Al socaire

Blog personal de Angel Arias. La mayor parte de los contenidos son [email protected], aunque los dibujos, poemas y relatos tienen el [email protected] del autor

  • Inicio
  • Sobre mí

Copyright © 2023

Usted está aquí: Inicio / Archivo de partidos políticos

Aumento de la crispación social

21 diciembre, 2021 By amarias Deja un comentario

Tenemos motivos sobrados para sentirnos incómodos con la actual situación.  Vayan aquí, a vuela pluma, algunos:

Una nueva oleada de ese virus del que seguimos ignorando casi todo (origen, forma de propagación, manera plenamente segura de defendernos de su contagio) está colapsando los centros de atención primaria y las urgencias de los hospitales. Le han dado un nombre a su variante, aunque esta cuestión semántica ha venido a causar aún más inquietud sobre la población, de nuevo preocupada por la posibilidad de ser infectados y por la sospecha de que las vacunas, incluso con las tres dosis y contrariamente a lo asegurado inicialmente por las farmacéuticas, no ofrecen total garantía de resistir al contagio.

Son ya muchas las aulas de primaria y secundaria que han tenido que cerrarse provisionalmente para cumplir con los protocolos de la mal llamada cuarentena, que ha sembrado, de golpe y porrazo, con nuevos problemas de logística y de prevención a miles de familas, con muchos progenitores afectados por el teletrabajo. Las comidas y cenas de empresa, las copas de Navidad, las reuniones familiares, se están viendo reducidos a la mínima impresión. Cuando se celebran, las medidas adoptadas (improvisadas, incoherentes, a veces estrafalarias e ilógicas) son más bien producto de esta esquizofrenica colectiva que de la sensata orientación realizada por microbiólogos (Por cierto: esta profesión, como la de vulcanólogos, parece estar aprovechando la crisis, sobre todo, “para aprender mucho”).

Qué decir de la política, convertida en una plataforma de inestabilidad y preocupación. No hay consenso ni voluntad de tal, y la deriva hacia dos bloques, enfrentados entre sí, con los partidos afines y, posiblemente, con el mundo en general, debe preocuparnos. La bipolaridad es mala consejera de acción, pues evita los grandes acuerdos y los que se producen -como está demostrado por el cierre en falso de la colaboración gubernamental entre el PSOE, Unidas Podemos, la CUP y el PNV- aumenta la tensión y reduce las disponibilidades de Tesorería para que las disfrutemos todos, aplicándose dineros a las exigencias egoístas de los partidos minoritarios-

En el Parlamento, las apariciones de ministros y representantes de la oposición, se han convertido en expectáculo de malos actores. La oposición de derecha como de ultraderecha se ve por los partidos de la izquierda y ultraizquierda como anclada en el franquismo, y cuanto dice o argumentan se le califica como surgido de la nostalgia, la ignorancia, o el rencor; no pocas veces se llama fascistas a sus representantes. Pero, a la inversa, cuanto hace o dice el presidente de Gobierno, sus ministros o los portavoces de los partidos que conforman el conglomerado (sin duda, pintoresco) de la coalición que nos gobierna, es erróneo, resulta oscuro o ininteligible o es producto de una incompetencia manifiesta, si seguimos a los portavoces de la otra bancada.

No voy a poner más ejemplos, que cada uno puede encontrar en lo que esté viviendo en la empresa, en la oficina, en las Adminsitraciones, en encuentros (por fortuna, casi siempre solo verbales) entre quienes se empeñan en mantener posiciones discrepantes, fuera de todo raciocinio o discusión sensata. Por no decir de esas hordas de descerebrados que, a la primera, como si fueran mercenarios del caos, rompen cristales de comercios, vuelvan contenedores o queman neumáticos, sin importarles plantear batallas campales con las fuerzas del orden.

Una anécdota, para reforzar a qué parecemos dispuestos a llegar. Hace un par de días, estábamos manteniendo una conversación en una cafetería con unos amigos y dos mujeres, cada una con el adorno de su propio perro, se pusieron  en la mesa de al lado. Uno de los perros se puso a ladrar de forma ininterrumpida, causándonos evidente molestia, tanto que nos impedía seguir hablando en tono normal. Mi esposa rogó a la señora propietaria que hiciera callar a su perro, pues nos estaba importunando. La respuesta fue,: “Está en su derecho”. Yo le repliqué, en mi mejor tono, aunque sin ocultar mi sopresa por la salida de pata de banco: “¿Insinúa Vd. que el derecho de su perro es molestar con sus ladridos? ¿No tiene Vd. autoridad sobre su perro para tranquilizarlo?”.

Se produjo un silencio, que solo quedaba roto por los ladrillos estridentes del maleducado chucho. Como si hubiera estado meditando una réplica contundente, aquella amiga del muy especial derecho animal, fijando su mirada en mí, me espetó: “Es Vd. un impresentable. Un sinvergüenza”, dejándonos a todos -incluso a la que la acompañaba a ella- estupefactos.

No tuve más remedio que pedir la cuenta y decir a mis amigos que debíamos cambiar de aires, por el bien de mis arterias coronarias.

Publicado en: Actualidad, Sociedad Etiquetado como: coronavirus, crisis, crispación, derecho de los perros, gobierno, oleada, Omicron, pandemia, parlamento, partidos políticos, perro

La estrafalaria figura del mandato político

9 agosto, 2016 By amarias 1 comentario

_DSC0070

Durante estos últimos meses de oscurantismo político en España, se está utilizando con profusión, la expresión “por mandato del pueblo”, reforzándola o aderezándola con supuestas variantes: “los españoles han decidido con su voto” o “tenemos la obligación frente a nuestros votantes”, y otras muchas de parecido tenor, con las que sus dicentes pretenden haber obtenido la facultad para hacer, en esencia, lo que les peta.

Esta adulteración del término proviene de una doble confusión. Por una parte, ignorar que el mandato es el período por el que un elegido para representar a una colectividad ejerce la función que se le ha encomendado. No hay mandato, pues, hasta que no se toma posesión del cargo.

Por otra, se ha producido la extralimitación sobre el significado y, por tanto el alcance, del hipotético contrato verbal entre quien detenta el poder (actualmente, en la acepción constitucionalista tipo, el pueblo soberano, al que se atribuye haber decidido con anterioridad que existen valores patrimoniales, funciones de gestión y control que es conveniente encomendar a ciudadanos privilegiados) y aquellos a quienes se delega su ejercicio (los políticos electos, mediante procedimientos consensuados). No es esta encomienda un permiso vacío, amplio o irrestricto; ni siquiera está basado en la confianza que pueda generar la capacidad del elegido, sino que está sujeto a las condiciones de contorno que marcan, conjuntamente, el programa propuesto por el partido correspondiente, y la propia situación a resolver, sea cual fuere su complejidad.

Defiendo, por tanto, que, contrariamente a lo que se está interpretando ladinamente por quienes negocian, en no se sabe ya qué términos ni bajo qué condiciones, la formación de un Gobierno, no hay mandato para actuar libremente, ni patente de corso para ir por las calles de la improvisación que más les apetezcan. En un momento como el que se vive en España, en que llevamos dos elecciones generales y vamos camino de una tercera, sin que exista acuerdo entre los partidos para elegir un presidente de Gobierno, no es la capacidad negociadora de los líderes políticos la que está en juego, sino que se ha puesto de manifiesto la incapacidad de la sociedad para encontrar una solución a las graves crisis que padecemos.

No ha habido ninguna propuesta que resultara suficientemente convincente, y el voto popular se ha desparramado entre varias opciones, sin privilegiar realmente a ninguna.

Por tanto, analizado con frialdad, lo que los españoles han expresado con su voto es, sencillamente, el cumplimiento de una obligación surgida por los usos y costumbres de un estado democrático, que quizá tuvo su sentido -paradógicamente, cuando no había tanta parafernalia puesta en papel- en reuniones o juntas abiertas, en las que todos los asistentes tenían ocasión de expresarse (y lo hacían, con la precisa contundencia). Ese “·derecho ciudadano a votar”, en la actualidad, se ha convertido en una trampa, un engorro o un rompecabezas para el hallazgo colectivo de soluciones complejas en momentos delicados.

Los programas políticos son líneas abiertas sin compromisos claros, propuestas sin alicientes precisos, trucos ideológicos que el líder de turno convierte en base para sus dotes de improvisación. No se debería votar a programas prendidos con alfileres y mal ajustados, para que luego los partidos entendieran que se les ha dado un voto de confianza.

Lo que la disparidad de votos ha demostrado, en suma, es que lo que los ciudadanos hemos emitido, en conjunto,  voto de desconfianza.

Los ciudadanos, en situaciones así, nos vemos sobre-solicitados. No se nos pida que, en tanto que votantes, ofrezcamos soluciones, ni siquiera que sepamos interpretarlas o valorar las que se nos presentan de forma confusa o imperfecta. Incluso, no se espere que abramos en torno a los programas, en un par de meses, un debate constructivo. Ese no se improvisa, ni se construye desde la discusión paritaria, cuando los temas a discutir superan ampliamente lo que cabe esperar del sentido común o del raciocinio combinado de la experiencia y la voluntad. Lo obvio, cuando se propone a un grupo de gentes, sin información ni los conocimientos previos, que propongan una actuación concreta sobre un tema complicado, es que se obtengan múltiples sugerencias, una panoplia de opciones, de las que algunas podrán ser utilizables -previo desbaste y pulido intelectual- pero lo mayoría serán simples elucubraciones.

Nada hay más complejo, hoy por hoy, que dirigir los asuntos de un Estado de los llamados desarrollados, en un panorama general de crisis, con amenazas de extrema gravedad -desde el colapso del sistema capitalista hasta el terrorismo indiscriminado-. No cabe la improvisación, ni apelar a mandatos del pueblo para justificarse. El pueblo no sabe, ni tiene por qué saber. Quiere, pero no puede; no tiene argumentos o soluciones sobre cómo salir de los problemas ni predecir la mejor actuación futura, pero, con razón, donde le duele, protesta.

Grave responsabilidad la de los cabezas de lista de los partidos más votados. No tienen mandato para lo que pretenden, ni siquiera tienen mandato aún para lo que les encomendaremos, que no es sino la imperiosa necesidad de sacarnos del atolladero. Juntos. Es comprensible que duden, que no sepan muy bien qué hacer. Tenían que haberlo pensado mejor antes, Pues que trabajen en ello. Pero lo que no resulta admisible es que, encima, nos calienten la cabeza.

—-

PS.- Incluyo una fotografía de un aguilucho. Vuelan muy alto, casi siempre a las mismas horas, lanzando gritos agudos. Con su vista extremadamente penetrante, los pajarillos que se asusten con esos estridentes sonidos y cambian de lugar, delatando su situación, se convierten en la presa elegida para su voracidad. Los que se quedan quietos, no corren peligro. Por su parte, los córvidos, ante uno de sus ataques, se defienden en grupo, y los ahuyentan. He sido testigo del éxito de una oropéndola macho en defender su nido frente a uno de estos majestuosos depredadores, al que sometió a una persecución implacable, hasta que lo hizo salir de su área de control.


 

Publicado en: Actualidad, Política Etiquetado como: acuerdo, democracia, elecciones, gobierno, mandato, partidos políticos, pueblo

El joven imprudente y el taxista tozudo

6 enero, 2016 By amarias 3 comentarios

Entre los curiosos sucesos de la vorágine de final de año, me llamó la atención especialmente el grave accidente sufrido por un joven que tuvo la ocurrencia de encaramarse al techo de un taxi, y que, habiendo sido invitado por el conductor a bajarse, se empecinó en mantenerse en esa peligrosa plataforma, con el obvio resultado de que, cuando el taxista puso el vehículo en marcha, al doblar una esquina, salió despedido y se rompió la cabeza contra la acera.

La historia, siendo real, me parece aplicable también como metáfora a la actual situación de la política española, y en los frentes tanto general, como local. Si, salvando el que el asunto verídico está aún bajo investigación judicial, se me permite suponer que ambos -jovenzuelo y guía- no estaban en perfecto uso de sus facultades mentales, encuentro similitudes en el comportamiento de los que se presumen líderes de opinión -conductores del vehículo colectivo-, empeñados en ponerse en marcha sin haber elegido el destino, y la sociedad danzante sobre el capó, inconsciente de que la sensatez aconseja bajarse del carro y discutir a dónde se quiere ir, y cuál será el precio de la carrera.

Si estuviéramos hablando de cocina, diría, siguiendo con el gusto por las metáforas, que estamos en un momento en que se cargan tintas para que llamar la atención sobre lo que se guisa antes de probarlo, poniendo nombre rimbombante al menú y sirviéndolo con pinzas y lente de aumento en plato grande.

Pero lo que se está cocinando hoy en nuestra sociedad, y específicamente en la española, tiene un sabor amargo, porque a los ingredientes de carne y de pescado que vienen frescos de la plaza común, se le están aportando al buen tuntún, por aprendices de brujo e infiltrados en cocina, estas delicadas especies: improvisación, dejación, desprecio e ignorancia.

Tengo para mí que hay una parte nada despreciable de la población española en edad de discernir que no saben lo que quieren aunque están muy dispuestos a admitir lo que no quieren.  Faltándoles conocimiento, tiempo o ganas, se incorporan, por gracia, devoción, omisión o simple inercia, al ideario elemental difundido por monologuistas más adecuados para el Club de la Comedia que para tomar las riendas del carro colectivo.

Resultado: entre quienes se han esforzado en presentarse con su lado más seductor, con las  entradillas más graciosas y los estirados de piel propia y despellejamiento de contrario más logrados, el público asistente ha seleccionado los cuatro o seis actores que merecerían pasar a la siguiente fase del concurso.

Solo que no estamos en un concurso, sino que nos jugamos el futuro.

En uno de los grupos vocingleros, están los que aseguran que lo que necesitamos para curarnos del mal que tenemos -antes incluso de diagnosticar su naturaleza- es una nueva República, que sería, por tanto, la tercera; pero, en lugar de echar mano a los conceptos, se prefiere echar mano a los símbolos, colando en cada oportunidad la bandera tricolor (que es enseña prestada), el menosprecio a la Constitución o el gusto por las algaradas (de las que la procesión en Valencia de tres señoras y su séquito de fantasías, en época de cabalgatas de Reyes Magos, representando a la Libertad, la Fraternidad y la Igualdad, ataviadas con disfraces que apuntaban a su identificación con animadoras de salones para un western, es la última ocurrencia).

Están también, en otro grupo, los que gritan que se vive mejor de forma insolidaria; no es éste, principio de acción nuevo, ni ha germinado solo entre ciertos catalanes. Lo cultivan también serenísimos ingleses y franceses, no pocos montaraces norteamericanos, muchos intuitivos israelíes, turcos, sudaneses, marroquíes,…Vamos, que se estila en todos y cada uno de los rincones del globo, cercanos como lejanos, y se buscará siempre el amparo en la supuesta supremacía de una etnia, una religión, una intuición.

Para los que hemos sido educados en la religión católica (y hemos evolucionado, serenamente, hacia el agnosticismo), crecido en el seno de una dictadura (y sabemos, por tanto, lo que implica vivir en democracia), conocemos, por la teoría como por la práctica, la libertad de mercado (y hemos comprendido sus limitaciones); para quienes creímos en la igualdad de oportunidades (y hemos visto cómo se la transformaba en una fórmula para proteger clanes y determinados intereses), en la fortaleza conseguida desde el respeto a los demás (y lamentamos cada muestra de su incumplimiento, porque nos debilita), en la importancia de las ideas y del intercambio de opiniones para encontrar las mejores con las que avanzar (y asistimos, rebeldes, a la imposición de criterios, al aturdimiento que se pretende provocar desde el griterío, a la trampa fácil de la ocultación de evidencias), …para todos aquellos que, dudando acerca de la forma preferible, y, por tanto, sin concederle la importancia decisiva, hemos consolidado un núcleo corto de razones al que adscribirnos sin reservas, … todas esas posturas de coetáneos que defienden las formas y no presentan sus fondos y las concretas maneras de avanzar, nos parecen añagazas.

Porque sí, hay que progresar, y rápido, hacia la mayor igualdad (que no es uniformidad, sino estímulo para diferenciar para conseguir el óptimo colectivo), hacia la mayor libertad (que, claro que no es libertinaje, sino respeto a la frontera de la intimidad del otro), hacia una coherente fraternidad (que no es contubernio de amiguismos, sino sensibilidad social para reconocer los méritos y las necesidades de los demás), y la forma de conseguirlo de manera eficiente es muy dura: abandonando muchos de los propios intereses, siendo espléndido para compensar las desventajas con las que parten los demás.

Se ha avanzado mucho, en España, por múltiples razones, en muy buenas direcciones. Sin embargo, el edificio en el que se acumulan los logros, presenta grietas evidentes (y otras, más ocultas). Lo sensato sería estudiar por qué, y analizar cómo incrementar los unos y apuntalar o corregir las otras.

No hay que improvisar, ni pretender ser los primeros de la clase, desconociendo que el ritmo lo están marcando otros y que una carrera de resistencia no se gana por ir en cabeza los primeros metros. Tampoco se debe destruir lo que se tiene, si funciona bien o no molesta para el viaje.

Algunos quieren convencernos de que la fórmula salvífica es apelar a la tradición -recogiendo del arcón del pasado unos unos ritos y pretendiendo ridiculizar, de paso, otros-, son traiciones, invasiones en el terreno de las creencias y derechos de otros. No hay que ver como inocuas ni inocentes esas intromisiones: si se hace mofa de una religión, una postura política, una etnia, se está pretendiendo marginar a los que la practican, la defienden o pertenecen a ella; si se denuncia que otros nos están robando bienestar, y se oculta el latrocinio de quienes tuvieron al lado, se está sirviendo de cómplice y no de guía.

Mi sugerencia, pues, es apearse del vehículo sin perderlo de vista, invitar a los que conducen o quieran conducir a que también lo hagan y, ya serenos todos y decidido a dónde queremos ir y lo que cuesta, volvamos a montarnos.

 

Publicado en: Actualidad Etiquetado como: Constitución, democracia, fines, joven, objetivo, partidos políticos, programa, taxista

La energía en los programas de los partidos políticos que optan a gobernar España (y 3)

7 diciembre, 2015 By amarias Deja un comentario

Isaac Alvarez se ha convertido, junto con Angel Cámara (catedrático de la Escuela de Minas y Energía de Madrid) y decano del COIMCE, en conferenciante de plantilla para abordar el tema del fracking en España, desde su defensa.

En la conferencia del día 2, Alvarez resaltó la coincidencia de los partidos de la oposición en rechazar el fracking. El PSOE propone en su programa limitar las prospecciones y C´s indica que ni siquiera merece la pena hacerlas.

Con tales antecedentes programáticos, la argumentación de mi colega -y amigo- se centró en manifestar que tales manifestaciones contrarias a esa técnica, “no tienen en cuenta ni la realidad internacional, ni las nuevas tecnologías, ni la falta de competitividad de la industria española” que se fundamenta también en el alto precio de nuestra energía. “pagamos el kW al doble que en USA”, y parecemos ignorar que “la energía es básica para generar empleo”.

En la disertación con mayor aporte de cifras de las de los intervinientes en el acto, desgranó, entre otros datos, que en USA se realizan 100.000 fracturaciones hidráulicas al año, que en el mundo hay 4 millones de pozos perforados (de ellos, 2 millones en USA y la mitad, activos, repartidos entre gas y petróleo). En Norteamérica se dispone en la actualidad de unos 200.000 pozos para extracción del gas no convencional, que producen más de 20 veces el consumo anual de gas en España.

Para Alvarez, en las propuestas anti-fracking “subyace solo electoralismo”. No concedió tampoco relevancia al peligro de los accidentes, que remitió a la falta de información sobre el verdadero estado de la técnica y a intenciones descalificadoras priori, ideológicas.

La conductora de la Jornada, Moratilla, planteó, antes de abrir el coloquio con el público, si “el coche eléctrico era una propuesta realista.

Casajús respondió de inmediato que “con la red actual, mantener un parque de coches eléctricos de cierta entidad es imposible. Habría que resolver cómo se cargan las baterías, cómo las gestionamos, sería necesario rehacer una gran parte de la REE”. Comparó la propuesta con “las sillas volantes que aparecían en las historietas de Diego Valor”. (3)

“Si cada recarga supone una hora, ¿qué red de distribución de estaciones de carga hará falta para dar servicio a 5 ó 7 coches, allí donde precise cada usuario volver a cargar su batería, con autonomía para 250 0 300 km?. Tesla propone que se cargue la batería en el domicilio, por la noche; se supone que en el aparcamiento comunitario, porque pesa demasiado para llevarla a la propia casa. Pero si la mayoría pretende cargar la batería de su auto a partir de las 9 h, podemos llegar a aumentar el consumo puntual en 20.000 Mw-hora, que habría que cubrir. (4)

En fin, con la expresión unánime del apoyo necesario a la i+d+i, y a la creación de un Ministerio de la Energía y el Medio Ambiente, se abrió el coloquio a preguntas del público. Los ponentes tuvieron, entonces que expresar su opinión sobre la autogeneración, la mejora de la eficiencia energética relacionada, en concreto, con la edificación o el almacenamiento de energía con fines reguladores. No hubo especial crispación, aunque algún asistente -como suele suceder- aprovechó para realizar su ponencia espontánea y no faltó tampoco quien echase de menos a una representación de técnicos antinucleares y antifracking o decididamente pro-energías renovables en la mesa, que juzgaba monocolor.

Fue entonces cuando Miranda aclaró que “no era pro-nuclear” y que, desde luego, era plenamente sensible hacia los problemas de seguridad y almacenamiento y tratamiento de residuos, que no habían sido tratados en el debate porque no formaban parte del planteamiento de los programas políticos, que se manifestaban, simplemente -salvo en el caso del PP- como antinucleares sin reservas. También puntualizó que “las tecnologías renovables corresponden a mundos diversos que no pueden mezclarse en un fondo común”: los ciclos de intermitencia son totalmente diferentes, y van desde un año a la aleatoriedad de “cuando sople”.

Alvarez resaltó que centrar la discusión energética en el programa español, olvidando el panorama mundial, puede convertirse en un “hablar del sexo de los ángeles, porque en 2040, las previsiones son de que el 70% de la energía primaria será de origen fósil”, aunque, desde luego, cada año, la cantidad de energía de procedencia renovable que se aporte al sistema será creciente.

Se lamentó también acerca de la “impresionante mediocridad de todos los programas: ninguno habla de la COOP21, o del cambio climático, o de la regulación por medio del almacenamiento energético”.

 

—

(3) Diego Valor era un héroe de ficción, al que sus creadores alimentaron con apasionantes historietas publicadas entre 1953 y 1958 y que los niños de la época (yo llegué a la devoción poco antes de su lamentable extinción editorial) seguíamos con fervor, a pesar de estar editadas en pésimo papel y con dibujos muy simples en blanco y negro, pero con un texto imaginativo y un contexto estimulante. Las sillas volantes eran controladas con la mente por una facción de los habitantes de Venus, los wiganes.

(4) El consumo horario de energía en España fluctúa entre los 40.000 Mw-hora a las 21 h y los 24.000 Mw-hora entre la 4 y las 6 de la madrugada.

 

Publicado en: Actualidad, Ambiente, Energía Etiquetado como: angel cámara, debate, Diego Valor, energía, fracking, IIE, Isaac Alvarez, José Manuel Moreno, partidos políticos, Yolanda Moratilla

Problema de árbitros, castas y residuos

7 noviembre, 2013 By amarias2013 Deja un comentario

Son tantos los problemas pendientes de solución en España que el que Madrid lleve tres días sin que se recoja la basura tiene que ser visto, si alguien se pudiera jactar de tener el Estado en la cabeza, como un tema menor.

No he conseguido aclararme muy bien sobre lo que se discute en este concreto caso. He oído y leído demasiadas contradicciones, producto, sin duda, de intereses de parte. Por ejemplo, que las empresas concesionarias pretenden implantar un ERE por el que se reducirá el salario de los recolectores a 650 euros/mes y también que hay actualmente conductores de los vehículos de recogida de esas mismas empresas que ganan más de 3.500 euros por su mesnada.

He visto con mis propios ojos a varios tipos que volcaban contenedores, o esparcían basura por las aceras. En la televisión, se ofrecieron imágenes de recipientes y coches incendiados y no faltaron afirmaciones que acusaban de intolerancia, mala gestión y otros patatines y patatanes.

Lo de los residuos de Madrid no es tanto un problema de castas (ya ni siquiera en la India los recolectores de la mierda de otros son considerados gentes de inferior categoría, y no digamos en estos predios, donde la gente se puede llegar a matar por un puesto fijo en una empresa de servicios públicos y qué decir si se trata de ser concesionario de la llamada eufemísticamente recogida separativa de residuos y enseres, que a algunos ha hecho muy ricos).

Es un tema de árbitros.

Alguien podría pensar que es también un problema de equipos, o de jugadores o de reglas de juego, pero me obstino en afirmar que los sujetos clave son los árbitros.

En los residuos, como en tantos temas, faltan en España autoridad, transparencia y… árbitros. Desde luego, que haya una huelga de un servicio de primera necesidad y que, sindicados o por libre, unos individuos se dediquen a ensuciar más las calles, vertiendo basura por su cuenta, es una anomalía del sistema, es un desprecio a los demás, una piltrafa social.

Como lo es también que haya empresas que se enriquezcan desmesuradamente con la ejecución de esta actividad básica, para la que, dicho sea de paso, tampoco hace falta ser un virtuoso: barrer, recoger, retirar donde no se vea, lo que muchos no quieren; tal vez, seleccionar lo que aún es válido; puede que quemarlo si sabemos cómo sin que los humos nos delaten.

Falta credibilidad, solvencia y… arbitraje.

Ya hemos renunciado a que alguien, o incluso un equipo, pueda tener los problemas más acuciantes del país en la cabeza. Son demasiados y los complicamos a diario: pérdida de credibilidad de las instituciones (corrupción, latrocinios, engaños, etc.), decadencia hacia el caos en los sectores sanitario y educativo (por hablar de dos de los básicos), paro incontrolable por pérdida múltiple de rentabilidad en los más variados campos, intenciones separatistas que se pueden referir (seguramente) a egoísmos inconfesables, inseguridad jurídica en no pocos asuntos (largos plazos justicieros, dependencia del factor humano en las resoluciones judiciales, politización del Derecho, obsesión legiferante, etc.),…

En este panorama, no me preocupa que el PSOE, en IU, en UPyD o en el PP haya primarias. Son temas de partido, o sea, de equipos. A muchos ciudadanos de nuestro país, que somos los que nos la estamos jugando, lo que nos importa es que haya, no primarias ni primarios, sino buenos secundarios y terciarios. En masculino o en femenino.

Que esos secundarios, hoy ocultos, tomen de una vez el poder y nos convenzan de que son capaces de hacer un buen arbitraje, con solvencia y por encima de las castas. De las castas y de los que no son castos, en el sentido de los que son corruptos, vagos, ineficaces.

Porque necesitamos barrer los residuos de las demasiadas incongruencias que nos están impidiendo solucionar lo principal, que es mantener limpio el escenario, para que podamos trabajar, y se dejen ya de volcar los contenedores con la mierda.

Publicado en: Actualidad, Sociedad Etiquetado como: árbitros, basura, castas, honestidad, juego, Madrid, partidos políticos, residuos, solvencia, trabajo

He tenido un sueño

17 junio, 2013 By amarias2013 Deja un comentario

Estaba hoy, 17 de junio de 2013, asistiendo, con varios centenarios de invitados, a la Firma del contrato de una línea de préstamos entre la Comunidad de Madrid y varias de las entidades bancarias de este pequeño país, y no puedo precisar si fue cuando hablaba el ministro de Industria (José Manuel Soria) o el presidente de los empresarios de Madrid (Arturo Fernández) o el presidente de la Comunidad madrileña (Jaime Ignacio González), pero me quedé dormido.

Y he tenido un sueño.

He soñado que todos los presidentes de todas las compañías de España que cotizan en el IBEX hacían una declaración conjunta -era de ver a los 35, tan serios, y pulcros, poniendo cara de circunstancias- reconociendo que una parte de su solvencia estaba basada en el engaño. Que todos habían financiado, por la vía de ilegales dádivas, muchas de ellas vinculadas a contratos de las admnistraciones públicas, a los partidos políticos. Más dinero, claro, para los que habían tenido cualquier responsabilidad de Gobierno.

El documento decía (creo recordar): “Os hemos mentido. No somos lo leales que creíais, ni lo impolutos que podrías deducir de nuestras anteriores declaraciones y silencios. El juego del mercado es así: no basta ser el mejor en las licitaciones, hay que contribuir con ciertos peajes para que el sistema, o lo que sea, funcione. No estamos arrepentidos, pero no vemos otra forma de que esto, que llamamos economía de mercado, se mantenga. Todos lo hacen”.

Ví después aparecer en mi sueño a los representantes de los partidos políticos, leyendo un documento que también habían preparado: “Es imposible mantener el aparato de los partidos con las subvenciones oficiales, aunque os parezcan altas. Los dirigentes, en particular, no se contentan con lo que reciben de forma transparente, en nóminas, dietas y sueldos. Quieren más, porque dicen que en la economía real les pagarían mejores salarios por hacer algo parecido. Y, desde luego, como no todos pueden pasar a ocupar puestos relevantes en las empresas a las que han ayudado con sus decisiones, necesitan otras garantías -económicas- para saber que no han perido el tiempo, defendiendo los intereses públicos”.

En mi sueño, aparecieron también altos representantes de las instancias judiciales: “Nos tenéis que perdonar, si podéis. porque no es cierto que la Justicia sea igual para todos. Lo teníamos que expresar, pero no es posible resistirse a las presiones de los que más mandan, y no es lo mismo analizar la responsabilidad de un pobre diablo que ha cometido un delito, que la culpabilidad de altos ejecutivos y mandatarios que han sido llevados a nuestra jurisdicción por una estafa de gran volumen, una malversación importante, o haber pagado comisiones ilegales para lograr un contrato, o gratificarlo, para sus empresas. Nos daba miedo romper el orden establecido, y, por supuesto, estábamos cómodos en haber alcanzado una parcela de respeto y poder que nos costó años de estudio y, en algunos casos, movilizar apoyos nada sencllos de lograr”.

Se leyó, también, un comunicado de las Iglesias: “Reconocemos que no sabemos nada de Dios, porque nunca se ha manifestado. Somos únicamente fieles a una tradición de sacordotes y falsos exégetas, que han ido añadiendo dogmas y revelaciones. El fin era, en principio, bueno: que la ética universal no se perdiera, ya que la filosofía no nos parecía suficiente. Pero esto ha dado lugar a muchas aberraciones y estamos arrepentidos”.

No faltó un comunicado de la Casa Real, avalado por las Casas Reales de todo el mundo: “Afirmamos, como ya deberías saber, que somos iguales a todos vosotros. Con nuestros vicios, nuestras virtudes y nuestro deseo de vivir lo mejor posible. Hemos contribuído, en muchos casos, a que no hubiera guerras o derramamientos de sangre entre vosotros, aunque seguramente son más las que hemos provocado. Estamos arrepentidos, pero no sabemos si lo volveremos a hacer. No depende de nosotros; si fuera por nosotros, lo seguiríamos haciendo”.

Se adelantó, algo balbuciente, en mi sueño, el portavoz de todos los catedráticos y profesores de las Universidades: “No es cierto que seamos los que más sabemos de la mayoría de las cosas, porque es muy grande el volumen de lo que ignoramos. Hemos preferido, hasta ahora, mantener la ficción, realimentándonos en lo posible, con un cuidado nepotismo, y manteniendo la utopía de lo que enseñamos servirá para algo en un mundo real que no conocemos.”

Los murmullos de quienes escuchaban eran ya ensordecedores. Cuando iban a hablar representantes de los órganos de seguridad, de los Ejércitos, de las asociaciones no gubernamentales, me desperté, sudoroso.

Creo que alguien estaba anunciando que el Acto terminaba, y expresaba que tenía plena confianza en que, con los 150 millones de créditos que ahora se ponían a disposición de las pymes madrileñas, con el objetivo de crear o apalancar 10.000 millones de empleos. O tal vez eso era también parte de mi sueño-pesadilla.

Como no había, esta vez, cóctel alguno en la Casa del Reloj de Madrid, pude encaminarme hacia la boca del Metro sin tiempo para comentar con otros si todos habíamos soñado lo mismo o algo parecido. Por las caras de póker con las que me crucé, creo que habían estado despiertos, es decir, profundamenten dormidos.

Publicado en: Actualidad, Economía, Sociedad Etiquetado como: arrepentimiento, Casa del Reloj, corrupción, empleos, empresarios, empresas, engaño, enseñanza, Ibex-36, Iglesias, instituciones, jueces, Madrid, monarquías, partidos políticos, profesores, sueño, Uniiversidad

Mad Men frente a Mad Omen

19 abril, 2013 By amarias2013 Deja un comentario

En esa serie norteamericana con un guión magnífico que se titula Mad Men y en la que un grupo de hombres y mujeres, allá por los cincuenta del siglo pasado, se enredan en aventuras sexuales mientras pasan la vida les construye variadas desventuras, se nos pone de manifiesto, por si alguien lo dudaba, que la historia se repite.

Cambian las personas e incluso los escenarios, pero el asunto básico es siempre el mismo. ¿Qué es, pues, lo que hace a esta serie que ya va por su sexta temporada, tan atractiva? En mi opinión, dos cosas: una presentación de los hechos comunes de los seres humanos muy bien trabada, hecha creíble con diálogos y escenas que nos confirman en nuestra condición de voyers, de curiosos pertinentes; y una interpretación con actores y actrices atractivos, no solo porque sean guapos, que muchos lo son, sino porque son creíbles.

Nada que ver con la historia real que se nos cuenta pero también nos toca vivir en nuestro pequeño pais. Un guión torpe y unos personajes cansinos, sin ideas, repitiendo sus morcillas y gags creyendo que van a provocar el aplauso y nos inducen a un tedio y horrores más profundos.

No se cambia de caballo ni de bólido en plena carrera, pero si nadie corre, es momento para decidir la renovación de la yeguada en las escuderías. En los aledaños del PSOE, se habla de Eduardo Madina como eventual sustituto a Alfredo Rubalcaba, liebre de buen porte que, sin embargo, no ha ganado ninguna carrera. En las proximidades del PP, se habla de Luis Bárcenas, que ha sustituído de un plumazo a la mitad del Gobierno,

Madina es profesor de Historia Económica Contemporánea y algo debe saber de cómo construir un buen guión con los mimbres que tendría a disposición. Es muy joven todavía, pero mi experiencia personal (como la de muchos) es que se pasa de ser muy joven todavía a demasiado viejo en un pispás.

Lo que no podemos es quedarnos quietos, a la espera de que escampe y se resuelva por si mismo el temporal. No será así. Hay que expulsar estos Mad Omen del escenario. Malos presagios. Necesitamos que irrumpa el viento fresco de quienes no tienen historias ocultas en sus armarios, ni cuentas pendientes, ni sus cerebros embotados.

Eduardo Madina (PSOE) y Antonio Basagoiti (PP) tienen el talante y la credibilidad, en mi modesta opinión, para propiciar una renovación de urgencia de los modos y trasfondos de los dos partidos mayoritarios, arrumbando cadáveres y zombis de un pasado lamentable de sus partidos, en los cementerios de la memoria.

Mad Men frente a Bad Omen. Porque, sí, para recoger el testigo en este momento de tempestad hay que estar loco y  contar con capacidad de seducción para despertar la ilusión y simpatías colectivas con las  que dejaremos a un lado los turbios presagios a los que nos conduce la desgana, el conformismo, la desconfianza, el sentimiento de la fatalidad que atrae a la derrota.

De otros partidos y opciones políticas, me perdone el lector que hoy nada escriba.  Cuando se trata de apostar a ganar, no me muevo por posibles afinidades ideológicas ni por sentimentalismos ni nostalgias, sino por el nombre consolidado de las ganaderías, que es lo que les da mayor capacidad para selección de pedigris con los que realizar la renovación de las  yeguadas.

Al fin y al cabo, con dos opciones buenas le bastará a la mayoría para rendirse satisfechos, sin que sienta la necesidad de probar el cocinado de chiringuitos y kermeses. No hay cosa peor que aguantar esta sensación de hambre en el cerebro.

Publicado en: Política, Sociedad Etiquetado como: Antonio Basagoiti, Bad Omen, cambio generacional, Eduardo Madina, Mad Men, Mad Omen, opciones buenas, partidos políticos, presagios

Entradas recientes

  • Quincuagésima Segunda (y última) Crónica desde Gaigé
  • Quincuagésima primera Crónica desde el País de Gaigé
  • Cuentos para Preadolescentes (6)
  • Cuentos para preadolescentes (5)
  • Cuentos para preadolescentes (4)
  • Cuentos para Preadolescentes (3)
  • Quincuagésima Crónica desde el País de Gaigé
  • Cuentos para preadolescentes (2)
  • Cuentos para preadolescentes
  • Cuadragésima Nona Crónica desde el País de Gaigé
  • Muerte de un Papa
  • Cuadragésima Séptima Crónica desde el País de Gaigé
  • 2022: Momento de un Balance
  • Cuadragésima Sexta Crónica desde el País de Gaigé
  • El Mensaje de Navidad de Felipe VI que no pudo ser

Categorías

  • Actualidad
  • Administraciones públcias
  • Administraciones públicas
  • Ambiente
  • Arte
  • Asturias
  • Aves
  • Cáncer
  • Cartas filípicas
  • Cataluña
  • China
  • Cuentos y otras creaciones literarias
  • Cultura
  • Defensa
  • Deporte
  • Derecho
  • Dibujos y pinturas
  • Diccionario desvergonzado
  • Economía
  • Educación
  • Ejército
  • Empleo
  • Empresa
  • Energía
  • España
  • Europa
  • Filosofía
  • Fisica
  • Geología
  • Guerra en Ucrania
  • Industria
  • Ingeniería
  • Internacional
  • Investigación
  • Linkweak
  • Literatura
  • Madrid
  • Medicina
  • mineria
  • Monarquía
  • Mujer
  • País de Gaigé
  • Personal
  • Poesía
  • Política
  • Religión
  • Restauración
  • Rusia
  • Sanidad
  • Seguridad
  • Sin categoría
  • Sindicatos
  • Sociedad
  • Tecnologías
  • Transporte
  • Turismo
  • Ucrania
  • Uncategorized
  • Universidad
  • Urbanismo
  • Venezuela

Archivos

  • enero 2023 (12)
  • diciembre 2022 (6)
  • noviembre 2022 (8)
  • octubre 2022 (8)
  • septiembre 2022 (6)
  • agosto 2022 (7)
  • julio 2022 (10)
  • junio 2022 (14)
  • mayo 2022 (10)
  • abril 2022 (15)
  • marzo 2022 (27)
  • febrero 2022 (15)
  • enero 2022 (7)
  • diciembre 2021 (13)
  • noviembre 2021 (12)
  • octubre 2021 (5)
  • septiembre 2021 (4)
  • agosto 2021 (6)
  • julio 2021 (7)
  • junio 2021 (6)
  • mayo 2021 (13)
  • abril 2021 (8)
  • marzo 2021 (11)
  • febrero 2021 (6)
  • enero 2021 (6)
  • diciembre 2020 (17)
  • noviembre 2020 (9)
  • octubre 2020 (5)
  • septiembre 2020 (5)
  • agosto 2020 (6)
  • julio 2020 (8)
  • junio 2020 (15)
  • mayo 2020 (26)
  • abril 2020 (35)
  • marzo 2020 (31)
  • febrero 2020 (9)
  • enero 2020 (3)
  • diciembre 2019 (11)
  • noviembre 2019 (8)
  • octubre 2019 (7)
  • septiembre 2019 (8)
  • agosto 2019 (4)
  • julio 2019 (9)
  • junio 2019 (6)
  • mayo 2019 (9)
  • abril 2019 (8)
  • marzo 2019 (11)
  • febrero 2019 (8)
  • enero 2019 (7)
  • diciembre 2018 (8)
  • noviembre 2018 (6)
  • octubre 2018 (5)
  • septiembre 2018 (2)
  • agosto 2018 (3)
  • julio 2018 (5)
  • junio 2018 (9)
  • mayo 2018 (4)
  • abril 2018 (2)
  • marzo 2018 (8)
  • febrero 2018 (5)
  • enero 2018 (10)
  • diciembre 2017 (14)
  • noviembre 2017 (4)
  • octubre 2017 (12)
  • septiembre 2017 (10)
  • agosto 2017 (5)
  • julio 2017 (7)
  • junio 2017 (8)
  • mayo 2017 (11)
  • abril 2017 (3)
  • marzo 2017 (12)
  • febrero 2017 (13)
  • enero 2017 (12)
  • diciembre 2016 (14)
  • noviembre 2016 (8)
  • octubre 2016 (11)
  • septiembre 2016 (3)
  • agosto 2016 (5)
  • julio 2016 (5)
  • junio 2016 (10)
  • mayo 2016 (7)
  • abril 2016 (13)
  • marzo 2016 (25)
  • febrero 2016 (13)
  • enero 2016 (12)
  • diciembre 2015 (15)
  • noviembre 2015 (5)
  • octubre 2015 (5)
  • septiembre 2015 (12)
  • agosto 2015 (1)
  • julio 2015 (6)
  • junio 2015 (9)
  • mayo 2015 (16)
  • abril 2015 (14)
  • marzo 2015 (16)
  • febrero 2015 (10)
  • enero 2015 (16)
  • diciembre 2014 (24)
  • noviembre 2014 (6)
  • octubre 2014 (14)
  • septiembre 2014 (15)
  • agosto 2014 (7)
  • julio 2014 (28)
  • junio 2014 (23)
  • mayo 2014 (27)
  • abril 2014 (28)
  • marzo 2014 (21)
  • febrero 2014 (20)
  • enero 2014 (22)
  • diciembre 2013 (20)
  • noviembre 2013 (24)
  • octubre 2013 (29)
  • septiembre 2013 (28)
  • agosto 2013 (3)
  • julio 2013 (36)
  • junio 2013 (35)
  • mayo 2013 (28)
  • abril 2013 (32)
  • marzo 2013 (30)
  • febrero 2013 (28)
  • enero 2013 (35)
  • diciembre 2012 (3)
febrero 2023
L M X J V S D
 12345
6789101112
13141516171819
20212223242526
2728  
« Ene