Al socaire

Blog personal de Angel Arias. La mayor parte de los contenidos son [email protected], aunque los dibujos, poemas y relatos tienen el [email protected] del autor

  • Inicio
  • Sobre mí

Copyright © 2023

Usted está aquí: Inicio / Archivo de Unión europea

Vigésimo Primera Crónica desde el País de Gaigé

26 junio, 2022 By amarias Deja un comentario

Termina junio en Gaigé con manifestaciones en las principales ciudades. No han tenido mucho éxito en sus convocatorias, pero son significativas del ambiente que se respira en ciertos sectores, donde militan o se agrupan simpatizantes de la coalición de Gobierno.

Por una parte, se protesta contra la cumbre de la OTAN que tendrá lugar en Madrid los días 29 y 30 de junio. Los manifestantes, alentados por varios ministros del Gobierno aunque hayan desistido de acudir personalmente a la algarabía, exigen la disolución de la Organización, el final de la guerra en Ucrania, la reducción aún más drástica del presupuesto militar y la devolución de los terrenos ocupados por las Bases Militares norteamericanas. Espero no olvidarme nada de su ideario antibelicista.

La moderna doctrina subyacente para estos pacifistas es, en fin, que la OTAN y la ambición norteamericana por mantener su hegemonía mundial (ya muy debilitada) son las principales causantes del ataque de la Rusia de Putin a Ucrania. Una guerra defensiva, pues.

La reunión de los presidentes del G7, que tiene lugar en Alemania este domingo, por su parte, bebiendo de aires muy diferentes, ha servido para reforzar el apoyo incondicional a Ucrania y para exponer solidaridad conjunta ante la crisis energética y alimentaria, que está comiendo aceleradamente los pies del estado de bienestar.

La difusión de algunos comentarios de los líderes occidentales ridiculizando a Putin no servirá, seguramente, para estrechar lazos con el protagonista y causante del mayor problema actual contra nuestra seguridad. La cumbre de la OTAN madrileña pondrá a prueba los sistemas de seguridad de Gaigé. Cruzamos los dedos para que todo suceda, no solamente con un final que permita presentar algún acuerdo relevante sino sino, y sobre todo, sin incidencias notables.

La segunda ola de manifestaciones que ha tenido lugar en Gaigé encuentra su fundamento en un terrible suceso que violentó nuestra sensibilidad: un intento de casi dos mil subsaharianos (fundamentalmente procedentes de Chad y Sudán) para superar la valla que separa Marruecos de Melilla.

La violenta actuación de la policía de Marruecos, que utilizó incluso -según puede sospecharse al observar los vídeos difundidos en las redes- disparos reales, junto a gases lacrimógenos y piedras para impedir el asalto, provocó, al menos, 23 muertos por asfixia, golpes y heridas de bala. Las imágenes difundidas pueden interpretarse en parte como que la presión policial forzó a los subsaharianos a amontonarse contra la valla.

La inexplicable actuación marroquí está motivada, según se indica por analistas del complejo tema del Magreb, como exhibición de la buena relación actual entre los gobiernos vecinos. Sánchez ha elogiado el empeño marroquí de controlar el intento de los migrantes, tildándolo de ejemplar, cuando no conocía que había causado tanta mortandad . Pero no supo desdecirse al saber que la morgue de Nador estaba saturada con los cuerpos de jóvenes fallecidos en la batalla desigual, ni al contemplar las imágenes de centenares de jóvenes hacinados en el suelo controlado por la policía.

Tanto despliegue de fuerza y causas de dolor no han impedido que casi 150 chadianos y sudaneses hayan penetrado en tierras españolas y estén ahora confinados en el Centro de Estancia Temporal de Emigrantes, donde una veintena de abogados ofrecen sus servicios para conseguir que, dadas sus circunstancias personales y la situación en sus países de origen, puedan alcanzar el estatus de refugiados.

Es imposible, al comentar este suceso, no poner énfasis en el escaso apoyo que se presta al desarrollo a los países del Sahel, suministradores principales de esos contingentes de jóvenes que huyen de sus países, buscando del Dorado europeo, a costa del riesgo de perder sus vidas.

El calor ambiental ha remitido en casi todo Gaigé, que trata de curar las heridas de los últimos incendios. Particularmente graves han sido los destrozos causados por el fuego en la sierra de la Culebra, en Zamora. La hermosa zona, atractivo turístico importante, ha quedado irremediablemente afectada y el gobierno de Mañueco ha tenido que explicar su actuación ante las llamas. Faltan medios, profesionales , adecuado cuidado del monte y de las zonas sensibles y mejora de la sensibilidad ciudadana para evitar (o causar) actuaciones que favorezcan la aparición de terrible antinomio fuego-bosque.

No faltan graves problemas en Gaigé, siendo el del aumento sin control de la inflación el más preocupante. El llamado tope al precio del gas autorizado por Bruselas se descubre como un parche insuficiente para detener la escalada del precio de la energía. Gaigé muestra la debilidad de su proyecto energético, pues, en cuanto a la producción de electricidad, la energía solar (afectada por la calima) y la eólica (en momentos de parálisis de los vientos) resultan escasos para cubrir las necesidades, privadas y empresariales.

La demanda del parque móvil -tanto para el automóvil eléctrico como para los que se mueven con combustible convencional- no cesa de crecer y los precios están disparados. Para lo eléctrico, se ha tenido que recurrir a las centrales de ciclo combinado y a la denostada nuclear; para la gasolina y el gas oil (el petróleo) se seguirá subvencionando el consumo con 20 céntimos/litro, rápidamente absorbidos por el mercado desbocado.

No estamos solos en el toque al tambor del pánico: Alemania revisa el abandono nuclear y planea reabrir las minas de carbón. La transición energética europea, amparada en aquel mensaje de ser modelo para el mundo, deberá revisarse desde e, pragmatismo.

Publicado en: Actualidad, País de Gaigé, Sociedad Etiquetado como: bomberos, Castilla-León, Centro de Estancia Temporal de Emigrantes, CETI, Chad, Cumbre de Madrid, energía, gasóleo, gasolina, incendios, manifestaciones, Marruecos, Melilla, OTAN, País de Gaigé, policía marroquí, Sierra de la Culebra, Sudán, Unión europea

La energía no es cara solo por la guerra en Ucrania (1)

24 marzo, 2022 By amarias 1 comentario

En un magnífico artículo publicado en el diario regional La Nueva España (domingo, 20 de marzo de 2022), Vicente Luque Cabal -uno de los mejores ingenieros de Minas salidos de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Minas de Oviedo-, ilustra con sabias palabras sobre la transición energética.

No tiene sentido que detalle, en este blog, los entresijos de la brillante reflexión de mi compañero y amigo, pero no puedo resistirme a indicar, con sus propias palabras, el titular y el núcleo de su análisis. “La transición energética necesita ingenieros muy bien formados” y “La transición energética está siendo conducida actualmente por políticos e ideólogos que han supeditado la política energética a la política del clima”.

La paradoja que estamos viviendo en la Unión Europea es que, siendo la complejidad de la transición energética un enorme reto, que afecta a numerosos sectores industriales básicos, los responsables de planificar ese proceso hayan roto el “equilibro sagrado” entre la seguridad del aprovisionamiento, la competitividad de la economía y el medio ambiente.

La ruptura de ese equilibrio, según la opinión de Luque, que comparto plenamente, ha provocado la subida de precios de la energía, que no puede atribuirse solo a la invasión de Ucrania por Rusia. Se han cerrado prematuramente instalaciones con la mejor tecnología disponible, que actuaban de limitadores a los precios.

¿Por qué se actuó de esta manera tan precipitada? Porque no se ha querido escuchar la opinión de los técnicos. Con la peregrina sensación de que “los ingenieros han tenido ya demasiado protagonismo y es hora de atender a las opiniones de otros colectivos” (siento vergüenza atribuir esta boutade, cierta, a quien fue su autor), se ha dado cancha a personas sin ninguna formación técnica para dirigir la transición.

Luque conoce bien el percal, pues fue alto funcionario de la División General de Energía de la Comunidad Europea. Por eso, cita la formación de los más relevantes ejecutivos de la Comisión que se encargan del Grean Deal, quienes deberían ser capces de “evaluar el desarrollo de las cadenas de valor y, en consecuencia, de ofrecer las soluciones de oportundad que la sociedad requiere”.

Franciscus Timmermans tiene un grado en lengua francesa y literatura, que completó con un postgrado en leyes de un año. La comisaria de Energía, Kadri Simson, tiene un grado en Historia y un máster en ciencias politicas. Ditte Jorgensen es graduado en Leyes…

Todos estos devotos de la energía solar y eólica están orgullosos, al parecer, de que estas fuentes representan el 3,2% de la energía primaria en el conjunto de la Unión Europea.

No se escapa, al contrario, de este repaso de calidades formativas y trayectoria personal para llegar a puestos de singular relevancia en el sector energético, nuestra ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, licenciada en Derecho y diplomada en políticas, alumna de Timmermans, quien la presentó en el Global Annual Energy Meeting de ESSADE GEO como “su mejor alumna”, lo que Luque -no muy dado a la ironía- califica de “mal favor”.

Podría pensarse, si se actúa desde el desconocimiento de lo que implica la transición energética, que la opinión de Luque es interesada, cuando enuncia que “los ingenieros , por nuestra formación técnica, económica y (la) cada vez mayor (complejidad) de los mercados energéticos, estamos llamados a jugar un gran papel”. Por si no bastara para juzgar el valor intrínseco de esa afirmación, pongo además en la balanza, el excelente trabajo profesional de Vicente Luque, que acumula una experiencia insuperable en el campo genérico de la energía, y ha dado siempre muestra de una honestidad y claridad digna de todo encomio en la exposición de sus ideas.

Por ello también, su indicación de que los ingenieros deben tener una función relevante en la concepción y desarrollo de la transición, deja claro con elegancia que “por supuesto que no contribuimos solos y apostamos por economistas de la energía, expertos en derecho de la energía y en todo lo referente al impacto social, territorial y medioambiental de la producción y uso de la energía”.

Un aplauso fuerte, amigo.

(continuará con una segunda parte)

 

Publicado en: Actualidad, Energía, Guerra en Ucrania Etiquetado como: Ditte Jorgensen, energía, Kadri Simson, La Nueva España, Teresa Ribera, Timmermans, Transición ecológica, transición energética, Unión europea, Vicente Luque

Putin está a punto de ganar su batalla para hacerse con Ucrania

4 marzo, 2022 By amarias Deja un comentario

El criminal de guerra Vladimir Putin está a punto de ganar su batalla con Ucrania. Pero está perdiendo todas su guerra contra la libertad y provocando un aislamiento económico y politico de su feudo que se traducirá en el mayoritario desprecio internacional hacia su persona (que acabará, y no se lo remediará nada ni nadie, siendo juzgado por sus crímenes en la Corte Penal Internacional enjuiciado por genocidio, e infracción múltiple de principios del derecho internacional), y en el deterioro que sera difícil de recuperar en la imagen del pueblo ruso, empañada por el apoyo de los plutarcas rusos y de su gobierno y el silencio cómplice de gran parte del pueblo ruso.

La sensación de estar reviviendo, en aspectos sustanciales, la época nazi que provocó la segnda guerra mundial es imborrable. Otros personajes, otro pueblo perseguido, un parecido mirar hacia otro lado de la población de la Rusia ocupada por el dictador de la KGB, no queriendo conocer la realidad que se esconde en la invasión a la libertad de otro pueblo eslavo,

Ha habido vencedores, y no precisamente pírricos, sino muy consistentes, El presidente Volodomir Zelenski, desde luego, es un vencedor moral en esta falsa disputa provocada por el criminal invasor. Ojalá que su vida salga indemne de tanto ataque lleno de odio e incomprensión hacia lo que representa: la libertad de Ucrania, la defensa del deseo legítimo de de un pueblo de decidir su destino. Ha vencido Josep Borrel, el alto Comisionado Europeo, quien desde un principio del ataque del ruso a Ucrania (y antes de él, con clarividencia que le honra) ha detectado el riesgo que significaba Putin, su obsesión armamentística, y la debilidad de la Unión Europea por carecer de una Fuerza de Defensa propia y depender exclusivamente de la protección que Estados Unidos pueda ofrecerle, a través de ese mecanismo heterogéneo y ya decadente que significa la OTAN.

Ha ganado puntos Joe Biden, aunque sus primeras comunicaciones resultarn ininteligibles y parecieron débiles para atajar a tiempo la determinación genocida del dictador ruso, aunque hay que entender ahora que una parte sustancia de la población norteamericana se mantiene intoxicada por su orate local, el expresidente Donal Trump y, desde luego, la convicción de que Europa no estaba haciendo lo que debía por protegerse, con su insuficiente colaboración a la dotación del presupuesto de la OTAN. También cuenta en su descargo que una decisión de involucrar en mayor medida a la Alianza, enviando a militares norteamericanos a la posibilidad de morir en una nueva guerra sentida como ajena.

Hoy, 4 de marzo, nos hemos enterado de que la planta nuclear de Zaporiyia, la mayor de Europa,  ha pasado a ser ocupada por los invasores y las tropas rusas se han hecho cargo de la gestión de la central, después de un ataque que provocó un gran incendio en las inmediaciones que, en este momento, parece controlado. El espectro de Chernobil ha vuelto a aparecer, pues se desconoce la capacidad de control de una instalación de alta tecnología y subsigiente riesgo de desastre en caso de caso de mal funcionamiento. Tanto Biden como Boris Johnson (el primer ministro del Reino Unido) han identificado el ataque a la central como una amenza direcra a la seguridad de toda Europa.

A nivel muy local, es decir, nuestro pequeña tierra de Taifas, se ha perfeccionado hasta límites de sonrojo, la discrepancia en el Ejecutivo español sobre cómo actuar contra el sátrapa ruso. A discrepancia de la vicepresidenta Yolanda Díaz, que se ha expresado en apoyo de la decisión de Gobierno de apoyar con armamento a los defensores ucranios, la ministra Ione Belarra, la ministra María Jesús Montero, el ministro Alberto Garzón y otros portavoces de los partidos de la izquierda desorientada y falsaria, proclaman su apoyo sentimental a la Ucrania invadida, pero discrepan profundamente de cualquier apyo que no sea la negociación para “parar la guerra”.

Quieren ignorar estos personajes ahítos de buenismo que las condiciones de Putin para detener la guerra son que Ucrania reconozca que ha perdido la guerra, se deponga el gobierno legítimo, disuelva su Ejército y renuncie a entrar en la Unión Europea y, por supuesto, en la órbita de la OTAN. Es decir, que pierdan la libertad, los derechos humanos más libertades, sucumba el derecho internacional. Da vergüenza que tengamos a estas gentes de ministros y portavoces de partidos que se dicen activos militantes por la mejora del nivel de vida de los españoles.

Publicado en: Actualidad, Rusia, Sociedad, Ucrania Etiquetado como: Alberto Garzón, central nuclear, Donal Trump. Boris Johnson, Ione Belarra, Joe Biden, Josep Borrel, María Jesús Montero, OTAN, Ucrania, Unión europea, Vladimir Putin, Volodomir Zelenski, Yolanda Díaz, Zaporiyia

Con Ucrania y contra Putin

1 marzo, 2022 By amarias Deja un comentario

Hoy, uno de marzo, comienza oficialmente la primavera en Ucrania. Poco tienen este año de 2022 los ucranianos que celebrar. La guerra continúa, e incluso se ha recrudecido. Del apoyo sentimental inicial, más bien simbólico, de los países de la Unión Europea -como si fueran los aplausos que se dispensan a un equipo que no defiende nuestros colores en el estádium, pero que nos cae simpático- hemos pasado a posiciones más enérgicas.

No se puede decir que haya acuerdo unánime entre los Estados de la Unión en desplegar acciones concretas, siendo Alemania, país que tiene más que perder por su dependencia energética del gas procedente de Rusia, quien ha tomado las medidas más enérgicas. El gobierno español, poniendo de manifiesto su falta de coherencia también en el plano internacional, ha tenido oficialmente que doblegarse ante la postura de sus socios de la izquierda inconsistente, desistiendo del envío al país invadido de material bélico que pudiera ser utilizado en maniobras ofensivas.

Los efectos económicos de la congelación de la mayor parte de los intercambios en divisas (la suspensión de los acuerdos de swift, o de transferencias telemáticas) han empezado a notarse en Rusia y en las fortunas de los oligarcas rusos. Algunos de estos últimos, con intereses en España, como el propietario del supermercado Dia, Mijaíl Fridman (amigo personal de Putin), han tratado de desmarcarse de la realidad de la invasión con un comunicado en que la desaprueban. Pero el efecto boomerang también está siendo acusado en Europa y, particularmente en España, en donde la mafia rusa (con apariencia de legalidad) ha utilizado nuestra permisividad para blanquear divisas y lo apacible de pasar desapercibido disfrutando de un buen clima para invertir en la Costa mediterránea y obteniendo, incluso, en algún caso, la nacionalidad española.

Las víctimas civiles ucranias aumentan, porque el déspota agresor ha autorizado (dice lo contrario, pero no se le debe creer a un mentiroso crónico) el bombardeo de barrios residenciales. El domingo, un comando ruso destruía en el aeoropuerto de Gostomel, el hexareactor AN225, orgullo constructivo de la compañía Antonov, el mayor avión del mundo.

La OTAN se prepara para el despliegue de la Fuerza de Respuesta Rápida, dispuesta a ordenar la defensa de su ala este, formada por Lituania, Letonia, Estonia, Polonia, Rumania y Bulgaria, lo que supondría el desplazamiento de militares (esto es, “fuerzas” armadas) para afianzar esas fronteras. La Brigada Guadarama, con su batallón de infantería mecanizado, se vería afectada si tuviera que entrar en combate, suponiendo la entrada indirecta de España en la guerra.

Sigue pareciendo heroico, numantino pero ejemplar, el esfuerzo defensivo ucranio, animado ahora por el hálito del apoyo internacional, cada vez más concreto y abierto a aportar más que afectos, mantas de abrigo y comida enlatada. Unas primeras negociaciones para parar la guerra, calificables más como hipotéticas que reales, se han traducido en un fracaso, aunque las líneas de conversaciones entre beligerantes (invasor y ofendido) deben permanecer abiertas. Se desconoce, sin embargo, lo que quiere Putin: ¿un rendimiento de Ucrania sin condiciones? ¿Que la OTAN reconozca la adhesión del territorio ucranio -todo o parte de él- a la órbita rusa?

Sería interesante conocer, sobre todo, qué piensan los rusos de esta invasión. En España, desde la lejanía y la necesidad de proteger sus intereses y apacible vivencia, muchos de los ciudadanos rusos residentes han manifestado su repulsa y el apoyo al hermano pueblo eslavo. ¿Están los rusos que viven en Rusia dispuestos a seguir apoyando mayoritariamente a Putin? Hasta el momento, las protestas en territorio del jerarca hitleriano se han ahogado en detenciones, mamporros y silencio cómplice de un pueblo aletargado.

En este contexto de desorientación informativa, se acumula el fracaso de los comunicados por la paz, las manifestaciones ante las embajadas rusas exigiendo la suspensión inmediata de los ataques, el reconocimiento triste del aumento de la barbarie bélica, la simpatía hacia la heroica defensa ucrania, el aplauso emocionado hacia la posición ejemplar y elegante de Volodomir y su gobierno, un sentimiento de adhesión empática imparable hacia el pueblo invadido. Han surgido iniciativas que ponen focos intensos y luces de solidaridad y simpatía hacia los que resisten, enviando toneladas de materiales de abrigo, víveres, dinero mediante convoyes que tienen por destino las principales ciudades del país invadido, atravesando vías convertidas en my peligrosas por la guerra.

Se conoce que cientos de miles de reservistas se apresuran a alistarse en el Ejército, y que hombres que viven fuera del pais retornan a él en vehículos particulares para ponerse en disposición de empuñar las armas contra el invasor.

Para apoyar la alimentación del número creciente de refugiados, miles de personas -mujeres, niños y ancianos- que se han visto obligados a huir de su país para salvar sus vidas, ha resurgido, siempre atento a ofrecer su conocimiento como cocinero y gestor, José Andrés Puerta, el asturiano universal nacionalizado estadounidense, que se desplazó a Polonia para instalar su cocina solidaria, World Central Kitchen. “La gente mala siempre gana” (porque miramos hacia orto lado) ha escrito José Andrés en su cuenta de Twitter, calificando a Putin de “matón”.

Tenemos una cuenta abierta con la Historia que estamos construyendo. No podemos cerrarla sin la victoria de la razón, el orden internacional, el respeto a la libertad y la independencia de los pueblos. Putin debe ser depuesto de su ignominioso afán conquistador por la sólida oposición internacional y el firme rechazo de sus súbditos, el sufrido pueblo ruso que no se merece este baldón de miseria intelectual en las páginas de su historia colectiva.

 

 

Publicado en: Actualidad, Guerra en Ucrania, Rusia, Ucrania Etiquetado como: Antonov, Brigada Guadarrama, españa, José Andrés, José Andrés Puerta, Mijail Fridman, Putin, Supermercados Dia, Ucrania, Unión europea, Volodomir Zelenski, World Central Kitchen

¡La guerra ha estallado!

24 febrero, 2022 By amarias 1 comentario

Sobre las 5 de la madrugada del dia 24 de febrero de 2022, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, ha dado la orden de invadir Ucrania, después de varios días de desinformación y conversaciones diplomáticas entre representantes de Estados Unidos y los principales Estados europeos con las autoridades rusas. En una clara operación prebélica de desorientación, los portavoces del Kremlin -embajadores, generales con diversos cargos en el Ministerio de Defensa que dirige Serguéi Shoigú y el propio Putin- han venido desmintiendo que se preparase ninguna operación militar y acusaban a los países de la OTAN de “sembrar inquietudes”, “intoxicación” y “ver amenazas donde no las había”.

Conforme con la información de los equipos de espionaje de Estados Unidos que el presidente norteamerivcano Biden comunicó desde hace semanas a sus aliados, la invasión del Ejército ruso del territorio ucraniano se produjo efectivamente. No se limitó, como se creía en principio, a las regiones del Donbass (repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, ya reconocidas por Rusia como Estados sberanoa). Aunque los comunicados rusos lo niegan, los informes ucranios afirman concluyentemente que misiles rusos han destruído instalaciones aeroportuarias próximas a Kiev y que las tropas invasoras avanzan con objetivos que podrían identificarse con la ocupación general del territorio.

Los enfrentamientos con las tropas ucranianas se están produciendo en muchos puntos. El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Ucrania, (actor, director y comediante que ganó las elecciones el 20 de mayo pasado en la segunda vuelta). exhorta a todos los ciudadanos ucranianos a la defensa del país y solicita ayuda internacional.

¿Qué quiere Putin? En este momento, está claro que su pulso tiene un largo alcance. Animado por la debilidad de las posiciones occidentales, concentradas en la búsqueda de soluciones económicas que puedan causar el mayor daño posible a la economía rusa, para que sean los mismos rusos los que condenen la invasión y obliguen al presidente ruso a la retirada de las tropas, Putin -cuya cualidad de estratega sin escrúpulos no admite dudas- está convencido de que, al menos, conseguirá la segregación de las repúblicas del Donbass y su anexión a Rusia, de manera similar a lo que consiguió resultara con la república de Crimea y la ciudad autónoma de Sebastopol en 2014. No solo eso: su demostración de fuerza y podería militar servirá de advertencia a los países limítrofes, ya que no a la propia OTAN de que cualquier movimiento de adhesión a la estructura de la Alianza Atlántica se encontrará con una dura respuesta.

Por supuesto, las medidas económicas que adopten los países de la Alianza y, en particular, de la Unión Europea, tendrán  damnificados bilaterales, pues no solo afectarán a Rusia, sino a los países de la Unión, que dependen del gas ruso en gran medida, junto a otros productos. Ucrania, además, es suministrador importante de productos agrícolas, abonos y algunos minerales, incluso de los llamados estratégicos, así que la guerra provocará (lo está haciendo allá) destrozos en las economías en múltiples direcciones.

No tengo la bola mágica para poder predecir cuáles serán los próximos pasos. Ucrania tratará de defenderse con todas sus fuerzas, aunque su desigualdad respecto al invasor es evidente. Visto desde la perspectiva del desequilibrio de armamento y tropas, su resistencia podría equivaler a un heroico suicidio colectivo. La única posibilidad de resistencia creíble será la incorporación al conflicto de fuerzas de la OTAN, y no precisamente con carácter disuasorio, sino entrando con toda claridad en la defensa del Estado invadido, lo que nova a producirse.

Se habla desde la parte occidental del recrudecimiento de las medidas de presión para doblegar a Putin, aunque la única forma de que el emulador de Hitler se retire de su ambición imperialista me parece una respuesta militar que le haga ver que tiene mucho que perder y, sobre todo, que los medios destructivos de apoyo a Ucrania son tan eficaces (y letales) como los que él mismo tenga  a su disposición.

Malos augurios, pues, para la sensatez. Los principios democráticos, la libertad de los pueblos para organizar sin interferencias ni imposiciones externas las vidas de sus ciudadanos y la gestión de sus recursos, están puestos en entredicho por un oligarca déspota, sin escrúpulos, falaz. Cuando se llega al extremo en que la desvergüenza de un sátrapa pretende imponer sus ideas de dominio, a despecho de otros valores que no sean los suyos y su ambición, solo hay dos opciones: a) doblegarse, asumiendo que su fortaleza nos conduce a la esclavitud como forma de alcanzar la paz, o b) oponerse con todas las fuerzas (negociadoras, económicas, militares, de inteligencia y presión), conscientes de que la libertad no puede negociarse ni entregarse como rehén.

Los Estados occidentales tienen una responsabilidad que es consustancial con la defensa del valor de lo único que merece denominarse humano: la libertad de decidir. No es cuestión de Ucrania y su Estado de derecho. En ese barco también estamos nosotros.

Publicado en: Actualidad, Guerra en Ucrania Etiquetado como: Dombáss, guerra, Rusia, Serguéi Shoigú, Ucrania, Unión europea, Vladimir Putin, Zelenski

¡Seguridad! (Segunda parte)

30 enero, 2022 By amarias Deja un comentario

En lo que parece la vispera de una confrontación militar (escribo ésto en la tarde apacible del domingo 3o de enero de 2022), comentar sobre la seguridad desde una perspectiva general -aunque con la visión restringida de un ciudadano europeo que tiene sus únicas fuentes de información en los medios públicos-, es, al mismo tiempo, temerario y atractivo.

No quiero limitarme en estas breves notas, sin embargo, a la seguridad que pudiera derivarse de los medios para evitar o reducir el alcance en carnes propias de un conflicto bélico que se acepta como premisa que no se ha iniciado.

La historia del mundo está repleta de desgraciadas evidencias de que los Estados, los pueblos y las tribus, son capaces de  enfrentarse hasta la extinción o rendición del contrario, por motivos que, en su origen, y vistos con perspectiva, parecen inexplicables o perfectamente eludibles. El libro de Margaret Macmillan, 1914, glosando con detalle la escalada de despropósitos que condujo a la primera guerra mundial, debería ser libro de lectura obligada para interesados en conocer cómo se gesta una catástrofe de gran alcance y para todos aquellos que, desde posiciones de responsabilidad, se creen capaces de controlar una incipiente tensión modulando el uso de la fuerza.

La seguridad de ciudadanos y bienes, a nivel global, es responsabilidad de los Estados, es decir de sus gobiernos e instituciones funcionariales. Si pensamos en la relación entre Estados, sus actuaciones para favorecer la convivencia recíproca y resolver por la vía de la diplomacia y la negociación, las eventuales tensiones que generen los conflictos de intereses antes que adquieran dimensiones mayores, abarcan un espectro muy amplio.

Existen las vías diplomáticas, el espionaje, la dotación de una fuerza y Ejércitos propios, los acuerdos entre Estados para actuar conjuntamente en caso de agresión de un tercero y las organizaciones de defensa, empresariales, culturales o humanitarias. Hasta las competiciones deportivas, los congresos y ferias de turismo, las exhibiciones conjuntas de armamento y los acuerdos de investigación y desarrollo de fármacos, artefactos y trasgénicos, forman parte de los instrumentos para focalizar tensiones y, por supuesto, evitarlas.

Si se diera la intención de asegurar que, en caso de conflicto que no le afecte directamente, una nación (sinónimo aquí de Estado) no se vea involucrada por disputas ajenas, la manera -bastante ingenua- de expresar que se mantendrá al margen, es declararse como neutral, pacifista o no alineado. Suiza, desde la derrota de Napoleón, se presentó ante el mundo como país neutral “de manera perpetua”. Su entrada en la ONU en 2002 y su obligación de sumarse, desde entonces, a los acuerdos sobre las sanciones que emanen de ese Organismo, (y aspiró incluso a un puesto en su Consejo de Seguridad) plantea dudas a los politólogos, especialistas en derecho internacional y a los filósofos, sobre el carácter y valor real de esa neutralidad.

Al margen de que un Estado o colectividad se declare como pacifista, ello no les exime ni libra de ser atacados. Si, dentro del mismo gobierno, una parte del mismo apoya exhibiciones de fuerza (envío de medios humanos, armamento y vehículos militares) frente a otros países que pueden desembocar en conflicto bélico y, por otra, algunos ministros y portavoces defienden mantenerse al margen, esta dicotomía patológica creará desconcierto en la ciudadanía y debilitará la coherencia internacional del apoyo. Pero no evita que la decisión se interprete inequívocamente como voluntad de participar como elemento disuasorio y, si llegara el caso, beligerante, aportando sus fuerzas al bloque al que se pertenezca y, exponiéndose, por tanto, a ser atacado directamente.

Representantes cualificados de partidos de la izquierda española, incluso desde los Ministerios que detentan, se han manifistado como pacifistas y contrarios a la voluntad expresada por el presidente de Gobierno de apoyar a la OTAN, en su contrapunto a lo que se ha dado en llamar amenaza rusa a la independencia de Ucrania, reforzando el envío de material bélico y efectivos humanos a la frontera oriental de este organismo. Esta falta de homogeneidad es inaceptable, debilita nuestra posición como país y nos presenta como socios poco fiables. (1)

España, en el terreno de la seguridad colectiva, necesitaba una revisión ordenada y urgente de prioridades, amenazas y medios. La nueva Estrategia de Defensa Nacional dará importancia a la integración de las Comunidades Autónomas en el modelo de actuación y concretará el catálogo de recursos para dejar claras las líneas de acción frente a las amenazas, cuyo creciente carácter híbrido no se le oculta a nadie. La falta de organización en el abordaje de la pandemia de la COVID ha dejado claro que es imprescindible cambiar la metodología e integrar a todos los estamentos bajo un mando único en caso de amenaza global.

No es (solo) un cometido de naturaleza militar, sino que abarca responsabilidades y medios de toda la sociedad, aunque la creciente tensión internacional, con Estados que se han dotado de medios detructivos de gran alcance e intensidad, ha vuelto a poner el énfasis -en los paises que fueron terreno operativo de la segunda guerra mundial- sobre la necesidad de tener un Ejercito propio en la Unión Europea. A finales de noviembre de 2021, el jefe de la diplomacia comunitaria, Josep Borrell, ha hecho llegar a los servicios de inteligencia de los países de la Unión un documento que presenta una nueva estrategia de defensa, impulsando una fuerza de acción rápida autónoma.

Aunque desligado de su carácter exclusivamente militar, y vinculado a la necesidad de defenderse de amenazas de naturaleza híbrida, cibernéticas, químicas, biológicas, entre otras, parece necesario volver a la formación defensiva de la población en general. Cuando en España (y otros países) el servicio y enseñanza básica militar era obligatoria, algunos jóvenes se declararon objetores de conciencia. Como sucede con casi todos los pioneros, los primeros que se manifestaron contrarios fueron encarcelados y sufrieron diversas penalidades y represalias; después, la obligación languideció y, desde hace varias décadas, el servicio militar dejó de ser obligatorio). Los Ejércitos pasaron a estar formados solo por profesionales (vocacionales o voluntarios), reduciendo su músculo personal (escuché a un general expresar que tenemos un “Ejército bosai”) y cada vez más se confía la defensa a la perfección del armamento, del equipamiento y los medios disuasorios, incluídos los nucleares y, asímismo, se potencia el empleo de medios logísticos, software sofisticado y material de inspección y ofensa no tripulado.

Urge un planteamiento general, sólido y asumido por la mayoría, de las estructuras de defensa. La seguridad colectiva exige dotarse de un músculo y una potencia de actuación propia y vincular esa facultad autónoma a los medios de que dispongan los Estados aliados. No se trata de ver a otros Estados como potencialmente enemigos (aunque, al considerar las amenazas, se deberá cualificar cuidadosamente su nivel de agresividad contra nuestros intereses), sino tener clara la manera de reaccionar ante una agresión de cualquier tipo con los medios al alcance.

Ser pacifistas no nos libra de estar amenazados ni, por supuesto, de ser atacados. No será por misiles de cabeza nuclear, sino por secuestro de claves y cuentas bancarias, ataques con virus y bacterias debilitantes o letales, generación de pánico o intranquilidad por asesinatos y atentados, suspensión de suministros esenciales para nuestra economía, etc. Lo que los militares llaman envío de “botas sobre el terreno” (fuerzas militares luchando con armas más o menos convencionales sobre el espacio físico) tienen ahora un valor reducido. Han pasado a ser exhibiciones de prudente poderío, asimilables a los bufidos de berrea o al despliegue de plumas de machos de combatientes, con pretensiones de distracción sobre los métodos más sutiles y eficaces de derrotar al enemigo.

Ojalá nunca tengamos que gritar “¡Seguridad, seguridad!” porque ya nos parezca imprescindible contar con ella, porque será demasiado tarde.

—

(1) Las versiones de la situación, por parte de rusos y prorusos y proamericanos y atlantistas, difieren sustancialmente. No tengo ahora el propósito de analizar esas discrepancias. Me pregunto, sin embargo, si la OTAN ha evolucionado para ser bastante más que un organismo militar y la naturaleza de los intereses de Ucrania para integrarse en ella o en la Unión Europea.

Publicado en: Actualidad, Ejército, Política Etiquetado como: armas nucleares, Borrell, ejército, Estrategia de Defensa, guerra híbrida, seguridad, Ucrania, Unión europea, virus

Tambores y timbales

21 enero, 2022 By amarias Deja un comentario

Desde 1980 a 1985, cuando la guerra fría -la grave tensión político-militar entre Estados Unidos y la URSS, que había empezado en 1945 y se prolongaría hasta 1991-, alcanzaba uno de sus momentos más angustiosos, viví en Alemania con mi familia.

Mis amigos alemanes temían que ambas potencias probasen la eficacia de sus misiles en tierras europeas y uno de ellos pretendía atisbar el final de la cuestión, con un campo de batalla con varios millones de muertos, mediante una reunión de urgencia de los altos mandos militares en la que ambos lados se llevarían las manos a la cabeza, extremadamente compungidos: “¿Qué hemos hecho? -se preguntarían- ¡Hay que acabar con este despropósito de inmediato! Lleguemos a un acuerdo. Firmemos la paz”.

Europa aparecía así como el escenario en donde los dos bloques dirimirían sus diferencias, probando sus avances militares en un territorio ajeno, causando desolación y destrucción en él, antes de llegar a un acuerdo que beneficiara a sus propios intereses.

La guerra fría tuvo un final formal con el desplome de la Unión Soviética que, aunque cabe exponer diversas razones, puede imputarse principalmente a la pérdida de credibilidad del modelo comunista, a pesar de los esfuerzos de Michael Gorbachov -presidente de la URSS en esos últimos años- para llevar a cabo reformas sociales y económicas sustanciales. El fracaso de esas ideas, que pasaron a la Historia universal con los términos de glasnost (apertura) y perestroia (reestructuración), señalarían para Occidente la pretensión orgullosa de una supuesta victoria del libre comercio -entendido como valor esencial de la democracia,  frente a la dictadura del poder centralizador del Estado.

La situación por la que estamos pasando hoy, en enero de 2022, revive el tufo de aquellas tensiones y genera un nuevo temor a un conflicto bélico, aunque los protagonistas del desacuerdo han cambiado y el material de disputa podría parecer, a primera vista, irrelevante. Desaparecida la URSS hace ya años, la ambición personal de Putin, el presidente de Rusia -el mayor de los países que componían aquella-, pretende reconstruir parte de aquel poder territorial y estratégico.

La base sentimental de esa opción, que no tendría cabida formal dada la diferencia de músculo militar y económico entre Rusia y sus hipotéticos enemigos, encuentra un adecuado caldo de cultivo porque, enfrente, se encuentra con la debilidad circunstancial de Occidente. Los Estados Unidos de Norteamérica han perdido la capacidad y el interés por el liderazgo mundial y la Unión Europea parece estar en proceso de descomposición interna y sufre de una grave pérdida de identidad corporativa.

En 12 de julio de 2021, Vladimir Putin publicaba unas reflexiones en la plataforma web del Kremlin (en inglés, ucraniano y ruso)  con el título “On the Historical Unit of Russians and Ukrainians”, que debe ser visto como el Catecismo, o guía espiritual de las actuaciones que viene acometiendo Rusia en relación con los países bálticos y, por ello, ha sido interpretado por especialistas occidentales como una “llamada a la guerra”.

El argumento central del ensayo ofrece dos vertientes: a) Rusia no tiene intención de atacar ni invadir ningún territorio, al contrario de lo que Occidente, personalizado en Estados Unidos, ha venido demostrando con la “ocupación militar” y las exhibiciones de fuerza en los países que lindan con ella por el lado de Europa y b) El alegato occidental de invasión rusa de Crimea está construido en una falsedad, pues ha sido la población, mayoritariamente rusa, la que pidió la reintegración y con el apoyo de un referéndum.

En consecuencia, concluye el Kremlin, Rusia no invadirá Ucrania, ni va aliarse con Bielorusia para atacarla, ni cualquier país debe temer sus injerencias. Pero… se defenderá ante la amenaza fehaciente de Occidente contra su hegemonía, y lo hará con todas las fuerzas a su alcance. La agrupación de fuerzas y equipamiento militares en las fronteras con Ucrania no debe ser visto más como un ejercicio de libertad en el uso de su propio territorio; por el contrario, “la invasión y ocupación por destacamentos de la OTAN” en los países que pertenecieron a la URSS (Estonia, Letonia, Lituania, Rumania o Bulgaria, en concreto) es una amenaza para Rusia.

En ese contexto de tambores de guerra y timbales de jolgorio insensato, debemos esperar que cualquier desgraciado accidente por parte de cualquiera de los contingentes militares que se están acumulando a ambos lados de la frontera entre Rusia y la apetecible Ucrania o con los países colindantes de la Unión Europea,  no provoque la brusca transformación de las amenazas en una pelea dramática que haga del terreno de la vieja Europa, una vez más, (y a la tercera va la vencida), campo de martirologio.

No se trata de esgrimir la opción de medidas económicas que, en mi opinión, de ser adoptadas por Occidente contra Rusia si se decidiera a ocupar Ucrania o como medida de presión, serían lo más parecido a un tiro en el pie: ante un invierno frío el gas ruso es fundamental para Alemania y otros paises del este europeo. Si, por ejemplo, las tropas rusas entraran en Ucrania por la región del Donbás (donde se encuentran las provincias rebeldes de Lugansk y Donetsk) el escenario de guerra se perfilría de inmediato. Aún más amplio frente se presentaría si, con la alianza de Biolorusia, Rusia pretende tomar Kiev y avanzar en la invasión total de Ucrania. En ambos casos, es poco probable que la disputa se concentre en una batalla regional con armas más o menos convencionales.

Deberíamos confiar que las negociaciones entre Estados Unidos y Rusia sirvan para calmar los ánimos de Putin y le permitan ofrecer a su pueblo sensación de victoria sobre occidente al dictador educado en la KGB con ínfulas de zar. Sin embargo, la ausencia de la Unión Europea en el marco de esas conversaciones -aunque se pretenda minimizar ese vacío en la mesa de negociación- podría hacer pensar, y temer, que tiene todas las papeletas para terminar como el perdedor de la disputa.

 

Publicado en: Actualidad, Ejército, Europa, Rusia Etiquetado como: Donbás, Donetsk, glasnost, guerra, Kiev, Lugansk, Michael Gorbachoff, perestroika, Rusia, Ucrania, Unión europea, URSS, Vladimir Putin

Explorando el Horizonte 2030

10 julio, 2021 By amarias Deja un comentario

Incorporo como Comentario a este Blog, el último Editorial que escribí para la revista ENTIBA, publicación del Colegio de Ingenieros de Minas del Norte de España, y de la que formo parte de su Consejo Editorial

“Cuando parece a punto de darse por superada –al menos, en los países desarrollados- la urgencia sanitaria causada por la crisis pandémica, es momento de tomar en serio el papel insustituible de la Ciencia, la Investigación y la Tecnología como pilares del modelo de bienestar y su desarrollo. La observación parece trivial, al albergar un argumento cuyo contenido nadie discute, que se podría considerar  plenamente asumido y compartido.

Pero la idea mantiene intacta su signo revolucionario. Asumir su potenciación como una necesidad ineludible, implica la puesta en entredicho de varios lugares comunes. 1) Niega la validez de apelar al voluntarismo o a la falta de planificación como factores con los que corregir el rumbo natural de los acontecimientos, que están poderosamente dirigidos por el segundo principio de la Termodinámica, es decir, por la tendencia al desorden. 2) Destruye la tentación de mantener confianza ciega en el impulso espontáneo de la imaginación colectiva como clave para mejorar el futuro. El mundo hace tiempo que no “va de lui même”, no avanza solo, como pretendían los fisiócratas del XVIII. 3) Incluso, cuestiona la petición de principio por la que se pudiera creer que la técnica, sin orientación ni directrices, acudirá a rellenar las carencias cuando se le ofrezcan incentivos y señuelos, como si fuera un atleta sin necesidad de preparación, siempre dispuesto para la carrera.

La sociedad ha vivido una conmoción de la que no se recuperará de inmediato, porque han quedado afectados y, en ciertos sectores, destruidos, principales sectores económicos. La solicitación recibida por el sistema de salud ha sido brutal, tensando la disponibilidad de los equipos para atención médica y la preparación y capacidad de resolución del personal  facultativo hasta límites no imaginados. La desorbitada cifra de infectados ha llevado al umbral del colapso la oferta sanitaria, y causado millares de muertos y enfermos crónicos, obligando a adoptar decisiones de urgencia bajo un régimen de presión emocional insoportable. Se han puesto de manifiesto las debilidades de la oferta de atención primaria y asistencial para abordar con solvencia absoluta una situación tan insólita, pero también ha permitido detectar las fortalezas y la capacidad de improvisación inteligente de los equipos facultativos, a todos los niveles formativos.

Junto con esas conclusiones de un análisis aún provisional y tensado por la emoción, sería erróneo pasar por alto que la descentralización de las competencias sanitarias hacia las autonomías ha perjudicado la dedicación eficaz de medios y la adopción solvente de decisiones rápidas, con discusiones estériles y dañinas, provocadas por la diversidad política más que por la controversia entre criterios científicos y experimentales.

Entender con alivio que la  crisis pandémica está razonablemente superada, y asistir con suficiencia a la recuperación vertiginosa de nuestra fuente fundamental de ingresos, el turismo, nos podría inducir a correr el riesgo de confiar, por analogía, que, con pequeñas intervenciones en otros sectores se conseguirá alcanzar en corto plazo las posiciones anteriores a la crisis sanitaria.

No será sencillo. Por la estructura de nuestra economía, con una base desproporcionada en empresas de pequeño tamaño y escasa aplicación tecnológica, la crisis sacó del mercado definitivamente un número  elevado de pymes y autónomos. Muchos agentes fundamentales por su participación en la formación del sistema económico y social que sustenta la estabilidad de los flujos de producción, distribución y consumo, han resultado dañados en número y calidad, viendo perdida su viabilidad, y generando bolsas de paro, con la necesidad para una parte de la población afectada por la pérdida de ingresos, de recurrir a la solicitud de prestaciones asistenciales.

La economía debe generar nuevas oportunidades y se ha de estar preparado para resolver demandas de empleo con cualificaciones desconocidas o poco comunes. La tendencia y fuerza real de la recuperación es una incógnita. Muchas empresas han agotado su liquidez y la digitalización, que supone contar con formaciones duales (en el sentido de conocimiento sectorial específico y en tecnologías de informática y comunicaciones), tensa el mercado de trabajo al demandar conocimientos de los que la población carece aún y en disciplinas que tienen poca difusión. Falta impulso empresarial. No pocos emprendedores han perdido sus ahorros, cuando no su patrimonio y no tienen ánimos de probar fortuna en otros campos. Hacen falta emprendedores cualificados, con capacidad de gestión en las nuevas tecnologías y con información sobre las necesidades inmediatas, es decir, oportunidades de inversión solvente.

Desde los sectores más afectados por la paralización pandémica, especialmente de los cercanos a los extremos de la cadena de producción y consumo, se reclaman ayudas inmediatas y a fondo perdido. Es, en cierto modo, una distorsión, un fondo de ruido que afecta a la adopción de decisiones. No puede dejarse a un lado que, además de los estragos sociales y económicos causados por la paralización forzada de actividad, se han producido graves daños ecológicos, dado el carácter de externalidad del medio ambiente, con manifestaciones ocultas o de difícil evaluación. La urgencia para cubrir necesidades vitales perentorias llevó a ignorar normativas legales o cuidados ambientales.

Al valorar la situación actual, se  podría, en fase de optimismo creativo, entender como magnífica opción que a España se le ofrecen oportunidades de construir un nuevo tejido industrial y de servicios sobre las tierras quemadas o agostadas en la postpandemia. No parece factible levantar de inmediato una nueva estructura socioeconómica sobre el campo de necesidades inmediatas. Por eso, será imprescindible valorar nuestras peculiaridades, en especial en relación con los países más avanzados de la Unión Europea, a cuyo carácter tractor habrá que acercarse y atender a forzar la reactivación impulsando principalmente esos sectores.

Como idea general, será preciso separar las actuaciones inmediatas, cuyos efectos no admiten dilatación, de aquellas de las que se obtendrán frutos a mayor plazo. Aunque hay medidas que deben tomarse de manera centralizada, como la rápida formación de expertos digitales, hay que confiar en que las decisiones empresariales e individuales asuman la necesidad de incorporar la digitalización a los procesos. También será factor de activación, el desarrollo de modelos de gestión y producción digitalizados, o, sin ánimo exhaustivo, el tratamiento de los riesgos y oportunidades relacionados con la protección climática.

Los planes de los países europeos para tratar de solventar los efectos de la crisis pandémica a medio y largo plazo, presentan una fuerte similitud, hasta el punto de que parecen copia unos de otros. Eso no descalifica su validez, sino que pone el énfasis en que lo importante no es trazar grandes líneas sino acomodar su realización a las posibilidades concretas de cada país.

Es seguro que, de la necesidad y la activación de algunas líneas de concentración de recursos intelectuales y físicos, surgirán innovaciones en muchos campos. Habrá que seleccionar, con análisis serenos, aquellas ramas con mayores oportunidades de crecimiento, y, sin dudar, protegerlas con medidas, agilizando los procesos regulatorios y burocráticos.

Los menores salarios medios y la menor relación en la aportación al pib per cápita ofrecen ventajas comparativas para España. Aunque es común expresar que tenemos bajos índices de productividad, apuntando a la falta de eficiencia o cualificación de la mano de obra, las diferencias con los países más productivos son más bien achacables a deficiencias de gestión y a la falta de equipamiento del mejor nivel. Disponemos –si bien en franca y lamentable recesión- de una elevada  capacidad formativa oficial, con algunos centros de excelencia reconocidos.

Aunque no somos un país con recursos propios singulares (a salvo del patrimonio histórico y los valores paisajísticos que potencian nuestra oferta turística y de ocio), tenemos materias primas de alto valor y creciente demanda, que sería preciso explorar.

Ante todo, para impulsar los ejes en los que apoyar el desarrollo inmediato con perspectiva de rápidos rendimientos, se han de corregir las deficiencias en Formación, Investigación, Creación científica y Desarrollo tecnológico.  El historial de Planes fallidos en Educación y Ciencia, la heterogénea cualificación del personal docente y científico –con media de edad muy alta, falta de definición de la carrera profesional, insuficiente financiación para dotación de equipos y material, así como deficiente orientación metodológica y escaso estímulo a la eficacia- debería forzar un análisis externo corrector de las carencias y que condujera a la potenciación inmediata de sus fortalezas, incorporando medios humanos y materiales allí donde sea necesario.  No es tarea sencilla, pues el sistema se ha poblado de vicios, conformismo y nepotismo, en coexistencia dramática con excelentes profesionales.

Algunas actuaciones son fáciles de enumerar, pero exigen una coordinación e impulso de gran alcance. Junto al impulso  a la investigación e innovación, deben incorporarse medidas para la incorporación y formación posterior de empleados, el desarrollo de facultades para adaptarse a las tendencias a la movilidad laboral, el impulso a mentalidades digitales en el trabajo individual y de equipo, tanto en los procesos de producción como en los servicios, la utilización personal de las nuevas tecnologías, la potenciación de habilidades soft (como la capacidad de comunicación verbal y escrita en la lengua propia y en otras extranjeras), la generación de una mentalidad flexible para atender al carácter disruptivo del nuevo mercado laboral, o la incorporación de la sensibilidad de protección ambiental como directriz general de actuación.

La correspondencia con los proyectos de nivel europeo, para aprovechar la capacidad de arrastre de los líderes tecnológicos, no debiera ser la única orientación, pues nos convertiría definitivamente en un país subordinado. Tradicionalmente, hemos visto en Alemania una referencia a imitar, y un aliado interesado, al que nos hemos asociado casi siempre de buen grado. Es evidente que, si se asegura el encaje sólido en estructuras más eficaces y de mayor envergadura, se favorecerá la búsqueda de la estabilidad del modelo de bienestar y calidad de vida que se pretende consolidar para el futuro, garantizando en teoría su viabilidad económica, ecológica y social, al vincularla a una fortaleza superior. Al margen de esta idea general, será conveniente actuar con cautela e inteligencia en la selección de prioridades.

Como país intermedio, España no puede pretender ser el paladín tecnológico en líneas de trabajo en donde ya confluyen intereses económicos extranjeros, alimentados por potentes empresas multinacionales con centros de decisión sobre los que no tenemos influencia. Arriesgaríamos, como sucedió otras veces, ser su banco de pruebas experimental.

Los Fondos Europeos del NextGeneration, con transferencias próximas a los 70.000 millones de euros entre 2021 y 2023, al aplazar las consecuencias inmediatas de la crisis, han de verse como un alivio momentáneo.

La obsesión por liderar la descarbonización puede pasarnos una alta factura. La Unión Europea ha aumentado la autolimitación de la  reducción de las emisiones de CO2 equivalente a un 55% en 2030, arrastrando a una fuerte subida el precio de la tonelada de CO2 que va camino de superar los 60 euros,  al reducirse el mercado de derechos de emisión que las empresas  que más contaminan deben comprar para seguir produciendo energía en sus instalaciones.

La voluntad de acelerar al máximo la descarbonización de la producción energética y el decidido sesgo ecologista de las decisiones estratégicas no debieran generar confusión respecto a la naturaleza económica del desarrollo. Las medidas restrictivas exigen ser compensadas con nuevos ingresos. La explotación ordenada de los recursos mineros del territorio  debiera forma parte de la planificación.

El sector reclama una estrategia para la minería y apoya la creación de una alianza estratégica europea de materias primas, que incluya la recuperación de residuos de algunos metales, como el cobalto y el wolframio. Confedem ha identificado trece minerales esenciales para la transición energética de los que España dispone de reservas: aluminio, cobalto, cobre, grafito, litio, estaño, manganeso, níquel, oro, plata, tierras raras, vanadio y wolframio, y así se lo ha comunicado al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, para su consideración en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030.

Aunque España carece de empresas líderes en el sector minero, dispone de la zona más mineralizada de la Unión Europea. Gracias al cinturón de pirita ibérica, somos una potencia en la producción de cobre, de amplia utilización en la fabricación de vehículos y en el desarrollo de la energía eólica, con recursos cercanos a los 2,3 millones de toneladas. El wolframio, usado en baterías y acumuladores, tiene reservas similares. Los cátodos de las baterías de iones de litio han convertido al cobalto, subproducto en la explotación de los minerales de cobre y níquel, en elemento crítico. Actualmente, el cobalto es extraído en la República Democrática del Congo y procesado en China, con riesgos que no resultan asumibles para los productores de baterías que buscan acercar sus instalaciones de producción a los centros de mayor consumo. Los sistemas para almacenamiento de la energía intermitente de origen renovable han aumentado, por su parte, las perspectivas de un incremento en la demanda de vanadio.

En general, el buen conocimiento de los depósitos de muchos minerales (estaño, oro y plata) o los indicios suficientes para considerar otros del mayor interés (litio, cobalto, níquel), y la actualización de los datos disponibles (en el caso del grafito y del vanadio), ofrece saludables perspectivas en relación con las técnicas más modernas de valoración, extracción y uso de los materiales geológicos.

La identificación de yacimientos de alto valor estratégico viene tropezando, sin embargo, con la empalizada ideológica, de base temperamental, construida desde las presiones ecologistas y la obsesión por la defensa ambiental y la intangibilidad del territorio, que han conducido a exagerar la afectación minera, creando una opinión publica distorsionada, que desconfía de la técnica y del cumplimiento de la  obligación legal de controlar y reparar los eventuales daños. Se está paralizando la investigación y explotación de recursos mineros que podrían ser fuente de riqueza y empleo. Esta situación afecta, entre otros,  en la actualidad al yacimiento de tierras raras de Ciudad Real (Torre de Juan Abad) y al de Valdeflores (Extremadurra), con alto potencial en litio.

Los minerales estratégicos no solo son necesarios para la generación de equipamiento y materiales vinculados con la producción energética. Son también imprescindibles en la fabricación de impresores de alta definición, en la robótica, la aeronáutica, y, en general, todas las tecnologías digitales. Si no se obtienen en Europa, habrá que importarlos, creando así dependencias muy limitantes. Alemania ha firmado acuerdos con Chile y otros países que le permitirán garantizar el abastecimiento para su producción tecnológica.

El horizonte 2030 se moverá, obviamente, a medida que nos aproximemos a él. Por eso, debemos dotar de la máxima capacidad de adaptación a nuestra estructura formativa y económica, conscientes de que los hallazgos de la investigación científica, a los que estamos obligados a contribuir con eficacia, ofrecerán nuevas oportunidades y cambiarán la manera de abordar otras. Sirva como ejemplo puntual que la Sociedad Max Planck está investigando la sustitución del silicio en los paneles solares para mejorar su absorbencia, incorporando una película de perovskita.

Con seguridad, gran parte de lo que hoy nos aparece muy claro, se desdibujará al acercarnos a los objetivos, apareciendo otros retos. La Ciencia, la Investigación y la Tecnología seguirán estando en la base. Los ingenieros de minas estaremos siempre dispuestos a asumir un papel relevante. Son muchos los ámbitos en los que podemos colaborar. Queremos seguir sintiéndonos orgullosos del papel que, como profesionales, podemos representar para contribuir a despejar incógnitas de los brumosos horizontes que envuelven el futuro.

@Angel Manuel Arias para ENTIBA (junio de 2021)

 

Publicado en: Actualidad, Economía, Ingeniería, Investigación Etiquetado como: Alemania, angel manuel arias, ciencia, Colegio de Ingenieros de Minas del Noroeste, descarbonizacion, energía, ENTIBA, Horizonte 2030, ingenieros de minas, inversiones, investigación, minerales estratégicos, minería, Next Generation, planes de recuperación, postpandemia, tecnología, Unión europea

Venezuela en el foco mundial

2 febrero, 2019 By amarias 1 comentario

Mañana, día 3 de febrero de 2019, se cumple el plazo impuesto por algunos países de la Unión Europea, entre ellos España, para que Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, convoque elecciones o reconocerán a Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional y autoproclamado presidente interino con el apoyo de una parte de la población, como máximo mandatario del país.

Se ha generado una situación extremadamente complicada en el país, que parece preludio de una guerra civil. La confianza de Guaidó y quienes lo apoyan desde dentro -al parecer, varios millones- es que el Ejército venezolano se mantenga neutral, aceptando como buena la promesa del presidente interino de que no se realizarán cargos ni se tomarán represalias contra los militares que no apoyen a Maduro. Ese deseo no va a cumplirse, aunque han aparecido algunas fisuras entre los altos jefes de la república bolivariana.

Pero el presidente Maduro sigue agrupando en su entorno a la mayoría de la cúpula militar, formada, sin duda, `por estómagos agradecidos, que han expresado en sus apariciones públicas y en algunas declaraciones privadas, que apoyan al incalificable sátrapa, un endiosado personaje, manifiesto incompetente para dirigir un país, pero experto en latrocinio de los bienes públicos en beneficio propio y de sus secuaces y poseedor de un verbo fluido, incendiario y voluntariamente indocumentado, que se ha evidenciado muy capaz para movilizar a millones de individuos, muchos de ellos sin formación ni información, crédulos con cuanto emana de la dicción con cuño de soflama del déspota sin escrúpulos.

Podía extenderme en calificativos -no precisamente laudatorios- respecto a la personalidad y actuaciones del presidente Maduro y, en la línea de juzgar como antidemocrática su voluntad de perpetuarse en el poder, cuestionar su legitimidad como presidente de un país al que ha estado esquilmando de los resultados de su mayor riqueza natural (el petróleo).

Sin embargo, lo que me pregunto hoy, ahora, en la fecha llena de simbolismo para el pueblo venezolano del dos de febrero, en que están convocadas sendas manifestaciones encaminadas a demostrar al mundo y, sobre todo, a los sufridos naturales de ese hermoso país, que tanto Maduro como Guaidó cuentan con el mayor respaldo popular, es ¿por qué el mundo “civilizado” ha creído llegada la hora de tomar postura respecto a la terriblemente deteriorada situación venezolana, capitaneada por la hiperinflación, la hambruna y el descrédito de su gobierno militar?

Otros analistas con más información que yo podrán responder, seguramente, con mejor tino y mayor acierto a la cuestión. Yo, simplemente, estoy convencido de que Guaidó y los venezolanos que le apoyan desde el exilio (también algún destacado líder de la oposición a Maduro, exiliado, represaliado o encarcelado, del que Antonio Ledezma, Henrique Capriles y López  de Mendoza  aparecen como más significados) han conseguido,- antes de actuar en una maniobra que pretende desestabilizar el régimen del tirano del que muchos Estados supuestamente defensores del mundo civilizado y demócrata, el plácet del gobierno norteamericano de Donald Trump.

El apoyo de la Unión Europea, lamentablemente, resulta, por las declaraciones de algunos mandatarios europeos, una vez más incapaces de ponerse de acuerdo, haber sido buscado tardíamente, a contrapié y construido de forma improvisada, lo que explicaría, que no justifica, su carácter heterogéneo y friable.

El en otras ocasiones desconcertante Donald Trump (cuyo único lema de acción, si existe, ha explicitado con la aporía: America first, entendiendo por América, solo Estados Unidos, por supuesto), ha echado mano de una lógica militar al afirmar, ante el hecho consumado de Guaidó de haber encendido las mechas de la simpatía o rechazo ante su levantamiento cívico, que “no excluye ninguna actuación” al respecto. En lenguaje paladino: “no solo te animo a tener firmeza, amigo Guaidó, sino que estoy dispuesto a apoyarte con lo que haga falta, incluso a riesgo de involucrarme en un conflicto armado”.

El descuido  premeditado del consejero de Seguridad Nacional John Bolton -curiosa denominación la de su puesto para quien se ha puesto en primera línea de las declaraciones contra Maduro- dejándose ver con dos líneas de su bloc escolar, en la que todos pudimos traducir  “5.000 tropas a Colombia”, alimenta la deducción de que los grandes Estados Unidos de Norteamérica están preparados para una intervención armada en Venezuela: la frase sería un aviso para los navegantes que apoyen a Maduro.

Vaya, pues. Los asesores de Trump saben bien que, además de la fuerza propia, (bien educados sus mandos y muchos de sus efectivos en la fidelidad que dan los garbanzos garantizados), Nicolás Maduro,  cuenta con la intendencia y el saber militar sobre el terreno de miles de curtidos militares cubanos, hoy destacados en el país amigo, que forman un contingente preparado, no para luchar en el exterior, sino para defender con las armas, si fuera preciso, el orden tiránico del sátrapa.

No va la cuestión de ideologías (el régimen putrefacto del Sr. Maduro carece de ellas),  sino de la capacidad de persuasión de la bota puesta sobre el cuello del pueblo inerme sometido, emanada de un grupo armado y entrenado para apoyar un régimen que se ha especializado en aprovechar el poder para apropiarse de los beneficios del petróleo, cambiando dólares por boliviaranitos sin valor. ¿La fórmula? Controlar la información exterior, perseguir toda oposición y utilizar como álibi eficaz la eficaz cortina de humo que proporciona a las vísceras sentimentales la figura del “enemigo yanqui”, paradigma del capitalismo más apestoso, según el manual chavista.

Permanezco atento a la pantalla, porque no veo claro el desenlace. Preciso: no veo un desenlace sencillo, salvo que Maduro y parte de su cúpula más significada fleten un avión y se vayan con su viento fresco y los ojos cerrados de la opinión internacional a algunos de los paraísos fiscales en donde han ido amontonando, sin empacho ni vigilancia exterior,  el dinero hurtado a su país.

La posición del Gobierno español, concediendo un plazo de ocho días a Maduro (que acaba el lunes, cuatro de febrero) para que convoque nuevas elecciones o reconocerá la legitimidad de Guaidó, al no contar con pleno apoyo de todos los Estados de la Unión Europea, aparece doblemente delicada: cabe preguntarse cómo se ha pensado actuar si el cuestionado presidente venezolano no se aviene (como bravuconamente ha anunciado) a aceptar la presión y…qué se pretende, en realidad, conseguir si el deplorable dictador convoca elecciones, que, como su anterior proceder ha demostrado varias veces, convertirá en un nuevo pucherazo, a despecho de los observadores internacionales.

Más aún. Incluso en el caso de que Maduro adopte el camino de tomar las de Villadiego, la cuestión que me hago es si se les prometerá impunidad o se les ofrecerá inmunidad frente al Tribunal Penal Internacional, por sus muy evidentes crímenes contra la población civil, a la que ha dejado, con ayuda de sus cómplices y palmeros, en la miseria. Venezuela está hoy necesitada de una recuperación de la estabilidad y el camino del progreso, surgiendo de un pozo tan profundo que solo se puede comparar (aunque, en este caso, con ventaja para Maduro) con los descalabros a la decencia y a la ética protagonizados por otros tiranos de parecido pelaje de adulterado doctrinario marxista-cristiano, próximos geográficamente (habitan en Nicaragua, Bolivia, Cuba, …)


Me gusta esta fotografía, con la que pretendo aliviar algo la tensión que me provoca, y provocará con seguridad a cualquiera interesado en Venezuela y en la paz mundial, el momento venezolano.

La he publicado ya en otra ocasión. Un zorzal común (turdus philomelos), que en Asturias conocemos como malvís, dedicado a devorar el fruto del tejo, uno de sus predilectos proveedores de alimento, allí donde se encuentra. Un ave pequeña más que su pariente el mirlo común, distinguible por sus motas ventrales y, en el amanecer y atardecer (sobre todo) de los días primaverales, identificable por el hermoso canto, lleno de notas vibrantes, de gran melodiosidad.

El fruto del tejo es dulce y sabroso (animado por mis amigos pueblerinos en mis días de vacaciones veraniegas, cuando maduraba, ya a final de verano, tuve ocasión de probarlo, temerariamente. Escupíamos las pepitas, venenosas, como lo son también las hojas del emblemático árbol de los celtas.

 

 

 

Publicado en: Actualidad, Ejército, España, Venezuela Etiquetado como: conflicto, Guaidó, John Bolton, Maduro, manifestaciones, Unión europea, Venezuela

A alinearse tocan

20 junio, 2018 By amarias 3 comentarios

Debo reconocer que la vida me ha favorecido con muy buenas oportunidades de conocer a gentes excelentes. Algunas no están ya aquí, aunque su ejemplo, amistad y maestría espero residan en mi para siempre conmigo.

Me concentro más, desde la experiencia y la necesidad de cubrir la inmediatez que da la edad, en los amigos con los que comparto el presente. Carlos Yárnoz, periodista, es uno de los más perspicaces, de los que tomo con asiduidad referencia, para opinar mejor.

Escribe hoy Carlos, en la página 5 de El Pais, que leo mientras espero mi sesión oncológica, bajo el título “Alinearsr: por Eutipao contra Europa” y concluye que, con la crisis de la coalición alemana, en la que la CSU ha dado un ultimátum a Merkel, para que acuerde sobre migración en la UE o cierre fronteras, “Europa ha tocado fondo”.

No voy a enmendar la plana trazada de forma coherente por Carlos Yárnoz, aunque me atrevo a opinar que el fondo es tan inseguro que puede desmoronarse en cualquier momento.

Porque Europa ya es un mosaico de incongruencias y el egoísmo seudo patriota pero anti solidario nos ha crecido por doquier. Se esgrime que Europa es hegemón en la defensa de las libertades, pero se ha perdido la homogeneidad y están creciendo los enanos del antiguo circo de buenas voluntades.

Y si, lean los amigos de este blog a Carlos Yárnoz. Sus opiniones siempre merecerán la pena. Hasta servirán para discrepar con calidez respetuosa.

——

La foto que incorporo a este Comentario se explica por si sola. Lo que dice el pleito enjaulado no se oye y, por eso pongo palabras a la ausencia de sonido: Quo vadis, Europa?

Publicado en: Actualidad, Economía Etiquetado como: alinearse, Europa, Macron, Merkel, Unión europea, Yárnoz

  • 1
  • 2
  • Página siguiente »

Entradas recientes

  • Cuentos para Preadolescentes (12)
  • Cuentos para preadolescentes (11)
  • Cuentos para preadolescentes (10)
  • Cuentos para Preadolescentes (9)
  • Cuentos para preadolescentes (7 y 8)
  • Por unos cuidados más justos
  • Quincuagésima Segunda (y última) Crónica desde Gaigé
  • Quincuagésima primera Crónica desde el País de Gaigé
  • Cuentos para Preadolescentes (6)
  • Cuentos para preadolescentes (5)
  • Cuentos para preadolescentes (4)
  • Cuentos para Preadolescentes (3)
  • Quincuagésima Crónica desde el País de Gaigé
  • Cuentos para preadolescentes (2)
  • Cuentos para preadolescentes

Categorías

  • Actualidad
  • Administraciones públcias
  • Administraciones públicas
  • Ambiente
  • Arte
  • Asturias
  • Aves
  • Cáncer
  • Cartas filípicas
  • Cataluña
  • China
  • Cuentos y otras creaciones literarias
  • Cultura
  • Defensa
  • Deporte
  • Derecho
  • Dibujos y pinturas
  • Diccionario desvergonzado
  • Economía
  • Educación
  • Ejército
  • Empleo
  • Empresa
  • Energía
  • España
  • Europa
  • Filosofía
  • Fisica
  • Geología
  • Guerra en Ucrania
  • Industria
  • Ingeniería
  • Internacional
  • Investigación
  • Linkweak
  • Literatura
  • Madrid
  • Medicina
  • mineria
  • Monarquía
  • Mujer
  • País de Gaigé
  • Personal
  • Poesía
  • Política
  • Religión
  • Restauración
  • Rusia
  • Sanidad
  • Seguridad
  • Sin categoría
  • Sindicatos
  • Sociedad
  • Tecnologías
  • Transporte
  • Turismo
  • Ucrania
  • Uncategorized
  • Universidad
  • Urbanismo
  • Venezuela

Archivos

  • marzo 2023 (1)
  • febrero 2023 (5)
  • enero 2023 (12)
  • diciembre 2022 (6)
  • noviembre 2022 (8)
  • octubre 2022 (8)
  • septiembre 2022 (6)
  • agosto 2022 (7)
  • julio 2022 (10)
  • junio 2022 (14)
  • mayo 2022 (10)
  • abril 2022 (15)
  • marzo 2022 (27)
  • febrero 2022 (15)
  • enero 2022 (7)
  • diciembre 2021 (13)
  • noviembre 2021 (12)
  • octubre 2021 (5)
  • septiembre 2021 (4)
  • agosto 2021 (6)
  • julio 2021 (7)
  • junio 2021 (6)
  • mayo 2021 (13)
  • abril 2021 (8)
  • marzo 2021 (11)
  • febrero 2021 (6)
  • enero 2021 (6)
  • diciembre 2020 (17)
  • noviembre 2020 (9)
  • octubre 2020 (5)
  • septiembre 2020 (5)
  • agosto 2020 (6)
  • julio 2020 (8)
  • junio 2020 (15)
  • mayo 2020 (26)
  • abril 2020 (35)
  • marzo 2020 (31)
  • febrero 2020 (9)
  • enero 2020 (3)
  • diciembre 2019 (11)
  • noviembre 2019 (8)
  • octubre 2019 (7)
  • septiembre 2019 (8)
  • agosto 2019 (4)
  • julio 2019 (9)
  • junio 2019 (6)
  • mayo 2019 (9)
  • abril 2019 (8)
  • marzo 2019 (11)
  • febrero 2019 (8)
  • enero 2019 (7)
  • diciembre 2018 (8)
  • noviembre 2018 (6)
  • octubre 2018 (5)
  • septiembre 2018 (2)
  • agosto 2018 (3)
  • julio 2018 (5)
  • junio 2018 (9)
  • mayo 2018 (4)
  • abril 2018 (2)
  • marzo 2018 (8)
  • febrero 2018 (5)
  • enero 2018 (10)
  • diciembre 2017 (14)
  • noviembre 2017 (4)
  • octubre 2017 (12)
  • septiembre 2017 (10)
  • agosto 2017 (5)
  • julio 2017 (7)
  • junio 2017 (8)
  • mayo 2017 (11)
  • abril 2017 (3)
  • marzo 2017 (12)
  • febrero 2017 (13)
  • enero 2017 (12)
  • diciembre 2016 (14)
  • noviembre 2016 (8)
  • octubre 2016 (11)
  • septiembre 2016 (3)
  • agosto 2016 (5)
  • julio 2016 (5)
  • junio 2016 (10)
  • mayo 2016 (7)
  • abril 2016 (13)
  • marzo 2016 (25)
  • febrero 2016 (13)
  • enero 2016 (12)
  • diciembre 2015 (15)
  • noviembre 2015 (5)
  • octubre 2015 (5)
  • septiembre 2015 (12)
  • agosto 2015 (1)
  • julio 2015 (6)
  • junio 2015 (9)
  • mayo 2015 (16)
  • abril 2015 (14)
  • marzo 2015 (16)
  • febrero 2015 (10)
  • enero 2015 (16)
  • diciembre 2014 (24)
  • noviembre 2014 (6)
  • octubre 2014 (14)
  • septiembre 2014 (15)
  • agosto 2014 (7)
  • julio 2014 (28)
  • junio 2014 (23)
  • mayo 2014 (27)
  • abril 2014 (28)
  • marzo 2014 (21)
  • febrero 2014 (20)
  • enero 2014 (22)
  • diciembre 2013 (20)
  • noviembre 2013 (24)
  • octubre 2013 (29)
  • septiembre 2013 (28)
  • agosto 2013 (3)
  • julio 2013 (36)
  • junio 2013 (35)
  • mayo 2013 (28)
  • abril 2013 (32)
  • marzo 2013 (30)
  • febrero 2013 (28)
  • enero 2013 (35)
  • diciembre 2012 (3)
marzo 2023
L M X J V S D
 12345
6789101112
13141516171819
20212223242526
2728293031  
« Feb