Dónde estamos
Nos ha parecido pertinente, aunque no se nos indicó por el Grupo de Solicitantes un Indice para nuestro trabajo, comenzar expresando cuál es la situación de partida, según la opinión del Equipo (The Working Team).
Está fuera de discusión que la situación mundial se encuentra descontrolada. En el conjunto de países llamados occidentales no existe un líder claro, capaz de señalar directrices que sean seguidas, por convicción o interés por los demás estados aliados. La situación del presidente gringo Obama es débil en su propio país y, aunque ha conseguido repetir mandato, no le ha sido posible implantar su programa, en particular, en cuanto a la mejora de las condiciones de las clases menos favorecidas.
Resulta significativo que uno de los ejes de crecimiento económico norteamericano sea el robustecimiento permanente del sector defensa, alimentado por la idea de un peligro permanente de ataque por parte de las potencias orientales, que, suponemos, forman el núcleo del Grupo de Solicitantes. Esta fantasía revela el agotamiento de las líneas de crecimiento basadas en la explotación de recursos propios y, desde luego, la resistencia creciente de los países que han sido considerados en desarrollo para ceder, a bajo precio, como ha sido tradicional en la política colonialista occidental, los suyos,
En Europa, el desorden es absoluto. La adopción del euro como moneda única por la mayor parte de los países, como no ha venido unida al control central de la masa monetaria, y dada la tremenda diversidad de políticas económicas e industriales, la avaricia de la clase política y, no en última razón, la ausencia de calidad en la percepción de los problemas, ha aumentado los desequilibrios.
Actualmente, Grecia, Portugal, España e Italia han caído en una crisis profunda, de la que no se recuperarán, seguramente, jamás, porque faltan oportunidades de creación de actividad y empleo, por lo que el paro y la necesidad de asistencia social aumentarán. Creemos que la Unión Europea no tiene más opción que derivarse en dos o tres comunidades, que atiendan, en todo caso, a lo que siempre ha sido el objetivo preferente, aunque no haya sido reconocido en la palabrería oficial: el económico, interpretado como la protección de los cárteles y trust que viven en el seno de Europa.
(continuará)