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Carta abierta a la Ministra Margarita Robles

22 enero, 2019 By amarias Deja un comentario

Querida Ministra de Defensa:

Te ruego, ante todo, disculpas por el tratamiento confianzudo. No nos conocemos más que “de vista”, pero prefiero no encabezar mi carta con el formulismo de “estimada”, pues, tratándose de alguien ahora dedicada a la política, no deseo ser interpretado (ni bien ni mal) por razón de un ambiguo adjetivo calificativo.

Más justificada está la proximidad gramatical entre colegas al ser yo también licenciado en Derecho, aún reconociendo que mi currículum no soportaría la comparación con el tuyo, plagado de reconocimientos y méritos.

Parece ser que, además de por tu excelente trayectoria profesional, entre las razones no curriculares que contaron para tu designación como Ministra de Defensa por el actual presidente español, Pedro Sánchez, se encontraba la de tu calidad de persona ajena al escalafón militar. Después de siete meses de ejercer la más alta posición sobre las delicadas cuestiones que afectan a las Fuerzas Armadas y a la Inteligencia, pocas cosas te serán ya ajenas, dada tu capacidad y perspicacia.

Permite, sin embargo, que desde los entresijos de la llamada sociedad civil, en la que los militares suelen situarnos a los que no tenemos ni tuvimos vinculación laboral, funcionarial ni política, con los Ejércitos, exponga mi posición respecto a algunas cuestiones que afectan a la organización de la Defensa española.

No pretendo ser original. Me guía el deseo de expresar las inquietudes y reflexiones propias de un ciudadano preocupado por las cuestiones que afectan al devenir de las guerras  y la defensa de la población y territorio en el que  desea mantenerse con libertad y sin sobresaltos, frente a los enemigos (reales, potenciales o imaginados) de ese orden. También me interesa expresar cómo entiendo que esos valores deberían ser apreciados por el ciudadano desarmado.

Creo que estamos todos de acuerdo en que la organización y gestión de las Fuerzas Armadas no puede ser enfocada desde una posición de partido político. La Política de Defensa ha de ser apolítica, consensuada por la mayoría ciudadana y, en la medida de lo posible, transparente.

En relación con ello, he escuchado muchas veces -seguro que tú, miles de ellas- que es importante que la ciudadanía tenga una “cultura de Defensa”. El término no es una entelequia, pero me parece que no existe  consenso en lo que significa la aplicación práctica de este concepto y, por ello, supongo que tampoco existe acuerdo sobre lo que implica definir los dos elementos que lo componen: “cultura” y “defensa”.

Si se refiere el término a la traslación a la ciudadanía, con trasparencia, de los asuntos que podrían afectar a la independencia del país, a su seguridad interna y externa, a los riesgos detectados o futuros para la paz, al número y dotación de los efectivos humanos y medios materiales para la defensa de la población y territorio ante los peligros que la puedan perturbar y, en fin, a la identificación de las tecnologías, procedencia de las mismas, y dotación para las inversiones que permitan abordarlos con solvencia, seguramente todos estaríamos de acuerdo en que hay que conservar alguna reserva.

Si se tiene consciencia de que el enemigo potencial existe y tiene los medios para eventualmente poner en riesgo la paz y la seguridad que queremos mantener, resulta obligado un cierto nivel de secretismo. No se deben enseñar las cartas propias a quien puede hacernos daño. El enemigo potencial debe saber que tenemos forma de defendernos a nivel igual o superior al de su capacidad para atacarnos.

La cultura de defensa habrá de referirse, pues, a propiciar aquellos elementos de simpatía y confianza hacia quienes se ocupan y ocuparán de defender ese orden. Y ello pasa por la creación y mantenimiento de un alto nivel de empatía con las fuerzas de seguridad del Estado, trasmitiendo la tranquilidad a la población de que nuestros representantes, políticos y funcionariales, saben cómo actuar ante los riesgos y amenazas.

Me gusta, como a ti, la teoría, pero mucho más aún me atrae la realización práctica de las ideas. Puedo imaginar unas Fuerzas Armadas ideales, a nivel de las mejores del mundo (aunque me faltaría conocimiento concreto de las tecnologías más avanzadas) y, por eso, soy consciente de que nos encontramos en la necesidad de definir nuestra posición, no como país intermedio, sino como un país pequeño, con menos de cincuenta millones de habitantes y cuyo atractivo estratégico para terceros es su ubicación en el extremo occidental de Europa y su cercanía al Africa magrebí.

Desde esa perspectiva, el riesgo de conflicto podría venir del vecino del que nos separa una corta distancia geográfica y una gran diferencia en PIB (Marruecos), país en el que tenemos dos enclaves geográficos históricos (Ceuta y Melilla, “ciudades autónomas”), y desde el que incluso la visión de las Islas Canarias podría aparecer como una ambición territorial apetitosa.

Si a alguien le parecen elucubraciones estas reflexiones, le recordaría las dificultades de la metrópoli para defender agresiones territoriales de las posesiones alejadas, ya fueran Cuba, Puerto Rico o Filipinas, o, en órdenes no solo militares, la desastrosa gestión de los intereses de la población local en el Sáhara occidental, el abandono apresurado de la “provincia de ultramar” -así la estudiábamos los ancianos de la tribu- que fue la región de Sidi Ifni, y, como ejemplo traído con alfileres, pero posiblemente significativo de la ignorancia de las distancias que separan la falsa creencia de la realidad factual, la chusca e inexplicable referencia al meridiano de Greenwich al que el ex ministro de Industria Soria hizo pasar por Canarias.

No dudará nadie que debemos disponer de unas Fuerzas Armadas suficientes para cumplir con el objetivo que se acuerde. ¿Cuál es ese? Me da la impresión de que en relación con este asunto se actúa desde la inercia o, peor aún, desde el inmovilismo. No se quiere reconocer, menospreciando que la situación mundial ha cambiado, que los riesgos para la paz no son los mismos que hace una década y, que los bloques económicos -que son los que, a la postre-, determinan los intereses y, en consecuencia, señalan la dirección para las amenazas, se están reorganizando.

Un país pequeño debe contar con alianzas estables y firmes con los poderosos. No tengo duda de que, por razones históricas, geográficas y económicas, la Unión Europea es esa referencia. Pero si falta la unión económica o está debilitándose la que había, la situación de vulnerabilidad aumenta y, desde ella, no puede construirse una Unión de Defensa. En el fortalecimiento de la unión económica ha de verse la base para una política de defensa común europea, en la que, por supuesto, debe haber una jefatura única, subordinada al poder político europeo, una distribución de responsabilidades y una total coordinación respecto a las inversiones, tipo de armamento, investigación tecnológica y efectivos humanos. También, coordinación absoluta en la diplomacia internacional.

Estamos lejos de ese desiderátum y, por lo tanto, somos colectivamente, vulnerables y, en lo que a España se refiere, particularmente frágiles. Nuestra fragilidad se incrementa desde la percepción de que es precisa una dotación importante en armamento y equipamiento relativamente avanzado, que no producimos, que no podemos pagar y, lo que es más grave, no tenemos dotación para mantener.

Te pediría, ministra, que exijas a quienes saben del tema, que te concreten, sin ambages, sin circunloquios, desde la total libertad pero con la máxima seriedad, qué tipo de equipamiento (humano, material, tecnológico), se necesita para responder ante aquellos riesgos concretos que los expertos en defensa y diplomacia internacional hayan detectado. Que esos expertos trabajen en sus recomendaciones en dos niveles: la consecución de una autonomía suficiente frente a las amenazas más singulares y cuyo riesgo se vea como más personalizado, y la integración de los medios propios en la defensa frente a los peligros y actuaciones que se consideren europeos.

No es asunto menor el análisis profundo de la situación del personal de las Fuerzas Armadas. La carrera profesional del personal de tropa y marinería, de los oficiales y jefes, exige una revisión que es urgente abordar. Para hacer esta afirmación tan delicada me baso, sobre todo, en la rápida evolución tecnológica, que ha hecho aparecer nuevas oportunidades y riesgos, y que supone un entronque, muy superior al tradicionalmente admitido, entre la estructura empresarial civil y la militar. La gran mayoría de las tecnologías son ya, irreversiblemente, de doble uso: las comunicaciones, los materiales, la energía, el transporte…no pueden considerarse ni militares ni civiles.

Las amenazas no vendrán, con mayor probabilidad, sobre el terreno: serán aéreas, se transmitirán como virus informáticos, captación de información, mensajes encriptados, drones, misiles teledirigidos e indetectables. El desarrollo y conocimiento preciso de la energía nuclear -para usos pacíficos como militares- obliga a convencer a la población de que no podemos abandonar su control, desarrollo y uso. Lo mismo cabría decir de la imperiosa necesidad de coordinar las investigaciones y desarrollos en materiales especiales, transporte híbrido, reutilización de residuos, aprovechamiento máximo de recursos, etc.

Y sí, es necesaria la concienciación y participación de la población civil en este esquema. Hay que educar, en particular a los jóvenes, en los conceptos de solidaridad, seguridad, patriotismo, valores. No se está haciendo bien, y no soy derrotista al expresar esa tremenda carencia. Si no sabemos apreciar lo que tenemos, lo que cuesta mantenerlo, no podremos defenderlo. Me parece imprescindible el encaje entre lo militar y lo civil. En todos los órdenes. Se que muchos militares de carrera hablan de la vocación militar, y lo hacen con orgullo, pero no me parece que exista tan diferenciada. No creo en las vocaciones. No puedo imaginar que exista una vocación para defender la Patria y, en su caso, morir por ella.

Nadie desearía morir por defender unos valores ambiguos, indefinidos, pero seríamos capaces de defender con uñas y dientes lo que afecta a la integridad de nuestra familia, a lo que perjudicaría nuestro bienestar de manera irreversible, lo que impediría nuestro desarrollo como personas, lo que nos supusiera la pérdida de esferas de libertad que consideráramos sustanciales. Y tú, como jurista, como magistrada, sabes bien que el derecho fija un marco de convivencia pactado o impuesto desde la autoridad, pero, en su aplicación, debe ser la última ratio: lo deseable es que todo ciudadano cumpla la ley sin necesidad de que se le sancione.

Querida ministra, tienes un trabajo importante ante ti y no vas a tener tiempo para acometerlo. Sin embargo, te cabe la opción y tienes por ello la responsabilidad, de abrir el camino para que se logre un consenso en el papel a desarrollar por las Fuerzas Armadas, en la definición de las bases de la carrera profesional de sus funcionarios (sin fantasías, con salarios dignos, con objetivos claros), en la apertura pública de una discusión sobre lo que es una cultura de defensa (sin teoricismos, sentimentalismos, ni medias verdades) y, en fin, en la imperiosa necesidad de integrar la política de defensa en una política de Estado.

Gracias por haber llegado hasta aquí, ministra. He dejado muchos temas en el tintero, de ellos, una buena cantidad también importantes. Los expertos de verdad te ampliarán, con seguridad, ese elenco de asuntos que deben figurar en la cartera de Defensa e Interior. Si no les estás preguntando, hazlo y, por favor, cuando se convoque un debate en el que participen sobre cuestiones que atañen a esas cuestiones clave de tu departamento, no te vayas después de inaugurar la Jornada, quédate a la discusión o promuévela desde tu despacho.

Con todo respeto


La fotografía, tomada en otoño en Villafáfila (Zamora) recoge a un grupo de grajillas (corvus monedula) en vuelo hacia los dormideros comunales. Tienen el pico grueso de los córvidos y son gregarias y estridentes. Se distinguen de otros córvidos de color negro (chovas, cornejas, cuervos, grajas, etc.) por su menor tamaño y, sobre todo, por el ojo blanco. También, vistas de cerca, por su plumaje gris plateado en la nuca.

 

Publicado en: Actualidad, Cultura, Defensa, Ejército Etiquetado como: carta, defensa, ejército, Europa, fuerzas armadas, interior, Margarita Robles

Sexta carta a Manuela Carmena, alcaldesa de Madrid

11 junio, 2016 By amarias 1 comentario

Alcaldesa,

Esta será mi última carta, al menos, por ahora. No quiero que se interprete, como algunos de los que se asoman a estas páginas están haciendo, como que defiendo una opción política determinada y que critico su gestión o la de su equipo de Gobierno municipal por ello. No es el caso.

Además, mi actitud personal es conocida por personas de su entorno y se conoce mi disposición permanente a colaborar. Con todas las Administraciones, independiente de su signo ideológico, siempre que sea por la evolución de la sociedad. No tengo por qué justificarme.

Le quiero hablar hoy, en fin, de los ingresos del Ayuntamiento de Madrid. Tomo como punto de partida los Presupuestos de la ciudad. También pretendo aprovechar que el Manzanares pasa por Madrid para expresar algunas ideas acerca de la reactivación de la ciudad en aquellos sectores a los que concedo mejores perspectivas de futuro, a medio plazo.

Ese futuro al que, por nuestra edad, ni Vd. ni yo -mal que nos pese- puede que no alcancemos a ver ni disfrutar pero del que todos debemos sentirnos, en la medida de nuestra capacidad de actuación y dirección, responsables.

Poco se puede hacer con un presupuesto tan exigüo como el de Madrid, y tan comprometido para mejorar la preparación ante ese futuro. Durante una década larga de bonanza (que resultó aparente, pues hubo que pagar la mayor parte de las cuentas atrasadas, y con intereses), se hicieron nuevas infraestructuras viarias sin estudios de rentabilidad y uso, se compraron terrenos y levantaron edificios para dependencias administrativas que luego no fueron trasladadas, se contrató personal o se firmaron contratos de servicios con alegrías que se hicieron rémoras.

Un predecesor suyo que quiso modernizar la ciudad para comodidad de un medio de transporte que el tiempo está próximo a sancionar con crudeza -tal vez con el ojo bizco mirando a Carlos III, “el mejor alcalde de Madrid” (pro cierto: ¿qué le parece que un Rey, con el apoyo de reformistas ilustrados, lleve ese título honorífico, justo antes de la Revolución francesa?)-  Alberto Ruiz Gallardón, invirtió en Madrid 10.000 millones de euros de los que no se disponía, con el ladino principio político de “quien venga detrás, que arree”.

Unos llevan la fama y otros cardan la lana. Tenemos que agradecer -qué cosas- a la sucesora de aquél, Ana Botella, de la saga de los Aznar, que, aguantando el tipo de su incompetencia, bajara esa deuda, a base de inhibición que no precisamente de eficacia gestora, hasta poco más de 4.600 millones. Así que cuando su equipo de “fuerzas del cambio” se hizo cargo de la alcaldía, con la ayuda de un genio de la informática presupuestaria apellidado Sánchez Mato,  al que veo sentado ante un ordenador haciendo simulaciones como loco con un mapa de la ciudad y algunos datos del consumo por áreas del agua y del vino, hizo posible que solo precisara en 2016 dedicar un 12% del presupuesto (560 millones de euros) a la amortización de la deuda, la mitad que lo dedicado en 2015.

Aparte de los impuestos y tasas, la partida más importante de los ingresos de Madrid son las llamadas Trasferencias corrientes, que resultan de la participación en los tributos que recauda el Estado central y de la ayuda por el fondo complementario de Financiación. Para la ciudad, este montante alcanza los 1.420 Mill. de euros, y permanece prácticamente constante desde hace años (depende de la población, de la recaudación total y de fórmulas imaginativas para llegar a una cantidad adelantada que se liquida posteriormente con datos reales, y que ha abierto, por supuesto, una vía permanente de litigio entre las Administraciones).

No me voy a calentar la cabeza (ni la suya) calculando cuánto queda libre por madrileño para inversiones reales en cada Ejercicio. Nada. Podemos encubrir el carácter de las partidas dedicadas a mantenimiento, conservación y renovación presentándolas como inversión, pero la realidad será que si Madrid puede invertir algo (poco) será detrayéndolo de otras necesidades. Y si en época de crisis económica -situación que, no por pesimista, sino por haberlo analizado, considero irrecuperable- se decidiera aumentar los impuestos o tasas, habrá que actuar con sumo cuidado para no provocar mayores desigualdades aún o un airado levantamiento de patas de la clase media, que es la que sostiene en este país, el edificio de la solidaridad.

Permítame lo que parece una boutade, pero saldría con más cuenta ponerse de rodillas ante la presidente del Banco de Santander, entidad que ha declarado 6.000 Mill. de euros de beneficio en 2015, para que movilizase una parte de esa cantidad en Madrid, que hacer elucubraciones sobre cómo rascar unas decenas de euros de un presupuesto de la ciudad para acometer nuevas inversiones. Teniendo ya detectadas bolsas de miseria y precariedad tan importantes, y contando con la presión tabanera de los movimientos sociales, cualquier dinero que pueda reajustar a base de encaje de bolillos, entre partidas, desaparecerá en su mayor parte en el camino intrincado que va desde el estudio de oportunidad hasta las áreas de necesidad.

Incluso los 725 millones de euros de beneficio en 2015 declarados por ACS, propiciarían más de una charla con Florentino Pérez, que podría servir, de paso, para convencerle de la necesidad social de que dedicara a actuaciones conjuntas los casi 60 millones de euros de beneficio que prevé en la temporada actual ese gran club que lleva el nombre de la ciudad por el mundo y, de paso, que tome ejemplo de equipos más modestos que no necesitan fichar a atletas de museo que cobran como dioses para divertir al personal.

¿Líneas de futuro para la ciudad? Creo que nadie como el Ayuntamiento con mayor poder de convocatoria como para reunir a un grupo de analistas, empresarios, profesores, economistas, informadores, etc., para que debatan sobre el impulso conveniente a la ciudad. La Universidad sería uno de esos ejes, en efecto, aunque hay que revisar tanto la composición como los resultados de su Consejo Económico Social. Queremos ver sus conclusiones.

La CEOE sería otro eje de aportación de iniciativas e ideas: hay que estudiar, con decisión y transparencia, qué se imaginan como desarrollo para Madrid: ¿más restaurantes? ¿espacio para zonas comerciales y de ocio? ¿intensificación en la formación en fontanería, cocina y jardinería? ¿aumento de la productividad laboral con incremento de la amenaza al despido?…tal vez…¿ayudas a la rehabilitación energética de edificios? ¿inversiones públicas de apoyo a los sectores en situación delicada? ¿mayores incentivos a la investigación aplicada?

Mi propuesta es mucho más sencilla: transparencia y honestidad ante los demás agentes sociales.

No faltarán bancarios a las  reuniones: ellos deben saber dónde circula el dinero y a qué huele. Ni, claro, dejarán de estar invitados: asociaciones de vecinos y padres, ni representantes de partidos políticos, ni empresarios autónomos, portavoces de colegios profesionales, responsables de enseñanza pública y privada, gerentes de Hospitales, responsables de oficinas de desarrollo local y de empleo, etc.,

Me apunto, si me lo permite. Y, si no molesta a nadie, me apunto también para invitar, si nadie quiere hacerlo, eso sí, amablemente, a que ceda su sitio a otro, si alguno de los convocados en primer lugar no aporta nada, y solo se contenta con calentar su silla y tomar notas.

Necesitamos gentes que, en el plato común de los huevos con chorizo, aporten tanto un ingrediente como otro, aunque merecen mucho más respeto los que entreguen parte de su esencia, se comprometan.

Tambié le doy una pista de por dónde van a ir los tiros del futuro, aunque seguro que pensó Vd. o alguien de su equipo más de una vez en ello.

No son buenas noticias. Habrá más necesidades y será cada vez más difícil sostener el estado de bienestar. Qué digo: imposible. Habrá menos trabajo a repartir, de más cualificación y más apuntados a los beneficios sociales. El número de empleos destinados al servicio asistencial o de terceros dependerá, exclusivamente, de la fortaleza y cuantía de los empleos de alto nivel.

Madrid precisará, por tanto, conectarse -de verdad, no de mentirijillas, desarrollando toda una red de interacción- con la élite mundial del desarrollo tecnológico (en biomedicina, en nuevos materiales, en robótica, aviónica, farmacia, biotécnica, etc.) o no será más que una ciudad en rápido retroceso y con graves tensiones sociales.

Confío bastante en la Universidad y en la colaboración con las empresas, si bien dándole un giro sustancial. Tan sustancial que o se consigue incorporar como catedráticos y profesores a gentes con verdadera experiencia empresarial, aunque no sean doctores ni hayan tenido currículum docente, o la Universidad no saldrá de su círculo vicioso.

Hay que conseguir que los egresados universitarios sepan cómo crear empresas. Las tesis doctorales han de tener aplicación práctica, no responder a una reproducción harto endogámica y sin destino extraacadémico. En este sentido de activación, me parece notable el modelo de la Politécnica de Catalunya. ¿Lo conoce?.

No niego que en Madrid seguirá habiendo un hueco para la sociedad de servicios, y se mantendrá, en competencia dura, como foco turístico (sobre todo, interior), pero…el espacio para esas actividades tiene una tendencia de cuarto menguante.

Me alegra haberla conocido, alcaldesa. Sí, ahora que lo pienso, también estoy muy satisfecho de ser como soy.

Angel, un ciudadano de Madrid

 

Publicado en: Actualidad Etiquetado como: alcaldesa, carta, empleo, ideas, Madrid, Politécnica, presupuesto, Sanchez Mato, Universidad

Cuarta carta a Manuela Carmena, alcaldesa de Madrid

8 junio, 2016 By amarias 1 comentario

Alcaldesa,

No me la puedo imaginar leyendo las 327 páginas de la Memoria e Informe Económico-Financiero del Proyecto Presupuesto General Ayuntamiento de Madrid 2016, y no es porque albergue dudas sobre su capacidad intelectual o de trabajo, al contrario. Solo que hay documentos que, por su naturaleza y extensión, parecerían destinados a ocupar directamente un lugar en las estanterías y , fuera de sus autores y algunos especialistas en hurgar en datos y cifras, no serán muchos los esforzados que les saquen utilidad y rendimiento.

Una Memoria y un Presupuesto anual son, ante todo, una propuesta de actividades y, una vez aprobado, un documento de trabajo. Para la ciudadanía interesada, hubiera sido aconsejable que sus autores hubieran hecho un Resumen Ejecutivo. Supongo que un documento de ese tipo sería el que se sometió a su revisión, el que recogió sus directrices generales -si las hubo- y alcanzó su plácet.

Como no he encontrado en la red telemática un Resumen del Presupuesto del Ayuntamiento, voy a dedicar esta carta a realizar una breve reseña de lo más significativo, en mi opinión, como paso previo para extraer algunas consecuencias y, tal vez, sugerir ciertas indicaciones pragmáticas. Vaya por delante mi felicitación a la Corporación por la voluntad de transparencia, como demuestra, de por sí, la posibilidad de acceder íntegramente al documento.

La previsión de Gastos para 2016 del Ayuntamiento de Madrid es de aprox. 4.500 Mill. de euros. Hay una disminución de 340 Mill. por “inversiones reales” y una partida de 600 Mill. por”pasivos financieros” a las que convendría dedicar más tiempo de análisis. Pero me quedo con lo que me parece más significativo: los Gastos de personal ocupan 1.150 Mill. de euros (es decir, la cuarta parte), y los Gastos corrientes en bienes y servicios, llegan a los 1.600 Mill. Entre ambas partidas, pues, se llevan más del 60% del gasto.

El Ayuntamiento es una gran empresa madrileña. Tiene una plantilla de 25.410 personas, y si se añade la de los organismos autónomos adscritos a su estructura (3.260) se llega a los 28.669 puestos de trabajo. Un potencial tremendo, al que hay que asignar funciones correctas, estimular, controlar. Una fuerza difusora de energía sobre la ciudad y, si no se consiguiera convertirlos -total o parcialmente- en aliento expansivo de ilusiones, un freno, una rémora, allí donde transmitieran desánimo, desilusión, reivindicaciones incomprensibles para el resto de la ciudadanía. Por cierto, si no me equivoqué al dividir, con 45.275 euros/año de coste medio por persona, la plantilla del Ayuntamiento de Madrid está relativamente bien pagada.

Hay en la Memoria alguna obsesión con pretensiones justificadoras que se me hace duro compartir. La más áspera de engullir es la preocupación por la “feminización” de las actuaciones, y el replanteamiento de las mismas en relación con el número de hombres y mujeres asignados a cada una. Como tanto Vd. como yo venimos de una época en la que había menos puestos de trabajo total y muchas familias vivían de solo un sueldo, seguro que hemos tenido ocasión de meditar muchas veces que la incorporación de la mujer al trabajo ha supuesto, sobre todo, una ventaja para las empresas (pagan menos por cada función).

No es lugar éste para traer este asunto a discusión, aunque no me dejaré engañar por “las ventajas” de que todos trabajemos de forma asalariada. Hay que investigar aportaciones no remuneradas en dinero a la colectividad y, alcaldesa, Madrid puede encontrar ahí una forma estupenda de dar ejemplo, como una smart city (ciudad inteligente) que saque ventaja de muchos ciudadanos dispuestos a ofrecer su trabajo, su tiempo, su experiencia, a cambio de satisfacción personal y reconocimiento, no de dinero.

Pero sigo con el Presupuesto. De los diferentes Programas previstos para ejecución, se llevan la palma económica unos pocos. Son los dedicados a “personas mayores” con 250 Mill. euros (ayuda a domicilio para las 190.ooo personas en situación de dependencia, de ellos, un 50% mayores de 80 años, y en un 66%, mujeres; centros de día propios y concertados, centros residenciales, etc.); está la “limpieza viaria”, que recibe una aportación de 220 Mill. euros, y las “instalaciones deportivas”, a las que se aplican 115 Mill. En conjunto, se llevan 580 Mill. de euros, que es casi la mitad de lo presupuestado para los Programas en que se desagrega el Gasto (1.260 Mill. de euros en total).

En cuanto a las necesidades asistenciales para lo que se llamaba tercera edad, en la que Vd. y yo nos encontramos de hoz y coz, las perspectivas son fáciles de proyectar. El 20,5 por ciento de la población de Madrid (650.000 personas) tiene hoy más de 65 años; y, como podría decir un vendedor de alarmas, “y creciendo”.

Poca atención parecen merecer, lo que me sorprende, incluso en una situación restrictiva de gasto, pero dada la grave crisis de empleo, las “políticas activas de empleo municipales”. Están dotadas con algo menos de 30 Mill. de euros, que se destinan a cursos de formación. Visto así, y dado que no me creo nada (o muy poco) de las ventajas de formar a la trágala a grupos de desempleados, habrá que felicitarse de que el despilfarro no sean mayor.

Según recoge la Memoria que me estoy permitiendo despiezar, los nuevos contratos laborales registrados de junio de 2014 a junio de 2015 fueron, de manera casi exclusiva, temporales y precarios: camareros y camareras (143.000), peones de transporte (conductores de furgonetas de reparto?) (28.000) y mujeres de la limpieza (sic) (76.000). Paupérrimo balance. En cuanto a indefinidos, se han generado 24.000 empleos en el servicio doméstico, 20.000 puestos de camareros y 6.500 para vendedores. Si alguien no quiere ver hacia dónde vamos, está ciego.

En mi opinión, las mejores políticas de empleo son las que difunden oportunidades empresariales, información estructurada de sectores, líneas de crecimiento económico y de formación de largo alcance, que se desea estimular desde las Administraciones. Siempre, elegidos en cooperación con los sectores empresariales, los centros de formación oficiales y los representante sociales (partidos políticos, representaciones vecinales, ONGs, etc.). Hablar cuesta menos y tiene un efecto multiplicador muy grande.

El Programa de inclusión social previsto pretende evitar, según dice, entre otros riesgos, la “feminización de la pobreza”. Atenderá a algo más de 18.ooo personas, con ayudas que se concentran en apoyos económicos de emergencia, o asignaciones periódicas a mujeres en necesidad. Escasa dotación económica para un problema que parece detectado y en expansión.

El desglose en Programas del gasto puede hacer incurrir en el error de no atender a los conceptos concretos en que se distribuye éste. Por ejemplo, al importante capítulo de la limpieza de la ciudad, se dedican 440 Mill. de euros, -incluyendo 190 Mill. de euros que se asignan al Programa que ya comenté antes-, pero también 135 Mill. de gestión ambiental urbana y 78 Mill. para el Parque Tecnológico de Valdemingómez.

Me gustaría haber tenido espacio para analizar más partidas, pero por dejar algo indicado respecto a los Ingresos del Ayuntamiento, expreso solamente que de los 4.500 Mill. de euros necesarios para el equilibrio presupuestario, 2.700 Mill. de euros (el 60%) son tributarios (y de ellos, el 84%, impuestos directos). Solo que no es cuestión de dejar tratado un tema tan importante con solo una pincelada, por lo que habrá otra carta en la que volveré sobre este asunto y conexos.

Tenga un buen día,

Angel, un ciudadano de Madrid

 

Publicado en: Actualidad Etiquetado como: alcaldesa, carta, Madrid, presupuesto

Segunda carta a Manuela Carmena, alcaldesa de Madrid

4 junio, 2016 By amarias Deja un comentario

Alcaldesa,

Tengo que aclararle, no a Vd., sino a quien se asome a estas líneas creyendo ver el destilado de una oposición crítica a su talante personal, e incluso a su ideología política, que no voy por ahí. La he votado como alcaldesa, sin fijarme en los demás nombres que acompañaban su candidatura. También voté a Angel Gabilondo como mejor candidato, en mi opinión, a la presidencia de la Comunidad, e igualmente, sin parar mentes en el resto de nombres que figuraban en su lista.

Posiblemente que, de haberlo hecho, no hubiera votado a ninguno de los dos. Pero como creo que este país tiene arreglo si conseguimos eliminar la tensión entre generaciones y ponemos en circulación buenas ideas y no simplemente ocurrencias ocasionales, es por lo que emití mi voto de esa manera: un voto de confianza.

Las dudas respecto a que Vd. no pudiera controlar una candidatura tan variopinta, formada masivamente por personas llegadas de la oposición y la protesta sistemática -y no digo que les falten razones concretas, pero les sobran rencores difusos-, se me han ido confirmado con el tiempo. La alcaldía está colapsada, pasa el tiempo y las cosas no arrancan o se corrigen, porque no se toman decisiones.

No es problema suyo, entiendo, porque Vd. no tiene por qué tener Madrid en la cabeza, sino de que no se le trasladan los temas suficientemente estudiados para que se puedan valorar los pros y contras de cada posible actuación, y echar para adelante.

Madrid no puede presumir de ser una ciudad inteligente (smart city, como dicen los pedantes). Más bien, es una ciudad bastante cutre. Entrañable, pero cutre. No hay más que darse una vuelta por la Puerta del Sol o la Plaza Mayor, y asombrarse de la cantidad de personajes estrafalarios que se nos han colado por allí. Hay equilibristas imposibles, Mickey Mauses, guerrilleros del antifaz, carteristas a montón, tenderetes para majas y toreros en los que solo hace falta poner la cabeza…

Esa plaza podía estar en La Paz, en Lima, en Guatemala, Quito, o en cualquier pueblo de las américas con el desarrollo paralizado.  No tiene nada que ver con la transmisión de una esencia culta, europea, de foro de encuentro entre personas para pasarlo bien. Desde luego, el centro de Madrid encuentra su complemento natural con tiendas de recuerdos confeccionados en China, imitaciones grotescas, comida para llevar de tres al cuarto y, eso sí, unos grandes almacenes en donde se puede adquirir de todo, como en cualquier lugar del mundo.

¿Se ha fijado Vd. o alguno de sus asesores -me han hablado muy bien de su hija, Eva Leira, que parece tiene una capacidad de observación excepcional- que, antes de que la manada de turistas se acerque al centro de Madrid, se distribuyen, cada mañana, los disfraces y las plazas que ocuparán las decenas de desarrapados que vestirán todo el día, bajo el atufante calor?

Allá, en los aledaños de las Plazas turísticas, se produce el trasiego en el que se reparten los avíos para desgastados cabezudos, se entregan las mantas que servirán para simular cabras tristes con cabeza de coco, se prepararán los ánimos para acercarse sin descanso a cada infante de paso, haciendo de Pocoyó, Goma Esponja o Popeye. Son ellos, los reyezuelos de la economía sumergida más miserable, los que moverán, quemando su energía por ganarse cuatro euros, los pesados carteles de espalda con el desazonador mensaje de Compro Oro o repartirán con insistencia indomable papeletas de Menú barato, que acabarán tiradas diez metros más tarde sobre el asfalto?

Se que no le parecerá bien, pero lo pregunto aquí, porque no le dirijo la cuestión a Vd.; en todo caso, no solo a Vd. ¿Le parece bien que decenas de jóvenes atletas, con sus saquetas de baratijas al hombro, se desplieguen una y otra vez por la zona, disponiendo con calculado orden sus mercancías falsificadas, actuando como gacelas temerosas que aprovechan los respiros más bien burlones, que les proporciona la vigilancia errática de otros tantos policías municipales? El espectáculo de sus alocadas carreras para salvar el pellejo de la posible incautación de sus mercacías por los guardianes del orden me mueve a tristeza profunda.

Porque Vd., que fue juez, sabe de las condiciones en las que se han autorizado la residencia de esos jóvenes venidos de las profundidades de África, atravesando desiertos y superando barreras de todo tipo. Los tenemos aquí como indocumentados, y no pueden trabajar legalmente, sin otros recursos económicos que lo que consigan de la venta de esas mercancías que les son entregadas en depósito por misteriosos distribuidores (iba a escribir mafias, pero quiero contenerme).

La reforma del art. 270 del Código Penal (Ley Orgánica 5/2010) ha rebajado las penas para quienes venden DVDs, CD y otras mercancías de falsas marcas en la calle con la fórmula consolidada de los top manta, añadiendo dosis de discrecionalidad judicial (el legislador no se atreve a tomar decisiones y traslada el ámbito de la responsabilidad del castigo a la judicatura).  La pena es ahora de seis meses a dos años, y la multa de 12 a 24 meses, que podrá ser sustituida -atendiendo a las características del culpable y a la reducida cuantía del beneficio económico, por una multa de tres a seis meses o trabajos en beneficio de la comunidad de treinta y uno a sesenta días. Si el beneficio no excede de 400 euros, se castigará el hecho como falta, según el artículo 623.5.

Hay miles de manteros afectados por la legislación anterior, con antecedentes penales que les impedirán conseguir su permiso de residencia; más de un centenar están en la cárcel. Muchos miles , sin duda, andan por la ciudad y por España, emboscados, ocultos, huídos, como si esto fuera una selva.

El número de pobres en las calles, crece día a día. La mayoría, no son españoles. No me importa, desde luego, la nacionalidad, sino su situación de necesidad, la forma en qué tienen resuelto (siempre, mal resuelto) su modus vivendi. A la puerta de cada comercio de mínima entidad, hay un pedigüeño instalado; cada diez metros en las calles principales de Madrid, hay un tenderete con alguien que proclama su necesidad.

La pobreza visible es solo la punta de un iceberg de la miseria, no solo propia, sino del entorno: no pocas de esas gentes vienen, por supuesto, de otros países en los que lo estaban pasando aún peor y están aquí porque lo poco que reciben les compensa. Sin embargo, ¿debemos dejar que la situación se enquiste, mirar hacia otro lado, permitir que crezca o se emponzoñe?

En mi opinión, no. Encarar la cuestión con la intención de corregirla, esto es, superarla, eliminarla, exige, ante todo, tomar consciencia completa de la magnitud del tema. Cuántas personas están afectadas, con qué medios de subsistencia cuentan, en qué condiciones viven. Si tienen hijos, cuáles son las situaciones de escolarización e integración concretas. En todo caso, enterarse de cómo resuelven asuntos tan importantes -además de la manutención y la vivienda- como la de la salubridad, la asistencia médica, la previsión que se imaginan de su futuro personal.

No hay solución en dejarlos solos, a su aire.

Estoy convencido, porque quiero estarlo, que Vd. está preocupada en analizar y encontrar soluciones al problema de la creciente visibilidad de la pobreza en Madrid. Es una cuestión de imagen, sin duda. No veo que haya encontrado su equipo el quid del asunto, porque vamos a peor.

El tratamiento de la pobreza invisible o más oculta lo dejo, si le parece, para otro día, para tratarlo en otra carta.

Un saludo,

Angel, un ciudadano de Madrid

Publicado en: Actualidad Etiquetado como: alcaldesa, Bando, carmena, carta, código penal, Madrid, pobreza, top manta

Cuento de invierno: Carta de los Reyes Magos

4 enero, 2014 By amarias2013 Deja un comentario

Aquel 6 de enero del año nosecuántos, todos los niños de la Tierra recibieron, escrita en un idioma que comprendieran, la siguiente carta:

“Nosotros, los Reyes Magos de la Tierra, los de las coronas de papel y manto de alfombra vieja como los subidos en carrozas aparatosas con el logotipo de una Galería Comercial, los de las pelucas pelirrojas como los de las barbas blancas, los tiznados de betún como los encarnados en emigrantes del Sahel a cambio de solo un bocadillo, los varones como las hembras, los de los barrios más humildes como los de las casas de postín, os decimos a todos los niños de la Tierra:

“No os dejéis engañar nunca más. Los Reyes Magos no existieron, ni existen ni existirán. Son un invento de ricos para señalar las diferencias con los que menos tienen, y, en especial, con los que nada tienen. En el mantenimiento de esa mentira, han colaborado, como cómplices, muchos padres, abuelos, tíos y amigos de los anteriores. Pero no creáis que el resultado es haceros felices a vosotros y a los niños que os han precedido en la infancia. Los beneficiarios principales han sido siempre los comerciantes, en especial, los propietarios de los grandes establecimientos, que han conseguido con el pretexto de vuestra felicidad vender a precios carísimos millones de hipotéticos juguetes que, como acabáis sabiendo por vuestra cuenta, no sirven para nada, ni siquiera para jugar.

“Nosotros, los Reyes Magos de la Tierra, reunidos de urgencia ante la situación que está viviendo el mundo, con tensiones sin resolver que parecen desgraciadamente enfocadas a una nueva guerra mundial, hemos tomado la decisión de no colaborar más con ese engaño. No participaremos en cabalgatas, no pondremos nuestro rostro para mantener una ficción que, en nuestra opinión, no causa más que falsas expectativas, disgustos, despilfarros de medios y, aumenta la basura mundial en miles de toneladas, porque los juguetes que se regalan cada año a los niños, acaban siempre, y al cabo de muy poco tiempo, rotos, inservibles e inútiles.

“Animamos a todos los niños ricos a que se fabriquen ellos mismos los juguetes, como hacen los niños pobres. A que encuentren en cada trozo de madera, en un alambre, en una piedra, en las hojas de los árboles, en las madejas viejas, un motivo para desarrollar su creatividad. Os animamos, niños, de familias pobres como de familias ricas, a que juguéis juntos.

“Sabemos que habrá fabricantes de juguetes que pongan el grito en el cielo si leen esto, afirmando que con eso se les esfumará el negocio que sostiene a muchas familias. En todo caso, creemos qué lo harán en el idioma chino, pues de allí vienen la inmensa mayoría de los juguetes, gracias a la mano de obra barata de las fábricas orientales.

“No estamos en contra de que se regalen juguetes a los niños, sino de que se nos invoque a nosotros para sostener la ficción de que hay unos seres celestiales que premian a unos y castigan a otros, en una fecha concreta, lo que ha permitido durante siglos alimentar la hipótesis de que los niños cuyos padres tienen más medios son los que resultan más queridos por los dioses, lo que ni nos consta ni nos parece, en cualquier caso, ético.

“No seremos tampoco nosotros quienes os digamos cómo hacer juguetes, de esos que ahora llaman educativos. Para contar hasta diez, meter piezas geométricas en agujeros o poder decir árbol en inglés, no hace falta llenar de plásticos y cartones de colorines una caja muy aparente con cuatro pilas de cadmio. Para aprender a andar en bicicleta no hace falta, desde luego, disponer de una máquina con cambio de marchas que acabará en el desván. Para jugar a las muñecas no necesitáis un clon de un bebé satisfecho que diga cuatro frases grabadas y eche agua por un agujerito cuando se le apriete la barriga.

“Vosotros sabéis, niños del mundo, sin que os lo hayan impuesto, lo divertido que resulta llenar con pinturas y colores sencillos hojas y hojas de papel reciclado, recortar con tijeras vuestras propias marionetas, participar en carreras, incluso a la pata coja, hacer competiciones de pelota con porterías marcadas en el suelo, organizar lecturas de poesía, representaciones de teatrillo, salir de excursión, que se os explique cómo funcionan las cosas, que se os enseñe el nombre y las costumbres de los animales, que se os presenten más y más amigos con los que descubráis intereses comunes. Todo depende de vuestra edad y está limitado solo por vuestra imaginación.

“Os animamos, queridos niños ricos de cualquier lugar del mundo, a que digáis a vuestros padres que no queréis que os entretengan con ningún juguete comprado, que no gasten el dinero en generaros una ilusión efímera. Decidles que lo que deseáis es que se esfuercen, y rápidamente, en hacer un mundo mejor, sin guerras, sin disputas sin sentido, sin emigraciones forzadas, sin diferencias provocadas por la ambición, el odio y la explotación de los más débiles.

“Nosotros, los Reyes Magos de la Tierra, nunca hemos sido quienes os traeremos los regalos, porque solo somos un grupo de hombres y mujeres que se disfrazan para participar en una cabalgata. Por ello, probablemente, vuestros padres, tíos, abuelos y sus amigos, puede que incluso algunas empresas y asociaciones benéficas, os sigan regalando juguetes en esta fecha y en los años siguientes. Es más, creemos que no leerán esta carta.

“Pero vosotros, sí. Vosotros, sí que conoceréis el mensaje. Más tarde o más temprano, lo entenderéis.

“Es por eso que a vosotros va dirigida, en la confianza de que no caeréis en la trampa de comprar juguetes en una fecha como ésta a vuestros hijos y, puesto que para entonces ya seréis adultos y responsables, no lo haréis porque no necesitaréis de ningún día en el calendario para demostrar a vuestros hijos lo mucho que los queréis, y, sobre todo, de lo orgullosos que os sentís al saber que disfrutan de las mismas oportunidades de ser felices que los niños del vecino, aunque ese vecino esté situado en el lugar más alejado de la Tierra.

“Un beso de despedida de los Reyes Magos que, a partir de ahora, dejamos ya de serlo. Nos difundiremos en el mundo real, hasta hacernos invisibles”.

FIN

Publicado en: Cuentos y otras creaciones literarias Etiquetado como: carta, cómplices, cuento de invierno, falsedad, galería comercial, niños, reyes magos, tierra

Cuento de otoño: El clavo, la mariposa y la niña que festejó el solsticio de invierno

22 diciembre, 2013 By amarias2013 Deja un comentario

Todos hemos oído historias en las que una actuación de apariencia intrascendente acaba provocando efectos muy importantes. Es el caso del clavo mal encajado por el que se soltó una herradura, lo que dejó manco a un caballo que montaba el general que mandaba los ejércitos en la batalla que decidió el destino de un país.

Hay un proverbio chino que sostiene que el aleteo de una mariposa puede llegar a provocar un huracán en la otra esquina del mundo, y se ha realizado una película de éxito que lo demuestra o, por lo menos, lo intentó.

El caos está siempre acechando, y hasta existen leyes de la termodinámica que le han dado carta de naturaleza intelectual. Lo que no quiere decir que, por su parte, los amantes del orden estén desprotegidos: existe una probabilidad, aunque obviamente muy pequeña, de que todos los átomos de la materia con los que está fabricada la mesa sobre la que ahora escribo, coincidan en ponerse a danzar en la misma dirección, lo que me permitiría vivir la inolvidable experiencia de verla levitar unos palmos sobre el suelo.

El escenario de este cuento es un mundo en desorden, por lo que se podía suponer que había sido pasto de aplicación simultánea de las teorías del clavo y de la mariposa. Para que el lector no tenga que utilizar la imaginación, que es aconsejable la reserve para otros momentos, basta con que mire a su alrededor.

En consecuencia del desorden imperante, los habitantes no perdían ocasión, tanto a escala doméstica como a nivel global, de enzarzarse en peleas y discrepancias por cualquier motivo, desde un quítame allá esas pajas a yo lo vi primero. Por supuesto, los motivos variaban según las zonas de la Tierra, las etnias, las castas, las naciones o los intereses particulares o generales. Lo que era común a todos eran las ganas de pelear.

Quiso la casualidad que, en vísperas del solsticio de invierno, una niña de diez años, que vivía en un poblado del centro de Africa, mientras volvía a la choza con un cántaro de agua sobre la cabeza, tuvo una revelación y, como resultado, tomó una decisión que no le correspondía. La pequeña se llamaba Maisha Niara, que significa en swahili Vida con Máximas Aspiraciones. Por cierto que era la única persona de la tribu que tenía dos nombres, pero, cuando murió al poco de nacer su hermana gemela, Maisha, como consecuencia de una patada de una cabra, su padre decidió que se llamaría así en adelante.

Maisha Niara había tenido mucha suerte. A pocos kilómetros de su poblado había una escuela y, desde que aprendió que había garabatos con significados, le encantaba escribir. Se pasaba mucho tiempo imaginando historias que podían suceder de verdad.

Después de dejar el cántaro a la sombra, la niña, tomó un bolígrafo y una hoja del calendario de hace tres o cuatro años que colgaba de una pared de la choza, y escribió, con su letra menuda y líneas bastante rectas, una carta dirigida al Presidente del país más importante de la Tierra.

Al día siguiente, apenas llegó a la escuela, le pidió a su maestra que le tradujera la carta al inglés.

-¿Una carta al Presidente más importante de la Tierra? -le preguntó, curiosa, la profesora a la niña.- ¿Qué puede decirle a una persona de ese rango, una niña de un poblado perdido en el corazón de África?.

Maisha Niara no contestó, sino que le repitió, por favor, que la leyera y, si le parecía bien, que la tradujera al inglés, la copiara en un papel lo más limpio posible, la metiera en un sobre con los sellos que fueran necesarios y se la entregara al buhonero que venía los jueves al pueblo con vituallas y conservas de salazón y pescado, para que le diera el curso conveniente.

La maestra leyó en voz alta, luego de ordenar a todos los niños, incluso los mayores, que se sentaran alrededor.

“Querido Presidente del país más importante de la Tierra: Me llamo Maisha Niara y vivo en África. No pude verte por la televisión porque en mi poblado no tenemos electricidad, pero me dijeron que tienes cara de buena persona. Soy una niña de diez años y estudio mucho porque me han dicho que es la forma de tener futuro. Verás, he pensado que como tú tienes tanto trabajo con cosas muy urgentes no debes tener nada tiempo para pensar en el futuro de los niños como yo. Cuando yo tenga treinta años, tú serás un anciano achacoso o te habrás muerto, y si la gente como tú, preocupada por solucionar el presente, no ha tenido tiempo para crear nuestro futuro, nos encontraremos con que no existe cuando lleguemos a él. Por eso, se me ha ocurrido que si todos los habitantes de la Tierra dedicásemos, por ejemplo, diez minutos cada día para hacer un poco del trabajo de otra persona, sin dejar por ello de hacer el que nos corresponde, tendríamos todos los días cien mil millones de minutos libres que te podíamos dar para que tú los distribuyeras de la mejor manera posible. A mí se me ocurren algunas cosas que podría hacer, pero creo que es mejor que te envíe un vale por mis diez minutos, para que, si te parece, pidas a todo el mundo que te envíe también un vale por diez minutos y, cuando los tengas todos, ordenes a cada uno que haga en ellos lo que te parezca mejor, y así también tú tendrás mucho más tiempo para pensar en el futuro de los niños.
No se me ocurre nada más. Te mando un beso desde el corazón de África. Disculpa las manchas de la carta, pero mi hermano ha tirado la papilla cuando estaba escribiéndola”.

-Eso último puedes quitarlo, dijo Maisha Niara.

Cuando el buhonero recogió la carta que iba dirigida al Presidente del País más importante del mundo, prometió darle el curso que correspondía. Pasaron los días, y en el poblado, una niña espera, ansiosa, la llegada del cartero.

FIN

Publicado en: Cuentos y otras creaciones literarias Etiquetado como: Africa, carta, clavo, corazón, cuento de invierno, efecto, escuela, importante, inglés, Maisha Niara, mariposa, máximas aspiraciones, minutos, país, poblado, presidente, proverbio chino, swahili, tribu, vale, vida

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