Al socaire

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Cuentos para preadolescentes (4)

20 enero, 2023 By amarias Deja un comentario

De momento, mantengo con mi nieta el  ritmo de escribir un Cuento cada día (de madrugada). Ella, agradecida porque la distraigo en el trayecto desde casa al Colegio, me dice que “le encantan”. Y esas escuetas palabras suenan a gloria en mis oídos.

Desmontando la Torre de Babel

En el reino de Cantoprimo, vivian felices. Al fin, tenían un proyecto común y solidario. La historia de ese país era muy compleja y, por ello, interesante. Si nos remontáramos a unos cuantos siglos atrás -tampoco muchos, porque los acontecimientos que forman parte del progreso de los pueblos, son relativamente recientes- los eruditos podrían sacar la conclusión de que, cuando sus habitantes estaban unidos, todos avanzaban. Unos más y otros menos, pero avanzaban todos. Si, por cualquier razón aparecían discrepancias, reales o inventadas, podían incluso enzarzarse en controversias interminables e, incluso, habían llegado a meterse en guerras terribles. No faltaban vecinos que les animasen a pelear, seguros de que así sacarían -ellos- provecho propio.

Seguro que sabéis el relato de la Torre de Babel, que es uno de los más curiosos de la Biblia. Los descendientes de Noé querían construir una torre muy alta que llegase hasta el cielo. Estaban en ello, y ya habían avanzado unos cuantos pisos (hay un cuadro muy bonito de un pintor holandés, Brühgel el Viejo que trata de recoger esa escena), Yahveh, que es como se llama a Dios en el Antiguo Testamento, se enfadó de la soberbia de aquellos a quienes había salvado del diluvio y lanzó un maleficio, o algo parecido, por el que empezaron a hablar lenguas diferentes y no se entendieron más, por lo que tuvieron que abandonar su proyecto y separarse.

Podéis pensar que este asunto de la Torre de Babel es un cuento, y no os faltará razón. La Biblia tiene bastantes cuentos o historias sacadas de la fantasía, lo cual no quiere en absoluto significar que sean inútiles. Al contario: se pueden sacar de ellas consecuencias muy interesantes. Son metáforas, parábolas, fábulas.

En Cantoprimo tenían una lengua común, que hablaban todos sus habitantes y, además,  compartían con millones de personas de otros países. En algunas regiones de Cantoprimo había unos pocos habitantes que hablaban incluso dos lenguas: una, la común, que dominaban y otra, especial para el territorio que, sobre todo por tradición familiar, se transmitía de generación en generación.

Aparecieron de pronto varios estudiosos sin mucho que hacer, algunos de ellos, con ganas de pasar a la posteridad como historiadores y decidieron que esa lengua especial del territorio, que hablaban muy pocos, había que convertirla en obligatoria en las escuelas, porque era el mejor reflejo cultural, una huella clara, de que sus antepasados habían sido sojuzgados y esclavizados por quienes habían impuesto una lengua común. Era una idea descabellada, pero encontró el apoyo de bastante gente y, sobre todo, de quienes aspiraban a tener el poder.

Así que se obligó a que todos los niños estudiasen y hablasen en esa lengua que estaba a punto de ser olvidada para siempre, salvo por los estudiosos de la evolución de las lenguas, como pasa con el latín, el griego y el sánscrito, por ejemplo. Si querías conseguir un empleo en la administración regional, además, deberías hablar perfectamente esa lengua, a la que como le faltaban muchas palabras, se le añadieron varios miles, inventadas, que se recopilaron en una gramática.

Al cabo de unas pocas decenas de años, en esa región particular de Cantoprimo, muy pocos en ella hablaban la lengua que habían tenido en común con el resto del territorio. Estaban contentos, de momento. La lengua actuaba de muralla, como una defensa para que ninguna persona de fuera de la región ocupara puestos de trabajo en ella, si no aprendía a la perfección ese idioma, parcialmente inventado.

Pretendían los dirigentes de esa región,  conducidos por un extraño espejismo, convertirse en un país independiente. Y estaban a punto de conseguirlo. Después de todo, argumentaban, había países aún más pequeños y con menos habitantes que eran reconocidos como uno más, en el concierto internacional.

Pero sucedió algo terrible. El impulso de la región decayó de pronto. Faltos del apoyo del Estado central, no tenían el mismo crédito que antes, no recibían los mismos importes de subvenciones. Sus productos pasaron a ser más caros y no competitivos. Además, cuando tenían que negociar algún contrato con otros países, incluso con empresas de otras regiones de Cantoprimo, debían hacerlo a través de intérpretes, lo que resultaba muy caro. Aún peor: sus profesionales, que tenían merecida fama anterior, la perdieron. Los mejores profesores de Cantoprimo renunciaban a trasladarse a esa región marginal, para no empeorar sus currícula.

Era la fábula de la Torre de Babel, solo que construida al revés. Los propios habitantes de la región habían decidido separarse de los demás. En un mundo en donde es importante la solidaridad, el entendimiento entre los pueblos y, también, en un escenario muy competitivo en el que, cuanto más fuerte el músculo, mejor, aquella región había decidido cortar amarras con el buque más grande.

Este es un cuento abierto. No tengo claro cómo terminará. Pero sí cómo desearía que terminara.

 

 

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Cuentos para Preadolescentes (3)

18 enero, 2023 By amarias 2 comentarios

Incluyo un Cuento que puede servir para comentar con preadolescentes.

Los dos pintores

En la clase de pintura, coincidieron dos muchachos que tenían ideas muy diferentes sobre esta disciplina, que es también, y por supuesto, un arte. No todo el mundo está igualmente dotado para conseguir obras aceptables y casi nadie , consigue realizar una obra maestra.

Cada vez está menos claro, además, lo que debe considerarse obra maestra, porque para calificarla así interfieren muchos intereses -marchantes, charlatanes, ocasiones, mentiras, etc.-. Como este es un Cuento, debemos aceptar que una obra maestra en pintura es aquella que todos, absolutamente todos -legos como eruditos- coinciden en valorar que es irrepetible.

Uno de los muchachos se llamaba Ambrosio y enseguida destacó como un virtuoso con los pinceles. Su capacidad para copiar con fiel exactitud lo que tenía ante sus ojos era maravillosa. Daba igual que fuera un paisaje, un bodegón con flores o sin ellas, el retrato de una mujer joven o el de un anciano, el parecido no admitía discusión alguna. Eran perfectos.

Sin embargo, si se le pedía que pintara o dibujara algo imaginario, su incapacidad, su falta de imaginación, su poca destreza para inventar,  resultaba evidente. Lo que salía de sus manos y de su cerebro era anodino, vulgar. Malo.

El otro muchacho se llamaba Rogelio y era muy inquieto. Pronto se cansó de recibir lecciones y, aunque siguió pintando, porque le atraía mezclar colores y presentarlos en un lienzo, no le preocupaba conseguir el parecido con la realidad. Al contrario, sus bodegones , paisajes o retratos -si así titulaba sus cuadros- eran simples manchas de vibrantes colores. Igual podrían asemejarse, con imaginación, a un cesto con cabezas de gatos que a una catedral con ángeles y demonios. Todo dependía de lo que el espectador quisiera ver en ellos.

Sea como fuere, ambos se dedicaron profesionalmente a la pintura. Es decir, pintaban para ganar dinero con el que vivir. Después de varios años, ya con mucha experiencia a las espaldas, coincidió que Ambrosio y Rogelio exponían en la misma ciudad, donde habían nacido, sus cuadros. Ambrosio, en la sala de Exposiciones del Centro Artístico municipal. Rogelio, como invitado especial del Museo de Arte Provincial.

Movido obviamente por la curiosidad, Rogelio fue  ver la exposición de Ambrosio. La forma de pintar de su colega, en esencia, apenas había cambiado. Eran cuadros de formato relativamente reducido, perfectos de ejecución. Colgados en las paredes, relativamente abigarrados, habría unos cincuenta. Los  vendía, en promedio, a unos 1.000 euros. Rogelio le compró cinco de ellos y, agradecido, Ambrosio le regaló uno: Una jardinera con petunias y rododendros, copia exacta de la que había florecido en el patio de su casa la primavera anterior.

Su mujer, que estaba a la entrada, recogió encantada el dinero, pues Rogelio pagó a tocateja.

-Ya enviaré a alguien por los cuadros, cuando clausures la exposición -dijo. Pensaba regalárselos a su jardinero.

Por supuesto, Rogelio invitó a Ambrosio a visitar su exposición, lo que éste hizo a día siguiente.

En el Museo de Arte Provincial, Rogelio tenía colgados siete cuadros. Eran de un tamaño que a Ambrosio le pareció gigantesco. El menor, tendría unas dimensiones de tres por cuatro metros. No parecían representar nada en concreto. Sus títulos tampoco ayudaban. “Variación Uno” a “Variación Siete”, podía leerse. Los precios no ofrecían, sin embargo, lugar a dudas. De 25.000 a 35.000 euros, sin que fuera posible adivinar la razón de las diferencias. Todos estaban vendidos.

Ambrosio no encontró muchas palabras de felicitación, tan sorprendido estaba.

-Te voy a presentar a mi marchante, Takao Mishina. Es un lince en la promoción de ventas, sobre todo, en el mercado oriental -anunció Rogelio con una amplia sonrisa.

Cuando volvió a su estudio-taller, Ambrosio se puso como loco a pintar las paredes.

Publicado en: Cuentos y otras creaciones literarias Etiquetado como: cuentos, los dos pintores

Quincuagésima Crónica desde el País de Gaigé

17 enero, 2023 By amarias Deja un comentario

Adelantada la campaña electoral cuyos resultados decidirán los comicios del próximo mayo, las facciones políticas en Gaigé se afanan por reforzar sus opciones, en un escenario de evolución poco predecible.

Sucede que las opciones del ala conservadora -Partido Popular y Vox- aparecen sólidas (con el fermento mediático que les da un falso color de disidencia), frente a la debilidad del Partido Socialista para presentar una línea de continuidad ideológica con Unidas Podemos y el inconcreto proyecto de Díaz (Yolanda), aún Ministra de Trabajo del gobierno multicéfalo de Sánchez (Pedro).

Nada permite aventurar que sea posible la continuidad del actual gobierno sin contar, en el mejor de los casos, con los apoyos de los independentistas catalanes y los acomodaticios nacionalistas vascos.

El mosaico electoral de Gaigé revela la afición por acogerse a oportunismos sin mucho recorrido, huyendo de plantear temas de sustancia. La semana política ha terminado con la polémica que cubrió de reproches al vicepresidente de Castilla y León, García-Gallardo (Juan), militante de Vox por sus provocadoras declaraciones a favor de un protocolo de actuación que se pretendería imponer a los médicos ginecólogos que tuvieran que atender a gestantes que desearan abortar. Como sucede en Gaigé con frecuencia, el asunto se resolvió (mal) con desmentidos, acusaciones de interpretación tendenciosa y, por parte del Gobierno, desaforados intentos de convertir el caso en paradigma del caos que sobrevendrá si la responsabilidad de gobernar el país cayera en manos de una coalición de las derechas.

En Cataluña, el furor optimista oficial tras el pacto entre el Gobierno y ERC que provocó modificaciones en el Código Penal tendentes a despenalizar los delitos de malversación y eliminar el de sedición, el auto del superjuez Llarena (Pablo) renovando la orden de busca y captura de Puigdemont (Carles). ha supuesto un jarro de agua muy fría. El auto aprovecha, además, para destrozar jurídicamente los argumentos  con los que el Gobierno justifica la despenalización de la sedición, advirtiendo la desnudez con la que se deja al Estado ante insurrecciones no violentas.

La crisis por falta de acuerdo para renovación de los magistrados en el Tribunal Constitucional (TC), se resolvió utilizando el rodillo socialista, que aupó a Conde-Pumpido (Cándido) a la Presidencia, previo corte de mangas y puñetas a la candidata propuesta por los conservadores, la progresista Balaguer (María Luisa). De todas formas, el mal está hecho: la sociedad civil ha comprendido que el TC tiene un trasfondo sectario que compromete su obligada independencia.

El periódico más sesgado hacia el conservadurismo, el prestigioso ABC, lleva centrada dedde hace días su investigación sobre escándalos de coimas y sobornos en el otrora poderoso Alvarez Cascos (Francisco), que debió lucrarse ilegalmente en su etapa como vicepresidente de Gaigé y ministro de Obras Públicas. Quedaría por probar, en caso de que las investigaciones lleguen a puerto, si malversó caudales públicos para sí o para apoyar a su creación, el Foro Asturias.

Ganó por la mínima Arrimadas (Inés) sobre Bal (Edmundo), en el Congreso extraordinario para decidir el rumbo de Ciudadanos, evidenciando un partido roto, desarbolado, a la deriva. ¡Ciudadanos de Gaigé, buscad otro refugio si el equilibrio inestable os interesa, para el centrismo de chicha y limonada!

Desde el Gobierno, parece que abundan los motivos de jolgorio. La secretaria de Estado de Igualdad, Rodríguez “Pam” (Angela) se rio a carcajadas de los efectos de la ley del solo si es sí, calificando de pecata minuta las casi doscientas  rebajas de condenas a violadores que ha provocado, hasta ahora (“porque no son miles, las oleadas”).

Hay más materia, pero a este cronista se le agarrotan los dedos. Quizá debería comentar sobre las exequias de quien fue Rey de Grecia (Constantino, hermano de la Reina Sofía). que reunirán en Atenas al Rey Juan Carlos y a su hijo pequeño, don Felipe).  Dicen que Marichalar (Froilán), el nieto bailón y comunicativo del Rey exiliado va a acompañar a su abuelo en Abu Dahbi.

O tal vez corresponde escribir sobre la traición de Bolsonaro (Jair) al resultado electoral que dio la presidencia de Brasil a “Lula” da Silva. O sobre la afición a llevarse a casa papeles oficiales secretos de los presidentes norteamericanos, ya sean demócratas (Biden, Joe) o republicanos  (Trump, Donald)

Pero lo más importante fuera de Gaigé me sigue pareciendo la guerra en Ucrania, que nadie sabe cómo parar. Mi amigo Núñez (Jesús), experto en analizar conflictos, opina que con la primavera llegará la gran ofensiva rusa.

Publicado en: País de Gaigé Etiquetado como: Alvarez Cascos, Angela Rodríguez, Arrimadas, Balaguer, Conde-Pumpido, Edmundo Bal, Foro Asturias, Gaigé, García-Gallardo, Jesús Núñez, Pam, Rey Constantino, rey juan carlos

Cuentos para preadolescentes (2)

16 enero, 2023 By amarias Deja un comentario

Sigo con Cuentos para Preadolescentes.

El cofre de las tres llaves

Hace no mucho tiempo y en un país no muy lejano, los habitantes perdían mucho tiempo ideando formas de hacerse la puñeta. La mayor parte de sus acciones estaban regidas por la envidia.

A un pequeño grupo de expertos, eruditos y sabios, que habían viajado mucho y  vivido bastante  se les ocurrió una gran idea mientras estaban viendo las noticias.

-Hagamos popular un juego de comportamiento con unas normas sencillas pero no negociables -expuso el que tenía la barba con varios claros, porque se la había mesado mucho, tratando de aprender alemán-.

Después de muchas reuniones intercambiando opiniones y pareceres, revisando libros modernos y antiguos escritos en la propia y otras lenguas, redactaron un primer borrador. Cuando la inspiración se les iba, la buscaban en las estrellas y en bocadillos de chorizo. Finalmente, pasaron a limpio sus conclusiones en una libreta de argollas.

-Llamaremos a este invento, democracia -concluyó, ufano, uno de los sabios que, además, era cojo.

-Ese nombre…¿no será marca registrada? -se alarmó el más tiquismiquis de entre ellos.

-Presiento que hemos acabado la obra más importante que  verán  los siglos en nuestro país- dijo emocionado el más viejo, que no por ello era necesariamente el más listo-. Debemos conseguir ahora que se acepten como regla general.

Para no andarme por las ramas, resumo el asunto central del texto. En lugar de que cada uno hiciera lo que le viniera en gana en lo que afectaba o podía afectar a los demás, se debían aprobar unas reglas que todos debían cumplir. Y para evitar la mayor parte de los conflictos, se nombrarían tres autoridades, totalmente independientes entre sí. Cada una, con una función bien determinada.

Los ciudadanos elegirían cada cierto tiempo, sus representantes. Estos estaban encargados de revisar lo que había hecho el gobierno y podían redactar nuevas leyes que creyeran más convenientes para mejorar las  cosas por mayoría simple. Pero no podrían tocar la Ley fundamental salvo que estuvieran de acuerdo el 75% de ellos. Esa ley era una Norma marco que tenía directrices genéricas de funcionamiento del país, desde la forma de Estado, o la elección de los jueces y representantes, hasta los impuestos y todo eso.

Era clave el grupo de los más competentes jueces y expertos en derecho, que interpretarían los casos en que hubiera conflicto de intereses, Cuando emitían su resolución no se admitía discusión. Ellos no podían modificar las leyes, solo debían interpretarlas. Para llegar a ser juez había que estudiar mucho y tener gran experiencia.

En fin, para gobernar los asuntos de diario e impulsar las actividades del Reino, se elegirían periódicamente a los más capaces. Deberían proponer lo que pretendían hacer y tendrían que convencer a la mayoría que sus propuestas merecían la pena. Podían aprobar leyes en casos muy excepcionales, porque esa labor correspondía en general al Consejo de representantes. Tampoco podían interpretarlas como quisieran, porque esa labor correspondía a los jueces.

Con este bagaje, los sabios solicitaron audiencia al consejero del Rey y, cuando se la dio, fueron a Palacio con la libreta de argollas.

Estuvieron un buen rato explicando las  virtudes de su idea, tomando café con pastas y unas gotas de licor.

-A mi no me parece demasiado mal -reconoció el consejero del Rey, después de haberlos escuchado y ojeado la libreta-. Habrá que ver lo que piensa el Rey. Porque pasará a ser algo simbólico, como la bandera de los boy scouts o la fórmula de la  Coca Cola.

-No le demos muchas explicaciones -sugirió el más joven, que era muy sagaz-. Porque lo importante es que la inmensa mayoría de los ciudadanos aprueben este documento.

Se pasó el texto a limpio, con letra bastardilla. Para sorpresa general, el Rey le dio el visto bueno sin problemas (“Quiero vestir de uniforme de gala cada vez que salga de Palacio”, solo exigió).

Los emisarios y voceros del Reino se encargaron luego de recoger los votos de los ciudadanos, tanto de los que vivían en la periferia de los pueblos como de los que moraban en el mogollón central. Se hizo el recuento, y el ciento diez por ciento estaba a favor.

-Ahora guardaremos el original de esa Norma general en un cofre, con tres llaves, que se guardará en el Salón del Trono, junto a la espada del Campeador y la tiara imperial que perteneció a Carlomagno. No tendrá validez ninguna copia.

Dieron una llave a cada una de las tres personas más importantes del Reino. Una, al jefe de los jueces, el doctor Maximiliano Enfiteusis . Otra, al representante de la mayoría de los representantes, Labio de la Pera. Y la tercera, se la dieron al que era entonces jefe de Gobierno, Buenaventura Alpasar.

Todo fue bien al principio. Transcurrieron cuatro decenas de años, esto es, varias generaciones.  El jefe de los jueces, Enfiteusis, se había jubilado, y su sucesor, también, y luego otro y otro más. Ahora mismo había un triunvirato de jueces que no eran precisamente amigos.

El representante de los representantes fue sustituido tan pronto se produjeron elecciones y así se sucedieron varios hombres y mujeres que no duraban mucho tiempo en su posición y, además estaban convencidos de que los jueces tenían demasiado poder.

Por el mismo tiempo, el gobierno se convenció de que había que controlar a los jueces y poner coto a las interferencias de los representantes. Ellos se consideraban capaces e independientes.

Los días se pasaban en medio de discusiones, arreciaban los insultos, los descréditos, las sospechas. No era raro que se llamaran necios, antidemócratas, chorizos, imbéciles o fascistas.

Un día, uno de los jueces menores, ordenando papeles en su despacho, descubrió en un cajón del escritorio una llave con una forma curiosa que no encajaba en ninguna cerradura. Como la llave tenía impresa la corona real, se la entregó al actual consejero del Rey, que estaba entretenido pasando a limpio el discurso de Navidad de los años pasados.

El consejero del Rey no tenía ni idea de para qué podía servir, así que se guardó la llave en el bolsillo. Cuando mudó los pantalones, su mujer la encontró y, como no le encontró utilidad, se la cambió a un buhonero por un tinte para el pelo.

Qué casualidad. Unos días más tarde, la limpiadora de la Casa de los representantes, haciendo limpieza general, halló una llave muy curiosa en el falso fondo de un cajón. La dejó sobre una mesa y,  sin darse cuenta, al pasar el paño de sacar brillo, empujó la llave a la papelera. El ujier encargado de meter en la incineradora los residuos, vio brillar algo, encontró la llave, la cogió y, como no tenía ni idea de para qué podría servir, se la cambió al buhonero por una campanilla antigua de becerra.

El jefe de Gobierno, que estaba recién elegido, vio en una metopa colgada de la pared una llave muy curiosa. Le pareció un regalo adecuado para el Rey (que era el nieto del primero de este cuento). Se la mandó por un motorista junto a una nota de cortesía: “Espero que le sirva para algo”

Cuando el consejero del Rey, que abría todas las cartas que llegaban a Palacio, vio la llave, entendió que era muy parecida a la que había guardado en el bolsillo hacía días. Preguntó a su mujer y ella le dijo que se la había entregado al buhonero a cambio de una bagatela.

Por fortuna, el buhonero no andaba lejos. El consejero real se puso muy contento al ver que tenía tres llaves muy iguales. Y le dijo al Rey que podían hacer con ellas un colgante o algo parecido.

-Estas llaves deben tener algún significado -murmuró para sí el Rey, que había estudiado numismática en el Oriente y estaba guardando recuerdos de la monarquía, por si venían mal dadas.

Así que las noches siguientes se dispuso a buscar por todo el Palacio alguna pista sobre la llave. Por eso encontró en el sótano, cubierto de telarañas, el cofre. Probó las llaves, dio una y mil vueltas a cada una, pero el cofre no se abría.

Con indudable disgusto, se lo dijo al consejero real.

-Encontré un cofre en los sótanos y las tres llaves encajan, pero no conseguí abrirlo.

Allá fueron el Rey y el consejero real. Como, en efecto, no consiguieron abrir el cofre, el consejero fue a buscar un bote de K2R y echó un buen chorro sobre la cerradura y las tres llaves.

El cofre se abrió. Dentro, bastante bien conservado, estaba el texto original de la Norma Universal.

-Mejor lo volvemos a cerrar y tiramos las llaves al mar -propuso el consejero.

Y así lo hicieron.

 

 

 

 

 

Publicado en: Cuentos y otras creaciones literarias

Cuentos para preadolescentes

12 enero, 2023 By amarias 1 comentario

Una de mis nietas, que tiene que soportar el viaje diario desde su residencia en el centro de Madrid al colegio de La Moraleja, me pidió que, para distraerla en el trayecto, le envíe un cuento. Lo que empezó siendo un juego, se ha convertido en rutina y apenas son las 7h30 de la mañana, ya recibo un mensaje de mi nieta, por si fuera necesario recordarme que está a la expectativa.

Para el caso de que haya algún abuelo que precise estimular su imaginación, aquí van algunas de las historias que llevo inventadas.

La joya más valiosa

Había en un pueblo que llaman Villacuadrada, una mujer viuda, ya con algunos años, a la que la pensión que recibía le daba justo para ir tirando.

Tenía una hija, Ana Marilde, que estaba preparando su boda para dentro de unos meses. Para festejar la situación, pensó en regalarle una joya que tenía en gran estima y, por ello, sacó de una cajita en la que guardaba recuerdos muy preciados -un mechón de pelo de su primer hijo varón, fallecido de una enfermedad rara a los dos años, el primer diente de leche  de Ana Marilde- un broche dorado que tenía engastada en su centro una piedra preciosa.

-No se por qué te molestas, mamá -le dijo la hija-. Se lo mucho que aprecias esa reliquia de tu juventud.

-Pero. si tanto te empeñas …-se corrigió sobre la marcha- vayamos a un tasador amigo para que valore esta joya y así sabremos cuánto vale tu regalo, por si algún día tengo que ayudarte económicamente.

Cuando el tasador tuvo en sus manos la pieza, la miró por todos lados, la observó detenidamente bajo la lupa y concluyó, meneando la cabeza:

-Tengo que darles la mala noticia, señoras, que este broche es falso. No vale nada. La piedra es un cristal torpemente tallado y el metal no es oro, sino latón.

Salieron de la oficina del experto muy decepcionadas. La hija, que llevaba el broche en la mano, hizo ademán de tirarlo en una papelera.

-No hagas eso -le atajó su madre-. Ese broche es muy valioso.

-No digas tonterías -replicó la otra-. El tasador acaba de decirnos claramente que es una baratija.

La madre, con el broche en su mano, le explicó, mientras una lágrima se deslizaba por sus mejillas.

-Tu padre me regaló ese broche cuando se me declaró. Desde entonces, lo he conservado como testimonio de su cariño. Puede que para el tasador y para muchas otras personas, no tenga ningún valor. Pero, para mi, tiene el valor de la joya más preciada del mundo.

La hija se quedó callada un buen rato. Luego, cogió de la mano a su madre, y caminaron juntas.

El pollito obediente

Por los veranos, aquella familia abandonaba la ciudad y se iban a pasar una temporada al campo, a la finca en la que vivían los abuelos. El papá venía cada dos semanas desde la ciudad. Llegaba el sábado, ya muy tarde, traía pasteles y alegría para todos, pues su presencia significaba gozar de mayor libertad, aunque el domingo por la noche o, a más tardar, el lunes a primera hora, debía marcharse para la fábrica, dejando tras de sí olor a tabaco y algunas lágrimas.

Un fin de semana, en lugar de pasteles, el padre trajo consigo una docena de pollitos, muy apretados en una cajita de carbón. Fue un revuelo para todos, especialmente para los niños y los abuelos.

Los abuelos protestaron mucho:

-Estos pollitos no traerán más que problemas. No tienen ni una semana. Necesitan calor, comerán mucho y lo ensuciarán todo. Además, es seguro que la mayoría se malograrán o se los comerá el gato.

Los niños estaban encantados. El papá repartió los pollitos en tres cajas, conectó bombillas para darles calor y compró un saquito de pienso. A la noche del domingo, se despidió muy ufano, dando instrucciones:

-Cuidad de los pollitos. En un par de meses, se habrán hecho grandes y estarán muy sabrosos en pepitoria.

Los niños se aplicaron a cuidar de los pollitos. A la semana, advirtieron que uno de ellos, tenía un comportamiento singular. Abandonando la pollada, cuando se disponían a abandonar el cuarto donde los tenían confinados, aquel pollo seguía a los niños.

Lo llamaron Federico.

Cuando los pequeños se preparaban para salir de paseo, por ejemplo, bastaba con que pronunciaran desde el jardín el nombre de Federico, el animalito se iba tras ellos. Si Federico estaba en la azotea y ellos en el porche, aquel pollo se lanzaba sin temor al riesgo, aleteando penosamente hasta aterrizar junto a ellos.

Los niños amaban a Federico y no se preocuparon demasiado de que los demás compañeros de su  camada fueran cayendo, poco a poco, para sazonar el arroz o completar un aderezo de patatas fritas.

Federico sobrevivió, sin embargo, protegido por todos. Era un pollo sabio, singular. Tenía afecto por los humanos, entendía su lenguaje.

Federico para aquí, Federico para allá.

Cuando se acabaron las vacaciones de verano y llegó la hora de volver a la ciudad, el mayor de los niños quiso dar instrucciones precisas a sus abuelos:

-Cuidad de él. Cada semana os preguntaré cómo está. Y por la primavera, cuando lleguen las vacaciones de Pascua, le enseñaremos más cosas.

-Tenemos otras cosas que hacer, más importantes que vigilar un pollo. Antonia se encargará.

Antonia era la chica del servicio. Una muchacha bien dispuesta, divertida y con algo de retranca.

Todas las semanas, los niños recibían puntual información sobre Federico. Comía bien, crecía, no tenía enfermedades y, desde luego, seguía atendiendo cuando se le llamaba.

Llegaron las vacaciones de Pascua y, cuando pudieron ir al pueblo de los abuelos, les faltó tiempo para preguntar dónde podían encontrar a aquel ave tan sabia.

Pero Federico no aparecía. En realidad, los abuelos no tardaron mucho en reconocer que, hacía ya uno o dos meses, Federico había pasado a mejor vida (si se puede decir así), atropellado por un camión, al que pretendía seguir, con toda la rapidez que le conferían sus patas de pollo tomatero bien alimentado. Antonia había recuperado su cuerpo y lo había aprovechado en un delicioso guiso con patatas.

Los niños protestaron mucho, afearon que se les hubiera estado mintiendo sobre el verdadero destino fatal de Federico. Amenazaron con estar una semana sin comer o, al menos, varios días.

Pero su abuelo les dijo:

-Haced como queráis. Pero recapacitad que Federico era solo un ave de corral. No tenía más inteligencia que la de un pollo y si acudía cuando le llamábais era porque se acostumbró a que le diérais un pellizquito de miga muy sabrosa. Por cierto, su carne, según Antonia, resultó deliciosa.

Al cabo de unos días, Federico era solo una anécdota de verano y, por supuesto, cada año surgían otras.

Publicado en: Cuentos y otras creaciones literarias

Cuadragésima Nona Crónica desde el País de Gaigé

8 enero, 2023 By amarias Deja un comentario

Gaigé empieza 2023 juntando alegría, tensión y desconcierto. La situación internacional permanece muy complicada: la guerra en Ucrania confirma su tendencia a enquistarse, cuando se acerca el primer año de la invasión rusa. Una nueva variante del coronavirus amenaza con  colapsar la opaca sanidad china y, en lo que a Occidente afecta, constituye un motivo serio de preocupación ante el temor de que se produzca un rebrote incontrolado de contagios debido a los viajeros del inmenso país, que pueden volver a salir al extranjero sin restricciones. El ministerio de Sanidad de Gaigé, capitaneado por la canaria Darias (Carolina), ha impuesto medidas de control muy estrictas, aunque testigos presenciales del control en los aeropuertos afirman que solo se les toma la temperatura corporal.

La alegría en Gaigé es consustancial con el temperamento colectivo, entendido como un karma dulcífico y embriagador. Está identificado en la capacidad colectiva para minimizar los riesgos, despreciar los avisos de peligro y desatender cifras y datos (buenos o malos), confiando en utilizar los recursos ocultos para salir adelante.

Como en el cuento del niño yuntero, si vienen mal dadas, se llama a Necesidad y se sacan fuerzas de lo hondo para provocar que la burra se levante y enderece su rumbo.

Ha muerto un Papa -Benedicto XVI- y sus exequias han concentrado la atención de la comunidad cristiana. Gaigé envió en su representación a Albares (José Manuel), ministro de Asuntos Exteriores y etc., que coincidió allí con Da. Sofía, la Reina de antes, en su camino hacia Grecia, donde se unirá a su hermano, Constantino, gravemente enfermo. Con su sentido de lo oportuno, nuestro ministro ha mostrado su plena sintonía con Francisco, el Papa argentino, que goza de gran predicamento entre la izquierda populista.

La fiesta de la Pascua militar ha servido para subrayar la sintonía prebélica entre la Monarquía y el ministerio de Defensa (en el que la magistrada Robles -Margarita- abunda en su vocación de aparentar ser mejor verso libre en un Gobierno con tantos candidatos). Ambos estamentos están de acuerdo en que la guerra en Ucrania ha puesto de manifiesto la necesidad de invertir más en defensa. Por supuesto, la siempre atenta oposición (incluso desde dentro del Gobierno) ha aprovechado para censurar el aumento del esfuerzo militar. Echenique (Pablo) encontró palabras duras contra “ese hombre” que siempre habla para apoyar al Gobierno de turno. Gran descubrimiento sobre la actuación de quien está obligado, por Ley, a discurrir así.

Menos ácido fue el mensaje en su red de admiradores de la médico Casado (Elena), anestesióloga activista contra los escépticos de la pandemia vírica, preguntándose si ésta no ha puesto de manifiesto la necesidad de invertir más en Sanidad.

Las cabalgatas por la noche de Reyes han concitado los esfuerzos de la imaginación y el desembolso de dineros en prácticamente todos los municipios de Gaigé. En momento de inflación y escasez, la apelación a la necesidad da aportar alegría a los niños y espectáculo a sus mayores, ha llenado las calles de titiriteros, dromedarios, carrozas con duendes, Reyes magos de todos los semblantes y muchas luces.

A la mañana siguiente, cumpliendo con un ritual, los infantes han visto poner en solfa su credibilidad al comprobar que los compis con padres más ricos reciben siempre los mejores regalos. Práctica enseñanza de lo que les espera a partir del momento en que se les caiga el velo de la inocencia.

Publicado en: País de Gaigé Etiquetado como: Carolina Darias, Elena Casado, Margarita Robles, Pascua Militar, Reina Sofía, rey Felipe, reyes magos

Muerte de un Papa

6 enero, 2023 By amarias Deja un comentario

Se celebraron ayer -5 de enero- las exequias de Benedicto XVI, Pontífice máximo de la Iglesia católica hasta que decidió dimitir del alto designio de ser representante de Dios en la Tierra, cediendo el báculo papal, la tiara y la delegación transmitida por medio de un Concilio, al Papa Francisco.

La figura de la representación, que tantas páginas eruditas ha venido provocando en los Códigos civilistas de todo el mundo, no tiene idéntico desarrollo en el Derecho canónico, bajo la verosímil y respetable razón en que el mandante, el principal, el representado, no se manifiesta más que excepcionalmente. Y, cuando lo hace, es por medio de signos, señales que exigen la interpretación de formados exégetas de sus hierofanías.

El Papa ahora fallecido fue un reputado intérprete de las Sagradas Escrituras, que son, para las religiones con devociones más extendidas, la expresión escrita de la voluntad divina y, por tanto, una guia irreemplazable de los designios que nos tiene encomendados a los mortales. Para su representante en la Tierra, esas páginas sagradas son un libro de instrucciones al que acudir, como orientación permanente, fuente para refresco de los credos, caudal de inspiración para enseñar y propagar su doctrina.

Joseph Ratzinger -el nombre civil del Papa fallecido- escribió muchos libros sobre teología, analizando con rigor, desde una muy profunda formación humanística, cientos de textos religiosos y filosóficos, para obtener conclusiones o propuestas sugerentes y, desde luego, sensatas.

Quisiera comentar ahora, como homenaje particular al fallecido, algunos detalles de uno de sus libros más admirables: “La vida de Jesús” (Edit.Planeta, 2012).

Es sorprendente, para quienes hemos estudiado las Sagradas Escrituras como mensaje divino en su dicción literal (particularmente, en lo referente al  Nuevo Testamento) que se nos ilustre sobre el plano simbólico y metafórico de los textos sagrados.

Los Reyes Magos no existieron  y son, seguramente, solo un símbolo, una referencia integradora de los tres continentes conocidos entonces: Asia, Africa y Europa. No venían de Oriente, obviamente, sino de Occidente y, posiblemente, de España (Tartessos). Sus edades también son trasunto de las tres edades del hombre, de la juventud a la vejez. No hubo una estrella fugaz, sino una confluencia planetaria que, según estudios astrológicos recientes, confirman el fenómeno hacia los años 5 ó 6 a. de C., cuando Jesús debió nacer.

El libro (escrito, sin duda, con objetivo divulgador) comenta antes, confrontando la interpretación que se ofrece con textos de profetas, santos y eruditos previos, el misterio central de la encarnación divina en María que, Ratzinger, coin prudencia, expresa que está aún por resolver. Desgrana, sin embargo, dándoles el carácter de irrefutables, las palabras cursadas entre el ángel Gabriel y la virgen. Un texto delicioso para creyentes y que mueve, también, al respeto para escépticos.

Descansa en paz, representante de Dios. Ahora sabrás, por fin, si has cumplido su mandato. A los que aún vegetamos por aquí, tierra de lágrimas e ignorancia, nos queda el trabajo de entender tus propias explicaciones.

 

Publicado en: Actualidad, Religión

Cuadragésima Séptima Crónica desde el País de Gaigé

2 enero, 2023 By amarias 2 comentarios

Ha dado 2022 sus últimos impulsos y conviene hacer Balance. Sobre todo, para preparar el petate que nos deberá conducir por 2023.

Los síntomas no son buenos y no solo para Gaigé. La guerra en Ucrania sigue sin perspectivas de que se llegue a una solución -ni pactada ni por declaración de victoria por uno de los contendientes. Incluso, si me atrevo a mirar en  el tablero de la incompresible disputa, veo a muchos interesados colaterales en que el conflicto se prolongue. Se sigue alimentando el fuego de la comedida batalla (el adjetivo es solo un intento de reflejar una situación en la que los que pelean se dan golpes pero los efectos de la destrucción y el machaqueo solo los recibe uno, que es animado desde la grada a resistir hasta el final)

La noticia más importante de la semana ha sido el fallecimiento del Papa Emérito ( a Su Santidad sí le iba el título), Benedicto XVI, lo que en el laico Gaigé ha servido para desenterrar la historia de un Papa anterior (Benedicto XIII), parece que injustamente tratado, porque él hubiera sido el verdadero Pontífice, señalado en Cónclave por la mano misteriosa de Dios, y no el otro, apoyado por Francia, y de cuya cadena de relevos descendería el ahora difunto y también el actual Papa, Francisco, de no ser gracias a un tal Martín V, que consiguió poner de acuerdo a ambas tendencias. Me sorprendió, por cierto, oir a eruditos eclesiásticos defender que el Papa Luna fue un Santo y, por tanto, algo debería hacerse al respecto, que aunque no andamos escasos de santos, toda ayuda celestial parece poca al que padece.

En Gaigé, después del discurso de Navidad de Felipe VI, (no sé si por él contra él), muy alabado por los partidos constitucionalistas, atravesamos un período de calma. Tenemos ya un Tribunal Constitucional renovado y, lo que parecía un asunto de Estado de difícil solución, y que estaba causando la emisión de gruesas palabras en el hemiciclo y fuera de él, contra magistrados golpistas, partidos infringiendo la Constitución a sabiendas, y un tufillo incendiario de que iba a ser imposible encontrar candidatos a magistrados libres de mácula, se resolvió en un charco de esencias. Me recordó aquello de Cervantes (Miguel), en su oda al Túmulo de Felipe II en Sevilla: “caló el chapó, requirió la espada, miró al soslayo, fuése…y no hubo nada”.

Según Sigma Dos, empresa de análisis de opinión, de las muchas que buscarán su mayo en 2023, el escenario del voto previsible en las cuentas a final de año, daría amplia base para gobernar a la coalición PP-Vox. Habrá, claro, que oir a Tezanos (José Félix) para conocer los deseos de la otra facción de propaganda mediática.

No tengo feeling propio para elucubrar si sería preferible un acuerdo entre las dos derechas (la civilizada y la parcialmente aún montuna) o entre la izquierda moderada y los partidos de Vivalavirgen (con perdón) y Agarraundespojopordondepuedas. Sigo añorando la ausencia de un partido de Centro, al que las encuestas no dan hoy margen ni para ir a “pañar higos”, como dicen en mi pueblo grande (Asturias)  cuando aconsejamos a alguien que deje de mamonear (vaya así mi homenaje particular al asturiano Manolo Díaz, al que dieron este verano en Miami un Grammy por su carrera artística).

El gobierno independentista de Aragonés (Pere) sigue apostando por un referéndum que les de la alegría de obtener más de un cincuenta por ciento de los votos, aunque ya no se sabe para qué ni de qué. Dicen que Sánchez (el otro Pere) se lo prometió para conseguir el apoyo a los Presupuestos, y no se lo va a dar, porque tenía los dedos cruzados, aunque todo es posible que llegue a suceder en Gaigé.

Núñez Feijóo (Alberto) consolida su liderazgo entre sus seguidores,  a base de medidos baños de masas. En Oviedo, en la presentación del candidato a empujar al olvido a García-Barbón -Canga, Diego-, se hizo muchas fotografías con simpatizantes, que les aclamaron como Presidente, a cada uno con lo suyo.

Murió Pelé, o Rei del fútbol narrado, se separó Preysler (Isabel), fiel  a su oficio, -divertido el cuento autobiográfico de Vargas Llosa (Mario), al que deseo recupere el nivel de La ciudad y los perros. w seguirá, porque me voy ahora al Ramón y Cajal). Díaz (Yolanda) sigue en busca de autor -si bien parece gustarle el guión de Sánchez (Pedro). La he visto manoseando a Lula (Luis Inacio Da Silva) en la toma de posesioçn como Presidente de Brasil. ¿Ha recibido formación sobre el comportamiento adecuado con Presidentes extranjeros por parte de la Presidenta consorte del Gobierno de Gaigé?

A quien no gusta ese libreto (al menos, para la edición manchega) es a García-Page (Emiliano) y me temo que, si no se corrige la puntería, a alguno más.

De corruptos, podríamos hablar bastante. La nueva versión del Código Penal sobre el delito de malversación exonera al administrador público que no se lleve los dineros para sí. Como otras veces en las que (ya van varias) los otrora finos letrados de Estado han errado en sus previsiones -¡increíble, salvo que les den a beber del agua con la que, según Coixet (Isabel) adormecen a los catalanes!- y puede que, no solo Griñán (José Antonio), al que deseo una pronta mejoría de su sobrevenido cáncer de próstata, sino Bárcenas (Luis, resiste) y otros se muchos que chorizaron para otros, salgan de rositas. A Pujol (Jordi) ni le hará falta tal cobertura jurídico-imaginativa.

Gaigé oficialmente ha ido mejor, aunque la oposición no quiera notarlo. Con la inflación y el deterioro de la calidad, yo tampoco. Algunos precios se mantienen, pero los productos no me saben igual que antes y el kilo de arroz o azúcar no llega a los 750 g. Leo que los sueldos medios de los altos ejecutivos del IBEX superan en más de 500 veces el salario mínimo.

Hace apenas 50 años, un grupo de rojos muy verdes teorizábamos en la Universidad que el salario máximo en las empresas públicas no debería ser superior  a 7 veces el del operario de menor nivel formativo. Unos murieron, otros militaron o militan en los partidos mayoritarios, y la mayoría andarán haciendo sudokus o jugando al parchís.

Feliz 2023, Gaigé, el País de los Despropósitos.

(No viene a cuento; pero cada vez que voy a Asturias en coche (¿Hay otra manera de ir?) me cuesta un plus de 50 euros, por superar en un 8% el límite de velocidad. ¿Cuándo conectarán a esta región de manera cabal con el resto de España?)

 

Publicado en: Actualidad, País de Gaigé Etiquetado como: Benedicto XVI, Cervantes, Coixet, Diego Canga, Gaigé, García Page, Griñán, Jordi Pujol, Luis Bárcenas, Núñez Feijóo, Papa Francisco, Papa Luna, Sánchez, Sigma Dos, Tezanos, Yolanda Díaz

2022: Momento de un Balance

31 diciembre, 2022 By amarias 18 comentarios

A punto de terminar 2022, procede hacer Balance. Como persona física y con un alcance de visión limitado, no pretendo romperme la cabeza revisando las hemerotecas para seleccionar aquellos hechos (y, en su caso, personajes) que protagonizaron las principales páginas del año que se acaba, tanto para la Historia general como para postularse para las efemérides locales.

Así que no hablaré de la guerra en Ucrania, la referencia dramática principal del año en Occidente, un conflicto sin final previsible que ha puesto patas arriba la estabilidad económica mundial. Tampoco me ocupará más que un instante hacer vaticinios acerca de la nueva variante de coronavirus que cabalga indomable desde China,  a un tiempo, potencia económica opaca, estercolero y baúl de las maravillas. Dejaré para otros que se enfrasquen en recordar los momentos del mundial de fútbol en Qatar, cuyos entresijos económicos llevarán a algunos intermediarios del lance a la cárcel o al descrédito.

No tendrán esta entrada en el blog, más que desfilando a la carrera, al totum revolutum, menciones a Zelenski, Putin, Isabel II, Trump, Biden, Xi Jinping, Felipe VI, Lula, Pelé, Messi, Macron, Masha Amini, Sánchez, Musk,  Núñez-Feijoo, Enjuanes, Almeida, Colino, Ayuso, Arrimadas, Roig Alfonso, Cortázar, Massagué, Trigueros, López-Otín, De Castro, Tabernero, Vargas Llosa, Pro, …

Mi 2022 ha sido un año de transición, pero a peor en múltiples aspectos. Desde luego, en lo físico, el progreso de mi segundo tumor metastásico -a pesar de la quimio- me ha concedido suficientes motivos de ocupación (y preocupación) y me hace contemplar 2023 como una montaña, que me propongo escalar.

Este blog en el que vengo escribiendo con regularidad desde 2007 me ha servido de fuente de distracción y proporcionado algunas satisfacciones. La mejor y más intensa, la repercusión de mi artículo sobre los héroes de Irak, el atentado que sufrieron hace 19 años ocho agentes españoles y que costó la vida a siete de ellos.

Quedan pocas semanas para completar el año de mis Crónicas desde Gaigé (el País de los Despropósitos), en las que semanalmente hago un repaso sesgado, a veces crítico, a veces cómico o satírico sobre la realidad política española.

En lo literario, he completado mi roadshow para dar a conocer mi libro Sonetos desde el Hospital, con una conferencia recital en Santa Cruz de Tenerife, arropado por amigos tinerfeños. Mis reflexiones sobre Cómo convivir con un cáncer -que se pueden encontrar en este blog- ha dado, me consta, alivio y orientación a muchos, pacientes y acompañantes. Una satisfacción.

Sigo asumiendo responsabilidades en el Consejo Superior de Ingeniero de Minas, como Tesorero y en el Club Español de Medio Ambiente, como vocal. En el campo de la minería, la intención expresada por el Gobierno de abordar la promulgación de una nueva Ley de Minas, ha provocado la reacción unánime del sector: se pueden modificar algunos aspectos puntuales e incorporar otros, pero en lo sustancial, debe mantenerse. Como decía Aranguren, el ideólogo de Ensidesa, la vieja empresa siderúrgica avilesina, a los que hablaban de aumentar o corregir su diseño, parafraseando a Garcilaso: “No me la toquéis, así es la rosa”.

Participo activamente -como oyente más que como aportador de ideas- en el Instituto de Debate y Análisis de Políticas de Seguridad (IDAPS), un foro imprescindible para entender gran parte de lo que nos pasa y mucho de lo que puede pasar.

Como abogado, sigo en activo, aunque mis avatares jurídicos no alcancen mayor relevancia que la satisfacción de ayudar a resolver algunos conflictos, evitando, en lo posible, caer en las manos -a veces, zarpas- de la jurisdicción oficialmente competente. Mi librito “Economía para abogados” es un bestseller silente.

En fin, sigo en la brecha. Ignoro por cuanto tiempo, pero procuraré que sirva para hacer felices -algo más felices-  a los que quiero. Los necesito mucho.

No se me olvida. Buen año 2023.

Publicado en: Personal

Cuadragésima Sexta Crónica desde el País de Gaigé

26 diciembre, 2022 By amarias Deja un comentario

El año termina en Gaigé con buenas noticias para el Gobierno: la inflación parece haber encontrado su techo, el precio de la energía en esta última semana ha descendido a niveles de hace dos años; los Presupuestos generales para 2023 aprobados a finales de noviembre, que suponen un gasto record en las partidas sociales, de más de 270.000 millones de euro, reflejan un ambiente de básica sintonía entre los partidos que forman la coalición.

Este idílico paisaje contrasta crudamente con la inusitada tensión que se creó en la esfera política al conocerse la decisión del Tribunal Constitucional de acoger el recurso de amparo presentado por el Partido Popular denunciando la irregularidad de que se incluyera en la tramitación de la ley de reforma de los delitos de sedición y malversación (parte del peaje pagado a los independentistas catalanes por apoyar las futuras cuentas), dos enmiendas que implican la modificación,  por un lado, de la Ley 6/85 del Poder Judicial en cuanto al régimen de nombramientos del Consejo General, con vulneración de la Constitución, que exige la mayoría reforzada de 3/5 y,  por otro, la Ley 2/1979 del Tribunal Constitucional, al eliminar el poder de este alto Tribunal para decidir sobre la adecuación de los nuevos magistrados que hayan de integrarse en él.

Estas cuestiones, en  un ambiente general de desapego a los asuntos  políticos -preocupada la gente por mejorar su propia capacidad para afrontar la crisis, y con una economía en recuperación después de la pandemia y oportunidades evidentes de generar y aprovecharse de la circulación de dinero negro-, acaparan escasa atención de la calle. Estamos en Navidad, el ambiente es festivo y las familias están dispuestas a echar mano de los ahorros forzados por dos años de confinamiento, sin pensar en el mañana.

En la votación sobre el recurso presentado por el Grupo Popular, los magistrados de ideología conservadora, con su exigüa mayoría, provocaron una Sentencia del Tribunal Constitucional que obligaba a  extraer de la Ley en trámite las dos enmiendas. Los partidos populistas -dentro y fuera del Gobierno-, contrariados por una decisión que avalaban algunos serios antecedentes jurídicos (permita el lector que cite, sin más detalles, al desgraciadamente fallecido hace años, el magistrado Tremp (Pablo) que me fue presentado por amigos comunes) se explayaran en insultos inexcusables contra la independencia y honestidad de los magistrados. En Gaigé, la agresividad contra las instituciones alcanza cotas inaceptables, amparada por la permisividad y tolerancia ejercidas a favor de individuos que interpretan su oportunidad de dar opinión como un ejercicio de mendacidad e insania.

La capacidad para olvidar de los ciudadanos de Gaigé queda puesta de manifiesto en múltiples aspectos. No se conoce el resultado de la investigación acerca de los sobres con balas, con ojos ensangrentados o material deflagrante que, en otras tantas ocasiones, sirvieron para generar puntual alarma social distractiva. Sigue sin saberse el detalle y responsabilidades finales (y, por supuesto, en número exacto de fallecidos) en los sucesos de Melilla de junio pasado. Sobre la extraña carta publicada por el gobierno de Marruecos haciendo referencia a oscuros acuerdos sobre las ciudades de Ceuta y Melilla y las reivindicaciones del Frente Polisario, que causó la ruptura de relaciones con Argelia y encareció la factura de gas, nada se sabe.

Su Majestad el Rey de Gaigé ha leído como aperitivo de la Nochebuena, su Mensaje de Navidad. Estuvo formal, más bien frío, ligeramente insinuante acerca de la gravedad de los problemas institucionales (¡cómo olvidar que parte del Gobierno es republicano e independentista!). Ya a nadie extraña que en una fiesta religiosa, no se haga ninguna referencia al sentido de la celebración: la filosofía cristiana, aún en un Estado aconfesional. debería estar presente.

Publicado en: Actualidad, Administraciones públcias, País de Gaigé

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