Al socaire

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Cuadragésima Séptima Crónica desde el País de Gaigé

2 enero, 2023 By amarias 2 comentarios

Ha dado 2022 sus últimos impulsos y conviene hacer Balance. Sobre todo, para preparar el petate que nos deberá conducir por 2023.

Los síntomas no son buenos y no solo para Gaigé. La guerra en Ucrania sigue sin perspectivas de que se llegue a una solución -ni pactada ni por declaración de victoria por uno de los contendientes. Incluso, si me atrevo a mirar en  el tablero de la incompresible disputa, veo a muchos interesados colaterales en que el conflicto se prolongue. Se sigue alimentando el fuego de la comedida batalla (el adjetivo es solo un intento de reflejar una situación en la que los que pelean se dan golpes pero los efectos de la destrucción y el machaqueo solo los recibe uno, que es animado desde la grada a resistir hasta el final)

La noticia más importante de la semana ha sido el fallecimiento del Papa Emérito ( a Su Santidad sí le iba el título), Benedicto XVI, lo que en el laico Gaigé ha servido para desenterrar la historia de un Papa anterior (Benedicto XIII), parece que injustamente tratado, porque él hubiera sido el verdadero Pontífice, señalado en Cónclave por la mano misteriosa de Dios, y no el otro, apoyado por Francia, y de cuya cadena de relevos descendería el ahora difunto y también el actual Papa, Francisco, de no ser gracias a un tal Martín V, que consiguió poner de acuerdo a ambas tendencias. Me sorprendió, por cierto, oir a eruditos eclesiásticos defender que el Papa Luna fue un Santo y, por tanto, algo debería hacerse al respecto, que aunque no andamos escasos de santos, toda ayuda celestial parece poca al que padece.

En Gaigé, después del discurso de Navidad de Felipe VI, (no sé si por él contra él), muy alabado por los partidos constitucionalistas, atravesamos un período de calma. Tenemos ya un Tribunal Constitucional renovado y, lo que parecía un asunto de Estado de difícil solución, y que estaba causando la emisión de gruesas palabras en el hemiciclo y fuera de él, contra magistrados golpistas, partidos infringiendo la Constitución a sabiendas, y un tufillo incendiario de que iba a ser imposible encontrar candidatos a magistrados libres de mácula, se resolvió en un charco de esencias. Me recordó aquello de Cervantes (Miguel), en su oda al Túmulo de Felipe II en Sevilla: “caló el chapó, requirió la espada, miró al soslayo, fuése…y no hubo nada”.

Según Sigma Dos, empresa de análisis de opinión, de las muchas que buscarán su mayo en 2023, el escenario del voto previsible en las cuentas a final de año, daría amplia base para gobernar a la coalición PP-Vox. Habrá, claro, que oir a Tezanos (José Félix) para conocer los deseos de la otra facción de propaganda mediática.

No tengo feeling propio para elucubrar si sería preferible un acuerdo entre las dos derechas (la civilizada y la parcialmente aún montuna) o entre la izquierda moderada y los partidos de Vivalavirgen (con perdón) y Agarraundespojopordondepuedas. Sigo añorando la ausencia de un partido de Centro, al que las encuestas no dan hoy margen ni para ir a “pañar higos”, como dicen en mi pueblo grande (Asturias)  cuando aconsejamos a alguien que deje de mamonear (vaya así mi homenaje particular al asturiano Manolo Díaz, al que dieron este verano en Miami un Grammy por su carrera artística).

El gobierno independentista de Aragonés (Pere) sigue apostando por un referéndum que les de la alegría de obtener más de un cincuenta por ciento de los votos, aunque ya no se sabe para qué ni de qué. Dicen que Sánchez (el otro Pere) se lo prometió para conseguir el apoyo a los Presupuestos, y no se lo va a dar, porque tenía los dedos cruzados, aunque todo es posible que llegue a suceder en Gaigé.

Núñez Feijóo (Alberto) consolida su liderazgo entre sus seguidores,  a base de medidos baños de masas. En Oviedo, en la presentación del candidato a empujar al olvido a García-Barbón -Canga, Diego-, se hizo muchas fotografías con simpatizantes, que les aclamaron como Presidente, a cada uno con lo suyo.

Murió Pelé, o Rei del fútbol narrado, se separó Preysler (Isabel), fiel  a su oficio, -divertido el cuento autobiográfico de Vargas Llosa (Mario), al que deseo recupere el nivel de La ciudad y los perros. w seguirá, porque me voy ahora al Ramón y Cajal). Díaz (Yolanda) sigue en busca de autor -si bien parece gustarle el guión de Sánchez (Pedro). La he visto manoseando a Lula (Luis Inacio Da Silva) en la toma de posesioçn como Presidente de Brasil. ¿Ha recibido formación sobre el comportamiento adecuado con Presidentes extranjeros por parte de la Presidenta consorte del Gobierno de Gaigé?

A quien no gusta ese libreto (al menos, para la edición manchega) es a García-Page (Emiliano) y me temo que, si no se corrige la puntería, a alguno más.

De corruptos, podríamos hablar bastante. La nueva versión del Código Penal sobre el delito de malversación exonera al administrador público que no se lleve los dineros para sí. Como otras veces en las que (ya van varias) los otrora finos letrados de Estado han errado en sus previsiones -¡increíble, salvo que les den a beber del agua con la que, según Coixet (Isabel) adormecen a los catalanes!- y puede que, no solo Griñán (José Antonio), al que deseo una pronta mejoría de su sobrevenido cáncer de próstata, sino Bárcenas (Luis, resiste) y otros se muchos que chorizaron para otros, salgan de rositas. A Pujol (Jordi) ni le hará falta tal cobertura jurídico-imaginativa.

Gaigé oficialmente ha ido mejor, aunque la oposición no quiera notarlo. Con la inflación y el deterioro de la calidad, yo tampoco. Algunos precios se mantienen, pero los productos no me saben igual que antes y el kilo de arroz o azúcar no llega a los 750 g. Leo que los sueldos medios de los altos ejecutivos del IBEX superan en más de 500 veces el salario mínimo.

Hace apenas 50 años, un grupo de rojos muy verdes teorizábamos en la Universidad que el salario máximo en las empresas públicas no debería ser superior  a 7 veces el del operario de menor nivel formativo. Unos murieron, otros militaron o militan en los partidos mayoritarios, y la mayoría andarán haciendo sudokus o jugando al parchís.

Feliz 2023, Gaigé, el País de los Despropósitos.

(No viene a cuento; pero cada vez que voy a Asturias en coche (¿Hay otra manera de ir?) me cuesta un plus de 50 euros, por superar en un 8% el límite de velocidad. ¿Cuándo conectarán a esta región de manera cabal con el resto de España?)

 

Publicado en: Actualidad, País de Gaigé Etiquetado como: Benedicto XVI, Cervantes, Coixet, Diego Canga, Gaigé, García Page, Griñán, Jordi Pujol, Luis Bárcenas, Núñez Feijóo, Papa Francisco, Papa Luna, Sánchez, Sigma Dos, Tezanos, Yolanda Díaz

Cuadragésima Crónica desde el Pais de Gaigé

14 noviembre, 2022 By amarias 4 comentarios

 

Hoy serán cuarenta las semanas transcurridas desde que escribo las Crónicas desde Gaigé, el país imaginado en el que se produce una selección un tanto arbitraria de las noticias que tienen lugar real en España. No pretendo reseñar con fidelidad la historia, no soy fiel al relato (ni al oficial ni al pretendido por las oposiciones al Gobierno), pero soy rigurosamente independiente.

Me atribuyo esta categoría singular para explicar que no pertenezco a ningún partido político y, lo que es más específico, no me interesa ninguno. En esto me declaro en sintonía con la frase de Vargas Llosa (Mario) que ha merecido -con su foto- ocupar la mitad de la portada de El Mundo del 13 de noviembre: “La política corrompe profundamente al ser humano”.

De independentismo se ha hablado y escrito otra vez mucho en Gaigé, el país de los despropósitos. La razón reside en la intención del Gobierno -por una vez, en sintonía- de derogar por la vía del decreto ley, el delito de sedición, por el que fueron condenados los golpistas catalanes cuando se embarcaron, desde el gobierno legítimo de la Generalitat, en la aventura sin rumbo de declarar la independencia de la región, con base en el resultado de un referéndum ilegal y amañado.

No merece la pena (para este cronista) detenerse en los cambios de opinión del presidente Sánchez (Pedro), siempre expresada ésta con la misma contundencia, porque me basta con remitirme a la frase del Premio Nóbel que transcribí más arriba. El objetivo de “homologar el delito de sedición a las leyes penales europeas” es, jurídicamente hablando, una estupidez. Cada Estado ha venido legislando, en lo civil como en lo penal (y en los demás órdenes legislativos) como le ha parecido bien, siendo el acervo legal de cada uno un reflejo de su historia jurídica y social. No cabe homologación, ni se pretende a estas alturas someter la autonomía e independencia normativas en aras de una hipotética uniformidad europea, en donde hay tanto por hacer.

Así que lo que se puede calibrar es la intención del presidente Sánchez (Pedro) de silbar al mismo toque que los socios independentistas y anticonstitucionales que sostienen su gobierno, bajo las siglas infumables para un constitucionalista de ERC (Esquerra Republicana de Cataluña): rebajar las penas a los condenados por sedición agravada, que es, ni más ni menos, que haber declarado, siendo autoridad obligada a lealtad institucional, la separación de Cataluña del resto de Gaigé, el País de los Despropósitos.

En un magnífico ensayo, (EM, 13.11.22) el catedrático de Derecho Penal Quintero Olivares (Gonzalo) diserta admirablemente sobre el bien jurídico básico a proteger que es la lealtad constitucional, en torno al cual se deberían crear tipos que permitan evaluar penalmente los intentos de subvertirla.

No hablamos de atentar contra la “paz pública”, o de “desórdenes públicos” -desde quemar contenedores, agredir a un guardia o manifestarse sin autorización o paralizar un servicio básico causando graves daños a la economía nacional y a la ciudadanía. No, el  tipo penal es otro y no puede quedar desprotegido. Su definición perfila el delito de sedición, y su nombre podrá variar, pero su sustrato, es el mismo. Todos los Estados, por la cuenta que les tiene, castigan duramente a quienes atentan contra su Constitución y, muy en particular, contra la forma de Estado acordada por las inmensas mayorías.

El Presidente del Partido Popular, Núñez Feijóo (Alberto), va tomando consciencia del reducido papel mediático al que le obliga su ausencia del Congreso de Diputados. Ser senador no permite la proyección popular que da la Cámara baja. Algunos miembros de su partido le propusieron que presentara una moción de censura, con la seguridad de perder la votación, pero ganar visibilidad.

Hasta Arrimadas (Inés), experta ahora en dar consejos de actuaciones que, en su momento, ella no fue capaz de seguir, le animó a iniciar la senda de la reprobación del jefe de Gobierno, utilizando la vía constitucional de la moción. Pero Núñez aún se está lamiendo las heridas de los desplantes, mentís y desprecios que, a cada tanto, le prodigan los representantes del férreo gobierno de coalición.

El ministro de la Presidencia de Gaigé, Bolaños (Félix) en una feliz pirueta irónica ha deleitado a los amantes de alimenta el fuego de las disidencias desde el todo-vale, refiriéndose a la sede del PP en la calle Génova, como “Edificio Trump”, se supone que para poner en evidencia las afinidades oscuras entre el expresidente republicano de los Estados Unidos de Norteamérica y los negocios inmobiliarios populares.

La izquierda del PSOE -en el doble sentido de aumentar su desviación populista e ideológica- se agrieta, en la medida en que toma más protagonismo la vicepresidenta Díaz (Yolanda), a pesar de las llamadas de atención de su ex jefe Iglesias (Pablo), convaleciente de su operación de autocastración política. El proyecto de Díaz al que se ha dado el nombre de “Sumar”, carece aún de perfil definido y de musculatura para conformar un partido político, aunque resulta divertido (para la oposición) seguir el desgaste de las agrupaciones que apoyaron a Sánchez, de las que solo los independentistas gozan de buena salud.

Si hay posibles presas con aspecto de heridas, en la cacería selvática de Gaigé, la que presenta aspecto más delicado es el, hasta hace solo un par de años unánimemente aclamado, el ministro de interior Grande-Marlaska. Causa: un programa de la BBC, la emisora británica cuyos episodios sobre animales hacen las delicias de la sobremesa en la 2, ha presentado un vídeo sobre los sucesos del asalto masivo a la frontera en Melilla de junio  (en donde el gobierno marroquí ha reconocido 23 muertos y algunos centenares de heridos. Las cifras reales de fallecidos y desaparecidos  son desconocidas. En el video puede advertirse cómo un gendarme del país vecino  (estrecho de Gibraltar por medio) tira del cuerpo inerte de un saharaui, para sacarlo de la zona de soberanía española.

Así que no sería cierto lo afirmado por el ministro ahora acosado por mentiroso de que “ningún muerto se produjo” por causa de la resistencia a los invasores, en otro territorio que Marruecos, y, por tanto, la inhibición de la Justicia de Gaigé no estaría justificada.

Que desde parte del propio Gobierno (facción no socialsta) se pida la revisión puntual del caso y, acusado como mendaz, la dimisión de Marlaska, es una muestra más de la capacidad del País de los Despropósitos para autolesionarse.  Obviamente, sin que dejemos de lamentar el aumento de la presión humanitaria desde el Sahel y la falta de soluciones para (dotar a la gendarmería marroquí de más medios para disminuir la tensión sobre nuestra guardia propia de fronteras)

Madrid se recupera como la capital de las manifestaciones en Gaigé. El domingo, día 13, cientos de miles de interesados en la mejora de la Sanidad Pública, bastantes venidos en autobús con pancartas y bocata (a la vieja usanza) ocuparon en el centro político de Gaigé gritando “Ayuso, asesina” y otras lindezas que enmascararon el verdadero mensaje.

Estuvo magnífico en la defensa de la Presidenta de la Comunidad de Madrid, su compañero de partido y alcalde de la capital, Martinez Almeida (José Luis). Faltan médicos de familia, porque los facultativos que han superado el MIR no encuentran atractivo dedicarse a esta especialidad genérica. Faltan médicos, en general, porque los que pueden se van a ejercer al extranjero (pueden recibir salarios hasta tres veces superiores) o prefieren ser contratados por Hospitales privados o compaginar una jornada en lo público  -para hacer currículum- y unas horas en una empresa sanitaria.

Comprensible la calma de Almeida al conocer que su opositora por el PSOE a la alcaldía en las elecciones de mayo será Maroto (Reyes), ministra hasta abril de Industria, Comercio y Turismo, a la que solo conoce por el nombre el 40% de quienes podrían votarla.

Soy paciente de la sanidad pública y no tengo queja de las atenciones y tratamientos que recibo. Los pacientes somos muy tolerantes y, con la perspectiva de mejorar nuestra salud, estamos dispuestos a entregar muchas horas de nuestro tiempo en salas de espera. Basta darse un paseo por cualquier establecimiento sanitario. Y, sobre todo, sé del tremendo esfuerzo de los profesionales, el número excesivo de horas que dedican a su labor, los problemas de gestión y la escasez de medios económicos y materiales. No está Madrid a la cola de la asistencia sanitaria de Gaigé, que debería tener muy claro el coste de mantener un alto nivel de prestaciones y, también, la diferencia de las mismas según en qué Autonomía te toque acudir a un centro público.

La huelga de transportistas (solo los autónomos, pero el roto será grande) amenaza con paralizar la actividad de distribución en Gaigé. Piden que se les pague lo suficiente para cubrir costes. Escucho a las partes -Gobierno, grandes patronales, sindicatos- y no entiendo nada. Estamos en el Pais de los Despropósitos. Lo olvido a veces.

Publicado en: Actualidad, País de Gaigé Etiquetado como: Almeida, Arrimadas, Ayuso, BBC, Gaigé, Marlaska, Marruecos, Núñez Feijóo, Quintero Olivares, Sánchez, Vargas Llosa, Yolanda Díaz

Elecciones en Andalucía. El día antes

18 junio, 2022 By amarias Deja un comentario

El 19 de junio de 2022 (mañana) se celebran elecciones en Andalucía para elegir la composición del Parlamento regional. Me parece interesante, aunque solo quede restringido al ejercicio de mi exhibición personal, hace el análisis ex ante (es decir, antes de conocer los resultados) para compararlo con lo que verdaderamente hayan reflejado las urnas.

Estoy pasando unos días en Andalucía, tratando de recuperarme de mi anemia, y podría decir que tengo una visión cercana de la hipotética tensión o emoción que pudiera suscitar ese lance electoral, tan fundamental para los políticos que se juegan su empleo y que también debería serlo para la población directamente afectada. Si juzgo por lo que percibo en la calle (hoy hace menos calor que en las anteriores jornadas), no puedo recoger que exista la menor “emoción electoral”.

Los mítines de esta campaña han tenido flojas asistencias y tampoco sus eminencias políticas han dado con frases-impulso, de esas que se recuerdan como lemas inspiradores. Como ya reflejé en Comentarios anteriores, la candidata de Vox (Olona), apoyada en campaña por el jefe de fila del partido (Abascal) ha concedido titulares, pero lo ha hecho con tal agresividad y con objetivos tan exóticos (algunos inconstitucionales) que no me parece que, fuera de la contribución al folclore, le vaya a servir su empeño, no ya para convertirse en primera fuerza política de la derecha en Andalucía -terrible amenaza- sino para rebajar votos a su izquierda, es decir. al Partido Popular, enseña bien defendida por Moreno -actual Presidente de la Junta- y, sobre todo (en lo que podría aparecer como insólito), por Juan Marín, candidato de Ciudadanos, que en toda su campaña ha ofrecido moderación y la defensa del buen hacer de la coalición.

No le concedo opciones en esta ocasión al PSOE, con un candidato campechano y buena estela de gestión popular como alcalde de Sevilla, pero muy lastrado por el abrazo del oso de los jerarcas del partido en Madrid. Las estúpidas (por calificarlas suavemente) expresiones-declaraciones barriobajomitineras de Lastra (Adriana) animando a votar a los simpatizantes socialistas para no tener que ir al día siguiente al recuento a cercar el Palacio donde se constituirá el nuevo Parlamento regional, dan lástima.

La otra izquierda está desunida, falta de Programa y si Teresa Rodríguez consigue levantar algo más alta la bandera del populismo andaluz, será por su propio mérito.

Resumen: me gustaría que a Moreno le faltaran unos escaños para la mayoría absoluta y que los obtuviera de Marín. La coalición con Olona, que ya anunció que solo apoyará su Presidencia si se le concede el sillón de la vicepresidencia, abriría un espacio de gran incertidumbre.

Porque la derecha “nocobarde” (Vox) enciende mechas por donde pasa su lenguaraz actitud beligerante, que combina, en un catecismo del siglo pasado: Dios, Patria y Rey con Nacionalismo, catolicismo y centralismo, pero se adorna de xenofobia con orientación sesgada contra los magrebíes y otras lindezas calificables de exabruptos mentales , sin aportar nada relevante al programa económico, salvo antisindicalismo y, por lo tanto, tensión social.

Y la izquierda del PSOE, lastrada por el descrédito de sus incompetentes ministros, tendrá que esperar al viaje regenerador de Diaz (Yolanda), y lamer, a partir de mañana, las profundas heridas de una pérdida de identidad ideológica, que no pasa, desde luego, por antimilitarismos, posiciones veganas sin mucha chicha, anticapitalismo o subida de impuestos para mantener unas altas prestaciones sociales en un país que camina hacia la bancarrota.

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Décimo octava Crónica desde el País de Gaigé

6 junio, 2022 By amarias Deja un comentario

El 5 de junio de 2022, el deportista más laureado de Gaigé, Nadal (Rafael) ha conseguido la décimo cuarta victoria en el campeonato de un juego antes de minorías, llamado tennis. Fue en el escenario parisino del Roland Garros, ante un alevín de gran atleta, por nombre Ruud (Kasper), noruego voluntarioso que no pudo ganar ni uno solo de los tres sets (series) en los que se decidió el envite.

Estuvieron presentes en el estadium, sus Majestades reales los reyes de Noruega y Gaigé. Felipe VI, el jefe de Estado del País de los Despropósitos (Gaigé), dedicó unas elogiosas palabas al atleta, al que (casi) todo el mundo está de acuerdo en caracterizar como un modelo a seguir, en especial, por la juventud. De “líder mundial” ha sido definido por algún comentarista.

Aunque cada vez estoy menos convencido de que en las facultades de Ciencias de la Información (antes Periodismo) se enseñe suficiente cultura general -ya se sabe, gramática, historia, filosofía y ciencias de la naturaleza- la influencia de los media escritos y hablados (sobre todo, hablados) no puede ser puesta en duda. En este terrorífico momento en el que estamos ayunos de liderazgo, no resulta molesto que una persona humilde de talante, con capacidad probada de superación ante la adversidad física y que ha hecho del perfeccionamiento de una excelente facultad física un excelente modus vivendi, sea presentado como ejemplo.

Nos han fallado otros modelos y siguen fallando de continuo: en Gaigé, el rey de antes, que nos había librado de una nueva dictadura -así nos lo presentaron, al menos- se reveló en su senectud con pies de barro y bolsillos ávidos. El Honorable President de la Generalitat, Pujol (Jordi) y su familia numerosa anda huido de la justicia, esperando que le llegue la hora final sin pasar por el oprobio de ser encarcelado por latrocinios muy sonoros de las arcas públicas.

No son pocos (más bien, muchos) los presuntamente honorables que han caído en las garras de la ambición personal -combinada o no con las ayudas económicas a los partidos políticos a los que han dedicado sus carreras en pos del dinero y la fama-. Los tribunales, los prestigiosos bufetes de abogados especializados en sacar castañas del fuego de las vanidades, y hasta de las cárceles, se han convertido en centros de expiación/escarnio y mal fario para muchos de los que pretendieron convencernos de su honradez ejemplar mientras nos hurtaban de la cazuela común para su beneficio.

La prensa francesa, cumpliendo con el indudable esfuerzo por presentar a la decadente Francia como ombligo del mundo, presentó la victoria del héroe Nadal -más próximo y nuestro, desde luego, que el francés-marroquí Benzemá o el belga Courtois (Thibaut)-como “XIV Soleil Nadal”. Se combinaba así la referencia a la décimo cuarta victoria de Rafael con la de Louis XIV, le roi Soleil. Me alarmó oir a una periodista obviar la relación, interpretando que el tenista era calificado de “sol”. Infiero que nunca había oído hablar del poderoso y longevo personaje que mantuvo, aliado con Inglaterra, una disputa duradera -y fructífera para él- con la decadente saga de los Austrias.

En el orden interno de lo que se está revolviendo en Gaigé, es digno de registro la pérdida de pie firme de la coalición gubernamental, sumergida en disputas internas, desorientación y falta de criterios. La vicepresidenta Díaz (Yolanda) no convence en su liderazgo de lo que subsiste a izquierda del Partido Socialista y el presidente Sánchez (Pedro) pierde credibilidad y solvencia a ojos vistas, justamente cuando pretende recuperar la línea tradicional de la socialdemocracia, que ha convertido en sanchismo puro y duro.

Las elecciones andaluzas, convocadas para el 19 de junio, significarán,  según los pronósticos, el afianzamiento de la simpatía hacia el Partido Popular de una parte suficiente del electorado. Moreno (Juanma) será reelegido presidente de la Autonomía andaluza, sin que parezca necesitar el auxilio de Vox, lo que, por otra parte, cada vez alarma menos al electorad0, pues su apoyo en las urnas se mantiene estable en votos y sus ideas -algunas, desde luego, estrafalarias y repugnantes- contienen propuestas básicamente sensatas.

A final de junio tendrá lugar la cumbre de la OTAN en Madrid. Lo que debería ser una oportunidad para afianzar la proyección internacional de Gaigé, arriesga convertirse en un escaparate de la desunión gubernamental. La ausencia de coherencia en la posición exterior es clamorosa. Hasta el gobierno marroquí, fiel portavoz del cacique Mohamed VI, hace mofa de la posición del Ministro de Exteriores de Gaigé, desacreditado por el pequeño y pobre país, que se siente apoyado por los Estados Unidos de Norteamérica. El presidente Zelenski, soportando la tremenda tensión de ver cómo su país es despedazado por el oso ruso, se queja, me temo con razón, de que el gobierno sanchista promete envío de armas y medios que luego no cumple.

Necesitamos más victorias que en el terreno del deporte.

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Sexta Crónica desde el País del Gaigé o del Huangmiú

17 marzo, 2022 By amarias Deja un comentario

Iniciando la tercera semana de marzo de 2022, mientras los responsables de la política exterior europea se debaten en la incertidumbre de cómo actuar -sin que parezca que se están involucrando de pleno- ante la agresión rusa a Ucrania, (que ha provocado una guerra de desgaste versus resistencia que parece propia del siglo pasado, quizá incluso una guerra civil), el Pais del Gaigé sigue a su bola, es decir, en mejor lenguaje español, pervive como si lo que sucede fuera de sus reducidos dominios no le afectara demasiado.

No de otra manera puede explicarse la ausencia de un debate sólido -ya que no constructivo- entre los dos principales partidos políticos, que, como se va sabiendo, y a pesar de los esfuerzos del mago Tezanos de edulcorar las encuestas con jarabe de intenciones para su patrocinado, el PSOE, van cediendo espacio.

Es cierto que la desmembración del Estado soberano en múltiples feudos locales ha hecho muy difícil adivinar si existe una estrategia global desde el Estado y, en caso de que existiera, hasta qué punto sirve para marcar directrices que debieran ser asumidas por las Comunidades Autónomas, pero la pobreza del debate en el Parlamento debería de preocupar, incluso en el País de los Despropósitos.

El cambio del Presidente del Partido Popular, después del suicidio político en público de Casado (Pablo) ha traído a la palestra como interino hasta el inmediato Congreso de esta facción, arrancándolo de su plácido feudo, al Presidente de la autonomía gallega, Núñez Feijoo (Alberto). Pero no ha modificado las formas ni el fondo del debate.

El último episodio de la “comparecencia de los viernes “, en la que se producen interpelaciones  al Presidente de Gobierno y, eventualmente, a algunos ministros, vino a demostrar que no existe la menor voluntad de modificar la costumbre parlamentaria: crítica frontal al Presidente y falsa contestación del interpelado, cuya tendencia a irse por las ramas de la ridiculización o el descrédito de los portavoces del PP y de Vox, es ya un clásico del diálogo nacional de sordos. Se trata, pues, en realidad, de un concierto desafinado de egos, con el que pretenden explicarnos a los ciudadanos que estén dispuestos a hacer novillos en sus tareas y perder un par de horas antes de iniciar el fin de semana, que habrá vida después de la muerte parlamentaria.

El Gobierno de coalición está, en la práctica, roto. En política interior las disensiones son sonoras, entre los ministros del área podemita (Belarra, Montero, Garzón) y los socialistas, a los que se arrima ahora, en busca del calor que la pueda catapultar, Díaz (Yolanda). El próximo domingo habrá manifestación de los representantes agrarios, hay huelga del transporte, no se consigue consenso en las medidas para paliar la escalada de los precios de electricidad o cambiar el mix energético.

Los apoyos a la estrategia del Presidente de Gobierno de unirse a la Unión Europea para que resista Ucrania- en un momento en que se le ve excepcionalmente activo, consciente de la proyección mediática que significa para Sánchez (Pedro) figurar entre los políticos relevantes de la Unión Europea -ahora, desde luego, con un elenco capiti disminuído-, vienen incluso del PP, Vox y Ciudadanos.

Solo los populistas del predicador Iglesias (Pablo júnior) defienden alejarse del conflicto y rezar -o lo que sea más silente- para que la paz vuelva pronto, y así  resplandezcan las peregrinas ideas sobre el poder alimenticio de la carne roja, cómo guardar los huevos en la nevera, la criminalización del varón, o la potenciación del juego (desde el mismo Ministerio que se comprometió a perseguir a los devotos del azar). Sería injusto no indicar también que los populistas, izquierdosos de salón, quieren aumentar impuestos, generar más empleo público y manifestarse en las calles para que suban los salarios por encima de lo que garantiza la rentabilidad (siempre problemática) de las pymes españolas.

En Castilla- León, Mañueco (Fernández, Alfonso), yendo por libre, ha echado la última paleta de ceniza sobre el aún Presidente del Partido Popular (en disfunciones), Casado, que aprovechó el último viaje pagado a Bruselas para hacerse una foto con Tusk (Donald) y abominar de la ultraderecha europea. Para Mañueco, el acuerdo con Vox que le permitió mantener la Presidencia de la región a costa de aupar a la vicepresidencia al candidato de ese partido antes aborrecido (Gallardo, Juan), no es ilógica ni oportunista. Es cosa de apoyarse en la recíproca sintonía: “bajar impuestos, crear empleo, cohesión territorial, gestión seria de los servicios públicos, política coherente de la familia, compromiso con el campo, apuesta por la investigación, defensa de una enseñanza del Bachillerato única,…”

No parece mal programa, así puesto en teoría. Mientras tanto, en el mismo partido en el que aún milita Mañueco, el culebrón de la familia Ayuso (Isabel) fue conducido bajo palio del sinsentido a los Tribunales, lugar de previsibles consecuencias jurídicas (el archivo de las demandas) a donde son conducidos todos los rencores, inquinas, peleas de barrio y envidias de salón, tanto de los amigos como de los enemigos del circo en el que actúan los políticos del País del Gaigé.

 

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Putin está a punto de ganar su batalla para hacerse con Ucrania

4 marzo, 2022 By amarias Deja un comentario

El criminal de guerra Vladimir Putin está a punto de ganar su batalla con Ucrania. Pero está perdiendo todas su guerra contra la libertad y provocando un aislamiento económico y politico de su feudo que se traducirá en el mayoritario desprecio internacional hacia su persona (que acabará, y no se lo remediará nada ni nadie, siendo juzgado por sus crímenes en la Corte Penal Internacional enjuiciado por genocidio, e infracción múltiple de principios del derecho internacional), y en el deterioro que sera difícil de recuperar en la imagen del pueblo ruso, empañada por el apoyo de los plutarcas rusos y de su gobierno y el silencio cómplice de gran parte del pueblo ruso.

La sensación de estar reviviendo, en aspectos sustanciales, la época nazi que provocó la segnda guerra mundial es imborrable. Otros personajes, otro pueblo perseguido, un parecido mirar hacia otro lado de la población de la Rusia ocupada por el dictador de la KGB, no queriendo conocer la realidad que se esconde en la invasión a la libertad de otro pueblo eslavo,

Ha habido vencedores, y no precisamente pírricos, sino muy consistentes, El presidente Volodomir Zelenski, desde luego, es un vencedor moral en esta falsa disputa provocada por el criminal invasor. Ojalá que su vida salga indemne de tanto ataque lleno de odio e incomprensión hacia lo que representa: la libertad de Ucrania, la defensa del deseo legítimo de de un pueblo de decidir su destino. Ha vencido Josep Borrel, el alto Comisionado Europeo, quien desde un principio del ataque del ruso a Ucrania (y antes de él, con clarividencia que le honra) ha detectado el riesgo que significaba Putin, su obsesión armamentística, y la debilidad de la Unión Europea por carecer de una Fuerza de Defensa propia y depender exclusivamente de la protección que Estados Unidos pueda ofrecerle, a través de ese mecanismo heterogéneo y ya decadente que significa la OTAN.

Ha ganado puntos Joe Biden, aunque sus primeras comunicaciones resultarn ininteligibles y parecieron débiles para atajar a tiempo la determinación genocida del dictador ruso, aunque hay que entender ahora que una parte sustancia de la población norteamericana se mantiene intoxicada por su orate local, el expresidente Donal Trump y, desde luego, la convicción de que Europa no estaba haciendo lo que debía por protegerse, con su insuficiente colaboración a la dotación del presupuesto de la OTAN. También cuenta en su descargo que una decisión de involucrar en mayor medida a la Alianza, enviando a militares norteamericanos a la posibilidad de morir en una nueva guerra sentida como ajena.

Hoy, 4 de marzo, nos hemos enterado de que la planta nuclear de Zaporiyia, la mayor de Europa,  ha pasado a ser ocupada por los invasores y las tropas rusas se han hecho cargo de la gestión de la central, después de un ataque que provocó un gran incendio en las inmediaciones que, en este momento, parece controlado. El espectro de Chernobil ha vuelto a aparecer, pues se desconoce la capacidad de control de una instalación de alta tecnología y subsigiente riesgo de desastre en caso de caso de mal funcionamiento. Tanto Biden como Boris Johnson (el primer ministro del Reino Unido) han identificado el ataque a la central como una amenza direcra a la seguridad de toda Europa.

A nivel muy local, es decir, nuestro pequeña tierra de Taifas, se ha perfeccionado hasta límites de sonrojo, la discrepancia en el Ejecutivo español sobre cómo actuar contra el sátrapa ruso. A discrepancia de la vicepresidenta Yolanda Díaz, que se ha expresado en apoyo de la decisión de Gobierno de apoyar con armamento a los defensores ucranios, la ministra Ione Belarra, la ministra María Jesús Montero, el ministro Alberto Garzón y otros portavoces de los partidos de la izquierda desorientada y falsaria, proclaman su apoyo sentimental a la Ucrania invadida, pero discrepan profundamente de cualquier apyo que no sea la negociación para “parar la guerra”.

Quieren ignorar estos personajes ahítos de buenismo que las condiciones de Putin para detener la guerra son que Ucrania reconozca que ha perdido la guerra, se deponga el gobierno legítimo, disuelva su Ejército y renuncie a entrar en la Unión Europea y, por supuesto, en la órbita de la OTAN. Es decir, que pierdan la libertad, los derechos humanos más libertades, sucumba el derecho internacional. Da vergüenza que tengamos a estas gentes de ministros y portavoces de partidos que se dicen activos militantes por la mejora del nivel de vida de los españoles.

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Rusia camina hacia su aislamiento

2 marzo, 2022 By amarias Deja un comentario

La imagen del Parlamento Europeo aplaudiendo ayer de mañana, con todos sus miembros puestos en pie, la intervención telemática de Volodomir  Zelenski esgrimiendo que Ucrania “lucha por su libertad” y solicitando ayuda para que su país no sea fagocitado por la ambición patológica de Vladimir Putin se mantiene en mi retina como una emotiva demostración de solidaridad con el presidente de una nación asaltada. Hizo bien en recordar que “si Ucrania cae, Rusia estará a las puertas de la Unión Europea”, en la que volvió a solicitar la integración.

Joe Biden expresa, por fin, desde que empezó la invasión, la determinación de ayudar a Ucrania y condenar la agresión, “con medidas que Rusia lamentará para el resto de los días”. La OTAN mantiene su criterio de no considerar la agresión a Ucrania como algo que le competa directamente y, desde luego, prefiere mantener una guerra sicológica, económica o de consola, evitando recoger muertos propios en un campo de batalla. Habrá que estar atento a la interpretación que el loco del Kremlin hace de la contraofensiva.

En la intervención de hoy en el Congreso de Diputados, el Presidente Pedro Sánchez anunció inesperadamente que España enviará también material bélico a Ucrania. Es decir, España entra, de esa manera, en la guerra de Ucrania con Rusia, como país aliado.

La decisión fue apoyada fuera del hemiciclo por la vicepresidenta Yolanda Díaz y por Jaume Asens, portavoz de En Común Podem que se desmarcan con ello de la ministra de Asuntos Sociales Ione Belarra y de Pablo Echenique, portavoz de Unidas Podemos, que calificaron el envío de armas de “error” y reiteran su posición de No a la guerra, y No a la OTAN. Esa facción que apoya al Gobierno de coalición revela, por tanto, una fisura en el mismo. Echenique la concreta, no ya al proclamarse partidario de negociar la paz (rebelando una inocencia casi mística, pues Putin es el invasor y nohay nada que negociar con un asesino), sino expresa como filosofía a tener en cuenta en los anales de las invasiones que no se debe armar a la población civil “contra un ejército”.

A pesar de estas manifestaciones contrarias, “la lealtad de Gobierno” de esa coalición en trance de ruptura permanente se ha traducido en ratificar el envío y con ello, Sánchez ha podido, aunque con algo de retraso, unirse al bloque de cabeza de los países que presentan oposición clara al líder con diagnóstico de patología narcisista. Por parte de la portavoz del Partido Popular, Cuca Gamarra, que cubre el hueco del cesado Pablo Casado, se ofreció ayuda de su grupor para apoyar la medida, si “los socios de Gobierno se desmarcaran del apoyo”. La situación política española merecería un análisis profundo, sino fuera que las preocupaciones se han concentrado en un nivel mucho más alto.

El cerco de medidas económicas y, desde ayer, con el apoyo de armamento de alto alcance y potencia a Ucrania, no ha servido, de momento, para modificar la actitud de Putin, centrado en su megalomanía, que sigue amenazando con la escalada de terror belicista y mantiene la orden de bombardear las principales ciudades ucranias que resisten heroicamente.

Se anuncia para mañana, jueves, 3 de marzo, el segundo intento de negociaciones por la paz entre representantes rusos y ucranios, aunque la presión beligerante se mantiene. Como acertadamente expresó en entevista televisiva el ex embajador de España en la OTAN, Carlos Miranda y Elío, “no se puede hablar de negociaciones para la paz si los contendientes no han establecido una tregua”.

La población ucrania sufre una presión ilimitada, cruel, injusta. Largas colas de personas ue huyen de la barbaria se forma en las salidas del país, especialmente hacia Polonia, con kilómetros de retencionese imaginables necesidades de atención humanitaria. En su intención de destruir los edificios históricos de Ucrania, Rusia bombardeó ayer el edificio del Gobierno Regional de Járkov (la segunda ciudad ucrania) y varios otros monumentos, además de barriadas residenciales, causando miles de muertos.

Para detener esta barbarie, las medidas muy duras contra Rusia adoptadas por la inmensa mayoría de los Estados occidentales perfilan que este país se convertirá en una nueva Corea del Norte (solo se han manifestado expresamente a favor de Putin, el déspota venezolano Nicolás Maduro y el afectado por demencia senial que responde por el acróstico de AMLO).

En cuanto a la posibilidad de parar la guerra en una negociación, no soy optimista. Como todo afectado por megalomanía tiránica, Putin no admitirá una derrota y tiene, al carecer de escrúpulo alguno, el botón nuclear a su alcance,y no le importará provocar una hecatombe, pues cree que le asiste la razón. Por eso, hay que ofrecerle alguna salida edulcorada para que crea que su esfuerzo destructivo le ha merecido la pena. No, obviamente, la rendición de Ucrania, sino algún caramelo que la diplomacia intrnacional deberá encontrar.

Porque la presión de los oligarcas que ahora ven en peligro sus inmensas riquezas, la intervención del presidente chino a favor del cese de las hostilidades, el clamor del pueblo ruso para derrocar a Vladimir Putin, son sueños fantasiosos que no tienen lugar más que, eso, en el mundo de la imaginación. Desgraciadamente.

Publicado en: Actualidad Etiquetado como: AMLO, Biden, Carlos Miranda y Elio, China, guerra, Ione Belarra, Jarkov, Jaume Asens, Nicolás Maduro, Pablo Echenique, Parlamento Europeo, Pedro Sánchez, Rusia, Ucrania, Vladimir Putin, Volodomir Zelenski, Yolanda Díaz

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