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Cuadragésima Séptima Crónica desde el País de Gaigé

2 enero, 2023 By amarias 2 comentarios

Ha dado 2022 sus últimos impulsos y conviene hacer Balance. Sobre todo, para preparar el petate que nos deberá conducir por 2023.

Los síntomas no son buenos y no solo para Gaigé. La guerra en Ucrania sigue sin perspectivas de que se llegue a una solución -ni pactada ni por declaración de victoria por uno de los contendientes. Incluso, si me atrevo a mirar en  el tablero de la incompresible disputa, veo a muchos interesados colaterales en que el conflicto se prolongue. Se sigue alimentando el fuego de la comedida batalla (el adjetivo es solo un intento de reflejar una situación en la que los que pelean se dan golpes pero los efectos de la destrucción y el machaqueo solo los recibe uno, que es animado desde la grada a resistir hasta el final)

La noticia más importante de la semana ha sido el fallecimiento del Papa Emérito ( a Su Santidad sí le iba el título), Benedicto XVI, lo que en el laico Gaigé ha servido para desenterrar la historia de un Papa anterior (Benedicto XIII), parece que injustamente tratado, porque él hubiera sido el verdadero Pontífice, señalado en Cónclave por la mano misteriosa de Dios, y no el otro, apoyado por Francia, y de cuya cadena de relevos descendería el ahora difunto y también el actual Papa, Francisco, de no ser gracias a un tal Martín V, que consiguió poner de acuerdo a ambas tendencias. Me sorprendió, por cierto, oir a eruditos eclesiásticos defender que el Papa Luna fue un Santo y, por tanto, algo debería hacerse al respecto, que aunque no andamos escasos de santos, toda ayuda celestial parece poca al que padece.

En Gaigé, después del discurso de Navidad de Felipe VI, (no sé si por él contra él), muy alabado por los partidos constitucionalistas, atravesamos un período de calma. Tenemos ya un Tribunal Constitucional renovado y, lo que parecía un asunto de Estado de difícil solución, y que estaba causando la emisión de gruesas palabras en el hemiciclo y fuera de él, contra magistrados golpistas, partidos infringiendo la Constitución a sabiendas, y un tufillo incendiario de que iba a ser imposible encontrar candidatos a magistrados libres de mácula, se resolvió en un charco de esencias. Me recordó aquello de Cervantes (Miguel), en su oda al Túmulo de Felipe II en Sevilla: “caló el chapó, requirió la espada, miró al soslayo, fuése…y no hubo nada”.

Según Sigma Dos, empresa de análisis de opinión, de las muchas que buscarán su mayo en 2023, el escenario del voto previsible en las cuentas a final de año, daría amplia base para gobernar a la coalición PP-Vox. Habrá, claro, que oir a Tezanos (José Félix) para conocer los deseos de la otra facción de propaganda mediática.

No tengo feeling propio para elucubrar si sería preferible un acuerdo entre las dos derechas (la civilizada y la parcialmente aún montuna) o entre la izquierda moderada y los partidos de Vivalavirgen (con perdón) y Agarraundespojopordondepuedas. Sigo añorando la ausencia de un partido de Centro, al que las encuestas no dan hoy margen ni para ir a “pañar higos”, como dicen en mi pueblo grande (Asturias)  cuando aconsejamos a alguien que deje de mamonear (vaya así mi homenaje particular al asturiano Manolo Díaz, al que dieron este verano en Miami un Grammy por su carrera artística).

El gobierno independentista de Aragonés (Pere) sigue apostando por un referéndum que les de la alegría de obtener más de un cincuenta por ciento de los votos, aunque ya no se sabe para qué ni de qué. Dicen que Sánchez (el otro Pere) se lo prometió para conseguir el apoyo a los Presupuestos, y no se lo va a dar, porque tenía los dedos cruzados, aunque todo es posible que llegue a suceder en Gaigé.

Núñez Feijóo (Alberto) consolida su liderazgo entre sus seguidores,  a base de medidos baños de masas. En Oviedo, en la presentación del candidato a empujar al olvido a García-Barbón -Canga, Diego-, se hizo muchas fotografías con simpatizantes, que les aclamaron como Presidente, a cada uno con lo suyo.

Murió Pelé, o Rei del fútbol narrado, se separó Preysler (Isabel), fiel  a su oficio, -divertido el cuento autobiográfico de Vargas Llosa (Mario), al que deseo recupere el nivel de La ciudad y los perros. w seguirá, porque me voy ahora al Ramón y Cajal). Díaz (Yolanda) sigue en busca de autor -si bien parece gustarle el guión de Sánchez (Pedro). La he visto manoseando a Lula (Luis Inacio Da Silva) en la toma de posesioçn como Presidente de Brasil. ¿Ha recibido formación sobre el comportamiento adecuado con Presidentes extranjeros por parte de la Presidenta consorte del Gobierno de Gaigé?

A quien no gusta ese libreto (al menos, para la edición manchega) es a García-Page (Emiliano) y me temo que, si no se corrige la puntería, a alguno más.

De corruptos, podríamos hablar bastante. La nueva versión del Código Penal sobre el delito de malversación exonera al administrador público que no se lleve los dineros para sí. Como otras veces en las que (ya van varias) los otrora finos letrados de Estado han errado en sus previsiones -¡increíble, salvo que les den a beber del agua con la que, según Coixet (Isabel) adormecen a los catalanes!- y puede que, no solo Griñán (José Antonio), al que deseo una pronta mejoría de su sobrevenido cáncer de próstata, sino Bárcenas (Luis, resiste) y otros se muchos que chorizaron para otros, salgan de rositas. A Pujol (Jordi) ni le hará falta tal cobertura jurídico-imaginativa.

Gaigé oficialmente ha ido mejor, aunque la oposición no quiera notarlo. Con la inflación y el deterioro de la calidad, yo tampoco. Algunos precios se mantienen, pero los productos no me saben igual que antes y el kilo de arroz o azúcar no llega a los 750 g. Leo que los sueldos medios de los altos ejecutivos del IBEX superan en más de 500 veces el salario mínimo.

Hace apenas 50 años, un grupo de rojos muy verdes teorizábamos en la Universidad que el salario máximo en las empresas públicas no debería ser superior  a 7 veces el del operario de menor nivel formativo. Unos murieron, otros militaron o militan en los partidos mayoritarios, y la mayoría andarán haciendo sudokus o jugando al parchís.

Feliz 2023, Gaigé, el País de los Despropósitos.

(No viene a cuento; pero cada vez que voy a Asturias en coche (¿Hay otra manera de ir?) me cuesta un plus de 50 euros, por superar en un 8% el límite de velocidad. ¿Cuándo conectarán a esta región de manera cabal con el resto de España?)

 

Publicado en: Actualidad, País de Gaigé Etiquetado como: Benedicto XVI, Cervantes, Coixet, Diego Canga, Gaigé, García Page, Griñán, Jordi Pujol, Luis Bárcenas, Núñez Feijóo, Papa Francisco, Papa Luna, Sánchez, Sigma Dos, Tezanos, Yolanda Díaz

Cuadragésima Crónica desde el Pais de Gaigé

14 noviembre, 2022 By amarias 4 comentarios

 

Hoy serán cuarenta las semanas transcurridas desde que escribo las Crónicas desde Gaigé, el país imaginado en el que se produce una selección un tanto arbitraria de las noticias que tienen lugar real en España. No pretendo reseñar con fidelidad la historia, no soy fiel al relato (ni al oficial ni al pretendido por las oposiciones al Gobierno), pero soy rigurosamente independiente.

Me atribuyo esta categoría singular para explicar que no pertenezco a ningún partido político y, lo que es más específico, no me interesa ninguno. En esto me declaro en sintonía con la frase de Vargas Llosa (Mario) que ha merecido -con su foto- ocupar la mitad de la portada de El Mundo del 13 de noviembre: “La política corrompe profundamente al ser humano”.

De independentismo se ha hablado y escrito otra vez mucho en Gaigé, el país de los despropósitos. La razón reside en la intención del Gobierno -por una vez, en sintonía- de derogar por la vía del decreto ley, el delito de sedición, por el que fueron condenados los golpistas catalanes cuando se embarcaron, desde el gobierno legítimo de la Generalitat, en la aventura sin rumbo de declarar la independencia de la región, con base en el resultado de un referéndum ilegal y amañado.

No merece la pena (para este cronista) detenerse en los cambios de opinión del presidente Sánchez (Pedro), siempre expresada ésta con la misma contundencia, porque me basta con remitirme a la frase del Premio Nóbel que transcribí más arriba. El objetivo de “homologar el delito de sedición a las leyes penales europeas” es, jurídicamente hablando, una estupidez. Cada Estado ha venido legislando, en lo civil como en lo penal (y en los demás órdenes legislativos) como le ha parecido bien, siendo el acervo legal de cada uno un reflejo de su historia jurídica y social. No cabe homologación, ni se pretende a estas alturas someter la autonomía e independencia normativas en aras de una hipotética uniformidad europea, en donde hay tanto por hacer.

Así que lo que se puede calibrar es la intención del presidente Sánchez (Pedro) de silbar al mismo toque que los socios independentistas y anticonstitucionales que sostienen su gobierno, bajo las siglas infumables para un constitucionalista de ERC (Esquerra Republicana de Cataluña): rebajar las penas a los condenados por sedición agravada, que es, ni más ni menos, que haber declarado, siendo autoridad obligada a lealtad institucional, la separación de Cataluña del resto de Gaigé, el País de los Despropósitos.

En un magnífico ensayo, (EM, 13.11.22) el catedrático de Derecho Penal Quintero Olivares (Gonzalo) diserta admirablemente sobre el bien jurídico básico a proteger que es la lealtad constitucional, en torno al cual se deberían crear tipos que permitan evaluar penalmente los intentos de subvertirla.

No hablamos de atentar contra la “paz pública”, o de “desórdenes públicos” -desde quemar contenedores, agredir a un guardia o manifestarse sin autorización o paralizar un servicio básico causando graves daños a la economía nacional y a la ciudadanía. No, el  tipo penal es otro y no puede quedar desprotegido. Su definición perfila el delito de sedición, y su nombre podrá variar, pero su sustrato, es el mismo. Todos los Estados, por la cuenta que les tiene, castigan duramente a quienes atentan contra su Constitución y, muy en particular, contra la forma de Estado acordada por las inmensas mayorías.

El Presidente del Partido Popular, Núñez Feijóo (Alberto), va tomando consciencia del reducido papel mediático al que le obliga su ausencia del Congreso de Diputados. Ser senador no permite la proyección popular que da la Cámara baja. Algunos miembros de su partido le propusieron que presentara una moción de censura, con la seguridad de perder la votación, pero ganar visibilidad.

Hasta Arrimadas (Inés), experta ahora en dar consejos de actuaciones que, en su momento, ella no fue capaz de seguir, le animó a iniciar la senda de la reprobación del jefe de Gobierno, utilizando la vía constitucional de la moción. Pero Núñez aún se está lamiendo las heridas de los desplantes, mentís y desprecios que, a cada tanto, le prodigan los representantes del férreo gobierno de coalición.

El ministro de la Presidencia de Gaigé, Bolaños (Félix) en una feliz pirueta irónica ha deleitado a los amantes de alimenta el fuego de las disidencias desde el todo-vale, refiriéndose a la sede del PP en la calle Génova, como “Edificio Trump”, se supone que para poner en evidencia las afinidades oscuras entre el expresidente republicano de los Estados Unidos de Norteamérica y los negocios inmobiliarios populares.

La izquierda del PSOE -en el doble sentido de aumentar su desviación populista e ideológica- se agrieta, en la medida en que toma más protagonismo la vicepresidenta Díaz (Yolanda), a pesar de las llamadas de atención de su ex jefe Iglesias (Pablo), convaleciente de su operación de autocastración política. El proyecto de Díaz al que se ha dado el nombre de “Sumar”, carece aún de perfil definido y de musculatura para conformar un partido político, aunque resulta divertido (para la oposición) seguir el desgaste de las agrupaciones que apoyaron a Sánchez, de las que solo los independentistas gozan de buena salud.

Si hay posibles presas con aspecto de heridas, en la cacería selvática de Gaigé, la que presenta aspecto más delicado es el, hasta hace solo un par de años unánimemente aclamado, el ministro de interior Grande-Marlaska. Causa: un programa de la BBC, la emisora británica cuyos episodios sobre animales hacen las delicias de la sobremesa en la 2, ha presentado un vídeo sobre los sucesos del asalto masivo a la frontera en Melilla de junio  (en donde el gobierno marroquí ha reconocido 23 muertos y algunos centenares de heridos. Las cifras reales de fallecidos y desaparecidos  son desconocidas. En el video puede advertirse cómo un gendarme del país vecino  (estrecho de Gibraltar por medio) tira del cuerpo inerte de un saharaui, para sacarlo de la zona de soberanía española.

Así que no sería cierto lo afirmado por el ministro ahora acosado por mentiroso de que “ningún muerto se produjo” por causa de la resistencia a los invasores, en otro territorio que Marruecos, y, por tanto, la inhibición de la Justicia de Gaigé no estaría justificada.

Que desde parte del propio Gobierno (facción no socialsta) se pida la revisión puntual del caso y, acusado como mendaz, la dimisión de Marlaska, es una muestra más de la capacidad del País de los Despropósitos para autolesionarse.  Obviamente, sin que dejemos de lamentar el aumento de la presión humanitaria desde el Sahel y la falta de soluciones para (dotar a la gendarmería marroquí de más medios para disminuir la tensión sobre nuestra guardia propia de fronteras)

Madrid se recupera como la capital de las manifestaciones en Gaigé. El domingo, día 13, cientos de miles de interesados en la mejora de la Sanidad Pública, bastantes venidos en autobús con pancartas y bocata (a la vieja usanza) ocuparon en el centro político de Gaigé gritando “Ayuso, asesina” y otras lindezas que enmascararon el verdadero mensaje.

Estuvo magnífico en la defensa de la Presidenta de la Comunidad de Madrid, su compañero de partido y alcalde de la capital, Martinez Almeida (José Luis). Faltan médicos de familia, porque los facultativos que han superado el MIR no encuentran atractivo dedicarse a esta especialidad genérica. Faltan médicos, en general, porque los que pueden se van a ejercer al extranjero (pueden recibir salarios hasta tres veces superiores) o prefieren ser contratados por Hospitales privados o compaginar una jornada en lo público  -para hacer currículum- y unas horas en una empresa sanitaria.

Comprensible la calma de Almeida al conocer que su opositora por el PSOE a la alcaldía en las elecciones de mayo será Maroto (Reyes), ministra hasta abril de Industria, Comercio y Turismo, a la que solo conoce por el nombre el 40% de quienes podrían votarla.

Soy paciente de la sanidad pública y no tengo queja de las atenciones y tratamientos que recibo. Los pacientes somos muy tolerantes y, con la perspectiva de mejorar nuestra salud, estamos dispuestos a entregar muchas horas de nuestro tiempo en salas de espera. Basta darse un paseo por cualquier establecimiento sanitario. Y, sobre todo, sé del tremendo esfuerzo de los profesionales, el número excesivo de horas que dedican a su labor, los problemas de gestión y la escasez de medios económicos y materiales. No está Madrid a la cola de la asistencia sanitaria de Gaigé, que debería tener muy claro el coste de mantener un alto nivel de prestaciones y, también, la diferencia de las mismas según en qué Autonomía te toque acudir a un centro público.

La huelga de transportistas (solo los autónomos, pero el roto será grande) amenaza con paralizar la actividad de distribución en Gaigé. Piden que se les pague lo suficiente para cubrir costes. Escucho a las partes -Gobierno, grandes patronales, sindicatos- y no entiendo nada. Estamos en el Pais de los Despropósitos. Lo olvido a veces.

Publicado en: Actualidad, País de Gaigé Etiquetado como: Almeida, Arrimadas, Ayuso, BBC, Gaigé, Marlaska, Marruecos, Núñez Feijóo, Quintero Olivares, Sánchez, Vargas Llosa, Yolanda Díaz

Trigésimo nona Crónica desde el País de Gaigé

8 noviembre, 2022 By amarias Deja un comentario

Gaigé, el Pais de los Despropósitos, parece confiado, aunque no feliz. Como alguien que acabara de pasar por una calamidad espantosa, y nada pudiera alarmarle por encima de lo que ha tenido que soportar, no hay circunstancia ni amenaza capaz de perturbarle. Pero la felicidad es otra cosa, surge de otro tronco y ahí fallan los pronósticos.

Si la política es un termómetro, y la temperatura determina el estado de las propuestas de gestión de la polis, Gaigé tiene mala salud de hierro. El bipartidismo cobra nueva fuerza, al tiempo que los partidos y coaliciones situadas a los extremos, pierden fuelle y se descomponen, arrastrados al fondo de reptiles donde devoran a quienes se enzarzan en luchas internas para decidir quien es el más guapo para merecer llevar la bandera de unas siglas.

Olona (Macarena), Iglesias (Pablo), Arrimadas (Inés) son algunos de los nombres caídos en la estacada, amenazados con el olvido que se ha llevado por delante a Ortega-Smith, Abalos, Casado, Alvarez de Toledo y tantos otros. La hasta hace poco dirigente de Vox, Olona, trata de crear una plataforma que aglutine simpatizantes antes de lanzarla como partido. Su intención se asemeja a la de Díaz (Yolanda), que, desde la posición ideológicamente contraria, aunque en su caso, con el respaldo que da ser vicepresidenta de Gaigé, pretende refundar Unidas Podemos, aguantando las zancadillas y tarascadas del otroro amigo y jefe admirado, Iglesias, retirado a la contemplación académica de sus antiguas elucubraciones mentales sobre el poder y su ejercicio,

El presidente de Gaigé, Sánchez (Pedro) viaja mucho por Europa y el mundo, demostrando que su inglés y su buen porte da mucho juego mediático para fotografiarse con otros mandamases. La practicidad obliga a no hacerle ascos a cualquier jefe de Estado, independientemente de su ideología previa, y la experiencia demuestra que es distinto predicar para conseguir ganar unas elecciones que obtener trigo que repartir a sus ciudadanos.

De la minigira por Africa del Presidente de Gaigé, se presenta como resultado positivo el compromiso de destinar más de 2.000 Millones de euros en 5 años -en créditos blandos- para aumentar la penetración de las empresas españolas en Sudáfrica. Su presidente, Ramaphosa (Cyril), acogió ese anuncio con una amplia sonrisa, seguramente sin entender del todo su significado

Nuevos jefes de Gobierno y Primeros ministros han aportado, ya que no sabia fresca a las reuniones en la Unión Europea, sonrisas y abrazos entre desconocidos. Meloni (Giorgia), flamante presidenta del Consejo de Ministros italiano, ha dado ya una muestra de la dureza con la que afrontará la contención a las oleadas de migrantes que buscan solución a la hambruna y la miseria lanzándose al mar con rumbo a Europa, a la que creen aún opulenta. Solo admitirá el desembarco desde los buques financiados por ONGs que patrullan por el Mediterráneo buscando náufragos, si se trata de enfermos o por razones humanitarias.

En el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, el nuevo primer ministro desde el 24 de octubre es Sunak (Rishi), un rico hijo de inmigrantes indios, ha conseguido aportar calma a los mercados con propuestas de medidas de actuación sociales de cariz keynesiano y brillantes eslóganes aprendidos en la escuela de negocios californiana de Stanford.

En Alemania, un tenido por anodino Scholz (Olaf) consiguió violentar el cotarro de la hipotética unión de los europeos en torno al eje franco-alemán, yendo a China para hablar de sus negocios -en un viaje relámpago e inesperado, acompañado de una élite de empresarios germanos- con el Presidente Xi Jinping y su homólogo Li Keqiang.

Pero lo más importante para el mundo y, por tanto, para Gaigé, es la cumbre del clima, que ya lleva 27 ediciones, y que se celebrará en Egipto. Siguiendo la tradición, se acordarán serios pronósticos de calentamiento del planeta, si no se adoptan de inmediato medidas de contención de la piromanía androgénica y no se ayuda con fuertes desembolsos a los países más pobres, para que detengan su trayectoria de imitación a lo que llevó hasta aqui a los muy desarrollados.

Preocupa a algunas ministras y otras portavoces ocasionales de las miserias del mundo, también presentes (en menor medida) en Gaigé, la violencia que atribuyen como consustancial al género (antes, sexo) masculino y, cada vez que se produce -por fortuna, de manera esporádica- una desgracia que involucra víctimas entre quienes fueron conviventes, causados en alta proporción por enajenados, claman pidiendo sangre y aprovechan para abogar por una separación -mental- de sexos que no se daba aquí desde los sesenta del siglo veinte. El desorden sobre las identidades sexuales está siendo permanentemente alimentado, desconociéndose a dónde podrá llevar a los muy jóvenes.

Núñez Feijóo (Alberto) va perdiendo fuelle mediático y fuerza en su mensaje. No le ayuda su poca chispa, y menos aún la artillería. en fuego granado, de los ministros y del propio Sánchez (Pedro) que siguen atribuyendo los males del país, por orden variable, a la guerra de Ucrania o a la falta de lealtad institucional del Partido Popular. Tampoco le sirve de refuerzo el verso libre de la Presidenta de la Comunidad de Madrid, Ayuso (Isabel), que defiende heroicamente su plaza. dirigiendo sus dardos contra el gobierno de Gaigé, al tiempo que cubre el flanco a su derecha, fagocitando sin reparos las ideas de Vox, cuando las tienen.

El enfado oficial entre las facciones llamadas a la bipolaridad política se mantiene con base en dos elementos de difícil digestión para la ciudadanía preocupada por lo ordinario (la cesta de la compra, el empleo, el futuro, etc.). La cúpula del PP pretende que el PSOE le garantice que no se rebajarán las penas por el delito de sedición -cuyo nombre y caracterización del tipo penal están muy vinculados al tratamiento a los golpistas catalanes y a las exigencias del gobierno de la Generalitat, deseoso de que el prófugo Puigdemont (Carles) pueda volver como si fuera Tarradellas-. La renovación del Consejo del Poder Judicial y del Tribunal Constitucional, muy politizada (a despecho de la libertad e independencia que cabe atribuir a ese poder del Estado) es el otro punto de discrepancia, incomprensiblemente insalvable.

Aunque el tema ocupará, previsiblemente, unas líneas de actualidad en mi próxima Crónica, quiero referirme al acoso jurídico contra el rey de antes, Don Juan Carlos, por parte de su ex amante o concubina Larsen (Corinna), que acusa al maltrecho emérito en las cortes inglesas de amenazarla con cortarle el cuello si larga lo que sabe. Este episodio, inconcebible, que dura años de persistente alimento a la prensa amarilla y roja e involucra los cimientos de la protección al jefe de Estado (rijoso, corrupto, demente o imbécil) cuando está en juego la estabilidad y credibilidad de las instituciones, sitúa a Gaigé en la cumbre de los Países de Despropósitos.

Publicado en: Actualidad, País de Gaigé Etiquetado como: Arrimadas, Corinna Larsen, Gaigé, Iglesias, Li Keqiang, Meloni, Núñez Feijóo, Olona, Ramaphosa, rey juan carlos, Sánchez, Scholz, Sudáfrica, Sunak, Xi JinPing

Vigésimo Sexta Crónica desde el País de Gaigé

1 agosto, 2022 By amarias Deja un comentario

Los principales líderes de Gaigé han entrado en campaña electoral que, de cumplirse lo previsto en la Norma Suprema (Título III) deberán celebrarse cada cuatro años, correspondiendo el momento de la Convocatoria a la primavera de 2023.

Las tensiones provocadas por el deseo de tomar posiciones ante esa situación que proporcionará unos cuantos miles de puestos de trabajo a los diputados y senadores vencedores en los Comicios se traduce en un evidente nerviosismo que exacerba o sirve para inventar discrepancias entre las opciones políticas.

Desde luego, lo más chocante en Gaigé es la manifiesta tensión entre el partido mayoritario en la coalición de Gobierno y sus socios de la deteriorada izquierda ideológica. La habilidad del presidente Sánchez para controlar a los amigos de conveniencia de la derecha regionalista (independentista o conformista) hace aguas cuando se trata de poner a raya los protagonismos de los partidos de la “gauche” populista, cada vez menos divina y más carnal.

Aunque la presentación de resultados de Gobierno de hace una semana se centró en anunciar un impuesto excepcional (presuntamente inconstitucional, según se ha denunciado de inmediato) a los beneficios de los grandes grupos empresariales y financieros, las diferencias con el heterogéneo grupo que resulta de la descomposición de Podemos e Izquierda Unida son crecientes.

Incluso la sospechosa sintonía personal de la vicepresidenta designada -en fallida propuesta sucesoria por Iglesias (Pablo)- con su jefe teorico Sánchez (Pedro) está más impregnada de folclore estético que de contenido práctico. Las disensiones entre los ocupas de los ministerios económicos son palmarias y la pérdida de soporte institucional por parte de la Ministra de Defensa (Robles, Margarita) a la que se la van quitando competencias y atribuciones, es significativa; su posición crítica contra los pacifistas prorusos que están incrustados en el Gobierno de Gaigé adquiere ya dimensiones de sainete. Otras dos Ministras, antes provistas de mando en plaza, la de Hacienda (la muy desprestigiada Calviño, Nadia) y la de Energía (el azote de energéticas Ribera, Teresa) han cedido terreno hacia otros ministerios. Como un pantocrátor carnal, en última instancia, presidiéndolo todo (no tanto por su capacidad gestora como por su excepcional habilidad para la venta) se adivina, como un aglutinante imprescindible, el ansia centralizadora de Sánchez, (Pedro), convertido en un superministro factótum. Se dice que su objetivo a medio plazo (en especial, si no consiguiera revalidad la presidencia de Gaigé) se orienta a conseguir el puesto muy atractivo de Presidente de la Internacional Socialista, lo que le permitiría cerrar con broche de oro una carrera política realizada en contra de vientos, mareas, y de las esencias de su propio partido, hoy desconocido para quienes creyeron/creímos en la socialdemocracia.

El grupete de Ciudadanos está en estudio urgente de su refundación, tratando de reencontrar las raíces del centro liberal. Dirigen la operación de rescate de los suburbios andrajosos de esa opción antes muy querida, Villacís (Begoña) y Díaz (Guillermo), quienes toman la antorcha semiapagada en sus manos, ante la manifiesta incapacidad de Arrimadas (Inés) para reconducir el descalabro. La dimisión de Garicano (Luis) es una de las últimas deserciones del proyecto que había despertado tantas expectativas, incluso cuando parecía posible acceder a la Presidencia de Gaigé.

Siguen los incendios, favorecidos por la tremenda ola de calor, para cuyos efectos, a pesar de la apariencia de querer liderar desde Gaigé la batalla contra el cambio climático, ni se previeron ni se consigue ahora acotar con solvencia. Los esfuerzos de Bomberos, Unidad Militar de Emergencias, personal de apoyo y ciudadanos concienciados del desastre ambiental o directamente afectados por el avance de las llamas, se estrellan contra la fuerza del fuego y la escasez de medios. Las lluvias se hacen esperar y el agua escasea, incluso amenazando resultar insuficientes las reservas para consumo humano (y, desde luego, para riego agrícola) en algunos puntos.

La guerra de Rusia contra Ucrania prosigue, dando la sensación de enquistamiento táctico. La hambruna por falta de suministro de grano y fertilizantes (hoy, por fin, se liberó un barco cargado de maiz para Líbano desde Odesa) tiene efectos muy graves aún no evaluados suficientemente. Y en cuanto a la escasez de energía para calentarse este invierno, los Estados europeos aceleran la toma de decisiones bastante asimilables al sálvese quien pueda. Gaigé saca pecho, ofreciendo un exceso de energía de la que carece, mientras se anuncian medidas de ahorro que parecen más de tipo estético que efectivo.

Se anuncia por el Gobierno una situación excelente en cuanto al empleo (más de 20 millones de cotizantes a la Seguridad Social) y se distribuye optimismo moderado por los medios de difusión, advirtiendo, sin embargo, que nos esperan momentos de crisis económica y energética. La portavoz el Gobierno, Montero (María José) ha encontrado el gusto a reconocer como culpable de todos los males pasados y venideros al Partido Popular, que ha pasado a autocalificarse como alternativa de Gobierno, abandonando la designación de Partido de la oposición.

Para el gobierno socialista de Gaigé el Popular es, por derecho asignado, partido de oposición, macho cabrío expiatorio de cuanto salga mal, nulo colaborador, falaz adversario, incapaz de reconocer que, si Gaigé no levanta cabeza con la velocidad deseable, la culpa la tienen Nuñez Feijóo, Casado, Rajoy, Aznar, Fraga y Francisco Franco. La nueva Ley de Memoria Histórica, si se aprobara, permitirá resolver, de una vez por todas, cuando empezó la democracia en Gaigé y, cuando sea derogada, en qué momento terminó.

 

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Décimo octava Crónica desde el País de Gaigé

6 junio, 2022 By amarias Deja un comentario

El 5 de junio de 2022, el deportista más laureado de Gaigé, Nadal (Rafael) ha conseguido la décimo cuarta victoria en el campeonato de un juego antes de minorías, llamado tennis. Fue en el escenario parisino del Roland Garros, ante un alevín de gran atleta, por nombre Ruud (Kasper), noruego voluntarioso que no pudo ganar ni uno solo de los tres sets (series) en los que se decidió el envite.

Estuvieron presentes en el estadium, sus Majestades reales los reyes de Noruega y Gaigé. Felipe VI, el jefe de Estado del País de los Despropósitos (Gaigé), dedicó unas elogiosas palabas al atleta, al que (casi) todo el mundo está de acuerdo en caracterizar como un modelo a seguir, en especial, por la juventud. De “líder mundial” ha sido definido por algún comentarista.

Aunque cada vez estoy menos convencido de que en las facultades de Ciencias de la Información (antes Periodismo) se enseñe suficiente cultura general -ya se sabe, gramática, historia, filosofía y ciencias de la naturaleza- la influencia de los media escritos y hablados (sobre todo, hablados) no puede ser puesta en duda. En este terrorífico momento en el que estamos ayunos de liderazgo, no resulta molesto que una persona humilde de talante, con capacidad probada de superación ante la adversidad física y que ha hecho del perfeccionamiento de una excelente facultad física un excelente modus vivendi, sea presentado como ejemplo.

Nos han fallado otros modelos y siguen fallando de continuo: en Gaigé, el rey de antes, que nos había librado de una nueva dictadura -así nos lo presentaron, al menos- se reveló en su senectud con pies de barro y bolsillos ávidos. El Honorable President de la Generalitat, Pujol (Jordi) y su familia numerosa anda huido de la justicia, esperando que le llegue la hora final sin pasar por el oprobio de ser encarcelado por latrocinios muy sonoros de las arcas públicas.

No son pocos (más bien, muchos) los presuntamente honorables que han caído en las garras de la ambición personal -combinada o no con las ayudas económicas a los partidos políticos a los que han dedicado sus carreras en pos del dinero y la fama-. Los tribunales, los prestigiosos bufetes de abogados especializados en sacar castañas del fuego de las vanidades, y hasta de las cárceles, se han convertido en centros de expiación/escarnio y mal fario para muchos de los que pretendieron convencernos de su honradez ejemplar mientras nos hurtaban de la cazuela común para su beneficio.

La prensa francesa, cumpliendo con el indudable esfuerzo por presentar a la decadente Francia como ombligo del mundo, presentó la victoria del héroe Nadal -más próximo y nuestro, desde luego, que el francés-marroquí Benzemá o el belga Courtois (Thibaut)-como “XIV Soleil Nadal”. Se combinaba así la referencia a la décimo cuarta victoria de Rafael con la de Louis XIV, le roi Soleil. Me alarmó oir a una periodista obviar la relación, interpretando que el tenista era calificado de “sol”. Infiero que nunca había oído hablar del poderoso y longevo personaje que mantuvo, aliado con Inglaterra, una disputa duradera -y fructífera para él- con la decadente saga de los Austrias.

En el orden interno de lo que se está revolviendo en Gaigé, es digno de registro la pérdida de pie firme de la coalición gubernamental, sumergida en disputas internas, desorientación y falta de criterios. La vicepresidenta Díaz (Yolanda) no convence en su liderazgo de lo que subsiste a izquierda del Partido Socialista y el presidente Sánchez (Pedro) pierde credibilidad y solvencia a ojos vistas, justamente cuando pretende recuperar la línea tradicional de la socialdemocracia, que ha convertido en sanchismo puro y duro.

Las elecciones andaluzas, convocadas para el 19 de junio, significarán,  según los pronósticos, el afianzamiento de la simpatía hacia el Partido Popular de una parte suficiente del electorado. Moreno (Juanma) será reelegido presidente de la Autonomía andaluza, sin que parezca necesitar el auxilio de Vox, lo que, por otra parte, cada vez alarma menos al electorad0, pues su apoyo en las urnas se mantiene estable en votos y sus ideas -algunas, desde luego, estrafalarias y repugnantes- contienen propuestas básicamente sensatas.

A final de junio tendrá lugar la cumbre de la OTAN en Madrid. Lo que debería ser una oportunidad para afianzar la proyección internacional de Gaigé, arriesga convertirse en un escaparate de la desunión gubernamental. La ausencia de coherencia en la posición exterior es clamorosa. Hasta el gobierno marroquí, fiel portavoz del cacique Mohamed VI, hace mofa de la posición del Ministro de Exteriores de Gaigé, desacreditado por el pequeño y pobre país, que se siente apoyado por los Estados Unidos de Norteamérica. El presidente Zelenski, soportando la tremenda tensión de ver cómo su país es despedazado por el oso ruso, se queja, me temo con razón, de que el gobierno sanchista promete envío de armas y medios que luego no cumple.

Necesitamos más victorias que en el terreno del deporte.

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Desgobierno institucional o pasión por las crisis

1 junio, 2022 By amarias Deja un comentario

No tiene gracia. Las disensiones en el seno del gobierno multicéfalo que construyó Sánchez (Pedro) a la medida urgente creado para destronar -dicen que con la actividad muñidora conjunta de Abalos y Redondo- a un presidente cansado pero competente (Rajoy, Mariano: los hechos posteriores dixint) son clamorosas.

Se pretende incluso justificar las notables discrepancias en las apariciones públicas entre los portavoces de las facciones en que se va descomponiendo lo que ya cabe calificar como desgobierno, sobre temas que han sido debatidos en el seno del Consejo de Ministro. Se argumenta por los díscolos que “la ley no obliga a que los ministros estén de acuerdo con la decisiones de Gobierno” (declaraciones públicas de varios ministros podemitas).

Una vez nombrados, y al conocer sus declaraciones ante los media y la esencia de sus actuaciones cara a la realidad, resultó inquietante apreciar lo poco que conocían ciertos Ministros sobre sus campos de competencia y nos llevó a preguntarnos porqué no se dejaban asesorar (o, también, por quiénes se hacían asesorar); el mal parece contagioso, pues otros miembros del Ejecutivo, tenidos por competentes, languidecen en sus puestos, convertidos en irrelevantes o desvarían sorprendentemente contradiciendo actuaciones y opiniones anteriores (cito sin ánimo de ser exhaustivo: Robles,  Ribera, Albares, Iceta, Calviño…y me sobra la supersexposición de Rodríguez García, Marlaska,…Super Yoyo Díaz)

Perdón: la Ley del Gobierno 50/1997, revisada y actualizada en 2015, define inequívocamente las funciones de un “órgano colegiado” y, como tal, en su seno se puede discutir lo que se quiera, y discrepar, pero el cumplimiento de las decisiones que se adopten obligan a todos sus miembros, que están, además, obligados a guardar el secreto del debate interno para la concreción del acuerdo.

Que los Ministros no conozcan sobre los asuntos de su competencia e improvisen sus resoluciones confundiéndolas con su “derecho a opinar “genera una gran confusión pública. Que ignoren sus obligaciones legales y aireen sus discrepancias convirtiendo en campaña electoralista la gestión del lo público, es kafkiano,-o dadaísta, como oí decir a un tertuliano-.

(Nota: Imagino que algunos de mis comentarios pueden parecer a quienes no me conocen, propios de alguien que se complace en criticar al Gobierno. Tal vez por eso, por pudor y por no enseñar la patita ideológica, pocos son los que, habiéndome leído, se atreven a compartir mis reflexiones. No pretendo publicidad alguna. Soy mayor, tengo mi vida resuelta (y para más inri, ando mal de salud). Soy independiente, lo fui toda mi vida y escribo porque me gusta. Si alguien se siente identificado o le proporciono algún elemento para pasar un rato divertido o llenar una curiosidad, le estoy agradecido, aunque no me haga llegar el menor reconocimiento.)

Este 1 de junio, en el que se cuentan ya 4 años desde que se puso punto final al Gobierno de Rajoy, han pasado muchas cosas: la crisis sanitaria, la crisis económica, la crisis energética y, ahora, la guerra en Ucrania que es una guerra en Europa. Este ejecutivo tuvo que lidiar con graves problemas y sobrevive. Herido (quizá de muerte), pero vivo. El país está inmerso en una situación financiera muy delicada, preludio de dificultades muy serias para enderezar el timón económico, falto de impulso.

La desunión en la política (no solo dentro del Gobierno) alimenta también el descrédito internacional y la crispación nacional. La grieta catalana no se cierra se emponzoña y hiede. El asedio casi continuo al Jefe de Estado -que, sin apoyo del Ejecutivo, trata de construir una agenda interna de simpatías, empezando por lo sencillo-, la falta de control del Presidente de Gobierno sobre la mitad de sus ministros; una oposición que está en la construcción de una identidad creíble como alternativa de Gobierno, …

España tiene pasión por las crisis. Sobrevivimos, pero no sabemos cómo salir bien de ellas. Es parte de nuestra identidad colectiva, ir dejando plumas en cada batalla, perdiendo mucha energía en cada envite. Lástima. porque así no hacemos más fuerte España y la competencia es feroz.

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Undécima Crónica desde el País del Gaigé

18 abril, 2022 By amarias Deja un comentario

Vencidas las vacaciones de la Semana Santa, convertidas desde hace décadas en invitación a la escapada del lugar de residencia habitual, para entregarse al disfrute de otros paisajes y buena comida, la población del Gaigé vuelve a encontrarse con los días de hastío, sacrificio y temor a no poder llegar con solvencia a fin de mes.

Ha habido procesiones en casi todas las ciudades y pueblos, poniendo a prueba el funcionamiento de los móviles, ávidos sus propietarios de dejar constancia del desfile de imágenes de papel maché o madera de pino, costaleros sudorosos y fieles matronas con mantillas y escapularios, precedidas por una comitiva de principales, que seguramente en su mayoría se plantearon si deberían participar en el espectáculo o mantenerse en casa preparando las mentiras del lunes.

La noticia más comentada fue una estafa. No sería la más importante, ni los autores y sufridores serían los únicos, pero mereció horas, hasta días de análisis y denuncias ante y por la Fiscalía, al parecer siempre atenta a detectar asuntos con interés mediático, aunque perjudiquen (¿o quizá por eso?) a los mandamases administrativos de Madrid, capital o provincia.

Dos pícaros con currículos de fantasía -Medina (Luis) y  Luceño (Alberto)- vendieron mascarillas y guantes sin garantías de calidad a la Administración que veían más cercana: el Ayuntamiento de Madrid, en donde Martínez Almeida, su alcalde todoterreno, andaba ocupado en menesteres distintos de controlar personalmente el género.

Lo hicieron estos comisionistas faltos de escrúpulos, cuando la pandemia estaba en su apogeo de desconciertos y el especialista en urdir explicaciones (Fernando Simón, hoy desaparecido) nos aconsejaba protegernos del contagio o quedarnos en casa, después de haber defendido que no era necesario ponerse mascarillas, sencillamente, porque no las había. El registro de sus conversaciones que acabó difundiéndose y la relación de objetos de lujo que compraron con lo que estafaron presuntamente a los madrileños, no tiene que dejarnos estupefactos. Ya lo estamos. Nos encontramos en Gaigé, el País de los Despropósitos.

No será el único asunto que la Fiscalía, por decisión propia o denuncia sostenida, tendrá que tratar en los próximos meses, aunque solo sea para desmentir la ocurrencia del alcalde madrileño que acusa a esta institución, encargada de velar por el cumplimiento del derecho penal, de actuar a impulsos del Partido Socialista.

Tuvo lugar esta Semana de Pasión la toma de contacto con la responsabilidad política de enderezar el Partido Popular que asumió Núñez Feijóo (Alberto), extraído de la mar gallega, bien conocida por él, para meterse en la cloaca de los enfrentamientos de alcance nacional.  Se dice que marca su propia agenda, sin importarle que toque investir a Fernández Mañueco como Presidente de Castilla y León, a pesar de la efemérides, decida no acudir al acto para no propiciar la foto con Abascal (Santiago), o le apetezca replicar a una periodista despistada o aviesa (Barceló, Angels) que se interesare por saber si no recela de Vox, lanzando el dardo dialéctico contra el acuerdo entre el PSOE Bildu y los separatistas catalanes.

En las dos semanas que lleva como Presidente del partido de la derecha más o menos civilizada, Feijóoh ha conseguido ser el líder más valorado por los españoles, haciendo olvidar a Casado (Pablo) y poniendo en entredicho la continuidad futura de Sánchez (Pedro) como Presidente de Gobierno si se celebrasen en este momento las elecciones para recomponer las Cortes, habida cuenta, además, de que la ilusión que generó Podemos se está deshaciendo como azucarillo en agua de refresco, envuelta en el glamour de increíbles casoplones, líos de faldas, chascarrillos ácidos ya muy repetidos e, incluso, escotes que muestran el canalillo de las féminas ministeriales o ministeriables, desviando así la atención del vacío de los cerebros.

La inflación está a punto de entrar en los dos dígitos. La compensación de 20 céntimos sobre el litro de combustible que aprobó el Gobierno salió adelante con algunos rasguños y, aunque modesta, favoreció millones de desplazamientos en busca de esa sensación de libertad que proporciona cambiar un lugar en el tresillo de la salita por la silla plegable sobre una playa abarrotada.

Gaigé sigue acogiendo ucranianos desplazados por la injusta guerra que provocó Putin. No está en absoluto claro qué pasará con ellos a corto plazo, en especial, si Ucrania, cada vez más destruida, sigue siendo el banco de pruebas para valorar los efectos de volver a procedimientos bélicos propios de la segunda guerra mundial.

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La guerra en Ucrania sufre una escalada

3 marzo, 2022 By amarias Deja un comentario

Cuando la invasión rusa de Ucrania está ya en su séptimo día, todos los ojos están puestos en este país que está sufriendo de una manera cruel y contraria a todo derecho, los efectos de la ambición patológica de Vladimir Putin. La resistencia ucrania es formidable, muy por encima de lo que cabe esperar de un Estado que no tiene capacidad militar para contrapesar, por capacidad logística, armamento y preparación para la guerra, a una fuerza de ataque cincuenta veces superior.

La estrategia bélica inaceptable del dictador ruso para ahogar toda capacidad de resistencia está siendo dispersar los ataques sobre las principales ciudades del país invadido. Las imágenes de los bombardeos simultáneos de Kiev, Odesa, Jartov, Mariupol y otras poblaciones son aterradoras. Las víctimas sobre la población civil deben ser cuantiosas. Aunque los valientes ucranios, obsesionados hasta la heroicidad para defender su país, informan de haber causado algunas muertes de militares rusos y han destruido también varios tanques y armamento atacante; una compensación simbólica a los miles de millones en bienes inmuebles e infraestructura, por ejemplo, destruídos por los atacantes y a los casi tres mil militares ucranios muertos en las batallas y las decenas de miles de heridos.

El presidente francés, Macron, ha mantenido hoy una conversación de más de una hora con el sátrapa Putin, sin ningún resultado tangible. El propósito del jerarca ruso es hacer tierra quemada del suelo ucranio. Algo intolerable. Su idea de abrir un “cordón sanitario” que permita la salida de las ciudades atacadas (especialmente, Kiev), para permitir la salida de personal no militar no es sino la confirmación de su intención maligna de recrudecer los ataques sin importarle los daños que pueda causar.

De momento, las reservas que Putin ha venido acumulando durante más de una década -principalmente, con divisas aportadas por Alemania para abastecerse de gas- le permiten un margen económico temporal para seguir financiando la guerra. Suenan a error patético las palabras de Angela Merkel, la laureada ex canciller, cuando afirmaba que “Rusia es un suministrador fiable”; el cierre pautado de las centrales nucleares alemanas, unido al abandono del carbón como recurso energético, pesan ahora como una pesada losa sobre la necesidad de buscar un mix energético de urgencia para solventar la crisis energética que se cierne sobre los teutones en un invierno que no se ha ido aún.

Hay presión creciente sobre el dictador para que detenga la guerra: la mayoría de la comunidad internacional, la voz enérgica de intelectuales, políticos, artistas, sociólogos, deportistas o empresarios (por citar solo algunos sectores) se une a los jerarcas rusos que ven ahora peligrar sus inversiones en el exterior, y piden un alto al fuego.

Los refugiados ucranianos crecen a miles cada día. Las filas de coches en las fronteras, que pretenden salir del país, ocupan decenas de kilómetros. Putin sigue emitiendo su descabellada justificación de que Ucrania está llena de fascistas y xenófobos, en una fórmula especular por la que el agresor juega a ser el agredido, como sucede también con el generador del mobbing, que se refugia en su crymobbing, haciéndose pasar por el que lo sufre. También acusa a Ucrania de poner escudos humanos frente al lanzamiento de sus misiles

España ha enviado cerca de 1.400 lanzagranadas, 700.000 cartuchos de amertalladoras y amatralladoras ligeras, que llegarán mañana viernes, 4 de marzo, a un punto cercano a la frontera de Polonia con Ucrania. La división causada por este envío en el mismo seno del Gobierno ha saltado a la opinión pública, que está, sin embargo, más preocupada por la repercusión de esta postura de apoyo bélico al país invadido que por elucubraciones acerca de hipotéticas disensiones del gobierno Sanchezstein.

Otra noche en vela para los ucranianos. Otra noche de dolor, rabia, desgarro humanitario, solidaridad desde la distancia pero con la proximidad del afecto y la solidaridad con su lucha defensica con los valerosos habitantes del país que ya padeció, bajo el poder de otro dictador loco, Stalin, el horror del Holodomor (término derivado de las palabras ucanianas hólod -hambre- y mor -exterminio-.

Estoy leyendo un libro de Anne Applebaum, “Hambruna roja” sobre la guerra de Stalin contra Ucrania. Mucha información sobre las inicuas razones de la invasión del imitador Putin. Permita el lector que transcriba un breve poema de Shevchenko, que pedía que lo enterraran a orillas del Dniéper, el río que atraviesa Ucrania para convertirla en el granero de Europa. Una Europa que llora esta masacre y sufre este despropósito criminal. “Cuando me hayáis enterrado, levantáos/ destrozad las cadenas/ y con la sangre del enemigo/regad la libertad. (Nota: He traducido el poema del ruso, libremente)

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Cuarta Crónica desde el País del Gaigé o del Huangmiú

28 febrero, 2022 By amarias Deja un comentario

Los hechos, circunstancias y avatares del País del Gaigé (por otro nombre, también imaginario, del Huangmiú) han quedado sepultados por el vendaval de despropósitos que amenaza con arrasar Ucrania, si no consiente en doblegarse ante el imitador de Hitler, el nefasto déspota Vladimir Putin, autoproclamado emperador de las nuevas Rusias.

La última semana de febrero del año 2022 ha aportado, con todo, para la pequeña Historia, algunas cuestiones de interés para la crónica ligera del mundo. El día 27 se inauguró por el monarca Felipe VI un nuevo Mobile World Congress en la cada día más pequeña ciudad de Barcelona. A esa ceremonia de apertura no quisieron asistir el llamado presidente de la Generalidad, un tal Aragonés (Pera) y la alcaldesa de la antigua ciudad Condal, la propensa a la posición estrafalaria Colau (Ada); para tranquilidad de los estómagos inquietos, sí han deseado comparecer a la cena, en donde seguro que, fuera de los focos mediáticos, ofrecieron sonrisas y disculpas, ya que no pleitesía, al Rey y a la corte de Sánchez, presidente del Gobierno en Gaigé-España.

Se celebró también en esta semana Arco, la Feria de Arte que ocupa un par de pabellones en el recinto madrileño y que atrae a algunos comerciantes y galeristas, que tratan de engatusar a algún nuevo rico para colocarle alguna creación de sus artistas tutelados. El arte -especialmente el  matérico- hace ya tiempo que ha caído en una espiral de deterioro, en el que se mezclan la falsedad, el cuento chino y la mancha pictórica o el propósito de llamar la atención, esta última ya agotada a fuerza de pretender ser original.

Poco interesante encontró este cronista de ocasión en esa Feria de las vanidades artísticas, y si algo me asombró de verdad fueron los precios. Los marchantes de las galerías piden 250.000 euros sin mover una pestaña por lienzos embadurnados de acrílico que, si tuviéramos libertad para juzgar, deberíamos condenar a la basura. Como el sábado era día de visita para público en general, había una gran aglomeración de curiosos, que fueron amontonados a la entrada y a la salida del recinto con base en medidas de seguridad ininterpretables. Se miraban los bolsos de las señoras con pasión morbosa por los guardias de alquiler, sin entender que nadie en su sano juicio iba a pretender llevarse el menor trozo de la colección de despropósitos que se exponían en las paredes y huecos de las salas. Salvo que se tuviera mucho dinero y se admitiera la hipótesis perversa de que el arte actual no cotiza por lo que vale, sino por lo que dicen que vale.

En otro orden de cosas, por supuesto, la crisis del Partido Popular sigue sin cerrarse, aunque parece que Núñez Feijoo está dispuesto a abandonar su feudo gallego para inmolarse en la batalla por el poder de lo que fue alternativa de gobierno. Mal espacio para la tranquilidad. Ayuso, doncella mancillada, presenta ojeras en cada comparecencia pública. Casado, galán apaleado, llora por ls esquinas su desconsuelo, sin acertar a adivinar qué es lo que pasó y si todo fue pesadilla o maleficio. Y, como en toda batalla hay un vencedor, Sánchez y sus fieles, envalentonados, se hacen lifting para parecer más jóvenes, porque barruntan victoria para largo.

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Las características singulares del centro político

23 septiembre, 2021 By amarias Deja un comentario

La debacle de Ciudadanos, la formación política nacida con vocación de centro entre socialistas y conservadores y, sobre todo, como cortafuegos a las pretensiones nacionalistas, republicanas e independentistas, ha dejado huérfanos a los que están convencidos que un partido charnela, incrustado ideológicamente entre izquierda y derecha.

Siguen haciéndose análisis -en tribunas de especialistas en el análisis político y en círculos de café y pastas entre amigos- sobre las razones de esa caída desde las alturas del Ícaro más notable de la policromía de opciones que se ofrecen a los votantes, en un país que vota liderazgos y no programas. Mi opinión, sin más valor que el hacerla explícita, es que Albert Ribera hundió la nave con él de capitán general.

El punto de arranque fue el debate televisivo de cierre de campaña en el que un acalorado Rivera Díaz presentó la tesis del que creía principal oponente -Pedro Sánchez-, invitándole a que “la leyera”, para que se enterara de lo que otros habían escrito por él.  Se hizo imposible el acuerdo de coalición o apoyo entre dos gallos de pelea en la quintana y, mucho mejor arropado y más hábil con la máquina de pactar, Sánchez alcanzó la presidencia pactando con el diablo. Después del abandono de Ribera para dedicarse a “la empresa privada”, ni Inés Arrimadas, ni Edmundo Bal, haciendo esfuerzos para tapar los agujeros con frases del viejo catecismo salvado del cuaderno de bitácora, ni el clamor de cuantos se tiraron al agua dando gritos para alejarse del barco con tantos boquetes, consiguieron otra cosa que certificar la defunción de aquel proyecto de centro, hoy agarrado a unas tablas y a la deriva.

Entre el PSOE y el Partido Popular hay actualmente un vacío estratégico en el marco político, que no me atrevo a decir cuán grande es, aunque sí que no lo va a llenar el moribundo Ciudadanos con sus animosos actuales monitores. Y, a pesar de todo, tanto uno como otro de ambos partidos mayoritarios necesitan una formación de centro suficientemente robusta para que funcione como eficaz punto de encuentro, si llega el caso. Por la izquierda, Podemos ha demostrado ser otra cara del independentismo o la izquierda radical, según le vaya en sus conveniencias, y se convierte, a ratos, en un incómodo compañero de viaje en la coalición de gobierno con el PSOE, apoyando posiciones extremas a su izquierda que, aunque parezcan contenidas por el tejemaneje del “te oigo pero no te escucho”, “te doy la razón aunque te ignoro”, no auguran ni estabilidad ni bien futuro.

Por la derecha más extrema. el partido de Abascal  hace el juego a los enconados ultras que dan a su formación un cariz inaceptable, xenófobo, irreal, insolidario, entre banderas nazis, enfrentamientos callejeros con la izquierda irredenta, insultando y vejando homosexuales y a pertenecientes declarados a colectivos LGTBI, etc. Aunque desde la cúpula de Vox, se niegue a menudo apoyo y filiación a los protagonistas de los mayores desmanes, a pocos engaña que se les hace el caldo gordo desde una formación que vende al mismo tiempo estampas de Franco, himnos patrióticos y pone zancadillas a “la derechita cobarde”.

Tampoco sirve engaño a la moderación y buen pulso para mejorar el país, que esgrime como marca de identidad el partido principal que gobierna en coalición con la facción socialista, cuando se complace en agudizar la bicefalia, con críticas a otros ministros, y se mete en fregados de incompetencia, desgaste o inconsecuencia, ya sean abrazos con ministros venezolanos del equipo de Maduro señalados por la Corte Penal Internacional, acogida misteriosa, mal analizada y peor explicada de Ghali,  líder del Frente Polisario (opción del pueblo saharaui para mantener el pulso por su independencia que España no sabe oficialmente cómo abordar), para su tratamiento en fase terminal aunque con causas abiertas en la Audiencia Nacional, …, subidas mínimas del salario mínimo esgrimidas por la líder de la otra cabeza de la bicefalia como una victoria sobre el empresariado, etc.

Y aunque Podemos ha avanzado algo, en la búsqueda de la supervivencia propia, hacia la moderación (que es su desdibujado), no es el mejor apoyo que puede pretender el PSOE para gobernar con tranquilidad. Esa formación política está, ella misma, a la búsqueda de una identidad, con su liderazgo en cuestión y su ideología y práctica en revisión permanente, entre el exabrupto incontrolable de los terroristas urbanos y los politicastros que buscan alguna idea entre los adoquines y el “buen rollito” de profesores universitarios y funcionarios con la vida resuelta a salvo de mayores pretensiones.

Se buscan líderes para una formación de centro que de aire a la izquierda y a la derecha. Ofreciendo coherencia liberal, guiño socialdemócrata sin sonrojos, apoyos a las posiciones realistas de avance en la mejora del bienestar social, la educación, el desarrollo tecnológico y empresarial.

Se necesita esa opción de tranquilidad y pragmatismo para pulir las tendencias a la ruptura de la baraja en el nuevo gobierno que surja de las próximas elecciones. Para que el PSOE no tenga que acudir a la insolidaridad independentista ni a la izquierda sin escrúpulos para gobernar, ni el Partido Popular deba abrazar la pegajosa capa de negra brea de Vox para acceder a la Moncloa.

Y, sobre todo, para que se deje de atender a los dedos que señalan y empecemos de mirar a la luna o las estrellas.

Publicado en: Sin categoría Etiquetado como: Abascal, Arrimadas, Bal, centro, Frente Polisario, Ghali, gobierno, pragmatismo, Ribera, Sánchez, Vox

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