Al socaire

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Contra la pared

28 noviembre, 2019 By amarias Deja un comentario

Contra la pared nos ha puesto la situación política a los españoles de a pie -esos que no pinchamos ni cortamos, y solo somos espectadores de lo que acaba afectándonos hasta que ya no tiene remedio-.

Se puede interpretar que estamos contra la pared en varios sentidos. Una opción es vernos empujados por la fuerza de las circunstancias contra el paredón en el que nos van a dar para el pelo. No, no van a fusilarnos (estamos aún en una democracia), pero nos van a hacer daño. Porque las conversaciones entre la coalición de presunto futuro gobierno PSOE-Unidas Podemos y los independentistas catalanes y vascos no auguran nada bueno, tanto si consiguen los apoyos para que la candidatura de Pedro Sánchez salga adelante, como si no.

Ni los programas electorales (en lo poco que fueron explicitados), ni las promesas mitineras, ni los eslóganes que fueron difundidos en los falsos debates televisados, se han cumplido, por lo que puede decirse sin ambages que nos han mentido a los votantes, con la única intención de secuestrar nuestro voto para hacer con él lo que les viniera en gana.

Si los apoyos que necesita la coalición surgida por el abrazo del oso montano y la pantera rojiza no salen adelante, nos veremos en el camino de unas nuevas elecciones, que significarán más coste para el erario público, mas abstención y aún mayor desentendimiento respecto a la capacidad de la clase política para mirar más allá de sus sillones, dotados los asientos de honorarios y prebendas que para nosotros querríamos los atónitos observadores de su ineficacia.

Es lamentable que estos políticos que han hecho de su carrera nuestra penitencia, no comprendan unos pocos principios:

1) No gana nada el país con darle más cancha a los independentistas catalanes; son el reflejo característico de la derecha egoísta, insolidarios, bravucones y, como la Historia reciente demuestra, delincuentes profesionales.

2) Si queremos que en el país se genere empleo y riqueza, hay que tranquilizar al capital, ayudándoles, con un clima de estabilidad, a que inviertan en nuevos emprendimientos. Por supuesto, es necesario también que nuestro tejido empresarial e industrial se pueble con más profesionales, autónomos y rentistas dispuestos a invertir tiempos y dineros, pero la situación de España como país intermedio en el contexto de naciones, precisa de captar el apoyo de los grandes capitales. Y si lo asusta el presunto pre-Gobierno con soflamas y agresiones verbales, espantamos la gallina y nos quedaremos con los huevos podres. Distinto es afinar en la captación de impuestos, pero sin gritos ni insultos.

3) El Estado tiene que tener claras las formas de apoyar la generación de riqueza y empleo preferentes. Porque hay que conseguir mantener el nivel de bienestar y de seguridad social y ayudas asistenciales (sanidad y educación, fundamentalmente) y conseguirlo supone, sí, aumentar los ingresos, pero, como más urgente, controlar los gastos y la calidad de los servicios. Para ello, hace falta mucha competencia; ojo, no competencias. Competencia del personal y de los que gestionan.

Como español que tuve durante gran parte de mi vida la ilusión de creer que estábamos construyendo una España mejor, me siento ahora en la decepción de que, desde la política, unos cuantos individuos sin objetivo hacia lo común, sino empecinados en sus propias ambiciones, destruyen lo creado.

Ojalá que haya unas nuevas elecciones. Y ojalá que todos los que han surgido en estos últimos años para mostrarnos impúdicamente su incompetencia, se vayan a sus casas.

Y no, no necesito justificarme afirmando que, al poner de manifiesto tan elementales argumentos, no estoy apoyando a la derecha. En esa otra parte del espectro cuecen también habas de mal olor y triste fario.

Desde la posición de estar contra el paredón, me dirijo a los españoles que no tienen vocación de palmeros, que no militan en ningún partido, que no esperan ninguna canonjía ni puesto de recompensa. Animo a que nos defendamos. Con uñas, dientes, razones y trabajo. También con nuestro menosprecio, y saliendo a la calle para gritar muy alto: ¡Ya está bien, no juguéis más con nuestra buena voluntad!

 

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Desgobernados

17 noviembre, 2019 By amarias Deja un comentario

Aunque no tenga el empaque y aptitud para la representación pictórica que alcanzó el abrazo de Vergara, el que se prodigaron Pedro Sánchez y Pablo Iglesias jr. tiene visos también de convertirse en un apretón histórico.

Se anunciaba con él el final de las hostilidades en el espectro de la izquierda española, al menos entre los dos equipos que conforman la mayor parte del rompecabezas en que se ha convertido el gallinero de la progresía pseudocomunista, en su pugna interna por hacerse con el pendón que lo confronta con los pseudoliberales neocapitalistas.

No me parece que la formación de gobierno sea cosa fácil para Pedro y Pablo y, si lo consiguen (con los apoyos de los acomodaticios regionalistas de derechas cántabros y vascos) y la abstención de los separatistas catalanes, más el voto con ojos cerrados y la bolsa presta de otros partídulos, el mantenimiento del gobierno con mínimas condiciones de estabilidad, será cosa prácticamente imposible.

Este largo proceso electoral habrá tenido consecuencias muy dolorosas y costosas, en todo caso, para nuestra economía y la serenidad y solidaridad (más o menos ajustadas) que nos habían acompañado desde 1978 hasta 2019.

Se ha roto la izquierda, tanto por la parte populista como por la histórica facción comunista; el partido socialista, al abrigo de la capacidad camaleónica de Pedro Sánchez y sus inmediatos colaboradores, se han despojado de casi todos los restos del pacto de Suresnes; Alberto Garzón ha destrozado el PC; Iñigo Errejón se separó de la pareja Unidas Podemos (Iglesias-Montero) para “dignificar la izquierda” y se encontró con la pared de enfrente.

Se ha roto la derecha, aunque se nos quiera convencer que el PP está nuevamente fuerte. Pero Pablo Casado no tiene el empaque intelectual de Fraga ni el atractivo chulanesco de Aznar, o la socarronería simpaticona de Rajoy; le ha salido un grano por el flanco más débil que se ha convertido en alternativa para los amantes de la gresca política y, además, Abascal ha reunido un trío de disidentes del Partido troncal que tienen labia y capacidad de convicción entre los votantes descontentos de toda condición; el caso de Albert Rivera es de los que mueven a la lástima, pero el resultado está ahí, siguiendo el manual del desquiciado: Cómo dilapidar en pocos meses un inmenso caudal de credibilidad, apareciendo con el paso cambiado en cada aparición pública televisiva.

Sigo sin ver claro el futuro, y no descarto unas nuevas elecciones. Pero el abrazo de Moncloa, con dos personajes en salto mortal al vacío, apoyándose cada uno en el hombro del otro, pasará a la historia como una voluntad de quererse políticamente entre dos personalidades incompatibles, con el deseo de obtener, por fecundación artificial, un gobierno que, al menos, dure mientras se firmhttps://angelmanuelarias.com/libro-sonetos/a el reparto de los gorros de plumas, digo, los ministerios.


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Las estrategias peligrosas

29 julio, 2019 By amarias 3 comentarios

¿Y si todo ha sido un juego de estrategia? No un juego de los que suman cero, o de esos en que todos ganan, sino un juego perverso en el que todos pierden y, en especial, pierden más los que más ponen. Me refiero, claro debía estar, al período de alta intensidad mediática que hemos padecido en España. a la espera de que sus Señorías se pongan de acuerdo sobre el próximo presidente de gobierno para el país.

Habiendo sido testigos en la distancia (o sea, haciendo seguimiento ocasional del suceso gracias al tubo catódico o a los transistores) de la representación del debate de investidura fallida del candidato Pedro Sánchez, puede ser el momento, mientras se prepara el segundo acto de la representación política, de comentar en los vestíbulos, mientras tomamos una cerveza, la valoración que nos merecen el guión de los autores y la actuación de los actores (y actrices, por supuesto) de este sicodrama con tintes cómicos en el que tenemos la opción, como espectadores, no de votar al final si nos ha gustado, sino al principio de la obra, si nos va a gustar.

He leído en el periódico al que se atribuye la representación oficial del Partido socialdemócrata (El País, 28 de julio de 2019) que los Sres. Pablo Iglesias e Iván Redondo son los principales autores del libreto a cuya representación hemos tenido el tedioso privilegio de asistir en vivo y en directo. Sobre la cualificación personal y profesional de Iván Redondo es posible que no todos hayan oído hablar, por lo que convendrá únicamente aclarar que se trata del jefe de Gabinete de Sánchez, y que, según la crónica, éste bebe los vientos por él y le come de su mano (no lo dice así, pero la semántica fuerza entendederas).

La trama se entrelaza con tintes más bien oscuros si se combina con la constatación que Iglesias y  Redondo no tienen rencores en su trastienda (como parece el caso de Sánchez con Rivera), sino que se aprecian mucho al margen de posiciones ideológicas, son aficionados a ver series de esas largas con muchos muertos y traidores, y que, aficionados a todo enredo, les gusta jugar al ajedrez aleatorio (una modalidad de ese suplicio mental que implica situar las fichas en el tablero prácticamente al azar, manteniendo solo unas mínimas reglas para evitar desequilibrios aparentes en el inicio del juego).

Por si sirve más al juicio valorativo, añado de mi cosecha que Redondo e Iglesias tienen estupendos egos, producto de floridas formaciones académicas, nutridos por el aplauso de admiradores y la envidia de detractores, y que, como medida de cambio más al uso, gozan de una experiencia dialéctica culmen de los cúlmenes, impropia de humanos, curtida en terrenos  mediáticos en donde en teoría te despellejan a preguntas capciosas y te defiendes en la práctica con respuestas ininteligibles.

El resultado del primer acto del docudrama es conocido por todos. La única sorpresa que contenía este acto demasiado largo, más soporífero que enjundioso, fue que el Unidas-Podemos de “solo” Iglesias y el PSOE de Sánchez no han llegado a un acuerdo para investir con el gorro de capitán del buque España al segundo, después de haber consumido meses de nuestra espera y horas de su negociación, habiéndose reconocido como socios idóneos, Cuando creíamos que estaban repartiéndose los ministerios y los sillones y las cajas de reparto del dinero de la administración pública, su desacuerdo no fue por culpa de Esquerra Republicana y su voluntad de hacer nuestra España un desbarajuste republicano repartido en taifas.

Esta facción minoritaria llama por azar ER, conformada por seguidores de una troupe de amigos de hacer bulla y tirar de navaja lenguaraz, que estaba magníficamente representada por el Sr. Rufián (al que hay que aconsejarle que utilice el privilegio legal de cambiar su apellido, para darle un tono más acorde con su maleabilidad discursiva sobrevenida) ¡estaba a favor de que pactasen!, de que se subieran como fuera al podio de la gestión del Estado, y habían ofrecido ponerse de lado, incluso estaban a favor de votar el programa que saliera de su parto de consenso.

Así que saco una consecuencia desde mi silla de gallinero, donde solo veo un trozo del escenario y me llegan mal los sonidos de todos los cantábile: que este acto haya salido tan zafio, no es culpa de los actores.

Ellos no saben, a priori, el papel que les va a tocar representar. Se ven en la obligación de escenificar un guión que se les entrega desde bastidores en tiempo real, y del que desconocen todo, incluso si han de ser ellos u otros quienes encarnen a los buenos, a los malos, al hada maléfica o al chico que cambia los decorados y se encarga de hacer zumbar las caracolas.

Reconozcamos que lo que no tengan el ánimo para aburridos, estarán al menos desconcertados, amén de atónitos. Hubo algunos momentos, sí, entretenidos. Quizá el mejor fue cuando el indicado Rufián aleccionó a Iglesias y a Sánchez sobre la necesidad de que se pusieran de acuerdo sobre la marcha, como “ventana de oportunidad” y en atención a las “ganancias marginales” porque en septiembre ya no podrían apoyar la investidura de Pedro Sánchez, previsiblemente ocupados en organizar revueltas callejeras.

Otro momento digno de recuerdo fue la apelación de Adriana Lastra, en su monólogo final, sugiriendo que algunos de los personajes no tenían alma, con tiros a derecha como a izquierda, en plan [email protected] [email protected] Notable fue, también,  la discordancia entre el traje de malo de western de Abascal y el papel de novicia que le asignó el letrista. Del antaño sólido Rivera ya queda más bien poco, en relación con la fama que traía. Y por no dejar a ninguno de los cinco magníficos sin calificación, Casado ha desempeñado bien el papel de segundo tenor, con una dicción clara y fraseo comedido, con los que en el anfiteatro de la derecha despertó algunos aplausos, porque debieron pensar que robaba escenario al primer espada, aunque la letra que le asignaron carece de contenido relevante, y suena mejor en los solos desde detrás de bambalinas.

Sucede que no me apetece ver el final de la obra. Quiero que ver otro libreto, que se conceda protagonismo a otros actores y actrices. Tiene que haberlos, que los busquen, que salgan a la palestra. Y que cambien el decorado, por favor, que es de otra época. Que los escribas y los que se ocultan tras los negros -me refiero a los que no dan la cara- den pie a que se luzcan otros, que pongan más realidad social en los fraseos y que , por favor, si se eligen jóvenes para la representación (que es lo que mola acá) que les instruyan que dejen de introducir morcillas presumiendo que son jóvenes y que su momento ha llegado para cambiar España.

No es cuestión de gustos ni de ideologías, no. Solo que he percibido, con claridad meridiana, que el horno no está preparado para estos bollos, ni los bollos tienen la levadura y la mezcla de harina precisas (menos fuerza y más espelta) para que el producto no nos reviente en el hogar o salgan panes duros como un cuerno.

Les doy unas pistas a los escribas: en septiembre, la estrategia deberá consistir en contener los ímpetus secesionistas de la mitad de una Catalunya oficialmente descontenta con la dura sentencia contra los cabecillas de la secesión; en septiembre, habrá que empezar a digerir la fuga del Reino Unido en un Brexit salvaje; en septiembre nos daremos cuenta, luego de un tórrido verano, que somos un poco más pobres, algo más desorientados, que tendremos menos superficie arbórea, más empleo -tal vez- pero estacional y de peor calidad, menos empresas de valor, y más capital extranjero en las que lo tenían; seremos. sí, menos ingenuos, pero estaremos más cansados para aguantar elucubraciones de gabinetes mediáticos.

Resumen: hay estrategias muy peligrosas porque tratan de separar en vez de unir. Y como decía mi tío Carrio, “si te engañan una vez, la culpa la tiene el mentiroso; pero si te engañan dos veces, la culpa será tuya”. No tenemos un país de reserva, señores diputados. No nos lo conviertan en un campo de minas mientras ustedes se ríen o se pelean de mentirijillas desde el escenario.


El zorzal común (turdus philomelos) es muy aficionado a comerse los frutos del tejo. Es un pájaro más pequeño que el mirlo, y de costumbres parecidas, si bien más tímido que éste y, aunque habitual en la invernada en territorio de la península ibérica, es más raro en las regiones al sur de la cordillera cantábrica.

Su reclamo es un corto “zipp”, emitido generalmente en vuelo. El canto, inconfundible una vez que se le ha oído alguna vez prestándole atención, posee una musicalidad especial, que puede ser tenido por variado en tonos y hasta lleno de matices. Sin embargo,  como se suele repetir dos o tres veces, enlazando estrofa tras estrofa, a los que entienden de trinos, y lucen buen oído, e incluso a los que se pasan el tiempo embelesados con su gorgoritos, les acaba pareciendo más bien soso.

 

 

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Distanciamientos

25 junio, 2019 By amarias 2 comentarios

Han transcurrido dos meses desde las elecciones generales de 28 de abril de 2019, y más de un mes desde las locales y europeas, y el panorama político, lejos de clarificarse, se complica por momentos.

Poniendo orden a mis particulares impresiones de la forma en que se produjo el proceso electoral, el contenido de las campañas de los diferentes partidos, los resultados producidos por la asunción desconcertada por la ciudadanía de los planteamientos expresados por quienes se dicen profesionales de la política y, en fin, por el lamentable desarrollo de las negociaciones posteriores para intentar (supongo) formar gobiernos y no, como pudiera interpretarse, tendentes a desbaratar cualquier intento de alcanzar la calma y la cooperación necesarias entre los agentes económicos y sociales, extraigo las siguientes conclusiones:

  1. Los representantes de los partidos no han querido, interpretar los resultados electorales. No ha ganado ninguna propuesta de partido, y ha quedado demostrada la desorientación de los votantes a la hora de elegir opciones. Salvo en Cataluña, en donde subsiste una importante facción independentista (y para durar), en el resto del país los partidos constitucionalistas, que se habían unido para aplicar el art. 155 y, subsidiariamente, propiciar el proceso penal que ha conducido a la presión preventiva (y que, con seguridad, es preludio de una dura condena) a los organizadores no fugados del intento de secesión, han obtenido un respaldo muy amplio, prácticamente uniforme. Pero el relativo aumento de votos que ha recogido el partido del gobierno en funciones, el PSOE, no le autoriza para verse como exclusivo ganador. Porque ningún partido ha obtenido votos suficientes para gobernar en solitario; ni siquiera los autodenominados “bloques” (de izquierda o derecha del espectro) pueden jactarse, dada su falta de uniformidad, de haber ganado nada.En conclusión, no cabría otra opción que calmar los ímpetus de convertirse en amos de un cotarro en el que, para mandar, solo pueden aportar sus ganas de hacerlo. Si no quieren conducir la situación a nuevas elecciones, y, si rechazan andar a mamporros durante toda la legislatura con falsos acuerdos de cooperación o apoyos precarios para la investidura. Para que pueda gobernar Sánchez y designar a un equipo estable y con capacidad de acción, es imprescindible un acuerdo amplio de concertación. No con Unidas Podemos (o no solo, y no con las premisas ahora conocidas), ya que su posición como candidato a cogobernar está contaminada por su falta de sintonía en temas cruciales (el juicio a la secesión y la reforma económica y social, por ejemplo), sino contando con el apoyo -no solo la abstención- de otras fuerzas con visión de futuro factible y no obsesionadas con elucubraciones propias de debates parauniversitarios.

    Si Sánchez no logra agrupar junto a sus propios diputados a otros de centro y centro derecha, para unir a los eventuales de un Unidas Podemos rebajado en humos y crecido en sentido práctico (dentro de un programa claro de Gobierno, con un concierto básico en los grandes temas (económico, ambiental, industrial, defensa, laboral, social, asistencial, etc.), no le queda más remedio que convocar nuevas elecciones. Costará dinero al país, pero más nos está costando este suplicio del disentimiento prolongado. Mejorará algo el PSOE, bajarán los demás, se elevará a un clamor la abstención, pero aprenderemos todos el valor de negociar con la cabeza y no con los genitales.

  2. La irrupción del partido VOX, al que, sobre todo desde los partidos de la izquierda teórica, se ha calificado de anticonstitucional, ha significado un refuerzo potente para las agrupaciones con tendencias derechistas, que se han presentado en coalición aparente, con el objetivo de “echar a Sánchez” del Gobierno de la Nación. Ha sido un grave error, en especial para Ciudadanos, sin ventaja para la ciudadanía que quiere, por encima de todo, resultados prácticos.Esta aparición de un partido con líderes mediáticos, bien preparados dialécticamente, provocada por el desgajamiento de descontentos procedentes del Partido Popular,  ha sabido, con sus posturas extremistas y la atención despertada, llegar al ánimo de votantes radicales, firmes en temas como el aborto, devotos teóricos del catolicismo carpetovetónico (hoy ya bastante cutre, por trasnochado), atentos al mensaje de la Patria amenazada, gozosos de ver el Ejército como salvación ante la deriva secesionista, etc. Postureo mediático bien adobado de palabras con tonos catastrofistas de doble sentido, apto para interpretaciones al gusto de cada cual, recogiendo lo que le apetezca.
  3. El partido Ciudadanos, esperanza casi preconsolidada para construir o reconstruir la posición liberal (o de centro), ha perdido su entidad ideológica y su carisma neutral. Su actividad electoral y postelectoral  ha servido parea desorientar y desmoralizar a votantes (y a algunos de sus líderes).La distonía con los principios básicos del postulado liberal, ha tenido dos hitos, ajenos incluso al proyecto inicial: 1) la obstinación de Rivera y Arrimadas (como líderes más significativos, proyectados desde el catalanismo sensato a la dimensión nacional, y naufragando en el nuevo medio) en trazar líneas rojas con el Partido Socialista, ha movido a parte su electorado natural, justamente, hacia el PSOE y ha dejado con la brocha en la mano a los votantes que veían en acuerdos con ese partido la construcción de un eje de estabilidad para el país; 2) la posterior descalificación desde el “aparato de C`s” de quienes, justamente, defendían desde el propio partido el mantenimiento de la posición liberal, y que culminó con la expulsión de Manuel Valls, candidato a la alcaldía de Barcelona, y presentado en su momento como gran fichaje, (por haber favorecido el nombramiento de Ada Colau, como mal menor como alcaldesa de Barcelona), se prolonga actualmente en deserciones, tensiones internas y, en definitiva, ausencia de criterio inteligible.
  4. Por su parte, la persistencia de la manifestación de un decadente Pablo Iglesias, convertido definitivamente en un patriarca de su creación política- junto a su actual pareja, Irene María Montero, de querer entrar en el gobierno de un futurible presidente de Gobierno Pedro Sánchez, a cambio de un apoyo insuficiente, refleja únicamente que ha perdido el norte, al no valorar su verdadera fuerza.Definirse como portador de los valores de la izquierda (sean cuales sean ésos), hallándose en caída libre junto a Alberto Garzón, monitores del proyecto incomprensible de Unidas Podemos, es sarcástico. En la actualidad, juzgado por su actuación personal, Iglesias jr.  podría jactarse de ser triste coautor de la destrucción de la izquierda histórica (para muchos militantes, aún respetable) que representó no hace mucho el Partido Comunista. Contó, no se le puede negar la colaboración destructiva, con un inocuo ideólogo pero, como él,  presuntuoso (aunque sin su carisma mediático) que puso al servicio del descalabro a los fieles votantes de la izquierda irredenta.

Un petirrojo, sobre uno de los bastidores de una cuerda de tender ropa, meditando tal vez (en su cerebro de ave) qué hacer.

Los petirrojos (erithacus rubecula) son aves migratorias (en general) y, entre sus magníficas características, se encuentra el haber sido los elementos de reflexión a los astrónomos y físicos que ayudaron a descubrir la existencia del norte magnético, por el que se acabó intuyendo que se guiaban en sus migraciones, con un mecanismo interno aún sin descifrar.

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Sin pulso

11 febrero, 2019 By amarias Deja un comentario

Escribir en vísperas de un suceso de relativa importancia para la política nacional, sin estar en los entresijos del guiso (¡sálveme Dios de tal desventura!), tiene indudables riesgos. Los dos últimos presidentes que nuestro torpe aliño parlamentario nos ha deparado (Rajoy y Sánchez, por orden de desaparición) han sido maestros en el arte de resistir contra natura, y al último de ellos, incluso le han escrito un libro sobre la ingrata cuestión de sostenerse en alto agarrado a la brocha de la ausencia de respaldo popular.

El 10 de febrero de 2019, las microfuerzas movilizables del amplio espectro teórico que va desde el centro derecha a la extrema derecha (división ideológica que debe ser valorada estrictamente desde su peculiar aplicación a nuestro país), han puesto de manifiesto su apatía tumultuaria manifestándose en Madrid contra el delicado estado de salud política del presidente Sánchez y, por extensión de su Gobierno de circunstancias.

En tiempos en que hasta los taxistas son capaces de movilizar unas cuantas decenas de miles de titulares y familiares de su circunstancias para castigarse durante más de una decena de fechas del calendario paralizando su actividad en la capital del Reino y otras capitales secundarias (y, de paso, demostrarnos a los madrileños que se puede vivir igual, e incluso mejor, sin ellos), que los partidos del espectro que va desde Ciudadanos a Vox, pasando por el remozado PP de Casado no consigan reunir sino a cincuenta mil entusiastas con banderas, se debe interpretar como una demostración de la ausencia de pulso político del país.

Resulta que, falto de ideas para solucionar los problemas importantes que nos afectan a todos, el equipo de Sánchez, con la inexpresiva presencia de la vicepresidenta Carmen Calvo, ha expresado que se va a utilizar la figura de un notario, relator, mediador, para facilitar el entendimiento con los separatistas/chantajistas catalanes del equipo de segunda regional que capitanea Puigdemont desde su exilio voluntario.

Podía haber surgido un clamor, un grito desgarrado, contra la propuesta, máxime después de ser testigos todos de la forma singular que utilizan desde la amada Catalunya esos revoltosos que han ocupado el Parlament para torcer nuestra tranquilidad democrática, pero no ha sido así. La convocatoria de manifestación se ha despejado con la lectura de un manifiesto ininteligible, falsario, y con una foto fatal en la que los líderes de los tres partidos convocantes han venido a demostrar que son muy poco amigos de que se les vean juntos.

No hubo gritos, sino murmullos. Y, además, aderezados con mentiras. Sánchez puede creerse, incluso, que no tiene nada que temer, salvo a los facciosos catalanes y sus chantajes.

Qué error, qué inmenso error.

Por favor, démosle una nueva vuelta a la ruleta de los resultados electorales. No estoy seguro de que los que vengan lo hagan mejor (más bien, tengo dudas sustentables), pero hace falta cambiar los aires. Imagino que ganarán, por minoría insuficiente para gobernar en soledad, los seguidores de Pablo Casado, y que a Albert Ribera se le volverá a plantear si se abraza definitivamente con los de la derecha real (incluido el Vox de Abascal) o se alía con lo que quede del PSOE de Sánchez.

Pase lo que pase, será mejor que mantener la situación de interinidad. Los temas importantes se están enquistando. Y lo de Cataluña, la verdad, es una rabieta de revoltosos. La inmensa mayoría de los catalanes, como casi todos los españoles, no tenemos el problema de separarnos. Tenemos el problema de hacerlo mucho mejor cuando trabajamos juntos.


Estas dos ocas de Egipto (o del Nilo, alopochen aegyptiacus) han sido fotografiadas por este cronista de medio pelo saludándose sobre uno de los pretiles que defienden las aguas del Manzanares, -que va dejando de ser aprendiz de río gracias al buen tratamiento que reciben las residuales de los madrileños-,  de los curiosos, paseantes y deportistas que usan el agradable circuito de Madrid río.

 

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Resistir en tierra expuesta

13 diciembre, 2018 By amarias Deja un comentario

La intención del Comentario se dirige a la posición adoptada por el presidente de Gobierno Pedro Sánchez, de resistir sin adelantar las elecciones generales. Falto de apoyos parlamentarios para sacar adelante propuestas de calado, le sostiene la ausencia de una coalición alternativa y adorna la declinante trayectoria de su gobierno con instrucciones a sus Ministros de que desempolven todo tipo de viejos proyectos, dando así quehacer a los que buscan titulares con la permanente manifestación del quiero y no puedo.

De ahí el titular que elegí, con claras connotaciones militares, respecto a la estrategia sobre el terreno. Es temerario defender la posición, cuando la zona ha quedado expuesta a los ataques de contrario, siendo aconsejable retirarse con los efectivos a un área más resguardada en donde hacerse fuerte, evitando así que aumenten las bajas propias.

Se comprende bien que lo que Sánchez y su equipo de gobierno pretenden es demostrar que, si bien no pueden sacar adelante proyectos relevantes, al menos, que se les vea con buenas intenciones y ganas de hacer cosas que, desde su perspectiva, mejorarían la situación en la que estamos. El poder de gobernar, aunque sea ejercido de forma tan precaria, tiene, además, inercias, que, junto a la capacidad para tomar decisiones en el día a día -como aquel que conduce un coche de gran cilindrada utilizando solo las dos primeras marchas- produce gustirrinín.

Lo ocurrido con las elecciones autonómicas en Andalucía no ha sido un aviso, sino un aldabonazo en toda la cresta. Susana Díaz ha perdido votantes por la derecha, pero ha perdido también apoyos del núcleo duro de su propio partido que, ante el tufo a debacle, han decidido no asomar el careto.

El empecinamiento en continuar gestionando la misma improvisación, sin un programa explícito (salvo cuatro pinceladas), sumado a la obsesión de calificar como derecha todo lo que no gusta, ha conseguido lo que parecía imposible: aglutinar a Partido Popular y Ciudadanos en apoyo del cambio, y dar brillo a una fuerza emergente, Vox, que más que ultraderecha, yo he visto desde su aparición como un conglomerado heterogéneo, e inestable, de todo lo que el Partido Socialista no se atreve a tocar o ha dejado que otros pisoteen.

Pongamos orden antes de que sea tarde. Recupere la izquierda moderada un verdadero programa de gobierno, abandonando las improvisaciones e ideas felices del momento, y arriésguese a pasar a la oposición. Menos contemporizar con separatistas sin honor; sepárese el cuerpo argumental de posiciones tóxicas emanadas de un populismo que solo tiene de izquierda el ánimo revolucionario; convénzanse los ideólogos del partido socialista que gobernar, hoy, en la Unión Europea y dados los vientos que soplan desde Norteamérica y de China, es mejor guarnecerse y cuidar la ropa, antes que meterse en aguas turbulentas: no juguemos a ser los primeros de la clase, que nadie nos va a premiar con un diploma.

La falta de autoridad para decidir se está traduciendo en pérdida de sustancia, cada vez más acelerada, en la seguridad social, en la educación pública, en el empleo, en la motivación de la policía y las fuerzas armadas, en la coordinación entre poderes del Estado. Lo de Cataluña clama al cielo, desde luego. Pero desde los otros confines de esta tierra de pan y lágrimas, hay muchos temas que reclaman, incluso, más atención. Y le estallarán en las manos, señor Presidente de Gobierno.

Porque hay mucha distracción con esto de los catalanes que, al fin y al cabo, es solo un intento de insurrección por parte de un gobierno autonómico. Ya lo hemos vivido hace algunas décadas, ¿no?

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Esta foto, aunque a primera vista no se detecte, debido a la densidad de la yedra y al escaso contraste de los colores, corresponde a un grupo de gorriones en la saludable ocupación de la elección de pareja. Aunque estos pajarillos pasan por ser monógamos, tengo dudas. Desde luego, cuando un macho ha encontrado un buen lugar (en la ciudad, respiraderos, rejillas, aparatos de refrigeración y grietas en los aleros) para convencer a una hembra de que deposite allí sus huevos, una vez que eclosionan, se turnará con ella en alimentar a los polluelos, este desvelo futuro no exige una gran promiscuidad en los devaneos previos.

El observador puede contemplar, si tiene paciencia y vista, orgías acompañadas de razonable estruendo, cuando no, violaciones en masa de inocentes (o no tanto) hembras atrapadas por la bandada de machos rijosillos.

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Ya vale

16 octubre, 2018 By amarias Deja un comentario

Nos resultará difícil emerger del mar de anécdotas, simplezas, trampas. Por aquí y por allá, proviniendo de gentes a las que pagamos entre todos (fórmula estándar que, de puro manosearla, ya hasta hiede), se nos cruzan en el campo de las ideas, dedos que señalan y, cuando les seguimos la pista, vemos que no se dirigen ni a la luna ni a ningún objetivo que interese, sino a otro dedo.

No me importa, desde luego, dilucidar si Sánchez utilizó textos ajenos para aumentar el tamaño de su tesis, porque le concedo mérito ya de principio, al dedicar más de dos años para sacar algo en limpio de un tema tan coriáceo para introducir la pica de la investigación original como “Innovaciones de la diplomacia económica española”. Estoy seguro que más de la mitad de los trabajos de tesis se han ido por el canal de la tolerancia universitaria sin aportar nada nuevo a la ciencia mundial.

Así que. en lugar de unirme a los que disparan contra el presidente de Gobierno por la débil inspiración académica de su trabajo, me salgo del tumulto para recapacitar en otro coro, que espero no se vea como corifeo.

¿Es importante tener un presidente de Gobierno laureado por alguna Universidad con un título que solo sirve en el escalafón docente? No. Si el título, anómalamente, concede prestigio social, es otra historia, pero no será por ello por lo que elegiremos a quien nos gobierne. Al menos, a mi, y ojalá que a la mayoría de los que votamos en este país, nos interesa que sea competente, que gestione bien, que elija de entre los más capaces a sus colaboradores inmediatos (los Ministros y Secretarios de Estado), que les marque directrices y las haga cumplir.

Y, por supuesto, quiero que no improvise su Programa, que no elija sus socios para obtener mayorías parlamentarias a golpe de necesidad, que demuestre, por sus decisiones, que tiene una ideología de izquierdas moderada y no que se entregue, para sostenerse en un poder que consiguió de forma tan precaria, tanto a las veleidades separatistas como a los sueños revolucionarios de la izquierda utópica.

Al otro lado del espectro ideológico, veo con recelo que el nuevo líder del Partido Popular, cuyo master en derecho de la Universidad Rey Juan Carlos ha sido obtenido por un amagüesto impresentable (amagüesto, decimos en bable a toda componenda), no tenga otras ideas que criticar las que vienen de contrario y que, marcando distancias consigo mismo y su desecha agrupación política, se sienta igual de cómodo dando bofetadas a diestra que a siniestra, perdida la noción de donde está el centro, que es el lugar adecuado para la derecha civilizada.

Siento que Ciudadanos haya quedado sepultado en la vorágine del tumulto barriobajero, porque me gustaba oir opiniones técnicas y valoraciones ajustadas, en lugar de voces estentóreas y descalificaciones gratuitas. No me gusta -qué voy a hacerle- que las dos ciudades mayores de España estén regidas por alcaldesas prisioneras de las estrambóticas coaliciones que les han llevado al sillón principal del Consistorio, y que ese día a día de rifirrafes les impida ver con ojos sagaces el deterioro de lo que estaban llamadas a mejorar.

Quisiera creer que los resultados de todo este barullo de ideas y de desinformación, son los que se nos presentan: la recuperación de la economía, la mejora de los índices de empleo, el incremento de las perspectivas de futuro, basadas en la mejora de la educación, l apoyo en la exportación de calidad, la incorporación de avances científicos, la cohesión estructural de los sectores industrial, comercio y servicios, y todo eso que suena a apalancar mejor el futuro.

No me olvido, no, de Cataluña, convertida en un grano soez en el rostro maltratado de España, perdida su identidad en una representación tragicómica que solo la conducirá -nos conducirá- a perder aún más pie en la sostenibilidad de nuestro modelo de crecimiento, si es que existió o existe.

Claro que hay que negociar, hablar, discutir, encontrar vías y soluciones. Pero no a cualquier precio y, por supuesto, no para contentar al chico del martillo. Ese mozalbete brutote pero corto de mollera que, cuando estamos a punto de conceder el premio a aquel que nos conmueva con las mejoras ideas,  surge enarbolando un martillo y, a porrazos, nos causa una impresión inenarrable y, de acuerdo con las Bases del Concurso, estamos obligados a darle el galardón y quedarnos con los destrozos.


Incluyo hoy la fotografía de una pareja singular, aunque no tan difícil de encontrar en los estuarios adecuados. En la ría de Navia, en agosto de 2018, aprovechando la cobertura de unos juncales en medio del agua, una garza real (ardea cinérea)  y una garceta común (egretta garceta) comparten el hábitat por unos instantes. El blanco deslumbrante de la garceta, espléndido en s desarrollo cuando levanta el vuelo, contrasta con el hieratismo momentáneo de la garza.

Poco suele durar esa quietud del ardeido que, si se siente observado o molestado, levantará presto el vuelo, con un fraink áspero y fuerte, yendo a posarse, tras un par de aleteos magníficos, en un árbol o en un lugar más alejado del que osó importunarla.

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Por tierras movedizas

5 julio, 2018 By amarias Deja un comentario

Mientras los afiliados al Partido Popular, en número pulido hasta el ridículo, (al bajar desde los aires de grandeza insolente a la triste realidad de una entidad política en descomposición), se disponen a votar sin mucha convicción entre tres candidatos tocados de ala, los restantes partidos españoles, con la mirada perdida, mordisquean las uñas a la espera de que el tiempo mejore.

Cierto que el Partido Socialista de Pedro Sánchez, impulsado por el azar y el deseo de varias figuras del plantel de principales, por poner su nombre entre los ex ministros del país, tiene en este momento la sartén del poder por el mango. Pero el asa de ese instrumento de cocinar el pote común, está que quema y no se sostendrá en la mano por mucho tiempo.

El ojo tan lleno de altanería como falto de visión pragmática de Pablo Iglesias Turrión y sus amigos de Podemos-Desunidos ofrece un compañero de viaje que se asemeja, sobre todo, a un easy rider, un oportunista atento al beneficio propio más que a ayudar a gobernar mejor.

La historia, aún inconclusa, para nombrar un presidente para la Televisión pública o la imposibilidad de formar un Consejo para el ente en el que figuren representantes de todas las facciones públicas, no refleja sino la peligrosa combinación de la exigencia de altos peajes para mantener al PSOE en el Gobierno como la cerrazón de los partidos de derecha y centro derecha para acercarse al diálogo con quienes, según su lectura, les han usurpado el poder.

Nadie sabe lo que podrá salir de ese debate entre enemigos acérrimos en el que se ha convertido el debate a porrazos por la sucesión de Mariano Rajoy en el PP, aunque las encuestas -que no tengo ni idea de cómo se lavan y peinan en este caso- apuntan a que la ex vice Soraya Saenz de Santamaría tendrá la mayoría, lo que no evitará que esta camaleónica política deba emprender un camino de expiación por su partido, al estilo del que Pedro Sánchez realizó por el suyo.

En este guirigay de afectos descompuestos, me preocupan, como seguramente a una mayoría de españoles a los que interesa que la política se haga de la mejor manera posible, tres o cuatro cosas de mayor calado:

a) el silencio de Ciudadanos y de sus dirigentes, obviados por los media tendenciosa como si se tratara de apestados, cuando han ofrecido los argumentos más serios de esta reciente historia de nuestro malhadado país;

b) la obstinación de Torra, Puigdemónt y sus secuaces separatistas en insultar al resto de los españoles y a la mayoría de los españoles residentes en Cataluña (es decir, a los catalanes) con una agresión y una falta de respeto institucional que si no merece el castigo de la Justicia (hoy demasiado solicitada) debiera encontrar el desprecio masivo en las urnas;

c) y, finalmente, para no hacer el cuento largo, me asombra que se haya sepultado a la izquierda histórica, la del Partido Comunista, sin que se adviertan voces no ya discrepantes, sino aullidos de dolor, actuando de enterrador. Alberto Garzón, que más que líder de la rancia institución, aparece como un joven aficionado al glamour y falto del carácter crítico y reivindicativo que correspondería a la verdadera izquierda consciente de que su papel es el de actuar de mosca cojonera del poder establecido y no de comparsa de populismos ni florituras de salón.


He fotografiado una pareja relativamente insólita: una cigüeñela (Himantopus himantopus) , elegante con sus patas de color rosado y su fino y alargado pico, y una polla de agua (gallinula Chloropus), también inconfundible por el pico rojo con  punta amarilla de los adultos.

Cierto que estas dos aves casi parecerían domesticadas, compartiendo hábitat circunstancialmente con los patos azulones y las fochas comunes que ocupan ocasionalmente como dormitorio uno de los grandes estanques de la urbanización de Costaballena, hoy en crecimiento desmesurado al haberse recuperado en parte, por lo que parece, la anterior burbuja inmobiliaria y estarse preparando una segunda.

 

 

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No precipitarse a gobernar sin Programa

7 junio, 2018 By amarias 1 comentario

Después del impacto emocional y mediático que supuso la presentación del gobierno con el que Pedro Sánchez anunció su disposición a convertir el asalto a la Moncloa en una demostración de solvencia, es imprescindible poner el énfasis en la inmensa tarea por delante.

He escuchado ya, entre los optimistas informados, que la limitación que supone tener que atenerse a un Presupuesto aprobado por el anterior gobierno, y al que se manifestó expresamente su rechazo en la votación del Congreso, no es tan grave.

Grave no parecerá a algunos, pero no puedo estar de acuerdo con que se caiga en la tentación de cambiar partidas y hacer reasignaciones presupuestarias, pues contravendría las obligaciones legales de ajustarse a lo aprobado.

Sin embargo, queda poco más de medio año de ejecución presupuestaria y el horizonte presenta un magnífico regalo adormecedor a la posible presión de reivindicativos y descontentos: el Mundial de Fútbol, y concede margen de preparación fuera de focos para generar un buen programa de gobierno con el que conseguir, tal vez, la aprobación del presupuesto para 2019 -es imprescindible utilizar una capacidad de convicción a contrarios que  no será ni fácil para el PSOE ni asimilable para sus competidores políticos-.

Sin embargo, ese programa y las buenas maneras y los puntuales logros que se consiga poner de manifiesto, han de estar destinados a conseguir el apoyo mayoritario del pueblo llano en las próximas elecciones.

El mundial de fútbol juega, pues, un papel relevante para aliviar la presión sobre el nuevo ejecutivo. Si la suerte que acompaña a Sánchez se concreta en que la selección española llegue a jugar la final, y no digamos si se gana la competición, nos plantaríamos, vacaciones de verano mediante, a finales de septiembre y con una sensación placentera como placebo para aliviar las adversidades de cada día.

Opino que este flamante gobierno de 17 capacidades innegables, 17 personalidades muy potentes, no debe es cometer el error de empecinarse en acelerar el inicio de la labor de cada Ministerio de forma independiente.

Que hablen poco, o que lo que digan no suponga apuntar a objetivos imposibles. Porque lo más urgente es confeccionar un Programa de Gobierno, una relación concertada, seria, ambiciosa, con la convicción realista de que no podrá ser ejecutado de inmediato. No hay consenso y, por encima de los deseos, no lo olvidemos, no hay dinero.

El trabajo inmediato de los ministros -perdón, me resisto a hablar de ministras y ministros- debería ser, en las próximas semanas o meses, analizar ese Programa conjunto, ponerlo en claro, expresarlo con rigor a la ciudadanía y, en lo posible, abstenerse de realizar declaraciones de intención que pondrán de manifiesto altura de miras y nobleza de criterios, pero tropezarán con el muro de la realidad inevitable.

Como deseo que no suceda esta dicotomía entre realidad y ficción presupuestaria, opino que ese riesgo de que muchos de los responsables de las carteras se evadan por los cerros de Ubeda de sus querencias de gestores eficaces en el mercado de los dineros, atiendan más a quienes conocen los entresijos de la zona pantanosa por donde discurre la labor pública. Serenidad. En aportar ese sentido, ha de emplearse Sánchez con mano directora, poniendo él mismo en valor una capacidad de gestión y control que sus opositores le niegan.

Ha tenido la inteligencia y la oportunidad de convencer a personas de capacidad, con ideas de reforma, incluso con criterios discrepantes, si atendemos a las trayectorias anteriores. Yo no desearía que se embarcaran en grandes cambios inmediatos, salvo los de talante, y no porque no los vea necesarios, sino porque deseo que perduren en el Gobierno, y eso pasa por la confirmación en las urnas.

La buena política no se improvisa, sino que se define y traza, y no es posible actuar sin programa de Gobierno. Aplíquense, pues, los flamantes ministros, y su presidente a la cabeza, rodeado de aquellos asesores y avezados funcionarios que crean conveniente, a confeccionarlo, y no se preocupen de hacerlo ambicioso y con objetivos a medio y largo plazo.

Porque se debe tratar de convencernos, a nosotros, los votantes, ilusionados, recelosos o discrepantes, de que serán capaces de impulsar a un maltrecho socialismo a ganar las próximas elecciones, y eso solo se conseguirá con los cestos tejidos con los mimbres que se vayan seleccionando y concretando en ésta, desde las marismas de las oportunidades recobradas.

 

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Poniendo los bueyes

6 junio, 2018 By amarias 2 comentarios

Aunque no han tomado todavía posesión de sus cargos, los nombres de los ministros del gobierno de Pedro Sánchez se han ido conociendo a lo largo de esta primera semana de junio y, en el momento en que esto escribo (la mañana del día 6 de este mes de 2018), el gabinete se haya ya prácticamente perfilado.

Es justo reconocer una doble cuestión en relación con este primer equipo de gobierno de la nueva era socialista. No me refiero (aunque entiendo que es de valorar en ciertos foros) a la imparidad de género del futuro ejecutivo, a favor de las mujeres.

Lo que me llama especialmente la atención es que Sánchez se ha preocupado de elegir a personas con un currículum excelente y experiencia de gestión, ya que no pública, privada. Son personas conocidas en prácticamente su totalidad, con marchamo de solventes en sus anteriores cometidos.

La segunda cuestión que creo necesario resaltar es que los nombramientos le han servido para marcar algunas líneas intencionales de su actuación.

Borrel (Josep), ingeniero aeronáutico y economista,  representa, además de un peso personal de gran mérito, al catalanismo no separatista, con argumentos expresados con rotundidez en múltiples apariciones públicas.

Ribera (Teresa) es, de los funcionarios españoles involucrados en temas ambientales y, en concreto, los relativos a los acuerdos de contención del incremento de temperaturas por efecto de los gases de producción humana, una de las voces más respetadas y competentes.

A primera hora de la mañana trascendió que el astronauta Duque (Pedro), también ingeniero aeronáutico,  se encargará del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades. Una apuesta importante -y arriesgada, por el perfil de exigencia que presupongo al candidato- por remover el océano de descoordinación de la investigación en España, a la que hay que dedicar, por supuesto, más medios, aunque también, esfuerzos de coordinación.

Podría, de la misma forma que he trazado algunas pinceladas sobre la idoneidad de los tres nombrados, referirme a los demás futuros ministros. Todos ellos, en conjunto y de forma unitaria, representan la voluntad de trazar un camino de solvencia y seriedad. No será posible, supongo, llevar a cabo grandes operaciones en lo que queda de legislatura, si es que llega a completarse. No habrá tiempo, no habrá apoyos. El PP ya anunció su voluntad beligerante, y Podemos no oculta su decepción por no haber entrado en el Gobierno.

Los portavoces del PNV se muestran prudentes ante la previsible modificación presupuestaria que recordará la dotación extraordinaria que motivó su apoyo, con el anterior gobierno y que, de eliminarse aquella, pondrá de manifiesto la profundidad de su deseo de cambio. El PdeCat y todo el independentismo catalán ha visto, en el nombramiento de Borrel, un portazo a sus deseos de república por la vía rápida anticonstitucional, aunque el ministro se encargará de los temas de exteriores.

Creo que Sánchez ha hecho un movimiento de ajedrez muy inteligente, sin duda, bien asesorado. Es de agradecer que personas con tan buena trayectoria profesional haya accedido a formar parte de un gobierno al que las previsiones auguran carácter efímero.

Hay un pulso en el escenario. El país espera con expectación, con ilusión, con necesidades. Los bueyes (me perdonarán la metáfora) imagino que están deseosos de tirar del carro de la verdad, ese que no discurre por los avatares del Parlamento, que no ara por los caminos de la dialéctica, sino que ha de avanzar por los vericuetos de la realidad, embarrados y con parajes ignotos.

 

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