Al socaire

Blog personal de Angel Arias. La mayor parte de los contenidos son [email protected], aunque los dibujos, poemas y relatos tienen el [email protected] del autor

  • Inicio
  • Sobre mí

Copyright © 2022

Usted está aquí: Inicio / Archivos paraUcrania

Ucrania, la solución cada vez más lejos

6 junio, 2022 By amarias Dejar un comentario

No puede explicarse desde la razón. Rusia -la Rusia de Putin, hay que matizar- un país que se creía fiable, abierto a la globalización y el progreso, pacífico, enlace necesario entre el expansionismo sin límites de China y la Europa en busca de una nueva identidad, ha estallado en una operación guerrera que compromete definitivamente su credibilidad y pone en grave peligro la estabilidad mundial.

Son más de cien días (desde el 20 de febrero de 2022) de guerra intensa, descarnada, cruel. Un ejército bien armado, con sofisticados medios guerreros, que decidió convertirse en invasor de un país que se acercaba pacífica e ilusionadamente al calor de una Unión Europea que podría garantizarle estabilidad política y potenciación económica.

Han pasado suficientes cosas en el centro y el entorno del escenario bélico para poder matizar, desde el conocimiento y análisis, lo que ha sucedido y está sucediendo. Puede que, como en la mayor parte de las contiendas, notas de claroscuro se hayan introducido en la valoración de la maldad absoluta del agresor y la bondad sin reservas del agredido.

Las realidades humanas admiten matices. En todo conflicto, surgen controversias, intereses añadidos y posiciones a favor y en contra.

Al fin y al cabo, el riesgo de que la invasión rusa se convierta en el principio de la tercera guerra mundial sigue vigente. Los afectos y los análisis no son perfectamente limpios. Como en toda guerra, las economías se resienten y, en ésta en particular, en que el apoyo de Estados Unidos -a través de la OTAN- se ha manifestado cada vez de forma más expresa del lado de Ucrania, ha pasado suficiente tiempo para que, además de preguntarnos a dónde conduce esta guerra, cuál puede ser su final, tenemos que lidiar con los efectos económicos sobre los no contendientes. En esencia, toda la Humanidad.

Porque Ucrania era el granero de Europa y de buena parte del mundo. La escasez de granos, de fertilizantes y productos agrarios -además de la paralización de envíos desde Ucrania que el Kremlin ha ordenado- han puesto de manifiesto que la dependencia de la producción ucraniana fue subestimada. Se creyó que podrían suplirse los desabastecimientos coyunturales en material siderúrgico o en materias primas minerales, en la valoración equivocada de que la guerra no duraría mucho. Por supuesto, el boicot al gas y al petróleo procedente de Rusia, vital para la Unión Europea, tampoco se valoró con igual dramatismo. Se pensó que podrían encontrarse con rapidez alternativas y, aunque hubiera que pagar más por la energía, la Unión Europea y el resto del mundo desarrollado podría permitírselo, antes de que las aguas volvieran a su cauce.

La posición de fuerza de Rusia como factor estratégico en la economía energética mundial (y no solo) no tiene que ver con las bravuconadas del Kremlin. Putin sigue amenazando con bombardear con sus misiles de cabeza nuclear ciudades europeas, en la medida en que el apoyo prestado a Ucrania por la OTAN, e individualmente, por los países de la Unión, aumenta y se hace más consistente. No es el desarrollo bélico lo más preocupante para Europa, puesto que el límite, como peculiar espacio de contorno para la guerra sin cuartel, se mantiene entre las fronteras de Ucrania que, dicho sea de paso, ya ha perdido casi la mitad de su PIB y la cuarta parte de su territorio en manos de Rusia. Zelenski sigue pidiendo más armamento a Europa, en una posición que combina heroísmo y tenacidad (defiende la integridad de su país), pero la cuestión ha pasado a ser otra.

¿Cuánto tiempo puede resistir la Unión Europea? ¿Está dispuesta a seguir ofreciendo su propio bienestar, su capacidad de desarrollo, el ritmo creciente de su inflación y la aparejada inestabilidad social, en el altar ucraniano? ¿La voluntad de seguir enviando sin límite, material bélico y ayuda económica y humanitaria a Ucrania, podrá mantenerse? ¿Se doblegará, por la vía de utilizar la capacidad de heroísmo de un pueblo hasta su extenuación, la resistencia económica de Rusia que,  por toda evidencia, se ha subestimado?

No tengo claro que el Kremlin esté perdiendo la guerra. No ha ganado en credibilidad ni honorabilidad, desde luego, pero en esta batalla global, en la que no solo se lucha con los artilugios bélicos en la devastada Ucrania, se están empleando otros factores de destrucción.

Archivado en: Guerra en Ucrania, Rusia Etiquetado con: economía, guerra, inflación, OTAN, Rusia, Ucrania

El sangriento camino hacia la paz en Ucrania

20 mayo, 2022 By amarias Dejar un comentario

Rusia, después de 87 días de invasión en Ucrania, anuncia pequeñas victorias en el territorio acosado, con el objetivo de ofrecer a la población rusa elementos de apoyo sicológico a una decisión estrafalaria de Vladimir Putin que, al cabo de tres meses de guerra, se revela definitivamente como un error histórico que dejará huellas permanentes en la credibilidad del Kremlin.

Se trata, en realidad, de victorias patéticas, que ensalzan y subliman la imagen del vencedor moral y, por el momento, incluso táctico y militar: Ucrania. En esta versión reciente del Holocausto, resiste voluntaria y heroicamente, sin importarle que ese plausible despropósito ante un enemigo  desproporcionado en medios y tamaño, pueda provocar el exterminio de parte de su población y llevar a la ruina irrecuperable al país.

¿Qué puede presentar el dirigente ruso como beneficios de la invasión? Desde luego, no el sometimiento del Estado legítimo de Volodomir Zelenski, consolidado como líder indiscutible de Ucrania y apreciado y apoyado en su gesta defensiva por todo el bloque occidental. Obligadas las mal preparadas tropas rusas a retroceder desde los primeros objetivos alcanzados en precario, los generales de ese Ejército desacreditado por la realidad se han concentrado en ordenar o admitir la destrucción de poblaciones, matando a miles de civiles, arrasando impíamente focos aislados y viendo, con indudable desesperación, como sus jóvenes soldados caían sin oponer verdaderas opciones a la sólida resistencia ucrania y teniendo que admitir que una tercera parte – si no más- del equipamiento militar desplegado en las regiones invadidas se convertía en chatarra.

Rusia empleó en estos últimos años grandes cantidades de su presupuesto a mejorar su capacidad armamentística y, en especial, de su arsenal nuclear. Es un país poseedor de alta tecnología y una capacidad de investigación y desarrollo a muy alto nivel. Tiene, y ahí está la clave de un temor y contratemor que impide, de momento al menos, y felizmente, la escalada bélica, potencial nuclear destructivo de muy alto nivel. El Kremlin no ceja en ponerlo de manifiesto y en amenazar con utilizarlo si el apoyo occidental a Ucrania cruza hipotéticas líneas rojas que ha venido trazando con mano temblorosa. Como un felino que jugara con su presa antes de engullírsela, ha decidido apostar por una guerra convencional, sin advertir que esa posición provocaría que la defensa ucrania se reforzaría con la entrega de material extranjero y que, sobre el terreno, la valentía y arrojo de los ucranios, cada vez mejor armados. contrapesarían el masivo pero deslavazado golpe de efecto de los miles de tanques ocupando el territorio ajeno.

Los defensores ucranios que se habían hecho fuertes en la macroacería de Azovstal han optado, finalmente, al menos mayoritariamente, por entregarse a sus sitiadores. El mando del batallón Azov, encargado de la protección de ese elemento estratégico, ha recibido la orden de deponer las armas, La visión de ese grupo de héroes, muchos de ellos heridos, saliendo de los sótanos de la acería, como espectros sublimes, dignos, antes de ser obligados a subir en camiones que los llevarían, como prisioneros, a zona rusa, es impactante. El Kremlin se apresuró a anunciar que serán juzgados como criminales de guerra. Pretenden con ello indicar que no serán considerados prisioneros de guerra y, por tanto, no disfrutarán de ese estatuto de protección y podrían ser condenados a muerte. El gobierno ucranio, con lógica total, los califica de héroes de la patria y propone su canje por prisioneros rusos, opción que, por el momento, se niega desde Rusia.

El parlamento de Finlandia ha respaldado, prácticamente de forma unánime, la propuesta de su gobierno de solicitar la adhesión  a la OTAN. Suecia, por su parte, hizo oficial el pasado lunes, 16 de mayo, su voluntad de unirse al bloque atlántico. No deja de ser una cruel paradoja que si la justificación de la invasión por parte de Putin fue evitar que Ucrania entrara en la Alianza, en pocos meses se verá totalmente rodeado por miembros de esa Organización, cuyo objetivo deberá ser revisado, para poder dotarla de una mayor capacidad de defensa frente a ataques exteriores, haciéndola menos dependiente (económicamente, desde luego) de Estados Unidos. También y de manera quizá más urgente, el robustecer el músculo militar conjunto de la Unión Europea, ha de figurar entre los efectos contraproducentes para los intereses del Kremlin de esta guerra de invasión que hace unos meses nadie podía imaginar.

No ha terminado esta guerra, ni está próxima a hacerlo. Italia ha presentado una propuesta de paz, que incluye el inmediato cese de las hostilidades, y parece conceder a Rusia un cierto control de la zona del Donbás, La tercera parte de Ucrania, según información del gobierno de este país, está minada. Los muertos civiles aún no han podido ser claramente detectados y contabilizados; las tropelías del Ejército ruso (si puede merecer tal nombre) y sus mercenarios están por descubrir en su total magnitud. La hambruna se cierne, no solamente sobre Ucrania, sino que rebota y se expande por muchos países, faltos de maíz, grano y fertilizantes.

Los desastres de esta guerra serán duraderos. Estoy releyendo un libro que nunca imaginé pudiera tener un desarrollo actualizado: “Guerra, ¿para qué sirve una guerra? (El papel de los conflictos en la civilización)”, de Ian Morris. El argumento central de este profesor de Historia es que las guerras han hecho del mundo un lugar más seguro y próspero, creando sociedades cada vez más grandes y más complejas.

No me siento alumno ni admirador de Morris. Como un monstruo que habita en la triste verdad del hombre, la ambición que se detecta en la aparición de Putin y sus secuaces ha venido a demostrar que el potencial bélico destructor de las potencias económicas se prueba, incluso en este momento que se creía de mayor crecimiento y globalización en la paz, con el mismo fin de dominio y aprovechamiento del débil, sojuzgando a su población y apropiándose por la fuerza de sus bienes y recursos.

Queda por asimilar mucha incertidumbre, y los que -ahora- defienden a Putin como si su actuación estuviera regida por otra lógica que la del latrocinio, no debieran olvidar que la ética solo está de un lado. No es un amable bifronte que todo lo justifica.

Archivado en: Actualidad Etiquetado con: Azovstal, Donvás, Finlandia, OTAN, Putin, Rendición, Suecia, Ucrania, Zelenski

Décimo Quinta Crónica desde el País de Gaigé

15 mayo, 2022 By amarias 2 comentarios

Está ya vencida la primera quincena de mayo en Gaigé, el país de los Despropósitos, y no faltan temas que comentar en esta Crónica singular. En primera página ha de figurar la sustitución-destitución-despido de Paz Esteban, la jefa de los espías de Gaigé y encargada, por tanto, de salvaguardar las intimidades del edificio de la gestión de lo público, esos subterráneos que Rufián (el valido de Junqueras) se obstina en llamar las “cloacas del Estado”.

Pretende con ello, junto a  los portavoces y palmeros de los partidos que pretenden dinamitar la democracia (una débil figura de entendimiento colectivo que en Gaigé parece que hoy solo puede ser defendida desde dentro, como una fortaleza en la que los asediados han conseguido entrar) hacer una llamada a la transparencia total. Un oxímoron sin recorrido práctico, que Rufián, Iglesias jr, Montero, Echenique, Colau, Torras, Otegui, Puigdemont, entre otros -secesionistas y antimonárquicos incrustados en el Gobierno- se encargan de adornar con tinta de calamar y grandilocuentes falsedades, acompañándose de gritos desaforados, con el único objetivo de ahuyentar a quienes osen acercarse a su imitación de burda kaaba, en donde se venera el dios de la confusión.

Andalucía, la región más extensa de Gaigé, está en campaña electoral para renovar el 19 de junio la presidencia de la autonomía y la falta de entendimiento entre los partidos y formaciones de la extrema izquierda permite pronosticar que la anunciada coalición para sacar a la derecha del gobierno regional, sufrirá un duro descalabro. La inscripción de Podemos a la plataforma electoral que registraron Izquierda Unida y Más País, Equo e Iniciativa del Pueblo Andaluz, llegó fuera de plazo, al no haberse conseguido el acuerdo sobre el candidato (Delgado, Juan Antonio) antes de que el período para presentar candidaturas conjuntas se cerrase. Así que será Nieto (Inmaculada) la candidata a quitarle el puesto a Moreno (Juan Antonio) o las ilusiones a Espadas (Juan). Será una campaña en la que es muy posible que, a medida que se acerque el momento de elegir, habrá sobre el escenario más sangre que carne. No se eligen programas, que se parecen mucho en lo sustancial y difieren solo en la fantasía de sus redactores y el actual presidente (en funciones) de Andalucía es maestro en ofrecer ambigüedad, que el votante interpreta, en general, con promesa de tranquilidad.

Tanta falsa disputa ideológica, con descalificaciones cansinas sobre corrupciones y malas gestiones del pasado -pendientes de resolución en los tribunales o caídas en los agujeros del olvido- robustece, sin pretenderlo, la coherencia del partido de Abascal, que ha conseguido disfrutar de la mejor propaganda imaginable al ser presentado como anticonstitucional y ultraderechista desde la cúpula del PSOE, abrazo del oso que el candidato socialista Espadas no debiera agradecer demasiado. Tampoco la medida ambigüedad de Núñez Feijóo (Alberto), es aliño de gusto para Moreno que, como todos los líderes regionales que confían sobre todo en conocer su percal, prefieren organizar la campaña por su feudo con sus criterios. Aunque pocos se acuerdan ya de Casado, la sede de Génova alberga aún fantasmas de una guerra fratricida en la que la sangre de las paredes no se limpió del todo.

Gaigé ha celebrado como si fuera un triunfo el tercer puesto de Chanel (cantante y bailarina cubana) en el Festival de Eurovisión. El esfuerzo gimnástico de la artista y de su coreografía no guardaba relación con la letra de una canción ininteligible, más propia de un país caribeño y que, mirada con espíritu crítico, podría ser calificada de hortera y vulgar. Ganó Ucrania, al recibir los votos sentimentales de las redes sociales, y queda en el aire el aprovechado e incomprensible ofrecimiento de TVE (con la aquiescencia del Gobierno, dicen) de ofrecer a Madrid como sede suplente si el pais invadido aún estuviera en guerra o no hubiera alcanzado su plena reconstrucción el próximo año.

El rey de antes, Juan Carlos, liberado de responsabilidades legales que nunca hubieran debido gravitar sobre su cabeza desplumada y coronada, quiere volver, y quisiera hacerlo a la Zarzuela, y aprovechar el momento de gozo y confusión para congraciarse con la sufrida reina Sofía y, con algo de retraso, tal vez celebrar los sesenta años de su irregular matrimonio reintegrado a los rediles del afecto popular. El pueblo de Gaigé, experto en aguantar traiciones, dictadores, guerras civiles, democracias débiles y falsos mesías, estará siempre dispuesto a disculpar amoríos, extramatrimoniales devaneos y, rodeado de corruptos y proclive a utilizar ventajas él mismo, entendería  hasta recogida y reparto de coimas, pues sabe en sus carnes lo difícil que es medrar entre falsarios.

Regresa don Juan Carlos a un país que en poco se parece al que abandonó hace casi dos años en contra de su voluntad, secuestrada la de la Casa Real y la suya por un gobierno republicano, que estuvo y estará siempre atento a aprovechar la ocasión para darle pasaporte también al rey Felipe. No lo tiene fácil, pues Felipe VI ha revelado un talante correoso y dispuesto a mantener la silla del falso privilegio real contra vientos y mareas. Casado con una plebeya que, con su buen hacer (a pesar de críticas mordaces que muerden siempre en el hueso de la profesionalidad de la asturiana), la reina Letizia ha puesto de manifiesto que para ser rey o reina puede servir teóricamente mucha gente. Desde fuera, parece simple. Pero hace falta al menos, inteligencia emocional y capacidad de adaptación, formación de base y voluntad de seguir aprendiendo, sentido de la sobriedad, resistencia y buen aspecto físico. Para ser buen presidente de Gaigé, la cosa se presenta muy distinta y, a pesar de supuestos caminos de selección democrática, lo más seguro es el fracaso al analizar el resultado.

La guerra rusa por anexarse Ucrania (o un buen trozo de ese Estado) sigue causando daños, y no solo en el terreno invadido. La petición de Finlandia de unirse a la Alianza Atlántica, a la que seguirá de inmediato la de Suecia, ha enfadado al osezno del Kremlin, que amenaza con duras represalias si se lleva a cabo la adhesión. Erdogán, el exótico presidente de Turquía, atento a rentabilizar sus noes con divisas, ha dicho que no lo ve bien, pero quienes lo conocen mejor afirman que está de acuerdo siempre que se negocien los términos.

Archivado en: Actualidad, País de Gaigé, Política Etiquetado con: Abascal, Adalucía, Delgado, elecciones, Espadas, felipe VI, Inmaculada Nieto, Juan Carlos, Letizia, Moreno, Núñez Feijóo, País de Gaigé, Ucrania

Rusia ve nazis en todas partes

11 mayo, 2022 By amarias Dejar un comentario

El día 9 de mayo, el jerarca invasor Putin conmemoró el Día de la Victoria contra los alemanes comandados entonces por un sátrapa con ambición de dictador global, como el. Se llamó Adolf Hitler y por su culpa, a los alemanes que lo secundaron se les llamó nazis.

Vladimir Putin utiliza desde que agredió Ucrania enviando un Ejército preparado para una BlitzKrieg (guerra relámpago), esa palabra convertida en insulto fácil para justificar la invasión. Pretende limpiar de nazis Ucrania. Lo recordó, en un acto muy desvaído y con palabras huecas, defendiendo la legitimidad insostenible que le llevó a poner botas militares y tanques sobre el país vecino.

En estos últimos setenta y siete días, han cambiado muchas cosas en el mundo. La invasión ilegítima, condenada por el bloque occidental, ha permitido a Estados Unidos recuperar su liderazgo. Los pollitos europeos se han apresurado a cobijarse sobre el gallo norteamericano. Después de todo, se trataba de presentar músculo militar.

El presidente Biden, tras algunas indecisiones, está contestando a las bravuconadas de Putin, que desde el primer momento, ante el apoyo que se estaba prestando a Volodomir Zelenski, amenazó con emplear su arsenal nuclear contra los países que ayudaran a Ucrania. En un precario equilibrio de contención de los despropósitos, la linea roja ha sido imaginariamente trazada si Rusia ataca alguna población de la OTAN y, sensu contrario, si Ucrania invade territorio ruso.

Putin no ha podido cantar victoria el día 9, porque, salvo como comandante de la destrucción sin limites y paladín de la infracción de derechos humanos y convenios internacionales (también de la guerra) solo ha ganado el asombro, el desdén y el menosprecio de los europeos y norteamericanos, empeñados en estrangular la economía rusa mientras envían armas de variado calado para aumentar la capacidad de resistencia de Ucrania.

Zelenski y el Ejército ucraniano (formado en su mayoría por voluntarios a los que anima el espíritu de protección sin límites de la Patria invadida) se están defendiendo con heroicidad e inteligencia. Con ayuda de países de la OTAN y el apoyo humanitario y material de casi toda la Unión Europea, la situación está consiguiendo demostrar que esa resistencia tenaz será capaz de poner a prueba, no el poderío militar del tercer Ejercito del mundo, -jactancioso poseedor de tecnología atómica, como recuerda, convertido en un mantra, Vladimir Putin y su equipo de hienas, sino la inteligencia diplomática para detener la guerra antes de que colapse económicamente la misma Rusia.

 

Archivado en: Ucrania Etiquetado con: guerra, Putin, Ucrania, VolodomirZelenski

Décimo tercera Crónica desde el País del Gaigé

1 mayo, 2022 By amarias Dejar un comentario

  1. Y+

Empieza mayo y aumenta la densidad de incongruencia en Gaigé. Los precios de casi todo han subido -entre un 10 y un 40%- como consecuencia directa e indirecta de la guerra en Ucrania, que ha venido a introducir más incertidumbre en la recuperación esperada después de los dos años de pandemia.

En el punto de mira mundial se encuentra la incertidumbre respecto al final del duelo sin cuartel que enfrenta a Rusia y Ucrania. La afectación de este desgraciado conflicto al coste de la energía y a algunos productos agrarios no es el único elemento de preocupación. Existe una clara amenaza de escasez en Europa del gas a corto plazo, si Alemania se ve obligada, a su pesar, a suprimir la compra de ese recurso a Rusia. Los ucranios que han buscado refugio por la guerra en otros países superan ya los cinco millones, (a los que hay que sumar otros once millones, por lo menos, de desplazados en el interior de Ucrania, forzados a abandonar sus viviendas y enseres para salvar la vida) y su sostenimiento detraerá recursos a las economías propias.

Debe contarse también con el efecto de las medidas de apoyo a la recuperación de Ucrania, que deberán provenir de las ayudas europeas y norteamericanas, ya que no parece factible que al régimen del Kremlin, presunto ganador de la contienda, pueda hacérsele responsable de restañar la destrucción provocada. Sin entrar en mejor análisis, la ruptura de los bloques occidental y oriental (Rusia y China a la cabeza en ese lado) provocará reajustes económicos y tendrá efectos sobre los acuerdos anteriores, incluidos los que afectan a la defensa contra el calentamiento global.

Escaso efecto tienen estas amenazas sobre Gaigé, que ha entrado en zona de fiestas. Empieza la feria de abril en Sevilla y son muchas las localidades que se entregan a la diversión y, felizmente para hoteleros, al consumo. Se agradece que los turistas vuelvan a hacer reservas a la búsqueda del sol y el buen ambiente y cordialidad que caracteriza al Pais de los Despropósitos, aunque se echará de menos a los rusos, que eran los visitantes que mayor gasto por cabeza hacían aquí. Acuciados por la congelación de sus cuentas, los amigos de Putin, a los que se había dado abierta acogida en el litoral de Gaigé, para que pudieran invertir en fabulosas mansiones y yates formidables el producto de sus operaciones de blanqueo, están desaparecidos y sus testaferros venden las propiedades que no les han sido incautadas, en una operación cuya objeción de ilegalidad será objeto, previsiblemente, de demandas posteriores.

El país se entrega sin reparos al jolgorio y la diversión, que son el pan y el circo con el que se alimenta la enajenación popular A la alegría del comienzo de la primavera se une desde el 20 de abril la decisión gubernamental de levantar la obligación de llevar mascarillas en interiores, salvo en transporte público, residencias de mayores y hospitales. En Gaigé, en donde el fútbol es tema central de estudio y discusión, la afición madrileña ha tomado el 30 de mayo la plaza de Cibeles, en la capital, para celebrar que el Real Madrid ha obtenido el título de campeón de liga. El aplauso por esta hazaña de deportistas millonarios en nómina del club cuyo presidente comparte ese honor con la mayor constructora de Gaigé, ha sido infinitamente  superior a reconocimiento de méritos por cualquier trabajo académico o de investigación a un científico con salario mínimo legal, cuyo destino es pasar  desapercibido.

En el gobierno de coalición que resistió hasta este momento, gracias al pegamento que significó el reparto de prebendas entre los socios y la debilidad de la oposición, se advierten tales grietas que es fácil pronosticar que el precario edificio que dio cobijo ideológico al pacto de investidura se vendrá abajo en cualquier momento. Aunque los portavoces de las diferentes ramas políticas del engendro manifiestan que nada corre peligro, son tantas las discrepancias entre ministros, jefes de fila, portavoces en las cámaras o en la calle, e incluso desde el exilio voluntario que, si se admitieran apuestas, habría que colocar todo el dinero del Monopoly al descalabro.

El peligro no proviene de la parte ideológica, sin embargo, sino, sencillamente, de la desfachatez con la que se manifiestan los egos de los politicastros que se han adueñado del escenario político. Conscientes la mayoría de quienes se dedican a este ganapán de mantener una carrera política de que la muchedumbre no se fija en la luna, sino en el dedo, y de que no cuentan propuestas sensatas y elaboradas, sino que basta dar voces en cualquier sitio en donde se adivine un huevo, no se puede hablar de programas, sino de ocurrencias. Si la frase con la que el político que encuentra cancha momentánea en cualquier medio nos fuera comunicada sin indicar el nombre de quien a emitió, nos sería imposible saber con qué base ideológica fue emitida.

Feijóo (Alberto Núñez) se despidió de su feudo gallego con lágrimas que pusieron emotividad a su pesar. Estaba tan deseoso de manifestar que hubiera preferido quedarse a seguir disfrutando de los encuentros entre zamburiñas y parrochas con los compañeros de distracción, que cometió el error de expresar que llevaba a Galicia en el corazón y que siempre pensaría en esa tierra desde su destierro a Madrid. Le hubiera sentado mejor cambiar el chip de la morriña por el de la firme voluntad de acometer el enorme trabajo de enderezar España. Su alter ego con olor a azufre, Abascal (Santiago) repite, con razón, que si quiere gobernar desde Moncloa, están obligados a entenderse.

Como Gaigé es el país de la improvisación y el reino del ir por libre, desde Murcia han levantado la bandera de independencia respecto a la LOMLOE, las siglas terribles de la reforma educativa del Gobierno. No cabe un despropósito mayor que el que parece haber sido el guión para esa Ley que pretende (no cabe suponerle otra intención) mejorar la capacidad de los educandos para resolver problemas reales, conseguir empleo por sus capacidades y ayudarnos a todos a progresar. El gobierno murciano ha recuperado algunos elementos lógicos, que da cierta vergüenza tener que aplaudir como si se tratara de brillantes hallazgos: premiar y estimular el esfuerzo, exigir como forma de aprendizaje y obligar a los educandos a que entiendan que saber ocupa lugar y, por tanto, implica dedicarle tiempo para que se asiente en los cerebros.

Tema aparte es la situación de la jefatura del Estado en Gaigé. El Rey, convertido en un títere de los revolucionarios republicanos y separatistas incrustados en el Gobierno, y a pesar de su esfuerzo por mantener una trayectoria ejemplar (incluido su casorio con una plebeya, de indiscutible nivel cultural y buen juicio), sufre vejaciones continuas. Su padre es tratado como un delincuente, sus hermanos y ex cuñados ridiculizados, sus sobrinos, objeto de burla y cachondeo. Esta semana ha publicado la Casa Real su patrimonio, Es el jefe de Estado más pobre del planeta, y lo que acredita como su fortuna personal es producto de su ahorro como empleado del Estado. Esta claridad en las cuentas sería de agradecer  a todos los que alimentamos para que nos gestionen la cosa pública; no será el caso y, por lo poco que sabemos de las relaciones que ligan a ministros y altos cargos centrales y regionales, responsables de empresas, alcaldes, terratenientes, fortunas embozadas, ladrones de guante blanco y oscuro, solo podemos intuir que el entramado que se mueve en Gaigé es muy oscuro.

El caso Pegasus, de supuesto espionaje a independentistas catalanes, rentabilizado por ellos mismos, como instigadores de la trama, ha puesto contra las cuerdas la continuidad de la ministra Robles (Margarita), responsable del CNI (Centro Nacional de Inteligencia, núcleo legal de los espías). Se ha creado una comisión para esclarecer quién ordenó el seguimiento de las actuaciones de delincuentes que están en el gobierno o lo apoyan. El discursito de la ministra de Defensa en el Congreso, preguntando qué habría que hacer cuando se sabe que existen individuos que pretenden destruir el Estado, resultaría patético, sino fuera porque estamos en Gaigé, el País de los Despropósitos.

Nota adicional.- De manera sorprendente, en la mañana de hoy, en que se conmemora el levantamiento del pueblo de Madrid contra la invasión francesa -más de 200 años han transcurrido de esa gesta, que tiene en la aguerrida defensa de Ucrania contra la agresión rusa su parangón igualmente heroico-, el ministro de Presidencia y portavoz del Gobierno ha convocado de urgencia una rueda de prensa. Ha anunciado, en tono grave, que el presidente Sánchez y la ministra Robles llevan más de un año siendo espiados con el programa Pegasus. El CNI, por lo que entendí, descubrió la grave situación, cuya responsabilidad atribuyó a una entidad “exterior”, hacía solo 24 horas. Esto es Gaigé.

Archivado en: Actualidad, Educación, País de Gaigé, Sociedad Etiquetado con: Feria de abril, Gaigé, Loemle, Margarita Robles, Murcia, Núñez Feijóo, Pegasus, Santiago Abascal, Sevilla, Ucrania

Ética en Ucrania

30 abril, 2022 By amarias Dejar un comentario

No se está hablando o escribiendo demasiado (y debería ser el caso) sobre la ética en la guerra de Ucrania. Quizá, emocionados por contarnos -sobre todo, a los espectadores occidentales- la evolución militar de la contienda, los avances y retrocesos de uno y otro de los contendientes, los estragos producidos después de más de setenta días de lucha destructiva, los cronistas piensan que los aspectos éticos de esta guerra no son tan interesantes.

En algunos aspectos sí parece que la mayoría está de acuerdo. Se trata de una guerra y o de una invasión, aunque es evidente que Rusia ha invadido territorio ucranio. Pero los ucranios, de forma masiva y prácticamente unánime, bajo las directrices del presidente legítimo Volodomir Zelenski, se han opuesto con armas a la agresión territorial y, por tanto, están en guerra con Rusia.

Se trata de una guerra peculiar por sus características militares, territoriales y en relación con los apoyos exteriores y el empleo de armas y medios destructivos; también en cuanto al comportamiento de la población civil y a la utilización de la misma por el agresor para provocar mayor presión sobre la defensa del agredido.

Para algunos analistas, es una guerra civil, con el significado de que en ambos lados de la contienda, los militares son eslavos y, aunque desde hace algunos años Ucrania es un país independiente, reconocido por la comunidad internacional, los lazos que mantuvo con Rusia eran particularmente intensos hasta poco antes de la contienda. Ciudades como Karpov, hoy gravemente afectadas por la destrucción, eran consideradas como centro cultural ruso. En Mariúpol, centro de los ataques de la fuerza rusa, arrasada hoy y controlada por los agresores (salvo la acería de Azovstal, en donde se concentran unos cientos de soldados ucranianos, asediados y en condiciones vitales precarias) el jefe separatista de la autodenominada República Popular de Donetsk declara estar preparando a la población, niños incluídos, para desfilar por sus calles el 9 de mayo próximo, como un nuevo Día de la Victoria.

En un brillante artículo, Araceli Mangas Martín (vicepresidenta de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas),glosa en el diario El Mundo del 22 de abril, algunas de las graves infracciones del derecho y de la ética internacional de esta “Guerra sin cuartel”. La misma expresión de la intención de “aniquilar” la defensa ucrania en Mariúpol, teatralizada por el sátrapa del Kremklin con su Ministro de defensa hace unos días, indica, según la catedrática de la UCM, la existencia de ubn “crimen de guerra”, con vulneración de Reglamento de la Guerra Terrestre-Convenio de la Haya y su protocolo Adicional de 1973, del que Rusia es parte.

Muchas son las violaciones de normas internacionales que Rusia -no solo Putin- acumula en esta guerra, con sus ataques a las poblaciones y la negación de protección a los prisioneros de guerra. Llama la atención, porque se ha negado con ello la capacidad de mediación internacional, el incumplimiento de la obligación (Convenios de Ginebra) de “nombrar potencia protectora”, un Estado de la respectiva confianza de cada uno de los combatientes, que supervise la correcta aplicación de los Convenios y el auxilio a las víctimas. Que haya que lamentar también alguna infracción por parte ucrania (disparar a los pies de los soldados rusos ya rendidos, denuncias por confirmar de vejaciones y mutilaciones a prisioneros o a delatores) no debilita ni compensa el grado de crueldad ejercido por los invasores en esta guerra que conmociona Europa.

En todo escenario bélico, mientras la contienda se mantenga y no se consolide un vencedor, la intoxicación es parte del material esgrimido por las partes y la propaganda sirve al efecto de alardear de avances propios y la exhibición de derrotas y deserciones del contrario, con la intención de minar la moral del enemigo y consolidar el clima de apoyo de los simpatizantes de parte. Putin ya cantó victoria varias veces, y en la venta de éxitos, Zelensky no se queda atrás. El apoyo moral y armamentístico que le están prestando los Estados occidentales, sin que -hasta el momento- hayan superado (a los ojos de Putin) la línea roja de su participación activa en la guerra, no deja lugar a dudas en que nos movemos en un campo especial, al borde del peligro de que, por error o a sabiendas, se produzca el ataque a alguna ciudad fuera de las fronteras ucranianas.

Resulta muy interesante introducir en el análisis la opinión, difundida en Rusia y en los países que simpatizan con los invasores (o que mantienen un difícil equilibrio de supuesta neutralidad) que se apoya en que Putin no es el agresor, y que la hipótesis de que pretende reconstruir la “gran Rusia” es una invención occidental, y que, por el contrario.  ha sido la OTAN la que, con su posición de integrar a Ucrania en su órbita, ha desestabilizado la situación. En esa línea argumental, un gobierno títere, con Zelensky como juguete significativo, ha dado un paso intolerable para el sentimiento patriótico ruso, al comunicar su deseo de incorporarse a la Unión Europea y a la OTAN. Obviamente, la calificación de tal acción como “ofensa” implica no admitir ninguna capacidad de autonomía a Ucrania.

Cierra este análisis apresurado sobre los principios éticos vulnerados en este guerra “sin cuartel”, la apreciación de que se trata, también, de una disputa religiosa, por las creencias de las poblaciones respectivas. La religión mayoritaria en Ucrania es el cristianismo, con más del 86%  considerado practicante. Como ha destacado Pilar Bonet, hace ya varios años, el enfrentamiento entre Kiev y Moscú afecta también a la religión. No es tan sencillo descubrir todos los hilos de esta discrepancia, que está vinculada al patriarca de la iglesia ucraniana y su negativa a someterse a Moscú. El anterior presidente proruso Petró Poroshenko, fue el impulsor de una nueva Iglesia ortodoxa en Ucrania, cuya deriva deseada hubiera sido la advocación y dominio del patriarca de Moscú, el patriarca Cirilo, cuyo apoyo a Putin es manifiesto. La petición del Papa Francisco para que Cirilo instase al Kremlin a detener la guerra no tuvo ningún resultado.

Archivado en: Actualidad, Guerra en Ucrania, Rusia, Ucrania Etiquetado con: Acuerdo de Ginebra, Araceli Mangas Martin, OTAN, Pilar Bonet, Putin, Ucrania, Volodomir Zelenski

Rusia encuentra duro de roer el hueso ucraniano

14 abril, 2022 By amarias Dejar un comentario

A los cincuenta días de la agresión rusa, la resistencia ucraniana se está probando mucho más sólida de lo que podía haber imaginado, en sus peores pesadillas, el dictador del Kremlin.

El éxito aireado hoy por la propaganda de guerra del equipo de Zelenski, es -ni más ni menos- que haber alcanzado con un misil el buque Moskva, la insignia de la flota rusa en el Mar Negro, provocando un grave incendio que ha obligado a la tripulación a conducir el barco, cargado con misiles de crucero. Rusia ha desmentido inicialmente el ataque, aunque ha reconocido que se ha presentado un incendio en el barco, pero que ha sido rápidamente sofocado sin que los daños sean significativos. Posteriormente se ha sabido (dentro de la gran confusión e inseguridad que cabe atribuir a las noticias que llegan de los contendientes) que el buque se ha hundido, aunque sus 500 tripulantes pudieron salvarse.

Entre victorias parciales esgrimidas como éxitos casi definitivos por parte de ambos bandos enfrentados en el duro marce de una batalla sin cuartel ni tregua), los desastres de la guerra continúan, se acumulan, rompen en pedazos de desolación la capacidad de comprensión de quienes observamos la hecatombe sin que nadie parezca capaz de detener con autoridad o con la fuerza de la disuasión definitiva la espiral de despropósitos.

El número de refugiados se acerca ya a los cinco millones y, para los ciudadanos que permanecen en el país sitiado, la situación se torna más angustiosa cada día, pues la falta de agua en condiciones higiénicas de potabilidad se ha revelado como la mayor amenaza para la subsistencia de la población. Las enfermedades provocadas por la contaminación del agua de boca empiezan a aparecer entre los ucranianos como un peligro aún mayor que las bombas y los asesinatos de civiles.

En la frontera con Rusia, Suecia y Finlandia, en una intervención conjunta de sus primeras ministras (Magdalena Anderson y Sanna Marin, respectivamente), han anunciado (con mayor énfasis, Finlandia) que se plantean solicitar la incorporación inmediata a la Organización Atlántica, abandonando su neutralidad. El portavoz del Kremlin, fiel a sus bravuconerías, ha difundido que esa “provocación” provocará un endurecimiento de la situación y Putin retorna a su amenaza de utilizar armamento nuclear. Para la Casa Blanca, esa amenaza resulta creíble y, por ello, ha aumentado el apoyo a Ucrania con más material bélico y de mayor alcance y potencial eficacia.

Por tanto, la guerra se encrespa y las posiciones respectivas cobran una dimensión aún más compleja y dramática. No está, ni mucho menos, eliminada la opción de una escalada mundial.

Archivado en: Actualidad, Guerra en Ucrania Etiquetado con: buque ruso, Finlandia, hundido, Magdalena Anderson, Moskva, OTAN, Sanna Marin, Suecia, Ucrania, Zelenski

Weapons, blood, tears

9 abril, 2022 By amarias Dejar un comentario

“Weapons, weapons, weapons”, fue la concreta petición que el ministro de Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba presentó al Secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg, en la reunión que mantuvieron el 7 de abril de 2022.

Es inevitable asociar esta frase con la que pronunció Wiston Churchill en los Comunes el 13 de mayo de 1940: “Blood, toil, tears and sweat” (“Sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor”), remedando a Lord Byron. La segunda guerra mundial había comenzado hacía ocho meses y el nuevo Primer Ministro sustituía a un desacreditado Neville Chamberlain, que había mantenido una prudente posición y no siempre coherente frente a las ambición expansiva  de Adolf Hitler.

Ucrania tendrá más armas, más apoyo estratégico y humanitario, recibirá más aplausos compungidos y gritos de ánimos desde las gradas. El articulo 5 del Tratado de la OTAN actúa como una camisa de fuerza, una línea de “Not trespassing” (“Prohibido el paso”) que la realidad está convirtiendo en una ficción. Al no ser Ucrania miembro de la OTAN, los Estados que la conforman no pueden acudir a su defensa frente al ataque ruso con todo su potencial militar, como estarían obligados su fuera el caso, por lo que lo hacen únicamente apelando a “cuestiones humanitarias”.

La visita de Ursula von  der Leyen y Josep Borrell a Kiev, en donde se encontraron con Volodomir Zelensky y el posterior paseo sobre el terreno de la masacre de Bucha, fue una manifestación valiente y arriesgada de solidaridad con el pueblo agredido. Tomaron así consciencia directa de la insania con la que se actuó por parte de los invasores rusos. Su testimonio, que se une al de decenas de periodistas occidentales destacados en los lugares de la masacre, con grave riesgo para sus vidas, y que amplía la credibilidad de las imágenes que llegan a los medios de difusión no mediatizados por la censura, reforzándola con la voz de las voces de los altos representantes europeos, no ha impedido el mantra propagandístico de los secuaces del Kremlin de que “todo es un montaje”.

Me hubiera gustado -quiero decir, hubiera sido conveniente- que en la visita al lugar de los crímenes de los líderes de la Unión Europea, se hubieran hecho acompañar de negacionistas relevantes, como son los embajadores de Rusia en países europeos, que, alineados con la efusión falsaria e intoxicadora que dirige Vladimir Putin desde su guarida de confort agresivo, repiten que Ucrania es la ofensora y que las imágenes que llegan de los campos de batalla son escenificaciones aparatosas con actores, cartón y ketchup.

Como no soy capaz de avistar ninguna capacidad negociadora con el Kremlin para detener la guerra, como sea que los ataques de las tropas rusas se mantienen, e incluso se recrudecen en algunos puntos, la aportación de más armas al Ejército ucraniano, eleva el nivel de agresividad de la contienda, cuya fuerza destructora se expande como una bomba de metralla. Las medidas económicas contra Rusia, que se presentan por los países occidentales como la forma de presión que obligará al Kremlin a desistir de la invasión y sentarse a negociar, no aparecen tan definitivas, ya que el apoyo chino e indio, entre otros países menores, ofrece un colchón de resistencia al atacante, refugiado además en la desinformación del ciudadano ruso.

Las imágenes de la guerra atenazan los corazones. El increíble ataque contra la estación de tren de Kramatorsk -en el Donbass- de este mismo viernes, donde se lanzaron misiles SS-21 Scarab contra las personas que pretendían huir a lugares más seguros y que dejó decenas de muertos sobre los andenes, resume, con cruel agudeza, la disparidad de los sentimientos. Es una insoportable agresión contra los derechos humanos, un crimen más de lesa humanidad, cometido contra población indefensa, en la interpretación de quienes están con Ucrania. La inscripción, con pintura blanca, sobre uno de los misiles “Por nuestros niños”, añade una nota de macabra crueldad.

Para Rusia, el misil es ucraniano, no ha habido tal ataque ruso y, una vez más, se oye decir desde el Kremlin: “Todo es una farsa”.

¡Ay, si todo este dolor y esta angustia, fuera solo fantasía!. Por la libertad de Ucrania, por sus derechos, por la heroicidad de los combatientes y en apoyo de la paz, que quienes tienen más poder e información nos saquen de esta dinámica. Porque yo veo cada vez más “blood and tears” junto a las “weapon, weapon, weapon”.

Archivado en: Actualidad, Guerra en Ucrania, Rusia Etiquetado con: blood, Borrell, Bucha, Dmytro Kuleba, Donbass, guerra, Jens Stoltenberg, Kramatorsk, tears, Ucrania, Von der Leyen, weapons, Wiston Churchill

La pérfida Rusia de Putin

5 abril, 2022 By amarias Dejar un comentario

A los 41 días de iniciada la invasión, las imágenes de la guerra han cobrado una nueva dimensión. No se trata de especulaciones, ni de relatos -más o menos coloridos con tintes dramáticos- de enviados especiales. El abandono por parte del ejército invasor de algunas zonas en donde se han librado encarnizadas batallas, ha dejado al descubierto las características de la barbarie.

Se cree que el ejército de Putin está preparando una ofensiva definitiva, esto es, con todo su potencial destructivo sobre el terreno, consciente el sátrapa del Kremin que ha perdido la guerra mediática frente a Occidente. Puede.

Las imágenes que han sido puestas en brutal evidencia, cuando los militares ucranianos y, sobre todo, los periodistas que están destacados en el frente de guerra han podido entrar en las ciudades ocupadas por los rusos, demuestran a las claras que se han cometido crímenes de lesa humanidad, contrarios a cualquier ley o norma de una guerra (incluso de una potencia invasora), crueles en tal demasía que no pueden quedar impunes y serán recordadas para siempre, mientras exista una generación de seres humanos cabales sobre la Tierra, como ejemplo de la barbarie. Junto al Holocausto nazi contra los judíos, el exterminio de los tutsis por los hutus en Ruanda-Burundi o de las etnias biharis de Bangla Desh, o, por supuesto, los crímenes sin límite de Stalin o de Mao Ze Tung.

Hoy se habla de Bucha (en las afueras de Kiev, un población de apenas 35.000 habitantes) en la que sus calles devastadas y búnkeres mancillados ofrecen las imágenes insoportables de cuerpos acribillados, algunos con las manos atadas a la espalda. No son militares, no llevan armas, han ofrecido sus cuerpos desprovistos de toda defensa a las armas de los invasores, y han muerto (se supone) mientras huían, pedían piedad o -tal vez- pronunciaban sus últimas palabras de rencor frente a quienes les habían arrebatado de su tranquilidad, sus trabajos, sus familias, sus vidas apacibles con esperanza de mejorar la posición, en la paz y en la democracia que vislumbraban.

Mañana se hablará de los asesinatos y tropelías (incluida la violación de mujeres por la milicia sin ética) en Mariúpol, Jarkov, Odesa… No habrá capacidad humana ni fortaleza para la insensibilidad que los haga soportables. Y, aunque no debemos culpar a la población rusa en su conjunto (como tampoco lo hicimos, después de la segunda guerra mundial, culpando a todos los alemanes) sí podemos reclamar al pueblo ruso capacidad de discernimiento, de selección de noticias, de juicio cabal, para distanciarse de la barbarie de la guerra injusta y sentenciar, porque ellos pueden y deben, al Kremlin y a su instigador, reclamando el cese de la guerra y la deposición inmediata de su postura de exterminio.

He querido escribir esta crónica de hoy antes de oir a Valodomir Zelenski, que hablará para los diputados españoles a las cinco de la tarde. Puedo imaginar que, como ha venido haciendo en anteriores comparecencias ante otros Parlamentos europeos (y ante el Congreso norteamericano), agradecerá el apoyo prestado, pedirá aún más esfuerzo por parte de los que estamos a su lado, pero desde el patio de butacas y pronunciará estas previsoras y fatídicas palabras: “Esto que estqmos sufriendo los ucranianos es solo un preludio de lo que os pasará a vosotros, si no conseguimos parar a Putin”.

Hoy, de acuerdo con otros países europeos (no todos), que han adoptado medidas similares, el Gobierno decidió espulsar a 25 diplomáticos rusos acreditados en España. Se mantiene al embajador, “por dejar abiertas las vías diplomáticas” -expresó el ministro de Exteriores, José Manuel Albares.

Es tal el grado de ignominia desarrollado por el Kremlin, con Putin como cabeza directora del inhumano comportamiento, tan inconcebible el silencio del pueblo ruso ante la masacre, tan inaceptable la posición de los embajadores occidentales de la Rusia que el dictador ha sometido a una oscuridad informativa total, que no es posible imaginar una solución negociada.

Como muchos europeos -y deseo de corazón que quienes representan a la diplomacia occidental no compartan este sentimiento- creo que caminamos a un punto de no retorno. O Putin es derrocado de su posición prelevante en el Kremlin, y aparece un nuevo Directorio que abomine de las decisiones adoptadas y pida perdón a Ucrania y a la Humanidad buen pensante, o la pendiente por la que esta invasión sin justificación, de un país que pertenece al entorno europeo, que defiende los valores democráticos que han conducido a Occidente hasta aquí, nos llevará a episodios de tremenda consternación, sufrimiento y barbarie sin límites.

Archivado en: Actualidad, Guerra en Ucrania, Rusia Etiquetado con: Bucha, congreso, embajada rusa, kremlin, Mariupol, Putin, Stalin, Ucrania, Valodomir Zelenski

Novena Crónica desde el País de Gaigé

3 abril, 2022 By amarias Dejar un comentario

Empieza abril en Gaigé con amenaza de fríos intensos que la climatología real no consolida. Luce el sol en Madrid, la capital del Gaigé, ciudad donde los dirigentes del Partido Popular (alternativa al Gobierno de coalición entre socialistas y fuerzas exóticas a la democracia) se enzarzaron, hace ya un mes y medio en una disputa autodestructiva, de la que, por el momento, es solo Díaz Ayuso (Isabel) la que sigue en activo, protegida por su condición de Presidenta de la Comunidad madrileña.

El primer fin de semana de este mes tuvo lugar la elección por aclamación del nuevo Presidente de los populares, Núñez Feijóo (Alberto) en Sevilla, y el nombramiento de nuevos primeros espadas -o cuchillos de pescado-, más acordes con el impulso -¿nuevo?- que el extraído de su feudo gallego pretenda dar al partido después del desaguisado que se llevó por el desagüe del olvido a Casado (Pablo), quien mantuvo el tipo (sin llorar ni mover más pestaña que las veces imprescindibles) durante todo el Congreso cuya único objetivo era sustituirle.

Mientras Ucrania se desangra en un guerra sin cuartel en la que la Rusia de Putin está empeñada en destruirla con la saña de un  perverso matarife, aprovechando que la Unión Europea -y, por detrás, la OTAN- están alimentando temerariamente su resistencia heroica, el presidente de Gaigé ha tomado varias decisiones importantes, con el criterio que parece seguir, y que tan buenos resultados le viene dando, de complicarlo todo para que se resuelva por sí mismo o se olvide lo que nos llevó hasta allí.

La huelga de transporte ha desembocado en una huelga de gasolineras. Ambas parciales. No se llamarán oficialmente huelga, sino parón patronal, pero hay bastantes gasolineras que no expenden combustible. En la que tengo más a mano (Arturo Soria) me decían ayer que solo vendían fluido al “precio de antes” del apurado decreto que bonifica en 20 céntimos el litro, porque no tenían liquidez . Así que, al menos en ésta, solo venden periódicos, naranjas y chucherías.

Aunque desde Moncloa se reclama calma y se repite que todo está bajo control, se respira en la calle una inquietud espesa. como en las horas previas a una tormenta de verano. Siendo Gaigé país de los Despropósitos pero de talante acogedor y tranquilo, el malestar solo tiene reflejo en las tertulias improvisadas de los bares de vecindad y en el interior de los taxis, si el cliente solicita apagar Radio Libertad Digital.

Me ha resultado conmovedor leer que Valcárcel (Ramón Luis), ex vicepresidente del Parlamento Europeo, se presenta como precursor de lo que se avecinaba en Ucrania, pues estando de visita en Kiev a principios de 2014 tuvo que huir de la ciudad ante la terrible inestabilidad del país, que se había cobrado la vida de algunos ciudadanos, asesinados por francotiradores. No parece una intuición propia de un adivino con poderes mágicos, ya que el país que ahora trata de guiar entre bombas y destrucción al país hacia la imaginaria tabla de salvación europea un maestro de la supervivencia llamado Zelinski (Volodomir), lleva en búsqueda de una identidad propia -fuera del ámbito soviético- desde, por lo menos, 1991.

Tiene el gobierno de Gaigé un conflicto con Argelia, que se traducirá en la subida del gas natural que importa de ese país árabe.

De poco han servido las visitas previas a Argel de ministros muy cualificados -Ribera (Teresa) y Albares (José Manuel)- cuya intención era garantizar la estabilidad del suministro, una vez que el susceptible Mohamed VI había cerrado el paso del gas por el territorio de su señorío y retirado a su embajadora -la española Benyaich (Karima)- (1), muy enfadado porque se había hospedado secretamente al líder saharaui (perseguido como prófugo de la Justicia española por una acusación de violación) para curarse del coronavirus en Valladolid.

En una sorprendente decisión estratégica, el Gobierno de Gaigé ha enfadado al presidente de Argelia, Tebboune (Abdelmadjid) con una carta dirigida por misteriosos canales a Mohamed VI (el líder religioso y político de Marruecos), llena de errores gramaticales que no pueden ocultar un gigantesco error estratégico.

En esa carta, al parecer destinada a recuperar las relaciones con el país vecino del otro lado del Estrecho de Gibraltar, se indica que se abandona la postura de defender el derecho del Sáhara Occidental a la autodeterminación, entregándolo como una Comunidad autónoma a Marruecos. Por supuesto, el concepto de Comunidad autónoma bajo la dictadura monárquica vigente en ese país magrebí, no tiene nada que ver con lo que en Gaigé se entiende como la libertad de gestión y decisión otorgada a sus Autonomías.

La reacción argelina fue anunciar la revisión del precio del gas que suministrará a España-Gaigé. Una decisión que afectará, por supuesto, al precio de la energía en este país (sometida a vaivenes especulativos insoportables para la industria y particulares). Se ha solicitado a la Comisión Europea, en una propuesta conjunta con el gobierno portugués -cuyo primer ministro es Costa (António), que se saque del cálculo estricto de precios para el mix energético a ambos Estados, autorizando un precio máximo repercutido para el gas de 80 euros/Mw-hora, durante un período transitorio.

La respuesta de la Unión no ha sido inmediata, estando pendiente de la decisión del directorio respecto al tope de precios admitido, aunque ha aceptado el sacar a ambos países del esquema de precios, lo que no impidió que el canciller alemán -Sholz (Olaf),  al que le tienen que doler los oídos por el conflicto ruso-uraní, que ha afectado de lleno a su economía y al suministro gasista, dependiente de Rusia- manifestara que “le parece un error intervenir los precios del gas”.

La inflación de prácticamente dos dígitos actual en Gaigé, junto con la amenaza de las proyecciones (que el Gobierno no considera aceptables) de entrar antes de final de año en la senda de una inflación consolidada que minará brutalmente el poder adquisitivo de los españoles. La llegada del contingente de desplazados ucranianos y la perspectiva, no ya de una guerra larga en el este, sino de reordenar suministros esenciales en el país de los Despropósitos, exigirían una planificación seria, nada improvisada (aunque flexible) y estricta de las ingratas decisiones que deberán tomarse para que el rumbo no se desbarate.

La oferta de cooperación del nuevo líder del PP al Gobierno, coincidente con el desapego manifestado por las facciones sustanciales que lo han conducido hasta aquí, necesitará depurarse de las simples palabras corteses. Gaigé está pronto a atravesar un desierto en la que abundarán la incertidumbre y desagradables sorpresas. Tiene razón Núñez Feijó al explicitar que “no se trata de ser más españoles que nadie”. No será fácil sacudirse del populismo y del insensato independentismo y no bastarán, me temo, las buenas intenciones.

(1) Karima Benyaich Millán es marroquí y también española, hija de una española y de quien fue médico de Hassan II, que falleció en un atentado contra el monarca y que fue acogida como miembro de la familia en recompensa a la entrega (que culminó con su propia muerte) de su padre.

 

Archivado en: Actualidad, País de Gaigé Etiquetado con: Abdemadjid Tebboune, Antonio Costa, embajadora de Marruecos, Gaigé, José Manuel Albares, Karima Bemyaich Millán, Núñez Feijóo, Olaf Scholz, Putin, Teresa Ribera, Ucrania, Volodomir Zelenski

  • 1
  • 2
  • 3
  • 4
  • Página siguiente »

Entradas recientes

  • Exposición virtual
  • Más presupuesto en Defensa y nuevo marco de cooperación militar
  • La cumbre de la OTAN nos acerca a la guerra de Ucrania
  • Por qué la gente sensata piensa diferente políticamente (Tres))
  • Vigésimo Primera Crónica desde el País de Gaigé
  • Por qué la gente sensata piensa diferente políticamente (dos)
  • Por qué la gente sensata piensa diferente políticamente
  • Vigésima Crónica desde el País de Gaigé
  • Elecciones en Andalucía: victoria indiscutible de Moreno
  • Elecciones en Andalucía. El día antes
  • Elecciones en Andalucía, ensayo general con fanfarria
  • Décimo novena Crónica desde el País de Gaigé
  • Ucrania, la solución cada vez más lejos
  • Décimo octava Crónica desde el País de Gaigé
  • Desgobierno institucional o pasión por las crisis

Categorías

  • Actualidad
  • Administraciones públcias
  • Administraciones públicas
  • Ambiente
  • Arte
  • Asturias
  • Aves
  • Cáncer
  • Cartas filípicas
  • Cataluña
  • China
  • Cuentos y otras creaciones literarias
  • Cultura
  • Defensa
  • Deporte
  • Derecho
  • Dibujos y pinturas
  • Diccionario desvergonzado
  • Economía
  • Educación
  • Ejército
  • Empleo
  • Empresa
  • Energía
  • España
  • Europa
  • Filosofía
  • Fisica
  • Geología
  • Guerra en Ucrania
  • Industria
  • Ingeniería
  • Internacional
  • Investigación
  • Linkweak
  • Literatura
  • Madrid
  • Medicina
  • mineria
  • Mujer
  • País de Gaigé
  • Personal
  • Poesía
  • Política
  • Religión
  • Restauración
  • Rusia
  • Sanidad
  • Seguridad
  • Sin categoría
  • Sindicatos
  • Sociedad
  • Tecnologías
  • Transporte
  • Turismo
  • Ucrania
  • Uncategorized
  • Universidad
  • Urbanismo
  • Venezuela

Archivos

  • julio 2022 (1)
  • junio 2022 (14)
  • mayo 2022 (10)
  • abril 2022 (15)
  • marzo 2022 (27)
  • febrero 2022 (15)
  • enero 2022 (7)
  • diciembre 2021 (13)
  • noviembre 2021 (12)
  • octubre 2021 (5)
  • septiembre 2021 (4)
  • agosto 2021 (6)
  • julio 2021 (7)
  • junio 2021 (6)
  • mayo 2021 (13)
  • abril 2021 (8)
  • marzo 2021 (11)
  • febrero 2021 (6)
  • enero 2021 (6)
  • diciembre 2020 (17)
  • noviembre 2020 (9)
  • octubre 2020 (5)
  • septiembre 2020 (5)
  • agosto 2020 (6)
  • julio 2020 (8)
  • junio 2020 (15)
  • mayo 2020 (26)
  • abril 2020 (35)
  • marzo 2020 (31)
  • febrero 2020 (9)
  • enero 2020 (3)
  • diciembre 2019 (11)
  • noviembre 2019 (8)
  • octubre 2019 (7)
  • septiembre 2019 (8)
  • agosto 2019 (4)
  • julio 2019 (9)
  • junio 2019 (6)
  • mayo 2019 (9)
  • abril 2019 (8)
  • marzo 2019 (11)
  • febrero 2019 (8)
  • enero 2019 (7)
  • diciembre 2018 (8)
  • noviembre 2018 (6)
  • octubre 2018 (5)
  • septiembre 2018 (2)
  • agosto 2018 (3)
  • julio 2018 (5)
  • junio 2018 (9)
  • mayo 2018 (4)
  • abril 2018 (2)
  • marzo 2018 (8)
  • febrero 2018 (5)
  • enero 2018 (10)
  • diciembre 2017 (14)
  • noviembre 2017 (4)
  • octubre 2017 (12)
  • septiembre 2017 (10)
  • agosto 2017 (5)
  • julio 2017 (7)
  • junio 2017 (8)
  • mayo 2017 (11)
  • abril 2017 (3)
  • marzo 2017 (12)
  • febrero 2017 (13)
  • enero 2017 (12)
  • diciembre 2016 (14)
  • noviembre 2016 (8)
  • octubre 2016 (11)
  • septiembre 2016 (3)
  • agosto 2016 (5)
  • julio 2016 (5)
  • junio 2016 (10)
  • mayo 2016 (7)
  • abril 2016 (13)
  • marzo 2016 (25)
  • febrero 2016 (13)
  • enero 2016 (12)
  • diciembre 2015 (15)
  • noviembre 2015 (5)
  • octubre 2015 (5)
  • septiembre 2015 (12)
  • agosto 2015 (1)
  • julio 2015 (6)
  • junio 2015 (9)
  • mayo 2015 (16)
  • abril 2015 (14)
  • marzo 2015 (16)
  • febrero 2015 (10)
  • enero 2015 (16)
  • diciembre 2014 (24)
  • noviembre 2014 (6)
  • octubre 2014 (14)
  • septiembre 2014 (15)
  • agosto 2014 (7)
  • julio 2014 (28)
  • junio 2014 (23)
  • mayo 2014 (27)
  • abril 2014 (28)
  • marzo 2014 (21)
  • febrero 2014 (20)
  • enero 2014 (22)
  • diciembre 2013 (20)
  • noviembre 2013 (24)
  • octubre 2013 (29)
  • septiembre 2013 (28)
  • agosto 2013 (3)
  • julio 2013 (36)
  • junio 2013 (35)
  • mayo 2013 (28)
  • abril 2013 (32)
  • marzo 2013 (30)
  • febrero 2013 (28)
  • enero 2013 (35)
  • diciembre 2012 (3)
julio 2022
L M X J V S D
 123
45678910
11121314151617
18192021222324
25262728293031
« Jun