Abajo. Sótano o parte inferior de algo, aunque referido al cuerpo de una persona, suele señalar los genitales.
Anestesia. Líquido que se inyecta en vena a alguien que va a ser sometido a una operación quirúrgica y que, a tenor de los amplios testimonios recogidos, le permite ver luces y colores y oir voces ininteligibles, entendiéndose por ello, como demostración de lo que cabe esperar tras la muerte.
Aún. 1. Adverbio temporal por el que se expresa la expectativa de que se produzca algo, a pesar de todas las apariencias desfavorables. 2. Forma escueta, usada también como interjección, de expresar que se está hasta las narices de que persista la situación que nos resulta desagradable.
Beso. 1. Saludo del varón a la mujer a la que conoce tanto mucho como nada, sustitutivo del apretón de manos, fórmula utilizada entre varones, costumbre social que pone en evidencia la desconfianza que tienen éstas sobre la limpieza de las manos masculinas. 2. Expresión de arrebato pasional, típico entre adolescentes y en relaciones extramatrimoniales, que, de seguir por ese camino, puede conducir a algo digno de mención. 3. Entre los diversos modismos y usos vulgares del vocablo, se destacan los siguientes: a) Si es de Judas, úsase para indicar una traición envuelta entre algodones de alabanza; b) cuando una persona come o quiere comer a otra -normalmente un niño de pocos años- a besos, no se trata de antropofagia delicada, sino que es síntoma de cortedad expresiva, siendo muy del gusto de las tatas y tías solteras en presencia de la madre del infante.
Cerebro. 1. Masa informe a la que, entre los humanos, se atribuyen poderes reflexivos y creativos, producto de reacciones químicas complejas, que se encuentra localizada dentro del cráneo y que podría tratarse de un hándicap de la especie más que de una ventaja. 2. Persona que dirige una operación empresarial o militar, después de conocerse su resultado positivo. (Nota: en los animales, cuando lo tienen, se prefiere denominarlos sesos, y de algunos, rebozados, son apreciados como estimulantes del cerebro).
Delantera. 1. Parte del cuerpo de las mujeres, en la que se encuentran, básicamente, los pezones. 2. Cuando se lleva, se pretende expresar que se está al tanto de lo que los demás aún no han descubierto, por faltarles la información de la que se dispone.
Difícil. 1. En una prueba, y particularmente en un examen, problema que no se ha resuelto con anterioridad y que, con abrumadora frecuencia, permanecerá en ese estado hasta que algún listillo nos de la respuesta. 2. Persona que se manifiesta carente de simpatía con quien le solicita algo, bien porque le duelen las muelas, o porque su experiencia le indica que es mejor no dar facilidades a los extraños si se quiere mantener baja la propia carga de trabajo.
Final. 1. Encuentro deportivo entre dos equipos, en el que se juegan la admiración o el desprecio de sus aficionados. 2. Terminación, posiblemente definitiva, de una esperanza infundada.
Juego. 1. Simulacro de realidad, con la que tiene escaso parecido, llevado a cabo en un aparato electrónico, por lo que es fácil, repitiéndolo una y otra vez, mejorar los resultados, lo que produce honda satisfacción a quienes no tienen cosa mejor que hacer. 2. Diversión bastante inocente, pero no inocua, para pasar el tiempo muy del gusto de jubilados y políticos de vacaciones en su pueblo natal, que adopta diversas modalidades –mus, dominó, brisca, petanca, etc.-. 3. Cuando se le hace a alguien, se quiere significar que se le sigue la corriente, alabando su discutibles facultades.
Montón. 1. Conjunto desordenado de cosas, sin valor alguno, salvo para quien las conserva en ese estado, por lo que debería ser innecesario precisar que se trata de basura, que es como se refieren a él los cónyuges de los que lo guardan como si fuera un tesoro. 2. Gran cantidad de algo, incluso de veces, significando que se ha dedicado demasiado tiempo a una actividad repetitiva sin obtener el resultado apetecido. 3. Espacio en el que deben ser situadas la inmensa mayoría de las personas, cuando se las observa desde fuera de su ego.
Naturaleza. 1. Espacio cambiante, muy perjudicado por la continua y destructiva actuación del hombre, aunque no hay otro conocido en el que desenvolverse, por lo que desde muchos estamentos se defiende su conservación, a sabiendas de que es imposible. 2. Procedencia u origen de una especie, cosa o asunto, de la que se puede deducir bastante de su evolución futura, lo que es despreciado por todos los ignorantes.
Ovillo. 1. Barullo del que, con extremo cuidado y paciencia, se puede sacar el hilo. 2. Lugar a donde conduce indefectiblemente la confusión de quien no sabe bien de qué está hablando.
Semana. 1. Espacio temporal de lunes a viernes, en el que, con suerte, se tiene posibilidad de trabajar por cuenta ajena. 2. En ciertos países, incluso aconfesionales, dícese del período comprendido entre un jueves del año y el domingo o lunes siguiente, considerados santos. 2. Término caído en desuso, utilizado aún para calcular los días que restan para las vacaciones, por el que se significa la agrupación de espacios de siete días, tomados de un calendario, que se empieza a contar por el siguiente al que se está y se termina uno o dos lunes después de volver de la playa.
Sencillo. 1. En una prueba, y particularmente en un examen, problema que se ha resuelto con anterioridad; también es, por ello, el calificativo que atribuye al mismo quien lo ha propuesto, habiéndolo tomado del libro de soluciones. 2. Persona que viste con pulcritud, pero a la que se le nota que no tiene dinero para ir a la moda. 3. Simple, sin artilugios ni complicaciones, siendo la manera más segura de llegar a una solución, por lo que se prefiere dar un rodeo para conseguir despertar la admiración de bobalicones y el aplauso de aduladores.
Barullo. 1. Pendencia entre varios partidarios, en la que se acaba dudando acerca de las razones por las que se ha iniciado. 2. Forma voluntaria de complicar algo, por quien tiene la intención de ofrecer finalmente una solución. 3. Desorden muy del gusto de los procastinadores, que lo crean de forma natural.
Sentimiento. 1. Respuesta del ánimo ante un suceso, cuyo alcance verdadero solo conoce quien lo sufre en propias carnes, aunque, si es luctuoso, se considera de buen gusto social decirle que se le acompaña. 2. En plural, reacción positiva que se espera de aquel a quien se le comunica algo, para pedirle dinero o un favor especial, y cuya carencia es motivo de reproche, sin otras consecuencias, por falta de autoridad de quien emite tal juicio frente al que ha negado lo que se le demandaba.
Tele. 1. Aparato por el que nos enteramos de todo lo que no nos interesa, y en cuya contemplación nos refugiamos para evitar analizar lo que a nosotros nos sucede; adicionalmente, es fuente de conocimiento de algunos perfectos desconocidos a los que confundimos con amigos de toda la vida cuando nos cruzamos con ellos en la calle. 2. Prefijo que significa lejos o a distancia, y que se encuentra cada vez más presente en nuestras vidas, en la medida en que vamos perdiendo proximidad a los problemas.
Vómito. 1. Expulsión o su intento, de echar por la boca lo que hay en el interior del estómago, que se produce como reacción a varias causas, siendo la más habitual, la respuesta a la forma de conducir de un desconocido por parte de quien ocupa el asiento de atrás en un coche. 2. Figurado, úsase por algunos para indicar de forma dramática la impresión negativa que le produce algo de lo que no son autores ni se sienten responsables, equivalente a lavarse las manos en un asunto.