  • septiembre 2019 (8)
  • agosto 2019 (4)
  • julio 2019 (9)
  • junio 2019 (6)
  • mayo 2019 (9)
  • abril 2019 (8)
  • marzo 2019 (11)
  • febrero 2019 (8)
  • enero 2019 (7)
  • diciembre 2018 (8)
  • noviembre 2018 (6)
  • octubre 2018 (5)
  • septiembre 2018 (2)
  • agosto 2018 (3)
  • julio 2018 (5)
  • junio 2018 (9)
  • mayo 2018 (4)
  • abril 2018 (2)
  • marzo 2018 (8)
  • febrero 2018 (5)
  • enero 2018 (10)
  • diciembre 2017 (14)
  • noviembre 2017 (4)
  • octubre 2017 (12)
  • septiembre 2017 (10)
  • agosto 2017 (5)
  • julio 2017 (7)
  • junio 2017 (8)
  • mayo 2017 (11)
  • abril 2017 (3)
  • marzo 2017 (12)
  • febrero 2017 (13)
  • enero 2017 (12)
  • diciembre 2016 (14)
  • noviembre 2016 (8)
  • octubre 2016 (11)
  • septiembre 2016 (3)
  • agosto 2016 (5)
  • julio 2016 (5)
  • junio 2016 (10)
  • mayo 2016 (7)
  • abril 2016 (13)
  • marzo 2016 (25)
  • febrero 2016 (13)
  • enero 2016 (12)
  • diciembre 2015 (15)
  • noviembre 2015 (5)
  • octubre 2015 (5)
  • septiembre 2015 (12)
  • agosto 2015 (1)
  • julio 2015 (6)
  • junio 2015 (9)
  • mayo 2015 (16)
  • abril 2015 (14)
  • marzo 2015 (16)
  • febrero 2015 (10)
  • enero 2015 (16)
  • diciembre 2014 (24)
  • noviembre 2014 (6)
  • octubre 2014 (14)
  • septiembre 2014 (15)
  • agosto 2014 (7)
  • julio 2014 (28)
  • junio 2014 (23)
  • mayo 2014 (27)
  • abril 2014 (28)
  • marzo 2014 (21)
  • febrero 2014 (20)
  • enero 2014 (22)
  • diciembre 2013 (20)
  • noviembre 2013 (24)
  • octubre 2013 (29)
  • septiembre 2013 (28)
  • agosto 2013 (3)
  • julio 2013 (36)
  • junio 2013 (35)
  • mayo 2013 (28)
  • abril 2013 (32)
  • marzo 2013 (30)
  • febrero 2013 (28)
  • enero 2013 (35)
  • diciembre 2012 (3)
marzo 2023
L M X J V S D
 12345
6789101112
13141516171819
20212223242526
2728293031  
« Feb